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BREVE REFLEXIÓN SOBRE LA RELACIÓN CIVIL-MILITAR

El propósito es contribuir, desde otra óptica, a una mejor comprensión de la relación civil-
militar en nuestro país, tomando como referencia, sintéticamente, la teoría desarrollada por
SAMUEL FITCH1; sin perjuicio, de intentar motivar la investigación en un tema de vital
importancia para la consolidación democrática.
FITCH (1998), cuestiona el argumento central expuesto por HUNTINGTON2 (1985), en
cuanto a que el profesionalismo militar implica, necesariamente, la oposición a intervenir en
política; argumentando que, en América Latina, la profesionalización no ha resuelto el
problema de tal intervención.
También manifiesta que la guerra fría modificó la misión militar en nuestra región,
expandiéndola más allá de la derrota de un enemigo durante un conflicto y, dando lugar a la
denominada doctrina de la “Seguridad Nacional”. Esto eliminó los límites entre el ámbito de
competencia civil y militar, sobre los que reposa el concepto de profesionalismo planteado
por HUNTIGTON (1985), generándose un sector militar politizado.
En otro sentido, al describir las manifestaciones de la relación civil-militar en los procesos
políticos de América Latina, FITCH (1998) coloca en un extremo lo que denomina “control
militar”, y en el extremo opuesto, sitúa el “control democrático”.
Entre estos extremos, ubica el “régimen tutelar”, la “subordinación militar condicional”, y el
“control democrático parcial”, caracterizado por la no intervención militar en política en
determinadas circunstancias y por la autonomía institucional, particularmente, en lo que
refiere a organización, doctrina y educación.
Por otra parte, cabe acotar, que en nuestro país la relación civil-militar se caracterizó, a partir
de 1985, por la “subordinación condicional” y el “control parcial”, sucesivamente. Sin
embargo, a partir del año 2005, el gobierno gestionó una serie de medidas que son vistas
como una forma de tránsito hacia un modelo de “control democrático”, estableciendo una
ruptura con los modelos experimentados previamente.
No obstante, estos cambios no fueron acompañados por el desarrollo de una visión coherente
con los intereses y posibilidades del país acerca del modelo de fuerzas armadas necesarias,

1
Fitch, Samuel J. (1998), “Las Fuerzas Armadas y la Democracia en América Latina”, The Johns Hopkins
University Press, Baltimore, Maryland, EE. UU. de América.
2
Huntington, Samuel P. (1985), “El soldado y el Estado, la teoría y política de las relaciones civil-militar”, 20ª
edición, Biblioteca del Congreso N° de catálogo 57-6349, EE. UU. de América.

1
ni por el desarrollo de capacidades militares sustentables desde el punto de vista político,
social y económico que, a su vez, facilitaran el pleno y digno ejercicio de la profesión militar
en un contexto de control democrático, caracterizado por la neutralidad política del sector
militar.
De esta forma, los incentivos que motivaron el incipiente cambio en la relación civil-militar
desaparecieron ante la presencia de grupos políticos que buscaron ejercer su poder por medio
de la cooptación del sector militar3, desde el Ministerio de Defensa Nacional,
particularmente, a partir del año 2010. En ese momento, se aprovecharon coincidencias
circunstanciales con grupos e individuos al interior de la organización castrense que
provocaron un notorio retroceso hacia un contexto de “control parcial”, caracterizado por la
autonomía y la intervención militar en asuntos ajenos a su ámbito exclusivo de competencia4.
Esta regresión desencadenó una serie de tensiones en la relación civil-militar que más tarde
determinó la destitución del Comandante en Jefe del Ejército, quien pocos días después,
continuó la actividad política iniciada desde y durante el ejercicio del cargo, aprovechando
el contexto de “control parcial” que imperaba en ese momento.
Este nuevo escenario, caracterizado por la dificultad para generar un clima de
profesionalismo militar, políticamente neutro, respetuoso de la diversidad ideológica y capaz
de atender con grado de excelencia los asuntos que específicamente le competen, ha sido
jaqueado repetidamente, esta vez, por la presentación de un proyecto de Ley Orgánica de las
Fuerzas Armadas cuyo proceso de elaboración contrasta, notoriamente, con el utilizado para
la aprobación de la Ley Marco de Defensa, la que contó con el más amplio respaldo de los
representantes políticos de la sociedad.
Esta nueva iniciativa normativa revive la intención de practicar un modelo de control parcial,
subjetivo, en el que la profesión militar lejos de desarrollarse en un ámbito de neutralidad
como herramienta del Estado, seguirá siendo utilizada para dirimir los diversos conflictos
entre grupos y satisfacer los anhelos de poder, individuales y grupales; alejando,
indefinidamente, la deseada consolidación democrática.

3
Por el tipo de organización, cuando se menciona la cooptación del sector militar se refiere a las máximas
jerarquías, donde se centraliza el poder.
4
Entre otros hechos, se destacan las palabras del Sr. Comandante en Jefe del Ejército, Gral. de Ejército Guido
Manini Ríos en el sepelio del extinto Ministro de Defensa Nacional, Sr. Eleuterio Fernández Huidobro,
05/08/2016, Diario “El Páis”, https://www.elpais.com.uy/informacion/huidobro-gano-consideracion-respeto-
fuerzas-armadas.html.

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