Freud y Lacan: el mito de las interpretaciones del maestro.
Sigmund Freud (1956-1839) padre del psicoanálisis, con el cual ha influenciado
enormemente el mundo de la psicología y lo que hay fuera de ella, construyo sus teoría a partir de paradigmas y modelos científicos de su época, algunas de las más conocidas son el principio del placer, la pulsión y la represión, para las cuales tuvo que recurrir a diversos estudios antropológicos, religiosos, sociológicos, biológicos, también y sobre todo a varios artistas, dada su relación privilegiada con el inconsciente, concepto que hace parte de las teorías del eminente psicoanalista y que gracias a el conocemos su definición; su obra genero también cambios sustanciales en la conceptualización de la subjetividad al relacionarse la enfermedad mental con el medio en que el paciente vive y con su historia, personal, familiar y social, además, como escritor, Freud reviso sus escritos en numerosas ocasiones, agregándole profundidad a sus argumentos o haciendo enmiendas en ellos, su espíritu fue el de un científico formado en neurología, a quien le quedo estrecho el marco de la ciencia para explicar los “fenómenos del alma” lo cual lo motivo a explorar los avatares subjetivos del mundo moderno, haciéndole dar un gran salto de lo biológico a lo simbólico en la explicación del complejo psiquismo humano por lo cual, como todas, sus teorías no estuvieron exentas de polémica ya que numerosos personajes tildaban el psicoanálisis como una “pseudociencia” por lo cual, las elaboraciones freudianas se convirtieron en fuentes de diversos movimientos teóricos e incluso psicoterapéuticos que, al servirse en su construcción de referencias no psicoanalíticas, tomaron distancia de los aspectos cardinales del cuerpo teórico del psicoanálisis, mientras, otras elaboraciones, en cambio, preservaron el núcleo esencial del descubrimiento freudiano ayudando a esclarecer conceptos fundamentales, conservando lo esencial del pensamiento psicoanalítico, de todas maneras, estas tensiones se aprecian como algo positivo, ya que como dijo el mismo Freud al contestarle a Jung cuando este le pregunto por las formas de vencer las resistencia del psicoanálisis, “acabar con las resistencias seria acabar con el psicoanálisis”
Jacques Lacan (1901-1981) psiquiatra y psicoanalista francés, retomo las teorías
de Freud para promover un retorno e hizo una lectura a la letra y entre líneas de sus obras, sustituyó el modelo energético de Freud, en la elaboración de su teoría, derivado de su formación científica, por el paradigma del lenguaje y constato que el inconsciente es efecto de este y constitutivo del sujeto, llevo hasta las últimas consecuencias las relaciones entre la formación del inconsciente y el lenguaje.
Lacan además asumió radicalmente el salto dado por Freud de lo biológico, a lo
simbólico y los efectos de la condición hablante del ser humano; reubico, deslindo y cambio a nivel teórico como en la práctica algunos de los conceptos de Freud, incluso en lo referido a los registros esenciales de la experiencia humana y organizadores de la realidad psíquica, una elaboración que planteo como un paradigma que permite pensar con mayor precisión la experiencia del inconsciente, sus relaciones con otras dimensiones del psiquismo humano y los vínculos que el sujeto establece con el otro y aquellos que están en más amplias formaciones sociales, pero todo resulto tan teñido de su orientación original que en uno de los seminarios de la APA estaban tan en desacuerdo con este que lo interrumpieron completamente al tratar de exponer esto y también su postura, ante la cual manifestaba que todas sus elaboraciones acercaban el psicoanálisis con la ciencia, pero no tratando de unificarlos sino tratando de posicionarlo y que pudiera establecer una interlocución valida haciendo patente sus diferencias y especificadas, o más propiamente, su marginalidad; por lo tanto Lacan basaba todos sus planteamientos en diversas disciplinas y así formaba sus propias elaboraciones llevando a la formalización de muchos de los conceptos del psicoanálisis, además utilizaba múltiples herramientas auxiliares que le aportaban en la indagación de las aristas diversas de la subjetividad. Toda esta disparidad entre psicoanalistas creaba diferencias, escisiones, grandes pasiones y hasta pequeños grupos recelosos con respecto a los demás, a lo que lacan respondía, “no hay nadie a quien la verdad no le incumba personalmente”