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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA.

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA.

UNIVERSIDAD POLITECNICA TERRITORIAL DE FALCON “ALONSO


GAMERO”.

PROGRAMA NACIONAL DE FORMACIÓN EN ADMINISTRACIÓN

UNIDAD CURRICULAR: SOCIOCRITICA II.

ANALISIS CRITICO DEL ROL DEL DOCENTE DENTRO DEL AULA EN LA


UNIVERSIDAD POLITECNICA TERRITORIAL DE FALCON ALONSO GAMERO
UPTAG

AUTORES:

REYES SARITA

RUIZ YURAIMA .

CASTRO LUP

JHOANA
PREGUNTA INICIAL:

Cuál es el Rol del Docente de Educación Superior en la Universidad Politécnica


Territorial de Falcón “Alonso Gamero” UPTAG

TEMA CENTRAL:

Análisis crítico del rol del docente dentro del aula en la Universidad Politécnica
Territorial de Falcón Alonso Gamero UPTAG

TEMA ESPECÍFICO:

Comparar el Rol del Docente Universitario con la Educación Superior actual con
el anterior en la Universidad Politécnica Territorial de Falcón “Alonso Gamero”
UPTAG

OBJETIVO GENERAL:

Sintetizar la Educación Superior a los estudiantes de la Universidad Politécnica


Territorial de Falcón “Alonso Gamero” UPTAG.

OBJETIVOS ESPECIFICOS.

 Indagar la sistematización de la Educación Superior


 Estudiar el aparato teórico crítico y el dispositivo didáctico
 Aprender a través de las clases dialogadas
ASPECTOS RELATIVOS DE LA SISTEMATIZACIÓN

El problema de la calidad de la educación superior ha sido tema de discusión


durante muchos años y la materia donde rotundamente fallaron los gobiernos
erráticos de la cuarta república, quienes atribuían la deficiente calidad universitaria
sólo a factores económicos. Sin embargo, el problema tal vez no esté ligado
directamente a la distribución del presupuesto y si a las desigualdades educativas
y sociales establecidas desde hace tiempo, no sólo en Venezuela sino en toda
América Latina, porque a juicio de Solari (2004), en la región no existe la
universalización de la educación primaria o básica, lo que es considerado una de
las raíces del problema, puesto que “una educación común para todos los
ciudadanos es un requisito sine qua non para la creación de un punto de partida
igualitario en una de las dimensiones más importantes de la vida social.” (p. 51)
En tal sentido, la tarea es ardua, pero justamente con la participación nacional
consensuada se puede construir la educación superior desde la acción, desde el
hacer y así fortalecer el binomio de las universidades de Venezuela. Adicionalmente
a las orientaciones que puedan o no llegar del nivel central, es necesario promover
la discusión, la reflexión y la acción de cada uno de los venezolanos que quieran el
desarrollo colectivo en primer lugar, que se encuentren exentos de ideas
personalistas y avariciosas y si plenos de honradez en cada una de las
comunidades para comprometer, elevar el nivel de conciencia y lograr el grado de
unidad de criterios y organización que permita enfrentar la batalla por la educación
superior.
Por otro lado, si bien es cierto que se tienen valores positivos arraigados en la
sociedad, tales como la igualdad, tolerancia, la amistad, la espontaneidad, la
lealtad, la cooperación, la solidaridad, entre otros. Damata y de Viana (2006),
sostienen que “Las sociedades latinoamericanas están relacionadas por la amistad,
el compadrazgo y otras forma de relación personal, estableciendo una red primaria
y fundamental que prevalece sobre la ley y los principios a la hora de establecer las
acciones públicas.” (p. 11), lo cual tiende a generar corrupción a través de la llamada
solidaridad mecánica o automática.

De modo que, algunas veces, las relaciones personales en los países


latinoamericanos generalmente están por encima de los valores morales, y en
consecuencia se produce una baja autoestima, escasa identificación nacional,
violencia y falta de sentido de pertenencia con la comunidad donde se desarrolla la
existencia del individuo, percibiéndose la indolencia, el pesimismo fatalista, la
violencia reactiva, entre otros factores que influyen en el conflicto sobre los valores
que permanecen.
De hecho, en los países latinoamericanos, según Ochoa de Acosta (2005), la
educación se caracteriza por ser administrada de acuerdo con los intereses de los
sectores de mayores recursos, los que apenas alcanzan en casi todos los países
latinoamericanos a un 5% de la población, quienes se imponen a los justos derechos
de la inmensa mayoría, reforzando de esta manera las desigualdades sociales
preexistentes. Asimismo, los currículos generalmente son diseñados de acuerdo
con las características culturales y las necesidades sociales de los países
dominantes, no siendo relevantes para los sectores sociales de los países
dependientes, cuyas distintas culturas no son consideradas.
De allí que, se justifica la existencia de propuestas como el Plan Nacional
Simón Bolívar, el cual respalda el enfoque educativo que se construye actualmente
en el país, teniendo al en posición central al ser humano como ser social, capaz de
responder y participar activamente en la transformación de la sociedad en la que se
desarrolla su existencia, Por consiguiente, dentro de este marco, surge la educación
como factor determinante en el desarrollo de las potencialidades de los individuos,
así como de las familias, promoviendo a través del entorno cultural factores
inherentes como: los culturales, los sociales, y el afianzamiento de los valores, los
cuales permiten la integración y transformación de la sociedad en la comunidad en
la que viven.
En este sentido, el plan propone insertar la educación bajo un enfoque
globalizado que la vincule con la formación integral para darle continuidad y
afianzamiento en los vínculos afectivos los cuales son la base de la socialización y
la construcción del conocimiento con un sentido humanista y social, tal como lo
consagra la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Por lo tanto, ha
llegado el momento de hacer cumplir a plenitud la ley, pues, en la Constitución
Nacional se lee: “Artículo 103. Toda persona tiene derecho a una educación integral,
de calidad, permanente, en igualdad de condiciones y oportunidades, sin más
limitaciones que las derivadas de sus aptitudes, vocación y aspiraciones....” y el
Estado, debe ser el encargado de facilitar este derecho, porque así lo sostiene la
misma ley en el artículo 102 “El Estado la asumirá como función indeclinable y de
máximo interés en todos sus niveles y modalidades, y como instrumento del
conocimiento científico, humanístico y tecnológico al servicio de la sociedad.” El
término educación, aunque pareciera más antiguo, según Bernabeu y otros (2005),
empieza a utilizarse en el siglo XVIII con la formación de los sistemas escolares
nacionales y llaman la atención estos autores sobre la ambigüedad del mismo, al
advertir que educere significa “hacer salir", mientras que educare hace referencia a
"criar", "alimentar" o "producir", por lo que la ambivalencia etimológica se extiende
al punto que bien podría interpretarse este proceso como la promoción del individuo
o la dotación socializadora para actuar como los demás.
En tal sentido, ha sido la complejidad de la definición de la educación,
complementaria con la diversidad de propósitos que puede tener el acto educativo,
lo que ha incidido en que hayan surgido diversos modelos educativos en el
transcurso de los años en cada país, incluyendo a Venezuela. De hecho, los
diversos modelos educativos que se han implementado desde la mitad del siglo
pasado obedecen a la modificación que ha tenido la respuesta ante la interrogante
del por qué educar; esto considerando que algunos teóricos han llegado a percibir
la educación como un elemento del aparato ideologizador del Estado (el modelo de
reproducción social de Bordieu), y otros, contrariamente, como un mecanismo de
liberación del individuo (la pedagogía liberadora de Paulo Freire)
En este orden de ideas, según Piñera (2001), el modelo de enseñanza que
predominó en Venezuela hasta el siglo pasado fue la denominada enseñanza
especial, cuyo planteamiento fundamental intentaba favorecer la educación integral
con el entorno y estar acorde con las actividades tecno industriales. En
consecuencia, la finalidad de la educación era percibida en aquel entonces como
un simple entrenamiento en coherencia con la extrapolación del modelo industrial,
en el que la formación es, ante todo, adquisición de destrezas concretas y útiles.
De acuerdo con la citada fuente, el referido modelo educativo estaba muy
relacionado con el movimiento utilitarista en educación de comienzos del siglo XX
en los Estados Unidos, el cual coincidió con la prevalencia de la teoría administrativa
de Taylor, orientada hacia la cantidad y calidad de la producción. De allí que los
principios que predominaban en la aplicación de este modelo de enseñanza era la
idea de preparar al alumno dentro del trabajo o bien en un ambiente que lo simulara,
proveyéndolo de manuales específicos para así adquirir determinados hábitos
mentales y llegar a desempeñarse en el área técnica industrial.
Se trataba de una educación generadora de autómatas, donde se consideraba
el aprendizaje como un proceso mecánico de asociación de estímulos, respuestas
y recompensas; además se creía en el poder absoluto de los reforzadores siempre
que fueran aplicados adecuadamente sobre unidades simples de conducta. Bajo
este esquema, la enseñanza preparaba para las contingencias, las características
del contexto y las peculiaridades de cada situación, pero no para la sana
convivencia o la formación de valores que impulsaran la creación de una mejor
sociedad.
De allí que se proponga ahora un cambio radical, con programas de
enseñanza dirigidos hacia una concepción basada en el análisis reflexivo, dando
prioridad a los conocimientos científicos, pero en relación con las condiciones
sociales, naturales, políticas y económicas de su entorno. En este contexto, el
docente no es sólo un instructor, sino el responsable directo de todo el proceso,
principalmente en metodologías y técnicas de evaluación, buscando que el
estudiante adquiera no sólo conocimientos sino también una clara concienciación,
eliminando así en forma definitiva las formas didácticas dominantes, opresoras y
engañosas, que tienen por fin mantener las relaciones de explotación y dominación.
En este sentido, en el presenta análisis crítico que se expone, se busca poner
de relevancia la necesidad de llevar esta forma de enseñanza formadora de
ciudadanos reflexivos y críticos, tomando como contexto el ambiente de aprendizaje
de Universidad Politécnica Alonso Gamero.
.
El área de administración es multidisciplinaria, en ella se desempeñan
profesionales de administración, contaduría e informática. Como toda disciplina de
licenciados, los proyectos se ejecutan en varias fases. El ciclo de vida completo de
un sistema de administración contempla desde la definición conceptual del
proyecto, el diseño. Durante todas estas fases del ciclo de vida son necesarios
diversos conocimientos de la educación para lograr el mejor desempeño.

Por otra parte estos proyectos administrativos y tecnológicos tienen estrecha


relación en el Proyecto Nacional Simón Bolívar el cual está concebido dentro de
siete enfoques: Nueva ética socialista, suprema felicidad social, democracia
protagónica revolucionaria, modelo productivo socialista, nueva geopolítica
nacional, potencia energética mundial, nueva geopolítica internacional: los cuales,
reúnen muchos aspectos de los cinco ejes del Plan de Desarrollo Económico y
Social de la Nación 2001 – 2007 De modo que en el plan se profundiza el
establecimiento de un estado netamente socialista.

Aunque el plan 2007 – 2019 hace mayor énfasis en una economía social,
participación ciudadana, distribución poblacional y la gestión de un mundo
multipolar, especialmente a través del ataque frontal contra el mal que carcome a
Venezuela desde hace muchos años: La educación , en el área tecnológica y
científica hace énfasis en su masificación como herramienta fundamental para la
creación de una nueva ética socialista.

Asimismo, al igual que en el primer plan ya se empleaba el término capitalismo


como la causa radical de la corrupción al desequilibrar la escala de valores en la
sociedad, donde esta afecta a gran parte de los estudiantes, ya que solo adquirían
conocimientos pero no lo ponían en práctica en comunidades ni sectores, solo en
empresas y sitios de trabajos, realizándolos de forma laboral y no de manera critica
reflexiva, en este segundo plan se habla de una confrontación abierta con el
sistema capitalista y la subcultura del soborno y la corrupción, aunque no se dice de
manera muy clara como será la confrontación.
Por consiguiente, bajo los postulados del modelo Socialista del siglo XXI y el
marco legal de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en (2000),
la nueva Ley Orgánica de Educación (2009), el Currículo Nacional Bolivariano
(2007) y los Programas Nacionales de Formación, entre otros, se plantea una nueva
política educacional dirigida a la dignificación del ser y el desarrollo de las
capacidades del conocer, hacer, convivir de cada individuo de acuerdo con las
aptitudes. Por lo tanto, la tarea de los docentes será ayudar al ser humano a vivir
en ese mundo, a encontrar el camino, formando hábitos, actitudes y valores que le
permitan ser capaz de dominar las situaciones y retos de la sociedad postmoderna.
En este orden de ideas, en Venezuela últimamente se ha originado una
tendencia que apunta hacia la consideración de los aspectos culturales, políticos y
sociales del país, tesis defendida como nacionalista y constructora del desarrollo
autónomo comunitario por parte de la dirigencia actual, y desde donde se le ha
querido dar a la educación un marco legal más social, más humano, pues, ha habido
la voluntad política para legislar en materia educativa, tal como se hizo con la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela donde se incluyeron un
conjunto de artículos que tienen por norte el establecimiento de objetivos sociales
ligados al ámbito educativo.
Por consiguiente, ha habido acierto en la delimitación del conjunto de leyes
necesarias para subsanar la situación universitaria en el país, faltando sólo algunas
que se encuentran en proceso, es decir, existen las líneas legales que delimitan el
procedimiento o accionar en materia educativa y la disposición constitucional para
adaptarla a los nuevos tiempos, pero lo que tal vez no exista, en algunos casos, es
la voluntad para apegarse a la ley o para hacerla cumplir.
Por otro lado, el camino para la masificación de una educación universitaria de
calidad no se ha centrado solamente en el plano de la leyes sino que se ha
extendido hacia la parte socioeconómica con el otorgamiento de becas a todos los
aspirantes pobres a cursar estudios en las universidades, y el establecimiento de
un nuevo proceso de admisión a las instituciones de Educación Superior.
Igualmente, otra de las medidas acertadas en materia de educación en
Venezuela en los últimos años ha sido la concatenación de tres elementos en
función de una política educativa coherente para eliminar los problemas que atañen
al sistema educativo venezolano, especialmente al subsistema superior, y que
frenan el desarrollo del país. Estos tres elementos son: Un docente con moral,
vocación y conocimiento, un recinto universitario con autonomía en consonancia
con una democracia participativa y un alumno considerado como un ente social que
requiere respeto en un ambiente de igualdad.
De allí la importancia de los Programas de Formación, los cuales representa
la principal política del gobierno en educación superior, con el propósito de alcanzar,
en primer lugar, la cancelación de la deuda social, brindando la oportunidad a los
bachilleres excluidos de realizar estudios de educación superior con posibilidades
reales de concluirlos, en segundo lugar, la transformación de la educación superior,
creando un sistema ajustado a los principios de la Constitución Bolivariana y al Plan
Nacional de Desarrollo, y finalmente la más importante, la formación de la gran
masa de ciudadanos preparados profesionalmente para asumir los cambios que
requiere el proceso de transformaciones, es decir, que tienen la tarea de impulsar
el Modelo Bolivariano Revolucionario.
Desde esta perspectiva, la conjunción de las instituciones bolivarianas,
institutos y universidades, se prevé necesaria por cuanto la construcción de país
que plantea la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela no es viable
si no se forma a los médicos, los maestros, abogados, ingenieros, licenciados en
diversas áreas, para asumir un verdadero compromiso responsable con la patria.
En tal sentido, en las instituciones universitarias debe prevalecer la formación
sociopolítica, ésta debe estar por encima del interés individual, consustanciados con
el Proyecto Nacional de Desarrollo para que coadyuven a su realización, una visión
donde las universidades tradicionales perdieron el rumbo, no siendo capaces de
cumplir con esta, pues de ella surgen, tal como sostiene Istúriz (2004), profesionales
que prefieren estar desempleados a insertarse en las políticas del estado, porque
en ellas no se van a enriquecer, lo que lleva al ministro a enfatizar: “El profesional
que se está formando en los pedagógicos no atiende a las nuevas orientación del
Estado”, y por lo tanto se requiere no sólo de preparación académica sino de
formación de valores cónsonos con la realidad social venezolana.

Es por ello que los contenidos dictados en el Programa Nacional de Formación


en administración de la Universidad Politécnica Alonso Gamero, no sólo buscan
que el profesional se desenvuelva satisfactoriamente en un determinado ambiente
de trabajo sino que tenga la capacidad y el conocimiento.
Por consiguiente, una de las unidades curriculares que se debe desarrollar en
este programa de estudio es de administración, propiciando la capacidad de
comprender los conceptos valorar su importancia y aplicaciones, por lo que abarca
el estudio de Terminología y conceptos básicos. La importancia de dicha unidad
curricular dentro del señalado programa de formación profesional de la Universidad
Politécnica Alonso Gamero obedece al hecho de que una vez obtenido los
conocimientos que se le imparten en la asignatura, este a su vez puede diseñar,
ejecutar, desarrollar y evaluar programas, proyectos y políticas de innovación
científica, en correspondencia con lo establecido en el Plan de desarrollo Nacional
Simón Bolívar.
De allí que la operacionalización de la Unidad Curricular debe llevarse a cabo
mediante un conjunto de estrategias centradas en la o el estudiante que fomenten
el aprendizaje cooperativo y significativo, haciendo énfasis en valores como la
participación activa, el sentido lógico, crítico y el compromiso social. En este sentido,
la unidad curricular debe desarrollarse mediante la técnica bidireccional con relación
a la Teoría y a la Práctica empleando el enfoque Constructivista del aprendizaje y
basándose en elementos como “aprender haciendo” y “construir conocimiento”.
Sin embargo, desde el punto de vista epistemológico y metodológico, para que
el proceso de enseñanza aprendizaje sea satisfactorio a nivel humanista y se logre
no sólo la superación profesional, sino además personal y social, se deben utilizar
teorías que ayuden a que el estudiante capte la información de manera consciente,
produciéndose así relaciones con el medio que lo rodea, además de criticas y
reflexiones sobre el tema de estudio, especialmente en el contexto de los valores.
Precisamente, este tipo de educación va orientado según los lineamientos del
Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2001 – 2007 y el Proyecto
Nacional Simón Bolívar, los cuales estriban en un concepto que se encuentra en
boga desde el 2002: Nuevo Socialismo del Siglo XXI, un modelo socioeconómico
que requiere de un cambio bastante profundo en la mentalidad de los venezolanos,
acostumbrados desde hace más de medio siglo al consumismo y derroche que
produce la riqueza fácil, es por eso que se debe tomar conciencia y mantener un
enfoque y una visión reflexiva ante situaciones de la vida diaria, donde se tomen las
previsiones necesarias para que se fomente la autonomía y creatividad de los
estudiantes.
Específicamente , el nuevo plan nacional atribuye gran parte de la
responsabilidad de la falta de valores que se ha producido por la incidencia de un
sistema capitalista inhumano que coloca al capital por encima de la solidaridad o la
dignidad, por lo que prevé necesaria la construcción de espacios de aprendizaje
donde los estudiantes puedan no solo obtener conocimientos, sino además
formarse una postura social reflexiva que los induzca a aplicar tales conocimientos
en las comunidades para resolver problemas y necesidades.
Extrapolando esta visión del Plan Nacional Simón Bolívar hacia la realidad de
la unidad curricular administración cabe precisar que esto sería posible a través de
una enseñanza donde el estudiante se involucre en el desarrollo de proyectos
enfocados en problemáticas de la comunidad y que estén directamente
relacionados con la temática estudiada. Específicamente, esta orientación
humanista en la unidad curricular señalada podría ser posible a través de la
aplicación de métodos y técnicas en el campo administrativo, atendiendo a la
educación ambiental como elemento clave en el modelo de formación ciudadana.
Esto considerando que un aspecto esencial y muy distinguible en el Plan
Nacional Simón Bolívar, es que las acciones van dirigidas a adecuar el sistema
educativo al modelo productivo socialista, previéndose la utilización de espacios
escolares para la enseñanza y la práctica democrática.
Sin embargo, los logros señalados sólo serán posibles a través de una acción
docente cónsona, en el entendido de que el desarrollo integral del individuo requiere
de una atención donde se fortalezcan los valores morales, personales y sociales,
comprendiendo que cada ser humano, tal como apunta la teoría de la crítica social
de Habermas, debe identificarse con su localidad o contexto, promoviendo su
identidad cultural y difundiendo los valores que existen en ellos, pues al convivir en
determinado contexto se ponen de manifiesto los valores como solidaridad, respeto,
igualdad, equidad, justicia, paz, entre otros.
En otras palabras, en el contexto actual venezolano, caracterizado por el
profundo proceso de transformaciones que tienen lugar en todo el sistema
educacional, resulta imprescindible contar con un personal capacitado para la
formación de un ser social con un conjunto de valores éticos y morales que
contribuyan al desarrollo de las comunidades y por ende de la república, siendo
primordial una educación, en sus diversos ámbitos, que ayude a crear seres
pensantes y capaces de resolver sus propios problemas y busquen alternativas
aptas para su resolución.

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