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Hacer milpa es la metáfora con la cual entendemos una forma de vida en nuestro
país, que es inherente a nuestra cotidianidad, con esta metáfora intento explicar la
importancia que tiene este sistema de cultivos en el presente, que al estar
tierra, con el cosmos, con los hombres y mujeres que la constituyen con su trabajo
diario, pero también con los seres sobrenaturales que hacen posible que se lleve a
biocultural se cristaliza.
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Coloquio
Internacional
“Construyendo
nuestro
futuro
común:
por
una
gestión
ética
del
Patrimonio
Cultural
Inmaterial”.
Álamos,
Sonora.
1
-‐
3
de
septiembre
del
2015
2
Subdirector
de
Catalogación
y
Documentación.
Museo
Nacional
de
las
Culturas-‐INAH.
luisfelipecrespo@gmail.com
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Árbol de la Vida. “Sin maíz no hay país”. Oscar Soteno Elías.
Museo del Barro, Metepec, Edo. Mex. Fotografía: Luis Felipe Crespo
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Hacer milpa ordena el tiempo y el espacio, es decir, se planean las
actividades productivas y ceremoniales para todo un ciclo agrícola, y con ello pone
a su disposición el conjunto de saberes y conocimientos generados durante miles
comunidad, alrededor de ella se llevan a cabo toda una serie de prácticas que
cohesionan y dan sentido al presente y al futuro, de reconocerse herederos de
Hacer milpa es insertarse en un túnel del tiempo que nos lleva adentrarnos
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espacio geográfico, constituido por las más diversas regiones ecológicas donde
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Lo anterior no hubiera sido posible sin la existencia de una gran variedad de
cercanos o no, se configuró una idea del mundo -la cultura-, que indica que lo que
hay en él, no nos pertenece, lo tenemos prestado y entonces lo que hay que hacer
vive bajo la idea del continuo retorno, que tanto el cosmos como las cosas que
forman el mundo, incluyendo los seres humanos estamos en esta tierra de manera
temporal, que venimos y vamos en un tiempo regido por seres divinos, con
quienes hay que estar en constante agradecimiento y comunicación, por eso hacer
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cuenta de 20 días por 13 meses con lo que los mexicas calculaban los días para
hacer el año ritual de 260, la base que sustenta la organización de los calendarios
agrícolas y rituales que dan lugar a la celebración de innumerables fiestas y
Hacer milpa está también vinculado con la organización del espacio como
milpa.
torno a esta planta y su necesario cultivo con otras son lo que permite hacer milpa
y se convierten en el factor constituyente para la formación y desenvolvimiento de
Hacer milpa es más allá del mero trabajo agrícola ya que se traslada y se
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como parte de las expresiones culturales indígenas y campesinas; abarca desde
contrastan con los de uso ritual: tortillas, bebidas fermentadas, tamales, sopas,
atoles, nieves, tortas de elote, galletas, inagotables los platillos y bebidas que se
cualidades alimenticias del cereal, y asociado a los otros cultivos de la milpa (chile,
frijol, calabaza, tomate y otros) complementa la dieta y los requerimientos
sociales son tan amplias y al mismo tiempo tan arraigadas que la sociedad misma
las tiene apropiadas, constituyen parte fundamental del sistema de valores de la
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vínculo entre la cultura, las cosmovisiones y los sistemas de conocimientos, así
distintos componentes del medio físico y natural. Si bien, estos sistemas cognitivos
se establecen “sobre sus propios recursos naturales circundantes”.(Toledo y
particular, debido a que forman parte integral del proceso civilizatorio que dio lugar
a Mesoamérica.
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también los conocimientos generados en torno a la salud, en ritos y ceremonias
que se traducen, por ejemplo, en las innumerables fiestas populares urbanas, etc.
Retomando la perspectiva de Lourdes Arizpe con relación a que el patrimonio
compuesto por las distintas significaciones que colectivos y pueblos arrojan en esa
memoria colectiva, lo que Toledo y Barrera-Bassols denominan Memoria
Cejudo una “elevada elaboración conceptual o estética”, (Cejudo 2014; 193) que a
mi parecer son producto de la acumulación y trasmisión de dichos conocimientos y
mismo dispositivo, que como lo señala Luisa Maffi es “componente intrínseco del
sistema humano y el medio ambiente global”.
la concepción que el ser humano y la naturaleza son una entidad común, algunos
investigadores como Narciso Barrera-Bassols le han llamado Culturaleza,
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su domador, a partir de “sus habilidades cognitivas superiores percibidas y la
capacidad tecnológica para avanzar” como lo resalta Luisa Maffi (Maffi 2014).
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valores que la civilización dominadora aporta a los dominados”, (Villoro 2004:
de maíz.
Por otra parte, hay que considerar que el desarrollo de las biotecnologías se
punto de vista de la ética, estas acciones trastocan y violan los principios más
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elementales con los que se sustenta el patrimonio intangible, vulnerando un
indisoluble que no sólo ha sido apropiado por indígenas y campesinos, sino que
además se transmite hacia amplios sectores de la sociedad en ese mismo sentido.
David Sobrevilla nos ofrece una excelente definición de ética, la cual se entiende
como “sistema moral [que] consiste en un sistema de reglas que existen en virtud
de la presión social que aquellos que la ejercen consideran justificada por medio
hormiga extrajo el alimento y ordenó a sus dioses que se nos repartiera, no sólo
se estableció el mito de origen sino con él se constituyó un proyecto civilizatorio,
que a través del tiempo incorporó los ethos que trajo consigo la conquista, la larga
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historia colonial y el tortuoso proceso de construcción de la nación; hacer milpa no
las llevan a cabo e incluyen y las convierten en actos y acciones, de acuerdo con
León Olivé, “una estructura axiológica [está] compuesta por los fines que se
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persiguen mediante esas acciones, así como los valores y las normas
involucradas”. (Olivé 2009: 148). Entonces son las representaciones sociales que
dan forma y sentido a los sistemas de valores de una sociedad, éstos son
maíz”.
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sociedad, es decir, no es suficiente con impulsar mecanismos que lleven a un
San Isidro en las nubes. Cuadro de semillas. Tláloc sembrando desde las nubes. Museo de
Museo del Barro, Metepec, Edo. Mex. la zona arqueológica de Teotihuacán.
Fotografía: Luis Felipe Crespo Fotografía: Gliserio Castañeda
impuesto los cánones de las bellas artes y de la estética, donde las humanidades
ocupan el campo de los valores que la ciencia no considero como relevante y que
condiciona una sola forma de producción de los conocimientos que cada vez más
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se especializa pero al mismo tiempo se convierten en un factor que obstaculiza
discernir la verdad.
fueron el resultado de una mayor reorganización del mundo del conocimiento que
acompañó a la construcción del sistema mundial moderno...” así mismo afirma que
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La milpa entendida como un sistema agroecológico es resultado de un
pasan a formar parte de los derechos colectivos de los pueblos que los generan,
se distinguen claramente de los conocimientos producidos por el sistema
dominante, sobre todo por los denominados tecnocientíficos, que son las practicas
vinculadas con la producción de semillas híbridas y transgénicas, que tienen
reparar los daños ocasionados o que puedan ocasionar la propagación del polen
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de semillas contaminadas por transgénicos, impulsadas por empresas
tierra vive con un “déficit ecológico”, esto es la relación entre el gasto ambiental y
la capacidad del planeta para recobrar lo que se consume. En palabras de Eckar
Boege, al hacer “ el balance anual entre lo que se usa y destruye de los recursos
bióticos y lo que se repone, [desde] octubre de 2006 la tierra rebasó la capacidad
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Este modelo económico causa hambre y miseria, propicia la destrucción de
impone también una sola forma de entender las relaciones de los seres humanos
con la naturaleza, a ésta se le asigna tan solo el sentido de mercancía
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global de desarrollo ha tenido entre otras consecuencias la destrucción de las
política extractivita que se aplica en los países de América Latina hacen todo lo
contrario. En una sociedad multicultural, cuyas relaciones interculturales se
Ernesto Garzón, quien señala que “La existencia de esta desigualdad facilita una
conducta de coacción y de engaño por parte del entorno nacional, es decir, un
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valores que la humanidad ha mantenido con relación a la naturaleza y con los
Construyendo el futuro
Los criterios estéticos e historicistas que parten de una visión de la cultura como
ámbito recreativo reduce la posibilidades de entender que la importancia está en la
construir y vislumbrar el futuro desde paradigmas del deber ser. Todos los pueblos
comparten un origen mítico y un pasado común, en esa medida les corresponde
imaginar su futuro en sus propios términos; es este sentido, desde una perspectiva
ética, un futuro que abandone la memoria biocultural de quiénes la han mantenido
mantienen y trasmiten en la medida que las aguas, el suelo, las plantas, los
animales, el territorio, es decir, la naturaleza en su conjunto, inalienable e
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importancia, lo trascendente será que en cualquier escenario de futuro éstos
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el futuro, como señala Lourdes Arizpe, “todas las formas de patrimonio cultural
Bibliografía
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Wallerstein, Immanuel. 2006. Análisis del sistema-mundo. Una introducción. Siglo
XXI editores. Madrid. ISBN 9789682326042
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