CUÁL ES EL PAPEL DE LA FAMILIA EN LA CONDUCTA DELICTIVA Y CÓMO LO
ABORDARÍA DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA PSICOLOGÍA
ASIGNATURA
Psicología Jurídica
ESTUDIANTE:
Betsy Duran hps 122-00044
CUÁL ES EL PAPEL DE LA FAMILIA EN LA CONDUCTA DELICTIVA Y CÓMO LO ABORDARÍA DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA PSICOLOGÍA
La familia es el grupo social en el que la mayoría de las personas inician su desarrollo,
permanecen juntos durante largo tiempo y conforman relaciones, experiencias y sentimientos que les acompañarán a lo largo de toda la vida. El vínculo familiar permanece vigente en todos los momentos vitales de la persona, desde la niñez hasta la vejez. En el centro familiar se puede tener bienestar, satisfacción y aprendizaje para todos sus integrantes, pero también, pueden estar presentes factores de riesgo que predisponga al desarrollo de problemas de desajuste en sus miembros. Sin duda, la familia es uno de los pilares básicos en el desarrollo y crecimiento en una persona, constituye una parte importantísima en el ambiente psicológico del individuo, forma parte de uno de los principales focos de aprendizaje de comportamiento y normas, y si bien una buena educación familiar es la base de un correcto comportamiento, los problemas encontrados en una familia donde no de instruyan los valores correctos de comportamiento, podrán entonces quedar reflejados en las personas que viven en ese ambiente. Por lo antes mencionado no se puede obviar el hablar de conducta delictiva y la relación directa con el ambiente familiar, pues es, anteriormente se hace referencia que fa familia es centro aprendizaje de normas y de maneras de comportarse, y si esta enseñanza no se presenta adecuadamente se pueden transmitir desorganización, desestructuración, desinterés, falta de afecto, frialdad en las relaciones con otros y problemas que quedarán reflejados en quienes viven en ese ambiente. Es evidente que el ambiente familiar y los procesos de interacción tienen gran influencia en la conducta delictiva. Es importante tener en cuenta que aunque la delictividad ha existido siempre, el alto índice de desestructuración familiar en la sociedad actual, los cambios culturales, las variantes educativas y económicas, es decir, existen diferentes factores de riesgo que conllevan a conductas disruptivas que posteriormente se manifiestan como comportamientos delictivos. La adquisición de una conducta delictiva esta mediada por los procesos de aprendizaje. Por un lado estarían las normas y controles internos aprendidos que guían al sujeto a no delinquir, al relacionar consecuencias positivas con el acatamiento de normas y negativas con su incumplimiento. Por otro lado, experimentaría a realizar conductas antisociales en empleo del refuerzo directo de dichas conductas, los modelos a los que los sujetos estuviesen expuestos y las incitaciones situacionales para la ejecución de tal conducta. Uno de los factores más comunes en la conducta delictiva es la familia. Un delincuente ladrón, suele responder al perfil de un sujeto cuyo ambiente familiar está marcado por castigos, situaciones traumáticas y ambiente familiar inestable. Puede existir una falta de cuidados por parte de la familia hacia el menor, algo que hace que el sujeto no sienta seguridad ni estabilidad. Estos sujetos comienzan a mostrar conductas antisociales, así como, agresiones continuas y problemas escolares desde una edad temprana. Debido a la falta de correctos valores, estos sujetos inician su carrera delictiva y abandonan el hogar y generalmente los vínculos con la familia. Cuando estos sujetos son arrestados por sus robos, la familia no suele ayudar al interno ni colaborar en el tratamiento penitenciario. Atendiendo lo antes descrito, se menciona la clasificación existente entre familia y delincuencia, señalando que existen dos tipos de familias en los delincuentes, las desintegradas y las integradas. Al describir las familias desintegradas esta presentes características como la marginación, la desconfianza y la violencia en las que crecen los niños en estos hogares. Esta desestructuración familiar puede ser motivada por muchas causas como la muerte de uno de los padres, las separaciones, el abandono del hogar, entre otros. En cuanto a la familia integrada, a pesar de estar presentes todos los miembros del núcleo familiar, el niño crece con una serie de carencias afectivas o víctima de una sobreprotección o indiferencia hacia él. No obstante Marchiori (2002), establece que no sólo se realiza una clasificación entre las familias de los delincuentes, sino que también apunta que existen una serie de conexiones entre el tipo del delito y el tipo de familia. Desde el punto de vista psicosocial las conductas violentas y delictivas constituyen dos importantes índices de conducta antisocial. Autores como Deptula y Cohen (2004) indican que la conducta violenta se presentan en edades tempranas constituye y en ocasiones es un predictor importante de la delincuencia en chicos y chicas. Muchas conductas están relacionadas a la trasgresión de reglas formales e informales. Existen otros diversos contextos que deben de tenerse en cuenta, no solo el familiar, sin embargo es importante tener en cuenta la influencia de la familia en el comportamiento delictivo o desviado como uno de los primeros factores posibles que puedan explicar determinadas conductas en los individuos. Es esencial que los padres mantengan cierto control sobre las actividades de sus hijos, aunque manteniendo el respeto hacia su necesidad de independencia de la protección familiar. Desde el campo de la psicología, la prevención de la delincuencia y la violencia desde la infancia, implica prestar una gran atención a las familias y, especialmente, a la calidad de la interacción entre padres e hijos. Son determinadas las situaciones es necesario tocar el campo del Psicología Escolar o educativa, para ello ha de realizar tareas de educación y formación. Si por el contrario ya el joven a delinquido debe darse intervención centrada exclusivamente en la persona, es decir, en el adolescente con problemas de conducta delictiva y violenta. Es necesario implicar a los padres en las intervenciones y apoyarles en el desarrollo de herramientas y recursos adecuados que ayuden a sus hijos a ser personas saludables tanto en esta etapa de la vida como en etapas posteriores.