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PROCESO HISTORICO DE LA ECONOMIA EN LA REGION CUNDIBOYACENSE.

Con la llegada de los españoles en el siglo XVI iniciaron transformaciones en el sistema


económico con el cual vivían los muiscas que se basaba principalmente en la producción
agrícola, el hilado, el tejido de mantas y elaboración de cerámicas esto además de usar el
trueque como la principal forma de comercialización, pero el cambio en los centros de
mercado fue un duro golpe de gracia para el trueque.

Con la introducción de la encomienda que trataba no solo de la expropiación de la tierra los


indígenas sino más una relación para producir y entregar un tributo, la sobreexplotación
que enfrentaron los indígenas trajo una sensible disminución en la población, el
agotamiento de algunas de sus tierras y su fuga de las encomiendas esto llevo al gobierno
español a establecer los resguardos.

El propósito de proteger los indígenas contra los abusos causados por la convivencia con
los españoles y con otros grupos étnicos, dio a luz los resguardos. Las tierras de los
resguardos estaban compuestas por parcelas individuales y zonas destinadas a la
explotación colectiva. A la vez los indígenas estaban obligados a prestar servicios fuera del
resguardo, en la agricultura y la minería privadas y en las empresas económicas del Estado.
El resguardo empezó a decaer en la segunda mitad del siglo XVIII y desapareció
prácticamente a mediados del XIX. Con su disolución se impuso la hacienda como eje de
la organización económica del siglo XIX.

Nuevos productos de la tierra llegaron con los españoles se aclimato el trigo y la cebada,
algunos vegetales de huerta, arveja, habas, cebolla, habichuelas, lechugas, repollo y coliflor
entre otras. Las costumbres muiscas sufrieron otro gran cambio con la introducción de la
cría y levante de ganado vacuno en la Sabana estos ya existían, pero con la formación de
hatos ganaderos se inició la producción de leche y quesos destinada al consumo interno o
a la venta en los centros mineros, la cría de ovejas logro que la lana remplazara al algodón
en la elaboración de mantas y ruanas.

El largo siglo XIX en Colombia se inició con la independencia de España en 1819 y sólo
terminó con las reformas económicas de los años veinte del siglo XX, estuvo enmarcado
por la formación y consolidación de economías regionales con importantes mercados
locales, por la conformación de las bases ideológicas de los actuales partidos políticos y en
lo espacial por la continua mutilación territorial de la nación hasta terminar en los límites de
la Colombia de hoy.

La intención exportadora marcó la segunda mitad del siglo XIX. Y la estrategia consistía en
ofrecer afuera, con buenos precios, los productos nacionales. La escasez relativa de ciertos
productos en el mercado externo creó la oportunidad al empresario colombiano de
apropiarse de una ganancia extraordinaria ya avanzado el siglo se destacaron varios
productos en la exportación, principalmente el tabaco, la quina y el café.

Antes de construirse los ferrocarriles, el sistema de transporte era costoso en grado sumo
y poco efectivo para llevar las mercancías por tierra desde los puertos fluviales hasta las
ciudades del interior fue con los trenes que se hizo posible disminuir las elevadas sumas
por concepto de transporte y las demoras en las transacciones de mercancías hacia y desde
el interior del país con la construcción de ferrocarriles y caminos, se formó una red vial y
comercial que logró la conexión de los centros urbanos con el resto del país con esto Bogotá
se consolidó como la ciudad de servicios gracias al despegue de los sistemas ferroviario y
carreteable, que jugaron un papel muy importante además en el proceso de integración
regional. El proceso de concentración económica en la capital cuenta entre sus rasgos
sobresalientes el crecimiento de la población urbana y el esfuerzo en servicios públicos
para atender la vida cotidiana de la gran urbe.

Según el censo de 1951 Bogotá tenía 653 mil 791 habitantes con una alta proporción de
migrantes; 39 años después la población del distrito fue de 4 millones 899 mil 180 habitantes
de acuerdo con las proyecciones del censo de 1985.

Los actuales departamentos de Boyacá y Cundinamarca conservan el cultivo de algunos


productos prehispánicos: papa, maíz, fríjol; y la herencia colonial del trigo, la cebolla, la
cebada y las hortalizas. La actividad ganadera es vital en la región la cría, ceba de bovinos
y producción de leche y ganado de doble propósito es una pujante industria hoy en la
sabana no obstante la actividad industrial ha desplazado a la agropecuaria. Así lo muestran
las cifras de participación en el PIB regional por ramas de actividad en Cundinamarca el
renglón pasó del 33% en 1980 al 27% en 1989 en Boyacá la contribución del sector
agropecuario pasó del 24% al 19% en igual período.

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