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Emmanuel Kant.

La filosofía de Emmanuel Kant, se desarrolla con el comienzo de una solución del problema del conocimiento, donde los elementos
formales y materiales tienen que ayudar para que el conocimiento pueda darse y que queden superadas las limitaciones del empirismo
y de racionalismo, y es llamada la filosofía del “criticismo”. La filosofía de Kant Abarca: El problema crítico, el análisis del conocimiento
en la C.R.P, la crítica de la metafísica, la Ética formal kantiana, y La teoría política Kantiana.

El problema crítico. Es el problema general de la metafísica, encontrarle el camino de la ciencia como lo tienen las demás materias
(Matemáticas, Física y C.N) y no solo de simples conceptos. La metafísica ha pretendido trascender la experiencia y ofrecer un
conocimiento de entidades como Dios, el alma y el mundo como totalidad, a partir de conceptos independientes de la experiencia,
entonces es necesario una investigación crítica de la facultad de razonar y una vez determinadas cuáles son las condiciones
trascendentales establecer la situación de decidir si permiten o no las pretensiones cognoscitivas de la metafísica. Para los
racionalistas y los empiristas sólo hay una fuente del conocimiento, la razón para unos, y la experiencia para los otros. Para Kant
habrá dos fuentes del conocimiento: una, la sensibilidad, que suministrará la materia del conocimiento procedente de la experiencia, y
otra, el entendimiento, que suministrará la forma del conocimiento, y que será independiente de la experiencia. Se puede hablar, por lo
tanto, de un conocimiento a priori y de un conocimiento a posteriori, donde se postulan los juicios analíticos y sintéticos. El juicio
analítico es necesariamente verdadero y universal ya que no depende de la experiencia. El juicio sintético es el conocimiento a
posteriori, es el que solo es posible, es decir, mediante la experiencia. Sin embargo Kant distingue entre dos tipos de juicios sintéticos:
los juicios sintéticos a priori y los juicios sintéticos a posteriori. Estos últimos serían contingentes y dependerían totalmente de la
experiencia, los primeros, los juicios sintéticos a priori, contendrían, siendo a priori, un conocimiento universal y necesario, y sin
embargo, siendo sintéticos, aumentarían el conocimiento. Este es un tercer tipo de juicios, los sintéticos a priori, y que serán el
fundamento de la ciencia. Una vez que se haya explicado cuáles son las condiciones que hacen posibles las materias se estará en
condiciones de determinar si la metafísica cumple las mismas condiciones que hacen posible el conocimiento científico.

La posición de formular juicios sintéticos a priori es conocida como transcendentalismo. Al explicar cómo es posible este tipo de
juicios, Kant consideraba los objetos del mundo material como incognoscibles en esencia; desde el punto de vista de la razón, sirven
tan sólo como materia pura a partir de la cual se nutren las sensaciones. Los objetos, en sí mismos, no tienen existencia, y el espacio
y el tiempo pertenecen a la realidad sólo como parte de la mente, como intuiciones con las que las percepciones son medidas y
valoradas. Kant también afirmó que un número de conceptos a priori, llamados categorías, existen. Dividió las categorías en cuatro
grupos: los relativos a la cantidad, que son unidad, pluralidad y totalidad; los relacionados con la cualidad, que son realidad, negación
y limitación; los que conciernen a la relación, que son sustancia-y-accidente, causa-y-efecto y reciprocidad; y los que tienen
que ver con la modalidad, que son posibilidad, existencia y necesidad.

Las intuiciones y las categorías se pueden emplear para hacer juicios sobre experiencias y percepciones, pero, según Kant, no
pueden emplearse para que se apliquen sobre ideas abstractas o conceptos cruciales como libertad y existencia sin que lleven a
inconsecuencias en la forma de binomios de proposiciones contradictorias, o antinomias, en las que ambos elementos de cada par
pueden ser probados como verdad.

En la Metafísica de la ética, Kant describe su sistema ético, basado en la idea de que la razón es la autoridad última de la moral. Los
actos de cualquier clase han de ser emprendidos desde un sentido del deber que dictase la razón, y que ningún acto realizado por
conveniencia o sólo por obediencia a la ley o costumbre puede considerarse como moral. Describió dos tipos de órdenes dadas por la
razón: el imperativo hipotético que dispone un curso dado de acción para lograr un fin específico; y el imperativo categórico que dicta
una trayectoria de actuación que debe ser seguida por su exactitud y necesidad. El imperativo categórico es la base de la moral y fue
resumido por Kant en estas palabras claves: "Actúa de forma que la máxima de tu conducta pueda ser siempre un principio de Ley
natural y universal".

Las ideas éticas de Kant son el resultado lógico de su creencia en la libertad, igualdad y valoración fundamental del individuo,
como manifestó en la Crítica de la razón práctica (C.R.P). No consideraba esta libertad como la libertad no sometida a las leyes, como
en la anarquía, sino más bien como la libertad del gobierno de sí mismo, la libertad para obedecer en conciencia las leyes del
universo como se revelan por la razón. Creía que el bienestar de cada individuo sería considerado, en sentido estricto, como un fin en
sí mismo y que el mundo progresaba hacia una ideal donde la razón "obligaría a todo legislador a crear sus leyes de tal manera que
pudieran haber nacido de la voluntad única de un pueblo entero, y a considerar todo sujeto, en la medida en que desea ser un
ciudadano, partiendo del principio de si ha estado de acuerdo con esta voluntad". Kant intenta reducir en una síntesis única los
elementos de las teorías liberales (los derechos individuales de la libertad) y las teorías democráticas (la soberanía de la voluntad),
aboga por el establecimiento de una federación mundial de Estados republicanos. Kant ha tenido mucha influencia entre los filósofos
de la era moderna. La filosofía kantiana, estableció las bases sobre los que se edificaron los cimientos del pensamiento de Marx.

www.scribd.com.doc
Filosofía de Federico Hegel (1770-1831).

La filosofía de Hegel tiene sus raíces en Kant, en ella analiza los temas con una concepción clara de la dialéctica de lo real y una
concepción totalizadora del proceso histórico. En el “Prólogo” a la introducción a la historia de la filosofía de Hegel, el autor menciona:
“la filosofía de Hegel es la última gran filosofía especulativa. En ella finalizan y se articulan todos los movimientos del pensamiento del
pasado. La filosofía de Hegel contiene todos lo momentos del desarrollo del pensamiento… pero superados y unificados”. En el marco
histórico social, se encontraba un estado carente de justicia política y económica, por lo que Hegel supone una lucha por la falta de
una mayor libertad, Hegel concibió la necesidad de un modelo llamado la “polis” griega donde se cumple la armonización del individuo
con la sociedad y el espíritu del pueblo, da plenitud al individuo, aunque él no descubra la conciencia de su propia individualidad y de
su libertad. El cristianismo con respecto a la polis griega tiene dos significados: el negativo donde disuelve la vida armónica en
comunidad social y el positivo donde surge el concepto de subjetividad. La religión es un aspecto fundamental en la vida de un pueblo.
La Revolución Francesa significó para Hegel el triunfo de la Razón, porque se estableció el principio donde el pensamiento debe
gobernar la realidad y el orden político-social con el principio de sentirse libre. Hegel pretende la unidad interna y la conexión entre
Naturaleza y Espíritu, de modo que pueda elaborarse una teoría unitaria. En el marco filosófico algunos de los conceptos centrales
que permiten abordar su obra son:

El relacionalismo. Hegel considera que la existencia de las cosas en sí o substancias, tiene un inconveniente adicional, el de convertir
el conocimiento en algo relativo. En parte, Kant había observado esta particularidad puesto que sostenía que el conocimiento era
fenoménico. Hegel irá más lejos y dirá que la afirmación de Kant es, en el fondo, admitir que el conocimiento no es más que ilusión. Si
un conocimiento es relativo, entonces, no puede ser considerado conocimiento en el sentido pleno de la palabra de manera tal que no
puede haber ni verdadera ciencia ni filosofía, por lo que Hegel elimina la hipótesis de que la realidad esta constituida por substancias y
de que éstas sean, como postula Kant, incognoscibles. Plantea entonces un enfoque original: la realidad es un conjunto de relaciones,
en tanto que lo absoluto ya no son las substancias sino las relaciones. Desaparece el ser-en-sí (substancialismo) para dar lugar al ser-
en-relación-con (relacionismo). Hegel no niega la existencia de las substancias sino que las considera el un aspecto más abstracto e
inmediato de algo que luego considerado en toda su realidad plena, se desplegará en una riquísima trama de relaciones. Según está
concepción, El ser consiste en el manifestarse.

La Dialéctica. El término "dialéctica" es utilizado por Hegel para comprender y expresar la situación real del mundo, una realidad,
contradictoria que lucha por superar esa situación. Significa la radical oposición a toda interpretación fragmentaria de la realidad y del
conocimiento. Hegel concibe la realidad como un todo, sin que ello afecte para nada a la relativa independencia de cada cosa en su
singularidad. Esta concepción se opone a la interpretación empírica de la experiencia, la estructura dialéctica de lo real acaba por
mostrar que los hechos no son sino el resultado de un juego interno de relaciones que son las que, constituyen las cosas, a pesar de
que pueda parecer que los hechos tengan una independencia. La realidad, no es fija ni determinada de una vez por siempre, sino que
está en un constante proceso de transformación y cambio, cuyo motor es, su interna contradicción, limitación y desajuste. De este
modo, cada realidad particular remite a la totalidad, al todo, y sólo puede ser comprendida y explicada en relación al todo. La teoría
acerca de la realidad requiere indagar lo que es el conocimiento, para Hegel el conocimiento es dialectico en cuanto que es una
dimensión de lo real, pero, las distinciones entre conocimiento y realidad, pensar y ser, etc., son, según Hegel, inadecuadas,
justamente en razón del carácter dialéctico de la realidad en general y del principio hegeliano de que "lo verdadero es el todo". Lo que
hay, en cualquier caso, es la relación interna y estructural entre el ser y el pensar, o, lo que es lo mismo, entre el objeto y el sujeto. La
estructura y esencia de la dialéctica es un todo complejo constituido por tres aspectos implicados entre sí, la llamada tesis, siendo
como una afirmación, una realidad, o un concepto, que lleva en su entraña un contrario, ya que la realidad no es estática, sino
dinámica. Lo que se ha llamado antítesis que se interpreta como la negación de la afirmación anterior, ya que es esa contradicción el
motor del proceso siguiente, a la que se opondrá la antítesis para dar lugar a la dialéctica. Este momento negativo es lo que hace
dinamizar la realidad. Lo que se ha llamado síntesis como la superación del conflicto, la negación de la negación anterior. La síntesis
conserva todo lo positivo que había en los momentos anteriores, por eso es el enriquecimiento y perfección y se convierte
nuevamente a una síntesis que será a la vez la tesis del proceso siguiente: todo está en constante progreso dialéctico. Hegel,
encuentra la síntesis de todas las síntesis que no sería otra cosa que la totalidad sistemática de todo lo real, la totalidad o sistema de
todo lo que es. Entonces, la realidad es concebida como un organismo espiritual en donde nada acontece de manera aislada sino que
todo acaba por relacionarse entre sí.

Se puede decir que el sistema hegeliano es un sistema mucho más amplio y complejo que el kantinano, que prescinde de material
exterior al que las categorías tengan que aplicarse, es decir, las impresiones que se necesitan en la gnoselogía de Kant. Porque para
Hegel, el contenido se dá a sí mismo estableciendo relaciones dialécticas. La realidad, consecuentemente, es un sistema cerrado de
relaciones dialécticas de manifestación. La manifestación es una auto-manifestación puesto que el ser aparece ante sí mismo.
Entonces, la realidad es un proceso de retorno sobre sí misma, en el que el objeto acaba por revelarse idéntico al sujeto, el ser como
idéntico al pensar. (www.filosofía.idoneos.com)
La ortodoxia evangélica antes del siglo XVIII.

El significado de la palabra evangélica, tiene diferentes connotaciones, para algunos equivale a ser protestante, o se indica
hacia la creencia en la biblia, rechazando cualquier postura crítica de la misma, así mismo la definición de ortodoxia
corresponde a una conformidad con las posturas dogmáticas o fundamentalistas de cualquier sistema. El desarrollo de la
ortodoxia evangélica antes del siglo XVIII, tiene sus raíces en la reforma europea y puritanismo británico. Hay también
antecedentes en el movimiento pietista del siglo XVII. Iglesia ortodoxa significa literalmente "Iglesia que mantiene la fe recta en
la iglesia católica romana o en la "Iglesia universal", que tiene como guía supremo al papa, obispo de Roma”.

Recordando la historia, vemos que las iglesias orientales, fueron llamadas así porque nacieron en la parte oriental del imperio,
se trata de comunidades eclesiales que se separaron por no aceptar ni la orientación ciriliana de Éfeso ni la nueva fórmula
Cristológica de Calcedonia. A finales del siglo v la Iglesia sirio-oriental de Persia rechazó la doctrina de Cirilo de la "única
naturaleza encarnada del Dios Verbo", dando lugar a los llamados cristianos "nestorianos", que ejercieron una gran actividad
misionera, sobre todo en la India y las Iglesias "no calcedonenses", fueron llamadas impropiamente "monofisitas".

En 1054 la fecha del primer gran cisma entre Iglesia oriental e Iglesia occidental, que marca oficialmente la división entre
Iglesias. Forman parte de la ortodoxia aquellas Iglesias orientales que reconocen los siete primeros concilios ecuménicos (de
Nicea I a Nicea II) y que tienen además en común el rito bizantino y el derecho canónico, y no están en comunión con Roma.
Aunque mantienen su independencia intrínseca, las Iglesias ortodoxas consideran como su centro espiritual y su guía al
patriarca de Constantinopla, el cual, por ejemplo, dirige la preparación del gran sínodo panortodoxo de inminente celebración.
Las Iglesias ortodoxas se distinguen en nueve patriarcados, A partir del cisma de 1054 -que es llamado por los occidentales
"Cisma de Oriente" y por los orientales "cisma de la Iglesia occidental"- la historia de las relaciones entre Roma y
Constantinopla ha registrado no pocos acontecimientos traumáticos, que a veces no han sido advertidos como tales en
Occidente. Además del cisma, fueron acontecimientos muy dolorosos para la ortodoxia las cruzadas (con la conquista de
Jerusalén en 1099 y de Constantinopla en 1204), los intentos de unión de los concilios de Lyon (1274) y de Florencia (1439), la
conquista de Constantinopla por los turcos (1453) y el funesto período posterior del poder turco. Este último acontecimiento, que
concluyó con la liberación de Atenas en 1821 y de Salónica en 1912, supuso la práctica imposibilidad de una expresión
teológica y cultural libre de la ortodoxia, sobre todo griega. Esto contribuyó a ahondar más todavía el surco de la desconfianza y
de la defensa contra la Iglesia católica y, a partir de finales del siglo XVI, también contra el protestantismo. A ello hay que añadir
las diferencias que aparecieron ya en el primer milenio entre Oriente y Occidente: diversidad en los ritos litúrgicos; en la
estructura jerárquica, con la formación de los patriarcados; en la concepción de la Iglesia y de la comunión intereclesial.
Después del cisma se afirmaron otras divergencias: el contrastre entre la teología escolástica y el palamismo; el énfasis casi
absoluto de la antigua tradición patrística y conciliar (la "parádosis'~; el rechazo de la infalibilidad papal y de su primacía de
jurisdicción universal; la oposición a los dogmas marianos más recientes (la Inmaculada y la Asunción); el significado que hay
que dar a la epíclesis en la liturgia eucarística; la perplejidad sobre la fórmula de la absolución sacramental utilizada en
Occidente. Otro motivo de contraste y de incomprensión entre la Iglesia ortodoxa e Iglesia católica se deriva de aquellas Iglesias
que, unidas a Roma desde hacía siglos, fueron condenadas a la extinción legal por los regímenes comunistas del este europeo
y absorbidas a la fuerza por las Iglesias ortodoxas. Con el reciente hundimiento de estos regímenes, los católicos están
reivindicando ahora sus derechos sobre los edificios sagrados y sobre los bienes confiscados, pero ante todo sobre la libertad
de culto y de pertenencia a la Iglesia católica. A pesar de este conjunto de divergencias y sinsabores, existe entre las dos
Iglesias un patrimonio común muy vasto, dada su esencial referencia a la Escritura y a los padres, su aceptación de los dogmas
fundamentales de la fe (Trinidad y encarnación), su vida litúrgica y espiritual, su admisión de los siete sacramentos, su
experiencia monástica, su devoción mariana, su vida de apostolado, de misión y de santidad. El hecho de que estos elementos
de base sean vividos e interpretados de forma propia y original en Oriente y en Occidente mediante una disciplina, una tradición
jurídica y una teología legítimamente diferentes entre sí, debe verse como un motivo de complementariedad y de armonía, no
de oposición y de contraste. El Protestantismo, empezó como un movimiento reformador de la Iglesia cristiana occidental en el
siglo XVI, que daría lugar a la Reforma protestante que separó a las Iglesias reformadas de la Iglesia católica. El objetivo
declarado por los reformadores pioneros era el de restaurar la fe cristiana como había sido en sus orígenes, manteniendo lo que
ellos consideraban valioso de la tradición romana que se había desarrollado en los siglos intermedios. Las cuatro tradiciones
protestantes principales que emergieron tras la Reforma fueron la luterana, la calvinista, la anabaptista y la anglicana. A pesar
de las considerables diferencias que hay entre ellas en cuanto a prácticas y doctrina, coinciden en su rechazo a la autoridad del
papa y en la importancia que se concede a la Biblia y a la fe individual. El término protestantismo ha ido asociándose cada vez
más a las iglesias que no son la católica, ni la ortodoxa ni otras iglesias de la tradición oriental, el movimiento precedió algunos
movimientos disidentes de la Iglesia medieval tardía anticipaban la Reforma con sus denuncias de la corrupción generalizada de
la iglesia de roma así como los aspectos y los aspectos importantes de las enseñanzas católicas, Martín Lutero con la
publicación con la publicación de las 95 tesis, marcó el comienzo de la Reforma; en ellas atacaba la venta indiscriminada de
indulgencias para financiar la construcción de la basílica de San Pedro en Roma, la gran empresa del papa Julio II. Consideraba
que no era suficiente para obtener su salvación seguir las enseñanzas católicas tradicionales. Empezó a pensar que esa
salvación se encontraba en la doctrina de la justificación de la gracia divina a través de la fe sola, mientras que la teología
católica había oscurecido ese aspecto dando la misma importancia a las buenas acciones, a las obras. Pensaba que la venta de
indulgencias era un abuso basado en ese énfasis equivocado en la importancia de las buenas acciones, quiso reformar la
Iglesia desde dentro, pero se topó con una firme oposición. Al no querer retractarse y pedir que se demostrara su error mediante
las Escrituras, negó la autoridad de Roma y fue excomulgado. Sus ideas se extendieron rápidamente por toda Alemania y otros
lugares de Europa. En Escandinavia se establecieron con gran rapidez iglesias luteranas que proclamaron su carácter nacional.
www.mercaba.org/DicTF/TF_Iglesias-4

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