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1. Los gálatas.
4. Fecha de la carta
I. Introducción (1,1-5)
Mas, cuando vino Cefas a Antioquía, me enfrenté con él cara a cara, porque
era digno de reprensión. Pues antes que llegaran algunos del grupo de
Santiago, comía en compañía de los gentiles; pero una vez que aquéllos
llegaron, se le vio recatarse y separarse por temor de los circuncisos... Pero
en cuanto vi que no procedían con rectitud, según la verdad del Evangelio,
dije a Cefas en presencia de todos: « Si tú, siendo judío, vives como gentil y
no como judío, ¿cómo fuerzas a los gentiles a judaizar? » (2, 11-12.14)
+ Las leyes son buenas, pero de por sí sólo indican lo que tenemos
que hacer, sin que den las fuerzas necesarias para hacerlo. El
hombre, con sus propias fuerzas y sin la gracia de Cristo,
debilitado radicalmente por el pecado, se encuentra impotente
para obedecer estos mandamientos. En esta situación de debilidad,
imponer más leyes solo sirve para que el hombre las desobedezca y
experimente más profundamente su debilidad. La fuerza para
cumplirlos la da Dios por medio de Cristo. No basta saber leyes, es
necesaria la gracia de Dios.
+ Los que igualan la Ley de Moisés a Cristo la están absolutizando
y atribuyéndole una fuerza que no tiene. En este caso sólo sirve
para experimentar la debilidad propia y la necesidad de la gracia
que Dios ha prometido y se ha cumplido en Cristo. Esto quiere
decir que no se puede conseguir la salvación a base de cumplir
leyes, pues no es ésta la finalidad de las mismas.
Y así, antes de que llegara la fe, estábamos encerrados bajo la vigilancia de la ley, en
espera de la fe que debía manifestarse. De manera que la ley ha sido nuestro pedagogo
hasta Cristo, para ser justificados por la fe. Mas, una vez llegada la fe, ya no estamos
bajo el pedagogo. Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. En efecto,
todos los bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo: ya no hay judío ni griego; ni
esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si
sois de Cristo, ya sois descendencia de Abraham, herederos según la Promesa. (3,23-29)
3. Situación de los herederos antes y después del envío de Cristo
(4,1-11)
* Antes de Cristo:
* Por ello hay que evitar usar la libertad para instaurar la ley de
la selva:
Pero si mutuamente os mordéis y devoráis, mirad que
acabaréis por consumiros unos a otros (5,15)
2. Aclaración del principio fundamental (5,16-24)
* Conclusión: