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La Semilla
Órgano Socialista y Antiimperialista Genéticamente No Modificado
facebook.com/NuevoOrdenUniversitario
El Gallo Pitagórico
editorialelgallopitagorico@gmail.com
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ÍNDICE
II. LA HUELGA DEL CGH (ABRIL 1999 - FEBRERO 2000), UNA DERROTA
ESTUDIANTIL QUE CONTINUA PRODUCIENDO MÁS DERROTAS.....
Pag. 25
1. #YoSoy132
1. ¿Cómo lo lograron?
10
El Movimiento #YoSoy132 brotó del asco generalizado por la fraudulenta campaña del PRI en 2012.
Inicialmente se expresó en los límites del sentido común epocal, que es estar contra la política
y todos los políticos, pero poco a poco fue transitando hacia el apoyo al candidato que en público
consideraban un mal menor (y en privado el mejor): AMLO. Aunque esta indefinición electoral no
ayudó a impedir que Peña Nieto llegara a Los Pinos.
11
El apoyo internacional fue enorme, Julian Assange, desde la embajada ecuatoriana en Londres.
12
Terrible error del movimiento por Ayotzi. Se equivocó quién decidió que el movimiento
se centrara únicamente en los 43 desaparecidos, condena al olvido a los chavos que quedaron
muertos en el lugar de los hechos. Esto no fortalece el movimiento contra la represión, lo debilita.
Rectifiquemos. En la foto: mural de Julio Cesar Mondragón, asesinado esa noche.
13
14
I. LOS MOVIMIENTOS ESTUDIANTILES EN EL PAÍS DE LA MUERTE
1. Gozan de gran éxito los apologistas del carácter efímero de los movimientos estudian-
tiles contemporáneos, quienes consideran esto no como una tara, un obstáculo, sino como
una virtud libertaria; concluyen que es mejor no tener una estructura de lucha permanente
porque esta tendería a la burocratización. Si un razonamiento así se aplicara a los cuerpos
de bomberos y paramédicos –instituciones que efectivamente pueden burocratizarse- el
absurdo resaltaría inmediatamente: bajaría peligrosamente la capacidad social de respuesta
frente a incendios y accidentes. Pero en el ámbito de lucha social es más complicado ver
con claridad las incongruencias. Destacan las loas a lo efímero de los Situacionistas, los
Provos holandeses y del dirigente principal del movimiento estudiantil francés de 1968, su-
puestamente anti vertical, Daniel Cohn-Bendith. En esta misma frecuencia abundan en las
universidades mexicanas los defensores del asambleísmo horizontalista (necesariamente
efímero), mismo que contraponen a estructuras de organización y lucha permanente.
15
Para acabarla de joder, la experiencia de los movimientos estudianti-
les mexicanos de las últimas décadas parecieran darle completamente la
razón a tales valoraciones: al llegar al punto máximo de participación y
sobrevenir después su lógico reflujo, inicia un largo lapso de tiempo entre
un movimiento y otro. ¡No queda estructura alguna! Tan solo un vacío
organizacional, un hoyo negro que devora cualquier intento creativo de
respuesta a los permanentes avances de las autoridades universitarias.
2. El sectarismo, la actividad de las sectas, se caracteriza por suponer que solo el grupo
propio posee el discurso y prácticas necesarias para conseguir la salvación de las almas o
llevar adelante un proceso revolucionario. En este segundo caso, saben que son minúsculos
y que las masas no los siguen pero creen que el pueblo entenderá que ellos son la verda-
dera organización revolucionaria cuando las condiciones objetivas y subjetivas maduren.
Cuando se piensa así, no se trabaja para impulsar los movimientos y fortalecerlos organiza-
tivamente, sino para utilizarlos en provecho de la propia organización, que –suponen- es lo
verdaderamente importante. Así, el instrumento pasa a ser un fin.
16
También operan contra el movimiento estudiantil conceptos y enfo-
ques provenientes del discurso postmoderno, los cuales han infiltrado y
colonizado, sin que se les detecte, las valoraciones de la izquierda, inclui-
da la universitaria3. El resultado de todos estos factores es una manera de
ver la realidad y de actuar que –aunque no se desee- funciona a favor del
sistema con gran eficiencia, desorganizando, dispersando la fuerza.
3. Ver Apéndice 2.
Esta tiene múltiples expresiones pero todas tienen como objetivo in-
crementar la descomposición social y la violencia como método para im-
pedir la gestación de una voluntad nacional popular anti imperialista. Los
diversos aparatos ideológicos que reproducen la hegemonía oligárquica
empujan a las masas a la pasividad política, induciéndolas a tomar ante
la miseria salidas individualistas, ya sean legales o delincuenciales. Y para
aquellos segmentos avanzados que ya han decidido luchar y movilizarse
se tiene el espionaje, la infiltración de provocadores para aislar mediá-
ticamente y después reprimir judicial o extrajudicialmente, e incluso la
represión abierta, ejemplarizante.
5. Ver Barajas, Rafael. Narcotráfico para inocentes: el narco en México y quien lo USA.
Capítulo VIII, “Guerras irregulares del Pentágono”. El chamuco y los hijos del averno,
México, 2011.
18
un enorme movimiento estudiantil-popular que rebasaba, con mucho, los
bordes tradicionales de las diversas izquierdas; participamos en las mo-
vilizaciones al lado de cantidades enormes de personas pertenecientes a
todas las clases sociales, atmosferas culturales y orientaciones políticas.
19
pular de la APPO. Pero eso no lo sabremos nunca porque la dirigencia del
movimiento optó, o derivó inercialmente, hacia una política de vanguar-
dias activas, no de masas.
20
movilizaciones, contribuyendo así a que la lucha por Ayotzi se convirtiera
en un problema de tamaño administrable por el Estado.
6. Los ya tradicionales cierres de vías (avenidas, carreteras, etc.) son un buen ejemplo de
la aplicación mecánica de tácticas huérfanas de estrategia y sin considerar el contexto: al
hacer cortes o bloqueos se intenta: 1) cortar la circulación de mercancías (lo cual golpearía
a la burguesía) y 2) visibilizar una lucha que de otro modo no sería cubierta por los medios,
para así presionar al gobierno. Veamos: 1) Cerrar vías urbanas ocasiona que las grandes
empresas envíen por radio a sus transportes la orden de modificar rutas u horarios, la única
circulación de mercancías que se impide es la de micro y pequeños negocios (la masa de
la tortillería, las guayabas de la frutería de barrio). 2) El bloqueo de avenidas por vecinos
exigiendo mejoras al delegado o jefe de gobierno, como drenaje o seguridad, pueden fun-
cionar pues no son luchas que necesiten ineludiblemente ganar la simpatía del país y sí
meten en aprietos al funcionario. Pero si hablamos de movimientos estudiantiles, nos refe-
rimos a una lucha por la hegemonía, donde un bloqueo efectivamente hace que los medios
de comunicación la visibilicen, pero para presentarla de la peor manera ante la población;
y precisamente cuando se necesita convencer a esta de la justeza de nuestra lucha. Y final-
mente, cerrar vialidades donde circulan las clases populares, que van presurosos al trabajo
o regresan fatigados a sus casas, no es una táctica que nos dé su apoyo. Pero si el objetivo
no es contribuir a la construcción de la conciencia popular, sino sentir la adrenalina en los
bloqueos, entonces omitir la presente nota.
21
Estas explicaciones serían cómicas si no fueran muestra del grado de
despolitización en que se encuentran las vanguardias estudiantiles: no
hay análisis de coyuntura real, no hay estrategia, y menos se entiende que
una estrategia requiere adquirir capacidades y estructura orgánica para
implementarla mediante diferentes tácticas, según lo exijan las circuns-
tancias. Apelan fuertemente a principios anti capitalistas (en eso se dife-
rencian del relativismo ético de los posmodernos ¡ya es ganancia!) pero
los principios necesitan de una razón estratégica que los haga realidad, y
de eso carecen.
Tristemente este tipo de grupos son los que han dirigido-destruido los
movimientos universitarios, al menos en el Valle de México, desde que
inició este siglo. La inercia cultural que han generado, el sentido común
epocal de lo que deben ser, hacer y parecer los revolucionarios, condi-
22
ciona el trayecto político de nuevos núcleos de activistas. Es necesario un
análisis tan duro y deprimente porque estamos estancados y la esperanza
no brota de la autocomplacencia. Tener capacidad de combate depende
del análisis crítico del pasado reciente
8. En Lucha por el Socialismo, antes Buro de Información Política (BIP), corriente sur-
gida en la Facultad de Ciencias Exactas en los años setenta. Durante la huelga del CGH
encabezó la llamada corriente ultra (abreviatura de ultraizquierdista); desde esa huelga y
hasta la fecha controla el comedor de esa Facultad. Una serie de grupos: Frente de Lucha
Estudiantil Julio Antonio Mella (FLEJAM), LTS-Contracorriente (hoy MTS), La Brigada
Verde y otros, coincidían con muchos criterios de la ultra, pero tenían métodos violentos y
posiciones más sectarias, se autodenominaron megaultras. Ambas tendencias integraron el
bloque dirigente del CGH. Existieron otras corrientes, pero no pudieron – o no quisieron-
incidir en el rumbo del movimiento.
9. Al lado de las ideas sistemáticas, filosóficas, existen “costumbres, ideas operativas que
funcionan en una sociedad, nunca han sido expuestas de manera expresa… pero que sin
embargo nutren el sistema del pensamiento y rigen la conducta del grupo social.” Romero,
José Luis. Estudio de la mentalidad burguesa. Alianza, Madrid, 1987.
24
movimiento pueda luchar contra el Estado con igual o mayor entusiasmo,
pero con mucha mejor estrategia y mecanismos organizativos. La actual
coyuntura le da a esto el carácter de urgente, pues estamos ante dos po-
sibilidades: acabar con el régimen neoliberal (como un primer paso) o re-
petir errores que le permitan a éste recomponerse.
10. Ver: Albertani, Claudio (coord). Pienso luego estorbo. Textos en defensa de la UACM.
Juan Pablos, México, 2012.
25
Este ensayo es parte de un trabajo más extenso. Intenta aportar ele-
mentos para iniciar la construcción crítica de la memoria del movimien-
to estudiantil, condición indispensable para elaborar colectivamente un
planteamiento estratégico que, partiendo inicialmente de luchas sectoria-
les eficaces, pueda construir una institucionalidad estudiantil combativa,
amplia, independiente, poderosa y democrática a nivel nacional.
26
II. LA HUELGA DEL CGH (ABRIL 1999 - FEBRERO 2000),
UNA DERROTA ESTUDIANTIL QUE CONTINUA PRODUCIENDO
MÁS DERROTAS
Analizar las decisiones políticas más importantes que tomó el bloque di-
rigente de la huelga del CGH, de casi diez meses de duración nos permite
comprender una atmosfera político–cultural con inercias aún vigentes, las
cuales se reproducen actualmente en movimientos estudiantiles dentro
y fuera de la UNAM. “El análisis del pasado sirve para entender nuestro
presente”; frase trillada, pero que no se acaba de comprender, y menos
de aprovechar11.
11. Una cronología crítica detallada de la huelga del CGH puedes encontrarla en el libro
de Ismael Hernández, El estudiantado sin cabeza. México, El gallo pitagórico, 2012. Y en:
http://lacatedragramsci.blogspot.mx/
27
de la huelga hubiera implementado una estrategia coherente de acumula-
ción de fuerzas pero sorprendentemente hizo todo lo necesario para que
de la poderosa huelga de masas ¡se fueran las masas! Esto la convirtió en
un paro estrictamente controlado por las sectas políticas ultraizquierdis-
tas que funcionaban como la dirección realmente existente del CGH.
28
¿Cómo se hace débil una huelga poderosa?
29
Pliego petitorio de la huelga del CGH 1999 - 2000
30
diciembre, de pronto ─sin avisar a nadie─ un grupo de huelguistas de la
llamada mega ultra se encapuchó y, sin más, comenzó a apedrear el edi-
ficio; la represión no se hizo esperar. Como es típico, la policía no golpeó
ni detuvo a ningún responsable, pero sí a muchos inocentes. Ante lo que
era un claro intento para entorpecer o abortar un acuerdo en la mesa
de diálogo con las autoridades, para así prolongar la huelga; la dirigencia
del CGH respondió a esto rápidamente… suspendiendo el diálogo con las
autoridades hasta que los compañeros fueran liberados. Obviamente se
trataba de una provocación y se mordió el anzuelo. Había que movilizarse
para sacar a los detenidos pero sin suspender el encuentro, antes al con-
trario; utilizar la presencia de los medios en la mesa para hacer patente la
ausencia de nuestros compañeros y exigir su liberación.
Pero a veces ni siquiera era necesario eso, el CGH tenía una fuerte vo-
cación al suicidio político: nombró una enorme comisión de 120 delgados,
rotativos, fuertemente acotados en su creatividad para decir o hacer algo.
El principio de vigilancia sobre los representantes se llevó a extremos pa-
ranoicos; la prevención de una posible traición o protagonismo se tornó
más importante que derrotar al enemigo, esta actitud era motivada por
las burdas interpretaciones urbanas del horizontalismo zapatista chiapa-
neco, pregonado por el sub Marcos (quien protagonizaba y centralizaba
muy bien las demandas indígenas), y no por la observación de que el EZLN
era un ejército que funcionaba con jerarquías que permitían la creatividad
individual para resolver problemas, aunque dentro de márgenes precisos.
La manera como se llegó al diálogo simplemente no era funcional para
enfrentar a una comisión de autoridades compacta, con margen de ma-
niobra y profesional.
31
Los resultados de los encuentros fueron terribles para el movimiento,
en la transmisión en vivo la mayoría de los estudiantes tartamudeaba al
leer, se les percibía acartonados, rígidos o bien retadores y altaneros; no
convencían a nadie. Esto permitió a los muchos medios de derecha burlar-
se y denigrar. Deliberadamente se había excluido de la representación es-
tudiantil a huelguistas que eran buenos oradores y con cierta experiencia
política porque, se dijo, podrían devenir en dirigentes, y estos necesaria-
mente traicionarían al movimiento. Sin embargo, líderes de las corrientes
que controlaban el CGH sí integraron la mesa de negociación. Hubo algu-
nas lúcidas excepciones, pero se diluyeron en un mar de ineptitud.
La solución a los seis puntos del pliego petitorio, daba como resultado
una nueva universidad, distante de los criterios neoliberales, abierta a los
hijos de trabajadores, democrática, donde lo que se investigara y enseña-
ra estuviera al servicio del pueblo y, además, verdaderamente autónoma;
es decir, una refundación en sentido popular de la UNAM. Los objetivos
eran claros, precisos, incluso todos ellos posibles de obtener en los pri-
meros meses de la huelga si el movimiento hubiera tenido la capacidad
de ganar el consenso nacional; ese era el escenario ideal. El problema fue
que para alcanzar dichos objetivos no había plan B ni C, es decir, no existía
un planteamiento estratégico con múltiples tácticas posibles: la huelga,
que debió ser entendida únicamente como una táctica, se convirtió en
estrategia única.
33
da por el presidente de la República y el Rector, quienes invitaban al CGH
a levantar la huelga a cambio de la eliminación de las cuotas y cobros por
servicios, un espacio para discutir el resto de demandas (no le llamaban
Congreso), así como no sancionar a los huelguistas. Lo que las autoridades
estaban dispuestas a ceder al movimiento no era un regalo, solamente
estaban reconociendo parte del volumen real de la fuerza de la huelga,
y al estar en un regateo, obviamente, no reconocían públicamente toda
nuestra fuerza. Sobre esta favorable base, una huelga inteligente pudo
haber obtenido aún más.
Como esto no ocurrió, lo lógico hubiera sido buscar una nueva táctica
para conseguir todos los puntos del pliego. La huelga ya presentaba claros
signos de desgaste, por lo tanto lo posible era concentrar las fuerzas y
prestigio restantes en obtener un punto del pliego que permitiera regre-
sar a clases, que era la única manera de romper el cerco y volver a acumu-
lar fuerza, consenso. Ese punto era el 4: Congreso Universitario.
Trasladar la energía del movimiento de huelga del CGH a una lucha ─ya
con clases─ en torno al Congreso hubiera significado:
34
- Luchar por implementar los acuerdos (más presión de masas).
Triunfar en cada paso hubiera sido difícil, pero en todos los casos había
un elemento que en la táctica de prolongar una huelga moribunda, con
escasos activistas, no existía: la universidad abierta, la posibilidad de las
masas estudiantiles movilizadas.
35
cultad de Filosofía, o El Escuadrón de la Muerte del CCH Oriente), porque
habían hecho de la huelga un modus vivendi, para ellos las instalaciones
universitarias era un botín del cual medrar e, incluso consumían y/o trafi-
caban drogas dentro de la huelga (las sembraban en macetones al interior
de la Facultad de Filosofía, y para regocijo de los consorcios mediáticos ya
estaban crecidas al momento del desalojo).
Los posicionamientos del bloque dirigente del CGH (la huelga elevada a
estrategia única, apostar al todo o nada, y el ver la represión como una
salida política) nos permiten conocer la situación de anemia teórico–prác-
tica de una parte de la izquierda mexicana y de sus expresiones en la uni-
versidad, un imaginario político dogmático, autoritario, sectario, repeti-
dor mecánico de fórmulas, muy lejos de entender el marxismo como una
serie de herramientas conceptuales para comprender la realidad y pro-
poner soluciones concretas y viables. Hace casi cien años Lenin reprendía
la ingenuidad de los ultraizquierdistas europeos, quienes tomaban sus
propios deseos como si estos fueran la realidad; creían que era suficiente
alabar y copiar a los bolcheviques, pero no comprendían su método, el
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cual se aplicaba de manera diferente según las circunstancias12. Se trataba
entonces de un fenómeno absurdo pero comprensible. Hoy las actitudes
ultraizquierdistas no tienen justificación alguna, aunque vengan acompa-
ñadas de versiones pre o posmodernas de izquierda.
12. Ver V.I. Lenin. La enfermedad infantil del “izquierdismo” en el comunismo. Progreso,
Moscú, s/f.
38
el Rector en turno, pues casi todas las corrientes que participaron en la
referida huelga siguen presentes en la UNAM intentando influir en cada
movimiento estudiantil. Desgraciadamente no sólo en territorio puma,
ahora han exportado sus valoraciones mecánicas y métodos sectarios a
los movimientos estudiantiles de instituciones como la UAM y la UACM.
De esa manera la derrota del CGH 1999–2000, su atmosfera mental acen-
tuadamente mecánica en política y culturalmente autoritaria, no se limita
a ese periodo, sino que se vuelve permanente; sí, una derrota permanen-
te. Al menos mientras una generación de activistas estudiantiles no se
detenga a reflexionar profundamente en torno al porqué y al cómo de lo
que se hace.
39
Un caso reciente de conservación de la atmosfera político-cultural del CGH
40
Se votó por tercera vez la permanencia o no del paro. En esta ocasión
los dueños del sonido le agregaron a sus arengas insultos e intimidaciones
contra los inconformes con su papel de vanguardia autoproclamada. En-
tre los criticones aludidos se encontraban activistas que, con anterioridad,
habían enfrentado a los candidatos de las autoridades durante las eleccio-
nes al Consejo Universitario, derrotándolos y arrebatándole a la derecha
espacios útiles para el movimiento; no obstante, fueron descalificados por
la ultraizquierda ¡por ser gente de las autoridades!
41
carta de normalidad, entonces esa será la muerte de la esperanza en el
cambio. Cada vez que los miembros de los colectivos ultraizquierdistas de
CCH Azcapotzalco, en esa asamblea emblemática, amedrentaban e inten-
taban engañar a sus compañeros, la hegemonía burguesa, sus valores y
métodos se afianzaban.
Antes de cerrar este segmento del texto, ¿les gustaría saber quién
ganó realmente con el paro indefinido impuesto con métodos priistas–
perredistas en el CCH Azcapotzalco?
43
III. MÁS ALLÁ DE LA UNAM LA INTELIGENCIA COMBATIVA SE
ABRE CAMINO MÁS Y MEJOR
#YoSoy132
Esto último constituyó una ruptura con la inercia anti electoral prego-
nada por el sub Marcos a partir de las elecciones presidenciales de 2006
(antes, en 1994, había hecho campaña por el PRD, y en la de 2000 le pidió
a Cárdenas que no renunciara a su candidatura) y organizada en La Otra
Campaña, la cual se había dedicado a sabotear intensamente a López
Obrador, al menos en las universidades públicas del Valle de México, don-
de los neozapatistas tenían muchos simpatizantes.
44
Esto no le gustó a los grupos de la UNAM provenientes del CGH y sus
subproductos culturales más recientes de la UACM y la UAM. Les disgus-
taba la lentitud con que evolucionaba la conciencia de los participantes
en el movimiento y los senderos por los que se transitaba y se construía
(énfasis en la lucha no violenta, utilización del sufragio como táctica de
lucha, exigencia de debates entre los candidatos presidenciales).
45
ras de la noche en domingo: el programa Sin filtro, donde se arrebatan la
palabra un desfile de jóvenes canallas, aspirantes a relevar a las diferentes
élites políticas del país para continuar, bajo otras formas, con la misma
política de saqueo proimperialista y desindustrialización que es regulada
por el sistema liberal representativo en su versión dependiente, mismo al
que los estudiantes y jóvenes profesionistas invitados invariablemente se
plantean cómo mejorar, nunca cómo transformar radicalmente. Esa coop-
tación le salió extremadamente barata al Estado mexicano.
46
La manera en que afrontaron la huelga y las movilizaciones derivadas
de ésta marca una clara línea de demarcación frente a la mencionada at-
mosfera político-cultural del CGH y herederos. Gracias a que no prevalecía
un ambiente sobreideologizado, con abundantes sectas políticas, fue fácil
que se desarrollara entre los huelguistas un buen sentido de lo que podía
perjudicar a la huelga y lo que la fortalecía, por lo que desde un principio
impidieron la presencia de encapuchados en sus marchas y la realización
actos vandálicos. No existían en el poli las discusiones absurdas y de ma-
triz filosófica liberal que ocurrían al mismo tiempo en asambleas de la
UNAM, movilizada por Ayotzi, sobre si prohibir que se encapucharan al-
gunos marchistas era atentatorio contra su libertad de elección. Entre los
estudiantes del IPN privaba un sentido práctico que les indicaba, según
diferentes intervenciones en asambleas, que ese tipo de acciones des-
prestigiaría a la huelga o que eran fruto de provocaciones orquestadas
por el CISEN.
Tampoco repitieron varios errores del CGH, como nombrar una comi-
sión enorme y rotativa para dialogar con las autoridades, ésta fue com-
pacta y estable. Tampoco les dieron un pretexto a las autoridades para no
celebrar o interrumpir el diálogo (como la referida exigencia de instalar
mil sillas por parte del CGH). Pero sobre todo entendieron que la huelga
no era una estrategia única sino una táctica, un momento de la lucha que
no podía prolongarse indefinidamente, que las huelgas se deben levantar
cuando aún no declina su fuerza.
47
Por otro lado, rechazaron los intentos de reventar las negociaciones
con las autoridades por parte de la pequeña ultraizquierda local, partida-
ria de prolongar la huelga con el pretexto de que parte de los acuerdos que
se firmarían no habían sido llevados a los planteles para su visto bueno;
apoyada por los tristemente célebres grupos de la ultra de la UNAM inten-
taron irrumpir en el auditorio donde se efectuaba el encuentro. Muchos
huelguistas ahí reunidos lo impidieron. La sesión se suspendió ordena-
damente y los puntos en reclamo fueron consultados escrupulosamente
con la comunidad, cerrando así un flanco que permitiera el inicio de una
atmósfera ideológica que hubiera roto la mesa de diálogo y prolongado la
huelga hasta su desalojo.
48
Este movimiento, con su huelga ordenada, sus marchas sin violencia y
la manera impecable de afrontar la negociación con las autoridades, po-
dría ser el principio del fin de la atmósfera político-cultural del CGH y pro-
ductos derivados. Sin embargo, la moneda aún está en el aire porque tie-
nen enfrente el reto de generar toda la discusión y movilización necesaria
para arrancar a las autoridades los acuerdos firmados y llegar en posición
de fuerza al Congreso, en donde no sólo podrían obtener un nuevo IPN
democrático, crítico y de puertas abiertas a todo aquel que desee ingresar
sino también que todo lo que se enseñe e investigue en verdad sirva a
los que menos tienen, que los planes y programas de estudio se orienten
hacia la reindustrialización del país (empujando así hacia la sustitución
de importaciones y el mercado interno) ahora en un sentido ecológico e
incluyente. Todos estos cambios, sea que se logren total o parcialmente,
serían un golpe desde su base de reproducción técnico-científica al neoli-
beralismo, una presión enorme para cambiar de modelo económico.
49
taria más sino un paso responsable hacia la creación de planteamientos y
estructuras superiores de lucha, es decir, una Federación Estudiantil Na-
cional que, como en el emblemático caso chileno, pueda enfrentar exito-
samente las políticas del régimen en el ámbito educativo, contribuyendo
así de manera efectiva a la edificación de las condiciones para superar el
capitalismo realmente existente.
50
IV. construir una poderosa federación estudiantil en México
¿SERÍA POSIBLE?
14. El cerco ideológico que lograron construir en torno al sindicalismo magisterial inde-
pendiente, posicionando entre la población su noción calidad de la educación, ayudó de
manera importante al gobierno federal a golpear a la CNTE en Oaxaca. Obviamente no se
detendrán en el nivel básico y medio, avanzarán contra los subsecuentes niveles de educa-
ción pública, sumándose a los ataques que ya estamos recibiendo. Usarán el mismo mem-
brete o crearán un nuevo Tanque de Pensamiento.
15. Ver Lanz, Carlos. Las operaciones psicológicas del grupo Rendon. Caracas, Ministerio
del Poder Popular para la Comunicación y la Información, 2008. México está en el listado
de países donde han vendido sus servicios.
51
do directamente o a través de contratistas privados especializa-
dos en infiltración y provocación, del tipo de CANVAS (Centre for
Applied Nonviolent Action and Strategies) u otros. Acechando el
momento en que puedan precipitar una represión que disperse
o induciendo a realizar acciones para que los medios de comuni-
cación logren distanciar a la opinión pública de X o Y movimiento.
53
lucha (información a la comunidad, discusión, toma de acuerdos, organi-
zación de medidas de presión y negociación con las autoridades) los co-
lectivos y grupos organizados utilicen capacidades grupales, experiencia
acumulada e información reservada para hacer prevalecer, en cada uno de
estos pasos, sus criterios. De esta manera, la participación del estudiante
común en las decisiones y protagonización de la lucha queda reducida al
aspecto cuantitativo (“hacer bola”). Esto permite a las sectas acordar, en
lo oscurito, cuál es el volumen de influencia que les toca a cada una en la
verdadera toma de decisiones.
54
beneficie a las clases populares y a la soberanía nacional. El excepcional
caso de la lucha victoriosa de los estudiantes del IPN se trató únicamente
de la primera fase; la lucha por el congreso está presentándose de manera
mucho más complicada y será muy difícil vencer u obtener resultados me-
dianamente aceptables sin una estructura de lucha permanente, que ayu-
de a rebasar el carácter exclusivamente reactivo de la lucha estudiantil.
17. Escuchar la palabra Institución, pone en alerta a los que hemos sido oprimidos, aliena-
dos y explotados por diversas instituciones capitalistas. Pero la mayor parte de los revolu-
cionarios han construido instituciones para luchar eficazmente, el partido de Lenin, clara-
mente. Pero también la guerrilla de Fidel y el Ché era ya una institución mucho antes de ser
gobierno, y el Ejercito Libertador del Sur, de Emiliano Zapata, fue el intento de organizar
una institución que hiciera posible el Plan de Ayala. Sin institucionalidad, los de abajo no
podríamos tener eficacia, es decir, posibilidad de triunfo en el combate.
55
bibliografía
Lanz, Carlos. Las operaciones psicológicas del grupo Rendon. Caracas, Mi-
nisterio del Poder Popular para la Comunicación y la Información, 2008.
56
apéndice 1
1. ¿Por qué tiene la UNAM relación con empresarios asesinos y ecocidas? Para saber más
de este grupo empresarial: http://www.jornada.unam.mx/2012/02/16/opinion/022a1pol
57
Para que el imperialismo pueda acumular por desposesión necesita
cómplices en los ámbitos educativos de los países dependientes. En la
UNAM necesita colocar gente de confianza encargada de que la mayor
parte de la investigación y la enseñanza no rompa la dependencia; ten-
dencia ya bien instalada, pero que desean reforzar. ¿Quién podría gozar
de mayor confianza que él, hasta hace poco, subsecretario de Relaciones
Exteriores para América del Norte? Alcocer es el encargado no solo de
preservar e incrementar la entrega de la soberanía militar y territorial a
Washington2 sino de conservar y ampliar un Tratado de Libre Comercio
que continua desindustrializando y subordinando al país. Un adminis-
trador colonial al gusto del Departamento de Estado en la Rectoría de la
UNAM.
2. Las tres bases militares norteamericanas que actualmente funcionan en territorio mexi-
cano: Jiquipilas y Chicomuselo, Chiapas, y Las Encinas, al oriente de la capital de Puebla,
(Ver Boron, Atilio. América Latina en la Geopolítica del imperialismo. México, UNAM,
2014) operan en coordinación con el Sub Secretario para América del Norte de la Secretaria
de Relaciones Exteriores, puesto que ocupó hasta hace poco Sergio Alcocer.
58
También hay que considerar que la UNAM es uno de los aparatos re-
productores de la hegemonía más importantes del país, por lo que será
una tarea titánica, pero ineludible, reorientar esa función hacia objetivos
emancipatorios.
59
sentantes de la oligarquía genocida de todos los niveles de gobierno e
instituciones públicas en que sea posible, y eso solo para iniciar.
60
Apéndice 2
¿Cómo lo lograron?
63
personal y optativa, un relativismo en el que todo vale.
6. Resulta muy conveniente para el imperialismo que la inteligencia de los países depen-
dientes deconstruyan conceptos, como Estado nacional, declarándolos inútiles, autoritarios
y perjudiciales para el bienestar de las personas (que no les interesa sino su entorno inme-
diato). Aquí podemos ver con claridad como un posicionamiento filosófico golpea concre-
tamente las estrategias de Liberación Nacional. Ver: Castro Luis, La Gran Colombia. Una
Ilusión Ilustrada, Monte Ávila, Caracas, 1984.
65
rios o las comunidades urbanas no terminen de ser destruidos en sus en-
tornos, tradiciones e idiomas por el capitalismo contemporáneo, lo cual
profundizaría la miseria cultural y ruptura del tejido social que padece-
mos. Pero la justa reivindicación de lo local y sectorial ha sido a costa de
desvanecer, o al menos pasar a segundo plano7, el problema de la cons-
trucción de un Estado nacional, justo y soberano. Se cuida con profuso
amor al árbol, mientras que se deja quemar el bosque.
8. Un análisis bien documentado de los intereses tras los reclamos autonomistas en Bo-
livia, lo encontramos en: García Linera, Álvaro, Geopolítica de la Amazonía. Poder ha-
cendal-patrimonial y acumulación capitalista, Vicepresidencia del Estado Plurinacional.
Presidencia de la Asamblea Legislativa Plurinacional, La Paz, s/f.
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trategia definida de Washington: la balcanización o fragmentación de los
países que intentan salir de su control.
9. Holloway, John. Cambiar el mundo sin tomar el poder. Buenos Aires, Herramienta, 2002
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Lo que no fue un éxito fue la aplicación de sus orientaciones. En una
peligrosa coyuntura durante 2006 el sub comandante Marcos, ante cues-
tionamientos declaró: “me cago en la correlación de fuerzas”, y continuó
animando a sus seguidores a acciones que no correspondían a su nivel
de fuerza. Está irresponsable actitud permitió que el gobierno de Fox y
el entonces gobernador del Estado de México, Peña Nieto, asesinaran,
violaran y encarcelaran manifestantes. Analizar la correlación de fuerzas
antes de accionar es central en un análisis marxista, renunciar a ello no es
un gesto ingenioso e innovador, es parte de la colonización posmoderna
de la izquierda.
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no alcanza para explicar por qué en las asambleas estudiantiles sea bien
aceptado decir con orgullo que no se pertenece a ningún partido u orga-
nización política, que solo se dispone de la convicción de luchar. Lo cual
equivale a decir que para defender e impulsar los principios se tiene un
bajísimo o nulo nivel de organicidad política, y que se está orgulloso de tal
precariedad.
Tuvo que haber corrido mucha agua bajo el puente para que una afir-
mación así fuera el sentido común prevaleciente; mucho trabajo de los
aparatos reproductores de la hegemonía para programar en nuestra con-
cepción de mundo que no hay manera de hacer política sin corromperse.
Y claro, mucho posicionamiento en las academias y los contingentes en
lucha de una perspectiva anti política y anti estratégica.
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sinergias con los movimientos mencionados, resultando altamente bene-
ficiosas para el bloque popular en su conjunto.
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