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INVESTIGACIÓN

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Índice
4.1. El territorio como objeto de planificación y ordenamiento 3
4.2. Estrategia Internacional para la Reducción de Riesgo de Desastres.
Marco de Acción de Sendai 3
4.3. Gestión del riesgo como proceso social y político. 4
4.4 Escenarios y ámbitos de la gestión de riesgo. 5
4.5. Buenas prácticas internacionales y nacionales de la gestión de riesgo 7
4.6. Normativas, instrumentos y herramientas del ordenamiento territorial,
la gestión ambiental y la gestión del riesgo 8
4.7. Gestión local del riesgo 10
Bibliografia 11

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Introducción
4.1 El territorio como objeto de planificación y ordenamiento

El ordenamiento territorial es un proceso que involucra directamente a los grupos sociales, ya


que es en el territorio donde tienen lugar sus actividades cotidianas, por tanto, ha estado
presente en el devenir histórico de las sociedades. En la actualidad, este tema cobra especial
relevancia para cualquier país, dado su papel como instrumento del Estado para, por una parte,
ejercer control sobre el territorio y, por otra, orientar un determinado modelo de
desarrollo.(Hernández Peña, 2010)

En esencia, el ordenamiento debe concebirse como un instrumento para alcanzar mejores


condiciones en la calidad de vida de las poblaciones y, por ende, como un instrumento para
construir "un orden deseado". La complejidad del ordenamiento reside en saber, primero, ¿cuál
será ese orden deseado o ese modelo de territorio?; segundo, ¿qué es lo que desea la
sociedad que se haga en su territorio?, teniendo en cuenta que esta es diversa, multicultural y
estratificada (por citar solo algunos de los factores que generan su complejidad); y tercero,
¿cómo se genera un proceso de ordenamiento en un país donde el conflicto es el tema del día
a día?(Hernández Peña, 2010)

El OT es un proceso político-técnico-administrativo orientado a la organización, planificación y


gestión del uso y ocupación del territorio en función de las características biofísicas, culturales,
socioeconómicas y político-institucionales. Este proceso debe ser participativo, interactivo e
iterativo y basarse en objetivos explícitos que propicien el uso inteligente y justo del territorio,
aprovechando oportunidades, reduciendo riesgos, protegiendo los recursos en el corto,
mediano y largo plazo y repartiendo de forma racional los costos y beneficios del uso territorial
entre los usuarios del mismo. Una de las características más representativas de la concepción
del desarrollo de las últimas décadas es el surgimiento del territorio como la piedra angular
sobre la que se apoyan las estrategias y políticas de intervención. El territorio es entendido
como el espacio ambiental, económica, social y política. Por lo tanto, el territorio no se
considera solamente como el entorno físico donde están contenidos los recursos naturales,
sino que comprende también la actividad del hombre que modifica este espacio, en su devenir
histórico. El proceso de OT en un municipio tiene por objeto lograr una distribución territorial
más equitativa y eficiente de las oportunidades de desarrollo orientando las relaciones entre el
territorio y sus ocupantes, vinculando las actividades humanas, productivas y el espacio, con
el fin ultimo, de mejorar la calidad de vida de las generaciones presentes y futuras. El principal
instrumento del OT es el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), que contempla aspectos
normativos, técnicos y administrativos. El POT es un documento que, en su esencia, expresa
la visión actual que se tiene del territorio municipal, la visión del territorio que se quiere alcanzar
en el futuro y los pasos, instrumentos y herramientas necesarios para llevarlo a cabo. El POT
debe contener políticas, estrategias y acciones para el corto, mediano y largo plazo orientadas
a lograr una organización del territorio principalmente en base a dos grandes ámbitos: el uso
y manejo de la tierra y la ocupación y funcionamiento del territorio, de acuerdo al modelo de
desarrollo definido por el municipio ambos componentes están estrechamente vinculados entre
sí, son mutuamente dependientes y sus dinámicas responden directamente a los cambios
socio-económicos y productivos.(Real, 2016)

4.2 Estrategia Internacional para la Reducción de Riesgo de Desastres. Marco de Acción


de Sendai

El marco de Sendai para la reducción del riesgo de desastres (2015-2030) es un documento


internacional adoptado por países miembros de la ONU entre el 14 y el 18 de marzo de 2015
durante la Conferencia Mundial sobre Reducción de Riesgo de Desastres celebrada en Sendai,
Japón, y aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en junio de
2015.(Rowling, 2015) El marco de Sendai sucede al marco de Hyogo para la acción (2005–
2015), que hasta entonces había sido el acuerdo internacional más amplio sobre reducción del
riesgo de desastres.(SENDAI, 2015).
El documento de Sendai fue el resultado de 3 años de conversaciones, apoyadas por la Oficina
de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres, durante los cuales países
miembros de la ONU, ONG y otros actores pidieron una versión mejorada del existente marco
de Hyogo. Esta versión mejorada debía incorporar un conjunto de estándares comunes, unos
objetivos alcanzables y un instrumento de base legal para reducir el riesgo de desastres. Los

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países miembros también resaltaron la necesidad de abordar la reducción del riesgo de
desastres y la adaptación al calentamiento mundial cuando se fijaran los Objetivos de
Desarrollo Sostenible (ODS), particularmente a la luz de una insuficiente atención a la
reducción de riesgo y a la resiliencia en los Objetivos de Desarrollo del Milenio (en los que se
basaron los ODS).
El marco de Sendai establece 4 prioridades concretas para la acción:

1. Comprender el riesgo de desastres;


2. Fortalecer la gobernanza del riesgo de desastres para una mejor gestión;
3. Invertir en la reducción de riesgo de desastres para una mayor resiliencia; y
4. Aumentar la preparación frente a desastres para responder mejor a ellos y para una
mejor recuperación, rehabilitación y reconstrucción.
Para apoyar la valoración del progreso hacia la consecución de un menor riesgo de desastres,
se han acordado 7 objetivos globales:

1. Reducir sustancialmente la mortalidad mundial por desastres para 2030: 100 000
fallecidos anuales menos en el período 2020-2030 que en 2005-2015;
2. Reducir sustancialmente el número de personas afectadas por desastres para 2030:
100 000 afectados anuales menos en el período 2020-2030 que en 2005-2015;
3. Reducir las pérdidas económicas ocasionadas por desastres en el producto interior
bruto (PIB) mundial para 2030;
4. Para 2030, reducir sustancialmente el daño a infraestructuras críticas y la disrupción de
servicios básicos (entre ellos salud e instalaciones educativas) ocasionados por desastres, a
través del aumento de su resiliencia, entre otras medidas;
5. Aumentar sustancialmente el número de países con estrategias nacionales y locales de
reducción del riesgo de desastres para 2020;
6. Aumentar sustancialmente la cooperación internacional con países en desarrollo, a
través de un apoyo adecuado y sostenible, para complementar sus acciones nacionales de
aplicación del marco de Sendai para 2030; y
7. Aumentar sustancialmente para 2030 la disponibilidad de sistemas de alerta
temprana multirriesgo y el acceso de la población a dichos sistemas.(UN Office for Disaster
Risk Reduction, 2015)

4.3 Gestión del riesgo como proceso social y político

Los fenómenos de origen natural y antrópico que afectan severa y continuamente los
asentamientos humanos son el resultado no solo de la ocurrencia de los fenómenos si no
también de la alta vulnerabilidad que ofrecen dichos sentamientos como consecuencia de su
desordenado crecimiento y del tipo de tecnologías utilizadas en los mismos. El riesgo puede
reducirse si se entiende como resultado de relacional la amenaza, o probabilidad de ocurrencia
de un suceso, con la vulnerabilidad o susceptibilidad de los elementos expuestos. Medicas de
protección, como la utilización de tecnologías adecuadas, no vulnerables, son la base para
reducir las consecuencias de las amenazas o peligros naturales y tecnológicos.
El aumento y densificación de la población en grandes centros urbanos, el desarrollo de
tecnologías vulnerables y el deterioro del medio ambiente hacen que cuando ocurren
fenómenos naturales tales como sismos, erupciones volcánicas, inundaciones,
deslizamientos, etc. Se producen graves daños a las personas, bienes e infraestructura,
causando en muchos casos enormes pérdidas, que en ocasiones pueden llegar a afectar en
forma muy severa el desarrollo económico y social de regiones o países que posteriormente
tardan muchos años en recuperarse.
La gestión de riesgos hace referencia a un complejo proceso social cuyo objetivo último es la
reducción o control del riesgo en la sociedad. Toma como punto de partida la noción de que el
riesgo como manifestación social es una situación dinámica. El cambio en las condiciones de
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riesgo de una sociedad o un subconjunto de la sociedad se relación con cambios paulatinos
en las practicas y la incidencia de las practicas sociales a distintos niveles o con cambios
graduales o abruptos en las condiciones ambientales. Dadas las condiciones dinámicas del
riesgo la sociedad requiere de mecanismos diferenciados para manejar las distintas
condiciones de riesgo que existen o que pueden llegar a existir.
Estas son algunas series de áreas de intervención o acción que se deben considerar y
contemplarse en el diseño de una política de gestión de riesgos
a) Conocimiento sobre la dinámica, la incidencia, la causalidad y la naturaleza de los
factores de riesgo, amenazas y vulnerabilidades, y la capacidad de construir escenarios y
mapas dinámicos de riesgo para el país y sus distintos territorios.
b) El estímulo y la promoción de diversos mecanismos y acciones adecuadas para la
reducción de las condiciones de riesgo existentes incluyendo mecanismos de reordenamiento
territorial, reasentamiento humano, recuperación y control ambiental, reforzamiento de
estructuras, construcción de infraestructura de protección ambiental, diversificación de
estructuras productivas, fortalecimiento de los niveles organizacionales, etc.
c) Capacidades para predecir, pronosticar, medir y difundir información fidedigna sobre
cambios continuos en el ambiente físico y social y sobre la inminencia de eventos dañinos,
destructivos o desastrosos.
d) Mecanismos de preparación de la población, de instituciones y organizaciones para
enfrentar casos inminentes de desastre y para responder eficazmente después del impacto de
un determinado suceso físico. Esto en el marco de la promoción de esquemas que fortalecen
y aprovechan las a habilidades de la población fortaleciendo las opciones de desarrollo a través
de la intervención humanitaria.
e) Mecanismos que garanticen la instrumentación, organización y control eficaz de
esquemas de rehabilitación y reconstrucción que consideran, entre otras cosas, la reducción
del riesgo en zonas afectadas.
f) La reducción en prospectiva del riesgo en futuros proyectos de desarrollo, a traes del
fomento de la incorporación del análisis de riesgo en los procesos de toma de decisiones y de
inversiones y la utilización de mecanismos de ordenamiento del territorio, de control sobre
construcciones, de gestión ambiental, etc.
g) El fomento de procesos educativos a todo nivel que garanticen un más adecuado
entendimiento del problema de riesgo y de las opciones para su control, reducción o
modificación.
Por este motivo, la reducción del riesgo debe ser en forma explicita, un objetivo del desarrollo
entendiendo como mejora no solo de las condiciones de vida sino también de la calidad de
vida y del bienestar social.(Cardona Omar, 2001)
4.4 Escenarios y ámbitos de la gestión de riesgo
En el tema de los desastres es de vital importancia predecir las características con que puede
presentarse un fenómeno, puesto que de ello depende salvar vidas e infraestructura valiosa
para el desarrollo comunitario. La construcción de escenarios de riesgo se hace a partir de la
interacción que puede darse entre una amenaza natural o social con las vulnerabilidades
presentes en las comunidades. El objetivo principal es tener una visión global de ROLES e
INTERACCIONES para identificar prioridades en la ruta crítica de intervenciones a desarrollar.
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La complejidad que implica planear, ejecutar y evaluar acciones en las diferentes líneas de
acción para conocer, reducir y controlar el riego, así como para manejar los desastres y
emergencias, considerando la diversidad, y a la vez la integridad, de factores, causas y efectos
del riesgo, hace necesario adoptar un esquema de trabajo basado en campos delimitados que
faciliten la gestión.
Entonces se plantean los escenarios de riesgo como fragmentos o campos delimitados de las
condiciones del riego del lugar, que facilitan tanto la comprensión y la priorización de los
problemas como la formulación y ejecución de las acciones de intervención requeridas.
Un escenario de riesgo representa por medio de las caracterizaciones de los factores de
riesgo, sus causas, la realización entre causas, los actores causales, el tipo y nivel de daños
que se pueden presentar la identificación de los principales factores que requieren
intervención, así como las medidas posibles a aplicar y los actores públicos y privados que
deben intervenir.
Un escenario de riesgo así caracterizado se constituye en un escenario de gestión, es decir,
para la planeación, ejecución y control de las líneas de acción.

(Republica de Colombia, 2009)


Desde el punto de vista de la gestión municipal del riesgo merecen especial relevancia los
siguientes ámbitos de gestión definidos por la existencia de actores específicos (internos y
externos al municipio) involucrados en el desarrollo municipal, y por consiguiente, tanto en la
generación de las condiciones de riesgo como en las diferentes opciones para su manejo;
ámbitos: Territorial, institucional y sectorial.
El ámbito de gestión de riesgo territorial comprende la gestión desde el punto de vista del
desarrollo municipal en toda su integridad.
El ámbito institucional comprende la gestión por parte de entidades, instituciones y
organizaciones públicas y privadas involucradas con el desarrollo municipal, que para este

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caso se denominan instituciones en general. Y el ámbito sectorial comprende la gestión a cargo
de grupos de instituciones que tienen una misión similar en torno a temas fundamentales del
desarrollo.
4.5 Buenas prácticas internacionales y nacionales de la gestión de riesgo
Las buenas prácticas tienen como principal objetivo mejorar la gestión en el campo de la
seguridad ciudadana en relación con los riesgos naturales y antrópicos. La consecución de
ese objetivo implica la mejora de la capacidad de respuesta y de autoprotección de las
colectividades ante las situaciones de emergencia que se puedan producir en las diferentes
localidades como consecuencia del impacto de las amenazas a las que se están expuestas
(inundaciones, seísmos, olas de calor, accidentes tecnológicos, etc.). Las cuales pueden ser
las siguientes:
- Buenas prácticas para identificación del riesgo
- Buenas prácticas en la identificación de amenazas, desastres y pérdidas
- Buenas prácticas en el seguimiento y control de las amenazas
- Buenas prácticas en la evaluación y representación de amenazas en mapas
- Buenas prácticas en la evaluación de la vulnerabilidad y los riesgos
- Buenas prácticas en la información pública y la participación comunitaria
- Buenas prácticas en la capacitación y la educación
- Buenas prácticas para la reducción del riesgo
- Buenas prácticas en la ordenación del territorio
- Buenas prácticas en la gestión de cuencas hidrográficas
- Buenas prácticas en la construcción de obras públicas
- Buenas prácticas en la ubicación de los asentamientos humanos
- Buenas prácticas en la aplicación de normas de edificación
- Buenas prácticas para la reducción de la vulnerabilidad de los bienes
- Buenas prácticas en la gestión de los desastres
- Buenas prácticas en la coordinación en los desastres
- Buenas prácticas en la respuesta frente a los desastres
- Buenas prácticas en la dotación de medios
- Buenas prácticas en la preparación y formación de la sociedad ante desastres
- Buenas prácticas para la rehabilitación posterior a un desastre
- Buenas prácticas de gobernabilidad y protección financiera
- Buenas prácticas para el fortalecimiento de una estructura organizativa
- Buenas prácticas en la disposición de fondos económicos
- Buenas prácticas en la captación de recursos para los presupuestos
- Buenas prácticas en la reducción de la exclusión social y la pobreza
- Buenas prácticas parar asegurar los inmuebles e infraestructuras públicas
- Buenas prácticas para asegurar las viviendas y bienes privados.
(Dorta Antequera, Matín Pérez, Romero Ruiz, & Simancas Cruz, 2008).

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4.6 Normativas, instrumentos y herramientas del ordenamiento territorial, la gestión
ambiental y la gestión del riesgo
A continuación se destacan instrumentos y metodologías para impulsar acciones sostenibles
los diferentes ámbitos que conciernen el OT, indicados en la sección de Contexto general y
marco conceptual del capítulo: pobreza e igualdad; asentamientos; medio ambiente y
prevención de desastres; propiedad y tenencia de la tierra; gobernabilidad y participación):

- Zonificación Ecológica Económica (ZEE): La ZEE facilita la información técnica y el


marco referencial para promover y orientar las inversiones públicas y privadas. Es un
instrumento para el OT que permite la definición de planes alternativos de uso de los recursos
ecológica, económica y socialmente aceptables, y la asignación de recursos, incentivos y
políticas para promoverlos. Permite la generación de escenarios potenciales para la
planificación del uso de los recursos en áreas demarcadas o zonas y sus usos potenciales.
Tales escenarios son generados mediante el análisis de los múltiples objetivos de los actores
principales en la toma de decisiones sobre el uso de los recursos y su optimización. Las zonas
así demarcadas en los escenarios pueden ser susceptibles de regulación o legislación de
acuerdo con las políticas de desarrollo locales, regionales y nacionales. La ZEE se elabora en
base a la evaluación de la aptitud de la tierra y a variables socioeconómicas; se identifican los
conflictos de uso de suelo y superposición de derechos de uso; se analiza el sistema de
asentamientos humanos (estructuración del territorio); y se identifican las áreas de riesgo y
vulnerabilidad. Asimismo, conjuntamente los actores sociales del municipio, determinan las
potencialidades, limitaciones, macro problemas y tendencias territoriales
- Planes de uso de suelos: Instrumento de carácter técnico normativo que determina los
usos óptimos del suelo en función de sus limitantes y potencialidades - Este plan se elabora
en función de los resultados logrados en la zonificación agroecológica y socioeconómica y
considera las categorías y subcategorías de uso de la tierra. Para cada uno de los usos
considerados se formulan recomendaciones generales de manejo. Estas recomendaciones
están orientadas a la utilización sostenible de los recursos naturales, considerando no sólo la
conservación de los suelos con fines productivos, sino también todos los demás elementos
biofísicos (vegetación, biodiversidad, agua, etc.) además de la seguridad jurídica (declaración
de parques, reservas, TCO, etc.) y la necesidad de respaldar su uso con Planes de Manejo o
Programas de Mejoramiento Tecnológico según sea el caso.
- Planes de uso de suelos: Instrumento de carácter técnico normativo que determina los
usos óptimos del suelo en función de sus limitantes y potencialidades - Este plan se elabora
en función de los resultados logrados en la zonificación agroecológica y socioeconómica y
considera las categorías y subcategorías de uso de la tierra. Para cada uno de los usos
considerados se formulan recomendaciones generales de manejo. Estas recomendaciones
están orientadas a la utilización sostenible de los recursos naturales, considerando no sólo la
conservación de los suelos con fines productivos, sino también todos los demás elementos
biofísicos (vegetación, biodiversidad, agua, etc.) además de la seguridad jurídica (declaración
de parques, reservas, TCOs, etc.) y la necesidad de respaldar su uso con Planes de Manejo o
Programas de Mejoramiento Tecnológico según sea el caso.

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- Planes de ocupación del territorio: Instrumento técnico que promueve la optimización
del sistema de asentamientos humanos, la organización de flujos de personas y el
aprovechamiento de los recursos. Asimismo, contribuye al mejoramiento en la cobertura y el
acceso a servicios sociales y a la infraestructura productiva. Ocupación del territorio: Es el
resultado de procesos de asentamientos humanos y aprovechamiento de los recursos en un
territorio que generan estructuras espaciales, económicas y sociales.
- Prevención de los desastres: Entre los mecanismos para ejercer control sobre el riesgo
futuro están, además de los POT, los mapas de riesgo o mapas peligro. Estos mecanismos
deben reforzarse mutuamente de manera permanente, a través por ejemplo de normativa y
métodos que garanticen que en todo proyecto de inversión se analizan sus implicaciones en
términos de riesgo nuevo, y se diseñan lo método pertinentes para mantener el riesgo en un
nivel socialmente aceptado. Se requiere que el riesgo reciba la misma ponderación que otros
aspectos (género, medio ambiente).
- Catastro: Es el término técnico empleado para designar una serie de registros que
muestran la extensión, el valor y la propiedad (u otro fundamento del uso o de la ocupación)
de la tierra. Un catastro es un registro de fincas y de valores de la tierra y de los propietarios,
que originalmente se compilaba con propósitos de tributación. Sin embargo, en muchos países
ya no existe un impuesto sobre la tierra y en la práctica el catastro tiene otras dos finalidades
igualmente importantes: facilita la descripción precisa y la identificación de determinadas
parcelas y sirve de registro permanente de derechos sobre la tierra. Normalmente un catastro
moderno consiste en una serie de mapas o planos a escala grande con sus correspondientes
registros. Un mapa catastral abarca todas las parcelas de una determinada zona y no
únicamente parcelas aisladas. Puede actuar como un índice para otros levantamientos de
parcelas de tierras que muestren una información más detallada, o puede ser de una escala
suficientemente grande como para poder obtener del mapa las dimensiones de cada parcela.
Un mapa catastral mostrará los límites de esas parcelas pero puede además incluir detalles
de los recursos que contienen, así como sus estructuras físicas superficiales o subterráneas,
su geología, sus suelos y su vegetación y la forma en que se utiliza la tierra.
- Gobernabilidad y participación ciudadana en los procesos de ordenación del territorio:
Desarrollo Territorial Participativo y Negociado (DTPN) de la División de Tierras y Aguas (NRL)
de la FAO se basa, entre otros, en las experiencias de campo del Ordenamiento Territorial
Participativo y en el manejo concertado de recursos naturales en América Latina y el Caribe
durante la década de los noventa. Entre las herramientas que propone se encuentran: la
delimitación participativa de tierras; el diagnóstico rural participativo; el consentimiento libre,
previo e informado; o la elaboración de indicadores territoriales. Este tipo de análisis permite
la identificación y evaluación de la competencia por el espacio y los recursos, así como de los
conflictos de interés entre los diferentes actores. En ese contexto, El Desarrollo Territorial
Participativo y Negociado (DTPN). La facilitación para la gobernanza territorial, propone la
figura del facilitador en las reivindicaciones territoriales de las distintas comunidades en el
territorio para buscar puntos de encuentro razonables entre los gobiernos y los actores locales,
reconocer los derechos territoriales y construir territorios como espacios de desarrollo y de
sostenibilidad ambiental.(FAO, 2015)

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4.7 Gestión local del riesgo
La gestión del riesgo que se fomenta llevar a cabo a nivel local en la mayoría de las
comunidades de Centroamérica es un proceso altamente participativo por parte de los actores
sociales locales y que muchas veces es coordinado con actores externos de apoyo técnico,
tales como representantes de instituciones públicas y empresas privadas, así como de
organismos de cooperación internacional. En muchas ocasiones, las comunidades buscan
formular estrategias, programas y proyectos orientados a la reducción o mitigación, previsión
y control de riesgos, y la recuperación en caso de desastres, mediante la preparación de un
plan de gestión local del riesgo.
La meta es tener la capacidad adecuada para responder a los distintos posibles escenarios en
el área de preparación, mitigación y atención de los desastres, para que los individuos y las
comunidades logren sobreponerse a la crisis o, incluso, a fortalecerse como producto de sus
consecuencias. Es por esto que se requiere que a nivel local exista un registro riguroso y
auténtico de las diferentes amenazas, y que se identifiquen los diferentes factores que
incrementan la vulnerabilidad en el nivel local. De esta manera, las comunidades podrán
identificar sus escenarios de riesgo y priorizar decisiones, acciones y recursos para construir
sus escenarios de sostenibilidad.
Asimismo, a partir de la identificación de los diferentes elementos de la resiliencia se puede
conocer en qué consiste una comunidad resiliente ante los desastres y como se puede avanzar
hacia su consolidación. Una comunidad libre de todo riesgo y 100% resiliente ante los
desastres es un ideal; sin embargo, las áreas temáticas desarrolladas como resultado del
Marco de Acción de Hyogo permiten que las muchas comunidades que viven bajo riesgo
fortalezcan su capacidad de respuesta a desastres.(REDLAC, 2003)

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Bibliografía:
Cardona Omar. (2001). Estimación holística del riesgo sísmico utilizando sistemas dinámicos
complejos. (August), 301.
Dorta Antequera, P., Matín Pérez, S., Romero Ruiz, C., & Simancas Cruz, M. R. (2008).
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Comisión Mexicana para la cooperación con Centroamérica. Retrieved from
http://www.preventionweb.net/files/34518_34518mbpgrdl1.pdf
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Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Retrieved November 20, 2019,
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territorial/instrumentos-planteamiento-territorial/es/
Hernández Peña, Y. T. (2010). El ordenamiento territorial y su construcción social en
Colombia: ¿un instrumento para el desarrollo sustentable? Cuadernos de Geografía:
Revista Colombiana de Geografía, (19), 97–109.
Real, M. (2016). en el Municipio Ordenamiento Territorial en el Municipio Una guía
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Centroamérica. Retrieved November 20, 2019, from
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municipal-para-la-gestin-del-riesgos
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agreement-idINKBN0ME27720150318
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Development Institute (ODI). Retrieved November 20, 2019, from
https://www.odi.org/sendai-2015-new-global-agreement-disaster-risk-reduction
UN Office for Disaster Risk Reduction. (2015). Sendai Framework for Disaster Risk Reduction
- UNDRR. Retrieved November 20, 2019, from
https://www.unisdr.org/we/coordinate/sendai-framework

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