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Mestizaje, sexualidad y organicidad en La guerra mortal .c.

alos
interde .mbio, año de
sentidos Roberto
7, n. Castillo
8 (2010), 53-67y
El tiempo principia en Xibalbá de Luis de Lión.[ISSN: 1659-0139]
Una comparación.

Mestizaje, sexualidad y organicidad


en La guerra mortal de los
sentidos de Roberto Castillo y El
tiempo principia en Xibalbá de Luis
de Lión. Una comparación.
Amanda Alfaro Córdoba1

Recepción: 29 de septiembre de 2009 / Aprobación: 4 de marzo de 2010

Resumen Abstract
Este ensayo parte de la premisa As a premise, this paper states
de que la escritura literaria es un ins- that literary writing is an instrument
trumento constitutivo de la memoria that constitutes memory and, sub-
y, en consecuencia del conocimiento sequently, the knowledge of history.
de la historia, para proponer que la Thus, proposing that the difference in
diferencia en la construcción ficcional the fictional construction of Honduran
de los espacios hondureño y guate- and Guatemalan spaces continues
malteco continúa con aquélla que se into that which registers from social
registra desde la historia social. Para history. In order to substantiate this
probar esta tesis, desarrolla los te- hypothesis the essay elaborates on
mas de la miseria y el mestizaje; así the topics of misery and mestizaje,
como la sexualidad y su representa- as well as sexuality and its represen-
ción en las novelas La guerra mortal tation in Roberto Castillo’s novel La
de los sentidos de Roberto Castillo guerra mortal de los sentidos and El
y El tiempo principia en Xibalbá de tiempo principia en Xibalbá by Luis
Luis de Lión. Por medio del análisis y de Lión. Through the analysis and
comparación de ambos textos, el en- comparison of both texts, the es-
sayo logra una sistematización en la say accomplishes a systematization,
que queda en evidencia que la orga- which reveals that the formal quali-
nicidad formal de cada texto respon- ties of one and the other responds,

1 Licenciada en Ciencias de la Comunicación Colectiva con énfasis en producción audiovisual. Comuni-


cadora del Centro de Investigación y Estudios de la Mujer (CIEM) y docente de las escuelas de Estudios
Generales e Historia de la Universidad de Costa Rica. Correo electrónico: amanda.alfarocordoba@ 53
gmail.com

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de a la naturaleza del mundo ficticio in turn, to the nature of the fictitious


que narra. world therein narrated.

Palabras clave Keywords


Representación cultural / memoria Cultural representation / memory /
/ sexualidad / mestizaje / literatura sexuality / mestizaje / Central Ameri-
centroamericana. can literature

Resumo
Este ensaio parte da premissa de que o registro literário é um instrumento
constitutivo da memória e, em conseqüência, do conhecimento da história
para propor que a diferença na construção ficcional dos espaços hondurenho
e guatemalteco continua com aquela que se registra desde a história social.
Para provar essa tese, se desenvolvem os temas da miséria e da mestiçagem;
assim como a sexualidade e sua representação nos romances La guerra mor-
tal de los sentidos de Roberto Castillo e El tiempo principia en Xibalbá, de
Luis de Lión. Por meio da análise e comparação de ambos os textos, o ensaio
obtém uma sistematização na qual fica evidente a harmonia formal de um tex-
to, o outro responde à natureza do mundo fictício que narra.

Palavras Chave
Representação cultural / memoria / sexualidade / mestiçagem / Central Ame-
rican

Introducción

E
l concepto del mestizaje ha desarrollado tan variados abordajes como
diferentes han sido sus efectos sociales, políticos, culturales. En las
distintas sociedades centroamericanas se ha construido de, al menos,
dos maneras: como una condición negada2 o “nivelatoria”.3

2 González, Jorge Ramón “La visible invisibilidad de la blancura y el ladino como no blanco en Guate-
mala”. En: Euraque, D.A.; Gould, J.; Hale, C. R. (comps.) Memorias del mestizaje. Cultura política en
Centroamérica de 1920 al presente. Guatemala. Cirma. 2004. p. 114.

54 3 Barahona, Marvin. “Del mestizaje a la diversidad étnica y cultural: la constribución del movimiento indí-
gena y negro de Honduras”. En: Euraque, D.A.; Gould, J.; Hale, C. R. (comps.) Op.cit. p. 217.

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El tiempo principia en Xibalbá de Luis de Lión. Una comparación.

Por un lado, en el marco de al- te citado por Grinberg),6 puntos de


gunas construcciones culturales, el vista “que rompen definitivamente
mestizaje ha significado códigos ge- con la visión mítica, totalizante, ho-
néticos que se cargan en la casa más mogenizadora y centralizadora de la
inmediata y que afectan construccio- historia”.7 En momentos especiales,
nes culturales, sociales, económicas como el que se vivió alrededor del año
y hasta educativas. Las afecta con- 1992 se revirtió, momentáneamente,
frontándolas, desestabilizándolas y, el proceso de construcción identita-
sobre todo, anulando jerarquías que ria en una sola vía;8 el legado de este
lleven a nuevos (des)órdenes. La in- esfuerzo fue un grupo de textos que
fluencia que dichas dinámicas ejer- nos traen visiones más inclusivas,
zan en la distribución del poder, ha problematizadoras, complejas y, cla-
hecho del mestizaje una condición ro está, celebrantes del mestizaje.
particularmente invisibilizada.4 Así, en
el imaginario de identidad guatemal- La nueva novela histórica, como
teca, antes que la “mezcla”, lo que señala Grinberg, distorsiona las cons-
predomina es la dicotomía ladino-in- trucciones que se han hecho desde
dígena para caracterizar a los grupos los discursos, acerca del orden de los
humanos. acontecimientos del pasado --lo que
Althuser llamaría la causa ausente--
En otros espacios centroameri- y, a través de esa distorsión “pone en
canos el mestizaje -con todo lo que jaque conceptos realistas de referen-
implica como estado, descriptor, cialidad, al mismo tiempo que propo-
categoría- viene a ser la zona gris, el ne focalizar la atención en la escritura
híbrido, la mezcla, el espacio de inde- como instrumento constitutivo del
finición que a la larga no permite dejar conocimiento de la historia”.9
una referencia desde la cual recordar
la procedencia. Ese terreno en el que
la mezcla es posible, y aceptada, si-
gue aún velado en un espacio discur- 6 Grinberg, V. “La novela histórica de las últimas
décadas y ls nuevas corrientes historiográfi-
sivo cuya función es la de un “instru- cas”. En: Mackenbach, W., Sierra, R. y Zavala,
mento ideológico de exclusión”.5 M. Historia y ficción en la novela centroameri-
cana contemporánea. Tegucigalpa. Ediciones
Subirana 8. 2008. p. 21.
En el proceso de las construc-
7 Mackenbach, Werner. “La historia como pre-
ciones culturales, sociales y econó- texto de literatura - la nueva novela histórica
micas, la literatura aporta, por medio en Centroamérica”. En: Khut, K. y Mackenba-
de la “fuerza explanatoria [sic] de las ch, W. (eds.) Literaturas contemporáneas hoy.
Desde la dolorosa cintura de América. Frankfurt
metáforas contenidas en ella” (Whi- am Main, Madrid. Vervuert-Iberoamericana.
2005. p.184.

8 Mortiz, Joaquín. 1492-1992. La interminable


4 González, Op.cit. p. 121. conquista. México D.F. Planeta. 1990.
55
5 Barahona, Op.cit. p. 215. 9 Grinberg, op.cit. p.17.

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Las novelas centroamericanas caso, como nos explica Lagarde,11


del cambio de siglo fueron escritas las mujeres responden a una serie de
desde espacios intelectuales que en- comportamientos que han sido his-
tendían este cambio de paradigma. tóricamente propuestos como apro-
Algunas lograron sobreponerse a las piados o no. La dependencia vital las
rígidas jerarquías que encasillaban obliga a refugiarse en cautiverios que
cada manifestación cultural en un es- Lagarde clasifica con los nombres de
pacio controlado hegemónicamente. madresposas, monjas, putas, presas
y locas. En cualquiera de los casos
En este artículo tomamos como las mujeres no tienen el mismo po-
ejemplos La guerra mortal de los der de decisión que sus esposos hi-
sentidos (GMS), de Roberto Casti- jos, devotos, clientes o parientes. Las
llo, y El tiempo principia en Xibalbá dos novelas analizadas comparten
(TPX), de Luis de Lión, para resaltar representaciones de mujeres que se
las representaciones de las posturas adaptan a la situación de refugiadas
que matizan el mestizaje, lo vinculan descrita por Lagarde.
con la sexualidad y, posteriormen- El segundo elemento detonante
te, repercuten en la organicidad del de valores marginadores se exhibe
texto. Desde la representación de la por medio de dos paradigmas. En el
sexualidad nos llevan a transitar por caso guatemalteco, como nos expli-
las situaciones que construyen una ca Cortez,12 la literatura, desde sus
referencia social donde el mestizaje orígenes, prioriza los valores étnicos
es o negado o “nivelador”. Al mismo de manera categórica.13 En el caso
tiempo, examinamos cómo estas si- no guatemalteco, como ya se ha di-
tuaciones se construyen desde las cho, vemos comportamientos me-
formas textuales. nos pendientes del factor étnico pero
siempre centrados en la exclusión.
Dos elementos se presen- De Lión y Castillo, en dos momen-
tan como detonantes de valores
marginadores:10 uno es el relaciona-
11 Lagarde, Marcela. Los cautiverios de las mu-
do con el género de los personajes jeres: madresposas, monjas, putas, presas y
y el otro es el étnico. En el primer locas. México D.F. UNAM. 2008. p. 173.

12 Cortez, Beatriz. “¿Dónde están los indígenas?


La identidad nacional y la crisis de la moder-
nidad en La guerra mortal de los sentidos. de
Roberto Castillo.” Revista Istmo Num. 16. Ene-
10 Las variables sociales, justificadas por el cris- ro- Junio 2008 http://collaborations.denison.
tianismo (como en el caso de qué es pecado edu/istmo/n16/articulos/cortez. html [Consul-
y qué no), la moral (como en el caso de qué tado: 23/11/2008].
es un valor y qué no), la economía (como en
el caso de qué es comprable y que no) son 13 Asturias proponía el mestizaje como una ma-
representadas en la literatura como los pilares nera de “purificar a los indígenas [...] propo-
que sostienen las relaciones entre personajes ne la erradicación del indígena a partir de un
centrales, --poseedores de los instrumentos proceso de mestizaje: ‘Hágase con el indio lo
del poder y decisión-- y personajes margina- que con otras especies animales cuando pre-
56 dos de las estructuras –y, por lo tanto, exclui- sentan síntomas de degeneración’”, citado por
dos de sus privilegios. Cortez, op.cit.

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tos de la segunda mitad del Siglo XX, de control, como por ejemplo la igle-
representaron esa sociedad mayori- sia, provoca una violencia que sostie-
taria, mestiza, centroamericana que ne situaciones ingratas.
se componía de personajes quienes,
lejos de pertenecer a un centro, con Sin embargo, la representación
caracteríscas que documentaran una de la miseria del pueblo mestizo se
nomenclatura racial, cultural, social hace de manera distinta en ambos
impuesta desde arriba, eran descri- textos.
tos como mestizos.14
Por un lado, en El tiempo princi-
En ambas novelas mestizaje im- pia en Xibalbá (TPX) es la condición
plica: (1) la miseria de los pueblos étnica de los personajes la que deter-
autóctonos como punto de partida; mina su suerte; la que define su des-
(2) el exaltamiento de la sexualidad tino, las situaciones que sufren, a las
y la consecuente reproducción fuera cuales se ven enfrentados. Así nos lo
de los espacios legítimos, como por expresa Coyote cuando le explica a
ejemplo desde prostitutas; y (3) la hi- Gallina por qué ha vuelto:
bridez o pérdida de referencias claras
u ortodoxas que lleven a una organi- “Sí, te abren las puertas pero en
cidad. cuanto miran tu color, tu cara, tu pelo
piensan que no sos hombre sino su
El mestizaje y la remedo, que más te parecés a un
animal, que tu condición es ser me-
miseria nos que ellos y te cierran la puerta y
te abren la otra, la de la calle, la de la
En este orden de cosas, notamos
cárcel”.15
que la construcción del mestizaje se
fundamenta en una situación original
En esta narración, inserta en la
de miseria. El arrebato de mecanis-
mitad del texto, entre las historias de
mos de sobrevivencia hace que los
los personajes de Juan, Concha y
personajes muevan historias sin prin-
Pascual; Coyote dialoga con Gallina
cipio o fin. El asomo de instituciones
quien, por medio de una entrevista,
le da el espacio textual para que ex-
14 El poder derivado de jerarquías sexuales, ra-
plique por qué decidió volver a la mi-
ciales, culturales ha dado a la luz literaria per- seria del pueblo donde nació.
sonajes que en este ensayo llamaremos margi-
nados. Estos son tradicionalmente etiquetados
como marginales, procedentes del margen, de Coyote expone la razón por la
una marginalidad que se entiende en contra- cual no se instaló y reprodujo en el
posición a un centro, a un espacio donde se
han acumulado elementos que permiten cons-
espacio externo a Xilbalabá donde
truir una dominación sobre otros espacios. La estuvo: “... y de repente te juntás con
marginalización de grupos humanos es una
acción constante, insistente, repetida que no
deja revertir el proceso. Así, los personajes son
marginados por una construcción de valores y 15 De Lión, Luis. El tiempo principia en Xilbalbá. 57
no naturalmente marginales. Guatemala. Artemis- Edinter. 1997. p. 50.

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una mujer, una cualquiera pero de un “... Y en cuanto a los que se re-
color diferente al tuyo. Y esa mujer te vuelcan despersonalizados y aban-
da de todo lo que puede dar una mu- donados de sí mismos, pues sería
jer menos un hijo porque no quiere mejor pensar en otra explicación [que
que ese niño sea como vos”.16 no su origen étnico] porque en ma-
yor número te los puedes encontrar
Por medio de las palabras de Co- en Estocolmo o en Londres. El indio
yote se nos explica que la reproduc- no se refugia en el alcoholismo más
ción en ese lugar externo a Xibalbá atroz por ser indio, sino porque le han
es una posibilidad de la cual él, por quitado todas las opciones que un
su procedencia étnica y social, está hombre puede tener en la vida”.18
excluido. Las palabras de Coyote
están cargadas de resentimiento, de La miseria de GMS es una condi-
denuncia, de frustración ante la arro- ción transitoria que tiene una causa
gancia que lo somete. La miseria que y, como tal, podría tener una solución
expone es una condición arbitraria también. Al comparar lo que pasa en
que lo sobrepasa. El Gual con lo que pasa en Londres
o Estocolmo, Castillo saca la varia-
Por su parte, Castillo nos mues- ble de la etnia de entre las causas.
tra personajes que aspiran a “…ser El abandono y la despersonalización
todas las cosas, vivir todas las vidas tienen otra explicación.
y expresar todas las voces”17 en La
guerra mortal de los sentidos (GMS). Si bien en ambas novelas, la con-
dición original de los personajes es
Si bien la miseria aquí es evidente, miserable, en El tiempo principia en
esta no es misteriosamente achaca- Xibalbá esa miseria es inevitable, in-
da a la condición étnica de los perso- eludible mientras que en La guerra
najes. La miseria en GMS encuentra mortal de los sentidos la miseria es
una explicación en la interlocución una condición transitoria a la cual se
entre el personaje del buscador (Illán ha llegado a través de un proceso, lo
Monteverde) y la gran variedad de cual la hace susceptible de revertirse.
habitantes de El Gual (o El Reguero
como le dicen los españoles a este La sexualidad como
pueblo) que desfilan al frente suyo.
detonante
Monteverde aparece como un
La segunda estación de esta re-
ente que relativiza la situación y le da
explicación y contexto a lo que pasa flexión nos lleva a pensar en los me-
frente a sus ojos: canismos de deslegitimación que tan
duramente se construyeron sobre las
sociedades latinoamericanas. Los
16 De Lión, op.cit. p. 51.
mecanismos de control social cons-

58 17 Castillo, Roberto. La guerra mortal de los sen-


tidos. San Salvador. Ficciones. 2002. p. 6. 18 Castillo. op.cit. p. 248.

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truyeron y construyen; sostuvieron Otro ejemplo es el del frustrado


y sostienen juicios y prejuicios rela- encuentro sexual que vive Concha
cionados con la reproducción que, (una indígena) con Juan (un ladino);
como ya se ha mencionado, afecta- en este encuentro vemos que la na-
ron con particular ahínco a las mu- rración fantasea en medio de esa
jeres. Sobre esta situación, vale la evasión y valoración excesiva de la
pena mencionar que, efectivamente, que nos hablaba Lagarde:
todas las mujeres representadas en
ambas novelas sufren algún cautive- “Ella se ha separado de él mien-
rio y, en este sentido, la sexualidad tras lo mira y le habla. [...] Entonces,
heterosexual --única representada nuevamente se tira encima de él que-
en ambas novelas-- se ejerce siem- mándolo [...]. Y él siente que ahora sí
pre con una cuota de “servidumbre no va a poder, que ahora sí no aguan-
voluntaria”19 de parte de las mujeres. tará. Y la tira de un empujón, salta de
la cama mientra ellas cae patasarriba,
Esta “servidumbre voluntaria” da sale corriendo, abre la puerta, sigue
pie a un mestizaje más o menos re- corriendo y al poco rato regresa. [...]
primido en una y otra obra. La gran -Concha, dejame dormir. [...] Pero ya
dosis religiosa relega la sexualidad a es por gusto. Ya no tiene necesidad
un espacio de tabú en TXP; el cual, de enseñarle el machete que trae en
como nos explica Lagarde, funcio- la mano. [...] sin decir ni media pa-
na en cuanto “[evita] la realización labra sale del cuarto y se va para la
de los deseos, de las prácticas y las cocina [...] Ella, sola frente al fuego,
relaciones eróticas. Y otra función suspira y llora. Al poco rato, toma el
igualmente importante es conceder- leño más rojo y regresa al cuarto [...]
les una valoración excesiva, por su se tiende en el suelo, abre las pier-
inaccesibilidad” (491-492). nas, hiende el leño en la oscuridad y,
poco a poco, como un miembro, [...]
En la narración de El tiempo se lo va metiendo sin una queja [...]
principia en Xibalbá, vemos múlti-
Un olor de carne chamuscada baña
ples ejemplos de abstención sexual
la casa blanca”.21
entre ladinos e indígenas. Uno de los
más significativos es protagoniza-
Más aún, en esta novela queda
do incluso por la virgen quien, de-
bien representada la “triple opre-
pués de haber seducido a Pascual,
sión de las mujeres indígenas”.22 La
le recuerda a la población que si tuvo
sexualidad se nos presenta como un
sexo con un indígena había sido por
acto de incomunicación, una situa-
necesidad; que “no fueran a pensar
ción que da más para la violencia y
que con todos sería igual. Que recor-
la autoflagelación que para el disfrute
daran que eran inditos”.20

19 Lagarde. op.cit. p.163. 21 De Lión. op.cit. p.26.


59
20 De Lión. op.cit. p.72. 22 Lagarde. op.cit. p.107.

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o la reproducción de mestizos salu- sidades a través de la agresión hacia sí


dables. Más adelante comprobamos mismos o su prójimo.
que este castigo se da en un contex-
to en el cual no se niega la pulsión Mientras tanto, La guerra mortal
sexual: de los sentidos presenta personajes
cuya sexualidad es más que exacer-
“Sin embargo, había sido tan rá- bada. En este sentido, el ejemplo que
pido su estriptis que pocos pudieron crea paradigma es Chema Bambita,
verla y entonces, goteando semen del cual se dice que “... llegó a tener o
los maduros y los jóvenes, y los más tocar, como se decía entonces, unas
viejos, orines en lugar de semen, em- cuatrocientas mujeres distintas; esto,
pezaron, primero a empujarse para considerando su tiempo y circuns-
ocupar el lugar más cercano a la tancia, le convertiría en una especie
pila, y después, sacando machetes de Julio Iglesias de su sociedad...”.25
y escopetas, empuñando las manos,
agarrando piedras y palos, formando Con Chema Bambita, Montever-
grupos de padres contra hijos, com- de nos matiza una hipótesis de mes-
padres contra compadres, de her- tizaje en la región de El Gual. Castillo
manos contra hermanos, de amigos pone en las palabras de Montever-
contra amigos...”.23 de una representación de Don Juan
hondureño quien desde su condición
El colmo de la violencia hacia la de migrante español fundó por medio
sexualidad es la macheteada que de sus encuentros sexuales todo un
sufre la virgen de la Concepción.24 fenotipo de “indios de ojos verdes”.26
Situación que describe, metafórica-
mente, la reacción del pueblo ante Otros personajes que representan
un acto sexual consumado entre un el ejercicio de la sexualidad sin violen-
“indito” y una virgen ladina. cia son la Suyapita, la Múrmura y la
Perena; todas dignas representantes
Es decir, en el mundo diegético de uno de los cautiverios expuestos
de Xibalbá, la sexualidad está laten- por Lagarde.
te: Concha se excita mientras duerme
con Juan, los hombres son capaces de Castillo nos presenta un texto ins-
eyacular cuando ven a una mujer des- pirado por y dedicado a la Suyapita.
nudándose y la virgen de la Concepción Gracias a su introducción en letras
duerme con un indígena. Sin embargo, itálicas entendemos que es de la au-
es reprimida, castigada, negada, vio- toría de alguno de los cipotes: “...y
lentada por seres humanos sexuados cómo soñaste de verdad ese día; y
quienes subliman sus deseos y nece- nosotros detrás de la chorrera, vien-

23 De Lión. op.cit. p.78. 25 Castillo. op.cit. p.155.


60
24 Cfr. de Lión. op.cit. p.75. 26 Castillo. op.cit. p.154

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do sin que nos vieran, divirtiéndonos En la novela de Castillo la sexua-


de lo lindo, contemplando cómo In- lidad es celebrada, exacerbada,
dio de Ojos Verdes te comía y te be- exagerada. Si bien, la mención a los
saba y se fundía en una sola cosa hijos de esa sexualidad no se men-
contigo”.27 ciona, --aparte de la descripción de
“los Indios de Ojos Verdes” que des-
Aunque no hay que olvidar que la cendieron de Chema Bambita--; la
novela la narra un hombre, por medio celebración del cuerpo, la saludable
de otro hombre, los encuentros de reproducción de grupos humanos
estas chicas se representan lejos del queda explícita --y exaltada-- en las
trauma visto en El tiempo principia descripciones de los encuentros en-
en Xibalbá. De hecho, en la novela tre los personajes.
de Castillo da la impresión de que los
personajes no hacen una vida coti- En este sentido, coincidimos con
diana independiente de los placeres la analogía expuesta por Ayerdis,29
sexuales. quien acota que:

Por ejemplo, cuando Castillo ha- “Si la aldea “utópica” de Ma-


bla del negocio que la Múrmura he- condo en Cien años de soledad
redó de la Perena, justifica las dificul- se convierte en una ciénaga en que
tades que enfrentó la Perena cuando predomina el calor, la sofocación y la
tuvo que conjugar su papel de nego- muerte, la región de El Gual, por el
ciante y prostituta, al mismo tiempo: contrario, es un espacio geográfico y
“La administración no le funcionó a humano en el que todo brota con ím-
la Perena con los hombres, porque petu sorprendente para anunciar los
éstos se revelaron incapaces de se- hechos maravillosos del porvenir”.
parar negocio y usufructo del placer
[...] “.28 Si el ejercicio de la sexualidad
nos muestra la represión, el dolor, el
La Perena no es capaz de seguir castigo en la novela de de Lión; en
el negocio que había fundado por- la de Castillo nos ilustra las relacio-
que sus proveedores son también nes relajadas y carnavalescas de los
sus clientes y ellos son incapaces de personajes. El las acciones alrededor
reaccionar en términos de negocios de la líbido sirven de detonante para
ante el objeto de su deseo. Castillo poner en escena literaria la rigidez de
es muy cuidadoso con sus perso- los personajes guatemaltecos y la
najes femeninos, pues no menciona lascivia de los hondureños.
qué piensan o cómo reaccionan ante
las debilidades de sus clientes.
29 Ayerdis, M. “La guerra mortal de los sentidos:
Memoria e identidad o carnavalización de la
historia.” Revista Istmo No. 16. Enero- Junio
27 Castillo. op.cit. p.425. 2008 http://collaborations.denison.edu/ist-
mo/n16/articulos/ayerdis.html [Consultado: 61
28 Castillo. op.cit. p.97 23/11/2008]

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Representación textual tramos de dichos personajes, están


para reiterar los castigos que estos
de la sexualidad y el reciben: consecuencia de sus culpo-
mestizaje sos encuentros sexuales.

Por último, la exaltación o pena-


lización de la sexualidad entre y con Por ejemplo, la historia de la Vir-
personajes marginados (que no mar- gen de Concepción inicia desde el
ginales, como se ha dicho ya), trae primer capítulo con la frase “La Vir-
consecuencias, a nivel formal, distin- gen de Concepción era una puta...”;31
tas en ambas novelas. Ambos tex- con este oxímoron se nos anuncia
tos componen fragmentos, espacios lo que pasará, pero la narración no
textuales que construyen personajes da detalles; continúa en el segundo
diferentes, quienes están separados capítulo con la descripción de cómo
por el tiempo. Pascual planificó y ejerció el robo de
la Virgen “Había que sacarla delica-
El tiempo principia en Xibalbá damente del camarín...”;32 a conti-
maneja la estructura textual en cinco nuación describe el acercamiento
capítulos que no parecen tener prin- sexual entre ambos;33 para terminar
cipio o fin. Es una opinión extendida la narración de este encuentro y sus
que el tratamiento del tiempo en la consecuencias en el tercer capítulo34
novela de de Lión es una fusión entre y una reflexión un poco más adelante
la concepción cíclica propia de los in- (p. 87).
dígenas guatemaltecos y la concep-
ción lineal propia de los europeos.30 En la narración del encuentro en-
tre Pascual y la Virgen, la transgresión
de la condición pura de la Virgen se
La novela de de Lión es la represen- hace pausada, fragmentada exten-
tación de un intercambio sexual trau- dida a lo largo de tres de los cinco
mático tras otro (Virgen de la Con-
capítulos (77 de las 102 páginas) de
cepción con Pascual, Concha con
Juan, Coyote con la ladina externa la novela. Los personajes están mu-
a Xibalbá). En estos encuentros, la tilados, son estériles; las situaciones
reproducción de la nueva generación son fragmentadas y trabadas, igual
termina por representarse acomple- que el texto.
jada, disminuida y estéril. En el texto,
las únicas menciones que encon- Si bien la narración de La gue-
rra mortal de los sentidos es igual
30 Cfr. Poe, Karen. “Sexo, cuerpo e identidad en
El tiempo principio en Xibalbá de Luis de Lión”.
Revista Reflexiones 82 (2). 2003. pp. 83-91 y 31 De Lión, op.cit. p.10.
Nibbe, Ronald. “El tiempo principia en Xibalbá
– ciclos vs. espirales. El movimiento del tiempo 32 De Lión, op.cit. p. 60.
histórico en la novela de Luis de Lión”. Revis-
ta Istmo. No. 18. 2006. http://collaborations. 33 Idem.
62 denison.edu/istmo/n16/articulos/nibbe.html
[Consulta: 15/12/2008]. 34 De Lión op.cit. p. 76.

inter.c.a.mbio, año 7, n. 8 (2010), 53-67 ISSN: 1659-0139


Mestizaje, sexualidad y organicidad en La guerra mortal de los sentidos de Roberto Castillo y
El tiempo principia en Xibalbá de Luis de Lión. Una comparación.

de dispersa, se acelera, se multipli- ciones, sus encuentros y continúa a


ca, se sale de control. Sus veintiocho través de las situaciones descritas.
capítulos se intercalan con los 27 in- Por ejemplo, la llegada de Canducho
formantes y otros textos sueltos que Pocasangre inicia hacia el final de
simplemente aparecen en el texto de uno de estos textos que se intercalan
manera caprichosa. en la narración sin previo aviso: “Sus
habilidades, su parado, su cami-
De esta manera, las referencias nado y, sobre todo, lo pequeño
se mezclan hasta volverse grises y de su bragueta lo hacían extraño
queda un solo universo que nace de en El Gual”;36 continúa a través de
las palabras para describir lo que está la mención a las inquietudes de Po-
pasando. Por ejemplo, cuando hacia casangre: “... al subir el día, dirigió
el final de la novela se nos describe la adecuadamente su catalejo, se
apariencia del Buscador del Hablante dio cuenta de que el lunar que la
Lenca se nos hace una alegoría del Múrmura tenía enfrente se mo-
mestizaje: vía tembloroso”37 y no termina sino
hasta el capítulo siguiente con la des-
“Su aspecto cambió mucho. El som- cripción del punto de vista de la Múr-
brero siempre lo llevaba gacho, de mura sobre ese mismo encuentro:
manera que el ala le cayera justo a “Solo se alegró cuando vio que a
la altura de los ojos [...] por eso el sol la distancia se acercaba Candu-
únicamente le negreó el cuello, las cho Pocasangre, y ordenó que le
manos y la barbilla. La frente la con- tuvieran un trago servido”.38
servó muy blanca, a causa de que
nunca se le quemó. Y así fue como
en muchos lados llegó a ser cono-
Con este recurso Castillo nos lle-
cido como el misterioso Hombre de va de una unidad textual (capítulo,
Dos Colores”.35 apartado) a otra sin un cierre ni una
apertura, guiándonos a través de un
El Buscador, de origen español, texto que se independiza de sus es-
ha pasado tanto tiempo en Honduras tructuras para contarnos una historia
que ha llegado a mimetizarse con la que lleva un solo cauce. El texto, en
población. Su contextura original no este caso, termina convertido en un
le permite hacerse “negro” comple- tejido cuya forma orgánica no es me-
tamente, sin embargo, esa condición nos que consecuente con las situa-
de “Hombre de Dos Colores” lleva ciones y los personajes descritos.
implícita la aspiración a mezclarse,
mimetizarse, asumir el mestizaje des- Con la imaginación y la repre-
de su cuerpo. sentación de las experiencias como

La mezcla va desde la descrip-


36 Castillo, op.cit. p.148.
ción de los personajes, sus aspira-
37 Castillo op.cit. p.149.
63
35 Castillo, op.cit. p. 375. 38 Idem.

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Amanda Alfaro Córdoba

estandarte, Castillo narra una historia produciéndolo una y otra vez semán-
que se planta: tica y sintácticamente.

“En contra de los principios “ra- Comparación


cionales” del orden y de las reglas, en
que se funda la sociedad y que de- En las representaciones de los
tentan los gobernantes, los militares, personajes, ambos textos proponen
los maestros y los curas, la novela humanos con pulsiones sexuales que
reivindica los momentos luminosos influyen las acciones del relato de
de la libertad y del caos (la imagina- manera reiterada. En ambas novelas,
ción, el amor, el sexo, la embriaguez esa pulsión inicial lleva a encuentros
y la fiesta). Así, los héroes de la novela sexuales.
son los niños, las prostitutas, los bo-
rrachos y todos aquellos personajes Tanto La guerra mortal de los
que son movidos espontáneamente sentidos como El tiempo principia
por sus deseos y sus sueños, aun- en Xibalbá son palimpsestos de la
que sufran la tragedia de ver chocar génesis, historia y evolución de espa-
sus vidas contra la realidad”.39 cios centroamericanos. Si vemos las
novelas como textos que nos expli-
Precisamente, las premisas no can el pasado41 y, de esta manera,
racionales; las pulsiones, las accio- crean memoria; encontramos, al me-
nes que escapan a cualquier tipo de nos, dos características relevantes.
autoridad son las que se celebran
en GMS. En este universo prevale- Por un lado, ambas novelas coin-
ce la carnavalización como recurso ciden en representar ese pasado ha-
estético,40 el disfrute del cuerpo apa- ciendo referencia al texto centroame-
rece como estrategia para desesta- ricano antiguo de mayor relevancia.
bilizar las estructuras de poder que, Ambas apuntan a una génesis cen-
como ya se ha expuesto, inicia desde troamericana fuertemente influencia-
la polisemia de las palabras elegidas, da por el Popol Vuh.
pasando por las situaciones descritas
y hasta la misma estructura textual; el Sobre este punto algunos estudio-
híbrido propuesto como mestizo se sos han apuntado que “[La Guerra
celebra, se exalta, se desborda re- mortal de los sentidos] es la reno-
vación del caos de que ya daba cuen-
ta el Popol Vuh, que aunque siem-
39 Leyva, Héctor. 2008. “El dilema de la identi- bra la destrucción trae como conse-
dad cultural en La guerra mortal de los senti-
dos (2002) de Roberto Castillo.” Revista Istmo cuencia una renovación de la vida
No. 16. http://collaborations.denison.edu/ist- humana”.42 La renovación de la vida
mo/n16/articulos/leyva_dilema.html [Consulta
23/11/2008].

40 Bajtín, Mijaíl. La cultura popular en la edad me- 41 Cfr. Grinberg, op.cit., p.21
64 dia y el renacimiento. El contexto de François
Rebelais. Madrid. Alianza Editorial. 2002. p. 13. 42 Leyva, op.cit.,

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Mestizaje, sexualidad y organicidad en La guerra mortal de los sentidos de Roberto Castillo y
El tiempo principia en Xibalbá de Luis de Lión. Una comparación.

humana expuesta, dirige la novedad que identifica a las sociedades latino/


hacia un grupo humano compuesto, centroamericanas. En el primer caso,
sin prejuicios ni complejos por seres esta representación corresponde con
que mezclan abuelos procedentes la construcción dicotómica de la iden-
del mismo Gual, África, Europa; es tidad (indígenas-ladinos) mientras que
decir por seres mestizos. 43. en el segundo lo hace con la costruc-
ción “nivelatoria” de la que hablába-
En el caso de El tiempo princi- mos al principio de este artículo.
pia en Xibalbá, esta “puede inter-
pretarse como ‘re-elaboración’ del Algunos estudiosos afirman que
mito de origen del pueblo indígena; la novela de Castillo reemplaza al es-
un mito nuevo, contemporáneo, con pañol, como constructor de sentido
dos momentos: el viento del inicio y por el indígena: “Visto de la óptica
el viento del fin, que a su vez da lugar sociopolítica, se trata de un cambio
a otro inicio, en un proceso dinámico tremendo, porque la ‘historia’ escrita
y dialéctico que refleja la turbulencia a través de más de 500 años por los
del tiempo histórico en que su autor españoles se convierte en una nueva
escribía”.44 ‘historia’, escrita ahora por una per-
sona de origen autóctono”.45
Por otro lado, cada una de las
novelas construye su representación Los encuentros sexuales son
con recursos diferentes que llevan a castigados en El tiempo princi-
situaciones traumáticas -en el caso pia en Xibalbá y celebrados en La
del texto de de Lión- o carnavaliza- Guerra mortal de los sentidos. Si-
das, en el caso del texto de Castillo. guiendo el argumento según el cual
En ambos casos las representacio- los mestizos son el resultado de un
nes reconstruyen la sexualidad prima- intercambio sexual que inicia en un
ria que alguna vez provocó, y sigue contexto miserable para desembo-
provocando, el mestizaje incontenible car en situaciones textuales, vemos
que en estas novelas se nos presen-
43 La destrucción/renovación del Popol Vuh la
tan dos paradigmas de reproducción
anota Bajtín en el realismo grotesco y la parodia mestiza. Una en la que los prejuicios
medieval, géneros posteriores a la transcripción y los tabúes llevan a situaciones en
del Popol Vuh (mediados del S XVI). Según
Bajtín, para estos géneros: “Rebajar consiste las que se prevalece la violencia física
en aproximar a la tierra, entrar en comunión y simbólica; otra en la que la sexua-
con la tierra concebida como un principio de
absorción, y al mismo tiempo de nacimiento:
lidad fluye en la vida cotidiana de los
al degradar, se amortaja y se siembra a la vez, pueblos y, desde su humanidad más
se mata y se da a luz algo superior”. op.cit. p. fundante, reproduce (literalmente
25.
hablando) a un nutrido grupo de in-
44 Nibbe, Ronald. “La guerra mortal de los documentados que todavía no tiene
sentidos de Roberto Castillo: Una celebración clara su procedencia.
de la diversidad y la diferencia, llena de energía
y esperanza.” En: Revista Istmo. No. 16 2008.
http://collaborations.denison.edu/istmo/n16/ 65
articulos/nibbe.html [Consultada: 23/11/2008] 45 Nibbe, op.cit.

inter.c.a.mbio, año 7, n. 8 (2010), 53-67 ISSN: 1659-0139


Amanda Alfaro Córdoba

Estas representaciones a su vez Euraque, D.A.; Gould, J.; Hale, C.


coinciden con las construcciones que R. et al Memorias del mestizaje.
desde la historiografía (i.e. González, Cultura política en Centroaméri-
Barahona) y desde la antropología ca de 1920 al presente. Guate-
(i.e. Lagarde) se han hecho del reco- mala. Cirma, 2004.
rrido cultural y político de los pueblos
latino/ centroamericanos. Nos re- Cortez, Beatriz. “¿Dónde están los
cuerdan desde otro espacio discursi- indígenas? La identidad nacional
vo –más accesible quizás— cómo se y la crisis de la modernidad en
construye una sociedad mestiza. Y, La guerra mortal de los sentidos.
de esta, manera, desde su capacidad de Roberto Castillo.” Revista Ist-
de explicar por medio de metáforas, mo No. 16. 2008. http://collabo-
contribuyen con esa discusión. rations.denison.edu/istmo/n16/
articulos/cortez.html [Consulta:
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