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Seminario 3
Las Psicosis
16 de noviembre de 1955
• En el ICS no todo está reprimido, desconocido por el sujeto luego de haber sido
representado (Lacan dice “verbalizado”) sino que un proceso de representación
implica una Bejahung primordial , una admisión o afirmación primordial en lo
simbólico (una especie de reconocimiento del hecho por una palabra o signo que se
registra a partir de él) que puede faltar. (p.23)
• ESQUEMA “L” (letra “lambda” del alfabeto griego, para ilustrar “la función imaginaria
del yo y el discurso del inconsciente”): la irrupción de la palabra plena entre el sujeto
y el Otro, y su desvío por los dos yo (a (moi) y a’) y sus relaciones imaginarias, una
triplicidad del sujeto. En la psicosis un sujeto totalmente identificado a su yo o ese yo
es instrumental (p.26-28)
23 de noviembre de 1955
● El caso Schreber: cierta lengua fundamental similar a lo que Freud trabaja respecto
al sentido doble de las palabras primitivas (en su texto “Sobre el sentido antitético de
las palabras primitivas”, de 1910, Tomo XI AE) y el lenguaje inconsciente (que no
admite contradicciones), algo presente en el delirio de Schreber (p.44)
● “Encontramos también en el texto mismo del delirio una verdad que en este caso
no está escondida como en las neurosis, sino verdaderamente explicitada, y casi
teorizada. El delirio la proporciona… a partir del momento en que se lo toma como
lo que es, un doble perfectamente legible, de lo que aborda la investigación teórica.
Allí radica el carácter ejemplar del campo de las psicosis” (p.45)
30 de noviembre de 1955
• El lenguaje del delirante (en el límite del lenguaje) es neológico y pone en evidencia
que el significado (lo que se cree son objetos, cosas, conceptos, unívocos o
concretos) no es sino significación (que remite siempre a otra significación). “El
sistema del lenguaje… jamás culmina en un índice directamente dirigido hacia un
punto de la realidad, la realidad toda está cubierta por el conjunto de la red del
lenguaje” (p.51)
• “A nivel del significante… el delirio se distingue precisamente por esa forma especial
de discordancia con el lenguaje común que se llama neologismo”, y en el delirio la
significación no se agota al remitirse a otra significación (y por lo tanto no se remite a
un significado como resultado o efecto posible de la significación sino a la función de
significación en cuanto tal, que es la de siempre remitirse a otra significación). En la
psicosis ciertas palabras detienen al sujeto por que remiten a la significación en
cuanto tal, “una significación que fundamentalmente no remite más que a sí misma,
que permanece irreductible… El enfermo mismo subraya que la palabra en sí misma
pesa. Antes de poder ser reducida a otra significación, significa en sí misma algo
inefable, es una significación que remite ante todo a la significación en cuanto tal"
(p.52)
“Ese lenguaje que puede engañarnos en un primer abordaje del sujeto… nos lleva a
superar esa noción y a formular el término de discurso” No se va a tratar entonces
de trabajar ‘hablándole al paciente en su lenguaje’ sino de escuchar y abordar el
discurso que revela la estructura misma de un sujeto, su constitución, y no eludir “lo
que está en juego: la realidad de la palabra” (p.53-54)
Vemos el paso de “otro” a “Otro” en Lacan en este momento “por una razón sin duda
delirante, como ocurre siempre que nos vemos obligados a introducir signos
suplementarios a los que el lenguaje brinda”, la de no saber ni estar seguros sobre
esa palabra fundante (“tú eres (mi)______”). Lo apuntado ahí por el mensaje “es que
el Otro está ahí en tanto que Otro absoluto” reconocido pero no conocido (tal vez sí
en su función, pero no en su posición, o su deseo). “Esta incógnita en la alteridad del
Otro es lo que caracteriza esencialmente la relación de la palabra en el nivel en que
es hablada al otro”. Esta es una descripción estructural (p.59) y una distinción
fundamental, entre el Otro en tanto desconocido y el otro que es yo, y “en el ángulo
abierto de ambas relaciones debe ser situada toda la dialéctica del delirio” (p. 63)
Pero la palabra “no sólo habla al otro, habla también del otro en tanto objeto. De esto
exactamente se trata cuando un sujeto les habla del él”, en ese momento dicho
sujeto se toma a sí mismo por objeto. (p.59)
• El sujeto psicótico habla al otro, y engaña en tanto sujero, pero también habla de él,
como objeto, y en su testimonio continúa comprometiéndose de todas formas. Al
psicoanálisis le interesan los testimonios (p. 60)
• “En el objeto está incluída una alteridad primitiva… sólo interesa como objeto de
deseo del otro”. El objeto del interés humano es el objeto del deseo del otro y el yo
humano es el otro, la primera síntesis del ego es básicamente un alter ego (el
estadio del espejo), está alienada a un otro (incluso la propia imagen vista como
otro), un semejante, con quien se identifica. “El sujeto humano deseante se
constituye en torno a un centro que es el otro en tanto le brinda su unidad, y el
primer abordaje que tiene del objeto es el objeto en cuanto objeto del deseo del otro”
(pág. 61)
• En el delirio, el sujeto habla de algo (el Otro, desconocido) que le habló (como
sucedió en un primer momento al constituirse como sujeto y como yo), “algo adquirió
forma de palabra, y le habla… El paranoico testimonia acerca de la estructura de
ese ser que habla al sujeto” (p.63)