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El panóptico digital: Usos del Smartphone para remediar el control y

vigilancia entre parejas jóvenes

Centro o lugar donde se realizará la investigación:

1. Perfiles de Facebook, hilos de Twitter y Videos de YouTube

I: Planteamiento del problema

“El amor ha sido el opio de las mujeres” Menciona la activista feminista Kate Millet (Falcon,
1984) en una entrevista hecha en el año 1984 para el periódico El País. Si bien la publicación
de esta entrevista tiene más de tres décadas de haber sido realizada, no podríamos de ello
concluir que la relación que existe entre amor y violencia de género ha cambiado
radicalmente. Los medios de comunicación han cambiado, pero como lo señalan Bolter, J. y
Grusin (2000) los nuevos medios no sustituyen a otros, sino que los remedian, es decir, que,
por un lado, los medios mantienen características de sus antecesores a la vez que descartan
otros. Y, por otro lado, remedian prácticas pretéritas que ahora son llevadas a cabo por
actuales medios digitales con otro nivel de mediación más reducida. En palabras de la
socióloga Amparo Lasén:

La remediación también atañe a otras formas de mediación, no necesariamente tecnológicas,


como cuando nuevas prácticas mediáticas reanudan pretéritas performances, discursos,
valores, interacciones y situaciones: hacemos lo que solíamos hacer (ligar, cotillear,
coordinarse, quedar, acosar, etc.) pero con nuevos participantes (2015, p. 15).

En este sentido, fenómenos socioculturales como lo es la violencia de género y las relaciones


amorosas, así como los imaginarios y mitos desde los cuales estos son construidos han sido
remediados. Como lo señala Flores y Browne “El modo en que los y las jóvenes vivencian
sus relaciones interpersonales en las redes sociales es mediada por la tradición machista, por
el concepto de amor romántico que se abre paso en la Red”. (2017, p. 151)

Notamos así que los actuales actores comunicacionales y tecnológicos participan de los
imaginarios, valores y construcciones socioculturales que, como es en el caso del amor
romántico, tienen una larga tradición en occidente que puede ser rastreada hasta los griegos
(Onfray, 2002, De Rougemont, 2007 ). Tradición basada en una serie de mitos que justifican
y normalizan, en el sentido foucaultiano del término, prácticas que reproducen la violencia
simbólica y las formas en que el amor se expresa.

Sin embargo, no basta con señalar las formas en que se perpetúan y remedian nuestros
imaginarios y prácticas amorosas. También, cabe señalar que, estos medios digitales
permiten visibilizar y llevar a cabo procesos de reflexividad individual y colaborativa sobre
estos: es decir, participan en la emisión, difusión y recepción a diferentes públicos, de las
narrativas y experiencias de la esfera intima (bajo el entendido de que la intimidad es una
construcción social). Visibilizando el control, la violencia simbólica y de género que sucede
en el seno de las relaciones amorosas por medio de las narrativas autorreflexivas sobre
historias de amor y desamor que se socializan en estas redes.

El amor y el desamor no son solo espacios de regulación y control social, sino también lugares
privilegiados de resistencia, de agencia y de conocimiento, un conocimiento situado sobre la
vida y las condiciones vitales de tu existencia; por lo tanto, pueden constituir, y de hecho
constituyen, discursos subversivos, prácticas de resistencia que, como cualquier forma de
resistencia, arrojan luz sobre el propio sistema cultural en el que surgen, ya que el poder la
regulación y la resistencia van siempre a la vez. (Esteban, 2013, p. 412)

Estas narrativas y prácticas de resistencia han sido potencializadas debido a las características
de la Web 2.0 y en específico debido a las redes sociales digitales. Si bien, estas prácticas de
resistencia ya eran visibles en la literatura en autoras como Jane Austen o Virginia Wolf;
inclusive en los blogs digitales, en las revistas de consejos y de manera indirecta en las
telenovelas y cine. Aun así, la agencia compartida (Latour) entre usuarios de redes sociales
digitales y estos medios, permite que la comunicación de estas experiencias amorosas, donde
se ponen en cuestión las normalizaciones del amor y la violencia de género ejercida por el
imaginario del amor romántico, sean no solamente en una relación vertical de productor a
consumidor, sino horizontales y descentralizadas. Es decir, pueden ser compartidas entre
pares, ya sea en una publicación de Facebook, un hilo de Twitter, una historia o Hashtag de
Instagram, en los videos y comentarios de un contenido de YouTube e inclusive en la
creación de espacios y reuniones para reflexionar sobre estos temas.
Por esta razón es necesario analizar cómo las actuales redes sociales digitales remedian los
mitos del amor romántico y las prácticas de control y violencia, a la vez que participan en las
prácticas de resistencia contra dicho pensamiento amoroso. Es decir, es necesario analizar
las plataformas en sus procesos duales de ejercicio de poder sin dejar a un lado los procesos
de resistencia, atendiendo a la tercera acepción que Lasén aporta al concepto de remediación,
“Relacionado con su etimología latina, se refiere a remedio o cura. En este caso, la intención
de remediar algo a través de las TIC” (2015, p. 23). Por esto es necesario entender la
remediación del amor como pharmakon: como cura o asesinato.

Siguiendo el concepto de Barthes, existen algunas figuras discursivas del amor que ahora son
parte del imaginario social. Esto debido a su difusión y viralidad en las redes sociales
digitales en diversas formas de contenido, como son memes, hilos de Twitter, publicaciones
de Facebook, videos de YouTube, entre otras formas discursivas digitales. Unas de ellas son
la de relación tóxica y amiga date cuenta. Figuras o retazos de imaginario que, en el contexto
de las relaciones amorosas, condensan discursos sobre la violencia simbólica, violencia de
género, mitos del amor romántico y el uso de las redes sociales digitales para ejercer control
sobre el otro amoroso, al mismo tiempo que, permiten sintetizar y narrar en un marco de
sentido común, más o menos compartido, encarnaciones de las desigualdades de género
inherentes al pensamiento amoroso hegemónico.

Narrativas que a su vez muestran cómo los medios digitales remedian prácticas de control y
violencia; medios para ejercer poder y realizar prácticas de resistencia: cura y veneno son
dos caras de la misma moneda.

En el estudio presentado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en abril


del 2019, se señala que un total de 74.3 millones de mexicanos usan internet y que la
población que concentra la mayor cantidad de usuarios es la que corresponde entre 25 y 34
años, siendo 9.8% hombres y 10.4% mujeres (INEGI, 2019). Y que de esta cantidad 77.8%
menciona que el uso principal que le da a internet es el de acceder a una red social.
Si consideramos las anteriores estadísticas y tomamos en cuenta que estas plataformas son
usadas por los jóvenes (aunque no se descarta que otros segmentos poblacionales lo hagan)
para buscar, mantener o establecer relaciones íntimas o amorosas con otros (Lasén, 2010,
Rodríguez, T y Rodríguez, Z, 2016) podríamos decir que las redes sociales digitales, como
Facebook, han tenido incidencia en las formas en que se organiza la vida amorosa de sus
usuarios.

Por esta razón, es posible decir que, estudiar las formas en que se remedian las relaciones
amorosas y la violencia de género en estos medios digitales entre los jóvenes, en específico
para las jóvenes, quienes son las principales víctimas de la violencia de género, nos permitirá
tener un amplio panorama de la normalización de un pensamiento amoroso que es una de las
más grandes causas de sufrimiento, angustia, depresión; violencia psicológica, emocional,
sexual y física; la obligación de la monogamia; la procreación, la cohabitación y la fidelidad
(Onfray, 2002), entre otras formas de violencia simbólica ejercidas bajo el nombre de un
amor basado en los roles de género.

Este análisis sería incompleto si no se presentarán las alternativas, esas prácticas y tácticas
de resistencia ante dicho poder por medio de estos medios digitales, que son resultado de la
introspección y darse cuenta de las formas en que en nombre del amor se reproduce la
violencia de género. Como lo señala Paula Flores y Rodrigo Browne

Se presenta como un espacio idóneo para –al menos– comenzar a transparentar y masificar
una reflexión acerca de las penurias que el patriarcado trae consigo, para dar pie a la
transformación. Si bien los y las jóvenes –llamados nativos y nativas digitales– en su gran
mayoría parecen reproducir el sistema hasta ahora establecido, e incluso exacerbarlo en la
Web, no podemos desconocer el potencial que este escenario tiene para hacer posible la
reformulación de ideologías pendientes a la equidad relacional intergénero (2017, p. 158)

Como señala Lasén y Casado (2014, p.2), siguiendo a Foucault (1982) y a Morey (1990)
“Las TICs son también tecnologías del yo y participan de la difícil y versátil articulación, de
los conflictos y complementariedades, entre las técnicas que aseguran la coerción y los
procesos a través de los cuales el uno mismo es construido y modificado por uno mismo”.
Esta doble configuración de las TIC, como tecnologías que reproducen la coerción y
posibilitadoras de revertir la violencia simbólica es un tema a explorar que no ha sido
atendido a profundidad. Esto es de vital importancia porque, como señala María Blanco
(2014):
La asunción de los mitos del discurso del amor romántico parece ser una de las justificaciones
más habituales para permitir ciertas actitudes que se parecen mucho a los primeros estadios
de la violencia de género, y las redes sociales como principal medio de comunicación entre
su grupo de iguales no pueden ser ajenas. (p. 125)

Objetivos
Por lo anterior mencionado los objetivos de la investigación planteada son los siguientes:

Objetivo General:

Analizar el papel de agente del Smartphone para la remediación de la vigilancia y el


control del otro entre parejas de jóvenes heterosexuales

Objetivos específicos:

• Identificar los usos del Smartphone entre jóvenes heterosexuales para el ejercicio de
la vigilancia y el control del otro en sus relaciones amorosas

• Identificar las formas en que el Smartphone participa en la remediación de la


vigilancia y el control en las relaciones amorosas de jóvenes

• Problematizar las particularidades del Smartphone como agente que participa en el


ejercicio de la vigilancia y el control en las relaciones amorosas de los jóvenes

• Comparar los usos del Smartphone para el ejercicio de la vigilancia y el control, de


acuerdo con el género del usuario

• Especificar los factores sociales que influyen en que el control y la vigilancia en la


pareja sean prácticas remediadas por el Smartphone

Preguntas de investigación:

Las preguntas que orientan esta investigación y que buscan obtener respuestas son las
siguientes:
 ¿Cuál es el rol del Smartphone como agente en la remediación de la vigilancia y el
control en las parejas jóvenes?
 ¿Qué habilita o limita el Smartphone en el ejercicio de la vigilancia y el control en
las parejas jóvenes?
 ¿Cómo se ha transformado el imaginario romántico de los jóvenes en la era digital?
 ¿Cuáles son las similitudes y diferencias de las prácticas de control y vigilancia
remediadas por el Smartphone de acuerdo con su género?
 ¿Cómo perciben los miembros de la pareja el control y vigilancia ejercidos por el
Smartphone por su otro amoroso?
 ¿Cuáles son las condiciones sociales y culturales que naturalizan el ejercicio del
control y vigilancia en la pareja de los jóvenes?

Justificación:

La presente investigación se muestra como necesaria en un contexto como lo es el del caso


mexicano, debido a que, como se ha pretendido problematizar, el amor romántico, no sólo es
una categoría afectiva o emocional, sino que es un complejo sistema de reproducción de la
violencia simbólica ejercida sobre la mujer que encarna y es una de las raíces de
problemáticas sociales de género que, lamentablemente, han crecido en nuestro país como
son el acoso sexual, la violación, la violencia de género y los feminicidios.

En México ha habido movimientos importantes para luchar contra la violencia de género en


la esfera digital como lo es el caso de la implementación de la ley Olimpia, movimiento
iniciado por El frente Nacional por la Sororidad, que tiene como finalidad perseguir y castigar
la violencia digital, el 3 de diciembre de 2018 se logró que el congreso de Puebla votara a
favor de esta ley siendo el segundo estado en tener una reforma de este tipo después del
Estado de Yucatán (Ayala, 2019). Movimientos que deben de ser reforzados desde la esfera
intima para buscar erradicar cualquier forma de violencia contra la mujer.

Por otro lado, la convergencia digital ha traído consigo la expansión de la lucha contra este
pensamiento amoroso que nos hace devenir mujeres y hombres bajo una perspectiva desigual
y heteronormativa, pero también en una herramienta que ha permitido reproducir y replicar
este régimen afectivo. Por este motivo, una perspectiva de investigación que busca entender
las complejas relaciones entre el amor y la violencia de género; entre el control y la
resistencia, entre lo íntimo y lo público, en las redes sociales digitales, permite, no sólo
entender las formas en que dicho pensamiento se ha incorporado, y las formas en que busca
ser desencarnado, sino que permite pensar, desde la mirada de los actores sociales, las
contradicciones sociales más amplias como lo es la organización económica y social desigual
de la época post industrial (Beck y Beck-Gernsheim, 2001) para la cual la familia nuclear es
la condición necesaria para su funcionamiento, ordenamiento y reproducción.

Por último, es necesario señalar que en comparación con estudios críticos sobre la difusión
en medios y de los contenidos que en ellos circulan sobre el amor romántico, existen pocas
investigaciones sobre aquellas prácticas de resistencia contra este pensamiento amoroso, sin
mencionar la casi nula producción académica en el área de las ciencias sociales sobre jóvenes,
amor y violencia de género. Estudios que son necesarios para entender la compleja realidad
social que existe entre amor, género y TIC.

g{, #33}

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