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Chavín de Huantar[editar]
La operación Chavín de Huantar fue una operación militar, considerada una de las
operaciones más exitosas a nivel mundial, donde se logró rescatar a 72 rehenes. Los rehenes
estuvieron capturados durante 125 días en la residencia del embajador japonés hasta que el
22 de abril de 1997 fueron liberados gracias a las fuerzas militares.
El 17 de diciembre de 1996, catorce miembros del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru
(MRTA), organización subversiva peruana de corte marxista- leninista, tomaron por asalto la
residencia del embajador japonés en Lima durante la celebración del cumpleaños del
emperador Akishito. Setecientos invitados quedaron tendidos en el piso amenazados por
ametralladoras y granadas. A la medianoche, los terroristas aceptaron la salida de mujeres y
ancianos y quedaron unas 380 personas cautivas entre ministros de Estado, embajadores,
políticos, empresarios, altos jefes militares y policiales. Después de negociaciones con la
Cruz Roja se aceptó dejar libre a políticos sin peso y a algunos políticos de izquierda.
En el tiempo que duró la crisis, el gobierno se mostró dispuesto a negociar y el ministro de
Educación, Domingo Palermo Cabrejos, fue designado para dialogar con los terroristas.
Adicionalmente, Juan Luis Cipriani, en ese entonces arzobispo de Ayacucho, fue parte de una
comisión negociadora. Mientras se llevaban a cabo las negociaciones, el gobierno entrenaba
a miembros del Ejército y de la Unidad Especial de Combate de la Fuerza de Infantería de
Marina de la Marina de Guerra del Perú (IMAP), para la operación secreta.
El operativo tuvo una duración de 16 minutos y logró el rescate de 71 rehenes. Se tuvieron
tres muertes, entre los cuales se encuentra el magistrado Carlos Giudti que falleció tras
resultar herido. También se perdió la vida del teniente Raúl Jiménez y la del capitán Juan
Valer, comandos que perdieron su vida en la realización del rescate. Uno de los rehenes, el
vicealmirante Luis Giampietri, retenido dentro de la casa del embajador tuvo un rol clave en la
realización de la operación de rescate. Se le entregó a Luis Giampietri, entre los alimentos y
medicinas entregados por la Cruz Roja, una biblia y una guitarra las cuales tenían micrófonos
y le permitía comunicarse con las fuerzas militares. Cuando los comandos Chavín de Huántar
iniciaron el rescate, 13 emerretistas se encontraban en el primer piso jugando fulbito y los
rehenes estaban custodiados por un solo hombre en el segundo piso con lo que hizo más
fácil el éxito del rescate.
La dinámica en el congreso[editar]
En las elecciones de 1995, Fujimori consigue una victoria con bastante facilidad, lo que le
otorga 67 escaños de un total de 120; es decir, una mayoría absoluta en el congreso. Sin
embargo, a pesar de la fuerza política dominante, no conseguía los ⅔ necesarios para poder
realizar un cambio en la constitución sin tener que entrar en diálogo con las demás
organizaciones políticas de la época. La oposición al fujimorismo era bastante fragmentada,
estaba constituida por varios grupos minoritarios que se fueron dividiendo con el paso del
tiempo. Esto generaba el ambiente propicio para ir preparando la posibilidad de una
continuidad del gobierno en el 2000.
Como señala Degregori y Meléndez, la bancada fujimorista tenía un perfil bastante
tecnocrático. Más de la mitad de los congresistas que llegaron al poder gracias Fujimori
tenían como profesión la economía o alguna carrera vinculada con la ingeniería, a diferencia
de lo que sucedía con las otras organizaciones. En el caso de Unión por el Perú -segunda
fuerza política más importante- sus 17 congresistas estaban vinculados con carreras de
letras, como lo son el derecho, la sociología y el periodismo (Degregori y Meléndez 2007: 68).
Por otro lado, es notable la gran cantidad de congresistas fujimoristas cuyo voto fuerte no
estuvo en Lima, sino en otras regiones del país. De los 67 escaños que obtienen en el
congreso, 41 de ellos eran miembros cuyo voto fuerte se encontraba concentrado en 2 o 3
regiones fuera de la capital. En ese sentido, el fujimorismo representa una suerte de apertura
y renovación política; sin embargo, este proceso se da, como señalan Meléndez y Degregori
en un esquema vertical y autoritario, dado el poco interés de Alberto Fujimori por construir un
partido político bien organizado. (Degregori y Meléndez 2007: 90).
Relación ejecutivo-legislativo-judicial[editar]
La concentración de poder por parte del ejecutivo es clara en tanto esta socavó otras arenas
con la finalidad de asegurar su mantenimiento en el poder. Una primera arena que se vio
totalmente vulnerada fue el poder judicial y el ministerio público como señala Henry Pease.
Con la ayuda de la mayoría parlamentaria, se instituyeron leyes que permitieron el
designamiento a “dedo” de los magistrados por parte del congreso (Pease 2000:16).
Asimismo, estos magistrados eran provisionales. De modo que, estaban subordinados a los
poderes mencionados. Recordemos que, al ser provisionales, las renovaciones laborales se
harían en tantos cumplan con los solicitado. Por tanto, podemos señalar que el parlamento
fujimorista junto al poder ejecutivo, manipulaban dicha arena. Esto, a su vez, implica que la
relación ejecutivo-legislativo, estaba muy consolidada, sobre todo, debido a la amplia mayoría
oficialista.
Por otro lado, tal como se observa en las tablas, Cambio 90/Nueva Mayoría contó con 67
parlamentarios, mientras que el partido que le sigue, Unión por el Perú, contó con 17
congresistas. Esta elección fue muy particular en tanto los partidos más antiguos y
consolidados obtuvieron porcentajes mínimos tanto en las presidenciales como en las
congresales. Esto se ve evidenciado en el 3.3 % que obtiene el APRA y el 1.3 % que obtiene
AP en las presidenciales. En adición, el PPC obtiene 3 %, el APRA 6.5 %, y el AP 3.3 % en
las elecciones congresales.
ECONOMICO
Déficit comercial permanente. En otras palabras, durante toda la década de los 90,
comprábamos más de lo que vendíamos, lo que se tradujo en un mayor
endeudamiento.
Política anti industrial. Fujimori desprotegió a los productores nacionales. Muchos quebraron
por el aumento de sus costos frente a la apertura comercial indiscriminada.
PBI. Los únicos periodos de crecimiento se dieron durante los años 1993, 1994, 1995 y 1997.
El resto del tiempo se registró una recesión agravada con la crisis financiera asiática del 97.
Luego, como se sabe, el PBI subió principalmente por la impresionante demanda externa
de nuestros minerales por parte de China.
Informalidad y desempleo. Las normas antilaborales permitieron que las empresas reduzcan
sus costos a través de la reducción de sus planillas. La consecuencia directa fue un incremento
de la informalidad del 52,0% en 1990 a 56,9% en 1997.