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SISTEMA RESPIRATORIO

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una enfermedad crónica


inflamatoria de los pulmones que obstruye el flujo de aire desde los pulmones. Los
síntomas incluyen dificultad para respirar, tos, producción de mucosidad (esputo) y
silbido al respirar. Es causada por la exposición a largo plazo a gases o partículas
irritantes, en la mayoría de los casos del humo de cigarrillo. Las personas
con EPOC tienen mayor riesgo de padecer enfermedades cardíacas, cáncer de pulmón
y una variedad de otras afecciones.

El enfisema y la bronquitis crónica son las dos afecciones más frecuentes que
contribuyen a desarrollar la EPOC. La bronquitis crónica es la inflamación del
revestimiento de los bronquios, que llevan aire hacia y desde los sacos de aire
(alvéolos) del pulmón. Se caracteriza por la tos diaria y la producción de mucosidad
(esputo).

El enfisema es una afección en la cual los alvéolos que están en los extremos de las
vías aéreas más pequeñas (bronquiolos) de los pulmones se destruyen como resultado
de la exposición dañina al humo de cigarrillo y a otros gases y partículas irritantes.

La EPOC se puede tratar. Con el tratamiento adecuado, la mayoría de las personas


con EPOC puede lograr un buen control de los síntoma y la calidad de vida, además de
reducir el riesgo de otras afecciones relacionadas.

Síntomas

Los síntomas de la EPOC no suelen aparecer hasta cuando ya se ha producido un


daño significativo y, por lo general, empeoran con el tiempo, particularmente si el
paciente sigue expuesto al humo del tabaco. Los pacientes con bronquitis crónica
presentan una tos diaria y producción de mucosidad (esputo) como síntoma principal
durante al menos tres meses al año en dos años consecutivos.

Otros signos y síntomas de la EPOC pueden incluir los siguientes:

 Dificultad para respirar, sobre todo durante la actividad física


 Silbido al respirar

 Presión en el pecho

 Tener que aclararse la garganta temprano a la mañana, debido al exceso de


mucosidad en los pulmones

 Una tos crónica que puede producir mucosidad (esputo), la cual puede ser
transparente, blanca, amarilla o verdosa

 Color azul en los labios o los lechos ungueales (cianosis)

 Infecciones respiratorias frecuentes

 Falta de energía

 Pérdida de peso involuntaria (en los estadios más avanzados)

 Hinchazón en los tobillos, los pies o las piernas

También es probable que las personas con EPOC tengan episodios llamados
reagudizaciones, durante los cuales los síntomas empeoran más que la variación
habitual diaria y duran al menos varios días.

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Causas

La causa principal de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) en los


países desarrollados es el tabaquismo. En los países en vías de desarrollo, la EPOC a
menudo se presenta en personas que están expuestas a gases combustibles usados
para cocinar o para calefaccionar en viviendas con mala ventilación.

Solo aproximadamente el 20 al 30 por ciento de los fumadores crónicos pueden


tener EPOC clínicamente aparente, aunque muchos fumadores con antecedentes de
tabaquismo de larga data pueden presentar una función pulmonar reducida. En algunos
fumadores se manifiestan afecciones pulmonares menos frecuentes. Se las puede
diagnosticar mal como EPOC hasta que no se realiza una evaluación más minuciosa.

Cómo resultan afectados los pulmones


El aire se traslada por la tráquea e ingresa en los pulmones por medio de dos tubos
largos (bronquios). Dentro de los pulmones, estos tubos se dividen muchas veces,
como las ramas de un árbol, en tubos más pequeños (bronquiolos) que tienen en sus
extremos sacos de aire diminutos (alvéolos).

Los sacos de aire tienen paredes muy delgadas repletas de vasos sanguíneos
(capilares). El oxígeno presente en el aire que inhalas atraviesa estos vasos
sanguíneos e ingresa en el torrente sanguíneo. Al mismo tiempo, se exhala dióxido de
carbono (un gas que es un producto de desecho del metabolismo).

Los pulmones dependen de la elasticidad natural de los bronquios y de los sacos de


aire para que el aire salga del organismo. A causa de la EPOC, pierden su elasticidad y
se estiran en exceso, por lo cual queda aire atrapado en ellos al exhalar.

Enfisema

Bronquitis
Causas de la obstrucción de las vías respiratorias

Las causas de la obstrucción de las vías respiratorias incluyen las siguientes:

 Enfisema. Esta enfermedad de los pulmones destruye las paredes frágiles y las
fibras elásticas de los alvéolos. Las vías respiratorias pequeñas colapsan cuando
exhalas, lo que impide el flujo de aire hacia afuera desde los pulmones.
 Bronquitis crónica. Si padeces esta enfermedad, los bronquios se inflaman y se
estrechan, y los pulmones producen más mucosidad, lo cual puede bloquear aun
más los bronquios que están estrechos. El paciente puede presentar una tos
crónica por tratar de limpiar las vías respiratorias.
Humo de cigarrillo y otros irritantes

En la gran mayoría de los casos, el daño pulmonar que provoca EPOC se debe a fumar
durante un largo plazo. Sin embargo, probablemente también haya otros factores que
juegan un papel en la aparición de la EPOC, tales como una susceptibilidad genética a
la enfermedad, porque solo alrededor del 20 al 30 por ciento de los fumadores podría
presentar EPOC.

Otros irritantes pueden causar EPOC, incluidos el humo de cigarro, el humo de


segunda mano, el humo de pipa, la contaminación ambiental y la exposición en el lugar
de trabajo al polvo, el humo o los vapores.

Deficiencia de alfa-1 antitripsina

Aproximadamente, en el 1 por ciento de las personas con EPOC, la enfermedad se


produce a causa de un trastorno genético que provoca niveles bajos de una proteína
llamada alfa-1 antitripsina. La alfa-1 antitripsina se produce en el hígado y se segrega
al torrente sanguíneo para ayudar a proteger los pulmones. La deficiencia de alfa-1
antitripsina puede afectar al hígado además de a los pulmones. El daño en los
pulmones puede producirse en bebés y niños, no solo en adultos con antecedentes de
fumadores de larga data.

Para los adultos con EPOC relacionada con la deficiencia de alfa-1 antitripsina, las
opciones de tratamiento son las mismas que para las personas que tienen tipos más
frecuentes de EPOC. Además, el tratamiento de algunas personas podría consistir en
reemplazar la proteína alfa-1 antitripsina faltante, lo cual puede evitar daños adicionales
a los pulmones.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo para la EPOC incluyen los siguientes:


 Exposición al humo de tabaco. El factor de riesgo más significativo para
la EPOC es fumar cigarrillo por un largo plazo. Cuanto más años y más cigarrillos
fumas, mayor es el riesgo. Los fumadores de pipa, cigarros y marihuana también
pueden presentar riesgo, al igual que las personas expuestas a cantidades
abundantes de humo de segunda mano.

 Personas con asma que fuman. La combinación de asma, una enfermedad


inflamatoria crónica de las vías respiratorias y el cigarrillo aumenta incluso más el
riesgo de EPOC.

 Exposición ocupacional a polvos y sustancias químicas. La exposición por un


largo plazo a gases, vapor y polvo de sustancias químicas en el lugar de trabajo
puede irritar e inflamar los pulmones.

 Exposición a gases de la combustión. En el mundo en desarrollo, las personas


expuestas a gases de la combustión para cocinar y calentar en hogares con mala
ventilación tienen mayor riesgo de padecer EPOC.

 Edad. La EPOC aparece lentamente en un lapso de años, de modo que la


mayoría de las personas tienen al menos 40 años cuando comienzan los
síntomas.

 Genética. El trastorno genético poco frecuente llamado deficiencia de alfa-1


antitripsina es la causa de algunos casos de EPOC. Otros factores genéticos
probablemente hagan que algunos fumadores sean más propensos a la
enfermedad.

Complicaciones

La EPOC puede causar muchas complicaciones, incluidas las siguientes:

 Infecciones respiratorias. Las personas con EPOC tienen mayor probabilidad de


sufrir resfríos, gripe o neumonía. Cualquier infección respiratoria puede dificultar
mucho la respiración y causar un mayor daño al tejido pulmonar. La vacunación
anual contra la gripe y las vacunaciones periódicas contra la neumonía
neumocócica pueden prevenir algunas infecciones.

 Problemas del corazón. Por motivos que no se comprenden del todo,


la EPOC puede aumentar el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, incluido el
ataque cardíaco. Dejar de fumar puede reducir este riesgo.
 Cáncer de pulmón. Las personas con EPOC tienen un riesgo más alto de
padecer cáncer de pulmón. Dejar de fumar puede reducir este riesgo.

 Presión arterial alta en las arterias pulmonares. La EPOC puede causar


presión arterial alta en las arterias que hacen circular sangre a los pulmones
(hipertensión pulmonar).

 Depresión. La dificultad para respirar puede impedir que hagas actividades que
disfrutas. Además, vivir con esta enfermedad grave puede contribuir a que el
paciente presente depresión. Habla con tu médico si te sientes triste o impotente,
o si piensas que puedes tener depresión.

Prevención

A diferencia de otras enfermedades, la EPOC tiene una causa clara y un modo claro de
prevención. La mayoría de los casos están directamente relacionados con el
tabaquismo, y la mejor manera de prevenir la EPOC es no fumar o dejar de fumar
ahora mismo.

Si has sido fumador durante mucho tiempo, quizá estas afirmaciones simples no te
parezcan tan simples, sobre todo si has intentado dejar una vez, dos veces o muchas
veces. Sin embargo, debes seguir intentando dejarlo. Es de suma importancia
encontrar un programa para dejar de fumar que pueda ayudar a dejar el hábito para
siempre. Es tu mejor oportunidad para prevenir el daño a tus pulmones.

La exposición que generan ciertos trabajos a vapores y polvo de sustancias químicas


es otro factor de riesgo para la EPOC. Si trabajas con este tipo de irritantes
pulmonares, habla con tu supervisor sobre las mejores maneras de protegerte, por
ejemplo, usar un equipo de protección respiratoria.

Enfermedades cardiovasculares en el anciano


¿Por qué son importantes las enfermedades cardiovasculares?
La importancia de las enfermedades cardiovasculares ha sobrepasado el ámbito
científico para formar parte del dominio popular. Por una parte, la influencia que tienen
hábitos y estilos de vida perjudiciales sobre algunas de estas enfermedades, se
encuentra permanentemente en los medios de comunicación. Además, es destacable
que este grupo de enfermedades ocupa una posición central entre los problemas de
salud de la población y particularmente entre los ancianos.
Si bien estas enfermedades están presentes en la edad adulta previa a la vejez, algunas
de ellas como la insuficiencia cardiaca o la enfermedad coronaria se hacen más
frecuentes con la edad avanzada. La mayor parte de los pacientes que las padecen son
mayores de 65 años, por lo que probablemente haya que definirlas conjuntamente con
las características propias de esta población.
Entre los ancianos las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de
enfermedad y muerte. Además de esta gran mortalidad, producen una enorme
morbilidad, causando un sin fin de ingresos hospitalarios y finalmente, pero no menos
importante, son una fuente importante de incapacidad en esta población. Es fácil de
entender esta incapacidad en una persona mayor limitada seriamente en su
deambulación, movilidad y autonomía, por problemas respiratorios secundarios a su
patología cardiaca.
¿Qué cambios se producen en el sistema cardiovascular con el envejecimiento?
Con el envejecimiento se producen una serie de cambios en la estructura y en el
funcionamiento del corazón y de las arterias. Estos cambios disminuyen la capacidad de
reserva del corazón, predisponen a la presencia de enfermedades y limitan la máxima
capacidad de ejercicio.
Las arterias se engruesan y se vuelven más rígidas con los años favoreciéndose una
forma de presión arterial a expensas de los valores sistólicos, muy frecuente entre los
ancianos. Por otra parte, el corazón no puede alcanzar frecuencias cardiacas tan altas
con el ejercicio como en la edad adulta, teniendo que recurrir a adaptaciones de su
fisiología para intentar mantener un funcionamiento adecuado.
¿Cuáles son las enfermedades cardiovasculares más frecuentes en los ancianos?
Son múltiples las enfermedades del aparato circulatorio y del corazón que pueden
aparecer en edades avanzadas. Tanto por su frecuencia como por su influencia en
producir fragilidad e incapacidad en los ancianos, son de destacar las siguientes:
Hipertensión Arterial; Insuficiencia Cardiaca; Cardiopatía isquémica y Arteriopatía
periférica.
Cada una de ellas tendrá unas características diferentes en cuanto a su forma de incidir
en la salud y capacidades de los mayores. La Hipertensión Arterial será el principal factor
de riesgo cardiovascular en el anciano y por tanto incidirá directamente en la aparición
del resto de las patologías cardiovasculares. La Cardiopatía Isquémica y la Insuficiencia
Cardiaca son fuente directa de pérdida de autonomía, ingresos hospitalarios y muerte.
La Arteriopatía Periférica puede terminar, tras limitar la deambulación del paciente, en la
amputación de un miembro.
¿Qué supone padecer una Insuficiencia Cardiaca?
La insuficiencia cardiaca puede definirse como una alteración de la función del corazón,
en la que éste es incapaz de bombear sangre de forma adecuada a las necesidades del
organismo. En el anciano confluyen en la aparición de insuficiencia cardiaca tanto las
enfermedades que van a llevar a ese fracaso del corazón como bomba, como los
cambios producidos en el corazón con el envejecimiento. Cualquier patología del corazón
con suficiente intensidad puede producirla aunque, la mayor parte de los ancianos con
este problema padecen hipertensión arterial o una enfermedad coronaria que produce
cardiopatía isquémica. La hipertensión condicionará una sobrecarga de esfuerzo del
corazón y a su vez favorecerá la aparición de una enfermedad coronaria que puede dañar
el músculo cardiaco. Son muchas otras las causas de insuficiencia cardiaca en el anciano
aunque cabe destacar también las valvulopatías. En ellas, la alteración en la estructura
y funcionalidad de una válvula cardiaca, como puede ser la estenosis aórtica o la
insuficiencia mitral, pueden producir el que se padezca esta entidad.
La insuficiencia Cardiaca produce una sintomatología típica o clásica bien definida
en los adultos y que también puede aparecer en los ancianos:
Disnea: que es una sensación subjetiva de disconfort respiratorio, en donde la
respiración se hace consciente, dificultosa y desagradable. La disnea aparece con los
esfuerzos como subir escaleras y progresar hasta estar presente incluso en reposo, o
aparecer con el decúbito al acostarse en plano.
Edemas o acumulación de líquido en las partes declives como los tobillos o las piernas
si se esta de pie.
Cansancio y fatiga muscular, por el mal funcionamiento de la función de bomba del
corazón para llevar sangre a los músculos.
En los ancianos, sin embargo, en ocasiones la sintomatología es más larvada o atípica.
Las manifestaciones anteriores pueden ser poco manifiestas en un anciano
habitualmente sedentario, no apareciendo síntomas de esfuerzo y si síntomas atípicos
como confusión, pérdida de apetito náuseas, insomnio, tos nocturna o micciones
nocturnas frecuentes. La disnea de esfuerzo o la fatiga pueden ser debidas en el anciano
a otras muchas causas, como enfermedades respiratorias, anemia, depresión o
alteraciones del tiroides. Lo mismo puede pasar con los edemas.
La insuficiencia cardiaca es uno de los principales motivos de ingreso de un anciano en
el hospital. Es una entidad que tiene un mal pronóstico a corto-medio plazo y condiciona
numerosas recaídas y reingresos. A los cinco años tiene una gran mortalidad en este
grupo de población. Su seguimiento y tratamiento adecuado mediante los fármacos
disponibles, el tratamiento adecuado de las condiciones subyacentes (enfermedad
valvular, patología coronaria, arritmias, etc), así como su prevención a partir de los
factores de riesgo que pueden conducir a su aparición, son los ejes de la atención. Tanto
a nivel de atención primaria en su seguimiento, como en los momentos en que se
requiera atención especializada por su Cardiólogo o su Geriatra, se realizarán los
esfuerzos necesarios para el control de esta enfermedad.
¿Qué es la Cardiopatía Isquémica?
La cardiopatía isquémica es una enfermedad cardiaca donde se produce un defecto de
perfusión sanguínea del miocardio (que es como se llama al músculo cardiaco) debido a
obstrucción de las arterias coronarias. Las consecuencias de esta falta de perfusión
pueden ser en forma de dolor torácico como ocurre en la angina de pecho o en el infarto
agudo de miocardio. La angina puede presentarse de forma brusca como en el infarto o
de forma crónica desencadenada por un aumento de las demandas del corazón como
ocurre en la angina de esfuerzo. La isquemia cardiaca puede tener también
consecuencias no dolorosas como es el deterioro silencioso de ese músculo cardiaco,
pudiendo hacer a ese corazón insuficiente. En su tratamiento existen diferentes
combinaciones de medidas entre fármacos, procedimientos invasivos intervencionistas
sobre las arterias coronarias e incluso su revascularización quirúrgica. Esto exige a
veces procedimientos intensivos, con mayor número de complicaciones en los ancianos,
sin que por ello no existan beneficios con los mismos.
La causa que subyace en la cardiopatía isquémica, en la mayor parte de las ocasiones,
es la obstrucción de las arterias coronarias debido a la arteriosclerosis. Las placas de
arteriosclerosis dificultan el flujo de sangre a través de ellas. Por tanto, es fundamental
la prevención y tratamiento de los factores de riesgo asociados a su formación y
progresión. Hablamos entre otros del tabaquismo, hipertensión arterial, diabetes,
hiperlipidemias y obesidad.
De la importancia y frecuencia de esta enfermedad en los ancianos sobran datos. La
enfermedad coronaria es probablemente la patología cardiovascular más frecuente en el
anciano Es causa de muchas muertes además de producir incapacidad y graves
limitaciones en la actividad normal de los pacientes. Baste decir que dos de cada tres
infartos ocurren en mayores de 65 años.
Esta enfermedad es más grave, tiene peor pronóstico y presenta mayor número de
complicaciones en este grupo de población. En ocasiones se presenta de forma atípica
faltando las formas clásicas de dolor torácico, apareciendo en forma de dificultad
respiratoria, cansancio, síntomas mentales como confusión o formas silentes de
afectación cardiaca. Es frecuente que la crisis de cardiopatía isquémica se desencadene
precipitada por la concurrencia o reagudización de otras enfermedades que presenta el
anciano. En muchas ocasiones esta atipicidad dificulta su reconocimiento y provoca
retrasos en acudir a recibir asistencia médica.
En resumen la enfermedad coronaria se puede manifestar en forma de angina, infarto,
cuadros de insuficiencia cardiaca y a veces arritmias o muertes súbitas. En el anciano
esta enfermedad tiene algunas particularidades en cuanto a su presentación atípica, peor
pronóstico y la necesidad de un tratamiento individualizado atendiendo a las
circunstancias de cada anciano (presencia de otras enfermedades, deterioro cognitivo,
incapacidad, beneficios y riesgos de los procedimientos, etc). Sintetizando, deberemos
atender a la edad biológica y no a la cronológica a la hora de tomar decisiones en cuanto
a las medidas terapéuticas en cada caso.
¿Qué importancia tiene la Hipertensión Arterial?
La Hipertensión arterial se trata de forma detenida y especial en otro capítulo de esta
serie. Es de destacar la importancia de esta enfermedad, de elevadísima frecuencia en
la población anciana, como factor de riesgo para producir cardiopatía isquémica,
insuficiencia cardiaca, enfermedad cerebrovascular con ictus y arteriopatía periférica.
Por tanto, su tratamiento hace de él un factor prevenible.
Se han comentado los cambios en las arterias que se producen con el envejecimiento y
la predisposición a padecer un tipo de Hipertensión llamada Hipertensión Sistólica
Aislada, en la que están solamente elevadas las cifras de tensión arterial sistólica
(conocida como "máxima"). El padecer esta hipertensión en los ancianos también
supone padecer riesgo cardiovascular como el que se ha comentado.

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