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T-494/92
El sentenciador parece creer que los únicos aportes a una sociedad de hecho
deben ser dinero o bienes relevantes en el mercado, con lo cual descarta de
plano el denominado aporte de industria. Seguramente por eso se abstuvo de
considerar por un momento siquiera si el trabajo doméstico de la concubina
tuvo o no significación económica suficiente para reconocerle, con todas sus
consecuencias, la calidad de socio. El desconocimiento del trabajo doméstico
de la peticionaria involucrado en la amenaza de despojo, sin debido proceso,
del inmueble en que ella habita hoy adquirido y mejorado progresivamente,
durante la unión de hecho y como fruto del esfuerzo conjunto de los
concubinos, viola abiertamente los derechos constitucionales de igualdad,
debido proceso y no discriminación en contra de la mujer.
MAGISTRADO PONENTE:
CIRO ANGARITA BARON
ha pronunciado la siguiente
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
A. La acción.
1. Hechos.
2. Solicitud.
Mediante acción de tutela interpuesta el 10 de Febrero de 1992, el apoderado
presentó la siguiente solicitud:
3.Pruebas.
a) Sentencia del Juzgado Noveno Civil del Circuito de Cali, que aprueba en
todas sus partes el trabajo de adjudicación de los bienes dejados por el causante
Hernando Guerrero Trujillo.
C. Impugnación de la sentencia.
2. "En el caso de la protección tutelar aquí invocada, ella está orientada a que
se ordene suspender la diligencia de entrega dispuesta como medida
consecuencial de la sentencia firme que fue dictada en el proceso sucesorio de
Hernando Guerrero Trujillo, con lo cual se evidencia fácilmente que esa orden
no puede ser impartida como fruto de la presente acción de tutela, porque ello
implicaría discutir el fallo mismo, atributo que no está al alcance de este
mecanismo de defensa excepcional". ( Fl. 78 ).
3. Existe otro medio de defensa judicial, como la oposición a dicha entrega que
consagra el Código de Procedimiento Civil, el cual habrá de aceptar o no el
Juez de conocimiento. De igual manera, la peticionaria "adelanto proceso de
pertenencia que todavía no ha culminado, medio de defensa a través del cual
podría eventualmente encontrar protección a sus derechos". ( Fl. 82 ).
poder físico directo sobre las cosas, en virtud del cual se ejecutan
sobre ellas actos materiales de goce y transformación , sea que se
tenga el derecho o que no se tenga; por ella obtenemos de los bienes
patrimoniales el beneficio señalado por la naturaleza o por el
hombre; ella misma realiza en el tiempo los trascendentales efectos
que se le atribuyen, de crear y sanear el derecho, brindar la prueba
óptima de la propiedad y llevar a los asociados orden y bonanza; y
es ella, no las inscripciones en los libros del Registro, la que realiza
la función social de la propiedad sobre la tierra, asiento de la
especie y cumbre de las aspiraciones de las masas humanas22 .
Su naturaleza ha sido objeto de los más amplios debates entre los maestros
clásicos, particularmente los estudiosos del derecho romano. Son célebres al
respecto las bien conocidas teorías de Saving y Von Ihering, las cuales han
merecido siempre la más amplia atención por parte de nuestros juristas. Así,
por ejemplo, en su momento el profesor José J. Gómez observó con toda razón
11 Cfr. Gómez R. José J., Bienes. Edición actualizada por el Dr. Douglas Bernal Saavedra, publicaciones
Universidad Externado de Colombia. Bogotá, 1981. p. 342.
22 Cfr. Corte Suprema de Justicia. Sentencia de 27 de Abril de 1955. Gaceta Judicial. Tomo LXXX No. 2153,
p. 87 y ss.
es un derecho. Pero al parecer la controversia ha perdido
intensidad e interés y hoy apenas sí se alude a ella33 .
Los derechos sobre cosas que pueden hacerse valer con acciones
reales, son los derechos reales. La posesión es un poder de hecho
que se ejerce sobre cosas y que se encuentra protegida con
verdaderas acciones reales (las acciones posesorias). Desde tal
punto de vista, es un hecho cierto que la posesión es un derecho
real.
Es por eso que con sobrada razón observaba Ihering desde el siglo pasado que
2. El debido proceso.
Pero además constituye violación del debido proceso, el hecho de que Esther
Varela, por no ser parte, no pudiera controvertir debidamente las decisiones
tomadas en el juicio sucesorio en contra de sus intereses o derechos. En otras
palabras, no podía ser oída ni vencida en juicio para defender su posesión u
otras pretensiones.
"En virtud de lo dispuesto por la carta del 91, no hay duda que 'el otro
medio de defensa judicial' a disposición de la persona que reclama ante los
jueces la protección de sus derechos fundamentales ha de tener una
efectividad igual o superior a la de la acción de tutela para lograr efectiva
y concretamente que la protección sea inmediata. No basta, pues, con la
existencia en abstracto de otro medio de defensa judicial si su eficacia es
inferior a la de la acción de tutela." 88
De otra parte, esta Sala no puede aceptar el argumento de que hay que esperar
la sentencia de Casación para dirimir el conflicto. El derecho fundamental a la
posesión se encuentra amenazado por la acción de los juzgados de Cali, que
desconocen el debido proceso, razón por la cual debe concederse la acción
impetrada, cuya celeridad es mayor que la de otros instrumentos alternativos de
protección.
Ellas fueron, entre otras, las labores domésticas propias del hogar, la
colaboración en actividades comerciales en las cuales se utilizaron dos
vehículos adquiridos durante la unión de hecho, así como también en la
explotación conjunta de una casa mediante arrendamiento de piezas a
inquilinos, inmueble este que es actualmente objeto de pleito con la
adjudicataria única del difunto, señora Mélida Guerrero Trujillo.
Es así como en tal expediente aparece que el Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Cali -Sala Civil de Decisión- negó la existencia de la sociedad de
hecho, aduciendo, entre otras razones, que:
Esta Corte no puede menos que manifestar su total desacuerdo con dicha visión
por cuanto ella estimula y profundiza la desigualdad y la injusticia en las
relaciones sociales, hace inequitativo el desarrollo económico y vulnera
derechos fundamentales de la persona humana.
99 Cfr. Cortés Cely Juan Carlos. Trabajo Doméstico. Ensayo de valoración (Documento de trabajo
mimeógrafo). Dirección General de Análisis Socioeconómico del DANE. Bogotá, Noviembre de 1991, p. 1.
1010 Cfr. Anker Richard y Dixon-Mueller Ruth. Evaluación del aporte económico de la mujer al desarrollo.
O.I.T. Ginebra 1969, p. 13. Citado por Cortés Cely Juan Carlos. Ob. Cit., p. 2.
mujeres que lo realizan, quienes quedan asimiladas con los
incapacitados y los inválidos, a pesar de que el bienestar de éstos
depende de las actividades de aquellas. En este sentido, la
subordinación de la mujer es una realidad que permea la esfera
económica y las relaciones que son externas al hogar y también la
esfera doméstica y sus tareas fundamentales en la reproducción
biológica, y la reproducción social. El trabajo doméstico es esencial
para la economía, aunque está ligado indirectamente al proceso de
desarrollo y a la acumulación de capital. El rol y la ubicación de la
mujer en el proceso de desarrollo está condicionado en gran medida
por su papel primario en la esfera reproductiva (Benería y Sen, 1982).
Este condicionamiento implica que una parte significativa, cuando no
todos los trabajos de la mujer, permanecen invisibles. El trabajo
productivo no es fácilmente detectado por la sociedad cuando es
adelantado por una trabajadora que realiza también labores
domésticas1111 .
III. CONCLUSION
De otra parte, dicho inmueble fue adquirido durante la unión de hecho como
fruto del esfuerzo de ambos compañeros al cual ella aportó, cuando menos, su
trabajo doméstico, derecho protegido por la ley fundamental (art. 25 C.N. ).
1111 Cfr. Bonilla Castro Elssy y Rodríguez S. Penélope. Fuera del Cerco. Mujeres, Estructura y Cambio
social en Colombia. Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional (ACDI), Santafé de Bogotá,
Colombia. 1992, p. 14, 15.
1212 Cfr. Gaceta Constitucional No. 85 mayo 29 de 1991.
Puesto que los derechos vulnerados demandan una protección inmediata que
otros medios de defensa no le brindan a la peticionaria en el caso concreto, esta
Corte revocará la sentencia de la Corte Suprema - Sala de Casación Civil- y
otorgará la tutela impetrada.
IV. DECISION
RESUELVE
4. Siendo ello así, mal podría aceptarse que la Corte Constitucional, como se ha
hecho en este caso, al revisar una sentencia de tutela, decida ordenar que un
Juez Civil Municipal se abstenga de practicar la diligencia de entrega de un
bien "hasta cuando reciba la correspondiente instrucción del Juez de Familia
competente", lo que en realidad representa la suspensión de la práctica de un
acto procesal ordenado por un juez a otro, dentro de un juicio civil que tiene en
el ordenamiento jurídico vigente sus propias reglas.