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SEBASTIÁN CAÑIZARES
UNIVERSIDAD DE CUENCA
La prenda civil es, según el Código Civil, aquella por la cual “se entrega una cosa mueble a un
acreedor, para la seguridad de su crédito”. Asimismo, Manuel Ossorio la define como un
“contrato por el cual el deudor de una obligación, cierta o condicional, presente o futura,
entrega al acreedor una cosa mueble o un crédito en seguridad de que la obligación ha de ser
cumplida”.
A su vez, la prenda industrial puede ser definida como un contrato por la cual se constituye un
derecho de prenda sobre los bienes taxativamente determinados en la legislación mercantil con
la finalidad de asegurar al acreedor el cumplimiento de una obligación por parte del deudor,
permaneciendo dichos bienes en poder de éste último.
La principal diferencia que existe entre la prenda civil y mercantil, ya sea industrial o agrícola,
es quien detenta el poder del bien prendado. En la primera, es el acreedor quien tiene la cosa
en su poder para asegurar el cumplimiento de la obligación; mientras en la segunda, el deudor
es quien detenta el bien.
Según el artículo 579, la prenda industrial puede constituirse sobre: “a) Maquinarias
industriales; b) Instalaciones de explotación industrial; c) Herramientas y utensilios
industriales; d) Elementos de trabajo industrial de cualquier clase; e) Animales destinados al
servicio de cualquier industria; y, d) Productos que hayan sido transformados industrialmente.”
El derecho de prenda que otorga el contrato de prenda industrial se puede traspasar. Para ello,
conforme establece el artículo 583 del referido cuerpo legal, es necesario “la entrega del título,
en el que se hará constar la transferencia, su fecha y el nombre del cesionario, con la firma del
acreedor cedente”. Además, para que surta efectos respecto del deudor y terceros, es requisito
la notificación al deudor.
La obligación principal puede extinguirse en cualquier momento que el deudor prefiera, ya sea
mediante el pago íntegro del capital y los intereses adeudados, más el interés de un mes
adicional, o a través del pago por consignación (si el acreedor rehúsa aceptar el pago) (artículo
584 del Código de Comercio).