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¿Por qué festejamos el Día de la Raza?

La acepción común del 12 de octubre como el Día de la Raza, establece la


conmemoración del surgimiento de una identidad cultural producida por la fusión
entre los pueblos indígenas americanos y los colonizadores españoles tras el
descubrimiento del “Nuevo continente” en 1492. Lo que no queda muy claro –
especialmente a los niños y las niñas que hacen periódicos murales y
representaciones teatrales de dicho acontecimiento en las escuelas primarias y
secundarias– son las causas objetivas de su celebración.

El origen de este festejo se debe a Faustino Rodríguez-San Pedro, ministro


español y presidente de la Unión Ibero-Americana durante 1913, quien propuso
una celebración común a España y a Hispanoamérica. Así, un 12 de octubre de
1914 se celebró “La Fiesta de la Raza Española”, bajo la consigna de ser una
celebración en la que “se conmemore la fecha del descubrimiento de América, en
forma que, a la vez de homenaje a la memoria del inmortal Cristóbal Colón, sirva
para exteriorizar la intimidad espiritual existente entre la Nación descubridora y
civilizadora y las formadas en el suelo americano, hoy prósperos Estados”.

La definición de Rodríguez-San Pedro hoy en día generaría controversia. Pero cabe


señalar que la conmemoración en la Península ensalzaba el descubrimiento como
un hito en la historia de Europa y uno de los grandes logros de España. Sin
embargo, hacia 1948, la celebración pasó a llamarse en el país Ibérico “Día de la
Hispanidad”, definido solo por el intercambio cultural sucedido tras el encuentro
entre los dos continentes.

En México, la festividad no se declaró oficial sino hasta 1929 durante el gobierno de


Emilio Portes Gil y con la tutela de José Vasconcelos, entonces secretario de
Educación Pública, aunque años
El Día de la Raza en México

En 1929, durante el gobierno de Emilio Portes Gil y por influencia de José Vasconcelos, se
oficializó el Día de la Raza como día nacional. Sin embargo, no fue la primera vez que en
México se conmemoró el descubrimiento de América. Nos remontamos al año de 1892
cuando, en el marco del cuarto centenario del aniversario de la llegada de Colón, se declaró
el 12 de octubre como día de fiesta nacional, enfatizando y celebrando el mestizaje, así como
la hermandad de americanos y europeos. Dicha celebración fue todo un acontecimiento en
varias ciudades del país, especialmente en la capital. Según testimonios de la prensa, “la
ciudad, aun en los barrios más humildes y apartados, se encontraba engalanada […] y los
colores del pabellón mexicano se combinaban con los de la bandera española y las colonias
extranjeras”.1 Esta muestra de afecto, fue una clara fraternización con la comunidad de
España en nuestro país. Durante dicha celebración, Porfirio Díaz desveló el monumento a
Colón que aún se yergue sobre la avenida Buenavista.

No obstante, con el paso de los años, el entusiasmo y el interés por la celebración ha ido en
declive. En 1917, Venustiano Carranza retomó el motivo de la festividad, nombrándola como
la conocemos: Día de la Raza. Pero aquella vez el bullicio no fue mayor que una ceremonia
solemne en la Universidad Nacional de México.2

Tras el decreto oficial de 1929, el Día de la Raza se ha constituido como mero día de
conmemoración sin más trascendencia que la de ser un dato académico propio para los niños.
En la segunda mitad del siglo XX, muchos países hispanoamericanos han optado por cambiar
el nombre de la celebración. En Argentina, desde 2007, es el Día de la Diversidad Cultural
Americana; en Bolivia, el Día de la Descolonización; en Ecuador, Día de la Interculturalidad
y la Plurinacionalidad. Incluso, en Estados Unidos el Columbus Day ha sido motivo para
concientizar acerca de las condiciones sociales de las comunidades piel roja.

Desde el siglo XIX hemos celebrado la hermandad del nuevo y el viejo continente, pero ¿no
deberíamos agregar a ello la celebración de nuestra hermandad con los pueblos indígenas?
Vasconcelos apeló al mestizaje como objeto de celebración; pero para nosotros no es el
mestizaje –esa raza cósmica–, la que debe ser festejada, sino la supervivencia de nuestra
historia que se enraíza especialmente en nuestras comunidades indígenas, fuente de la mayor
parte de nuestro patrimonio cultural.

1
“Fiestas del Centenario”, La Vanguardia”, año VI, núm. 9, 14 de octubre de 1892, p.2.
2
Vid. Carranza, Venustiano, El 12 de octubre de 1492, México, Universidad Nacional de México, 1917.
Día de la Raza

¿Qué celebramos el Día de la Raza?

de la antesala de la Exposición Histórico-Americana que se llevaría a cabo en


Madrid con motivo del cuarto centenario del descubrimiento de América, el
Congreso de la Unión propuso que el 12 de octubre se declarara fiesta nacional,
hecho que Porfirio Díaz proclamó mediante un discurso durante el periodo de
sesiones el 1 de abril: “El vivo interés que para el mundo y para América ofrece el
descubrimiento de esta mitad del Globo impulsó la iniciativa para que se declare día
de fiesta nacional el 12 de octubre próximo”.( “Discurso”, La Patria, México, año XVI,
núm. 4579, 3 de abril de 1892, p.2.)

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