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3.1 Concepto
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Tesis: 2a./J. 181/2006, emitida por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación durante la Novena
Época, visible en la página 189 del Tomo XXIV, Diciembre de 2006, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.
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Campuzano Gallegos, Adriana Leticia. Manual para entender el Juicio de Amparo, Thomson Reuters, México, 2015. Pág. 1
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3.2 Naturaleza jurídica.
Diversos autores refieren que el amparo, dependiendo de cuál de ellos sea, puede
tenerse como un juicio o un recurso. Refieren que el único juicio, como tal, es el
amparo indirecto, pues en este existe una contienda entre los particulares y la
autoridad, y hay un periodo probatorio; asumiendo que el amparo directo es un
recurso extraordinario que tienen los particulares en donde no es posible aportar
pruebas.
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Fix Zamudio, Héctor. “Breve introducción al juicio de amparo mexicano”, Ensayos sobre el derecho de amparo, 2a. ed.,
México, UNAM-Porrúa, 1999 y
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reflejado en la Constitución de 1857, que en su artículo 1015 preveía la
competencia de los tribunales de la Federación para conocer de las controversias
que surgieran por la violación de garantías.
I. Por normas generales, actos u omisiones de la autoridad que violen los derechos humanos
reconocidos y las garantías otorgadas para su protección por esta Constitución, así como
por los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte;
II. Por normas generales o actos de la autoridad federal que vulneren o restrinjan la
soberanía de los Estados o la autonomía de la Ciudad de México, y
III. Por normas generales o actos de las autoridades de las entidades federativas que invadan
la esfera de competencia de la autoridad federal.
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Este documento previó el medio de control en su artículo 25, que dice: “Artículo 25.- Los tribunales de la Federación
ampararán a cualquiera habitante de la República, en el ejercicio y conservación de los derechos que le concedan esta
Constitución y las leyes constitucionales, contra todo ataque de los poderes legislativo y ejecutivo, ya de la Federación, ya
de los Estados, limitándose dichos tribunales a impartir su protección en el caso particular sobre que verse el proceso, sin
hacer ninguna declaración general respecto de la ley o del acto que lo motivare.”
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El artículo citado es del tenor siguiente:
“Artículo 101. Los tribunales de la federación resolverán toda controversia que se suscite: I. Por leyes ó actos de cualquiera
autoridad que violen las garantías individuales. II. Por leyes ó actos de la autoridad federal que vulneren ó restrinjan la
soberanía de los Estados. III. Por las leyes ó actos de las autoridades de éstos que invadan la esfera de la autoridad
federal.”
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b) Deben provenir de una autoridad, entendida esta como aquella en sentido
formal o un particular que actúe como tal, por determinación de la ley.
c) El acto de autoridad debe afectar derechos humanos o las garantías que se
prevén en la Constitución o, en su caso, en los tratados internacionales.
Ahora bien, lo que a muchas personas les causa confusión lo referente al amparo
por invasión de esferas, es quién puede promover este medio de control de
constitucionalidad. El mismo órgano, referido en el párrafo, al resolver el amparo
administrativo en revisión 5007/43, determinó que la federación era quien tenía la
legitimación para acudir al amparo y no así los particulares:
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AMPARO CONTRA LA LEY DE HACIENDA DEL ESTADO DE COAHUILA,
QUIEN PUEDE PROMOVERLO. No es de tomarse en consideración el agravio
en el sentido de que el amparo es improcedente, porque atacándose la
constitucionalidad de la Ley de Hacienda del Estado de Coahuila, por invadir la
esfera reservada a la Federación, la parte quejosa carece de personalidad para
hacer esa impugnación, toda vez que corresponde a la autoridad federal, cuya
esfera de acción ha sido inválida, al atacar de inconstitucional la ley de
referencia por medio de sus representantes legales a través de la vía de amparo,
porque no es exacto que en un caso de invasión de la esfera federal, por las
autoridades locales, sea la Federación la única capacitada para pedir amparo,
por conducto de sus órganos representativos. Por el contrario, dentro de nuestro,
sistema del juicio de amparo, cuando una invasión se produce y causa perjuicio
a determinados individuos, lesionado sus derechos, son éstos quienes pueden
solicitar la protección de la Justicia Federal, ya que el amparo, por su naturaleza
misma y la finalidad con que fue establecido en nuestra legislación constitucional
y secundaria, tiende a salvaguardar las garantías individuales frente a las
arbitrariedades del poder público, de otra manera se negaría validez y eficacia a
todo el sistema que informa el artículo 107 de la Constitución Federal.
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observe y cumpla con lo dispuesto, entre otros, por los artículos 73, 74, 76, 79,
80, 89, 94, 103 al 106, 115 al 124, 129 y 130 al 135 de la Constitución General
de la República, que delimitan las facultades de las autoridades federales y
estatales. Atento a lo anterior, este Tribunal Pleno considera que por leyes o
actos de autoridad federal que vulneren o restrinjan la soberanía de los Estados,
o por leyes o actos de las autoridades de éstos que invadan la esfera de la
autoridad federal, solamente deben entenderse aquellos emitidos por la
autoridad de un órgano del poder público federal que comprendan facultades
constitucionalmente reservadas a los Estados, con los cuales penetre al ámbito
de atribuciones que la Constitución establece o reserva en favor de éstos; o
viceversa. Es decir, que la autoridad de un órgano del poder público local al
emitir una ley o un acto, ejerza facultades constitucionalmente reservadas a la
Federación, penetrando con ello al ámbito de atribuciones del poder público
federal. Tal consideración se funda en que la vulneración, restricción o invasión
de esferas presupone una usurpación de facultades o funciones que
constitucionalmente corresponden en exclusiva, respectivamente, a la
Federación o a los Estados, de manera que, al emitir un acto de autoridad, uno
se arroga facultades o funciones que corresponden al ámbito jurídico que la
Carta Fundamental establece en favor del otro. Por tanto, en un juicio de amparo
solicitado, con fundamento en las fracciones II y III del artículo 103
constitucional, debe apreciarse, en primer lugar, si el problema planteado trata o
no de una vulneración, restricción o invasión de esferas, para así determinar si
se surte o no la competencia de este Tribunal Pleno, y en segundo, en el
supuesto de que se trate de un problema propio de una vulneración, restricción o
invasión de esferas, precisar su existencia, y en su caso, determinar si tal
usurpación de atribuciones repercute en los derechos del quejoso, toda vez que
no basta, para que surja la competencia del Pleno de este Alto Tribunal, que la
demanda de garantías se funde en las aludidas fracciones del mencionado
precepto, como tampoco es suficiente la simple alusión del quejoso en el sentido
de que con el acto reclamado se vulnera, restringe o invade la esfera de
atribuciones de la Federación o de los Estados. Es necesario, pues para que la
competencia del Pleno se establezca, que la controversia planteada realmente
trate de una vulneración, restricción o invasión, por parte de las autoridades
locales, de la esfera de facultades constitucionalmente reservadas a la
Federación o, por lo que ve a las autoridades federales, que éstas actúen en el
campo que la Constitución de la República asigna en exclusiva a los Estados.
Así, el amparo en virtud del cual se reclama la invasión de jurisdicción debe ser
promovido por el particular afectado en sus derechos constitucionales con motivo
de la invasión. De acuerdo a lo que establece el artículo 103 de la Constitución
Federal, en el caso de leyes o actos de autoridades que violen derechos humanos
o sus garantías no existe problema, porque puede pedir amparo lo mismo un
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particular, persona física, que una persona moral en lo que se refiere a sus
derechos patrimoniales. Pero, ¿quién va a pedir el amparo en el caso de las dos
últimas fracciones? Podría pensarse que el amparo debería ser interpuesto o bien
por la Federación o bien por el Estado, puesto que se trata de invasión de
jurisdicciones. Sin embargo, es un principio definitivamente fijado en materia de
amparo el de que el juicio constitucional siempre debe promoverse por un
particular, por aquel que resulte perjudicado con motivo del acto de que se trata.
Existirá en algunos casos la posibilidad de que la Federación o los Estados
puedan pedir amparo, pero siempre en el concepto de personas morales de
derecho civil. La Federación y los Estados como autoridades nunca pueden pedir
amparo alegando invasión de sus respectivas jurisdicciones.
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3.4 Tribunales del Poder Judicial de la Federación que conocen del juicio de
amparo.
Ahora bien, una vez definido el fundamento constitucional del amparo, es
necesario establecer qué órganos conocerán y resolverán amparos.
Ley de Amparo
Artículo 33. Son competentes para conocer del juicio de amparo:
I. La Suprema Corte de Justicia de la Nación;
II. Los tribunales colegiados de circuito;
III. Los tribunales unitarios de circuito;
IV. Los juzgados de distrito; y
V. Los órganos jurisdiccionales de los poderes judiciales de los Estados y del
Distrito Federal, en los casos previstos por esta Ley.
Para que la Suprema Corte conozca de algún juicio de amparo o del recurso de
revisión del mismo, esto puede ocurrir por tres procedimientos distinto, a saber:
facultad de atracción, reasunción de competencia o por que se trate de su
competencia originaria (no delegada).
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Facultad de atracción
VIII. Contra las sentencias que pronuncien en amparo los Jueces de Distrito
o los Tribunales Unitarios de Circuito procede revisión. De ella conocerá la
Suprema Corte de Justicia:
[…]
La Suprema Corte de Justicia, de oficio o a petición fundada del correspondiente
Tribunal Colegiado de Circuito, del Fiscal General de la República, en los
asuntos en que el Ministerio Público de la Federación sea parte, o del Ejecutivo
Federal, por conducto del Consejero Jurídico del Gobierno, podrá conocer de los
amparos en revisión, que por su interés y trascendencia así lo ameriten.
Ley de Amparo
Artículo 40. El pleno o las salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
podrán ejercer, de manera oficiosa o a solicitud del Procurador General de la
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República la facultad de atracción para conocer de un amparo directo que
corresponda resolver a los tribunales colegiados de circuito, cuando por su
interés y trascendencia lo ameriten, de conformidad con el siguiente
procedimiento:
I. Planteado el caso por cualquiera de los ministros, o en su caso hecha la
solicitud por el Procurador General de la República, el pleno o la sala acordará si
procede solicitar los autos al tribunal colegiado de circuito, en cuyo caso, previa
suspensión del procedimiento, éste los remitirá dentro del plazo de tres días
siguientes a la recepción de la solicitud;
II. Recibidos los autos se turnará el asunto al ministro que corresponda, para que
dentro del plazo de quince días formule dictamen a efecto de resolver si se
ejerce o no dicha facultad; y
III. Transcurrido el plazo anterior, el dictamen será discutido por el tribunal pleno
o por la sala dentro de los tres días siguientes.
Si el pleno o la sala decide ejercer la facultad de atracción se avocará al
conocimiento; en caso contrario, devolverá los autos al tribunal de origen.
De las fracciones transcritas, observamos que los requisitos para que exista
conocimiento de la Corte, tratándose de amparos directos o amparos en revisión,
es necesario lo siguiente:
Puede ser de oficio, esto es, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por
alguno de sus ministros, puede solicitar al órgano que esté conociendo del
amparo directo o del amparo en revisión se remita a la Corte, para que sea
esta quien lo resuelva. Tratándose de petición, esta debe ser fundada y se
legitima a ciertos sujetos para llevar a cabo la solicitud, siendo el Tribunal
Colegiado de Circuito, el Fiscal General de la República, en los asuntos en
que el Ministerio Público de la Federación sea parte, o el Ejecutivo Federal,
por conducto del Consejero Jurídico del Gobierno, quienes puede elevar la
solicitud.
Es necesario que el asunto revista importancia y trascendencia. En un afán
delimitador y sistematizador de estos criterios, puede estipularse que para
referirse al aspecto cualitativo se utilicen los conceptos “interés” e
“importancia”, como notas relativas a la naturaleza intrínseca del caso, tanto
jurídica como extrajurídica; en tanto que para el aspecto cuantitativo se
reserve el concepto “trascendencia” para así reflejar el carácter excepcional
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o novedoso que entrañará la fijación de un criterio normativo para casos
futuros. En este aspecto, el criterio será eminentemente jurídico.
Así, el “interés” que emane de un asunto debe entenderse como aquél en el
cual la sociedad o los actos de gobierno motiven su atención por poder
resultar afectados de una manera determinante con motivo de la decisión
que recaiga al mismo, ya sea en términos jurídicos, históricos, políticos,
económicos o sociales.
Por su parte, la “trascendencia” deriva del carácter excepcional o novedoso
que entrañará la fijación de un criterio estrictamente jurídico, así como de la
complejidad sistémica que presentan algunos asuntos por su
interdependencia jurídica o procesal, de forma tal que su análisis resulte
relevante para la resolución de casos futuros.
No pasa inadvertido que el término “trascendencia” es ambiguo porque, por
un lado, puede ser empleado para referirse a lo que aquí se ha llamado
aspecto cualitativo y, por otro lado, para referirse al aspecto cuantitativo.
Tampoco pasa inadvertido que la Suprema Corte de Justicia de la Nación
ha empleado el término indistintamente para referirse a unos y a otros
conceptos. Con la estipulación que aquí se establece puede resolverse la
ambigüedad de la palabra trascendencia, reservándola como un predicado
que sólo se refiera a la excepcionalidad del criterio jurídico que pueda surgir
del caso atraído. Por lo demás, este término, en su más sentido estricto, se
refiere a aquello que está más allá de los límites de lo ordinario, a lo que se
aparta de lo común. De este modo, podría establecerse una directríz, según
la cual los casos concretos que deba atraer la Suprema Corte de Justicia de
la Nación deban revestir, por un lado, interés o importancia notable, a juicio
del propio tribunal (jurídica, histórica, política, económica, social) y, por otro
lado, que se trate de asuntos trascendentes debido a su excepcionalidad o
carácter extraordinario, por apartarse de las pautas comunes de solución
que se adoptan ordinariamente. Así, para que pueda ejercerse la facultad
de atracción será necesario que el asunto de que se trate cumpla tanto el
requisito de interés o importancia, como el de trascendencia, los cuales,
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junto con los requisitos formales, deben cumplirse cabal y conjuntamente,
ya que la insatisfacción de alguno de ellos acarrearía la incompetencia de
este Alto Tribunal. 6
Reasunción de competencia.
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La expresión “importancia y trascendencia” indica que lo que se busca es que los asuntos cumplan con dos notas
características —dos conceptos— diferentes: el interés y la trascendencia. Ello explica que el legislador haya empleado la
conectiva lógica de la conjunción “y” para afirmar que los asuntos que se atraigan deben cumplir con las dos condiciones
señaladas, y no solamente con una, caso en el cual hubiera optado, seguramente, por el empleo de la conectiva lógica de la
disyunción “o”.
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conocer de los recursos de revisión contra la sentencia emitida por un Juez de
Distrito en la audiencia constitucional cuando habiéndose impugnado normas
generales por estimarlas inconstitucionales, subsista en el recurso el problema de
constitucionalidad. Los artículos señalados son del tenor siguiente:
Ley de Amparo
Artículo 83. Es competente la Suprema Corte de Justicia de la Nación para
conocer del recurso de revisión contra las sentencias dictadas en la audiencia
constitucional, cuando habiéndose impugnado normas generales por estimarlas
inconstitucionales, o cuando en la sentencia se establezca la interpretación
directa de un precepto de la Constitución y subsista en el recurso el problema de
constitucionalidad.
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la competencia originaria del Alto Tribunal, en términos de lo establecido en el
Punto Cuatro de dicho Acuerdo.7
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Punto Cuatro. De los asuntos de la competencia originaria de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con las
salvedades especificadas en los Puntos Segundo y Tercero de este Acuerdo General, corresponderá resolver a los
Tribunales Colegiados de Circuito:
I. Los recursos de revisión en contra de sentencias pronunciadas por los Jueces de Distrito o los Tribunales Unitarios de
Circuito, cuando:
A) No obstante haberse impugnado una ley federal o un tratado internacional, por estimarlos directamente violatorios de
un precepto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, o se hubiere planteado la interpretación
directa de uno de ellos, en la sentencia recurrida no se hubiere abordado el estudio de esas cuestiones por haberse
sobreseído en el juicio o habiéndose pronunciado sobre tales planteamientos, en los agravios se hagan valer causas de
improcedencia.
Lo anterior se concretará sólo cuando el sobreseimiento decretado o los agravios planteados se refieran a la totalidad
de los quejosos o de los preceptos impugnados, y en todos aquellos asuntos en los que la materia de la revisión no dé
lugar a que, con independencia de lo resuelto por el Tribunal Colegiado de Circuito, deba conocer necesariamente la
Suprema Corte de Justicia de la Nación;
B) En la demanda se hubiere impugnado una ley local, un reglamento federal o local, o cualquier disposición de
observancia general, salvo aquéllos en los que el análisis de constitucionalidad respectivo implique fijar el alcance de un
derecho humano previsto en tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, respecto del cual no
exista jurisprudencia del Pleno o de las Salas de este Alto Tribunal, sin menoscabo de que la Sala en la que se radique
el recurso respectivo determine que su resolución corresponde a un Tribunal Colegiado de Circuito;
C) Habiéndose planteado la inconstitucionalidad de leyes federales, subsista la materia de constitucionalidad de éstas, y
exista jurisprudencia del Pleno o de las Salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y
D) Los amparos en revisión en los que, sobre el tema debatido, se integre, aunque no se haya publicado, jurisprudencia
del Pleno o de las Salas; o cuando existan tres precedentes emitidos indistintamente por el Pleno o las Salas, en forma
ininterrumpida y en el mismo sentido, y no se hubiere alcanzado votación idónea para integrar jurisprudencia;
II. Los conflictos de competencia, con excepción de los que se susciten entre los Tribunales Colegiados de Circuito;
III. Los reconocimientos de inocencia, y
IV. Los incidentes de inejecución derivados del incumplimiento de una sentencia de amparo, del incidente de repetición del
acto reclamado y del incidente de inejecución derivado de la falta de acatamiento de lo resuelto en un incidente para la
determinación de la forma y cuantía de la restitución correspondiente al cumplimiento sustituto de una sentencia de amparo,
conforme a lo dispuesto en el Acuerdo General Plenario respectivo.”
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“Décimo Cuarto. Tratándose de los asuntos de la competencia originaria de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
cuyo conocimiento se ha delegado a los Tribunales Colegiados de Circuito, para que este Alto Tribunal reasuma su
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En la práctica, de acuerdo con precedentes de la Primera Sala de la Corte, la
finalidad perseguida por el Máximo Tribunal, al delegar su competencia originaria
mediante la emisión del Acuerdo General 5/2013, es que solamente conozca de
aquellos casos en que las características excepcionales y trascendentes del
asunto particular exijan su intervención decisoria, es decir, que dada la relevancia,
novedad o complejidad, requieran de un pronunciamiento de la propia Corte. Es
por eso que, a criterio de la misma sala, se exige, además, un criterio de
importancia y trascendencia para que proceda la reasunción de competencia.
Competencia originaria
Ley de Amparo
Artículo 83. Es competente la Suprema Corte de Justicia de la Nación para
conocer del recurso de revisión contra las sentencias dictadas en la audiencia
constitucional, cuando habiéndose impugnado normas generales por estimarlas
inconstitucionales, o cuando en la sentencia se establezca la interpretación
directa de un precepto de la Constitución y subsista en el recurso el problema de
constitucionalidad.
El pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, mediante acuerdos
generales, distribuirá entre las salas los asuntos de su competencia o remitirá a
competencia, cuando un Ministro lo solicite, se integrará el cuaderno respectivo y se turnará al Ministro que corresponda,
tomando en cuenta si la materia en la que incide es de la competencia originaria del Pleno o de las Salas.
Si un Tribunal Colegiado de Circuito estima motivadamente, de oficio o por alegato de parte, que un asunto no se encuentra
previsto en los casos precisados en el presente Acuerdo General, o que existen razones relevantes para que el Pleno o
alguna de las Salas de este Alto Tribunal asuma su competencia originaria, previa resolución colegiada, enviará a la
Suprema Corte de Justicia de la Nación los autos del juicio de amparo exponiendo tales razones.
Las resoluciones que emitan el Pleno o las Salas de este Alto Tribunal en donde se determine reasumir competencia
originaria atendiendo a las solicitudes precisadas en los párrafos que anteceden, así como la remisión de autos que realicen
los Tribunales Colegiados de Circuito en cualquiera de los supuestos anteriores, deberán notificarse por medio de oficio a
las autoridades responsables, así como al Tribunal Unitario de Circuito o Juzgado de Distrito del conocimiento, y
personalmente al quejoso y al tercero interesado, en su caso”.
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los tribunales colegiados de circuito los que, conforme a los referidos acuerdos,
la propia Corte determine.
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las Salas de este Alto Tribunal, sin menoscabo de que la Sala en la que se
radique el recurso respectivo determine que su resolución corresponde a un
Tribunal Colegiado de Circuito;
C) Habiéndose planteado la inconstitucionalidad de leyes federales, subsista
la materia de constitucionalidad de éstas, y exista jurisprudencia del Pleno o
de las Salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y
D) Los amparos en revisión en los que, sobre el tema debatido, se integre,
aunque no se haya publicado, jurisprudencia del Pleno o de las Salas; o
cuando existan tres precedentes emitidos indistintamente por el Pleno o las
Salas, en forma ininterrumpida y en el mismo sentido, y no se hubiere
alcanzado votación idónea para integrar jurisprudencia;
Entonces, de la lectura de los dos Puntos anteriores, es factible deducir que para
que exista conocimiento de la Suprema Corte, respecto de un asunto que es su
competencia originaria, será necesario:
Que sea un asunto en revisión, sea amparo indirecto o de amparo directo.
Que respecto de ese asunto, subsista un problema de constitucionalidad de
normas.
Que, a juicio de la Corte, se requiera fijar un criterio de importancia y
trascendencia para el orden jurídico nacional (tratándose de amparo en
revisión) o que revistan interés excepcional (amparo directo en revisión).
Que se plantee interpretación directa a un precepto constitucional o, en su
caso, de un tratado internacional.
Que no exista jurisprudencia respecto al tema planteado.
Que implique fijar el alcance de un derecho humano previsto en tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte.
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Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
Artículo 107. Las controversias de que habla el artículo 103 de esta
Constitución, con excepción de aquellas en materia electoral, se sujetarán a los
procedimientos que determine la ley reglamentaria, de acuerdo con las bases
siguientes:
[…]
VIII. Contra las sentencias que pronuncien en amparo los Jueces de Distrito o los
Tribunales Unitarios de Circuito procede revisión. De ella conocerá la Suprema
Corte de Justicia:
a) […]
b) Cuando se trate de los casos comprendidos en las fracciones II y III del
artículo 103 de esta Constitución.
Amparo directo.
Tratándose de los amparos directos, esta facultad se encuentra prevista en la
fracción V, del artículo 107 constitucional, que a la letra dice:
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a) En materia penal, contra resoluciones definitivas dictadas por tribunales
judiciales, sean éstos federales, del orden común o militares.
b) En materia administrativa, cuando se reclamen por particulares sentencias
definitivas y resoluciones que ponen fin al juicio dictadas por tribunales
administrativos o judiciales, no reparables por algún recurso, juicio o medio
ordinario de defensa legal;
c) En materia civil, cuando se reclamen sentencias definitivas dictadas en
juicios del orden federal o en juicios mercantiles, sea federal o local la
autoridad que dicte el fallo, o en juicios del orden común.
En los juicios civiles del orden federal las sentencias podrán ser reclamadas
en amparo por cualquiera de las partes, incluso por la Federación, en defensa
de sus intereses patrimoniales, y
d) En materia laboral, cuando se reclamen laudos dictados por las Juntas
Locales o la Federal de Conciliación y Arbitraje, o por el Tribunal Federal de
Conciliación y Arbitraje de los Trabajadores al Servicio del Estado;
[…]
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COMPETENCIA DE LOS TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO,
PARA CONOCER DEL RECURSO DE REVISIÓN A QUE SE REFIERE EL
ARTÍCULO 63 DE LA LEY FEDERAL DE PROCEDIMIENTO
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO. DEBE FIJARSE ATENDIENDO AL
DOMICILIO DE LA AUTORIDAD QUE DICTÓ LA SENTENCIA DEFINITIVA
O LA RESOLUCIÓN QUE PUSO FIN AL JUICIO CONTENCIOSO
ADMINISTRATIVO. Conforme a los artículos 104, fracción III, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y 63 de la Ley Federal
de Procedimiento Contencioso Administrativo, la competencia de los
Tribunales Colegiados de Circuito para conocer del recurso de revisión
interpuesto contra la sentencia definitiva o resolución que pone fin al juicio
contencioso administrativo, debe fijarse de acuerdo al domicilio donde reside
la Sala del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa que la dictó, no
conforme al lugar donde se trate de ejecutar, se esté ejecutando o se haya
ejecutado, como se prevé para el caso del juicio de amparo directo en el
último párrafo del artículo 34 de la Ley de Amparo, pues aunque ambos
medios de defensa debe resolverlos el mismo Tribunal Colegiado de Circuito,
cuando se hacen valer simultáneamente en términos del artículo 170, fracción
II, de la citada ley, o bien, cuando derivan del mismo juicio contencioso
administrativo federal, lo cierto es que la regla especial de competencia que
prevé este último numeral no es acorde con la naturaleza del juicio de amparo
directo.
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al derivar del propio juicio contencioso administrativo federal, o bien, por
interponerse contra la misma resolución.
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Artículo 83. Es competente la Suprema Corte de Justicia de la Nación para
conocer del recurso de revisión contra las sentencias dictadas en la audiencia
constitucional, cuando habiéndose impugnado normas generales por
estimarlas inconstitucionales, o cuando en la sentencia se establezca la
interpretación directa de un precepto de la Constitución y subsista en el
recurso el problema de constitucionalidad.
El pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, mediante acuerdos
generales, distribuirá entre las salas los asuntos de su competencia o remitirá
a los tribunales colegiados de circuito los que, conforme a los referidos
acuerdos, la propia Corte determine.
Ley de Amparo
Artículo 35. Los juzgados de distrito y los tribunales unitarios de circuito son
competentes para conocer del juicio de amparo indirecto.
También lo serán las autoridades del orden común cuando actúen en auxilio
de los órganos jurisdiccionales de amparo.
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Artículo 36. Los tribunales unitarios de circuito sólo conocerán de los juicios
de amparo indirecto promovidos contra actos de otros tribunales de la misma
naturaleza. Será competente otro tribunal del mismo circuito, si lo hubiera, o
el más próximo a la residencia de aquél que haya emitido el acto reclamado.
Ley de Amparo
Artículo 35. Los juzgados de distrito y los tribunales unitarios de circuito son
competentes para conocer del juicio de amparo indirecto.
También lo serán las autoridades del orden común cuando actúen en auxilio
de los órganos jurisdiccionales de amparo.
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Finalmente, de conformidad con lo que establecen los artículos 33 y 159 de la Ley
de Amparo, podrán
Ley de Amparo
Artículo 35. Los juzgados de distrito y los tribunales unitarios de circuito son
competentes para conocer del juicio de amparo indirecto.
También lo serán las autoridades del orden común cuando actúen en auxilio
de los órganos jurisdiccionales de amparo.
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remitirá el expediente al juzgado de distrito más cercano. Es importante señalar
que las autoridades locales solo actúan en auxilio de la justicia federal, por tanto,
no resuelven el amparo.
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