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Es cierto que la anorexia y la bulimia se conocen desde hace algún tiempo; estos trastornos
habían sido descritos como cuadros clínicos desde finales del siglo XIX y aparecen casos
documentados desde el siglo XVII.
Sin embargo, su expansión tanto numérica como territorial y su relación con rasgos de la
cultura actual permiten caracterizarlos como patologías propias de la sociedad urbana
contemporánea. La anorexia y la bulimia afectan a millones de personas en todo el mundo.
Pueden causar desnutrición, afecciones cardiacas e incluso la muerte. Son difíciles de tratar y
permanecen ocultos hasta para las amistades y familiares más próximos de quien los sufre.
Si bien es cierto que los trastornos alimenticios han sido llamados “de la abundancia” y
aparecen mayoritariamente en países desarrollados, en zonas urbanas y en estratos
socioeconómicos altos, no son exclusivos de ellos y la tendencia parece mostrar su expansión
hacia otros países, regiones y sectores sociales.
En este sentido, pueden constituir una vía de desnutrición cualitativamente diferente a la
tradicional, relacionada ésta con la pobreza y la extrema pobreza.
Los efectos de los trastornos alimenticios no se limitan a una sola esfera de la vida de la
persona que los padece y no sólo ella se ve afectada, sino que su entorno familiar resiente
también las consecuencias. Para poder hacer frente a los diferentes aspectos que se ven
involucrados, el tratamiento de los trastornos debe hacerse desde diversos flancos; las
respuestas que exigen los problemas que plantean los trastornos alimenticios sólo pueden ser
tan complejas como el trastorno mismo.
¿Qué son los trastornos alimenticios?
Los trastornos alimenticios se presentan cuando una persona no recibe la ingesta calórica que
su cuerpo requiere para funcionar de acuerdo con su edad, estatura, ritmo de vida, etc
La anorexia se caracteriza por una gran reducción de la ingesta de alimentos indicada para el
individuo en relación con su edad, estatura y necesidades vitales. Esta disminución no
responde a una falta de apetito, sino a una resistencia a comer, motivada por la preocupación
excesiva por no subir de peso o por reducirlo.
En el terreno psicológico se entiende que los trastornos alimenticios son síntomas de asuntos
subyacentes relacionados con conflictos emocionales. La alimentación trastornada constituye
para quienes la presentan formas de nutrirse o protegerse, de expresar ira, de autocastigarse,
apaciguar tensiones insoportables, distanciarse de situaciones dolorosas y hasta crear una
identidad. Ello se manifiesta en expresiones como las siguientes:
“Comer me calma, me tranquiliza...”.
“Todo me agita y toda esa agitación la experimento como una sensación de hambre,
incluso si acabo de comer. Tengo miedo de mí misma, de los sentimientos a los que
estoy expuesta a cada minuto sin defensa”.
“Estoy en mi propia cárcel. No me importa lo que digan los otros, me he sentenciado a
la delgadez”.
“La comida no me contesta ni me exige nada”.
“Después de purgarme me relajo”.
“Me siento exitosa cuando bajo medio kilo”.
Para quienes sufren trastornos alimenticios, la valoración que hacen de sí mismos está
sobredeterminada por la imagen corporal, en la que se deposita la autoestima y la sensación
de control sobre su vida. Problemas emocionales de todo tipo, conflictos personales en
relación con la identidad sexual y de género, con las relaciones interpersonales y la falta de
ubicación subjetiva también son determinantes de los trastornos alimenticios. La negativa a
comer o la compulsión bulímica se ofrecen como escenarios en lo que se despliegan deseos
inconscientes que están, como mencionamos, fuertemente ligados a las vicisitudes de la
feminidad
Los conflictos de las personas con trastornos alimenticios son inconscientes y se mantienen
ocultos hasta para ellas mismas. Sin esta consideración es imposible entender y atender estos
trastornos, sus múltiples significados y simbolismos, las fantasías que se vinculan con la comida
y que están detrás de las conductas patológicas. Además, sólo así se pueden comprender
determinados rasgos tan característicos del trastorno como sus síntomas, los altos grados de
reincidencia y de abandono del tratamiento, la falta total de conciencia de riesgo y la negativa a
buscar ayuda
Los trastornos alimenticios presentan tanto en hombres como en mujeres y aunque la cantidad
de mujeres que los padecen es muy superior a la de hombres, en los últimos años el número
de casos de hombres ha aumentado en forma constante
Son casi exclusivamente las mujeres quienes padecen anorexia y bulimia. El 90-95% de las
personas afectadas son mujeres; de cada 10 personas que presentan anorexia o bulimia, 9 son
mujeres.
Les resulta particularmente difícil aceptar los cambios físicos y el aumento de grasa
porque sus cuerpos se desarrollan de manera contraria a las normas de belleza
establecidas socioculturalmente y que son reproducidas y difundidas por los medios de
comunicación.
En el caso de los hombres, la pubertad actúa en el sentido contrario: los acerca al ideal cultural
de la masculinidad, tanto en términos biológicos como sociales. Los hombres con trastornos
alimenticios suelen expresar preocupación, percepciones de su cuerpo e ideales estéticos en
términos considerados como femeninos.
Entre los hombres empiezan a difundirse ideales de belleza y de delgadez a través de revistas
especializadas, de la promoción de productos como maquillajes y moda masculina para
personas delgadas; estos factores pueden influir en un incremento del índice de trastornos
alimenticios entre la población masculina, pero el peso de este elemento y su relación con
otros considerados de riesgo no está tan difundido socialmente ni tan interiorizado en los
varones como lo está en el caso de las mujeres
Tanto para los hombres como para las mujeres la adolescencia representa un momento
importante en el proceso de definición de la identidad y orientación sexual, este factor también
puede intervenir en el desarrollo de los trastornos alimenticios.
En las sociedades urbanas actuales se establece tanto para hombres como para mujeres un
modelo corporal único: delgado, fuerte, andrógino, joven, uniforme; no es un cuerpo natural,
sino que se adquiere con dietas, ejercicio, cirugía y el consumo de ciertos productos. En la
mujer esta exigencia es más grande e implica mayores contradicciones que en el hombre: ser
eternamente adolescentes y al mismo tiempo madres; físicamente jóvenes pero con la
experiencia de la madurez, tener un cuerpo esbelto, hermoso y atractivo sin dejar de ser
inteligentes, hábiles y astutas y ser pasionales pero sin perder el autocontrol, son algunas de
las demandas contradictorias que se le hacen a la mujer en las sociedades actuales
Normalmente comienza con la eliminación de los hidratos de carbono, ya que existe la falsa
creencia de que engordan. A continuación rechaza las grasas, las proteínas e incluso los
líquidos, llevando a casos de deshidratación extrema. A estas medidas drásticas se le pueden
sumar otras conductas asociadas como la utilización de diuréticos, laxantes, purgas, vómitos
provocados o exceso de ejercicio físico. Las personas afectadas pueden perder desde un 15 a
un 50 por ciento, en los casos más críticos, de su peso corporal. Esta enfermedad suele
asociarse con alteraciones psicológicas graves que provocan cambios de comportamiento, de la
conducta emocional y una estigmatización del cuerpo.
Tipos de anorexia:
1.- Nerviosa primaria: en este tipo de trastorno no existe otra enfermedad mas que el miedo a
subir de peso.
2.- Nerviosa restrictiva: La paciente utiliza el ayuno y la dieta sin recurrir al vómito o a los
laxantes.
3.- Nerviosa secundaria: este tipo de anorexia es consecuencia de una enfermedad siquiátirica
como la esquizofrenia o la depresión.
4.- Bulimarexia: la paciente presenta periodos de ayuno al ternados con periodos de comer en
forma compulsiva. Se provoca el vómito y se laxa con purgas o enemas.
Otros tipos:
Vigorexia:
Es un trastorno alimenticio caracterizado por la presencia de una preocupación obsesiva por el
físico y una distorsión del esquema corporal (dismorfofobia). Existen 2 manifestaciones: la
extrema actividad deldeporte o, la ingesta o comedor compulsivo para subir de peso pero en
el espejo verse esqueléticos y seguir comiendo más. Aunque los hombresson los principales
afectados por la vigorexia, estos oscilan entre los 17 y los 36 años de edad, que poco a poco
van dedicando más tiempo a la actividad física.
La baja autoestima, convulsiones, mareos, dolores de cabeza y taquicardias son síntomas de
este desorden. Es más mortal que la anorexia y bulimia, ya que sólo puede estar en el cuerpo o
el enfermo puede durar con este trastorno máximo 6 meses.
Si bien es cierto que la vigorexia es un problema serio, también es cierto que
tiene remedio. Para recuperarse de este desorden es necesario, que el afectado tome
conciencia y acepte el trastorno. Es importante que se tome terapia psicológica individual y con
técnicas de autoestima que le ayuden a darse cuenta que la imagen reflejada en el espejo no es
como la percibe y que tiene que modificar su conducta con respecto a su cuerpo. También
resulta esencial el apoyo de la familia y amigos. La ayuda de familiares y/o amigos es primordial
pues debido a la pena de su enfermedad evitan ir con nutricionistas o especialistas.
Drunkorexia
La drunkorexia es un nuevo trastorno alimenticio que surge luego de una combinación de
restricción de alimentos o atracones seguidos de vómitos con abuso de alcohol. Es decir, una
mezcla de altas dosis de alcohol junto con anorexia o bulimia. El 30% de las mujeres que tienen
problemas con el alcohol tienen también algún tipo de desorden alimentario.
El peligro de esta práctica es que no hay alimentos presentes en el estómago para frenar la
absorción de alcohol en el sistema, lo que puede dar lugar a la persona convertirse en estado
de embriaguez demasiado rápido, pasando a cabo, vómitos, o para obtener laintoxicación
etílica.
En suma los tipos de anorexia se basan en uno que evita comer y otro que elimina lo comido.
Es decir, los métodos son diferentes pero el objetivo o el fin es el mismo que es no engordar.
Este es el principal delirio o idea delirante que tras tener una distorsión de la imagen
corporal la anoréxica se obsesiona con estar más delgada/o y sufre entonces este trastorno
alimentario.
CAUSAS
Su causa es desconocida, pero los factores sociales parecen importantes. Aunque hay muchos
factores socioculturales que pueden desencadenar la anorexia, es probable que una parte de la
población tenga una mayor predisposición física a sufrir este trastorno, independientemente
de la presión que pueda ejercer el entorno. Por ello existen de factores generales que se
asocian a un factor desencadenante o cierta vulnerabilidad biológica, que es lo que precipita el
desarrollo de la enfermedad.
Esta patología se caracteriza por una pérdida significativa de peso provocada por el enfermo y
por una percepción errónea del propio cuerpo. En consecuencia, los problemas endocrinos se
hacen evidentes en un espacio de tiempo relativamente corto. Los principales síntomas que
determinan la aparición de la enfermedad son los siguientes:
Rechazo a mantener el peso corporal por encima del mínimo adecuado para la edad y talla del
enfermo.
Miedo al aumento de peso o a la obesidad incluso cuando el peso se encuentra por debajo de
lo recomendable.
Percepción distorsionada del cuerpo, su peso y proporciones.
Ausencia de tres ciclos menstruales consecutivos en las mujeres (amenorrea). Los anoréxicos
pueden experimentar una serie de síntomas muy variados: estreñimiento, amenorrea, dolor
abdominal, vómitos, etc.
Pero es la familia la que detecta los síntomas que dan la voz de alarma:
Preocupación excesiva por la composición calórica de los alimentos y por la preparación de los
alimentos
Constante sensación de frío
Reducción progresiva de los alimentos
Obsesión por la imagen, la báscula, los estudios y el deporte
Utilización de trampas para evitar la comida
Hiperactividad
A estos síntomas se le suman otros rasgos típicos como la irritabilidad, la depresión y los
trastornos emocionales o de la personalidad. Asimismo, se manifiesta una alteración de la
sensación de saciedad y plenitud antes de las comidas, náuseas, hinchazón, o incluso ausencia
de sensaciones. En esta patología también se observan numerosos trastornos cognitivos que se
centran en los alimentos, el peso corporal y el aspecto físico:
Abstracciones selectivas
Uso selectivo de la información.
Generalizaciones
Supersticiones.
Se magnifica el lado negativo de cualquier situación.
Pensamiento dicotómico.
Ideas autorreferenciales.
Inferencia arbitraria
Consecuencias de la anorexia
La anorexia, al igual que la bulimia, produce a corto y mediano plazo, cardiopatías, desajustes
de electrólitos, anormalidades reproductivas,osteoporosis, problemas gástricos y alteraciones
en la actividad de los neurotrasmisores.
Daños cerebrales:
Neurológicos, calambres y hormigueos. Bajo nivel de leptina que regula el apetito.
Problemas gastro-intestinales:
Flatulencia y estreñimiento.
Dificultad en el vaciamiento gástrico y reducción estomacal.
Daños cardíacos:
Considerable disminución del tamaño del corazón.
Prolapso de la válvula mitral y derrame pericárdico.
Bradicardia e hipertensión.
Arritmias
Baja presión arterial .
Daños visibles:
Amenorrea
Aparición de vellos finos y largos en espalda, antebrazos, muslos, cuello y mejillas
Sensación de frío constante.
Las palmas de las manos y las plantas de los pies tienen una coloración amarillenta
Las uñas se quiebran y se cae el cabello.
Pueden verse edemas periféricos en la zona de la boca,problemas dentales.
Anemia profunda.
Aislamiento social:
El paciente, ensimismado en la búsqueda de control de su peso, se involucra cada
vez menos en otro tipo de actividades que no se relacionan con el control de su
peso. Por otro lado, la vergüenza por la supuesta apariencia física, por ser visto
consumiendo comida, y por padecer un trastorno de la conducta, aísla al enfermo de
sus contactos sociales.