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EL PERIODO ECLESIASTICO (DE LA IGLESIA)

(Palabra Clave: Gracia)

Es el tercer y último sub-período de la edad postdiluviana. Es un tiempo de


gracia para todos los hombres, por lo cual también se le llama el período de
la gracia.

2. EL FONDO HISTÓRICO

Israel esperaba al Mesías. Como simiente de la mujer, heriría a la serpiente


en la cabeza, y a su vez sería herido por ella en el calcañar. Redimiría al
mundo del poder de Satanás, pero padecería cruentamente al hacerlo.
Como simiente de Abraham, libraría a Israel de sus enemigos y los haría
una bendición para toda la tierra. Como profeta semejante a Moisés,
hablaría al pueblo las palabras de Dios. Como hijo de David, se sentaría en
su trono. Y le entregaría a Israel un nuevo pacto.

3. EL CUMPLIMIENTO DE LA PROFECIA

Cristo era la simiente de la mujer, y trajo la liberación del hombre del poder
de la serpiente. Y fue herido en la contienda. Todos los símbolos y figuras
del tabernáculo y las ordenanzas del pacto con Moisés tuvieron en Él su
cumplimiento. También innumerables profecías y figuras en los libros de la
Ley, los Salmos y los profetas tuvieron en Él su cumplimiento final.

4. EL NUEVO PACTO

Su venida cumplió y dio por terminado el antiguo pacto, el de Moisés.

Él dijo: "Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre". En sentido bíblico, un


pacto es un testamento; y "donde hay testamento, necesario es que
intervenga muerte del testador". Esto se aplica también al antiguo pacto con
Moisés, porque ese pacto se introdujo, fue dedicado y puesto en ejecución
por medio de la sangre.

b. El lado divino:

(1) Purificación del pecado.

Él dijo: "Mi sangre que por vosotros se derrama (por muchos) para
remisión de los pecados". Esto nos recuerda una promesa en Ezequiel
concerniente al nuevo pacto (36:25), la de la limpieza del pecado, y nos
asegura que nos traerá perdón de nuestras iniquidades como una de sus más
grandes bendiciones.

(2) Un nuevo corazón.

También se predijo como una bendición de este pacto (Ez 36:26): "Y os
daré corazón nuevo". Jesús dijo: "El que come mi carne y bebe mi sangre,
tiene vida eterna" (Jn 6:51, 53, 54), lo que significaba que Él estaba dando
su misma vida, su misma naturaleza.

3) La suministración de su Espíritu.

La tercera promesa de este pacto fue: "Y pondré dentro de vosotros mi


Espíritu" (Ez 36:27). Como mediador o negociador del nuevo pacto, Jesús
explica: "Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador", "al Espíritu de
verdad", "el Espíritu Santo" (Jn 14: 16, 17,26). "Y he aquí, yo enviaré la
promesa de mi Padre sobre vosotros" (Le 24:49); y esta promesa fue el
bautismo del Espíritu Santo como fuera recibido en el día de Pentecostés
(Hch 2:1-4).

(4) Sanidad divina.

Como lo fuera en el antiguo pacto (Éxodo 15:26), así lo es también en el


nuevo: la promesa es terminante: "¿Está alguno enfermo entre vosotros?
Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en
el nombre del Señor, y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor le
levantará; y si estuviere en pecados, le serán perdonados (Stg 5:14,15).

c. El lado humano.

La parte del hombre fue y es todavía solamente creer y expresar esta fe


confesando el nombre de Jesús.

6. EL PROPÓSITO DE DIOS EN ESTE PERIODO

Dios se propuso en la edad israelita venir y morar dentro de su pueblo, y


ser por medio de ellos de bendición para toda la tierra. Pero debido a los
pecados y al fracaso de Israel, se vio obligado a retirar su presencia y dejar
su casa desolada. En la edad eclesiástica Dios se propuso hacer el mismo
ofrecimiento a todos los hombres de este mundo; limpiarlos con su sangre,
impartirles su misma vida y naturaleza, y llenarlos con su Santo Espíritu.
Todo esto sería proclamado a todo el mundo por sus discípulos, de modo
que toda criatura pudiera tener la oportunidad de recibir su salvación. El
propósito de Dios en este período es, entonces, formar un Israel espiritual e
internacional

7. LA IGLESIA

a. En el Antiguo Testamento.

En cierto sentido la iglesia existió desde el principio desde que se derramo


sangre el huerto y cuando Abel creyó. Tenemos el ejemplo de Abraham,
Enoc, David, hombres que por su comunión y amistad con Dios, se
consideran parte del cuerpo de Cristo, 1 pedro 1.11 nos dice que el espíritu
de Cristo moraba en los profetas del AT, por lo cual también fueron parte
de su iglesia. En todos los que desde Adán y Abel y hasta el fin de los
siglos, Dios tenga éxito en hacerlos participantes de la sangre de su Hijo, de
su santidad y de su vida misma, constituirán su cuerpo y su iglesia.

b. En el Nuevo Testamento.

Con el advenimiento de Cristo a la tierra se dio a conocer en el mundo un


misterio que había estado oculto en Dios. Y es que los Gentiles sean
juntamente herederos. La pared intermedia de separación entre judíos y
gentiles fue derribada.

(1) Formación.

Sólo Dios sabía que ella ya había sido formada con los creyentes judíos de
las épocas pasadas; pero desde el día de Pentecostés, la iglesia asumió una
forma visible, y tuvo una organización y una constitución.

(2) Sus constituyentes.

En sus inicios solo estaba formada únicamente por judíos pero tiempo
después mediante el concilio celebrado en Jerusalén se les permitió la
entrada a los gentiles.

(3) Campo de operación.

Puesto que los gentiles constituían todas las naciones no judías, todo el
mundo fue el campo de operación de la nueva iglesia: su visión y su
ministerio eran universales.

(4) Mensaje.
Él no era sólo el mediador del nuevo pacto, y el promulgador del nuevo
evangelio; Él mismo era el evangelio; era el mensaje relacionado con Él,
con su vida y su obra, y al recibirse el mensaje se recibiría a Él mismo.

(5) Poder.

Para capacitarla y ungirla para la proclamación de su mensaje, se derramó


sobre ella un maravilloso poder de lo alto. No es que el Espíritu Santo no
hubiera obrado en la tierra antes del día de Pentecostés, en el día de
Pentecostés principió a darse a los creyentes en una forma más completa y
permanente.

9. EL FINAL DE ESTA EDAD

Al estudiar el final de la edad eclesiástica, aquí tenemos también el final de


la edad postdiluviana y de los períodos conocidos como las "sesenta
semanas" de Daniel y "los tiempos de los gentiles". Todos estos cuatro
períodos terminan en juicio, y siendo que estos juicios acontecerán
simultáneamente, podemos deducir que el tiempo de este juicio general
será un período de la más intensa aflicción, como el mundo nunca ha visto.
Durará aproximadamente siete años.

b. Para la iglesia.

El remanente fiel de la iglesia será sacado del mundo antes que se


desencadene la tribulación con toda su furia.

c. Para los judíos.

Las "setenta semanas" de Daniel, constituyen un período de 490 años que


fueron "determinados" sobre el pueblo judío para acabar con la
prevaricación, etc., y traer la justicia de los siglos (Dn 9:24); 483 de estos
años se cumplieron para la crucifixión de Cristo, faltando por cumplirse
siete años. Estos principiarán cuando el anticristo pacte con los judíos en
los últimos días. En medio de esta semana, o sea, tres años y medio después
que se haya efectuado este pacto impío, el anticristo faltará a su palabra y
se lanzará con toda furia en guerra contra los judíos, y los "quebrantará"
(Dn 7:21, 25). Este es el "tiempo de angustia para Jacob" (Jer 30:7). Así,
aparte del juicio que vino sobre Israel en la destrucción de Jerusalén, habrá
otro mayor cuando estén constituidos como nación otra vez en el fin de los
tiempos, por su continuo rechazo de Cristo y del mensaje de la iglesia por
el Espíritu Santo (véase Zac 12:10; 13:8-9; Mal 3:2, 3).

f. Resumen.

Así vemos que Israel, la iglesia, las naciones gentiles y los pecadores de
todo lugar, serán visitados con el gran juicio de Dios en este tiempo de
tribulación, que marcará el fin del período eclesiástico.

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