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ADMINISTRACIÓN DE INVENTARIOS

Los administradores de operaciones establecen sistemas para el manejo de inventarios. En esta sección
analizamos brevemente dos aspectos de tales sistemas: 1. cómo clasificar los artículos del inventario
(conocido como análisis ABC) y 2. Cómo mantener registros precisos del inventario. Después se estudiará
el control del inventario en el sector servicios.

Análisis ABC
El análisis ABC divide el inventario que se tiene en tres grupos según su volumen anual en dólares.
El análisis ABC es una aplicación de lo que conocemos como principio de Pareto. Este principio establece
que hay “pocos artículos importantes y muchos triviales”. La idea consiste en establecer políticas de
inventario que centren sus recursos en los pocos artículos importantes del inventario y no en los muchos
triviales. Resulta poco realista dar seguimiento a los artículos baratos con el mismo cuidado que a los
artículos costosos. Con el fin de determinar el volumen anual en dólares para el análisis ABC, se mide la
demanda anual de cada artículo en el inventario y se multiplica por su costo por unidad. Los artículos con
un alto volumen anual en dólares pertenecen a la Clase A. Aunque estos artículos constituyan sólo un 15%
de todos los artículos del inventario, representarían entre 70 y 80% del uso total en dólares. Los artículos
del inventario en la Clase B son aquellos con un volumen anual en dólares intermedio. Éstos representan
alrededor de 30% de todos los artículos del inventario y entre 15 y 25% del valor total. Por último, los de
bajo volumen anual en dólares pertenecen a la Clase C y representan sólo 5% del volumen anual en dólares,
pero casi 55% de los artículos en el inventario. Una gráfica del inventario de muchas organizaciones podría
aparecer como se ilustra en la figura 10.2. En el ejemplo 1 se presenta una manera de usar el análisis ABC.

Otros criterios, además del volumen anual en dólares, determinan la clasificación de artículos. Por ejemplo,
cambios anticipados de ingeniería, problemas de entrega,
Problemas de calidad o el alto costo unitario señalan la necesidad de cambiar los artículos a una
clasificación más alta. La ventaja de dividir en clases los artículos del inventario es que permite
Establecer políticas y controles para cada clase. Las políticas que se basan en el análisis ABC incluyen:

1. Los recursos de compras que se dedican al desarrollo de proveedores deben ser mucho mayores para los
artículos A que para los artículos C.
2. Los artículos A, a diferencia de los B y C, deben tener un control físico mucho más riguroso; quizá deban
colocarse en áreas más seguras y tal vez la exactitud de los registros de los artículos A debe verificarse con
más frecuencia.
3. El pronóstico de los artículos A merece más cuidado que el de otros. Mejores pronósticos, control físico,
confiabilidad en el proveedor y, en última instancia, una reducción en los inventarios de seguridad sería el
resultado de políticas de una administración de inventarios adecuada.
El análisis ABC sirve de guía para desarrollar estas políticas.

MODELOS DE ALMACENES PARA DEMANDA INDEPENDIENTE

En esta sección introducimos tres modelos de almacenes que responden dos preguntas importantes de
almacenes: cuándo ordenar y cuánto ordenar. Estos modelos de demanda independiente son
1. Modelo de cantidad económica a ordenar (EOQ).
2. Modelo de cantidad económica a producir.
3. Modelo de descuentos por cantidad.
Modelo básico de la cantidad económica a ordenar (EOQ)
El modelo de la cantidad económica a ordenar (EOQ, economic order quantity) es una de las técnicas
más antiguas y conocidas para el control de almacenes. El uso de esta técnica es relativamente sencillo y
se basa en varias suposiciones:

1. La demanda es conocida, constante e independiente.


2. El tiempo de entrega, es decir, el tiempo entre colocar y recibir una orden, se conoce y es cons- tante.
3. La recepción del inventario es instantánea y completa. En otras palabras, el inventario de una or- den
llega en un lote al mismo tiempo.
4. Los descuentos por cantidad no son posibles.
5. Los únicos costos variables son el costo de preparar o colocar una orden (costo de preparación) y el costo
de mantener o almacenar el inventario en el tiempo (costo de mantener o manejar). Estos costos se
analizaron en la sección anterior.
6. Los faltantes (escasez) se evitan por completo si las órdenes se colocan en el momento adecuado.

Con estas suposiciones, la gráfica de uso del inventario en el tiempo tiene forma de diente de sierra, como
en la figura 10.3. Q representa la cantidad que se ordena. Si se trata de 500 vestidos, los 500 vestidos llegan
al mismo tiempo (cuando se recibe la orden). Por lo tanto, el nivel de inventario brinca de 0 a 500 vestidos.
En general, cuando llega una orden el nivel de inventario aumenta de 0 a Q unidades. Puesto que la demanda
es constante en el tiempo, el inventario baja a un ritmo constante. (Observe las rectas inclinadas en la figura
10.3). Cada vez que el nivel de inventario llega a 0, se coloca y recibe una nueva orden; por lo cual, el nivel
del inventario brinca de nuevo a Q unidades (representado por las rectas verticales). Este proceso continúa
en forma indefinida en el tiempo.

Minimización de los costos


La meta de casi todos los modelos de inventarios es minimizar los costos totales. Con las suposiciones
dadas, los costos significativos son el costo de preparar (o de ordenar) y el costo de mantener (o de manejo).
Los demás costos son constantes, como el costo del inventario en sí. En consecuencia, si minimizamos la
suma de los costos de ordenar y mantener, minimizaremos el costo total. Para ayudar a visualizar este
concepto, en la figura 10.4 se graficaron los costos totales como función de la cantidad de la orden o el
tamaño del lote, Q. El tamaño óptimo del lote, Q*, es la cantidad que minimiza el costo total. Conforme
aumenta la cantidad ordenada, disminuye el número total de órdenes colocadas por año. Así, si la cantidad
ordenada crece, el costo anual de ordenar o preparar decrece. Pero si aumenta la cantidad ordenada, el costo
de mantener también aumenta, ya que se mantiene un inventario promedio mayor. Como se observa en la
figura 10.4, al reducir los costos de preparación o bien de mantener, la curva del costo total se reduce. Una
reducción en la curva del costo de preparar también reduce la cantidad óptima de la orden (tamaño del lote).
Además, los lotes de menor tamaño tienen un impacto positivo en la calidad y la flexibilidad de producción.
En Toshiba, el conglomerado japonés de 40 mil millones de dólares, los modelos cambian aun cuando los
trabajadores apenas hayan fabricado 10 computadoras portátiles de un modelo. La flexibilidad en el tamaño
del lote ha permitido a Toshiba desplazarse hacia un sistema
de “construcción por orden” y personalización masiva, que es una habilidad relevante en una industria
donde los ciclos de vida del producto se miden en meses, no en años. Observe que en la figura 10.4 la
cantidad óptima a ordenar ocurre en el punto donde la curva del costo de ordenar se cruza con la curva del
costo de mantener el inventario. Pero no ocurre así por casualidad. Con el modelo EOQ, la cantidad óptima
a ordenar ocurrirá en el punto donde el costo total de preparación es igual al costo total de mantener.
Usaremos este hecho para desarrollar las ecuaciones que dan directamente el valor de Q*. Los pasos
necesarios son:

1. Desarrollar una expresión para el costo de ordenar o de preparación.


2. Desarrollar una expresión para el costo de mantener.
3. Establecer el costo de preparación igual al costo de mantener.
4. Despejar la cantidad óptima a ordenar de esta ecuación.

Usando las siguientes variables determinamos los costos de ordenar, mantener y despejar Q*:

Q = número de piezas por orden


Q* = número óptimo de piezas a ordenar (EOQ)
D = demanda anual en unidades del artículo en inventario
S = costo de ordenar o de preparación para cada orden
H = costo de mantener o manejar inventario por unidad por año

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