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TEORIA DE LA PERSONALIDAD Y LA MOTIVACION.

Las diferentes teorías de motivación y personalidad nos dan la base para


comprender el crecimiento y evolución de una persona y saber cómo percibir
las etapas de vida con éxito en ámbitos laborales y personales, estas teorías
son de Sigmund Freud y Abraham Maslow, sintiéndome más identificado con la
teoría de Freud ya que él dice, una persona con fijación oral suele ser
dependiente a sustancias o al cigarrillo o a simplemente tener algo en la boca
como chicle, también donde el ser humano tiende a enamorarse o ser
apasionado ya sea por el trabajo o estudio, mi personalidad se rige por fijar
objetivos y cumplirlos y considero que la motivación de la cual habla Maslow es
como esa adicción a hacerlo hasta conseguirlo, aunque cuando consigo
resultados que me satisfagan llega a mi otra parte muy interesante que Freud
menciona como la sublimación, tratando de canalizar impulsos agresivos mediante
salidas clandestinas por la ciudad.

Es ahí donde las motivaciones en mi vida se ven reflejadas por la


necesidades que como seres humanos vamos teniendo, Maslow mencionaba
en la pirámide de necesidades unas que nos afectan más en la adolescencia,
fue una parte en mi vida donde me fue más difícil identificar que las salida
de los problemas eran quizás más sencillas lo bueno es que cuento con una
personalidad radical en donde comprendí que las motivaciones se las crea uno
mismo o también se las limita el ser humano tiene diversas maneras para
motivarse ya que la parte emocional está alimentada por la parte social pero
como también lo menciona Freud la parte económica ejerce en el ser humano
muchas de sus limitaciones que forman una personalidad en un conjunto de
características de sentimientos y pensamientos ligados al comportamiento que
persiste por largo tiempo frente a diversas situaciones y dándole solución a
las mismas de manera diferente, generando en nosotros diferentes realidades
que son diversas por el tiempo, la cultura y el factor socioeconómico.

Para finalizar, la personalidad y la motivación en mi vida se turnan por etapas, es


ahora donde comprendo que mis decisiones forjaron una personalidad fuerte que
se vio manipulada por mis conductas trayendo beneficios y dificultades, dando
paso a metas y logros que serían llevados de la mano a la motivación.
Autoestima y su relación con el bienestar

Pese a que el concepto de autoestima ha sido uno de los más confusos, cuestionados y
analizados a lo largo de la historia de la psicología, la mayoría de expertos indican que se
trata de un elemento que se halla de manera innata en cada individuo y que está
expuesta a múltiples modificaciones a lo largo de nuestra vida.
La autoestima evoluciona y se desarrolla debido a la relación con el mundo, y cambia
constantemente ya que está ligada al cambio de la sociedad. Diferentes contextos
sociales y culturales corresponderán con distintas percepciones sobre lo que
consideramos que es una autoestima sana.
Los 4 tipos de autoestima
Como hemos comentado, la autoestima necesita ser alimentada, en grados diversos,
desde el exterior. Aunque las bases se construyen durante la infancia, la autoestima no es
inalterable en otras etapas de la vida.
Es importante destacar que no es lo mismo autoestima que la autoconfianza. La
autoconfianza (también llamada autoeficacia) está relacionada con los objetivos y metas
específicas que nos proponemos, mientras que la autoestima se refiere a la valoración
global que hacemos de nosotros mismos.
1. Autoestima alta y estable
Las circunstancias externas y los acontecimientos de vida tienen poca influencia sobre la
autoestima. Las personas con este tipo de autoestima se desenvuelven de manera
abierta ya que no necesitan defender su imagen, se defiende sola. Además, la persona es
capaz de defender su punto de vista sin desestabilizarse.
2. Autoestima alta e inestable
Las personas con este tipo de autoestima, tienen una elevada autoestima, pero son
incapaces de mantenerla constante. Los contextos competitivos pueden tener un efecto
desestabilizador. Responden con actitud crítica ante el fracaso, ya que estos son
percibidos como amenazas. El individuo mostrará convicción al defender su punto de
vista, pero no aceptará otros puntos de vista y tenderá a monopolizar la palabra en una
discusión.
3. Autoestima baja y estable
En los casos en los que hay una autoestima baja y estable, los eventos externos (sean
favorables o no) no alteran la autoestima del sujeto, que no se esfuerza por promover su
imagen personal y se infravalora. Los individuos con este tipo de autoestima son
indecisos y tienen un gran temor a equivocarse. Estas personas no defienden sus puntos
de vista ya que la valoración de sí mismos es siempre negativa, creen que no están a la
altura.
4. Autoestima baja e inestable
Las personas con este tipo de autoestima suelen ser sensibles e influenciables por
eventos externos. En cuanto se enfrentan a un evento exitoso, su autoestima sube, pero
en cuanto termina la euforia del momento, su nivel de autoestima vuelve a bajar.
Es decir, que este tipo de autoestima está definido por su falta de solidez y la inestabilidad
que presenta, la cual hace que se altamente sensible a todo tipo de eventos, por
irrelevantes que puedan parecer desde un punto de vista racional.

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