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UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR CICLO I 2018

FACULTAD DE CIENCIAS Y HUMANIDADES MATERIA: MONOGRAFICO DE CONTEMPORANEA


DEPARTAMENTO DE FILOSOFIA DOCENTE: LIC. CARLOS RODRÍGUEZ
ALUMNO: CAMPOS JUAREZ CARLOS HERIBERTO

CAPITULO NOVENO HEIDEGGER: FILOSOFIA EXISTENCIAL

En este pequeño capitulo el autor nos plantea varias cuestiones entre las que hemos
estudiado están “la necesidad de plantear de nuevo la pregunta por el ser”, “el
problema y el método” y “el-ser-en-el-mundo”.

Comenzando por el primer punto, para Heidegger la tarea fundamental de la filosofía


consiste en aclarar, en dilucidar el sentido del ser, encuentra que la vía de acceso al
ser es nada menos que el, el hombre mismo. La pregunta por el sentido del ser no sólo
ha sido injustamente olvidada, sino que además se la ha malentendido. Por ello
Heidegger no se contenta con plantearla de nuevo, expresa y correctamente, sino que,
tomándola por hilo conductor, lleva a cabo a la vez una «destrucción de la historia de la
ontología». Contentémonos, pues, con recordar que Heidegger echa en rostro a la
ontología tradicional: 1) que fue una ontología del ente, no del ser; 2) que entendió el
ente desde el mundo o la naturaleza", 3) que concibió el ente en cuanto a su ser como
presencia, lo que viene a decir que lo comprendió desde un determinado modo del
tiempo, el presente. La pregunta por el sentido del ser es, pues, una pregunta
eminentemente fenomenológica. Aunque Heidegger no confunde el término “ser” con lo
designado por el término, tampoco entiende nunca el ser como una cosa. Por inútil que
parezca recordarlo, no hay que olvidar que nuestro filósofo no se pregunta por el ser,
sino por su sentido.

El centro ontológico de la realidad o de todo lo existente lo ocupa el ser humano. Y el


ser de las cosas es indudablemente diverso del ser de los hombres. Heidegger
entiende la existencia personal como proyecto vital que se expresa en la intención
constante de poder ser cada vez más. Las características propias de la existencia son
desde la perspectiva heideggeriana: estar en el mundo. El valor de lo auténtico es
esencial para Heidegger y encuentra su plasmación real en cada ser viviente. Porque
posee y pone en marcha con todas las consecuencias sus proyectos y planes en este
mundo finito. Ya que lo inautenticidad es la pasividad, la indiferencia y también la
actitud de distanciarse de los otros hombres y de las cosas. Frente a las opiniones
comunes Heidegger se niega a aceptar el conformismo con las cosas y la realidad y
nos enfrenta con el límite de la nada. Algo que en vez de desanimar a los seres
humanos debe impulsarnos a luchar por nuestrod ideales y proyectos reales.

Puesto que el hombre es el lugar donde se hace patente el ser, Heidegger considera
que el existir humano es ser ahí o Dasein.. Analiza y reflexiona sobre el ser en general.
Y es que la ontología posee un gran campo de estudio que es la realidad.

En segundo lugar aparece el problema del método. La pregunta aquí por el ser surge
en el horizonte de las lenguas indogermánicas y de la filosofía tradicional, pero el
interés que la mueve es fenomenológico. En efecto, las lenguas indogermánicas se
caracterizan por su modo de decir «es». La filosofía tradicional, a su vez, se dejó
caracterizar por esta característica de las lenguas indogermánicas y centró su esfuerzo
de pensamiento en torno a la problemática ontológica. Como advierte el propio
Heidegger, “la pregunta por el ser no es una pregunta cualquiera”. Tuvo en vilo el
meditar de Platón y de Aristóteles, aunque para enmudecer desde entonces como
pregunta expresa. Duns Escoto planteó el problema del significado del lenguaje y
entendió los significados como partes constitutivas del sentido. Es desde el sentido
(Sinn) del término “ser” como hay que entender sus múltiples significados
(Bedeutungen). La pregunta por el sentido del ser es, pues, una pregunta
eminentemente fenomenológica. La elección del método depende en cada caso del
estado de la cuestión. En el caso de la investigación que nos ocupa no hay muchas
posibilidades a elegir. Tratándose del ser y de su sentido, no es posible seguir la vía de
la demostración o de la deducción. Sólo queda la vía de la mostración, lo que significa
que el método adecuado para la solución del problema es la fenomenología de Husserl.
«Hay que cogerle a Husserl por la palabra», escribió Heidegger al margen del pasaje
de Filosofía como ciencia estricta, donde Husserl establece su famoso principio: «A las
cosas mismas» Heidegger modifica la noción husserliana de fenómeno y de la misma
fenomenología .Los fenómenos son en este sentido la totalidad de aquello que está a la
vista o puede ser llevado a la luz, la fenomenología consiste en un método encaminado
a dejar ver, quiere decir que el fenómeno de la fenomenología es algo «que
primariamente y las más de las veces no se muestra, algo que en relación con lo que
primariamente y generalmente se muestra está escondido, pero a la vez algo que de tal
modo pertenece a aquello que primaria y generalmente se muestra que constituye su
sentido y fundamento En otras palabras, Heidegger ha elaborado un nuevo concepto
de fenomenología que está pidiendo un objeto peculiar. Éste no puede ser ya el ente
(lo que primariamente se muestra), sino el ser del ente (lo que primariamente está
escondido). La fenomenología se convierte así en un método para dejar ver el ser a
través del ente. Y dado que el ente, a cuyo través hay que dejar ver el ser, es el ser-ahí
humano, la fenomenología deviene en definitiva hermenéutica existencial. Así
entendida, la fenomenología constituye el método exclusivo de la filosofía, la cual a su
vez se circunscribe exclusivamente a la ontología. «La ontología sólo es posible como
fenomenología»

Y en un último punto tenemos el-ser-en-el-mundo”. Ahora bien, antes de emprender


este análisis, será bueno tener bien presentes las características diferenciales del ser-
ahí respecto de los demás entes. . Somos seres arrojados al mundo, sin
consentimiento previo de ningún tipo. De todas formas, Heidegger piensa que debemos
estar abiertos a las posibilidades que nos ofrece el mundo, la realidad y los otros. A
pesar de la radical finitud y de la angustia consiguiente como consecuencia de la
misma Heidegger no se muestra desesperanzado. Al contrario, siendo consciente de la
absoluta inseguridad de la vida afirma un cierto optimismo vital, ya que la vida se hace
con entusiasmo y pasión y en esto consiste fundamentalmente la existencia humana, si
se analiza profundamente. Porque la autodeterminación y las propias decisiones son
las que construyen la existencia, sin ninguna duda. La capacidad de escucha y de
comprensión prefiguran los procedimientos interpretativos de la hermenéutica.

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