En la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, el Secretario General de las
Naciones Unidas, Kofi Annan, público un informe que analiza el progreso de la última década para poner en ejecución el Programa 21, aprobado en la Cumbre para la Tierra de 1992, en Río de Janeiro. Evaluando las tendencias económicas, sociales y ambientales, con sugerencias sobre cómo la comunidad internacional puede enfocar sus esfuerzos para alcanzar las metas del Programa 21. El Programa 21 y el Desarrollo Sostenible -Un buen plan, una débil aplicación El medio ambiente mundial sigue siendo frágil y las medidas para conservarlo no son suficientes. Habiendo un progreso en la reducción de la pobreza en los países en desarrollo, y la globalización, que no beneficia a toda la población mundial. Los intentos para impulsar el desarrollo humano y frenar la degradación del ambiente, no han sido eficaces. Dado que se han frustrado los esfuerzos para la ejecución del desarrollo sustentable, debido a los pocos recursos, la falta de voluntad política, la fragmentación y no coordinación, y los continuos modelos derrochadores de producción y consumo, no obstante, continúa siendo una alternativa viable con el desarrollo, que se aborda en la actualidad. Economía Los años 90 fueron menos turbulentos que la década anterior, pues durante su primera mitad la mayoría de los países gozaron de un crecimiento económico. La tasa promedio de aumento del Producto Interno Bruto (PIB) para los países en desarrollo creció un 4.3%. y los países desarrollados registraron un promedio de crecimiento cercano al 2.3%, inferior al de la década anterior. Aun si el desarrollo económico en África mejoró un poco, el crecimiento de la población disminuyó las ganancias, y se amplió la brecha entre la calidad de vida de África con otras regiones. El comercio internacional prosperó en 1990 cuando las exportaciones mundiales crecieron un 6.4%, alcanzando $6.3 billones en el año 2000. Los países en desarrollo, se beneficiaron de un crecimiento del 9.6% anual en sus exportaciones. Pero en África la participación en el comercio mundial cayó del 2.7% al 2.1% en la misma década. La mundialización demostró poder ser muy volátil. Pues, mientras que algunos países se beneficiaron del capital privado externo, el retroceso causó crisis financieras, primero en México en 1995 y después al Este de Asia en 1997. Los subsidios gubernamentales, van de $650 millones hasta $1.5 billones al año. Eliminarlos puede contribuir a la sostenibilidad y a generar ahorros a los gobiernos. Población y pobreza La población mundial alcanzó los 6 mil millones en los 2000, un gran incremento si se compara con los 4.400 millones de 1980, y se espera que aumente a 8 mil millones para 2025 y a 9 mil millones para 2050. El 15% de la población mundial, en los países de ingresos altos, representa el 56% del consumo mundial, mientras que el 40% más pobre, en países de bajos ingresos, representa el 11% del consumo, y aunque la mayoría de las personas consumen más en la actualidad, el consumo de un hogar africano común disminuyo un 20% respecto a hace 25 años. El número total de personas que viven en la pobreza disminuyó de 1.300 millones a 1.200 millones. En el Este y Sudeste asiático, se logró un progreso substancial en este campo a través del crecimiento económico rápido. Al igual que en el Sur de Asia y en Latinoamérica. En el África subsahariana, no ha habido casi ningún progreso y cerca de la mitad de su población vive en la pobreza. Se estima que para el 2025, el 54% de la población de los países en desarrollo residan en áreas urbanas. A medida que aumente la movilización de personas a las áreas urbanas, aumentará el número de pobres en las ciudades. En África, más del 40% de los hogares urbanos viven en la pobreza. Existen al menos 1,100 millones de personas sin agua potable segura y 2.400 millones sin las condiciones de salubridad adecuadas. Alrededor de 438 millones de personas de los países en desarrollo lograron un mayor suministro de agua potable y cerca de 542 millones en áreas urbanas viven en mejores condiciones de salubridad. Sin embargo, debido al crecimiento en estas áreas, el número de habitantes urbanos que carecen de acceso al agua potable segura aumentó a casi 62 millones. Más del 8% de los niños en los países en desarrollo mueren antes de alcanzar los cinco años, y en algunos de esos países, uno de cada cinco muere antes de cumplir un año de vida. Más de 113 millones de niños de los países en desarrollo no asisten a la escuela, y con el 60% son niñas. Cerca de 815 millones de personas en el mundo están desnutridas, de las cuales 777 millones son de países en desarrollo, 77 millones en países en transición y 11 millones en países industrializados. En términos generales, las condiciones de salud han mejorado durante los 90, con una esperanza de vida promedio en aumento y tasas de mortalidad en disminución. Sin embargo, muchos países en desarrollo, tienen condiciones sanitarias precarias resultado de la contaminación del agua, salubridad deficiente, contaminación del aire en espacios cerrados y enfermedades infecciosas como la propagación del VIH/SIDA. Hay 36 millones de personas que viven con VIH/SIDA, de los cuales el 95% se concentran en países en desarrollo y 25% en la región del África subsahariana, matando a más de 12 millones de africanos y dejando 13,200 millones de huérfanos. Gestión de los Ecosistemas Con la expansión agrícola y satisfacer la demanda creciente de alimentos, ha habido un serio impacto en bosques, praderas y humedales. La degradación del suelo afecta, por lo menos, a dos mil millones de hectáreas en todo el mundo y alrededor de dos tercios de las tierras agrícolas mundiales. El agua potable es cada vez más escasa debido a las actividades agrícolas, consumiendo el 70% del agua potable usada en el mundo y siendo usado realmente solo el 30%. Se estima que para el 2025, dos tercios de la población mundial podría vivir en países con escasez de agua. En las próximas dos décadas, se espera que el total del agua a utilizar para cultivar productos alimenticios se incremente un 40%. Alrededor de 11.000 especies se consideran amenazadas y más de 800 especies se han extinguido debido a la pérdida de su hábitat. Cerca de una cuarta parte de la pesca en el mundo se ve afectada por pescar excesivamente, con la mitad ya agotada. Únicamente el 1% de los océanos son reservas protegidas o "zonas donde la pesca está prohibida". La tasa de deforestación mundial durante 1990 se estima en 14.600 millones de hectáreas por año, siendo una pérdida del 4% de los bosques del mundo durante la última década en los países en desarrollo. Los trabajos de reforestación se realizan a un ritmo de 5.2 millones de hectáreas por año atribuidos a la sustitución de bosques naturales en tierras de cultivo abandonadas y plantaciones de bosques. Cerca del 50% de la producción de maderas cultivadas en el mundo se usan como leña y el 90% de ella es usada en los países en desarrollo. El total de los bosques del mundo está decayendo también, reduciendo la capacidad de los mismos para mitigar el cambio climático. Alrededor del 27% de los arrecifes coralinos del mundo se han perdido, debido a la intervención del hombre, y a los efectos de los cambios climáticos. Se estima que otro 32% de los arrecifes podrían ser devastados en los próximos treinta años, si no se adoptan acciones correctivas apropiadas. Las emisiones de substancias que destruyen la capa de ozono han decaído, pues el consumo total de clorofluorocarbonos ha disminuido alrededor de 1.100 millones de toneladas en 1986, a 156.000 toneladas en 1998. El consumo mundial de combustibles fósiles ha aumentado en un 10% entre 1992 y 1999. El uso per cápita más elevado continúa siendo en los países desarrollados, en donde la población consumió 6.4 toneladas de petróleo en 1999, un consumo 10 veces mayor que el de las regiones en desarrollo. Ha crecido el uso de energía en el sector del transporte, del cual el 95% se deriva del petróleo, y se espera que el consumo en este sector aumente a una tasa del 1.5% anual en los países desarrollados y del 3.6% en los países en desarrollo. Se estima que las emisiones de dióxido de carbono aumenten un 75% entre 1997 y el 2020. Más de dos mil millones de personas de los países en desarrollo dependen de fuentes tradicionales de energía, como leña, estiércol de animales y residuos agrícolas.
¿De qué manera puede la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible marcar la diferencia? Un Plan de Acción de Diez Puntos
Se espera que la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible constituya un foro en el
cual diversos actores de los diferentes sectores de la sociedad puedan definir programas de acción y proyectos con metas viables, con un marco de tiempo razonable. Para encaminar estos esfuerzos hacia resultados accesibles, el informe del Secretario General ofrece un plan de acción de diez puntos: Lograr que la mundialización contribuya al desarrollo sostenible. Algunas acciones sugeridas son: la eliminación de subsidios que distorsionan el comercio, un mejor acceso de los productos y servicios de países en desarrollo a los mercados de países desarrollados. Erradicar la pobreza y elevar el nivel de vida en zonas rurales y urbanas. Esforzarse para mejorar las condiciones y las oportunidades de los pobres. Cambiar los patrones no sostenibles de producción y consumo, consiguiendo una eficiencia energética mayor en las próximas décadas, incrementar la responsabilidad corporativa y la crear incentivos para una producción más limpia, entre otras mejoras. Mejorar la salud con agua potable segura a precios justos, reduciendo el plomo en la gasolina y mejorar la calidad del aire en interiores. Proporcionar acceso a la energía y mayor eficiencia energética, mediante el uso de tecnologías más eficientes y el cambio de patrones insostenibles de consumo de energía. Gestionar los ecosistemas y la biodiversidad con una base sostenible, soluciones a la pesca desmedida, explotación de los bosques y la contaminación marina. Mejorar la gestión del suministro de agua potable con una distribución equitativa. Proporcionar recursos financieros a través de la Asistencia Oficial para Desarrollo, la inversión privada y la transferencia e intercambio de tecnologías ambientales. Apoyar el desarrollo sostenible en África con programas extensivos que conduzcan a crear instituciones y sistemas que aborden cuestiones como el hambre, la salud, la protección del medio ambiente y la gestión de recursos. Fortalecer la gobernabilidad internacional para el desarrollo sustentable, promover un enfoque integral y mundial, en lugar del enfoque compartimentado de la actualidad.
Declaración de Johannesburgo sobre el Desarrollo Sostenible
Desde nuestro origen hasta el futuro 1. Los representantes de los pueblos del mundo, reunidos en la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible en Johannesburgo (Sudáfrica) del 2 al 4 de septiembre de 2002, reafirmamos el compromiso por el desarrollo sostenible. 2. Nos comprometemos a crear una sociedad humanitaria, equitativa y generosa, capaz de respetar a todos los seres humanos. 3. Los niños del mundo nos desafían a actuar de manera que puedan heredar un mundo sin indignidades y ultrajes causantes de la pobreza, la degradación ambiental y el desarrollo insostenible. 4. Nuestra respuesta a esos niños, es que nos hemos unido, convencidos de que es urgente la necesidad de crear un mundo nuevo y mejor donde haya esperanza. 5. Asumimos la responsabilidad colectiva de fortalecer a nivel mundial, el desarrollo económico, social y protección ambiental, pilares del desarrollo sustentable. 6. Proclamamos, por medio del Plan de Aplicación de las Decisiones de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible y la presente Declaración, nuestra responsabilidad con nuestros semejantes, las generaciones futuras y todos los seres vivos. 7. Reconociendo que la humanidad está en una encrucijada, nos unimos para responder positivamente a la necesidad de formular un plan práctico y concreto para erradicar la pobreza y promover el desarrollo humano. De Estocolmo a Río de Janeiro a Johannesburgo 8. Aprobamos un programa de alcance mundial titulado “Programa 21” y la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, en los cuales reafirmamos nuestra adhesión. La Conferencia de Río fue un pilar importante que permitió establecer un nuevo plan de acción para el desarrollo sostenible. 9. Las naciones del mundo se han reunido en grandes conferencias, entre ellas la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo y la Conferencia Ministerial de Doha. Definiendo para el mundo una visión del futuro de la humanidad. 10. Nos enorgullecemos de que en la Cumbre de Johannesburgo se unieron pueblos diversos para expresar sus opiniones en una búsqueda del camino común hacia un mundo que respete y ponga en práctica el desarrollo sustentable. Los grandes problemas que debemos resolver 11. Reconocemos que erradicar la pobreza, modificar pautas insostenibles de producción, consumo y protección, y el ordenamiento de la base de recursos naturales para el desarrollo social y económico son requisitos fundamentales del desarrollo sostenible. 12. La fisura que divide a la sociedad humana entre clases sociales y el abismo cada vez mayor que separa al mundo desarrollado del aun en desarrollo, son una grave amenaza a la prosperidad, seguridad y estabilidad mundial. 13. El medio ambiente sigue deteriorándose. Con la pérdida de biodiversidad, la desertificación de tierras fértiles, los evidentes efectos del cambio del clima; los países en desarrollo se han vuelto más vulnerables, mientras que la contaminación del aire, agua y mares siguen privando a millones de una vida digna. 14. La globalización ha creado una nueva dimensión a estos problemas. La rápida integración de mercados, movilidad del capital y aumentos en las corrientes de inversión en el mundo, crearon nuevos problemas y oportunidades para el desarrollo sostenible. 15. Corriendo el riesgo de que las disparidades se vuelvan permanentes, y de no cambiar sus vidas, los pobres del mundo perderán la fe en sus líderes y en los sistemas democráticos. Nuestro compromiso con el desarrollo sostenible 16. Estamos resueltos a defender nuestra rica diversidad, fuente de fuerza colectiva, para que sea usada en una alianza por el cambio y la consecución del objetivo común. 17. Promoviendo la solidaridad humana, hacemos un llamado a fomentar el diálogo y la cooperación mutua de los pueblos del mundo, independientemente de nuestras diferencias. 18. Nos alegramos de que la Cumbre de Johannesburgo haya centrado su atención en la universalidad de la dignidad humana, con la adopción de decisiones sobre objetivos y con asociaciones de colaboración, que aumentan los servicios básicos. Con la apertura de mercados, usar tecnología moderna para lograr el desarrollo y asegurar que se fomenta la transferencia de tecnologías, el mejorar los recursos humanos, la educación y erradicar el subdesarrollo. 19. Luchar contra problemas mundiales que representan graves amenazas al desarrollo sustentable de la población y dándole prioridad. Tales como el hambre crónica, la ocupación extranjera, los conflictos armados, la delincuencia organizada, la corrupción, los desastres naturales, el terrorismo, la intolerancia y la discriminación. 20. Nos comprometemos a asegurar que la igualdad de género se integre en todas las actividades del Programa 21, los objetivos de desarrollo del Milenio y el Plan de Aplicación de las Decisiones de la Cumbre. 21. Reconocemos que la sociedad mundial tiene los medios y recursos para responder a los retos de la erradicación de la pobreza ya planteados. Unidos redoblaremos esfuerzos para que esos recursos sean aprovechados en beneficio de todos. 22. A fin de contribuir a lograr nuestras metas de desarrollo, instamos a los países desarrollados que no hayan hecho nada a tomar medidas para alcanzar los niveles convenidos de asistencia oficial para el desarrollo. 23. Celebramos la creación de alianzas regionales más fuertes, como la Nueva Alianza para el Desarrollo de África, para la cooperación regional, cooperación mundial y el desarrollo sustentable. 24. Seguiremos prestando atención a las necesidades de desarrollo de los pequeños Estados en desarrollo y los países menos adelantados. 25. Reafirmamos el papel vital de las poblaciones indígenas en el desarrollo. 26. Reconocemos que el desarrollo sustentable exige una perspectiva a largo plazo y una participación en de las políticas, toma de decisiones y ejecución de actividades a todos los niveles. 27. Convenimos en que la realización de sus actividades legítimas el sector privado, tiene el deber de contribuir a la evolución de comunidades y sociedades equitativas. 28. También concordamos en prestar asistencia para aumentar las oportunidades de empleo remunerado. 29. Convenimos que es necesario que las empresas del sector privado asuman responsabilidad de sus actos en un entorno transparente y estable. 30. Nos comprometemos a mejorar la gobernanza en todos los planos para lograr la aplicación efectiva del Programa 21, los objetivos de desarrollo del Milenio y el Plan de Aplicación de las Decisiones de la Cumbre. El multilateralismo es el futuro 31. Para lograr nuestros objetivos de desarrollo sostenible, necesitamos instituciones internacionales y multilaterales eficaces, democráticas y responsables de sus actos. 32. Reafirmamos nuestra adhesión a los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas y al derecho internacional, así como al fortalecimiento del multilateralismo. Apoyamos la función rectora de las Naciones Unidas que, por ser la organización representativa del mundo, es la más indicada para promover el desarrollo sustentable. 33. Nos comprometemos a verificar regularmente los avances hacia nuestros objetivos de desarrollo sustentable. Cómo lograrlo 34. Estamos de acuerdo en que debe ser un proceso en el que han de intervenir los grandes grupos y gobiernos que han participado en la Cumbre de Johannesburgo. 35. Nos comprometemos con esfuerzos, resueltos a salvar nuestro planeta, promover el desarrollo humano, lograr la prosperidad y la paz. 36. Estamos dispuestos a cumplir el Plan de Aplicación de las Decisiones de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible y acelerar la consecución de los objetivos socioeconómicos y ambientales en los plazos fijados. 37. Desde el continente africano, solemnemente nos unimos, ante los pueblos del mundo y las generaciones futuras, a actuar para hacer realidad el desarrollo sustentable, siendo nuestra aspiración común.