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**********

VS

SÍNDICO PROCURADOR DEL


AYUNTAMIENTO DE TECATE, BAJA
CALIFORNIA Y OTRAS AUTORIDADES

EXPEDIENTE 83/2013S.S.

SENTENCIA DEFINITIVA

Ensenada, Baja California, veintinueve de mayo de dos mil


catorce.

Vistos para resolver en definitiva, los autos del juicio contencioso


administrativo 83/2013 S.S., promovido por **********.

RESULTANDO
1. Que por escrito recibido ante la Segunda Sala el diecinueve de
febrero de dos mil trece, el demandante promovió juicio contencioso
administrativo en contra del Ayuntamiento, el Síndico Procurador y el
Jefe del Departamento de Responsabilidades, todos del Gobierno
Municipal de Tecate, Baja California. En ese escrito señaló como acto
impugnado el siguiente: “…la resolución administrativa pronunciada […] en fecha
veinte del mes de abril del año dos mil doce, dictada dentro de los autos de la denuncia de
responsabilidad número **********…”

2. Mediante acuerdo dictado el veintiuno de febrero de dos mil


trece, se admitió a trámite el juicio interpuesto, ordenándose el
emplazamiento de las autoridades demandadas; la cuales no
comparecieron a este proceso, no obstante haber sido debidamente
emplazadas según constancias actuariales que obran en autos a foja
065 a la 070.

3. El diez de febrero de dos mil catorce, se celebró la audiencia


de ley y por ende concluyó la etapa de instrucción, con lo cual se está
en condiciones de emitir la resolución que dirima la controversia
planteada.
CONSIDERANDO

PRIMERO. Competencia. Esta Tercera Sala del Tribunal de lo


Contencioso Administrativo del Estado de Baja California, es
competente para conocer del presente juicio en razón de la materia,
toda vez que se trata de una controversia que tiene como origen una
sanción administrativa dictada con base en la Ley de
Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado de Baja
California; lo cual actualiza el supuesto normativo previsto en el artículo
22 fracción III de la Ley que rige a este Tribunal.

Asimismo, esta autoridad es competente para conocer del


presente juicio, aún y cuando fue substanciado por la Segunda Sala
de este Tribunal, en tanto la numeración del expediente en que se
actúa termina en 3 y debido a ello, a esta Tercera Sala le corresponde
dictar la sentencia definitiva que dirima el litigio; esto con sustento en
el Acuerdo del Pleno, publicado en el Periódico Oficial del Estado el 19
de julio de 2013, Tomo CXX, Número 32, Sección I, páginas 21 a 23.

SEGUNDO. Acto Impugnado. La existencia de la resolución


impugnada, se acredita con las constancias que obran a foja 022 a
058; mismas a las que les asiste valor probatorio pleno de
conformidad con los artículos 322 fracción V y 405 del Código de
Procedimientos Civiles para el Estado de Baja California, de aplicación
supletoria al procedimiento contencioso administrativo, atento a lo
dispuesto en los artículos 30, tercer párrafo y 79 de la Ley que rige a
este Tribunal.

TERCERO. Hechos. La parte actora manifestó como hechos


constitutivos de su pretensión los siguientes:

“1.- Así las cosas, el suscrito en mi calidad de ex servidor público ya que quien
suscribe ocupe temporalmente en el XIX Ayuntamiento de Tecate, Baja California el
cargo de Director General del Instituto de Promoción del Desarrollo Urbano del
Municipio de Tecate, B.C., toda vez que el de nombre ********** fue suspendido,
siendo así que quien suscribe menciono de nueva cuenta desempeñe
temporalmente el cargo que se me fue conferido tal como obra en el escrito original
que se anexa a este recurso, consistente en nombramiento debidamente signado por
el Presidente Municipal del XIX Ayuntamiento de Tecate, B.C. **********.
2.- Con fecha 19 de julio del año dos mil once, se presento a mi domicilio particular el
de nombre **********, quien se ostenta como notificador adscrito al departamento de
responsabilidades, mismo que me entrego personalmente un oficio en el que se me
cita a presentarme a las oficinas de la Sindicatura Municipal del XX Ayuntamiento de
Tecate, B.C., a fin de que se me hiciera de conocimiento de la responsabilidad o
responsabilidades que se le imputaban al suscrito, citándoseme a tal evento para el
día martes veintiséis de julio del dos mil once, en punto de las diez horas.

3.- En consecuencia del hecho que antecede, con fecha veintiséis de julio del dos mil
once en punto de las 10:00 horas del día encontrándome el suscrito dentro de las
instalaciones del Departamento de responsabilidades de sindicatura lugar al que fui
citado en compañía con mi abogado particular, siendo así que al estar presentes en
la diligencia y con apego a Derecho presente un escrito solicitando se me expidieran
copias simples de las probanzas que obran en el expediente de responsabilidades,
toda vez que se omitió por parte de las autoridad responsable, correrme traslado de
dichas documentales cuando se me notifico el inicio del procedimiento administrativo
en contra de quien suscribe y de otros, dejando a consecuencia con esto al suscrito
en un estado de indefensión, así mismo en dicho escrito solicite se señalara nueva
fecha para audiencia, toda vez que argumentaba el hoy dicente que no me negaba a
rendir declaración alguna sobre los hechos y por ende llevar a cabo en sus partes el
desahogo de todas y cada una de las etapas del procedimiento, circunstancia que el
**********, nos manifestó que no podían acordar el escrito, toda vez que primero
tenía que desahogar la audiencia y luego contestar, así mismo que ofreciera pruebas
en ese momento, por lo cual se le hizo saber que era ilógico, imposible y atentado a
todo derecho, que se desahogara una audiencia y se ofrecieran pruebas de un
expediente de más de un mil fojas, siendo precisos 1,847 fojas, aunado que en ese
día se pretendían desahogar 3 audiencias con un margen de una hora cada una,
siendo así que las documentales que obran como probanza totalmente las
desconocía, siendo así que el Lic. ********** inicio la audiencia tomando los
generales del suscrito, así mismo ordenándole a la Jefa del Departamento de
Responsabilidades **********, siendo así que la antes mencionada lee el artículo

que se le solicito manifestando el Lic. ********** que ese artículo no era el que
buscara otro, siendo entonces que intervino mi abogado particular manifestándole
que si entonces refiere aplicar el estricto derecho que acreditara su personalidad,
porque no se sabía con que facultades, manifestando este que la ********** era la
encargada, por lo cual mi defensor le solicito que entonces levantara la audiencia la
Jefa del Departamento de Responsabilidades, por lo cual esta empezó a dictarle a la
Secretaria, sin embargo intervino nuevamente el Lic. **********, manifestándole que
lo que estaba diciendo no estaba bien, por lo cual vuelve nuevamente a dictar el Lic.
********** a la Secretaria, circunstancia en la que intervino nuevamente mi abogado
solicitando se abstuviera de seguir dictando ya que no contaba con personalidad, no
existía ningún nombramiento en sí que no estaba facultado para levantar la
audiencia a la que fui citado, siendo así que decidimos presentarnos con el Sindico
Procurador, ********** alrededor de las 10:40 am, a hacerle de su conocimiento lo
que estaba sucediendo en la audiencia manifestando este que no tenía tiempo para
recibir la queja, por lo cual el suscrito me vi en la imperiosa necesidad de
presentarme en junta de cabildo así mismo se corrió traslado a los Regidores a fin de
que hacerle de su conocimiento los hecho suscitados, mismos que fueron totalmente
violatorios de derecho a perjuicio del dicente.

4.-Con fecha treinta y uno de enero del año dos mil trece se presento a mi domicilio
el de nombre ********** notificador adscrito al Departamento de Responsabilidades
de la Sindicatura Municipal del XX Ayuntamiento Constitucional de Tecate, Baja
California, quien me notifico la resolución administrativa de fecha veinte de abril del
año dos mil doce…”

CUARTO. Elementos probatorios. Para acreditar los hechos


precisados en el considerando anterior, el demandante ofreció como
elementos de pruebas los que se detallan de la foja 010 a la 012 del
expediente original, y que substancialmente se hacen consistir en:

“1.- DOCUMENTAL PÚBLICA, consistente en copia certificada de la resolución


administrativa impugnada…”

“2.- DOCUMENTAL PRIVADA, consistente en copia de escrito dirigido al H.


Presidente constitucional del XX Ayuntamiento de Tecate…”

“3.- DOCUMENTAL PÚBLICA, consistente en copia del oficio número 000735


respecto del expediente **********…”

“4.- DOCUMENTAL PRIVADA, consistente en escrito debidamente sellado de


recibido por secretaria del Ayuntamiento de Tecate…”

“5.- DOCUMENTAL PÚBLICA, consistente en cedula de notificación certificada de


fecha treinta y uno de enero de dos mil trece…”

“6.- DOCUMENTAL PRIVADA, consistente en copia de escrito dirigido al


departamento Regidores del XX Ayuntamiento Constitucional de Tecate…”

“7.- TESTIMONIAL, cargo de **********…”

“8.- TESTIMONIAL, cargo de **********…”

“9.- INFORME DE AUTORIDAD, que deberá rendir la Sindicatura Municipal…”

“10.- DOCUMENTAL PUBLICA, consistente en oficio original de nombramiento del


suscrito como Director General del Instituto de la Promoción del Desarrollo Urbano
del Municipio de Tecate, Baja California…”

“11.- INSTRUMENTAL DE ACTUACIONES, todo lo que se derive de lo actuado y


beneficie a los intereses del suscrito…”

“12.- PRESUNCIONAL, en su doble aspecto tanto legal como humano y beneficie a


los intereses del suscrito…”
QUINTO. Causales de improcedencia o sobreseimiento.
Previo al estudio de los motivos de inconformidad planteados por el
demandante, por ser una cuestión de orden público y estudio
preferente, en este considerando se resolverá si en la especie se
actualiza alguna de las causales de improcedencia o sobreseimiento
que prevé la Ley que rige la actuación de este Tribunal.

En mérito de lo anterior, este Sala da cuenta que, por cuanto hace


al Ayuntamiento de Tecate y al Jefe del Departamento de
Responsabilidades de Sindicatura, de las constancias que obran en
autos y de las pruebas ofrecidas y desahogadas, no es posible advertir
su participación en la emisión del acto impugnado. Por lo tanto, esta
autoridad considera actualizada la causal de improcedencia prevista
en el artículo 40, fracción VI, de la Ley del Tribunal de lo Contencioso
Administrativo del Estado de Baja California, de tal suerte que
conforme a lo previsto por el numeral 41 fracción II, del mismo
ordenamiento legal, se estima procedente sobreseer el presente juicio
en relación con las autoridades de mérito.

SEXTO. Análisis de los motivos de inconformidad. No


habiéndose configurado alguna causal de improcedencia o
sobreseimiento adicional a la puntualizada en el considerando anterior,
enseguida se iniciará el análisis de los dos primeros motivos de
inconformidad que hizo valer el actor. Para tales efectos es necesario
partir por transcribir los enunciados que conforman el núcleo de este
apartado de la demanda:

I. “Las autoridades señaladas como responsables han violado y


pretenden violar en perjuicio del suscrito lo establecido por los
artículos 14 y 16 Constitucionales.”
II. “Las autoridades han dejado de observar la forma, términos,
condiciones y autoridades competentes que se deben prever para
llevar a cabo un procedimiento administrativo que cumpla con los
requisitos legales y formales y en su defecto han emitido una
resolución meramente violatoria de toda garantía constitucional.”
III. “Desde el inicio existieron vicios que tuvo la obligación responsable,
han dejado de observar los procedimientos y reglas que están
precisamente establecidas para aplicar una resolución administrativa.”
Como se aprecia de los fragmentos antes reproducidos, el
particular argumentó de manera general una serie inconsistencias en la
resolución impugnada y en el procedimiento que le precede, sin
embargo, dichas manifestaciones no pueden considerarse como
motivos de inconformidad, en tanto no precisan de manera puntual cuál
es la ilegalidad en que incurrió la demandada.

En efecto, los argumentos de la parte demandante, contrariando la


esencia, técnica y los principios básicos que rigen en el juicio de
nulidad, únicamente se concretan a hacer diversas manifestaciones
genéricas y abstractas, sin que se realice un mínimo esfuerzo racional
para poner de manifiesto ante la potestad jurisdiccional de esta Sala,
de qué manera se configuran las violaciones que aduce, manifestando
por ejemplo: qué apartado de la resolución no se encuentra fundado ni
motivado, el porqué llegó a esa conclusión, qué requisitos legales y
formales no se cumplieron durante el procedimiento, cuáles son los
vicios que se detectaron en la substanciación de la secuela procesal
que tuvo lugar en sede administrativa, etcétera.

Por tanto, ante esa deficiencia argumentativa, es claro que tales


manifestaciones resultan insuficientes para que con fundamento en
ellas, se declare la nulidad del acto impugnado. La conclusión anterior
se robustece si se toma en cuenta que, en términos del artículo 47
fracción VIII de la Ley que rige a este Tribunal, los motivos de
inconformidad deben configurarse con el señalamiento de una o varias
causales de nulidad previstas en la Ley, debiendo precisarse los
hechos y razones por las cuales se consideran aplicables al acto o
resolución impugnada; es decir, la propia ley entiende, como carga
procesal atribuible al demandante, el señalamiento de razones que,
justificadas en derecho, dejen en evidencia el error de la autoridad al
dictar un acto administrativo.

Para sustentar todo lo razonado hasta aquí, son útiles la tesis y


jurisprudencia por reiteración de criterios, que se reproducen
enseguida:
AGRAVIOS INSUFICIENTES.

Cuando en los agravios aducidos por la recurrente no se precisan argumentos


tendientes a demostrar la ilegalidad de la sentencia, ni se atacan los fundamentos
legales y consideraciones en que se sustenta el sentido del fallo, se impone
confirmarlo en sus términos por la insuficiencia de los propios agravios.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL QUINTO CIRCUITO.

Amparo en revisión 254/91. Clemente Córdova Hazard. 11 de febrero de 1992.


Unanimidad de votos. Ponente: Adán Gilberto Villarreal Castro. Secretario: Arturo
Ortegón Garza.

Amparo en revisión 112/92. Jorge Verdugo Sánchez. 23 de junio de 1992.


Unanimidad de votos. Ponente: Alicia Rodríguez Cruz. Secretario: Arturo Ortegón
Garza.

Recurso de queja 29/93. Molino Unión del Yaqui, S.A. de C.V. 9 de julio de 1993.
Unanimidad de votos. Ponente: Ricardo Rivas Pérez. Secretario: Ernesto Encinas
Villegas.

Recurso de queja 35/93. Inmobiliaria Muysa, S.A. de C.V. 5 de agosto de 1993.


Unanimidad de votos. Ponente: Ricardo Rivas Pérez. Secretaria: Edna María
Navarro García.

Amparo en revisión 174/94. Bancomer, S.A. 12 de julio de 1994. Unanimidad de


votos. Ponente: Alicia Rodríguez Cruz. Secretario: Juan Carlos Luque Gómez.

AGRAVIOS INSUFICIENTES, REVISION FISCAL.

No pueden considerarse como agravios las afirmaciones genéricas de que: La


sentencia es infundada, no examina la resolución recurrida, la demanda o su
contestación no atienden al resultado de algunas de las pruebas; u otras
semejantes, si no se precisan las razones por las que así se considera ya que tales
argumentaciones tan genéricas no demuestran la ilegalidad de la sentencia, ni
atacan los fundamentos y razones en que se sustenta.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL SEGUNDO CIRCUITO.

Revisión fiscal 8/93. McGraw Hill Interamericana de México, S. A. de C.V. 17 de


marzo de 1993. Unanimidad de votos. Ponente: Raúl Solís Solís. Secretario: Pablo
Rabanal Arroyo.

No es óbice para lo concluido hasta aquí, que el Poder Judicial


Federal en diversos criterios jurisprudenciales haya manifestado que
para el estudio de una demanda basta que el actor señale con claridad
la causa de pedir; esto es así, debido a que el propio Poder Judicial ha
establecido que dicha causa implica no sólo la expresión de la lesión o
agravio que se considera ocasiona el acto o resolución que se reclama,
sino además la exposición de los causas que lo originaron.
Concluido entonces que los dos primeros motivos de
inconformidad que hizo valer el actor no pueden tomarse propiamente
como tales y por ende son inatendibles, en tanto están compuestos
por apreciaciones genéricas a partir de las cuales no se vinculan las
ilegalidades argumentadas con alguna conducta concreta de la
autoridad; lo propio es iniciar el estudio del siguiente concepto de
violación que esbozó el actor en su demanda.

Pues bien, en el motivo de inconformidad denominado tercero, el


actor argumentó que no fue notificado debidamente del inicio del
procedimiento administrativo del que emana la resolución combatida
en este juicio. Sostuvo lo anterior, a partir de la afirmación de que
cuando fue notificado nunca se le indicó que el expediente
substanciado con motivo del procedimiento de responsabilidad, estaría
a su disposición para su consulta. Ese escenario, a juicio del actor,
violentó en su perjuicio el artículo 66 en su fracción II de la Ley de
Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado.1

Es infundado el motivo de inconformidad que se analiza, toda vez


que, contrario a lo aseverado por el actor, la autoridad demandada sí
hizo de su conocimiento que los documentos que sirvieron de sustento
para iniciar el procedimiento administrativo en su contra, estarían a su
disposición en términos del artículo 62 fracción II, de la Ley de
Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado de Baja
California.

En el acuerdo de inicio que fue notificado al particular el día


diecinueve de julio de dos mil once [circunstancia que puede
corroborarse con el acta que en autos obra a foja 019122],
específicamente en la parte final de la foja trece3, el Síndico
Procurador asentó lo siguiente: “…por lo tanto hágase del conocimiento que los
elementos probatorios que sustentan la imputación formulada por esta autoridad, se
encuentran a su disposición en las instalaciones que ocupa este Departamento de

1
Artículo 66, fracción II. Las autoridades señaladas en la fracción anterior, según sea el caso, citarán al servidor público
presunto responsable para que comparezca personalmente a una audiencia, haciéndole saber la responsabilidad o
responsabilidades que se le imputen, el lugar, día y hora en que tendrá verificativo dicha audiencia y su derecho a declarar
sobre los hechos que se le imputan, a ofrecer pruebas y alegar en la misma lo que a su derecho convenga, por sí o por
medio de un defensor. Entre la fecha de la notificación y la audiencia deberá mediar un periodo no mentir de cinco ni mayor
de diez días hábiles, haciéndole saber que el expediente en que se actúa se encuentra a su disposición para su consulta en
días y horas hábiles
2
No se omite señalar que a esa constancia le asiste valor probatorio pleno de conformidad con los artículos 322 fracción V
y 405 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Baja California.
3
Véase foja 01897 de los autos de este juicio.
Responsabilidades de la Sindicatura Municipal, ubicado en **********, los cuales son los

siguientes…”

En tales condiciones es evidente, a juicio de esta Sala, que el


actor tuvo conocimiento [dado que le fue notificado] que los
documentos y pruebas que soportarían el procedimiento seguido en su
contra y que iban a ser materia del mismo, estarían a su disposición
para su consulta si fuera su necesidad imponerse de ellos antes de la
celebración de la audiencia.

Siendo las cosas así, si el ahora demandante tuvo conocimiento


de las diversas fojas que conformaban el expediente hasta el día en
que se celebró la audiencia [como lo refirió en su demanda], esto se
debió a acciones u omisiones que son su entera responsabilidad, en
tanto la autoridad demandada, en el momento oportuno, le hizo saber,
y además generó, las condiciones y elementos necesarios para que
pudiera imponerse de los autos y preparar adecuadamente su
defensa.

Así pues, desde el día en que el actor fue notificado del acuerdo
de inicio [diecinueve de julio de dos mil once], hasta el día en que la
audiencia tuvo lugar [veintiséis de julio de dos mil once], el actor pudo
haber acudido a las oficinas de la autoridad, para consultar el
expediente y además tramitar y obtener las copias que estimara
necesaria para preparar adecuadamente su defensa, dado que en ese
periodo, estaba enterado de que ese era su derecho.

De lo anterior a manera de conclusión puede establecerse lo


siguiente: a) el diecinueve de julio de dos mil once la autoridad notificó
al actor el acuerdo de inicio del procedimiento que se seguiría en su
contra; b) en ese acuerdo, de manera puntal, el Síndico asentó que
era derecho del actor imponerse de los autos del procedimiento; c)
desde la fecha en que el actor tuvo en su poder el acuerdo de inicio
estuvo enterado de que podía acudir a las oficinas de Sindicatura para
conocer y obtener las constancias, pruebas y demás elementos sobre
las que versaría el procedimiento; d) derivado de lo anterior, es
sencillo concluir que si el actor no acudió a revisar el expediente fue su
decisión y no producto de la omisión de la autoridad.
Agotado el estudio del tercer motivo de inconformidad que dada
su configuración debía atenderse en primer orden, ahora corresponde
ocuparnos del restante [denominado cuarto]. Sin embargo para antes
es necesario hacer una pequeña digresión a fin de aclarar que el
referido motivo de inconformidad está compuesto por dos líneas
argumentativas desvinculadas una de la otra. En la primera, el
demandante argumentó la falta de fundamentación y motivación de la
resolución impugnada en relación con la individualización de la
sanción que se le impuso, y en la restante, la cual está inserta en la
parte final del apartado en comento, razonó que la resolución es ilegal
dado que en el cuerpo del documento no se hace constar el nombre
del funcionario público ante el cual el Síndico Procurador emitió la
resolución.

Por cuestión de orden se iniciará primero con el estudio y análisis


de esta última línea argumentativa, para después, si fuera el acaso,
hacer lo propio con la línea argumentativa restante. Pues bien, como
antes se refería, en este apartado de la demanda el actor argumentó
que la resolución de mérito fue firmada por el Síndico Procurador Noé
Basilio Montiel ante el Jefe de Responsabilidades de esa Sindicatura,
pero que se omitió asentar el nombre del funcionario que ostenta éste
último cargo.

Es fundado pero inoperante el argumento anterior. Por un lado es


verdad que en la resolución impugnada en este juicio no se asentó el
nombre del funcionario ante el cual firmó el Síndico Procurador esa
resolución; pero también es verdad que en ninguna disposición de la
Constitución Federal, de la Ley de Responsabilidades de los
Servidores Públicos, del Reglamento de la Administración Pública para
el Municipio de Tecate, del Reglamento Interno de la propia
Sindicatura o de algún otro cuerpo normativo se establece que tales
resoluciones, deben ser autorizadas por el Jefe del Departamento de
Responsabilidades de la Sindicatura para su validez.

En efecto, no existe disposición a partir de la cual sea posible


afirmar que las resoluciones emitidas en la conclusión de un
procedimiento de responsabilidad administrativa carecen de valor
cuando no contienen la firma del Jefe del Departamento de
Responsabilidades o de algún otro funcionario. A diferencia de lo que
sucede en tratándose de órganos jurisdiccionales en donde por lo
general el Secretario autoriza con su firma una sentencia emitida por
el Juez o Magistrado según sea el caso, en sede administrativa no
sucede lo mismo. Basta la simple firma del funcionario facultado, para
que la resolución administrativa cobre validez.

En tales condiciones, es posible afirmar que si bien no existe


constancia de que la resolución en comento haya sido signada por
algún funcionario además del Síndico, lo cierto es que en términos de
los artículos 5 fracción VI, 54 y 66 fracción VIII de la Ley de
Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado, así del
numeral 31 fracciones III y XVII del Reglamento de la Administración
Pública para el Municipio de Tecate, basta que este funcionario
manifieste su voluntad a través de un signo gráfico para que tal
resolución surta efectos en derecho. Así las cosas, esta primera línea
argumentativa, como antes se dijo, es fundada pero inoperante.

Ahora corresponde analizar la segunda línea argumentativa que


planteó el actor en su denominado cuarto motivo de inconformidad.
Como antes se señaló, en esta parte de su demanda el actor afirmó
que en la resolución impugnada no se individualizó correctamente la
sanción que se le impuso, dado que: a) la autoridad no justificó el
porqué, a su juicio, la sanción que correspondía era la inhabilitación; y,
b) no se tomaron en cuenta sus circunstancias socioeconómicas.
Sobre éste último aspecto habría que decir que no le asiste razón al
demandante dado que para determinar la sanción, la autoridad valoró
varios aspectos socioeconómicos tales como la edad, el cargo y las
remuneraciones.

Ahora bien por cuanto hace al argumento de que la autoridad no


justificó el porqué, a su juicio, la sanción que correspondía era la
inhabilitación; es de señalarse que a juicio de esta Sala resulta
fundado y operante para declarar la nulidad de la resolución
impugnada. Lo anterior es así, en función de lo que se expondrá
enseguida:
I. No obstante que la autoridad señaló que las conductas
atribuidas al ahora demandante habían generado daños y perjuicios
económicos al erario público de Tecate4, en ningún momento precisó
el monto de éstos; omisión que no es menor, sobre todo si se toma en
cuenta que en términos del artículo 59 fracción V de la Ley de
Responsabilidades de los Servidores Públicos, el tiempo de
inhabilitación que como sanción puede imponerse a un funcionario
público debe ser proporcional al monto de esos daños y perjuicios.

En efecto, el artículo citado dispone que cuando la inhabilitación


se imponga como consecuencia de un acto u omisión que implique
lucro o cause daños y perjuicios, ésta será de tres meses hasta cinco
años si el monto de aquellos no excede de quinientas veces el salario
mínimo mensual vigente en el Estado y de seis a diez años si excede
de dicho límite; y en los casos en que no se causen daños y perjuicios,
ni exista beneficio o lucro alguno, la inhabilitación será un mes y hasta
dos años. Habiendo argumentado la autoridad que en la especie el
actor ocasionó una serie de daños y perjuicios económicos al erario
público de la ciudad de Tecate, lo propio es que en su resolución
estableciera el monto de tales daños y perjuicios, para que una vez
hecho esto, estuviera en aptitud de establecer si la sanción se
impondría tomando como parámetros el lapso de tres meses a cinco
años, o en cambio el de seis años a diez, ambos dispuestos en la ley.
La autoridad no hizo la precisión comentada, luego no podía, sin más,
fijar adecuadamente la sanción de inhabilitación.

II. En su resolución, la autoridad asentó que el grado de


culpabilidad del ahora actor podía encontrarse “entre el mínimo y medio más

cercana al mínimo” y que por ello lo justo era inhabilitarlo por el término de
tres años. A juicio de esta Sala la determinación del grado de
culpabilidad aludido por la autoridad, se traduce en una deficiente
individualización de la sanción, ya que no precisó el modo en que llegó
a establecer su conclusión. En efecto, al determinar la culpabilidad no
expresó parámetro alguno que permita verificar los correcto o no de la
sanción, cuestión que se traduce en una falta de motivación que
produce la indefensión del ahora demandante.

4
Véase foja 057 de los autos de este juicio.
La Suprema Corte de Justicia ha venido sosteniendo que la
discrecionalidad de la que gozan las autoridades para cuantificar las
penas está sujeta a que se motive adecuadamente el lugar o
escalafón en el que se ubica el grado de reproche imputado al
inculpado, dentro del parámetro que va de una culpabilidad mínima a
una máxima, para así poder demostrar, en cumplimiento a las normas
que rigen la individualización de la pena y con el principio de exacta
aplicación de la ley, que el quantum de la pena resulta congruente con
el grado de reproche del inculpado, por encontrarse ambos en igual
lugar dentro de sus respectivos parámetros.5

En la especie, como antes se dijo, la autoridad sostuvo que el


grado de culpabilidad podría fijarse “entre el mínimo y medio más cercana al

mínimo”, sin embargo omitió determinar el porqué llegó a considerarlo


así, además de que omitió determinar cuál es el mínimo y el máximo
que como sanción tomó de referencia para hacer su cálculo. Habiendo
dos rangos en la ley para fijar la sanción [de tres meses a cinco años
y seis años a diez], la autoridad debió indicar cuál de esos rangos
tomó en consideración para establecer que lo justo era inhabilitar al
actor por tres años.

En otras palabras, la autoridad no justificó el grado de culpabilidad


del ahora demándate, dado que por un lado no explicó el grado de
reproche de la conducta que le imputó y por el otro, no explicó bajo
que método y porqué llegó a concluir que la inhabilitación debía ser de
tres años y no por periodo más o menos largo.

Recordemos que si bien la posibilidad que tienen las autoridades


de usar su arbitrio juega un papel flexibilizante de todo marco jurídico,
dado que es imposible prever en ley o reglamentos todos los
supuestos que pueden darse en los hechos; también es verdad, que la
diferencia que separa la utilización racional de esta clase de
potestades con su aplicación ilegal, es precisamente la motivación,
toda vez que justamente esta obligación constitucional, tiene como
lógica evitar el dictado de resoluciones injustas en que, sin mediar

5
Véase jurisprudencia de rubro: INDIVIDUALIZACIÓN DE LA PENA. DEBE SER CONGRUENTE CON EL GRADO DE
CULPABILIDAD ATRIBUIDO AL INCULPADO, PUDIENDO EL JUZGADOR ACREDITAR DICHO EXTREMO A TRAVÉS
DE CUALQUIER MÉTODO QUE RESULTE IDÓNEO PARA ELLO.
razonamientos de por medio, se dé por sentado una sanción por la
simple voluntad de un ente de gobierno o un funcionario público.

III. La resolución de la autoridad, dada su opacidad, podría


estimarse incongruente en tanto como se señaló en el punto anterior
ésta sostuvo que el grado de culpabilidad podría fijarse “entre el mínimo y

medio más cercana al mínimo”; sin embargo, haciendo el cálculo tomando


como mínimo la sanción de tres meses y como máximo la sanción de
cinco años o como mínimo la sanción de seis años y como máximo las
de diez, el resultado no concuerda con los aseverado por la autoridad.
En el primer caso [de tres meses a cinco años], la sanción que en todo
caso debió imponer era de seis meses y once días y en el segundo [de
seis a diez] por razones obvias debía ser superior a seis años.6

De manera intuitiva puede advertirse que algo no está bien en


esta parte de la resolución; para clarificarlo primero hay que partir de
que el grado de culpabilidad que dijo la autoridad había en este caso
se situaba entre el mínimo y el medio más cercana al mínimo. Ahora
bien, antes se dijo que la ley establece dos rangos para fijar la
inhabilitación de un funcionario público, uno, que va de tres meses a
cinco años y el otro que va de seis años a diez. Pues bien, si
consideramos que en éste último rango la sanción mínima es de seis
años, evidentemente la sanción de tres años no puede estar entre el
mínimo y el medio como sostuvo la autoridad. Si en cambio
consideramos el segundo parámetro [tres meses a cinco años], el
punto medio serían dos años, siete meses y quince días, así que los
tres años que impuso la autoridad no podrían situarse en un rango
entre el mínimo y el medio, más cercana al mínimo.

No es el interés de esta Sala determinar la sanción que en todo


caso debía corresponderse al particular; lejos de esto lo importante
aquí es hacer notar que debido a que la autoridad no motivó
adecuadamente su resolución expresando los valores que tomó en

6
Los datos anteriores son obtenidos de conformidad al artículo 74 del Código Penal del Estado aplicado supletoriamente a
la materia, a partir del cual es posible deducir que lo primero es sacar las mitades del máximo y mínimo, para después
sumarlos, el resultado corresponde al término medio; luego, obteniendo el grado medio, se procede a efectuar las mismas
operaciones aritméticas, a saber: se toma otra vez de referente el grado recién citado y la mitad del grado mínimo y
después se suman, así hasta establecer todos los grados que por lo general son: máximo, medio, equidistante entre el
mínimo y el medio, intermedio entre el mínimo y el mencionado punto equidistante, mas cercana al mínimo, ligeramente
cercano al mínimo y mínimo. Para profundizar sobre el tema puede consultarse la jurisprudencia de rubro:
INDIVIDUALIZACIÓN DE LAS PENAS. MÉTODO PARA SUFIJACIÓN CONFORME AL GRADO DE CULPABILIDAD DEL
SENTENCIADO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE BAJA CALIFORNIA).
cuenta para fijar la sanción, es imposible cuestionar el mérito de su
decisión. El análisis anterior puramente intuitivo, parece demostrar que
la resolución no se sostiene, sin embargo, lo único cierto es que la
resolución controvertida en este juicio es poco clara en detrimento del
derecho de defensa del particular.

Por lo tanto, es al tenor de tales premisas que, en opinión de esta


Sala, la autoridad demandada violentó severamente el principio de
motivación emanado de la Constitución Federal, por lo que es evidente
la actualización de la causal de nulidad prevista en el artículo 83
fracción II de la ley que riega la actuación de este órgano jurisdiccional
autónomo.

Es útil para sustentar lo hasta aquí razonado, la jurisprudencia por


reiteración de criterios que se reproduce enseguida:
MULTAS. ARBITRIO DE LAS AUTORIDADES PARA IMPONERLAS ENTRE EL
MINIMO Y EL MAXIMO PERMITIDO POR LA LEY. DEBE RAZONARSE.

Las autoridades administrativas pueden cuantificar las multas que correspondan a


infracciones cometidas y, al hacerlo, gozan de plena autonomía para fijar el monto
que su amplio arbitrio estime justo dentro de los límites señalados en la ley; empero,
al determinar la sanción, deben expresar pormenorizadamente los motivos que
tengan para fijar la cuantía de la multa, para lo cual hay que atender a las
peculiaridades del caso y a los hechos generadores de la infracción, y especificar
cómo influyeron en su ánimo para detener dicho arbitrio en cierto punto entre el
mínimo y el máximo en que oscila la multa permitida en la ley.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL


PRIMER CIRCUITO.

Amparo en revisión 1662/86. Selma Meyer de Baza. 29 de mayo de 1987.


Unanimidad de votos. Ponente: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Secretario: Salvador
Flores Carmona.

Amparo directo 772/87. Distribuidora Paseo, S.A. 30 de septiembre de 1987.


Unanimidad de votos. Ponente: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Secretario:
Cuauhtémoc Carlock Sánchez.

Amparo directo 1236/87. Triturados Basálticos y Derivados, S.A. 26 de noviembre


de 1987. Unanimidad de votos. Ponente: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Secretario:
Francisco Paniagua Amézquita.

Amparo directo 1372/87. Tornillos Spasser, S.A. 24 de marzo de 1988. Unanimidad


de votos. Ponente: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Secretaria: Angelina Hernández
Hernández.
Amparo directo 172/88. Coco Colima, S.A. 26 de mayo de 1988. Unanimidad de
votos. Ponente: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Secretario: Cuauhtémoc Carlock
Sánchez.

SÉPTIMO. Agotado el análisis los motivos de inconformidad


planteados por el demandante, conviene ahora hacer algunas
precisiones con respecto a los efectos de la presente sentencia,
tomando en consideración que, como se dijo en el considerando
anterior, debe declararse nula la resolución impugnada.

Para la referida finalidad, debe partirse por señalar que, como


resultado de este proceso contencioso la determinación de sancionar
al demandante debe quedar intocada, en tanto no hubo argumento,
fundado y operante, a partir del cual pudiera nulificarse; en otras
palabras, la comisión de la falta administrativa por parte del gobernado
es un tema agotado y firme, por lo cual los efectos de esta resolución
por ningún motivo podrían tener el alcance de variar tal resultado; sin
embargo, no puede decirse lo mismo de la individualización de la
sanción. Sobre este tópico el actor acertó en sus planteamientos, de
tal suerte que este aspecto si deberá reconfigurarse por la autoridad.

En ese contexto, lo procedente es declarar la nulidad de la


resolución impugnada y condenar a la autoridad, a que emita una
nueva, en la que, de manera fundada y motivada determine
adecuadamente la sanción que corresponde imponer al particular.

Debe tenerse presente que la determinación de la sanción no es


una facultad discrecional, sino como se dijo anteriormente una
potestad de arbitrio, por lo que desde esa óptica, la autoridad no
puede soslayar su fijación cuando ha quedado acreditado el
incumplimiento a una obligación de naturaleza administrativa.

Sirven como sustento de lo concluido, las jurisprudencias por


reiteración de criterios que se reproducen enseguida:
MULTAS ADMINISTRATIVAS. LA INDEBIDA MOTIVACIÓN EN CUANTO AL
MONTO IMPUESTO SÓLO GENERA LA NULIDAD PARA EFECTOS DE LA
RESOLUCIÓN IMPUGNADA, SI SE RECONOCIÓ LA VALIDEZ DE LA
DETERMINACIÓN DE LA CONDUCTA SANCIONADA.

La circunstancia de que en la imposición de una multa administrativa no se hayan


motivado debidamente los porcentajes que la autoridad demandada asignó respecto
de cada uno de los elementos que tomó en cuenta para determinar el monto de la
sanción, como son: la importancia del asunto, las condiciones del infractor, la
conveniencia de eliminar prácticas tendientes a infringir, en cualquier forma, las
disposiciones de la ley o las que se dicten con base en ella; la gravedad de la
sanción, etcétera, no puede llevar a la declaratoria de nulidad lisa y llana de la
resolución impugnada, pues la ilegalidad del actuar de la autoridad demandada sólo
acontece respecto de la motivación del monto de la multa, lo que no puede afectar
lo relativo a la actualización de la conducta que originó dicha sanción, ya que al no
declararse la nulidad del actuar de la autoridad sancionadora respecto de las
infracciones imputadas al afectado, dichas determinaciones subsisten; por ende, en
esos casos debe declararse la nulidad para efectos de que la autoridad demandada
emita una nueva resolución en la que motive debidamente el monto de la sanción
impuesta.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS ADMINISTRATIVA Y DE


TRABAJO DEL SÉPTIMO CIRCUITO.

Amparo directo 669/2004. Servicios Múltiples del Sureste, S.A. de C.V. 18 de


noviembre de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Víctor Hugo Mendoza Sánchez.
Secretario: Alejandro Quijano Álvarez.

Revisión fiscal 14/2006. Secretario de Hacienda y Crédito Público y otras. 21 de


abril de 2006. Unanimidad de votos. Ponente: Rosenda Tapia García, secretaria de
tribunal autorizada por el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal para
desempeñar las funciones de Magistrada. Secretario: José Guillermo Juárez San
Martín.

Revisión fiscal 21/2006. Secretario de Hacienda y Crédito Público y otras. 27 de


abril de 2006. Unanimidad de votos. Ponente: Rosenda Tapia García, secretaria de
tribunal autorizada por el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal para
desempeñar las funciones de Magistrada. Secretario: José Guillermo Juárez San
Martín.

Revisión fiscal 40/2006. Secretario de Hacienda y Crédito Público y otras. 18 de


mayo de 2006. Unanimidad de votos. Ponente: Víctor Hugo Mendoza Sánchez.
Secretario: Salvador Pazos Castillo.

Amparo directo 327/2006. Joaquín Augusto Carrillo Patraca. 22 de junio de 2006.


Unanimidad de votos. Ponente: Víctor Hugo Mendoza Sánchez. Secretario:
Alejandro Quijano Álvarez.

FACULTADES DISCRECIONALES Y ARBITRIO. DISTINCION.

No se deben confundir las facultades discrecionales con el uso del arbitrio que la ley
concede a las autoridades en determinadas condiciones. Cuando la ley señala
ciertas penas para determinadas infracciones, y da un límite inferior y uno superior,
la autoridad que deba aplicar la pena tendrá que usar de su arbitrio, y deberá
razonarlo adecuadamente, respetando los hechos pertinentes, los lineamientos
legales y las reglas de la lógica. Pero dada la infracción, la autoridad estará
legalmente obligada a imponer la pena. En cambio, se trata de facultades
discrecionales cuando la norma legal prevé una hipótesis de hecho, a la que la
autoridad pueda aplicar o no, la consecuencia legal prevista en la propia norma. Es
decir, no basta que se satisfaga la hipótesis para que legalmente se deba aplicar la
consecuencia, sino que ésta queda a la discreción de la autoridad.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER


CIRCUITO.

Séptima Época, Sexta Parte:

Volumen 36, página 109. Amparo directo 529/69. Francisco Pacheco Hernández. 30
de marzo de 1971. Unanimidad de votos. La publicación no menciona el nombre del
ponente.

Volumen 36, página 109. Amparo directo 333/70. Ramón García Manzano. 30 de
marzo de 1971. Unanimidad de votos. Ponente: Guillermo Guzmán Orozco.

Volumen 36, página 109. Amparo directo 337/70. Gas y Servicio, S.A. 5 de julio de
1971. Unanimidad de votos. La publicación no menciona el nombre del ponente.

Volumen 41, página 51. Amparo directo 573/70. Anderson Clayton & Co. 2 de mayo
de 1972. Unanimidad de votos. La publicación no menciona el nombre del ponente.

Volumen 42, página 69. Revisión fiscal 389/70. Super Mercados, S.A. 20 de junio de
1972. Unanimidad de votos. La publicación no menciona el nombre del ponente.

Por lo antes expuesto y con fundamento en los artículos 82, 83


fracción II y 84 de la Ley que rige a este Tribunal, se resuelve:

PRIMERO. Atento a lo señalado en el considerando quinto de la


presente sentencia y con fundamento en los artículos 40 fracción VI, y
41 fracción II, de la Ley del Tribunal de lo Contencioso Administrativo
del Estado de Baja California, se sobresee el presente juicio
únicamente por cuanto hace al Jefe del Departamento de
Responsabilidades de Sindicatura y al Ayuntamiento, ambos, del
Gobierno Municipal de Tecate, Baja California.

SEGUNDO. Atento a los razonamientos expuestos en el


considerando sexto de la presente sentencia, se declara la nulidad de
la resolución que puso fin procedimiento administrativo **********,
dictada el veinte de abril de dos mil doce, por el Síndico Procurador del
Ayuntamiento de Tecate, Baja California.

TERCERO. Con fundamento en lo dispuesto en el artículo 84 de


la Ley del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Estado de
Baja California, se condena al Síndico Procurador del Ayuntamiento de
Tecate, Baja California, a que emita una nueva resolución, en la que
deje sin efectos la declara nula en el resolutivo anterior y de manera
fundada y motivada determine adecuadamente la sanción que
corresponde imponer al particular con motivo de los actos que le
fueron imputados dentro del procedimiento **********.

CUARTO. Notifíquese personalmente a la parte actora y por


oficio a las autoridades demandadas.

Así lo resolvió el Magistrado de la Tercera Sala del


Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Estado de Baja
California, René Aguilar Samaniego, y firmó ante la presencia del
Secretario de Acuerdos, Licenciado José Mario Charles Garza, quien
autoriza y da fe.
LA SUSCRITA, CLAUDIA CAROLINA GOMEZ TORRES, SECRETARIA GENERAL DE
ACUERDOS DEL TRIBUNAL DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO DEL ESTADO DE
BAJA CALIFORNIA, CERTIFICA:--------------------------------------------------

QUE LO TRANSCRITO CON ANTERIORIDAD CORRESPONDE A UNA VERSION PUBLICA


DE LA RESOLUCION DICTADA POR LA SEGUNDA SALA DEL TRIBUNAL DE LO
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO DEL ESTADO EN FECHA DIECINUEVE DE MAYO DE
DOS MIL CATORCE EN EL JUICIO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO 83/2013 S.S., EN
LA QUE SE SUPRIMIERON DATOS QUE SE HAN CONSIDERADO COMO LEGALMENTE
RESERVADOS O CONFIDENCIALES, CUBRIENDO EL ESPACIO CORRESPONDIENTE
MEDIANTE LA UTILIZACION DE DIEZ ASTERISCOS; VERSION QUE VA EN DIECINUEVE
FOJAS UTILES.

LO ANTERIOR CON APOYO EN LA FRACCION I, DEL ARTICULO 34 DE LA LEY DE


TRANSPARENCIA Y ACCESO A LA INFORMACION PUBLICA PARA EL ESTADO DE
BAJA CALIFORNIA Y 15 DEL REGLAMENTO DEL TRIBUNAL DE LO CONTENCIOSO
ADMINISTRATIVO DEL ESTADO DE BAJA CALIFORNIA EN MATERIA DE
TRANSPARENCIA Y ACCESO A LA INFORMACION PUBLICA. LO QUE SE HACE
CONSTAR PARA LOS EFECTOS LEGALES A QUE HAYA LUGAR, EN LA CIUDAD DE
MEXICALI, BAJA CALIFORNIA, A VEINTISIETE DE DICIEMBRE DE DOS MIL DIECISEIS.
DOY FE.

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