Pero sea o no humana, en toda comunicación se da un proceso en el que
intervienen los siguientes elementos:
Emisor: quien emite el mensaje. Puede ser una persona o grupo de
personas, un animal, una máquina, una entidad, etc… Cuando se trate de comunicación humana, el emisor siempre ha de tener una intención comunicativa. Ha de tener una voluntad de transmitir una información con la que persigue una determinada finalidad, como: transmisión de información, intento de influir en otros, expresión de sentimientos, realización de un acto (yo juro, prometo). Esta intención va a ser fundamental a la hora de entender la forma y el contenido del mensaje por parte del Receptor: que es quien recibe el mensaje. En las relaciones entre emisor y receptor hay tres circunstancias que condicionan sustancialmente el proceso de comunicación: 1. Las intenciones comunicativas; que pueden ser muy diversas, y según sean estas, así será el contenido del mensaje, su forma, el código elegido y la situación en la que se da el mensaje. 2. Las presuposiciones; que es el conocimiento que de la realidad tengan los interlocutores. Cuanto mayor sea ese conocimiento de la realidad que comparten ambos, más presuposiciones se darán y, por tanto, más simple será el acto comunicativo. 3. La competencia comunicativa del emisor; que veremos más adelante. Mensaje: es la información que se transmite. Aunque hay que distinguir mensaje de información. El mensaje es lo que se dice en un acto comunicativo. La información es el contenido nuevo de un mensaje, el contenido no sabido. Así, cuanto más previsible sea el contenido de un mensaje, menor información aportará. Canal: el medio por el que se transmite el mensaje. Sirve de enlace entre el emisor y el receptor. Los canales pueden ser naturales (el aire, el tacto) o artificiales (el teléfono). Por supuesto, el canal influirá en el mensaje, así por ejemplo, no es lo mismo enviar un mensaje a un amigo por carta que en una conversación cara a cara y por supuesto, hay una diferencia especial si lo hace a través de los medios de comunicación de masas. Contenido o situación: son las circunstancias que rodean al acto comunicativo que van a determinar el significado del mensaje. Podemos distinguir entre: 1. Contexto lingüístico: las circunstancias lingüísticas que condicionan la emisión y recepción de los mensajes verbales: la forma de la expresión, el lenguaje empleado, el significado de las palabras,.. 2. Contexto extralingüístico: son las circunstancias espacio-temporales en que se desarrolla el proceso comunicativo, es decir, el lugar y el momento en que se da la comunicación. También podemos mencionar aquí el momento histórico, los conocimientos culturales, factores sociales, la relación entre los interlocutores, etc… Código: es el sistema de signos empleado para crear el mensaje. Para que se de comunicación el código ha de ser compartido por el emisor y el receptor.