Colección “La Argentina peronista. Política, sindicalismo, cultura”
Dirigida por Gustavo Nicolás Contreras
Grupo Editor Universitario
INTRODUCCIÓN Las fuentes y el archivo Corrupción y comisiones, presente y pasado CAPITULO 1: ANTIPERONISMOS El estudio del conflicto peronismo/antiperonismo Los antiperonismos y el antiperonismo, antes y después de 1955 La “revolución libertadora” CAPÍTULO 2: COMISIONES INVESTIGADORAS ¿Qué fueron? La historia de las comisiones investigadoras en Argentina ¿Cuántas eran? Descentralización y autonomía ¿Quiénes la integraban? Personal político y estatal ¿Cómo funcionaban? El día a día y un cierre repentino ¿Qué dejaron las comisiones? Entre la justicia y la política CAPITULO 3: PERONISTAS CORRUPTOS Definir corrupción Hacia una genealogía de la acusación de corrupción en la historia argentina ¿Qué era ser corrupto en la Argentina de 1955? Irregularidades: entre el enriquecimiento ilícito y el genocidio Corrupción moral y dilapidaciones Negociados y la “culpa empresarial” CAPITULO 4: DENUNCIAS “A RAS DE SUELO” Las denuncias, el revanchismo de clase y los “colados” Denuncias entre compañeros de trabajo Denuncias en la escuela Denuncias entre vecinos Actitudes sociales de la “gente corriente” frente a dictaduras ¿Quiénes eran los culpables? Yo no fui… CONCLUSIONES AGRADECIMIENTOS BIBLIOGRAFIA INTRODUCCIÓN
Esta historia comienza en septiembre de 1955, cuando un conjunto de fuerzas
civiles y militares derrocaron al gobierno de Juan Domingo Perón. Desde su perspectiva venían a liberar a la Argentina del peronismo, por lo que se autodenominaron “revolución libertadora”, un modo cuando menos paradojal para un gobierno defacto. Su propósito no fue únicamente desplazar del Estado a los políticos y funcionarios peronistas. La ambición de “desperonizar” la política y la sociedad marcó el rumbo al proyecto. Pero ¿que era “desperonizar”? A grandes rasgos, podría definirse como el proyecto de eliminación del peronismo como identidad política. La iniciativa tuvo dos facetas: una dimensión represiva, que apuntaba a proscribir y encarcelar peronistas y una dimensión pedagógica, centrada en desengañar a sus bases más amplias de apoyo, mostrándoles la supuesta cara ignominiosa de un régimen que se había mostrado como popular. Su implementación implicó el despliegue de diversas prácticas, entre ellas, exonerar a funcionarios peronistas, intervenir sindicatos, investigar las irregularidades del gobierno depuesto, proscribir partidos, prohibir la mención de Perón y de Eva Perón, entre varias otras. Por considerarla un momento nodal en este proceso, nos interesa recorrer la trayectoria de la Comisión Nacional de Investigaciones, un instrumento del gobierno autodenominado “libertador” para recibir, procesar e interpretar un conjunto de denuncias dirigidas hacia una serie de actividades realizadas por el peronismo en la década anterior y caratuladas como irregulares por los propios golpistas. Estela Spinelli una de las historiadoras que más y mejor ha escrito sobre los antiperonistas durante la “revolución libertadora”, nos señala que, aunque la “desperonización” fue una estrategia que resultó política y moralmente condenada, constituyó en la etapa histórica que analizamos una salida política legítima para la mayor parte de los antiperonistas. Nos interesaría incluso extender este argumento e insinuar que su faceta pedagógica, si bien fracasó como política orientada a modificar el comportamiento político de las masas peronistas, podría considerarse un éxito como constructora de representaciones que aún hoy continúan circulando en los imaginarios políticos permeables al antiperonismo. En ese camino, proponemos que los diversos elementos simbólicos que se articularon en esta coyuntura para brindar legitimidad e identidad a la revolución que sus protagonistas consideraron “libertadora”, tuvieron una capacidad para significar la experiencia política que trascendió esa breve etapa. Tal como comentaremos en esta misma introducción, por la potencialidad que le conferimos para atar significados del presente y del pasado, nos interesarán en particular las figuraciones asociadas a la acusación de corrupción. Algunas reflexiones sobre las características del archivo y las fuentes con las que escribiremos esta historia también merecerán una mención especial en este preludio. El libro se organiza en cuatro capítulos, donde las nociones de antiperonismo, comisiones investigadoras, corrupción y denuncias que dan forma al título operaran alternativamente como organizadoras. El objetivo del capítulo 1 será enmarcar historiográfica e históricamente nuestro trabajo sobre las comisiones investigadoras de 1955. En el primer apartado repasamos las interpretaciones vigentes en torno al enfrentamiento peronismo/antiperonismo, para después focalizar en los estudios en torno al elemento menos explorado de la díada, es decir, el antiperonismo. En el tercero describimos brevemente el golpe de estado conocido como “revolución libertadora”, centrándonos en las políticas de “desperonización”. Aunque el relato trata de construirse a caballo entre una historia académica y un formato afín a la historia de divulgación, es posible que este capítulo este aún demasiado apegado a un estilo formal y erudito. La necesidad de respetar las contribuciones originales de cada autor sugiere la necesidad de no desapegarse totalmente de citas y notas al pie. El segundo capítulo describe en detalle las comisiones investigadoras, recopilando datos sobre número, integrantes y funcionamiento. Las idas y venidas sobre el tiempo óptimo en el que debían estar activas es también un punto por desarrollar, atendiendo a los debates entre quienes apoyaron una “desperonización” más radical y extendida y aquellos que promovieron una rápida normalización. Estas tensiones entre castigo y pacificación, al igual que los cruces entre justicia y política, son indagadas pensando en los conflictos propios de cualquier proceso judicial vinculado a la transición entre distintos regímenes. El tercer capítulo se detiene en las acusaciones que desplegaron las comisiones investigadoras, utilizando la noción de “corrupción” como eje organizador, tanto histórico como analítico. Empezamos mostrando las posibilidades de las lecturas contextuales para pensar este fenómeno universal, evidenciando sus ventajas frente a las visiones esencialistas o moralizantes. Entendiendo que una lectura contextual es necesariamente historicista, recuperamos entonces momentos importantes para pensar en una genealogía sobre la imaginación política en torno a la corrupción en Argentina. En este camino, las asociaciones entre corrupción y democracia, entre corrupción y populismo, aparecen como dos ejes analíticos que imponen las lecturas previas. Concentrándonos en 1955, tratamos de reconstruir las distintas representaciones que los participantes de las comisiones y el gobierno diseñaron para sostener las acusaciones en torno a la corrupción. Las nociones de irregularidades, dilapidaciones y negociados organizan el recorrido, atendiendo tanto a los tipos de acusaciones como a las tensiones entre los actores en torno a cada una de ellas. En este recorrido advertimos que los mismos tipos de acusaciones se desplegaron tanto contra gobernadores, legisladores y ministros del gobierno depuesto como hacia niveles más capilares. El cuarto y último capítulo, reemplazando la mirada vertical por una horizontal, recupera las historias de denuncias, entre compañeros de trabajo, dentro de las escuelas y entre vecinos, para conocer tanto las voces de quienes se atemorizaron por la magnitud del proceso como la de aquellos que criticaron los límites y la moderación del mismo. Dónde trazar la línea entre culpables e inocentes para conciliar las facetas represiva y pedagógica de la “desperonización”, fue también un interrogante para los contemporáneos. Asimismo, la dificultad para dilucidar las motivaciones personales, políticas o ideológicas de los denunciantes nos permite pensar en la necesidad de otras claves para analizar el proceso “a ras de suelo”. Esta llave analítica, que tiene aires de familia con la “historia desde abajo” o la “microhistoria”, recarga de praxis creadora a los sujetos de esas historias, no limitando su agencia a la capacidad de respuesta, reacción y resistencia al poder ejercido desde el vértice.1
1 Para profundizar véase Mariana Garzón Rogé (ed.), Historia pragmática. Una perspectiva sobre la acción, el contexto y las fuentes, Buenos Aires, Prometeo, 2017.
Medios, corrupción y política: Mapa de la situación judicial de los titulares de medios detenidos, condenados, procesados, investigados o denunciados en Argentina