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COMUNICACIÓN ESCRITA Y PROCESOS LECTORES

Actividad 3 – evaluativa

LA LECTURA DIGITAL Y LAS REDES SOCIALES DE LITERATURA

Jorge Enrique Ibarra Ramírez – ID: 735211

CORPORACION UNIVERSITARIA UNIMINUTO

2019
LA LECTURA DIGITAL Y LAS REDES SOCIALES DE LITERATURA

Desde hace ya algún tiempo se inició el debate sobre qué tanto han influido las nuevas

tecnologías en los hábitos de lectura y si la lectura digital ha desplazado a la lectura

tradicional. Esta controversia puede analizarse desde varios puntos de vista. No obstante, es

innegable que a pesar de que quizá las formas de leer hayan cambiado, también el número de

personas que lee ha aumentado.

Es allí donde han cobran relevancia las redes sociales de literatura que han surgido

precisamente como una opción para contrarrestar las consecuencias negativas que han traído

consigo muchos de los contenidos ofrecidos por el ciberespacio. Y es que lo importante es no

dejar de leer. Quizá ya no se dé con tanta frecuencia esa relación íntima entre el lector y su

libro, tal vez ya no se contemple al lector absorto en las líneas y en ese proceso individual de

interiorizar lo leído, pero cada vez hay más gente que lee. El ser humano tiene la capacidad de

adaptarse a las circunstancias que el medio va poniendo en su camino. Es eso lo que ha hecho

en su afán de defender su relación con la lectura. Si el mundo ofrece por doquier una cantidad

de información que puede o no ser útil a quien entre en contacto con ella, había que responder

ofreciendo espacios ciertos, que salvaguarden el sagrado vínculo entre el lector y las letras.

Ya se ha analizado la lectura digital como un proceso dinámico e interactivo,

combinado con una experiencia multisensorial. Las redes sociales de literatura ofrecen el

espacio para vivir ese proceso. No se limita entonces a la selección del libro, su lectura y los
procesos individuales que se puedan suscitar, si no que se genera una interacción con otros

lectores junto con quienes se realiza una retroalimentación que enriquece aún más la práctica

lectora.

Otro aspecto a resaltar es la oportunidad que estos espacios ofrecen a nuevos escritores

y nuevas creaciones ya que muchas de estas redes sociales tienen la opción de alimentar sus

contenidos con obras que en otras circunstancias no podrían ser publicadas por los ya

conocidos costos que genera, además del proceso incierto de lograr el aval y acompañamiento

de una casa editorial.

Se convierten también estos escenarios en posibilidad de influir en otros lectores y sus

decisiones a la hora de optar por uno u otro libro ya que al ser un proceso interactivo se

evidencian las preferencias que se van estableciendo y se van generando clasificaciones según

los gustos de los lectores.

Redes como “Goodreads”, “Lecturalia”, “Quiero leer”, “Bukear”, “Tu que lees”, entre

muchas otras, se han erigido como auténticas guardianas del sublime acto de leer. Su

iniciativa ha custodiado las creaciones tanto de los clásicos de la literatura para que la

turbulencia y frialdad de los tiempos actuales no los releguen al olvido y muchas más

generaciones se deleiten con sus obras, como de los nuevos soñadores que a pesar de no vivir

en el proceso de su creación, la mágica y enriquecedora sensación que producía el contacto de

tinta y papel, así como de los tantos borradores que terminaban en la cesta de la basura antes

de llegar al resultado final, han encontrado en su ordenador, aparentemente frío y yerto, la

complicidad necesaria para crear. Unos y otros entregando a los lectores no obstante el paso
del tiempo, la maravillosa oportunidad de leer, por gustos o inclinaciones o por la satisfacción

de esa necesidad, para unos fundamental, de leer por leer.

Ofrecen también estas redes, además de los contenidos, el espacio de la interacción, la

tertulia, el debate crítico y siempre enriquecedor que se genera automáticamente por las

características mismas de las redes y su naturaleza social, es decir, por su finalidad de lograr

la participación e interacción de todos aquellos que intervengan o entren en contacto con ellas.

Ahora, si bien es cierto los espacios ya están creados, la misión es motivar a quienes aún

los desconocen para que puedan disfrutar también de ellos y tener la oportunidad de

experimentar esa sensación inigualable que solo se produce en el coloquio sincero entre el

lector y lo que lee.

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