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IM P R E N TA U N IV E R S IT A R IA

COCHA BAMBA - BOL1VIA


— 1949 —

Distribuidores en toda la República


Librería “ Los Amigos del Libro”
Cochabamba - Bolivia
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- BOLIVIA
Dr. Alberto Cornejo S.

&

Movimiento
Vjcioaci'sía

PROGRAM AS
POLITICOS
de Bolivia

IM P R E N T A U N IV E R S IT A R IA
COCHABAMBA - BOI.IVIA
1040 -
E L P A R T ID O L IB E R A L

El conservadorismo, que había azotado duran­


te muchas décadas, al pueblo boliviano, fue desplaza­
do del escenario político, tras cruenta lucha armada,
donde se impuso una nueva modalidad en el país.
El expansionismo inglés, tratando de dominar
el mundo, sentó sus reales en esta parte de América e
impuso el dominio de sus capitales, acaparando las
actividades más esenciales.
Las riquezas incxplotadas del país, hallaron un
mercado, especialmente para su naciente minería, que
impulsada violentamente, por el pedido desmedido
de las industrias de ultramar, necesariamente originó
movimientos nacionales específicos.
La necesidad de impulsar la explotación de la
minería, de los ferrocarriles, la banca, etc.., exigían
nuevas modalidades gubernativas. Y es obedeciendo a
ese cúmulo de factores, nació un partido revoluciona­
rio para su tiempo, que destruyendo las formas arcai­
cas de organización, dió a Bolivia modalidades nue­
vas.
Veinte años de gobierno, dieron al país la sen­
sación de bienestar colectivo y de bonanza económica,
mayormente impulsada con la guerra de 1914, en que
el mercado abierto, elevó la cotización de los minera­
les en grado superlativo.
16 PROGRAMA DEL PARTÍDO LIBÉUa Í,

El Partido Liberal, cumplió brillantemente sil


papel directriz, en su etapa histórica, aunque no re­
solvió los problemas básicos de la nacionalidad, como
ser la agricultura, la situación del indio, la industria­
lización del pais. En cambio con una moneda saneada*
una balanza comercial excelente, pudo mantener und
estabilidad administrativa honrada y progresista,
Fuerzas nuevas en el mundo, derrocaron este
Partido, que desde entonces trabaja afanosamente por
recobrar su prestigio, pero sus esporádicas ascencio­
nes al Poder, han venido debilitando sus filas.
Por otro lado, su programa principista, aun­
que remozado en los últimos tiempos, ya no está con­
corde con la marcha vertiginosa de la etapa histórica
de nuestro tiempo y su postulado “ con ningún extre­
mismo” , ha dejado el Partido sin masas de juventud y
sin sustentamiento de sectores proletarios.
Su política, podemos decir, que se sintetiza, en
lo que su fundador y jefe proclamara: “el Liberalis­
mo se propone las reformas progresistas, lentas y pau­
latinas que demandan las condiciones sociales de un
pueblo, según sean su ilustración o ignorancia, sus vir­
tudes o sus vicios, su índole permanente o sus circuns­
tancias pasajeras, etc.”
\

PR O G R A M A D E L P A R T ID O L IB E R A L

R E SU M E N DEL DISCURSO Q U E EL J E F E DEL PARTIDO PRO­


N U N C IO A N T E SUS CORRELIGIONARIOS P O L IT I­
COS DEL 2 DE D IC IE M B R E DE 1885, E N LA
CIUDAD DE LA PAZ. ( i )

Señores:
He procurado esta reunión para conferenciar
con vosotros acerca de los vitales intereses del partido
y de los propósitos firmes que viene sosteniendo y que
mantendrá en el porvenir.
Sería ofender vuestra ilustración el pretender
desarrollar en toda su extensión, la doctrina liberal.
Algo más, sería querer encerrar en los estrechos lími-
(1) La prim era edición de este Program a se hizo en Co-
chabamba, en 1887, con e l siguiente breve preám bulo de plum a
del D r. N ataniel Aguirre-, presidente a la sazón del directorio
liberal en aquel departam ento:
•El Je te del partido liberal consultó deferentem ente a los:
directorios departam entales sobre los principios expuestos era
este program a; y todos ellos los acogieron con m uestras le sa­
tisfacción, reiterando sus votos de perfecta confianza al autor.
Tal circunstancia ha determ inado su publicación. Hacérnosla
con entusiasmo, en la persuasión de que el país acogerá la h o n ­
rada palabra del estadista, como la expresión genuina del pa­
triotism o y de las altas conveniencias nacionales. Va como
Apéndice la teoría liberal o el Liberalismo, que el S r. Gen e ra l
Camacho escribiera a tiempo de fundar el partido, y que*ya fu é
publicado en uno de sus órganos periodísticos, en 1883».
18 PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL , ■ ; j

tes de un programa político, todo cuanto al respecto


ha publicado ya la prensa del partido y cuanto ha di­
cho la ciencia moderna del derecho universal. Ni mi
insuficiencia ni el momento me lo permiten.
Sin embargo, como base fundamental de la po­
lítica liberal' que hemos establecido, como rectifica­
ción de algunos deslices de nuestros escritores,’ como
réplica a las tergiversaciones de los adversos, y como
fijación de nuestras doctrinas, emitiré algunas gene­
ralidades al respecto.

i

' . I „ l
:

E l Liberalismo, como lo dice su nombre, tiene


por base fundamental la libertad,-o sea la legítima ex­
pansión de todas las actividades sociales en sentido
del progreso. Mas, él no entiende por libertad, la fa­
cultad que el hombre tiene de hacer todo lo que le
agrada, sino todo lo justo y lo bueno. Por eso la li­
bertad, cuenta con dos enemigos capitales: los exce­
sos del poder que la ahogan fingiendo protegerla, lo
cual denominamos tiranía, y los actos personales y so­
ciales que la deshonran con el abuso a pretexto de ser­
virla, lo cual llamamos licencia o anarquía. A comba­
tir una y otra se encamina la teoría liberal.
*
E l Liberalismo se propone las reformas pro­
gresivas, lentas y paulatinas que demandan las con­
diciones sociales de un pueblo, según sean su ilustra­
ción o ignorancia, sus virtudes o sus vicios, su índole
permanente o sus circunstancias pasajeras, etc., en
tanto que dicha demanda esté revelada por la opinión
independiente de la mayoría nacional y apoyada por
PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL 19

los principios filosóficos de la ciencia del derecho.


No consiste, como piensan quienes lo difaman,
en romper bruscamente con las tradiciones del pasa­
do entrando a saltos en innovaciones violentas o
adoptando sin criterio todas las reformas imagina­
bles ; ni en hacer gala de licencia en las ideas, de gro­
sería en el lenguaje, de inmoralidad en las costum­
bres; ni en ostentar indiferencia y descreimiento re­
ligioso o menosprecio por la fe. Un pueblo libre es una
sociedad de hombres de bien, y los hombres de bien
son quienes creen én un Dios de bondad y de justicia.
Sólo el despotismo y las tiranías que se asientan sobre
la escoria humana, sin mirar jamás al Cielo y sin bus­
car nunca algo de eterno tras este mundo efímero,
pueden prescindir de Dios y de sus leyes, en la orga­
nización y gobierno de las sociedades políticas.
*
No tratamos de fundar una escuela filosófica,
ni una secta religiosa que venga a perturbar la vida
regular de Bolivia. No. Nos proponemos tan sólo es­
tablecer sobre instituciones libres, el régimen político
que ha adoptado Bolivia desde su independencia y que,
sin embargo, sólo le ha producido tiranías o sedicio­
nes que la aquejan hace más de sesenta años. En una,
palabra, el liberalismo que proclamamos, es el que dió
gloriosa existencia a la Gran República Americana!
no aquella aberración que produjo las catástrofes san­
grientas de la revolución francesa o los repugnantes
excesos del socialismo europeo, que es más bien ene­
miga de la libertad.
*
Los principios que sustenta la escuela liberal,
se cifran en los derechos individuales que amparan la
20 PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL

vida, la libertad, el honor y la propiedad del hombre,


en la soberanía del pueblo, el sufragio popular cons­
ciente y depurado, la descentralización administrativa
y municipal, la concentración y unidad política, la to­
lerancia de opiniones, la instrucción obligatoria para
el pueblo y gratuita por el Estado, la libertad de la pa­
labra, la libertad de la prensa, la libertad de asocia­
ción, la libertad de trabajo, la inviolabilidad de la con­
ciencia, etc,'etc.
*
La verdad del sufragio es, en la doctrina libe­
ral, el derecho primordial de las sociedades constitui­
das bajo la forma representativa. La razón es obvia.
Los derechos del hombre están amparados por leyes
justas, y éstas tienen que ejecutarse por funcionarios
probos: para formular esas leyes, rcquiérense legisla­
dores ilustrados, y para ejecutarlas o aplicarlas, man­
datarios honrados.
Por eso, el derecho electoral es el magno, el
fundamental y el más augusto de todos los derechos
políticos, como que sólo mediante él puede hallarse al
legislador sabio, al juez íntegro y al mandatario ilus­
trado, que los pueblos demandan para su prosperidad
y bienandanza, y como que es el origen de los tres al­
tos poderes del Estado.
De aquí el deber que el hombre tiene de buscar
con conciencia desapasionada y con los ojos puestos
en la patria, a los directores de sus destinos, y su con­
siguiente derecho de reclamar contra las tergiversa­
ciones o fraudes que pudieran falsear la pureza y ver­
dad del sufragio.
De aquí también la obligación de los gobiernos,
de acatar respetuosos las opiniones de los electores,
PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL 21

libremente manifestadas, en la designación de sus


níandatarios, y la delincuencia en que incurren, toda
vez que directa o indirectamente falsean, corrompen o
coartan esa voluntad. La tolerancia con tal delito, es el.
liberticidio de los pueblos, es la complicidad con el cri­
men.
*
Ninguna reforma política o social puede plan­
tearse mientras la idea no constituya opinión de ma­
yoría. De ahí surge el respeto que debemos a las ins­
tituciones existentes de un país, cuando se encuentran
apoyadas en las costumbres de su sociedad.
*
Para preparar las costumbres saludables que
hacen la prosperidad de las naciones, hay que empe­
zar por modificar las condiciones intelectuales y mo­
rales de la sociedad, instruyendo y educando su juven­
tud, principalmente la de las masas inferiores, en las
sanas doctrinas liberales, persevei;antemente inculca­
das con la palabra y el ejemplo, en la escuela y en el
ciub, en la cátedra y el templo: como autoridad que
manda, como ciudadano que obedece, como sacerdo­
te que e d ifica ...
*

Para el liberalismo, la política y la moral son


dos ciencias hermanas y no antagónicas: la moral ha­
ce al hombre de bien y la política al buen ciudadano.
Por eso, una sana política debe tender, y ha tendido
siempre, a hacer los hombres lo mejor posibles. Sólo
con sociedad moral pueden realizarse las instituciones
libres, que serán siempre inaceptables y rechazadas
por los perversos. “ La virtud es la base de las repú­
blica?” dijo Montesqueiu,
22 PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL !

*
f/
Resumiendo: Educar una sociedad libre para
que constituya una patria feliz, y organizar una na-
ción venturosa que realice los designios de la Provi­
dencia, es, en síntesis, el liberalismo boliviano que fun­
damos, y cuyo pensamiento se condensa aun más en
estas tres ideas absolutas: Dios, Patria, Libertad.
Y , señores, para la realización de estos princi­
pios y de este ideal, se requiere que pueblo y gobier­
no formen un solo y mismo ser. Esto hace indispensa­
ble que los gobiernos sean la expresión neta, pura,
genuina de la voluntad nacional, y de ningún modo el
fruto ni de revoluciones locales, ni de pronunciamien*
tos de cuartel, ni de la coacción de las autoridades so­
bre el querer de los pueblos, ni del soborno de los ri­
cos sobre la miseria de los hombres.
Tales son los principios fundamentales, base
del liberalismo boliviano.
II

Un partido político debe tener vistas de vasto


alcance sobre objetos de utilidad permanente y tras­
cendentales al porvenir, y no mirar tan sólo una per­
sonalidad, cualquiera que ella sea, ni tener en conside­
ración especulaciones momentáneas de sórdido inte­
rés. Ha de meditar sobre los intereses de la cosa públi"
ca y no sobre sus conveniencias particulares. E s esto
lo que constituye el programa de todo partido destina­
do a tener larga vida.
Veamos ahora cuál es el del partido liberal.
*
Dos son, señores, como bien lo sabéis, las fases
prog ram a del r A f t íid o L ib e r a l 23

principales en la política general de todo país: la polí­


tica interna y la política externa.
Ambas marchan íntimamente unidas entre sí.
Con frecuencia la una predomina sobre la otra, impri­
miéndole un carácter peculiar y absorbiéndola por
completo.
El desarrollo dé un sistema político así conce­
bido, es obra de paciente labor, de largos años y mu­
chas generaciones acaso. Esto hace necesario definir
bien sus aspiraciones y sistematizar mejores sus tra­
bajos.

111

Ahora bien, en política externa, nuestras re­


flexiones y propósitos deben tener por base la historia
contemporánea de Bolivia, la guerra del Pacífico, don­
de fuimos retados y arrastrados a desigual contien­
da, y, en su consecuencia, vencidos y despojados de
nuestro importante y valioso Litoral.
¿De dónde nos vino tan trascendental desas'
tre?
De nuestros propios errores; de nuestras fal­
tas personales. De que no supimos dar a la patria, la
fuerza y vitalidad convenientes para que fuese res­
petada en el exterior, ni hacer que lleve siempre a la
cabeza de sus destinos a los representantes del voto
libre'de los pueblos, a hombres competentes, para que
estuviese bien gobernada.
A evitar la repetición de aquellos sucesos, de­
be encaminarse la política internacional de Bolivia.
Para ello necesitamos:
i 9. Demarcar y fijar los límites del territorio
24 PROGRAMA DEL PARTIDO LIBER A L

boliviano con todos los Estados limítrofes, mediante


acuerdos diplomáticos sagazmente conducidos.
2". Guardar relaciones íntimas y de recíproco
interés con todas las naciones del mundo, sin subor*
diñarse a ninguna. Cuidar de comprometerse con un
Estado sólo en obligaciones convenientes y de posible
cumplimiento, así como de ser atento con sus dere­
chos y decoro, por mínimos que sean.
3’ . Agrandar y fortalecer, en cuanto se pueda,
los elementos de defensa nacional, al mismo tiempo
que hacer difíciles las agresiones de cualquier ene­
migo.
49. Definir por completo las cuestiones que te'
nemos con Chile, obteniendo para Bolivia un puerto
sobre el Pacífico,— con preferencia en el Litoral bo­
liviano sobre el peruano,— y siendo en éste, con plena
aquiescencia del Perú.
Pié ahí en resumen el plan de política externa
del partido liberal.

IV

En armonía con este programa, colaborándo­


lo, desarrollándolo, y subordinado a él con lógica tra­
bazón, tiene que ser el plan de política interna.
*
Necesita Bolivia de sagaces gobernantes y há­
biles directores de sus relaciones con los otros Esta­
dos. Debemos, por consiguiente, buscar para la geren­
cia del gobierno, personajes que ni por sus anteceden'
tes ni por su temperamento, puedan comprometer la
paz de la República, suscitándole conflictos interna­
cionales.
..

PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL

*
Tenemos que definir sus límites territoriales.
Pues, entonces, procuremos aparejarnos de documen­
tos bastantes que prueben nuestros derechos y de
hombres competentes que los hagan valer.
*
Necesitamos funcionarios probos y entendi­
dos, estadistas hábiles, soldados vigorosos y esforza­
dos. Atendamos, entonces, al engrandecimiento y en­
sanche de nuestro sistema de instrucción popular;
cuidemos de que nuestras escuelas, colegios y univer­
sidades estén de tal modo organizados y atendidos,
que correspondan a esos fines y que nos produzcan
esos hombres que darán mañana honra a nuestra di'
plomada, gloria a nuestras armas.
*
Con una población de cerca de dos millones,
apenas podemos poner en pie de guerra de 15 a 20
mil hombres, porque la raza indígena que forma la
mayor parle de aquélla es inepta para las arm as! ¿ Qué
podemos hacer? Fomentar con ahinco la inmigración
europea por una parte, y levantar por otra el nivel
intelectual, físico y moral del indio a la altura del
blanco o mestizo, mediante un sistema de instrucción
y educación, especial y hábilmente combinado.
*
Demandamos de la sociedad boliviana morali­
dad y patriotismo. Trabajemos, entonces, por digni­
ficar al artesano y al labriego, substrayéndoles de las
malas doctrinas y apartándoles de los malos ejem­
plos; hagamos por enseñarles en la escuela y en la
sociedad, a amar la patria, no para explotarla, sino
para ofrecerle algún bien, aun con perjuicio del pro-
M PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL

pío interés.
Combatamos los tres funestos electores de las
repúblicas degradadas: el rifle, el oro y el poder. A ta­
quemos el egoísmo de aquellos que, fuera de la con"
veniencia personal, no comprenden siquiera las comu­
nales. Execremos, en fin, a los negociantes políticos
que especulan con la conciencia, con el voto y aun con
la sangre de sus conciudadanos, ora para rendir la pa­
tria a los pies de un tirano o del enemigo exterior, ora
para entregarla a los furores demagógicos, ora para
sacar pingües utilidades del sudor de la nación.
Un Estado fuerte debe hallarse en la posibili­
dad de hacer frente a gastos considerables, lo cual
puede conseguirse únicamente progresando en indus­
tria y teniendo hacienda pública bien ordenada.
Como el erario vive sólo de la cuota parte con
que le provee la riqueza individual, hágase que los na"
dónales sean generalmente ricos. Foméntense las in­
dustrias agrícola, minera, comercial, manufacturera,
etc. ya mediante escuelas técnicas que deben implan­
tarse, ya mediante capitales e industrias extranjeras
que procuremos atraer. Proporciónense muchas sali­
das al exterior, aunque sea por puertos ajenos (fue­
ra del propio que, sobre el Pacífico, debemos tener),
allánense los caminos interiores, realícese la navega"
ción de nuestros ríos y esfuércese en plantear el fe­
rrocarril nacional.
Atiéndase, por otra parte, el importante ramo
de las finanzas bolivianas. Refórmense sus leyes ha­
cendarías, para que las contribuciones sean propor­
cional y equitativamente distribuidas entre los pro­
ductores ; para que el sudor del pueblo, dado en esta
forma, entre en su mayor parte en aras fiscales y no
PROGRAMA DEL ÍAftTIÍDO LIBÉkAt 2?

en bolsas particulares como agiotaje o como peculado;


para que haya orden y economía en el manejo de los
dineros del Estado. Mejórese la ley de su moneda y
emítase en la proporción que demanda el comercio bo*
liviano; hágase que los Bancos de emisión sean pres-
cindentes en las luchas de partidos, para que no tira­
nicen a éstos ni arruinen las fortunas particulares.
*
La fuerza moral y material de las naciones,
está en su unión. Luego, deben cegarse las fuentes de
discordia social en la familia boliviana, siendo el par­
tido liberal tolerante con las opiniones disidentes: evi­
tando que las cuestiones religiosas o de secta tomen
asiento entre las políticas, en una sociedad como Bo'
livia, esencialmente católica y donde el Estado prote­
ge a la Iglesia, según la Ley fundamental; mirando
las luchas de partidos como desavenencias pasajeras
que acabarán mañana por un abrazo fraternal; for­
mando, en fin, gobierno nacional para no ser exclu­
sivista en la administración, ni hostiles con los parti­
dos contrarios en el poder.
Necesitamos que la vida, la libertad y la pro'
piedad, estén a cubierto de las asechanzas y perfidia
humanas. Conviene, por tanto, fortalecer la institu­
ción de la policía de seguridad y cuidar de la correcta
administración de justicia, dictando leyes eficaces que
amparen el derecho, y encargando el poder de legis­
lar como el poder de juzgar, al saber, a la probidad,
a la honradez, a la competencia, para que no sea más
la recompensa funesta de las adhesiones políticas, ni
del espíritu de bandería, ni de los trabajos partidaris­
tas en elecciones.
¡til PROGRAMA DEL PARTIDO L IB E R A !

*
Requiere Bolivia para sii defensa una fuerza
nacional, respetable por su número y calidad, al pro'
pió tiempo que poco onerosa para su Erario. Debe,
entonces, atenderse a formar un buen núcleo militar,
en un proporcionado pero bien organizado ejército de
línea, basado sobre el principio del servicio obligato­
rio que servirá de tipo para los que se formen en ma­
yor escala. Deben plantearse escuelas militares pro­
porcionadas a nuestros recursos fiscales y conforme
a los mejores modelos que los estados civilizados
ofrecen. Deben formarse las milicias cívicas bajo un
pie tal, que con poco gasto y facilidad suma, pueda,
en su oportunidad, movilizarse un ejército numeroso
y ya perfectamente disciplinado. Deben tenerse los
parques de armamento, municiones, equipo y demás
pertrechos de guerra, convenientemente provistos.
*
Para la tranquila y pacífica marcha del país se
requiere que el gobierno sea el fruto del voto libre e
independiente del pueblo, y no de imposiciones arte"
ras o de fuerza. Apartemos, por consiguiente, del su­
fra gio popular, todo fraude y toda violencia que des­
virtuarle pudieran. Refórmese la ley electoral en el
sentido de conceder este derecho tan sólo al que dé
garantías de comprender su importancia y de su ca­
pacidad para ejercerlo con conciencia, al mismo tiem'
po que de hacer difíciles, si no imposibles, los mil frau­
des que el ingenio humano viene inventando en nues­
tras prácticas electorales. Evítese el despotismo del
'Cuerpo Legislativo que, como irresponsable de sus
actos, es mucho más funesto que el del Ejecutivo, y
como tal, exacerba grandemente el sufrimiento de
PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL

los pueblos.
*
En fin, para el desarrollo de todo este plan
se necesita de tiempo, pero no del tiempo borrascoso,
producto dejos siniestros revolucionarios, sino del
tiempo sereno, tranquilo, apacible, resultado de la con­
cordia y armonía en que coexisten pueblo y gobierno:
en una palabra, necesitamos del orden que está en el
cumplimiento de la ley, y de la paz que es su obligada
recompensa. Procuremos, en tal caso, que el Gobier
no no se aparte de la Constitución y de las leyes se­
cundarias que amparan los derechos individuales y
políticos. Castigando a los delincuentes, condenando
a los que prevarican, ahogando el abuso, ayudando a
ejercitar el bien, impidiendo que se cometa el mal, ha­
rá con tan justos procederes antes que con la fuerza
material, imposibles las revoluciones.
Que el pueblo, a su vez, observe también la-
práctica de sus obligaciones, obedeciendo a la ley, res­
petando a las autoridades constituidas y preservando
al Gobierno de los motines de cuartel o sediciones de
los partidos.
Pie aquí los múltiples objetos de política Ínter
na del partido liberal, concurriendo como radios de
un círculo a un solo centro: el engrandecimiento de
Bolivia en el interior y su respetabilidad en el exte­
rior.
He aquí la razón por qué ese partido ha toma­
do como piedra fundamental de su programa y lema
de su bandera, el orden en la ley, en contraposición al
orden en el despotismo que impudentemente procla­
man sus adversarios, y constituídose en el más firme
sostén de la paz pública.
50 PROtíkAMA D E t EAfeTlDO tlfeÉSAL

A ello ha sacrificado sus intereses partícula4


res, sus legitimas aspiraciones, su popularidad y, lo
que es más, el espíritu de la ley fundamental a la letra
muerta, para aceptar como legal y constitucional los
efectos de una perversión moral condenada por la
Constitución y por la ley.
V
Examinemos ahora todo lo que el partido li­
beral, y con su apoyo el que habla, han venido reali­
zando de lo expuesto en la teoría que antecede. Así
probaremos una vez más, que no es un charlatanis­
mo alucinador el que prQpagamos, sino que la garan'
tía de la ingenuidad de la política liberal que sostene­
mos, está en los hechos que con perseverancia practi­
camos. Es decir, que teorizamos hoy sobre nuestros
actos de ayer, al contrario de otros, que teorizan en
el presente para realizar después el programa, lo que
casi nunca se efectúa.
*
Busqué el voto libre e independiente de los elec­
tores, como base de la política moralizadora de los
pueblos y progreso de las instituciones democráticas;
y os consta, señores, que no dirigí insinuaciones a na­
die en favor de mi candidatura, ni influí sobre perso­
na alguna, sea mediante la esperanza, ofreciendo pues­
tos o ascensos a los que me apoyaren, sea mediante el
temor, amenazando a los que dependían de mi posi­
ción oficial. Por el contrario, condené, y vosotros ana-
tematizásteis ardientes, el corruptor sistema de la ve­
nalidad electoral.
*
’ Quise que fuera el Poder Supremo la fiel ex-
PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL 31

presión de la soberanía nacional, y así como hoy com­


bato el cohecho y la coacción que hacen a los presi­
dentes, fui también el primero en extinguir las revo'
luciones que eran la fábrica de ellos; y no con me­
ras palabras, discursos o escritos banales, sino con
hechos clásicos que ya han merecido notable recomen­
dación de la historia nacional.
* 1
Procuré la subordinación militar a la sociedad
civil, como condición esencial de las instituciones li­
bres; y a vosotros os consta, cómo puse la base real
de esta doctrina el 27 de diciembre de 1879, siendo yo
revolucionario pero matando al mismo tiempo las re­
voluciones y extinguiendo el pretorianismo, con sólo
haber rechazado la investidura presidencial por el
ejército, que se me venía por derecho consuetudina­
rio, y declarando que es el pueblo, no las revoluciones,
quien debe proclamar al Jefe Supremo del Estado.
* \ :
Imaginé afirmar la pas interna de la Reptr
blica, prometiendo al país desde las filas de la oposi­
ción, preservar al Gobierno de amagos sediciosos que
le impidieran realizar su programa progresista; y os
consta, igualmente, con cuanta firmeza he cumplido
mi palabra conservando la paz pública, a pesar de las
instigaciones contrarias que me venían, a pesar de
las facilidades que hallaba para turbarla, y a pesar de
la justificación que habría merecido el hecho, aten­
tos los procedimientos incorrectos de nuestros adver­
sarios, ya en el campo electoral, ya en las cámaras le­
gislativas.
M PROGRAMA DEL PARTIDO LIBER A L ¡

*
Me propuse levantar la fuerza nacional a la al­
tura que corresponde a esa institución. Y , saber cuan'
los estuvieron a mis órdenes, todo lo que hice para lle­
gar a ese fin.
Con severidad austera y sin adulación al sol­
dado ni al oficial, eduqué un ejército nacional y no
partidarista, sin embargo de estar yo de candidato,
(iradas a este ejército moral se efectuó la transmi­
sión presidencial sin movimientos sediciosos ni resis­
tencias que la entorpecieran.
La falta de un colegio militar suplí en cierto
modo: i." con una biblioteca especial cuyas bases
■ puse; 2?. con academias orales sobre principios de es­
trategia y táctica; 3<>. con la introducción de las gran*
des maniobras de campaña y simulacros de combate,
hasta entonces desconocidos; 4°. con los exámenes pre­
vios que los oficiales debían rendir para optar sus
ascensos, que antes eran graciosos; 5*. corría lectura,
enseñada a los soldados que la ignoraban. Presenté,
en fin, al Gobierno, el proyecto de reglamento de guar­
dias nacionales que hoy rige, aunque con modificacio­
nes que le han desvirtuado. Todo esto lo hice como
General en Jefe del Ejército, y contando con el asen­
timiento y apoyo del Presidente señor General Cam­
pero.
*
Quiso el partido sustituir a las oposiciones po'
Uticos de hecho las de derecho, a las de facción y ri­
fle, las de discusión.— Desde entonc'es, en la prensa
v en el parlamento, y no ya en los cuarteles o campos
de batalla, es que se ventilan los altos intereses de la
patria.
\
PROGRAMA DEL PARTIDO LIB ER A L “
r
Prensa y tribuna recomendaron al Gobierno
ti cumplimiento de la ley y le hicieron observar los
errores en que caía, y prensa y tribuna amonestaron
también al pueblo la obediencia a aquella y el respeto
al principio de autoridad.
De este modo ha marchado el país, por el ca­
mino del deber, a la paz pública de que hoy disfruta.
Los representantes del pueblo, en las Cáma­
ras, han acusado a los Ministros de Estado como res­
ponsables de sus actos administrativos, sin dañar en
nada al Presidente, a quien se le empieza a conside­
rar como invulnerable: cosa jamás vista en las tradi'
ciones bolivianas, en que opositor era sinónimo de
conspirador, oposición de sedición, y en que a una acu­
sación ministerial le seguía una revolución de he­
cho.
*
Bien veis, señores, que nuestros principios los
deducimos de nuestros propios actos, y que ningún
paso en nuestra existencia política puede calificarse
de inconsecuente con nuestras doctrinas. *
Perseverar en estas ideas, no variar el camino
que venimos siguiendo con levantado pensamiento y
convicción patriótica, tal debe ser nuestra regla de
conducta en el porvenir y tal es nuestra declaración
en el presente.
*
Resumiendo cuanto llevo dicho, he aquí el pro­
grama del partido liberal.
En política externa: cegar la fuente de futu­
ros conflictos con todos los Estados del mundo, me'
diante una.polítíca honrada, f ranca y previsora, y por
la preparación.-de la defensa nacional. Llegar a la paz
34 PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL

con Chile, sin deshonra y con salida propia al Pací­


fico.
Y en política interna, procurar el más grande
desarrollo social de Bolivia, mediante la práctica gu­
bernativa de los sanos principios de la doctrina libe­
ral, aplicados a la conducción de las sociedades civili­
zadas del mundo.

VI

Este programa que os presento ahora, pude


haberlo formulado ya en el año 83, en que exhibisteis
mi candidatura.
No lo hice así, ¿sabéis por qué? Porque sobrio
en frases y programas deslumbradores, antes que
pensar en la manera de decir las cosas, he pensado
siempre en el modo de hacerlas; porque creía indigno
de mí y de vosotros, seguir el desprestigiado derrote­
ro de los merodeadores de popularidad, pródigos en
promesas mientras esperan el voto electoral, y que
las olvidan una vez que lo han obtenido; porque no
es del hombre que se estima, ofrecer lo que por algún
- motivo no pudiera cumplir, pues debe primero medir
sus fuerzas para contraer compromisos; porque qui'
se, en fin, presentar a la Nación, antes que mis espe­
culaciones abstractas, los hechos concretos de mi vi­
da, para fundar en lo que hice ayer, lo que pudiera ha­
cer mañana y de este modo inspirar a mis conciu­
dadanos, confianza o desconfianza sólida para sus
procedimientos electorales y esperanza en el porve­
nir.
Exhibido el programa liberal, queda sometido
a vuestra consideración. No creo haber consignado
PftóG feA M A DEL PARTIDO LIBERAL 39

én él mis conceptos personales solamente, sino que


me persuado haber interpretado fielmente vuestras
aspiraciones e ideas patrióticas, en mil formas mani'
festadas por vosotros. Si me he equivocado, decíd­
melo; nada es más grato que corregir el error por ad­
vertencia del amigo.
La realización de este plan no puede depender
de sólo nosotros, ni aun siquiera de la presente ge­
neración. Formado en bien de la Patria, y no en pro­
vecho de una individualidad, su desarrollo tiene que
durar tanto como Bolivia misma. Por eso damos for­
ma concreta y permanente al pensamiento político que
será el credo del partido liberal, para que lo realice­
mos de nuestra parte en la esfera que Dios nos permi­
ta; y después, encomendemos su prosecusión a nues­
tros hijos y a los hijos de nuestros hijos como man­
dato sagrado que con veneración deban observarle.

C A R T A O R G A N IC A D E L P A R T ID O L IB E R A L

Sancionada por 1qs-H.II. Senadores y. Diputados libe­


rales concurrentes al Congreso Nacional de 1907 y
promulgada por el Jefe del Partido
DECLARACIONES

Artículo I.— El partido Liberal de Bolivia


consagra sus esfuerzos a la realización del Programa
formulado por su fundador el General don Eliodoro
Camacho, y encomienda su ejecución al patriotismo
de los ciudadanos que lo componen.
“ No se impacienta por arribar de golpe a la
conquista de todas las libertades, sino a su adquisi-
Ü PROGRAMA DEL PARTIDO L I B É Í U t

ción lenta o rápida que la ley del tiempo y las condi*


ciones sociales le permitan. Avanzar poco, o avanzar
mucho, pero avanzar siempre sin retroceder jamás,
tal es la suprema regla que le sirve de ley” . — (Pro­
grama Liberal del General Camocho).
Art. 2.— Admite en su seno a todos los ciuda­
danos bolivianos, cualquiera que sea el partido de
donde vengan, siempre que sus antecedentes sean hon­
rados y que acepten el Programa Liberal y observen
esta Carta. “ Para el liberalismo, la política y la mo­
ral son dos ciencias hermanas y no antagónicas; la
moral hace al hombre de bien y la política al buen
ciudadano” . (Progr. cit.)
Art. 3.— Propende a que la acción gubernati­
va no intervenga en la labor electoral de los parti­
dos, a fin de que los ciudadanos puedan ejercitar sus
derechos con libertad y llenar sus deberes cívicos sin
violencia. “ La verdad del sufragio es en la doctrina
liberal el derecho primordial de las sociedades cons­
tituidas bajo la forma representativa, como que sólo
por su medio puede hallarse al legislador sabio, al juez
íntegro y al mandatario ilustrado, que los pueblos de­
mandan para su prosperidad y bienandanza” . (Progr.
cit.)
Art. 4.— “ No busca este Partido el poder su­
premo para dominar al país; busca la verdad en las
instituciones democráticas para mejorar la sociedad.
No se afana por el encumbramiento de ninguna indi­
vidualidad : se empeña por el planteamiento de las bue­
nas costumbres y de los sanos principios de la políti­
ca liberal” . (Progr. cit.) Por lo mismo, jamás acepta­
rá convenios o transacciones que menoscaben la inte­
gridad de sus principios.
PROGRAMA del partido liberal Ir

DEL GOBIERNO DEL PARTIDO


---- •»>.-,
Art. 5.— El partido Liberal estará subordina­
do.
V. A la Convención;
2?.— A l Jefe del Partido;
3’ .— A l Directorio Central;
49.— A los Directorios Departamentales;
59.— A los Directorios Provinciales.

DE LA CONVENCION

Art. 6.— La Convención se reunirá a convo­


catoria del Directorio Central con el acuerdo del Jefe
del Partido y en la ciudad que éste señale. Esta con­
vocatoria se hará con una anticipación, por lo menos,
de noventa días.
Art. 7.— Son sus atribuciones:
1*.— Elegir al Jefe del Partido;
2*.— Designar los candidatos a la Presidencia
y Vicepresidencias de la República;
3".— Adoptar principios y propósitos de go­
bierno que estén en armonía con la doctrina liberal.
Art. 8.— Serán miembros de la Convención
los ciudadanos liberales que pertenezcan a alguna de
las siguientes categorías:
1. — Vocales del Directorio Central;
2. — Presidentes de Directorios Departamen­
tales ;
3. — Senadores;
4. — Diputados;
5. — Ciudadanos que alguna vez hubiesen ejer­
cido cualquiera de los anteriores cargos;
S8 PROGRAMA DEL PARTIDO LIBER A t

6. — Ex-ministros de Estado;
7. — Ex-ministros Diplomáticos;
8. — Ex-magistrados de la Corte Suprema y
de las Cortes de Distrito;
10.— Ex-rectores de Universidad.
Art. 9.— Treinta días antes d.e reunirse la
Convención, el Directorio Central se constituirá en
mesa inscriptora y calificadora de los ciudadanos li­
berales que pretendan su concurrencia a esta asam­
blea.
Art. 10.— La elección del Jefe del Partido se
verificará por sufragio directo y secreto, en una so­
la sesión y sin solución de continuidad, debiendo reu­
nir el favorecido los dos tercios de votos de los con­
vencionales presentes.
Art. 11.— Si en el primer escrutinio ningún
nombre reuniese la mayoría de los dos tercios, se re­
petirá la votación; y si después de ella tampoco hubie­
se resultado, la tercera votación se contraerá a los
que hubiesen obtenido el mayor número de sufragios.
Si todavía no se alcanzaran los dos tercios, seguirán
las votaciones, pero éstas ya serán libres, sin la res­
tricción determinada para la tercera votación, hasta
obtenerse resultado.
Art. 12.— La designación de candidatos a la
Presidencia y Vicepresidencias de la República, se ve­
rificará con arreglo a los dos artículos anteriores, en
tres sesiones sucesivas, dedicándose una para cada
designación.
DEL J E F E DEL PARTIDO

Art. 13.— Corresponde al Jefe del Partido Li­


beral.
PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL 39

i 9.— Dirigir la marcha del Partido, de acuer­


do con el Programa que sostiene y con las resolucio­
nes que adopte la Convención.
2°.— Organizar los trabajos relativos a las
candidaturas proclamadas por la Convención y los Di­
rectorios.
39.— Resolver las consultas que le dirijan los
Directorios departamentales y provinciales. . .
49.— Resolver las divergencias que pudieran
ocurrir entre las distintas agrupaciones del Partido.
59.— Tomar todas las medidas necesarias pa­
ra la mejor observancia de esta Carta, especialmente
en lo relativo a la formación de la Convención y los
Directorios.
69.— Consultar con el Directorio Central to­
das las resoluciones que juzgue conveniente adoptar
para la buena dirección del Partido y el cumplimien­
to del Programa.
Art. 14.— El candidato designado por la Con­
vención para la Presidencia de la República, asumi­
rá de hecho las funciones de Jefe del Partido, cesan­
do en ellas el que las hubiere ejercido hasta entonces.
Art. 15.— Si el candidato a la Presidencia fue­
se favorecido por la mayoría del sufragio nacional,
el Directorio Central asumirá la Gerencia del Parti­
do, hasta el momento oportuno en que se haga la de­
signación del nuevo Jefe.

DEL DIRECTORIO CENTRAL

Art. 16.— El Directorio Central ejercerá las


funciones de Consejo Consultivo del Jefe del Parti­
do, quien dirimirá con su acuerdo todas las divergen-
40 PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL

cias que pudieran suscitarse en los Directorios de­


partamentales.
Art. 17.— Tendrá su asiento en la ciudad en
que el Jefe del Partido fije su residencia, y constará
de ocho miembros, uno por cada Departamento.
Art. 18.— El Jefe del Partido presidirá al Di­
rectorio Central, sin perjuicio de que éste nombre su
Presidente, para que en ausencia de aquél dirija sus
sesiones.

DE LOS DIRECTORIOS D EPARTAM ENTALES

Art. 19.— Habrá en cada capital de Depar­


tamento un Directorio, que tendrá a su cargo:
19.— La ejecución de las resoluciones que to­
men el JeLfe del Partido y el Directorio Central.
2".— La organización y dirección de los tra­
bajos electorales del Departamento.
39.— La designación de candidatos a los pues­
tos públicos del Departamento que se alcanzan por el
sufragio popular.
49.— La información, al Directorio Central,
del desenvolvimiento del Partido y del estado de la
opinión, así como de las medidas de importancia que
hubiese adoptado o que juzgase necesario adoptar.
DE LOS DIRECTORIOS PRO VIN CIA LES

Art. 20.— Habrá en cada capital de Provin­


cia un Directorio, que tendrá a su cargo:
i 9.— La ejecución de las resoluciones que to­
me o que le trasmita el Directorio Departamental.
29.— La organización y dirección de los traba­
jos electorales de la Provincia.
PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL 41

39.— La designación de candidatos munici­


pales.
49.— La información, al Directorio Departa­
mental, de la marcha del Partido y el estado de la opi­
nión pública.
'<
D ISPO SIC IO N ES GENERALES

Art. 2i.— Los Directorios se sujetarán a las


prácticas de los cuerpos colegiados; y no podrán ha­
cer designación de candidatos si no es por acuerdo de
las dos terceras partes.
Art. 22.— Las personas notables del Partido
podrán ser llamadas al seno de los Directorios, con voz
y voto, cuando éstos lo estimen conveniente.
Art. 23.— Es prohibida la acumulación de car­
gos ; y se declara, desde luego, incompatible la desig­
nación de una misma persona para candidato a la Mu­
nicipalidad y la Legislatura.
Art. 24.— Se recomienda a los ciudadanos li­
berales la estricta observancia de esta Carta Orgá­
nica, en la convicción de que así como el bienestar y el
progreso de los pueblos se funda en el austero cumpli­
miento de las leyes que se dan, la fuerza y la cohe­
sión de los Partidos depende también de la lealtad con
que ellos cumplen las reglas que se imponen.
Se les recomienda, además, el ejercicio cons­
tante de las prácticas democráticas, porque ellas con­
fortan el espíritu del pueblo y le mantienen siempre
apto para las prestaciones cívicas. Se les reitera esta
recomendación para todas las situaciones de la vida
del Partido Liberal: si está en minoría, para que n<>
desfallezca, y si está en mayoría, para que no se ener-
M PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL

ve, porque la prosperidad suele corromper a los par­


tidos como a los individuos.
Finalmente, el Partido Liberal ha de acatar
este dogma:
“ Los principios que sustenta la escuela libe­
ral se cifran en los derechos individuales que ampa­
ran la vida, la libertad, el honor y la propiedad del
hombre, en la soberanía del pueblo, el sufragio po­
pular consciente y depurado, la descentralización ad­
ministrativa y municipal, la concentración y unidad
política, la tolerancia de opiniones, la instrucción
obligatoria para el pueblo y gratuita por el listado, la
libertad de la palabra, la libertad de la prensa, la li­
bertad de asociación, la libertad de trabajo, la invio­
labilidad de la conciencia” . (Progr. cit.)
La Paz, 27 de diciembre de 1907.
Fernando E. Guachada.

C O N TR IB U C IO N P R IN C IP IS T A A L A R E O R ­
G A N IZA C IO N D E L P A R T ID O L IB E R A L

José Luis Tejada Sor sano.

Ningún momento más señalado y oportuno que


el que atraviesa actualmente Bolivia para reafirmar,
proclamar y difundir la ideología liberal. Entre to­
das las tendencias políticas que pueden disputarse en
la hora presente el predominio sobre la conciencia bo­
liviana, es la liberal, asentada sobre la ancha y sólida
base de tolerancia y el progreso evolutivo, que deriva
de su esencia misma, la que mejores horizontes de
bienestar puede deparar a la Patria. Si Bolivia, en el
momento en que su reconstrucción se impone después
PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL 43

de los desastres de la guerra y de la paz, cae, como


lautos pueblos, en el torbellino de extremismos políti­
cos, sociales, religiosos y raciales, la vida nacional le­
jos de moverse vigorosa y llena de fe, buscando de­
rroteros de felicidad, se trocará en una máquina de
opresión que rebaje la dignidad del ciudadano convir-
ticndolo de ente consciente y libre en instrumento me­
cánico de ajenas concupiscencias y ambiciones, extra­
ño a las atracciones nobles de su propia determina­
ción, y subalternizado en su albedrío hasta ocupar el
bajo nivel de un paria.
Pasa sin duda el mundo por una crisis honda
de falta de libertad. El nacionalismo exaltado hasta el
límite mismo que cobraba en la selva el instinto ex-
cluyent» de vida que dominaba al hombre primitivo,
persiste en quitar brillo a las más bellas páginas del
progreso y de la cultura humanas, induciendo a rene­
gar de la vida organizada del derecho, para modelar
de nuevo la sociedad bajo el imperio de la fuerza,
sin otro programa que el de su empleo como elemento
de hegemonía y de superación, así en lo interno como
en lo internacional.
América no comulga, no puede ni debe comul­
gar en esos altares. Acá en un continente dotado por
la naturaleza con los más preciados dones, surge es­
pontáneo el deseo de organizar sociedades libres, que
en noble emulación de. cultura y de actividad inteli­
gente, utilicen todos los enormes recursos naturales
que están al alcance de sus manos, para mejorar día
a día sus condiciones de vida: para labrarse indepen­
dencia y para utilizar con el destello espiritual, el
tiempo y las energías que la munificencia de la natu­
raleza americana permiten al hombre substraer a la
44 PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL

tarea diaria, cuando en medios menos pictóricos de re­


cursos deben ellos absorberse por completo para ga­
nar muy estrechamente el sustento material.
No es frase vana ni romántica aquella que ca-,
lifica América como el continente llamado a ser el
campo más fecundo para la democracia. Hay por do­
quier en su vasta extensión las mismas condiciones
básicas y los mismos factores esenciales para asegu­
rar la felicidad de comunidades en plenitud de la vida
libre, abiertas por entero a la cooperación de hom­
bres sanos de alma y cuerpo que se asimilan a ellas,
a condición tan sólo de venir decididos a ejercitar sus
virtudes, seguros de obtener como premio abundancia
material y paz espiritual.
Buena parte de esa perspectiva real y atrayen­
te comienza a ser ideológicamente comprometida en­
tre nosotros por la infiltración de doctrinas y dogmas
exóticos, germinados en medios inhóspitos donde el
hombre apto y fuerte no halla manera de utilizar sus
energías y convierte bajo la presión hostil y persis­
tente del medio en odios profundos imborrables; y
en que defectuosas, fallas milenarias de organización
se tornan en fuentes de miseria: en almácigos de per­
versidad, de intolerancia, y de incomprensión.
Todas esas ideas importadas a la manera de
plantas cuyos tallos espinosos y anudados denuncian
claramente lo paupérrimo y difícil del medio en que
germinaron, no debieran ser susceptibles de trasplan­
tarse a centros tan pictóricos de recursos y tan abun­
dantes en posibilidades de vida, como el nuestro, y de­
bieran morir inadaptables, a su simple contacto, co­
mo ocurre cuando un espino sacado del erial se tras­
planta a vegetar en la riqueza misma del suelo acari-
kW

PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL 45

ciado por los esplendores del clima tropical.


El liberalismo con sus atributos de crítica li­
bre, y de propaganda persuasiva, representa el antí­
doto cabal para evitar el envenenamiento paulatino
de la sociedad boliviana, que será fatal y alcanzará
contornos de tragedia, si se deja que los huracanes de
la desesperación y del odio aventen sobre el alma de
los bolivianos los virus de destrucción que se aclima­
tan en condiciones de vida diametralmente opuestas a
las nuestras, ocasionando deformaciones de espíritu
inaceptables con nuestra manera de ser y con las po­
sibilidades de nuestro ambiente.
Vulgar ya a fuerza de ser repetido entre no­
sotros, es el concepto de que la hora del liberalismo ha
pasado en el mundo y que el pueblo que se aferre a ese
credo inerte y pretérito se expone a paralizar su pro­
pia vida y desviar sus energías por sendas anticuadas
y derruidas que no llevan al progreso.
Bien puede oponerse a tal afirmación enfáti­
ca, la política positiva de las más grandes democracias
del orbe, encuadrada buena parte de ella dentro de
marcos de un liberalismo ya consolidado, adaptado
cada día mejor a las nuevas condiciones de vida que el
desarrollo de la riqueza y el aumento de la pobla­
i
ción han traído al mundo.
A l frente de los excesos de la intolerancia y los
deavíos del extremismo, pueblos que se alistaron en el
plano de nuevas ideologías vuelven a buscar en el jue­
go libre de disciplinas liberales, el justo medio capaz
de imponer a la sociedad, estabilidad, y al ciudadano
amparo en sus derechos esenciales, sin los que su rol
jiumano queda no sólo desconocido sino anulado.
¿\1 reorganizar la, agrupación política liberal

,4
46 PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL

en Bolivia, se hace indispensable anal:zar ele nuevo


aquello que el liberalismo tiene d- esencial, confron­
tándolo con la situación present del país y con las
lecciones que puedan tomarse de extraña fuente, de­
lineando no un nuevo espíritu, sino las nuevas moda •
lidades que debe mostrar en esta hora interesante y
grave para la nacionalidad.
Ño constituye el liberalismo, a diferencia de las
doctrinas extremistas, que hoy luchan por apoderarse
del mundo, un sistema o un conjunto de objetivos que
de modo automático y por un solo enunciado puedan
aplicarse o desarrollarse en un país determinado o en
todas las situaciones y países sujetos a su influjo. En
ello radica precisamente su fuerza de supervivencia
y de adaptabilidad a medida que las condiciones del
medio social cambien y evolucionen. .
Dilucidar fundamentalmente este punto, equi­
vale a sentar la base inconmovible de lo que el libey
ralismo representa en sí y de todas las aplicaciones y
desarrollo de que es susceptible cuando, elegido como
rumbo tutelar para el desarrollo de los pueblos, es
llamado para modelar sus instituciones, para inspirar
sus leyes y para resolver sus problemas.
El liberalismé no es pues en sí un sistema, re­
presenta tan sólo un concepto espiritual, siempre claro
e invariable como principio, susceptible de cambios
y de una permanente evolución a medida que se pone
en contacto con los problemas que al influjo suyo de­
ben resolverse buscando los medios para llegar al ob­
jetivo deseado. Esta es su esencia. Ese, su trascenden­
te e indiscutible valor social. Esa la condición que le
brinda perdurabilidad y eficacia a través de los tiem­
pos, pese al cambio constante y a veces radical que su-
PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL 47

fren las sociedades.


Confundiendo intencionadamente épocas di­
ferentes, cerrando los ojos a todo análisis y volviendo
la espalda a las realidades más tangibles, se persiste
en desprestigiar al concepto liberal, sembrando des­
confianza acerca de su acción. Se afirma que nacido
como fruto del interés personal, su campo propicio
fué el individualismo más absoluto, y que debilitada
hoy la acción puramente individual para encaminar
las actividades del mundo moderno, que exigen coo­
peración y combinado esfuerzo, el liberalismo es ideo­
logía del pasado, inadecuada e inaceptable a la situa­
:| ción actual.
Indagamos que hay de positivo en esos rotun­
dos y difundidos postulados. El liberalismo nació
efectivamente como reacción en amparo de la perso­
nalidad humana, que como resultado de varios siglos
de absolutismo carecía propiamente de derechos, y
sólo se había tomado en cuenta como sujeto de obli­
gaciones para rendir trabajo y contribuciones en. fa ­
vor de quienes se habían constituido en dueños abso­
lutos de la personalidad. Al formular los principios
básicos de libertad, igualdad y fraternidad, el hombre
se arrancaba de ese pasado de oscurantismo y escla­
vitud, y colocaba los cimientos indestructibles de un
nuevo estado social en que, sujeto de derecho, por la
sola causa de su nacimiento, desde su niñez el Esta­
do tenía la obligación de protegerlo en su integridad
física y moral, teniendo derecho de utilizar sus facul­
tades para el trabajo y de disponer libremente del fru­
to que de él obtuviera, contribuyendo finalmente con
su intervención a la formación de los poderes públi­
cos por medio del sufragio universal.

i
48 PROGRAMA DEL PARTIDO LIBER A L

La sociedad, en los albores de ésa riiieva era,


reaccionó contra una organización gremial, típica del
medievo, que al suprimir la iniciativa particular al
pueblo, atribuía ésta como privilegio exclusivo de los
poderosos.
El liberalismo entonces, por impulso natural
de la reacción de principios y de prácticas sociales que
importaba, asumió una forma individualista. El hom­
bre dentro de la sociedad debía gozar de libertad tan
amplia, que sólo se detuviera cuando en su ejercicio
llegara a encontrarse con el ajeno derecho. El Estado
de su parte, garantizando la vida jurídic'a de la na­
ción, debía tener el papel pasivo de presidir todas las
actividades individuales y asegurarlas sin intervenir
en su libre desarrollo.
La igualdad de derechos ante la ley representó
entonces la expresión más cabal para mantener a fa­
vor de todos los asociados una perfecta igualdad de
oportunidad. En la lucha de predominio individual que
era consecuencia de ese concepto, debían distinguir­
se y primar los más aptos, y los mejor dotados de ini­
ciativas, de energías, de persuación y de orden, y así
la sociedad propendería alcanzar planos superiores
de bienestar.
Empero, el Estado dentro del concepto moder­
no de liberalismo deberá tener un papel activo para
modificar las desigualdades sociales por medio de la
educación, por prestación directa de recursos, por eje­
cución de obras y por el apoyo a instituciones que coo­
peren con el ciudadano en el desarrollo y aplicación de
sus energías en bien de la colectividad. Asimismo, lle­
var a la práctica esas iniciativas, podrá y deberá el
Estado tomar parte directa en la realización de tales
PROGRAMA DEL PARTIDO LIBER A L 49

fines, hasta que resulte conveniente o recomendable


entregarlas a la actividad privada, reservando en tal
caso, para la colectividad privada sus legítimos be­
neficios.
Y a el liberalismo de Bolivia, tan criticado por
sus adversarios como eminentemente individualista,
tomó en el gobierno los nuevos derroteros, y así 'para
sólo citar ejemplos salientes, hizo intervenir al Estado
eficazmente en el régimen de la moneda, restando de
la propiedad particular medios y elementos que eran
indispensables para mantener su estabilidad y valor.
Con igual criterio auxilió la construcción de la red fe­
rroviaria y luego inició por acción dihecta fiscal el tra­
bajo de nuevas líneas; cuando los problerhas sociales
se manifestaron, en igual forma y para conjurar sus
consecuencias, se organizó la Caja de Seguro Obrero,
llamada a eliminar los conflictos entre el capital y el
trabajo y a crear una fuerza económica nacional utili-
zable en favor de los mismos trabajadores para elevar
las condiciones de vida ; asimismo llevó a la práctica el
reajuste de la Deuda Hipotecaria del país, disminu­
yendo a favor de los deudores el alto tipo de interés
que beneficiaba a las instituciones que operaban a ba­
se de la propiedad inmueble. Y así dentro de ese crite­
rio ya ideológicamente expuesto y tangiblemente de­
mostrado en muchas ocasiones, el liberalismo debe
continuar sosteniendo en su programa, invariablemen­
te, los atributos de la personalidad humana, tendien­
do a hacer de Bolivia una democracia, que se desen­
vuelva dentro del orden y de la libertad a base de la
intervención consciente del ciudadano en la forma­
ción de los poderes públicos; para ello no debe cejar
hasta que se halle rodeado el sufragio, base de toda
Só ,m ■*)
PROGRAMA DEL PARTIDO L IB É k A L

organización democrática, de máximas garantías,


persistiendo en que la cédula del ciudadano sea posi­
tivamente un documento de identificación fácil e in­
mediata y extirpando las prácticas del cohecho y de
la presión oficial en su ejercicio y acordando paula
tinamente el derecho de sufragio a la mujer.
Asimismo proclamar y sostener la libertad de
prensa como base de cultura pública y de propagan­
da principista, sin otra limitación que la de fijar y ha­
cer efectivas las responsabilidades consiguientes con­
tra quienes abusen de ese derecho, desviando la pren­
sa de su labor cultural, para tornarla en instrumento
de odios, de calumnias y de injurias.
Mantener intangible el derecho de reunión que
enseña al ciudadano a buscar en defensa de sus idea­
les la cooperación y el buen entendimiento que son
elementos esenciales de éxito en una democracia or­
ganizada.
Dar a la propiedad un sentido de servicio so­
cial, sin atacar el derecho de adquirir bienes, de po­
seerlos y de beneficiarse con sus frutos.
Garantizar con toda amplitud la libertad de
creencias y de prácticas religiosas, evitando tan sólo
la lucha de credos que es señal de intemperancia y de
exclusivismo, incompatible con la igualdad de dere­
chos que en ese terreno corresponden a todos los hom­
bres cobijados bajo la bandera y las leyes nacionales.
En resumen, debe trazar el plan de constituir
siempre una fortaleza enhiesta contra el despotismo,
lo mismo individual que colectivo.
Para la realización de estos postulados, el li­
beralismo en Bolivia, debe desde la oposición desve­
larse por hacer propaganda principista en relación
PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL 51

;on los altos interesas p i vio.-, enunciados e i su pro


irania, y desde el gcc i ; c ■ •lond d b .ifanars- pe.
llegar nuevamente a i>a>< e» ..poyo de la c.
ría, traducir a la pr V ic u programa no sólo para
completar la obra qiu ya zo realidad en los diferen­
tes períodos presidenciales que correspondió presidir
a sus personeros, sino también para rehacer mucho de
lo que incorporó penosamente el acerbo del país y que
la incomprensión y falta de honestidad cívica com­
prometieron y aniquilaron.
Ninguna alteración cabe en la base que adop­
tó el prograpia histórico trazado para el Partido por
su fundador el General Camacho, por lo que se refie­
re a la condición del ciudadano dentro de la democra­
cia. El liberalismo en su nueva etapa de vida, debe
oponer un frente inexpugnable a todos los sistemas,
que exaltando la concepción del Estado quieren hacer
de él el Moloc de la vida cívica, al cual deben sacrifi­
carse todos los derechos y los bienes y ha&ta la vida
de los ciudadanos. La democracia, tal como la con­
cibe y trata de mantenerla organizada, la escuela li­
beral, aspira a que dentro de ella, el ciudadano obten­
ga siempre el respeto de sus derechos inalienables,
teniendo a su alcance los medios para dignificarse y
fortalecerse, para ser cada día más libre, dentro del
orden y del respeto a los derechos ajenos, y para lo­
grar en forma creciente una capacidad mayor para
gozar de los bienes que la vida le ofrece, así como pa­
ra asegurar su destino contra las contingencias de lo
imprevisible.
El liberalismo deberá pues mantener la perso­
nalidad humana y su dignidad como base del sistema
de desarrolle» de la sociedad, pero al frente de la com­
52 PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL

plejidad de la vida moderna, palpando los cambios


sustanciales que el desarrollo de la riqueza ha traído
consigo, analizando con realismo exento de pasión las
desigualdades que la diferencia de educación y la gra­
dación de capacidades para el trabajo importan, debe­
rá concebir el Estado y modelarlo, abandonando su
actitud pasiva de los tiempos primitivos, para susti­
tuirla por una intervención constante y directa que
no amengüe la iniciativa ni entrabe las actividades
del ciudadano, mientras él las dedique a labores so­
cialmente lícitas y las desenvuelva sin representar un
obstáculo para que la nación como conjunto obtenga
los fines de felicidad colectiva, de cultura y de bien­
estar económico que son los ideales inmutables de la
vida, tendiendo a que los demás asociados no sientan
sus actividades personales contrariadas, anuladas o
desviadas por privilegios odiosos o por la concentra­
ción de una desproporcionada potencia social en de­
terminadas únanos. Ese es el papel del nuevo liberalis­
mo, que desdoblando su filosofía y adaptándola a las
nuevas condiciones de la sociedad, aspira a que bajo
la égida del Estado, se mantenga siempre abierta una
igualdad de oportunidades a favor de todos los aso­
ciados y se ejercita la libertad y la competencia indi ­
viduales, sólo hasta donde ella tropiece con idéntica
libertad ajena.
El programa liberal teniendo siempre en mira
esos postulados fundamentales, debe formular un
marco principista para todo lo que en la situación pre­
sente puede preverse como actividad social y como
labor eminente del Estado para asegurar el desarro­
llo de Bolivia y el bienestar de los hombres que vivan
bajo el amparo de sus leyes,
PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL
53

Ese programa principista no debe descender


al detalle en la forma de encarar y realizar cada pro­
blema. El liberalismo de Bolivia debe sin duda anali­
zar los problemas generales y contemplar una solu­
ción propia para cada uno de ellos, pero siguiendo el
ejemplo de las grandes agrupaciones políticas del ex­
tranjero, deberá inscribir en su carta orgánica, la
obligación de votar, toda vez que la asociación haya
de intervenir en la formación de un nuevo gobierno,
una plataforma electoral del partido en la cual se enu­
meren y se detallen los problemas que requieren in­
mediata atención y se fijen las soluciones tangibles y
concretas que el partido desee aplicar a cada uno de
ellos a la luz de su ideología principista. Tal plata­
forma, aprobada por sus órganos dirigentes, deberá
ser obligatoria para las personas que el partido elija
como personeros sayos en el gobierno. De esa suerte,
el programa del partido presentará la enunciación
ideológica de todo lo que el liberalismo como doctrina
y como acción ambiciona para Bolivia; p:ro las plata­
formas electorales entrarán en el detalle de los me­
dios, de la oportunidad y de la forma cómo cada pro­
blema deberá resolverse. Habrá de esta suerte la mis­
ma correlación y engranaje que existe entre los prin­
cipios fundamentales que la carta orgánica de las na­
ciones enumera como inherentes al ciudadano y las
disposiciones detalladas y concretas de los códigos
que fijan la estructura y el alcance de cada derecho y •
señalan las condiciones para su ejercicio, para su de­
fensa y para su reivindicación.
En consecuencia, ser liberal significaría decir
que se ha elegido como línea de conducta, en lo indi­
vidual y en lo social, el reconocimiento de que todos
$4 p r o g r a m a d e l p a r t id o l ib e r a l

los hombres son entes con idénticos derechos para


desarrollar su propia personalidad,- mientras estas
atribuciones no-se hallen reñidas con los intereses su­
periores de la colectividad.
La Paz, 25 de Septiembre de 1938.

PR O G R A M A M INIM O DE A C C IO N IN M E D IA ­
T A D E L P A R T ID O L IB E R A L
I .---- ACCION ELECTORAL

i*.— Levantamiento del estado de sitio por


ser contrario este régimen de emergencia al desarro
lio libre y garantizado del proceso electoral.
2’ .— Amnistía general para todos los sindica­
dos por conatos contra el orden público, permitiéndo­
se la reintegración al país de todos los ciudadanos que
hayan sido extrañados o confinados por motivos polí­
ticos.
39.— Reconocimiento pleno de los derechos
fundamentales de reunión, propaganda política y li­
bertad de prensa.

I I.— ACCION SOCTAL

Sustentar ante el próximo parlamento las si­


guientes reformas sociales urgentes:
' a) Política orgánica fundada sobre bases fi­
nancieras prácticas y efectivas para la construcción
de casas de tipo económico, las que se adjudicarán a
familias y obreros de mediana y modesta condición
económica, teniendo en cuenta la capacidad real de
pago de los interesados,
Pr o g r a m a d e l p a r t id o l ib e r a l 65

b) Estatuto, escalafón y estabilidad del em­


pleado público sobre la base de la competencia, de la
eficiencia y de la honorabilidad funcionaría.
c) Creación del salario y suplemento de suel­
J* do familiar para la protección de las familias, sobre
ia base del número de hijos menores.
¥. d) Institución del descanso minero periódica­
* mente obligatorio, a fin de reparar el organismo de
1
los que trabajan en calidad de barreteros, perforis-
tas y labores similares.
e) Fijación del salario mínimo por zonas y
clases de labores mineras y adopción de un mínimo
de standard de vida.
•§> f) Organización del servicio nacional cjp visi­
i tadoras sociales de los centros mineros e industriales
en general, encomendada a la Cruz Roja Boliviana u
otras entidades similares.
f/ g) Labor cultural y sanitaria en las zonas
f. agrícolas mediante misiones médicas ambulantes pro­
.■:.' vistas del material sanitario indispensable.

IIT .---- ACCION ECONOM ICA

i".— Garantías reales y amplias fundadas so­


bre la fe del Estado para los capitales extranjeros y
nacionales.
2°.— Unificación de los impuestos a la mine­
ría y disminución de las tasas actuales que perjudi­
can a la industria-extractiva, especialmente a la me­
diana y pequeña minería.
3°.— Leyes protectoras para la pequeña y me­
diana minería y explotación de minerales pobres, dis­
minuyendo o suprimiendo los impuestos actuales e
5o l'ROCUAMA DEL partido liberal

Implantando fletes ferroviarios diferenciales.


4''.— Reorganización bancaria y monetaria
mediante la creación de un banco de fomento indus­
trial y comercial manteniéndose el actual Banco Cen­
tral con la función única y exclusiva de dirigir la emi­
sión y circulación monetaria y la regulación del cré­
dito.
5V.— Creación de un Banco de Seguros que
centralice los recursos de las actuales cajas sociales
y facilite la extensión del seguro social y material a
todas las actividades del trabajo y de la producción.
6-.— Reorganización fiscal del sistema hipo­
tecario a fin de que el crédito a largo plazo se ponga
al servicio de la edificación urbana, vivienda fami­
liar y obrera y fomento agrario, en condiciones de
promover una transformación en los métodos credi­
ticios aplicados al bienestar social.
JV.---- ACCION DE D EFENSA ECO N O M ICA, PO L IT IC A Y
M IL IT A R

i".— Siendo la industria minera base esencial


de la economía boliviana interesa grandemente al
país la adopción de un plan orgánico de defensa que
evite los peligros actuales y de post-guerra, de des­
valorización y paro de las explotaciones mineras. Al
efecto se sugieren las siguientes medidas:
a) Reanudación inmediata de las gestiones
encaminadas a la prórroga con aumentos equitati­
vos de precios.
bj Estudio y financiación de ún plan adecua­
do que permita la acumulación de la producción mi­
nera mientras pueda obtenerse un mercado conve­
niente para su venta. (B u ffer Stock).
PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL 57

c) Gestión de acuerdos internacionales con las


naciones americanas para la adopción del principio
de protección de las materias primas naturales, co­
mo el estaño, wolfram, antimonio, goma elástica, qui­
na y otras en calidad de defensa continental contra el
peligro de los sustitutos sintéticos que amenaza ani­
quilar la producción de las naciones americanas que,
como Bolivia, tienen basada su vida en la explotación
de aquellas riquezas naturales.
d) Fomento y protección de la agricultura y
ganadería y la adopción de un plan de política camine­
ra y petrolera que permita al país utilizar sus recur­
sos naturales para el abaratamiento del costo de vi­
da y de las explotaciones mineras y forestales.
c).— Las cuestiones de defensa política y mi­
litar, son temas naturalmente reservados que se ha­
llan en manos del Comité Nacional del Partido, para
ser oportunamente expuestos a la Cancillería y al
Parlamento y en su caso, al Estado Mayor General.
Los puntos concretos del programa de acción
mínima e inmediata arriba expuestos, quedan libra­
dos al patriotismo y a la lealtad de los personeros del
Partido ante el Parlamento y la prensa.
La Paz, 18 de mayo de 1944.

PR O G R A M A D E A C C IO N D E L P A R T ID O
L IB E R A L
LA CONVENCION N A CIO N A L DEL PARTIDO LIBERA L DE
BOLIVIA

Considerando:
Que habiéndose iniciado desde la conclusión
de la última contienda mundial, una nueva era en la
88 PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL

evolución de los fenómenos sociales, considera útil y


conveniente que el Partido Liberal revise su progra­
ma de acción política, acomodándolo al momento his­
tórico, a las nuevas corrientes, necesidades y aspira­
ciones, tanto en servicio de la cultura y del progreso
generales, cuanto en el de los derechos e intereses su­
periores del individuo y de la colectividad.
Que uno de los más graves y angustiosos ma­
les de esta época, es el de la incomprensión, derivado
de presentar mal planteados los problemas, errónea­
mente deslindados los campos, ya por desconocimien­
to, deliberado o no, de sus factores y antecedentes, ya
por estrategia partidista, ya en fin, a causa de sim­
ples inexactitudes, confusionismo o abusos de lengua­
je-
Que, a su vez, una de las consecuencias más
dañosas de ese hecho, es la propensión sistemática a
formular y discutir esos problemas mediante la opo­
sición de unilateralismos arbitrariamente concebi­
dos.
Que, en consecuencia, volviendo por los fue­
ros del liberalismo, es inaplazable precisar su verda­
dera posición ideológica, histórica y política, como es­
cuela y como partido.
Que debe por tanto dejarse categóricamente
establecido, que el liberalismo es una tendencia esen­
cialmente evolucionista, renovadora y constructiva,
históricamente surgida para oponerse a las fuerzas
conservadoras y regresivas, simbolizando por lo mis­
mo la creación vitalizante y progresista frente a las
tendencias retardatarias e intolerantes, esto es, la ac­
ción, antítesis de la reacción.
Que “ los verdaderos intereses sociales y los
PfeOGkAMÁ bÉL PAfeTÍDO LIBERAL

verdaderos intereses individuales, no son recíproca­


mente exclusivos sino mutuamente inclusivos, ya que
todo fin social legítimo encuentra su fundamento en
el individuo, y todo fin personal legítimo tiene un
contenido social y universal por lo que en realidad to­
do lo que es antisocial, es anti-individual, y lo que es
anti-individual, es anti-social.
Que en un sistema liberal auténtico, cada in­
dividuo, a la vez que aspira a la consecución del ma­
yor bien personal coopera a la del mayor bien social;
y que el liberalismo, tratando siempre de buscar el
equilibrio entre las fuerzas sociales de acuerdo a esa
concepción, propende a cimentar una verdadera ar­
monía social, basada en la proyección espontánea de
la actividad privada en los intereses colectivos, y de
éstos en aquélla, y en un esfuerzo trascendental por
“concentrar el mundo en el hombre y por dilatar el
hombre en el mundo” .
Considerando finalmente, que el liberalismo
significa estado universal progresivo, libre crítica, se­
renidad y tolerancia, marcha constante hacia la co­
munidad jurídica humana, y por tanto, anticipación
y renovación incesante bajo el signo de la libertad con­
formada en el orden y dirigida al ideal.
Declara:
i'\— Que el Partido Liberal de Bolivia, lejos
de ser un partido conservador o reaccionario, es y ha
sido siempre un partido revolucionario dentro del
concepto evolutivo.
2°.— Que rechazando por igual todos los ex­
tremismos, pretende constituir el dogma de la demo­
cracia bajo las formas más acrisoladas y selectas de
organización social, política y económica, propen-
Su PROCkAMÁ m ÍARTlbÓ UfeÉkAL

diendo a la solidaridad nacional e internacional, den­


tro de un amplio sentido humano, de suerte que la de­
mocracia sea “ la expresión política de la razón” .
3V.>— Que incorpora desde luego a su credo po­
lítico y 'propugna las cuatro libertades proclamadas
por Koosevelt.
4’ .— Que ve por tanto la necesidad de formu­
lar una nueva declaración de principios, que dará a
conocer al país mediante manifiesto expreso, y de re­
dactar consiguientemente, un nuevo programa de ac­
ción política, y hacer un llamamiento cordial a incor­
porarse a sus filas a todos cuantos comulguen con sus
principios.

P R O G R A M A D E ACCTON D E L P A R T ID O
L IB E R A L
’ -r.
I . — ACCION PO L IT IC A

i 0,— Reafirmación de las cuatro libertades de


Roosevelt: la libertad de pensar y de expresarse, Ja
libertad de conciencia y de culto, la libertad de vivir
a salvo del temor y a cubierto de las necesidades. Res­
peto absoluto a la vida humana, a su dignidad y atri­
butos.
29.— Los partidos políticos son entidades de
derecho público, cuya función esencial es actuar per­
manentemente en los negocios del Estado e intervenir
en la constitución de los poderes públicos, .como órga ­
nos indispensables de la forma representativa de go­
bierno.
3P.— Libertad de sufragio, a base de la más
absoluta neutralidad gubernativa.
PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL

49.— Revisión de la Ley Electoral.

ir.-— ACCION SOCIAL

i".'— El derecho al bienestar individual, es la


liase de la seguridad social.
2°.— Legislación tendiente a estimular la
construcción de casas de tipo económico, que se pon-
gan al alcance de profesionales, empleados y obreros
de mediana y modesta condición económica, y de ca­
sas de alquiler para contribuir a la solución del pro­
blema de la vivienda.
3".— Igualdad de todas las clases sociales en
cuanto a sus derechos y obligaciones. Condenación
de toda lucha contraria a la armonía y unidad nacio­
nales.
4".— Generalización del subsidio familiar pa­
ra todos los asalariados. Medidas que tiendan a la
efectiva protección de la familia.
5°.— Protección de los derechos del Niño y
de la Madre (Declaración de Ginebra). Legislación y
Tribunales de menores. Modificación del sistema pe­
nitenciario, con creación de reformatorios para delin­
cuentes menores.
6°.— Regulación del salario mediante comisio­
nes paritarias permanentes. Participación de emplea­
dos y obreros en las utilidades líquidas de las Empre­
sas Comerciales e Industriales.
79.— Elevación del standard de vida del pue­
blo y de su nivel de alimentación.
8?.— No intervención del Estado en el funcio­
namiento sindical con fines de proselitismo político o
personal. ,
«2 PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL

9?.— Legislación migratoria. Fomento de la in­


migración selecta.
lo’ .— Legislación sanitaria. Salubridad de las
poblaciones y atención médica del poblador abori­
gen.

I II .— PO LITIC A AGRARIA '


__ - /
I 9. — Alfabetización del campesino para incor­
porarlo a la vida civil y política del país y acción pro­
tectora del Estado para su desarrollo físico, moral y
económico.
29.— Enseñanza general técnica y de carácter
práctico, a fin de capacitar y preparar para las tareas
rurales e industriales del país a los obreros y campe­
sinos.
39.— Fomento de inmigración en las zonas
agrícolas, especialmente las orientales. Política ten­
diente a conseguir el retorno de las masas indígenas
al agro.
4?.— Intensificación de las obras de regadío
que mejoren y extiendan el área cultivada.
5o.— Labor sanitaria en las zonas agrícolas.
6\— Garantías para la propiedad y el traba­
jo rurales, dictando medidas adecuadas para la obli­
gatoriedad y la intensificación de la producción agro­
pecuaria.
79.— Legislación agraria que determine espe­
cialmente los derechos y obligaciones entre propieta­
rios rurales y campesinos.
8V.— Fomento intensivo de la producción agrí­
cola, ganadera, forestal y derivados. Fertilización de!
altiplano.
PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL
r
99.— Justicia económica para el productor
agropecuario nacional y estímulo a la producción de
materias primas de origen vegetal y animal.
io9.— Reforma de la Legislación crediticia de
fomento agrario y elevación del capital del Banco
Agrícola. Leyes protectoras para la industria agro­
pecuaria mediana.

IV . — ACCION CULTURAL
r •

i 9.— Plan de edificaciones escolares que per­


mita a cada escuela disponer de un local propio.
29.— Sostenimiento de la autonomía univer­
sitaria y restablecimiento de la autonomía educacio­
nal.
39.— Establecimiento en toda la República de
escuelas profesionales de Artes y Oficios y de Cole­
gios Secundarios Nocturnos.
49.— Extensión universitaria. Fomento de la
cultura. Creación de Seminarios científicos.
59.— Legislación Filológica. Defensa del idio­
ma nacional.
V. - ACCION ECONOM ICA

i 9.— Garantías reales y amplias basadas en


la fe del Estado y la inviolabilidad de sus compromi­
sos, para los capitales nacionales y extranjeros.
29.— Leyes protectoras para la pequeña y me­
diana minería. Explotación de minerales pobres, dis­
minuyendo o suprimiendo los actuales impuestos.
Abolición de todo monopolio en la industria mine­
ra.
39.— Creación de un Banco de Seguros que
64 PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL

centralice los recursos de las actuales Cajas Sociales


y facilite la extensión del seguro social a todas las ac­
tividades del trabajo y de la producción. Jubilación
para empleados de la Industria y el Comercio con su
r espectiva Caja.
49.— Reorganización del sistema hipotecario,
a fin de que el crédito a largo plazo se ponga al servi­
cio de la edificación urbana, vivienda familiar y obre­
ra y fomento agrario, en condiciones de promover una
transformación de los métodos crediticios aplicados
al bienestar social. Creación de Instituciones de Cré­
dito Hipotecario en las capitales de Departamento
donde no existan estas Instituciones.
5’ .— Revisión del arancel aduanero.
6“.— Adopción de medidas económicas y fi­
nancieras para elevar el valor adquisitivo de la mo­
neda nacional.
79.— Intervención del Estado, reducida a esti­
mular la iniciativa privada en el proceso de produc­
ción. Economía organizada no dirigida.
89.— Legislación industrial. Regularización
de las funciones en la industria y el comercio, dando
acceso a la libre competencia. Supresión de los mo­
nopolios.
9?.— Reajuste del sistema tributario, tendien­
do a la reducción de cargas.
io'\— Reducción de gastos de la Administra­
ción pública conformándolos a las posibilidades eco­
nómicas del país. Prohibición de presupuestos reser­
vados en tiempo de paz.
11".— Medidas que tiendan a estimular el de­
sarrollo del plan industrial de la Corporación Boli­
viana de Fomento. .......... -•
PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL

V I.— PO LITIC A A D M IN IST R A T IV A

i .— Consolidación de la autonomía judicial.


2".— Creación del escalafón de funcionarios
públicos. m
39.— Restablecimiento de la autonomía muni­
cipal con el voto directo de la ciudadanía.
4“.— Creación y mejoramiento del servicio de
aguas potables, luz y energía eléctrica, transportes
urbanos y salubridad en todas las poblaciones de la
República.
5’ .— Descentralización administrativa.
V II.---- ACCION VIA L

i p.— Fomento intensivo de construcción de


vías y medios de comunicación distribuidos proporcio­
nalmente en todos los distritos del país. Incremento
del transporte aéreo.
2°.— La construcción de los ferrocarriles del
oriente y la del sudeste y la de las demás vías férreas
del país, es de interés nacional eminente.
. ■*> is i-V |
V I I I .— DEFEN SA N A CIO N A L

C.— Dignificación del Ejército, apartándolo


de toda ingerencia en la política.
29.— Reorganización de la clase armada den­
tro de la técnica moderna. Su cooperación en las obras
dé vialidad, colonización y comunicaciones.

I X .— LEGISLACION GENERAL

i 9.— Reforma de la Legislación G^oeral, ba-


8(! PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL

samentando en especial la civil y penal en los nuevos


postulados de la ciencia jurídica.
29.-— Reforma básica de la administración de
justicia en lo orgánico y procedimental, tendiendo a
hacer desaparecer su pesadez e ineficacia, conforme
ai principio de que la justicia tardía es injusticia.
3“.— Legislación profesional en general. De­
rechos y obligaciones de los profesionales. Respon­
sabilidad profesional.
4’ .— Legislación administrativa y su unifica­
ción en un cuerpo orgánico. Personal técnico para de­
terminar las funciones administrativas, garantizando
los ascensos y la inamovilidad bajo ciertas condicio-
nes.

X .----PO LITIC A IN T E R N A C IO N A L

- i 9.— Reintegración marítima de Bolivia.


2°.— Correlación internacional amplia, pro­
pendiendo a la consecución de la comunidad jurídica
y económica universales. Banco y monedas universa­
les.
39.— Imperio del derecho como única norma
de convivencia armónica de nacionalidades, hacia el
establecimiento de un gobierno mundial fundado en
la jurisdicción internacional y en una Ley común.
(Doctrinas de Robert Lee Humbert y de Emery R e ­
yes). ”3$, ¡
La Paz, (Bolivia) octubre de T >46.
PARTIDO REPUBLICANO
GENUINO
■ I

-i-.

r
PARTIDO REPUBLICANO GENUINO

Desde principios de siglo aparece en el con­


cierto mundial una nueva fuerza económica, que pre­
tende la hegemonía mundial, ya que su violento pro­
greso económico lleva al Estado Norteamericano a
lina etapa imperialista y de desplazamiento del pode­
río ingles.
Esta nueva fuerza, se refleja en Bolivia con
la organización de un nuevo sector que es él Parti­
d o Republicano, que después de una lucha de seis
años derroca al Partido Liberal y con su ascensión
•1 poder toma contacto con los núcleos norteameri­
canos y permite la introducción del capital yankee
que rápidamente se adueña de las actividades boli­
vianas en forma de empréstitos, monopolios y capi­
tal privado. ’ •-
El Partido Republicano Genuino, persigue co­
mo principal bandera de lucha depurar la Admi­
nistración Pública e ideológicamente se plasma en
los mismos principios del liberalismo.
La popularidad de este Partido se sostiene en
participación principalmente del artesanado en las
Uchas electorales y en la austeridad de su Jefe el Dr.
aniel Salamanca, una mentalidad robusta, que des-
raciadafnentc no pudo desenvolverse dentro de una
plitud que habría sido indispensable, para que esa
fb PARTIDO REPUBLICANO GENUÍ'NÓ

inteligencia superior diera frutos beneficiosos den­


tro del país.
Desplazado a su vez el genuinismo por su ala
personalista, vuelve al poder en 1930 y confronta la
Guerra del Chaco, que mal dirigida sólo trae desas­
tres al país, desde la pérdida de grandes masas com­
batientes hasta el cercenamiento del patrimonio na­
cional.
Salamanca, derrocado en plena Campaña por
la ambición de un grupo reducido de militares, prin­
cipales causantes del desastre, muere antes de haber
aclarado la posición de su partido, ni establecido res­
ponsabilidades, sobre aquellos que arrastraron al
país a una guerra mal conducida, y quizá sobre su
memoria se cierne sólo un prejuicio de injusticia
creada y alentada por los mismos autores de la de­
rrota, que sólo tuvieron en mira sus intereses perso­
nales antes que el porvenir de Bolivia.
Ideológicamente, el Republicanismo, no intro­
dujo ninguna innovación doctrinal y en el poder fue
arrollado por la ambición personal de sus colabora­
dores que no pudo ser frenada por su Jefe, cuya ho­
nestidad jamás fué puesta en duda y a quien el pue­
blo llamó el “ Hombre Símbolo” , pero a cuya sombra
fructificaron los negocios y peculados más critica­
bles.
Después de la muerte de su Jefe, pocos han
seguido la huella de Salamanca y las esporádicas as­
cenciones al poder de muchos de sus líderes, sólo han
dejado recuerdos amargos para la nacionalidad.
FARTIDO R E P U B L IC A N O G E N U IN O 71

PR O G R A M A D E L P A R T ID O R E P U B L IC A N O
G EN UIN O

Aprobado en Oruro el j de enero de 1915. Este pro­


grama fué redactado por el Dr. Daniel Salaman­
ca y es el que todavía rige para la rama que se
designa con el nombre de Partido Republicano
Genuino. — De los firmantes de ese documento
solamente sobreviven los señores León M. Losa
y Demetrio Canelas.

La desviación de las ideas y la desmoraliza­


ción de las prácticas políticas, han perturbado pro­
fundamente el desenvolvimiento de la vida nacional,
ya en el ejereicio de las instituciones cardinales del ré­
gimen democrático, ya en el libre juego de los intere­
ses económicos, como, finalmente, en la dirección de
los negocios internacionales de la República.
Juzgamos que estos males se explican, en gran
parte, por la ausencia de un Partido Político debida­
mente organizado, que sea capaz de atraer al Gobier­
no al cumplimiento de las leyes y de influir en la mar­
cha de -la administración pública, mediante su acción
persistente, encaminada a resolver los problemas na­
é cionales y a elevar la moral política,
La conciencia nacional que se ha dado cuenta
ele esta necesidad, ha querido llenarla, en circunstan­
cias difíciles, designando los. Delegados que constitu­
yen esta Convención, encargada de fundar el Parti­
do de la Unión Republicana, de formular su progra­
ma y de nombrar el Jefe.
72 ‘PARTIDO R E P U B L IC A N O G E N U IN O

La alteración completa de nuestras institucio­


nes es, en el orden politico, el vicio más grave y peli­
groso que padecemos. La gran dolencia política de
Bolivia es la condición pasiva de su pueblo. Sobre la
base negativa de esa pasividad, se desarrollan y pros­
peran todos los abusos de las autoridades. Los gober­
nantes se aprovechan de ella en beneficio propio, con­
culcando las leyes y corrompiendo las instituciones
democráticas para sostenerse en el Poder. En esta
obra de maleamiento y corrupción emplean la fuerza
pública, echan mano de los recursos fiscales, acuden
al fraude y la violencia y se valen de sus propias atri­
buciones para servir sus intereses,particulares.
Para asegurar su acción discrecional y su per­
manencia en el Poder los gobernantes desnaturali­
zan el sufragio papular y organizan los Poderes del
Estado a su arbitrio. Los Parlamentos son constitui­
dos por el Poder Ejecutivo, para secundar una políti­
ca contraria a los intereses nacionales, convirtiendo
así los Congresos en un peligro evidente para los de­
rechos que debieran resguardar. La soberanía usur­
pada a la Nación pasa, de este modo, a asentarse en
el Poder Ejecutivo. Los Gobiernos se constituyen a
sí mismo, y los presidentes se suceden unos a otros,
por designación oficial. El país representa en esta co­
media democrática un papel lastimoso tocándole su­
frir las consecuencias de los abusos que no sabe impe­
dir.
Por estos medios reprobados, los gobernantes
extienden su acción sobre todas las instituciones pú­
blicas. El Poder Ejecutivo organiza las Municipali*
73
PARTIDO R E P U B L IC A N O G E N U IN O

(lacles, y hasta el Poder Judicial soporta su perniciosa


influencia, sin haber podido substraerse a sus atro­
pellos. . j -j
Un nuevo grado de concentración lleva la su­
ma de los poderes a manos del Presidente de la Re­
pública, acabando por constituir, bajo las apariencias
democráticas, un gobierno personal y absoluto. Las
libertades y derechos de los ciudadanos, los intereses
de la Nación, la felicidad y el porvenir de la Patria,
dependen, de esta suerte, dé la voluntad discrecio­
nal de un solo individuo.
Un régimen de esta naturaleza provoca la in­
dignación de los ciudadanos y suscita la formación
de grupos políticos que, al reivindicar los derechos de
la Nación, suelen emplear procedimientos cuya vio­
lencia puede ir más lejos que la del propio Gobierno,
l.as cuestiones políticas toman, entonces, una forma
linormal y peligrosa. El Gobierno cierra todas las
vías legales que pueden franquear el paso a los dere­
chos políticos de los ciudadanos. Los aparta de las
funciones electorales o anula su acción por el frau­
de. Si acaso llegan a conquistar su sitio en el Parla.-
inento, corren el riesgo de ser arrojados de él, por un
voto de las mayorías. Las policías de seguridad persi-
filen a los ciudadanos opositores, los encierran en ca-
{ abozos y los torturan para dominarlos por el terror.
La marcha normal de la Nación es imposible
Cn tales condiciones.
Si hubiese la seguridad de una elección libre,
la situación de las cosas cambiaría radicalmente,
pues, entonces, las mayorías tendrían acceso al Po­
der y, el Gobierno podría sostenerse siempre sobre
Una base democrática. En consecuencia, la libertad
n PARTIDO R E P U B L IC A N O G E N U IN O

del sufragio no puede menos que ser la clave de nues­


tra renovación institucional.
Combatir estos vicios y asentar nuestras ins­
tituciones, en cuanto fuere posible, sobre las bases de
la verdad y de la sinceridad, y extirpar el fraude, la
simulación y la violencia, constituyen el objeto prin­
cipal de la creación del Partido Republicano.
Aunque el remedio radical de los males expre­
sados no puede venir sino de una modificación salu­
dable en nuestra condición social y en la capacidad
política del pueblo, el Partido de la Unión Republica­
na, aspira a realizar estos propósitos, poniendo en
práctica los siguientes tópicos:
Saneamiento del sufragio; — reforma subs­
tancial de la ley electoral, apartando a los funciona­
rios públicos de toda intervención directa en la ins­
cripción de los ciudadanos, en la emisión y el cómpu­
to del voto popular; atribuir al Poder Judicial la ca­
lificación de las credenciales de los Senadores y Di­
putados; — establecer la representación de las mino­
rías en el Parlamento y en las Municipalidades; faci­
litar las acciones y las soluciones de la justicia común
en las cuestiones políticas y en las quejas contra los
abusos de los funcionarios públicos; — restituir al
Parlamento su dignidad y su independencia, resguar­
dando y afirmando el ejercicio de sus facultades— ;
asegurar la independencia de los representantes, es­
tableciendo las incompatibilidades y las restricciones
necesarias a ese objeto;— educar al pueblo en la vi­
da democrática por el ejercicio de sus derechos y el
cumplimiento de sus deberes.
No obstante del incremento experimentado
por las rentas nacionales, como consecuencia de la
75
PARTIDO R E P U B L IC A N O G E N U IN O

extraordinaria valorización de nuestros productos


exportables, se ha acumulado una crecida deuda pú­
blica, cuyo servicio comienza a ser difícil y penoso.
Como estas obligaciones absorben un parte considera­
ble de nuestros recursos, conviene reflexionar en el
porvenir, procurando medir nuestros compromisos,
según nuestra capacidad económica.
Las últimas reformas bancarias y monetarias,
impuestas al país por el Gobierno, determinaron el
trastorno de la vida económica de la República, tras­
torno desgraciadamente acrecentado por otras cau­
sas sobrevinientes.
El servicio normal del crédito quedó suprimi­
do, los negocios se paralizaron, se contrajo el circu­
lante, y muchos capitales huyeron del país.
Los grandes perjuicios ocasionados por esta
política desacertada y violenta, pueden considerarse
como la consecuencia lógica de la falta de conceptos
cabales acerca de la condición económica de la Repú­
blica, de sus recursos y tradiciones, así como de cier­
ta tendencia imitativa de prácticas y sistemas extran­
jeros, de dudosa o imposible adaptación.
El pueblo ha protestado, contra esa política,
juzgándola, con razón, dañosa a sus intereses y con­
traria al incremento de la riqueza pública. Más ra­
cional parece, en este orden, favorecer el desarrollo
normal del crédito, sobre la base de una suficiente ga­
rantía, en vez de tesarlo y restringirlo arbitrariamen­
te; atraer y fomentar la formación de capitales en lu­
gar de desterrarlos u oprimirlos; procurar el Incre­
mento de la riqueza, brindándole seguridad y confian­
za, en vez de privarla de sus recursos normales y de
76 PARTIDO R E P U B L IC A N O G E N U IN O

amenazarla con impuestos excesivos y monopolios


inaceptables.
Estos antecedentes nos permiten apuntar al­
gunas indicaciones de carácter general.
Necesidad de moderar, en la situación actual
de Bolivia, el aumento excesivo de las deudas públi­
cas, así como la desmedida multiplicación de los im­
puestos; — afirmar la libertad industrial contra los
monopolios y privilegios injustificados. Política eco­
nómica encaminada al incremento de la riqueza pú­
blica: fomento de la formación de capitales naciona­
les y del desarrollo industrial; — Desarrollo de las
vías de comunicación, teniendo en vista la reducción
de las tarifas de transportes, la defensa, la integra­
ción y la consolidación nacional; — Atención prefe­
rente a las vías férreas que deben ligar los departa­
mentos de Chuquisaca, Santa Cruz, Tari ja y el Beni
con los demás centros de la República; — Fomento
de la agricultura, ganadería y minería; Reserva de
tierras baldías, de yacimientos de carbón de piedra,
y de manantiales de petróleo no concedidos; — Equi­
librio real del presupuesto, claridad y corrección en
el manejo de los fondos públicos y estricta responsa­
bilidad de sus gestores; — Defensa del régimen me­
tálico, en oposición al papel moneda; — Revisión del
sistema tributario.

III

No podemos olvidar que el pueblo desea la co­


rrecta administración de sus intereses, y consignamos,
por consiguiente, este propósito entre las aspiraciones
del P artid o Republicano,
PARTIDO R E P U B L IC A N O G E N U IN O

Nos referimos no solamente al prevaricato y


al 'peculado, delitos castigados por las leyes y que se
presentan, sin duda, excepcionalmente en la adminis­
tración pública. Consideramos también aquel otro gé­
nero de inmoralidad que suele presentarse en los paí­
ses mal organizados y que consiste en aprovecharse
de las influencias y de las oportunidades que deparan
ios empleos públicos, para 'procurarse ganancias ex­
traordinarias.
Juzgamos que esta inmoralidad es más perni­
ciosa, porque, encubriéndose mejor, escapa a menu­
do de toda sanción y acaba por orientar insensible­
mente la administracióri de los negocios públicos en
el sentido de los intereses personales de los funciona­
rios. Todos los pueblos han mirado siempre con in­
dignación este modo de administrar sus intereses,
siendo natural y justo que este sentimiento se traduz­
ca en la aspiración de un Partido Político.
A este propósito consignamos las siguientes
conclusiones:
Renovación moral de la política y de la admi­
nistración; — Repulsa de los negocios particulares
hechos a la sombra de las facultades y de las influen­
cias oficiales.

~ 1 IV
r*.
Como efecto de la política intolerable y des­
pótica, señalamos el estado de sitio declarado el 8 de
agosto de 1914, cuya vigencia acaba de suspenderse.
El solo transcurso del tiempo ha desvanecido
del todo las aserciones infundadas con que se preten­
día ju stific a r e§e acto atentatorio y tiránico. No §e
78 PARTIDO R E P U B L IC A N O G E N U IN O

ha encontrado ninguna conspiración contra el orden


•público, circunstancia, que, por otra parte, era bien
conocida por el Gobierno. Es evidente que a falta de
razones satisfactorias se invocó la guerra extranjera
como pretexto para silenciar la prensa independiente,
clausurar las imprentas y proscribir periodistas y ciu­
dadanos que disentían de las opiniones oficiales.
Este caso que puede ser reforzado por otros
que presenta nuestra historia nos induce a creer que
es conveniente revisar a fondo el capítulo consagra­
do por nuestra Carta Política a la conservación del
orden público. Esta experiencia nos lleva a la convic­
ción de que el Estado, destinado a mantener el orden
público, no sirve sino para conservar en el poder los
intereses de un grupo político con menoscabo de la
justicia y a despecho de la* mayoría nacional.
Estimamos que la libertad de los ciudadanos,
tan fácilmente atropellada por las policías, y la liber­
tad de pensamiento perseguida encarnizadamente en
estos tiempos, reclaman el esfuerzo y la defensa de
todos los que quieren para su patria la seguridad, 1a.
libertad y el orden.
Eundados en la adversa experiencia de nues­
tra historia, deseamos el respeto sincero y la obser­
vancia leal de la Constitución Política y de las leyes.
Juzgamos que es inadmisible el acordarnos de ellas
cuando nos son favorables, dejándolas olvidadas, o
conculcándolas, cuando estorban o perjudican nues­
tros deseos. Las leyes que nos molestan en el Poder
son una garantía a que tendremos que acogernos en
la oposición.
Proponemos, en consecuencia:
Reformar la Constitución Política del E§U-
Partido repu blican o g enu in o 79

do en el capítulo referente al estado de sitio, en el


sentido de la restricción de las facultades que confie­
re al Ejecutivo y de la acentuación de sus responsa­
bilidades.— Ley del Ilabeas-Corpus. Ley de garan­
tía amplia para la libertad de imprenta y leyes am­
paradoras de las libertades y de los derechos indivi­
duales, — contra los abusos cíe los gobernantes.— Ga­
rantías para asegurar la plena independencia del Po­
der Judicial.— Exclusión del Ejecutivo en el nombra­
miento de jueces interinos.— Prolongación del perío­
do de las funciones judiciales.— Reforma y dignifi­
cación del Ministerio Público y del servicio policia­
no.

Tocante a otras cuestiones de gran importan­


cia, comprendidas en el campo vastísimo de la admi­
nistración y de la política, nos limitamos en esta oca­
sión a expresar nuestros propósitos y aspiraciones en
forma compendiada.
Respecto de la conciencia, evitando provocar
en política cuestiones religiosas.— Atención y res­
guardo de los derechos de la Nación en sus relaciones
con los demás países. Adelanto de la legislación mili­
tar y consolidación de la organización del Ejercito,
teniendo en mira la defensa nacional. Libertad de en­
señanza y de métodos. Difusión de la lengua castella­
na como base de la instrucción popular.— Obligación
de las municipalidades para sumistrar la enseñanza
elemental. Estimular y sistemar la acción del Gobier­
no para organizar y fomentar la instrucción en to­
dos sus grados. Educación especial de la raza indi-
¿o PARTIDO R E P U B L IC A N O G E N U IN O

gena. Fomento de la solidaridad obrera. Léyeá sobré


salarios, jornada y accidentes del trabajo. Leyes de
protección a la infancia. Protección especial de la ra­
za indígena y amparo de su propiedad territorial. Re­
forma de la legislación, adecuándola al estado so­
cial, moral e intelectual de la República. Implantación
del Registro Civil. Medidas contra el alcoholismo. Re­
forma del estanco de alcoholes teniendo en mira la
salud y la regeneración del pueblo y de la raza indí­
gena. Provisión de los cargos del profesorado, me­
diante exámenes de competencia a falta de maestros
profesionales.

VI t'í

Hay finalmente un asunto importantísimo, en


que, sin duda, hemos de separarnos profundamente
de los grupos gobernantes. Ños referimos al tipo ad­
ministrativo en que debe informarse la vida bolivia­
na, optando entre la centralización y la descentraliza­
ción.
El partido gobernante ha marchado decidida­
mente a una centralización absoluta que está casi con­
sumada, y cuya inmediata consecuencia ha sido el cre­
cimiento anormal del Poder Ejecutivo a expensas de
las fuerzas vivas de la Nación. Es bajo el aspecto po>-
lítico, un desequilibrio peligroso, entre la enorme con­
centración de fuerzas que representa el Gobierno, y
la relativa debilidad de la Nación. El corolario ine­
vitable de este contraste es el absolutismo guberna­
mental.
En el aspecto administrativo quedan las varia­
das e infinitas necesidades de carácter puramente lo-
PARTIDO R É P Ü P L ÍC A N Ó G E Ñ Ü IN O 81

cal o regional, descuidadas o abandonadas por el Po­


der Central, que, por otra parte, no tiene el interés
que es indispensable para satisfacerlas.
No haremos a este propósito más que breves
indicaciones, como base de nuestras aspiraciones.
Deseamos como partido político organizar la
descentralización administrativa, de los departamen­
tos, a fin de que cada uno de ellos atienda a sus nece­
sidades especiales con autoridad y recursos propios.
Entendemos que esta modificación debe hacerse no
sólo sin disputar al poder central sus recursos y sus
facultades, sino más bien robusteciéndolos, si es po­
sible.
En consecuencia, marcamos como nuestros
propósitos:
Descentralización eficaz y completa de la ad­
ministración departamental. Separación y deslinde de
recursos y facultades entre los Poderes de la Nación
y las autoridades departamentales. Reforma del régi­
men municipal. Ley orgánica de impuestos municipa­
les.

Con estos sinceros propósitos queda constitui­


da la Unión Republicana, cuyo procedimiento político
para la realización de su programa, consistirá en una
perseverante y sostenida intervención en las luchas
democráticas.
Invitamos a todos los ciudadanos a interesar­
se en la cosa pública, colaborando con su acción indi­
vidual y colectiva al mejoramiento de nuestras ins­
tituciones.
Oruro, 3 de enero de 1914.
Firmado. — José Manuel Pando.— Daniel Sa­
62 PARTIDO R E P U B L IC A N O G E N U IN O

lamanca.— B. Saavedra.— Domingo L. Ramírez.—


Darío Gutiérrez.— Román Paz.— Adolfo Mier.
Diputado por Cochabamba.— Oscar de Santa Cruz.
— Fernando Quiroga. S .— Abel Iturralde.— A ní­
bal Calvo.— Florián Zambrana.— Fermín López.—
Fortino Aguirre.— Rafael de Ugarte.— León M. Lo­
sa.— Demetrio Canelas.

E L P R O G R A M A R E P U B L IC A N O EN 1937

El siguiente es el capítulo final de la Memo­


ria que el señor Demetrio Canelas, Jefe dimisionario
del Partido Republicano debía haber presentado a la
Convención que, anunciada para Mayo de 1937, que­
dó suspendida Sitie Die por disposición del Gobierno)

Es por ello que, sin detenernos más en el pa­


sado, deseamos cerrar esta Memoria, señalando las
posiciones que, a nuestro juicio corresponden a nues­
tro Partido en el escenario de este momento.
1. — Fieles a su tradición, los Republicanos
deben seguir siendo el partido que defiende la inte­
gridad nacional, contra las disipaciones territoriales,
fruto de nuestra decadencia política.
2. — Si bien es cierto que no podemos rehacer
!a Historia, debemos desprender de las experiencias
que ella nos presenta una visión en lo posible clara del
camino que conviene seguir. Necesitamos en lo inter­
nacional buscar ¡juntos de apoyo que sirvan como ba­
ses estables para una política de seguridad colectiva
y de recíproco respeto. Una nación como Bolivia, cer­
cada por todas sus fronteras, amputada de sus partes
vitales, 110 puede, a la luz de los antecedentes históri-
PARTIDO R E P U B L IC A N O G E N U IN O 83

eos que tenemos a la vista, afirmar su existencia fu­


tura, manteniendo el estado de aislamiento y orfan­
dad internacional en que hasta ahora ha vivido. La
guerra del Chaco nos ha permitido pulsar la gravita­
ción de las influencias e intereses en cuya dirección
pueden orientarse con alguna confianza los pasos de
nuestra Cancillería, para hacer de Bolivia parte inte­
grante de un consorcio americano, parte respaldada
por la fuerza del conjunto, dentro de una política de
'equilibrio y de cooperación internacional.
3.— La vida de una nación depende de que ella
pueda sostener en todo momento un balance favora­
ble en la ecuación de fuerzas frente a otros Estados.
Nuestra política interna debe ser modificada a la bre­
vedad posible, subordinando todo, sin reservas, a la
necesidad de reforzar la posición internacional de Bo­
livia. El curso adoptado por el oportunismo burocrá­
tico de este momento, invocando ideologías ficticias,
sólo nos conduce a la anarquía y la disociación. Boli­
via necesita ahora más que nunca, si quiere salvar­
se de la desaparición, ser un pueblo en guardia. El
valor que pueda todavía merecer en el comercio di­
plomático, lo misino que la justicia de sus alegacio­
nes en cualquier terreno, estarán en razón directa del
grado de preparación y aguerrimiento'que muestre
para defender su derecho. Federico el Grande dijo,
una verdad profunda cuando expresó que Dios está
de parte de los pueblos que tienen mejores batallones.
Bolivia debe prestar atención preferente a la reorga­
nización de su Ejercito a base de disciplina, de auste­
ridad, de espíritu de sacrificio y de honor, devolvien­
do al hombre de armas aquel sentimiento sin el cual
«0 es más que un costoso y peligroso fardo echado so­
84 PARTIDO R E P U B L IC A N O G E N U IN O

bre las espaldas del Pueblo: el amor a la gloria. Nues­


tro Ejército debe ser rehecho sobre el ejemplo de los
hombres del kilómetro 7 y de la columna Méndez
Arcos.
4. — Aunque no ignoramos las dificultades fi­
nancieras que confronta el 'país, sostenemos que to­
da posibilidad debe ser expurgada y creada para
dotar a la Nación de los medios materiales de defensa
y de movimiento. En este respecto juzgamos que son
las fuerzas aéreas las que nos toca robustecer hasta
el máximum. Si en la guerra del Chaco hubiéramos
tenido un mayor dominio del cielo, es posible que to­
das nuestras otras deficiencias materiales y morales
habrían sido neutralizadas.
5. — No podemos abstenernos de denunciar el
imperdonable extravío con que, desde el fin de la gue­
rra, han sido corrompidos los instintos sociales, con
el espejuelo de una supuesta era de bienandanza y de
hartura. Este es un gran fraude que los bolivianos te­
nemos que pagar muy caro tarde o temprano. Los
bolivianos estamos obligados a sobrellevar una vida
austera de privaciones y recuperación por mucho tien>
po. Tenemos que reponer en años, tal vez decenios, de
trabajo, de disciplina, de frugalidad, las riquezas y
las vidas que ha consumido la guerra del Chaco. T e­
nemos que esforzarnos por recuperar el puesto que
hemos perdido, el honor que hemos perdido. Tal es el
inexorable deber que el Destino nos señala y si no
sabemos comprenderlo ni cumplirlo, — si después de
haber perdido la guerra del Chaco, hacemos también
naufragar en la frivolidad el carácter nacional,— re­
caerá sobre nuestra generación la responsabilidad de
jiaber precipitado, eqtre paradas callejeras y danzas.
PARTIDO R E P U B L IC A N O G E N U IN O 85

entre fiestas galantes, aumentos de sueldos, reparto


de divisas y jazz-band, la liquidación de Bolivia.
6.— Debe ponerse un término inmediato y ho­
norable al secuestro de la soberanía nacional por una
parte del Ejército. Un pueblo cuyas instituciones po­
líticas y leyes en general han sido echadas por tierra,
queda virtualmente descartada del consorcio interna­
cional. Deja de ser un sujeto normal de derechos y
obligaciones. Su personería se diluye y sus relaciones
externas se mantienen en un plano meramente ficti­
cio. El gobierno debe ser ejercido por los mandatarios
del pueblo y restaurarse la vida parlamentaria. Por
grandes que sean los defectos e incapacidades de la
democracia, es en el comido popular y el debate par­
lamentario, irradiados por una prensa libre, donde se
hace luz sobre los problemas de un Estado y se forma
la conciencia nacional. Es cierto que la creciente com­
plejidad que ha adquirido la función del gobierno, ha­
ce jugar un papel cada vez mayor a la técnica y a la
capacidad conductora del gobernante, en su relación
con las masas electorales y con los parlamentos. Pe­
ro, es también cierto que las grandes corrientes de la
política nacional encuentran su inspiración en los im­
pulsos del alma nacional, esto es, erv la voz de las ma­
yorías electorales, por lo cual el principio democráti­
co no está divorciado de la técnica administrativa. La
fuente de todo gobierno aún en aquellos Estados su­
jetos a dictaduras cuyo deslumbrante brillo apasiona
a espectadores de nuestro tiempo, es siempre la vo­
luntad popular, sin cuyo concurso ningún gobierno
es legítimo. Estas verdades son niayormente aplica­
bles a una nación como la nuestra, carente de conducr
tore§. Los que en algunas etapas de nuestra historia
86 Partido r epu blican o g enu in o

existieron, han desaparecido. Bolivia en este momen­


to es una democracia sepultada bajo la culata de las
bayonetas. (Séame permitido en este punto, un parén­
tesis personal, para hacer una particular referencia al
avasallamiento de la libertad de prensa y expresar mi
dolor por la paciente conformidad con que el perio­
dismo de este tiempo sobrelleva su mordaza). Bolivia
debe sacudirse de estos hierros levantarse y andar.
7. — Bolivia podrá recuperar su posición cuan­
do posea un Ejército y una flota aérea, capaces de ac­
ciones de envergadura histórica, tanto por su volu,-
men material, como por su eficiencia técnica. Si los
militares que se han encaramado en el Poder, sentán­
dose sobre nuestros escombros y desventuras como
sobre un trono, tienen todavía algún apego a su noble
carrera y quieren servir a su propia restauración y al
resurgimiento nacional, deben ser de los primeros en
buscar el regreso a la normalidad institucional, por­
que sólo así podrán ellos también trabajar en el cam­
po que les corresponde y ser rodeados por todo el país.
Este llamado-que les hacemos no brota de un senti­
miento de emulación política. La situación que ocu­
pan no es nada envidiable, ni siquiera deseable. Es
que para poner a Bolivia en orden y en guardia, se
precisa comenzar por hacer que cada cual vaya a ocu­
par su puesto. No dudamos de que un gran número
de jefes y oficiales de nuestro Ejército, aun entre
aquellos que por su deber disciplinario han entrado a
formar parte del régimen militar, son sensibles en lo
profundo de su conciencia a este llamado del deber
profesional y del sentido cívico.
8. — La prédica socialista que a la sombra del
gobierno militar se hace en este tiempo, nos parece
PARTIDO R E P U B L IC A N O G E N U IN O 61

impertinente e insincera. Impertinente, porque, como


ya tuvimos ocasión de expresarlo en otro documento
público, no es este el momento de agitar rivalidades
de clase. La revolución social que se pregona, con
marcado acento de irresponsabilidad intelectual, no
hace sino desquiciar la estructura íntima que sostie­
ne el país desde los orígenes de nuestra existencia.
Esta estructura tiene, sin duda, graves defectos y re­
sabios, cuando se la analiza a la luz de la moderna evo­
lución humana. Pero, de la confusa algarabiá reyolu-
cionaria que infesta los diarios, no se puede sacar en
claro sino la evidencia de que nuestros reformadores
no saben lo que dicen. El saldo efectivo de estas efer­
vescencias “doctrinales” , por ahora, es solamente el
debilitamiento de nuestra posición internacional. No
se puede prever lo que vendrá más tarde. Bolivia da
a la distancia la impresión de una casa que echa huj-
mo por sus rendijas. ¿Llegará a ser abrasada por las
llamas ?
Decimos que esta propaganda es, además, in­
sincera, porque un régimen de facto, aún atribuyen­
d o a los gobernantes las mejores intenciones persona­
les, constituye, de por sí, a causa del desorden finan­
ciero y del parasitismo, que son los asociados insepa­
rables de todo régimen de facto, una lesión continua
contra el bienestar de las clases pobres, al determinar
el encarecimiento de las materias necesarias para la
vida y también al sustraer millares de brazos de la
producción, echándolos como un peso muerto sobre
las espaldas del trabajador. Bolivia no puede mante^
ner, ni debe, estas legiones de parásitos. Cada cual
debe producir su pan y no robarlo a la paciencia pú­
blica. Lo que Bolivia precisa es aumentar al máximum
PARTIDO R E P U B L IC A N O G E J íÜ ÍN d

posible el rendimiento de todas las formas del traba­


jo. Por tanto, hay que devolver a la producción los
brazos desviados por el funcionarismo socialista. No
necesitamos intermediarios entre el sembrador de pa­
tatas y el comprador. Lo que pedimos es que la revo­
lución socialista no nos quite, para convertirlos en
asalariados políticos, a los sembradores de patatas.
9.— Un daño invisible, pero muy serio, que in­
fiere'a la salud económica del país, la propaganda so:-
( ¡alista, es que ella, con sus constantes amenazas re­
volucionarias, amedrenta a los capitales, impidiendo
que ellos entren a buscar inversiones industriales en
Bolivia, o bien causando la evasión de los que ya ha­
bían entrado en el país. Bolivia desaprovecha una es­
pecial oportunidad de florecimiento industrial en esta
época, en que por causa de la profunda perturbación
política e internacional en el Viejo Mundo, existe na­
tural tendencia en los capitales para buscar asilos se­
guros en países ordenados, fenómeno que en estos
tiempos recientes contribuye en escala extraordinaria
ai auge de algunas naciones vecinas de este continenf-
te. Esta muralla de charlatanería agitadora que rodea
a Bolivia, es uno de los factores de la trágica desva­
lorización de la unidad monetaria boliviana, como
también de la irremediable insuficiencia de los sala­
rios de todas clases. No hay bonificación capaz de
compensar la desvalorización monetaria.
10.— La política monetaria ha sido objeto de
frecuentes críticas de nuestra parte, desde el tiempo
en que eran discutidos los proyectos de ley ahora en
vigencia. A fin de no cansar indebidamente la aten­
ción, con explanaciones que tienen cierta aspereza
PARTIDO R E P U B L IC A N O G É N U IN O

técnica, sólo deseamos formular algunos enunciados


sintéticos:
i ’ .— Abogamos por la abolición del sistema de
tipos diferenciales de cambio, que ha dado resultados
desastrosos, fomentando la inmoralidad comercial y
la especulación. A más de ello, este sistema se funda
sobre la base del despojo a las industrias exportado­
ras, con daño de la economía general y de la normali­
zación de los salarios. Los exportadores no pueden
sostener este despojo, sino haciendo recaer sus con­
secuencias sobre el obrero, esto es, a favor de un sala­
rio pagado en moneda envilecida.
2°.— El cambio monetario debe ser fijado por
sus factores naturales dentro de un tráfico sujeto a
regulaciones indispensables en el marco del principio
de la oferta y de la demanda. Nos parece la más gran­
de de las anomalías que el tipo de cambio sea fijado
por decretos de una Junta Militar.
3P.— La revaluación monetaria, hasta un lí­
mite que el examen de nuestra economía general pre­
sente como aconsejable para servir de base a una es­
tabilización futura, debe ser buscada por los siguien­
tes medios: a) Restricción de gastos fiscales; b) Re­
visión de los aranceles aduaneros para obstruir de­
terminadas importaciones y favorecer otras; c) Sis­
tema de licitación para proveer al país de los grandes
renglones de su consumo extranjero; d) Implanta­
ción de plantas azucareras, por acción privada, bajo
el estímulo del Estado; e) Explotación de las petro­
leras bolivianas para hacer frente al consumo nacio­
nal; f) Fomento del cultivo del algodón y del trigo;
g) Paulatina restauración de las reservas metálicas
del Banco Central, elevando, en caso de ser ello posi­
M PARTIDO R E P U B L IC A N O G E N U IN O
r

ble, las proporciones indicadas por las leyes vigen­


tes; h) No más emisiones de papel fiduciario.
4?.— Sería plausible que la política de bonifi­
caciones de sueldos fuese substituida por la política de
revaluación monetaria. Los aumentos nominales de
sueldos, no remedian la penuria social y, entre tanto,
conducen al desbarajuste presupuestario.
El descenso general del standard de vida de un
pueblo sujeto ai caos económico tiene consecuencias
deletéreas de toda clase, que se debe procurar evitar,
a tiempo.
i i . — Por lo que toca al problema social bo­
liviano, no debemos olvidar que el Republicanismo
es un partido del pueblo y que toda su tradición está
unida a los esfuerzos realizados desde su fundación,
para reivindicar los derechos humanos. Tampoco de­
bemos olvidar que el punto de apoyo que en todo mo­
mento ha encontrado nuestra ideología, hasta hacer
de nuestro partido la fuerza más potente del país, ha
sido el alma popular, esto es, la masa, donde parecen
haberse refugiado,'como en asilo seguro y limpio de
malsanos aires, los instintos profundos y las fuerzas
morales que permiten sostener la esperanza en el fu ­
turo de Bolivia, frente a las clases burocráticas, em­
pedernidas por la sed del dinero.
La necesidad de perseverar en nuestra posición
histórica a este respecto, se acentúa por el hecho de
que en nuestro tiempo han entrado a ocupar el primer
plano político las cuestiones que afectan a la felicidad
y bienestar de las; clases populares.
Por causa de la gran proporción de elemento
nativo retardado, que entra en la composici/Sn de núes-
PAk'riüÓ REPUBLICANO GENUINO Üi

tra nacionalidad, el problema social nuestro reviste


caracteres esenciales, que sería un error grave el tra­
tar de abordarlos haciendo aplicación de doctrinas
elaboradas sobre condiciones étnicas e históricas muy
diferentes. La transformación del indio en un ser ci­
vilizado, dentro del tipo de civilización a que le hacen
amoldable las condiciones de toda índole que influyen
sobre su personalidad racial, es un deber imperioso,
que se relaciona con la existencia misma de Bolivia
como una democracia verdadera. Sin una población
más o menos homogeneizada, cultivando sentimientos
comunes, recibiendo la influencia de tradiciones co­
munes, no puede haber nacionalidad propiamente di­
cha. Los grandes abismos espirituales, sociales y te­
lúricos que separan a los diferentes elementos racia­
les de Bolivia, crean uno de los. problemas más difí­
ciles que pueden presentarse en el camino de nuestro
progreso. Ningún gobierno, ni partido, ni el Republi­
canismo tampoco, han estudiado lo suficiente el pro­
blema, no habiéndose dado en consecuencia, hasta el
presénte un paso serio en el sentido de su solución. Lo
.que existe es una disposición sentimental para abor­
darlo en alguna forma. Hace falta pasar de la eta-
,pa verbal o declamatoria al campo de los hechos tan­
gibles. La distancia parece corta, pero, no se debe su­
poner, ni hacer suponer, que sea posible vencerla en
un breve tiempo, ni que sean seguros los resultados a
obtener. Las reformas sobre este interesante particu­
lar, igualmente que sobre un nuevo status económico
* y jurídico del obrero en general, solamente podrán
ser abordadas en la forma orgánica y bien cimentada,
digna de la importancia del problema, cuando resta­
blecido el juego normal de las fuerzas con que cuenta
\

M PARTIDO REPUBLICANO ÓÉNUINü

el 'país, entren a participar en su solución los hombres


que poseen los conocimientos y el carácter para la
empresa. Notamos con beneplácito que en estos úl­
timos años han empezado a destacarse algunos educa­
dores que están realizando experiencias valiosas al
respecto.
12.— Hemos creído haber remarcado lo bas­
tante que para hacer entrar a Bolivia en su verdade­
ra posición, es preciso comenzar por recuperar su con­
dición de Estado institucionalizado, regido por leyes
y no por el albedrío de hombres de buena voluntad.
Esta posición programática elimina de nuestro cami­
no los medios subversivos. Estos medios que en al­
gunos casos suelen justificar, podrían precipitarnos
en la anarquía'y, en todo caso, tendría peligrosas de­
rivaciones de carácter internacional. La substitución
del actual régimen revolucionario por otro del mismo
origen, importaría un nuevo retroceso en nuestro ca­
mino. No debemos olvidar que la estructura nacional
se encuentra profundamente desquiciada en este mo­
mento histórico cargado de negros presagios para la
vida de la Nación. Una guerra civil, como la que al­
gunos consideran necesaria para cauterizar las lla­
gas de nuestro tiempo, podría abrir a nuestras plan­
tas abismos insondables.
Aun cuando espíritus pesimistas desconocen la
eficacia de la mera propaganda legalista frente a las
bayonetas, debemos esforzarnos por devolver a nues­
tros conciudadanos y a la Nación toda, la fe en el po­
der de las fuerzas morales. Si la campaña por la re-
constitucionalización del país llega a inflamar a to­
dos los bolivianos y se convierte de un simple anhelo
amedrentado, que es ahora, en una voz clara y fran-
PARTIDO REPUBLICANO GENUINO «3

ca, pregonada a los cuatro vien tos desde todos los


rincones del país, no puede dudarse de que tendrá,
en definitiva, la fuerza necesaria para marcar rumbo
a los acontecimientos. No vacilamos en expresar la
certeza de que se asociarán a este movimiento mu­
chos hombres, acaso los más, de los que forman el
gobierno militar, pues, ellos también son bolivianos,
aleccionados por el dolor y han aprendido en los cam­
pos de batalla a amar a su patria y a sufrir por su ser­
vicio.
También debemos expresar la esperanza de
que este movimiento no encontrará insensible a las
importantes categorías de hombres que, por causa de
los intereses económicos.que están bajo su responsa­
bilidad, creen deber vivir dejados de la política. No
queremos detenernos a analizar el grave error que,
entraña esta prescindencia. La política no puede se­
guir siendo solamente el negocio de los que nada tie­
nen. La Nación es la suma total de los intereses indi­
viduales y, por tanto, son éstos, en el grado propor­
cionado a su importancia, los mayormente afectados
por una buena o mala administración y los que tienen
también obligación de concurrir en el manejo de la co­
sa pública. Somos los bolivianos de toda jerarquía y
rango en la vida, los interesados en restablecer el im­
perio de las leyes para la subsistencia de nuestras ac­
tividades individuales y sociales.
13.— Debemos señalar una última mira, que
parece tener un carácter simplemente doméstico para
nuestro Partido, pero que reviste no escasa impor­
tancia para los destinos del país. Es la necesidad de
unificar la familia republicana. Sin partidos organi­
zados, no puede existir ninguna vida política. La tra-
§4 PARTIDO REPUBLICANO GENUINO

dición institucional del país solam ente puede m ante­


nerse a fa v o r de ellos. E l Partido Republicano no po­
drá cumplir su misión mientras se mantenga dividido.
Todo, esfuerzo deberá ser hecho a partir de este mo­
mento para dejar olvidadas las divergencias del pasa­
do. Los republicanos de 1914, que bajo Salamanca,
Escalier y Pando, izaron la bandera política por la
cual tantos esfuerzos han sido ya cumplidos, tantos
sufrimientos arrostrados, tanta sangre vertida, deben
buscarse unos a otros, después de las tormentas que
han asolado a la Nación y estrecharse las manos.
Nuestro papel en la historia boliviana no está termi­
nada, ni ha cambiado mucho, desde 1914 a esta par­
te.
Demos gracias a Oios por habernos concedido
sobrellevar con un corazón firme las desgracias de la
Patria y pidámosle asistencia para seguir trabajando
en su servicio.
Angostura, 12 de Marzo de 1937.

1 D. Canelas.
PARTIDO REPUBLICANO
SOCIALISTA
PARTIDO REPUBLICANO SOCIALISTA

La Revolución de 1920, dió margen a una lu­


cha intestina de los epílogos del Republicanismo. Lu­
cha en que triunfó una de las personalidades de ma­
yor fuerza, como era el Dr. Bautista Saavedra; me­
nos grande intelectualmcnte que Salamanca, pero de
mayores ambiciones, actividad y férrea voluntad.
Su Gobierno, se caracterizó, por lo que él mis-
;mo proclamara: “ Mi programa serán mis actos” , go­
bernando el país con una pequeña fracción disgrega­
da del Republicanismo, a la que inculcó una pasión
personal, realmente admirable que se ha mantenido
t través de los años.
Posteriormente, trató de organizar su ideolo­
gía de partido con tintes socialistas y de un reformis-
mo de literatura que no convenció a nadie.
Tocó al Dr. Saavedra, como Jefe de este par­
tido introducir en Bolivia, las primeras leyes sociales,
>ero también dejó una secuela de empréstitos, que
1 lasta hoy pesan sobre Bolivia como una carga fatí­
dica que frena su transformación económica.
Después de muchas vicisitudes, nuevamente
los azares de la historia han encumbrado en el poder
tta fracción política que hoy en día se caracteriza
r los desaciertos políticos, económicos y legales.
La ausencia, de una visión histórica ha hecho
este partido que su acción sea inocua, tocándole
se PARTIDO R E P U B L IC A N O SOCIALISTA

enfrentar los momentos más difíciles de la marcha in­


terna, sin la capacidad suficiente de conducción.
Hoy en día, el partido que luchara por la de­
puración administrativa, va planteando la disolución
nacional por su desaprensión en todas las actividades
públicas.
Un cuadro benigno del régimen actual, de­
muestra, la falencia del erario público, la crisis mo­
ral y económica, la falta de respeto a la personalidad
humana y al régimen legal; señalándose como actos
ya normales la alteración de la economía jurídica, el
veto de leyes vencidos los términos constitucionales
o la promulgación de leyes alterando su contenido,
cual ocurre con el Servicio Militar.
Quizá, el desacierto más violento y cuyas con­
secuencias futuras son muy claras, reside, en haber
socabado los cimientos de una nacionalidad con una
política dirigida de regionalismo secante especialmen­
te hacia el Departamento de Cochabamba, contra el
que se han venido dictando medidas que obedecen a
un plan preconcebido tendientes a asfixiar la marcha
. de. esta oarte del país.
I

PR O G R A M A R E P U B L IC A N O S O C IA L IS T A

Adoptado en 2 de Septiembre de 1930

BASES ECONOM ICAS DE U N A NUEVA NACIONALIDAD

Vías férreas de acceso a regiones productivas


y colonizables. Caminos de penetración al Chaco y
las regiones ganaderas del norte de la república. Fo­
mento de la ganadería. Leyes agrarias destinadas a
la parcelación y cultura de la pequeña propiedad. Re­
visión de las concesiones de tierras. Readquisición de
tierras por el Estado para ubicar centros inmigrato­
rios. Amparo a los capitales extranjeros y nacionales.
Fomento de la riqueza pública en todas sus manifesb
taciones. Concesión y explotación de petróleo, a ba­
se de asociación del Estado y de capitales nacionales
y extranjeros. Participación adecuada del Estado en
las futuras concesiones de minas. Reserva para el
porvenir de tierras, minas, yacimientos de petróleo y
carbón.

SA N E A M IE N T O SOCTAL

Guerra al alcoholismo y al juego. Abolición de


loterías 'fiscales. Bienestar de clases obreras.
Abaratamiento de la vida. Vivienda barata.
Economía es riqueza. Fomento del ahorro nacional.
100 PARTIDO R E P U B L IC A N O SOCIALISTA

Participación del ahorro popular en la industrializa­


ción del país a base de acciones al alcance del pequeño
capital. Casas para obreros. Seguros sociales (inva­
lidez, enfermedad, maternidad, vejez, muerte, deso­
cupación).

AMPARO, E FIC A C IA Y FO M EN TO DEL TRABAJO

Racionalización del trabajo. Salario mínimo


por razón de clasificaciones obreras. Aplicación de la
ley de jornada de ocho horas. Leyes de amparo a em­
pleados del comercio e industrias. Protección a la ma­
ternidad y a la infancia en establecimientos mineros
e industriales.

ASOCIACION DE FUERZAS S IM IL A R E S. SU FERSONRIA


LEGAL

Reconocimiento de la personería de gremios y


federaciones gremiales.

RAZA FU E R TE Y SANA

Población sana y fuerte, como la mejor rique­


za de un país. Fomento de inmigración de razas vigo­
rosas y progresivas. Prohibición de inmigrantes chi­
nos, negros y de personas afectadas de enfermedades
contagiosas. Interdicción matrimonial de individuos
trasmisores de herencia degenerativa. Lucha contra
las enfermedades de trascendencia social. Higiene y
salubridad. Fomento extensivo del deporte. Policías
sanitarias en las fronteras.
i’AfcTiÜO REFÜ3BLÍCANÓ á O é íA L iS T A 101

HAGAMOS DE LA RAZA IN D IG E N A U N FACTOR DE PRO­


GRESO N A CIO N A L. ELLA ES IN T E L IG E N T E Y BU EN A
( .
Amparo efectivo a la raza indígena. Su edu­
cación apropiada a la agricultura y oficios manuales.
Legislación especial civil y criminal para indígenas.
Patronatos y tribunales especiales de protección y
justicia para ellos. Abolición progresiva del “ pon­
gueaje” . Legislación sobre comunidades y relaciones
de colonos y patronos. Multiplicación de escuelas.

COMO DEBEMOS EDUCAR A NU ESTRA S JU V E N T U D E S

Preferencia de la educación moral sobre la


simple alfabetización. Formación del carácter antes
del bachillerismo. Autonomía Universitaria. Tecni-
cidad de la enseñanza. Pensiones en el exterior para
la educación profesional y artística de la juventud.
Gratuidad de la enseñanza pública.

DE LAS CARGAS PUB LIC A S : A CADA U N O SEG U N SU


CAPACIDAD

Tributación a base del principio: a cada uno


según su capacidad. Impuesto progresivo a la renta,
sin herir el capital. Participación fiscal en las suce­
siones indirectas y graciosas. Discriminación y desa1-
gravación regresiva de impuestos que gravan artí­
culos de consumo. Abolición de impuestos de cuota
personal. Proteccionismo a industrias verdaderamen­
te nacionales. Restricción al proteccionismo prematu­
ro.
102 PARTIDO R E P U B L IC A N O SO C IA LISTA

R . REDITO E X TER N O E IN T E R N O . GARANTIAS


DE NUESTRAS DEUDAS

Creación de una caja autónoma do conversión


con recursos propios para amortización y conversión
de la deuda pública. Nacionalización de seguros con
participación del Estado.
... . ■ r ’

FORM ACION DE H A BITO S DF. A D M IN IST R A C IO N . DESA­


RROLLO DEL S E N T IM IE N T O DE LA RESPONSABILIDAD

Saneamiento de los órganos de administración


fiscal sobre bases de competencia y honestidad. Le­
yes protectoras de funcionarios públicos. Escala ri­
gurosa de ascensos.

LOS BUENOS CA M IN O S SON LOS V E H IC U L O S DE LA C IV I­


LIZA CIO N Y DE LA GRANDEZA DE U N TATS

Construcción de caminos sobre bases de im­


puestos y recursos especiales invertidos por entidades
industriales, comerciales y agrícolas. Adaptación de
la prestación vial en forma orgánica y racional a la
construcción de carreteras. Fomento de sociedades de
propietarios para la conservación de vías regionales.

IN S T IT U C IO N E S SEN C ILLA S Y HO NESTAS. SUFRAGIO


C O N SC IE N T E Y MORAL

Representación parlamentaria basada no sobre


cifras mavoritarias sino sobi;e intereses corporativos,
industriales, comerciales, universitarios. Extensión
de la representación popular a los centros de opinión
PARTIDO R E P U B L IC A N O SOCIALISTA 103

pública y dignificación del sufragio combatiendo el


tráfico del voto y la depravación política. “ Habeas
Cbrpus” . Municipalidades técnicas y eficientes. Leyes
orgánicas para el Ejército a base de funciones técni­
cas. Función social del Ejército.

D EPURACION DE LA JU S T IC IA . SACARLA DEL FANGO E N


Q U E ESTA SU M ID A
Autonomía real de la administración de justi­
cia. Su depuración completa.

N U ESTRA PO L IT IC A IN T E R N A C IO N A L

Reivindicación marítima con el lema: “ el mar


es fuente de la grandeza de las naciones” . Estableci<-
nvient-o de puertos fluviales en el Paraguay que satis-
L.gan ampliamente las necesidades futuras del país,
i : sa del Chaco boliviano. Relaciones de estrecha
co -per.ación comercial con los países vecinos.
La Paz, a 2 de septiembre de 1930.

NUEVO PR O G R A M A S O C IA L IS T A
I
Responde a una necesidad perentoria de la ho­
ra actual clarificar v definir la posición ideológica del
socialismo en el panorama político nacional. Siendo
el socialismo en su esencia un movimiento de masas,
tina doctrina económico - político al servicio de las
mayorías explotadas y uncidas al carro del capitalis­
mo privado, cuya emancipación material y espiritual
propugna como un imperativo ineludible en la marcha
progresiva.de la humanidad, el'Socialismo .boliviano
n6 puede estar ausente de esa gran corriente univer-
104 PARTIDO R E P U B L IC A N O SOCIALISTA

sal y tiene el deber de intervenir con soluciones pro­


pias en el mejoramiento del nivel de vida de las ma­
yorías nacionales.

I. — SOCIA LISM O C IE N T IF IC O EVOLU CIO N ISTA

La U. S. R. aspira a ser, ante todo, una pode­


rosa conjunción de fuerzas de opinión en actitud per­
manente de lucha por los ideales de liberación econó­
mica del pueblo boliviano, constantemente remozado
en sus cuadros y dirigido por núcleos intelectuales de
reconocida solvencia moral. Tiene, desde luego, fe
inextinguible en la virtud de sus principios, por estar
ellos desprendidos del examen de la realidad histórica
y social de Bolivia, y por fundarse en esa realidad las
premisas y conclusiones de su programa de aplicacio­
nes prácticas. Y se declara ser de tendencia evolucio­
nista, no revolucionaria, por cuanto persigue supe­
rarse incansablemente de acuerdo con las leyes gene­
rales de la evolución y actuar en consonancia con las
necesidades y posibilidades del medio social, económir
co y político del país. Esta actitud guarda conformi­
dad, de otra parte, con la tendencia generalmente
adoptada por las naciones que viven dentro de la ór­
bita humanística de la civilización occidental, herede­
ra de la vieja y gloriosa cultura greco - latina.
Es así que el socialismo boliviano, si bien acep­
ta la dialéctica marxista en la interpretación de los
hechos sociales y en la explicación histórica de las
causas operantes en la transformación progresiva de
los pueblos y adopta en consecuencia el método de in­
vestigación preconizado por la dialéctica para llegar
al conocimiento pleno de la realidad boliviana, al ori-
PARTIDO REPUBLICANO SOCIALISTA Í05

gen de los males y desventuras que afligen a nuestra


sociedad, a las frustraciones colectivas de nuestra
agitada y dramática historia, rechaza en cambio la
noción, admitida con harta ligereza por los titulados
marxistas ortodoxos, de que sólo la transformación
violenta y radical de la estructura social, por medios
también violentos (cataclismos) podrá conducir a la
humanidad a mejores formas de convivencia y a la
instauración de un régimen de permanente justicia
social.
Sin excluir en absoluto la tesis marxista de la
lucha de clases ni de la revolución social, medio este
último indicado para ir a la abolición de las clases
mismas y a una completa igualdad económica, el so­
cialismo evolucionista cree y sostiene que puede lle­
garse a idéntica finalidad por el ancho camino de las
soluciones evolutivas, dentro del marco de la ley y del
respeto a la dignidad, la libertad y los demás derechos
fundamentales del hombre civilizado. Siempre y cuan­
do se pueda evitar los dolores y la sangría que impli­
ca las conmociones violentas, para arribar a resulta­
dos satisfactorios en el mejoramiento de los niveles
de vida, en una ascensión paulatina de lo inferior a lo
superior, en la supresión gradual de las asperezas y
antagonismos de clases que dividen a la sociedad por
causas principalmente económicas, y en fin, en la ex­
tensión siempre creciente del bienestar del pueblo
(comprendidos en él las clases proletaria y media),
no se debe vacilar en aceptar las soluciones pacíficas,
legales y de mutua colaboración, y ésta es tarea de
estadistas y conductores penetrados de experiencia y
.sabiduría, dotados de espíritu sano, libres de odios, de
resentimientos y de ambiciones prematuras, conscien-
106 PARTIDO REPUBLICANO SOCIALISTA

tes de su responsabilidad histórica y patriotas en el


más amplio sentido del vocablo.
El socialismo evolucionista cree que la ortodoi-
xia revolucionaria no debe ser impuesta sin benefi­
cio de inventario, haciendo gala de intolerancia, de ob-
secación y de absoluto menosprecio a los valores es­
pirituales del hombre, por medio de procedimientos
análogos, si no peores, que los utilizados por el nazi-
fascismo internacional. Considera que no le es per­
mitido a ningún grupo político, por muy avanzado en
ideología que se precie ser, realizar desde el poder ex­
perimentos y ensayos con el pueblo boliviano, igual
que si fuese un conejillo de Indias, para trasplantar
en nuestro medio teorías y prácticas extrañas, sin nin­
guna raigambre ni en nuestra realidad indo-hispáni­
ca, ni en las peculiaridades étnicas, económicas y cub
turalcs del ambiente social boliviano. Lo experimen­
tado en el país con los teorizantes nazistoides del ré­
gimen de oprobio y de ineptitud depuesto en las jor­
nadas heroicas de julio, debería servir de inolvidable
lección a'este respecto, para no reincidir en toleran­
cias culpables con grupos políticos desprovistos de su­
ficiente solvencia intelectual y moral.
“ No hay revolución absolutamente necesaria
ni absolutamente indispensable — escribió Schmo-
11er— . Toda revolución puede evitarse con una refor­
ma oportuna. Y todo el progreso de la Historia eon-
..... r £/■ >••• - en lugar de revoluciones” .
.:! 'liberada intransigencia de la
r-nosprecio por los clamores y
le rVijo. s ■ ' f i-’-vmi nto a
priv'ilcg' ■■■ . ¡irciSij lunciada.' >. ■serut ' en i"
explotación cíe las mayorías, ¡tari necesario e ine
PARTIDO REPUBLICANO SOCIALISTA 107

ludible el empleo de la fuerza, para dar opción a los


explotados a mejores condiciones de existencia y a
una mayor participación en los bienes producidos con
la cooperación de su trabajo y su esfuerzo.

II. PARTIDO NO CLASISTA, S IN O NA CION A L


M AYORITARIO

La posición evolutiva del socialismo no exclu­


ye, pues, la posibilidad de la revolución social, pero
sólo como último recurso impuesto por la necesidad
histórica en un momento dado, y cuando para ese en­
tonces el proletariado se halle maduro para tener el
poder, con capacidad suficiente, para instaurar su
propia dictadura, socializar los grandes medios de
producción, abolir las clases, establecer la completa
igualdad económica y fundar la sociedad nueva sobre
las ruinas de la burguesía capitalista. Porque, como
lo dijo un notable escritor socialista (Paul Louis) re­
pitiendo conceptos del mismo Marx, ( i ) “ el socialis­
mo, que se le llama así, o que se le llame comunis-*
mo, no será realizado por hordas de infelices despro­
vistos de conocimientos, entregados a sus simples ape­
titos, por legítimos que sean, y urgidos únicamente
por llegar a un nivel de vida superior. No basta que
destruya y agregue nuevas ruinas a todas las que ha
acumulado la Historia. Tendrá sin duda que destruir,
pero reconstruirá a un mismo tiempo y erigirá una1
(1) La frase exacta de M arx es la siguiente: ”No sólo es pre-,
ciso que una clase exista para que pueda conducir por sí sola los
destinos de la colectividad: es necesario que esa clase adquiera con­
ciencia. adquiera cultura y adquiera capacidad suficiente para con­
ducir al pueblo todo” ,
108 PARTIÓO REPUBLICANO SOCIALISTA

nueva estructura, pero no subsistirá ni vencerá a sus


enemigos mientras no haya mejorado la producción
y la repartición de las riquezas, modificándolas radi­
calmente, mientras no haya cumplido sus compromi­
sos y satisfecho las esperanzas de los pueblos” .
En efecto, una dictadura proletaria en esas
condiciones, por “hordas de infelices desprovistos de
conocimientos y guiados por sus simples apetitos” , a
más de ser catastrófica, sólo llevaría a la dictadura
de unos pocos ambiciosos interesados en usufructuar
del poder, por mucho que disfracen sus ansias de do­
minación hablando en nombre del proletariado. Y na­
da más contrario que esto a la esencia del marxismo,
(jue se opone a sustituir una oligarquía dominante
por otra, una forma de opresión por otra semejante o
acaso peor.
Por otra parte, el concepto de “ proletariado”
tiene en estos países de Indoamérica un alcance bas­
tante diferente al que se le asigna en el Viejo Mun­
do. Mientras allí el proletariado es el obrerismo in­
dustrial, bastante desarrollado como cantidad y como
conciencia de clase, aquí el obrerismo industrial es in­
cipiente, débil y poco numeroso, como incipiente es
también el desarrollo de nuestras industrias. Los tra­
bajadores del agro carecen de conciencia de clase,
constituyen una masa amorfa, dispersa y esclaviza­
da, desde hace siglos, cuya ignorancia y falta de co­
hesión la incapacita para exigir el cumplimiento de
las más elementales reivindicaciones humanas. En
cambio, la clase llamada media (pequeños industria­
les, comerciantes y rentistas, artesanos, granjeros,
empleados particulares y fiscales, profesionales li­
bres, cuya inseguridad económica los identifica d$
PARTIDO REPUBLICANO SOCIALISTA 109

más en más a la clase proletaria, hecho previsto ya


por Marx eh su Manifiesto, ese conglomerado que
fluctúa generalmente entre ambos extremos, presen­
tando su apoyo unas veces a las fuerzas capitalistas,
otras a las del proletariado, es sin disputa la clase
más fuerte y mejor dotada para la conducción de los
negocios del Estado, pues posee cultura, voluntad de
acción y conocimiento más exacto de su rol político y
revolucionario. Por ello, es imposible prescindir de
la clase media si es que se quiere alcanzar soluciones
completas y duraderas en el dominio económico >- so­
cial.
El socialismo boliviano tiene el deber de con-
juncionar y aglutinar estos diversos estratos sociales
cuyos intereses y aspiraciones hacia una vida mejor
son idénticos en el fondo, para constituir así el ver­
dadero partido nacional mayoritario, que realice al­
gún día la liberación económica de Bolivia y cimien­
te las bases de una firme prosperidad industrial, ma­
nufacturera y agrícola. No podemos admitir anta­
gonismos suicidas entre el obrerismo y el campesina­
do de un lado, y la vigorosa clase media, de otro. La
emancipación de los trabajadores no sj realizará en
estos países por obra exclusiva de los trabajadores,
sin la ayuda y la cooperación absolutamente necesa­
rias de la clase media. La experiencia europea de los
últimos años corrobora, una vez más, este acertó; el
sindicalismo revolucionario, que prescinde de toda
colaboración con los intelectuales de la burguesía me­
dia, no puede alcanzar el control político en ningún
país, a pesar de su sólida organización y de su indm-
,dable madurez. Y es que falta todavía mucho para
¡que la clase media se proletarice por completo en lq
110 PARTIDO REPUBLICANO SOCIALISTA

forma enunciada por el Manifiesto marxista.

I I I . — F U N C IO N DEL CA PITA L. — LA LIBRE IN IC IA T IV A

Verdad axiomática es que estos países hispa­


no - indígenas necesitan desarrollar en la mayor me­
dida sus posibilidades económicas. Para ello, precisan
explotar sus grandes riquezas naturales, tecnificar la
agricultura, abrir vías de comunicación a las zonas
productoras, aumentar y diversificar su producción,
favorecer su pronta industrialización utilizando en
lo posible materia prima nacional y con miras a sat­
isfa c e r las necesidades internas restringiendo cada
vez más la dependencia económica del extranjero, en
particular en lo que se refiere a la provisión de artí­
culos alimenticios. Bolivia se halla, justamente, en
este caso. Pero sin el concurso de capitales — para im­
portar maquinarias, montar instalaciones, pagar la
mano de obra, adquirir materias primas, contratar in­
genieros y técnicos, etc.— , es imposible realizar nin­
guno de los indicados tópicos.
E l capital es, pues, necesario para la etapa pre­
via de la industrialización, y atraerlo ofreciéndole las
garantías indispensables es hacer política realista y
patriótica. Ello no significa entregar maniatado el país
a la voracidad del imperialismo extranjero, del que
el socialismo es adversario irreductible por definición,
sino reconocer el principio elemental de que el desa:
rrollo económico de un país no puede hacerse sin la
ayuda del capital y sin el concurso de la técnica y de
la experiencia de naciones más adelantadas que la
nuestra. Esto es lo previo para alcanzar mejores ni­
veles de vida y para lograr la emancipación económica
ÍCÁRTIDO r e pu b lica n o socialista
111

del país. Entonces, a la sombra de una moderna legis­


lación protectora del trabajo aplicada en su justa me­
dida, veremos formarse un proletariado industrial y
agrícola numeroso y fuerte, que crecerá paralelamen­
te a la concentración de la riqueza, hasta que llegue
el momento de su socialización y de la abolición de las
clases. Los socialistas queremos que el capital extran­
jero acuda a realizar sus inversiones en este país,
creando nuevas industrias y tecnificando la agricul­
tura, pero deseamos también que actúe como coope­
rante en el bienestar nacional bajo el control del Es­
tado y no como amo y señor del mismo. Para realizar
sus inversiones y obtener sus legítimas ganancias, el
capital debe contar con las garantías legales necesa­
rias, tal como las encuentra en los países vecinos, cu­
yo ejemplo es suficientemente aleccionador al res­
pecto.
La explotación extractiva minera constituye la
principal actividad y la primera fuente de ingresos
para el erario público; es justo pues que ella cuente
con una protección especial para impulsar su desarro­
llo y contrarrestar los altos costos de producción de
minerales, cuya ley es cada vez más baja a medida
que se agotan los ricos yacimientos de antaño. Mien­
tras llega la hora de declarar su nacionalización, la
minería debe ser protegida, a la sola condición de que
un porcentaje razonable de sus utilidades sea inverti­
do en el fomento de la agricultura o en la implanta­
ción de nuevas industrias productoras de artículos
esenciales para el pueblo boliviano.
Las relacir - 1 capital con el trabajo deben
encuadrarse a la aas de una legislación social
■ r anzada, que g íc .nti e el gradual e incesante me-
112 PARTIDO REPUBLICANO SOCIALISTA

joramiento del nivel de vida de los trabajadores, tan­


to en lo económico como en lo espiritual, pero cuya
aplicación justiciera y ajena a toda finalidad dema­
gógica, no quebrante las bases de organización ra­
cional de las empresas ni exceda de sus posibilidades
económico - financieras. Los conflictos deben ser en
lo posible evitados, pero una vez producidos, habrán
de ser resueltos mediante comités paritarios de conci­
liación y arbitraje, bajo la autoridad del Estado.
La libertad de empresa y de iniciativa debe
ser respetada y aun estimulada, siempre que no vaya
contra el interés social bien entendido. La libertad
económica, la libertad política, que se compenetran
mutuamente y constituyen la garantía más preciada
para el desenvolvimiento pleno de la personalidad hu­
mana, son los sillares en que se afirma la civilización
occidental que ha prohijado la evolución de los pue­
blos americanos a partir de la Conquista. Es imposi­
ble prescindir de estos elementos valorativos en la
transformación dialéctica de la estructura social lati­
noamericana. El socialismo entiende que la colectivi­
dad existe “para realizar el progreso del individuo y
mantener su libertad” , y que la .organización social
debe ser “ la condición, no la antítesis de la libertad in­
dividual” .
De aquí se desprende que el verdadero socialis­
mo no puede ser enemigo de la propiedad individual
en un sentido compatible con el interés y el progre­
so de la colectividad, es decir, siempre que dicha pro­
piedad sea el producto del trabajo personal y no al­
cance proporciones desmesuradas que amenacen la li­
bertad tanto del Estado como de los demás indivi-
p a r t id o r e p u b l ic a n o so c ia l is t a
1Í3

dúos. “ Es preciso poseer y controlar algo — decía el


laborista Macdonald— , pues de lo contrario ni se con­
trola ni se posee a si mismo” . Y la socialización mar-
xista, al referirse expresamente a los grandes medios
de producción capitalista que son explotados colecti­
vamente, deja a salvo la pequeña propiedad individual
“ penosamente adquirida con el trabajo, propiedad
oue se declara ser la base de toda libertad, de toda ac­
tividad, de toda independencia personal” , v que en
concepto de Marx-Engels va siendo abolida, o está
en vías de serlo, por el crecimiento de la gran indus­
tria y la concentración del capital.

El ideal socialista sería que todos los miem­


bros de la colectividad posean sus casas y sus huer­
tos, base del patrimonio familiar inembargable e ine­
najenable, protegido y garantizado por el Estado.

IV. — A U M E N T O Y D IV ERSIFIO A C IO N DE LA PRODUC­


C IO N . ----ECONOM IA PLA N IFIC A D A

La economía liberal burguesa, en cuanto sig­


nifica anarquía en la producción y distribución de los
bienes, se halla completamente superada en todos los
países civilizados. El Estado — gendarme cuyas fun­
ciones se reducen a las de un simple guardia munici­
pal, obligado a cruzarse de brazos ante la prepotencia
del capital, cuando no a ponerse incondicionalmente
a sus órdenes, ha pasado ya a la historia, juntamente
con el “ iaissez-faire” económico. Hoy el Estado es un
organismo de dirección y de administración, que exi­
ge capacidad técnica, eficiencia y moralidad a toda
114 PARTIDO R EPU B LIC A N O SOCIALISTA
H»¡¡.
prueba en sus conductores y agentes. Y a no es el re­
presentante de una oligarquía plutocrática compuesta
por personeros de la banca, la industria, la minería,
el comercio o el latifundismo criollo, sino que debe
reflejar con la mayor fidelidad posible la realidad de
las fuerzas vivas de la nación, que son las fuerzas
productoras obreras, campesinas y medias, creado­
ras de la riqueza colectiva con la ayuda, claro está,
del capital. Más este Estado, de orientación firme­
mente socialista, tiene el deber de ponerse al servicio
de las aspiraciones de aquellas mayorías que serán su
sostén y la sabia de donde extraiga su verdadera vi­
talidad y energía. Dentro del nuevo gobierno, las ca­
pacidades deben reemplazar a los poderes, y la direc­
ción técnica a la simple fruición del piando. En otros
términos, el gobierno puramente político de hoy da-
be ser sustituido por el gobierno económico, que, lue­
go de garantizar a todos el disfrute de los derechos
esenciales del hombre (las cuatro libertades de la Car­
ta del Atlántico), las garantice, también de la “ segu­
ridad económica” , es decir, un trabajo estable y jun­
tamente remunerado, una protección especial a la fa ­
milia, a los huérfanos, a los ancianos, a los inválidos,
a las madres sin recursos, a los niños, mediante los
respectivos seguros obligatorios a cargo de la clase
patronal y del mismo Estado, y mediante la más am­
plia difusión del sistema cooperativo en sus diferen­
tes modalidades.

El Estado socialista ha de propender a trans­


ir a la nación en una vasta asociación producto-
... ,ntc tiene qu? aplicar los
PARTIDO REPUBLICANO SOCIALISTA 115

principios de economía planificada, (2) de acuerdo


con los recursos, las necesidades y la capacidad de
trabajo y de rendimiento de la población. Tanto la in­
dustria como la agricultura han de tener en mira,
dentro de la producción planificada, satisfacer en la
mayor medida posible las más premiosas necesidades
internas, independizando poco a poco al país de la tu­
tela económica del extranjero. El excedente de esa
producción y los recursos que se obtenga de la explo­
tación de otras fuentes de riqueza, servirán para equi­
librar la balanza de pagos de nuestro comercio inter­
nacional. Así, bajo un severo control del Estado, con
un amplio margen para que la iniciativa privada se
desenvuelva satisfactoriamente, Bolivia podrá crear
y disfrutar sus propias riquezas, y recién entonces se
realizará la inmensa tarea de elevar el nivel social y
cultural de nuestras masas obreras, capacitándolas
para su obra futura; nos será dado instruir, educar y
mejorar al indio, incorporándolo a la civilización; se­
rá abolido el feudalismo agrario y sustituido por la
cooperación agropecuaria de tipo socialista; los obre­
ros de la industria y los empleados del comercio se­
rán liberados del régimen esclavizante del asalariado
para tornarse en accionistas de las empresas, median­
te el régimen legal del accionariado; las masas cam-2

(2) Entendemos aquí por economía planificada, <la ¿lección


consciente y deliberada de prioridades económicas por la autoridad
pú b lica. La actividad económica es esencialm ente de elección...
En este contexto «autoridad pública» significa un Estado, un go­
bierno (con policía y fuerza m ilitar para im poner sus decisiones, si
fuera necesario), o algún otro organism o creado por el Estado y al’
cual se haya dotado expresam ente de ciertos derechos y funciones*.
(B. Wootton, «Libertad con Planificación»),
lie PARTIDO REPUBLICANO SOCIALISTA
1
pesinas serán emancipadas de su servidumbre secur
lar, y, en suma, Bolivia alcanzará a ser una unidad
política y económica, sobre la diversidad de produc­
ción de su rico suelo, conquistando al fin un sitial hon­
roso entre los pueblos fuertes y libres del continente.
En virtud de las anteriores consideraciones, la
Unión S. Republicana invita y llama al pueblo traba­
jador, a la clase media y al campesinado a alistarse
en sus filas, para luchar por su emancipación econó­
mico-política y por la verdadera grandeza de la Pa­
tria, de acuerdo con el siguiente programa:

PR O G R A M A M INIM O

ECO N O M IA ' '^ ■ '

1. — Legislación de economía planificada pa­


ra organizar la producción, regular el comercio y la
industria, fomentar la industria, fomentar la indus­
trialización a base preferente de materia prima na­
cional, tecnificar la agricultura y satisfacer las nece­
sidades del consumo interno. Creación de un Consejo
Nacional de Economía y de Bienestar Social.
2. — Supresión de los monopolios extorsivos
que encarecen los consumos y los servicios públicos.
Nacionalización o municipalización progresiva de las
centrales de energía eléctrica, teléfonos, transportes,
ferrocarriles, etc.
3. — Nacionalización paulatina de la indus­
tria minera. Inversión obligatoria de un porcentaje
de las utilidades de las empresas mineras en la crea­
ción de nuevas industrias y el incremento de la agri­
cultura,
PARTIDO REPUBLICANO SOCIALISTA 117

4. — Protección especial a las inversiones de


capital tanto nacional como extranjero, en industrias
de artículos esenciales (alimentación, vestuario, vi­
vienda higiénica y barata) mediante aranceles pro­
teccionistas y libre disposición de un porcentaje de
sus utilidades.
5. — Moneda sana y estable. Lucha efectiva
contra la inflación, el encarecimiento de la vida y la
especulación.
6. — Reforma integral de la legislación tribu­
taria yendo a la supresión de los impuestos que gra­
van los consumos (artículos de primera necesidad).
Alivio del monto de imposiciones que recaen sobre el
pequeño comercio, las profesiones y la pequeña indus-
tria, tratando de reemplazarlas con el impuesto di­
recto a las herencias, donaciones, legados, el mayor
valor del suelo tanto urbano como rural, etc., siempre
que estas cargas no tengan un carácter extorsivo. Im­
puesto creciente al ausentismo, a la importación de
artículos de lujo y al capital improductivo. Impuesto
directo y progresivo sobre la renta general, con ex­
cepción de salarios y sueldos bajos. Unificación de la
percepción de impuestos nacionales, departamentales
y provinciales que afecten la misma materia imponi­
ble.
7. — Revisión de las tarifas de los servicios
públicos y privados. Tarifas diferenciales sobre trans­
porte de productos alimenticios.
8. — Reforma de la legislación aduanera, co­
mercial y bancaria. Control de la exportación de ca­
pitales.
9. — Electrificación de la industria, la agri­
cultura v los transportes. Instalación de centrales dq
11B PARTIDO REPUBLICANO SOCIALISTA

energía eléctrica, talleres metalúrgicos, fábricas de


cemento y fábricas de explotación de nuestras rique­
zas metalúrgicas con capitales fiscales o mixtos.
TRA BA JO Y SEGURIDAD ECONOM ICA

1. — Mantenimiento de todas las conquistas


sociales alcanzadas por las clases laboriosas en orden
a jornada máxima, vacaciones pagadas, participación
en las utilidades, derecho sindical, derecho a huelga,
protección especial al trabajo de mujeres y menores,
desahucios e indemnizaciones por despidos, etc. Pro­
hibición del trabajo nocturno, salvo en ciertas indus­
trias en que sea imposible suprimirlo.
2. — Salario mínimo vital, de escala móvil, paj-
ra cada rama de la producción y para cada zona geo-
gráfico-industrial, Salario mínimo para el trabajo a
domicilio. Vigilancia y control de su aplicación por cot-
misiones mixtas obreras y patronales, con interven­
ción del Estado.
3. — Descanso semanal mínimo de 36 horas
continuas.
4. — Pago del salario en moneda nacional, de­
biendo ser inembargable hasta un monto calculado su­
ficiente para la subsistencia del trabajador y su fatni-.
lia. Igualdad de salario e igualdad de producción pa­
ra trabajadores de uno y otro sexo.
5. — : Reglamentación del servicio doméstico.
6. — Reglamentación higiénica de las fábri­
cas, talleres y lugares de trabajo. Seguridad indus­
trial, medicina del trabajo. Alojamiento higiénico pa­
ra los obreros y empleados de la ciudad o el campo
que se alberguen en casas y locales de los patrones.
7. — Legislación agraria,
Pa r t id o r e p u b l ic a n o s o c ia l is t a
U9

8. — Creación de oficinas fiscales y municipaif


les de colocación obrera, administradas por comisio­
nes paritarias. Supresión de las Agencias comerciales
de colocación. Represión y sanción penal para reen­
ganchadores de obreros. (Matrícula).
9. — Legislación procesal del trabajo. Desig­
nación de los magistrados del trabajo por la Corte
Suprema, de Justicia.
10. — Seguro Social Nacional contra los acci­
dentes del trabajo y la enfermedad, invalidez, vejez,
desocupación v muerte. Dotación a la maternidad y
protección a la infancia, por el Estado y el Munici­
pio. Lucha contra la mortalidad infantil.
11. — Leyes que amparen y beneficien a los
empleados, tanto particulares como fiscales y muni­
cipales. Sueldo mínimo y extensión del subsidio fami­
liar a todos ellos.
12. — Legislación y fomento de cooperativas,
mutualidades y ahorro popular en sus diferentes for­
mas de expresión. Accionaria de obreros.
13. — Creación de institutos de enseñanza pro­
fesional para obreros y artesanos, de bibliotecas, cen­
tro de recreo y sano esparcimiento, deportes, teatro
popular, etc.
14. — Fijación del término de duración máxi­
mo del trabajo en el interior de las minas, tendiendo
a emplear a los asalariados en faenas al aire libre, por
un te mpo prudencial, salvo el caso de los técnicos y
especialistas cuyo trabajo tiene características espe­
ciales.
15.— Tnterve-Hón ble r] ■' ~st°dn no-
dio de profesionales y funcionaros sp r r - 1
en los contratos de trabajo y certificados de sanidad
120 FARTIDO REPUBLICANO SOCIALISTA

16.— Obligatoriedad para las empresas mi­


neras y fabriles de mantener técnicos de seguridad.

EDUCACION

i — instrucción gratuita y obligatoria para to­


dos los niños hasta los quince años de edad. Escuela
unificada, desde el Kindergarten hasta la Universi­
dad o el Politécnico, Sistema punitivo contra los con­
traventores.
2. — Edificación escolar.
3. — Mejoramiento de la condición económica
de los maestros.
4. — -Suministro gratuito de libros y útiles a
los niños de las escuelas. Ropero, desayuno y comedor
escolar.
5. — Gratuidad de los estudios para los más
aptos y que carezcan de recursos en los ciclos medio,
normal, especial y universitario.
6. — Imprescriptibilidad para el Estado de
atender la Instrucción Pública.
7. — Protección del niño contra la acción del
delito y del hambre. Sostenimiento de las Escuelas
Hogares, proporcionando al niño desayuno, almuer­
zo, comida, etc.; según sus necesidades, lo mismo que
habitación y cama para los que las requieran. Botica
y hospitalización y cambio de clima en las colonias es­
colares creadas para tal objeto.
8. — Coordinación de los sistemas y planes de
estudio entre las diferentes Universidades autóno­
mas de la República. Intercambio frecuente de profer
sores y alumnos.
9. — Protección especial a las ciencias y las ar-
PARTIDOR-REPUBLICANO SOCIALISTA 121

tes. Tecnificación de la enseñanza en servicio de la


industrialización del país y el mejor aprovechamiento
de sus riquezas naturales.

R E G IM E N C IV IL Y PEN A L

1. — Igualdad civil para ambos sexos.


2. — Igualdad de derechos y obligaciones pa­
ra ambos cónyuges en la administración y dirección
del hogar y de los bienes conyugales.
3. — Igualdad de los hijos ante la ley.
4. — Protección especial a la familia. Revisión
de la ley del divorcio absoluto. Libreta de sanidad y
patrimonio familiar inembargable.
5. — Prohibición de emplear al Ejército en los
conflictos entre el capital y el trabajo.
6. — Nueva legislación civil y penal inspirada
en las orientaciones cientificas contemporáneas y de
acuerdo a la realidad nacional.
7. — Legislación y Tribunales para Menores.
8. — Efectividad de la independencia judicial,
a base de su autonomía económica y alejamiento de to­
da influencia política en dicho Poder del Estado.
9. — Designación de Vocales de Cortes de Disi-
trito de la República, por la sola autoridad de la Con­
té Suprema.
10. — Organización y vigencia del Escalafón
Judicial.
11. — Inamovilidad de los funcionarios del Po­
der Judicial, salvo el caso de separación o destitución
mediante los procedimientos legales.
122 PARTIDO REPUBLICANO SOCIALISTA

CU ESTIO N AGRARIA

1. — Lucha contra el latifundismo improduc­


tivo.
2. — Distribución por el Estado de tierras fisu
cales convenientes para la agricultura y la ganadería,
por lotes y parcelas a quienes las soliciten, debiendo
prestarse a estos los medios necesarios para el traba­
jo. Las tierras fiscales no distribuidas y aptas para
el cultivo, se destinarán de preferencia para el culti­
vo agrícola al elemento nacional, y, en ausencia de
éste, a núcleos inmigratorios solventes, favorecidos
con la excepción de todo impuesto por el término de
cinco años y con dotación de servicios sanitarios.
3. — Contribución territorial progresiva al
mavor valor del suelo. Impuesto al ausentismo de los
propietarios rurales.
4. — Reversión de las tierras fiscales cuyos fa­
vorecidos no hubieran cumplido las condiciones de la
concesión.
5. — Fomento de la pequeña propiedad y crea­
ción de cooperativas agropecuarias de tipo socialista
protegidas por el Estado.
6. — Suministro gratuito a los pequeños agri­
cultores de elementos técnicos de dirección e informa­
ción, de aperos e instrumentos de labranza, semillas,
animales, etc. Concesión de crédito. Servicio infor­
mativo gratuito acerca de las condiciones del merca­
do tanto interno como internacional.
7. — Política triguera sobre bases racionales y
científicas. : ‘
8. — Creación de estácibfieí'dé'experimenta-
l'Ak'ri&ó Republicano socialista 123

ción agropecuaria en todos los distritos agrícolas del


país.
Q.— Legislación sobre el sistema de arrenda­
miento y colonatos de fundos rústicos. Aparcería en
la producción y venta de los productos en las hacien­
das y fincas.
10. — Código Agrario. Legislación y plan
científico sobre regadíos.
11. — Extensión de los beneficios de leyes pro­
tectoras del trabajo a los campesinos, en todo lo com­
patible con la naturaleza especial de las faenas agrí­
colas. Servicio de inspección para vigilar el cumpli­
miento de dichas leyes.
12. — Contralor del comercio exterior de pro­
ductos agrícolas y ganaderos.

PROBLEMA BEL IN D IO

1. — Solución del problema histórico, socioló­


gico y económico del indio, a través de la Escuela tipo
Warisata.
2. — Organización de granjas del Estado pa­
ra la recuperación y capacitación del selvícola.
3. — Conservación de las comunidades indí­
genas, propendiendo a convertirlas en vastas asocia­
ciones cooperativas agropecuarias con los adelantos
más modernos y la simultánea educación del indio pa­
ra ral efecto.
¿f.— Protección a la pequeña propiedad indí­
gena y fomento de las industrias caseras y del arte in­
dígenas, restietando las características de cada región
geográficq-económica.
5.— Campaña contra el abuso del alcohol y la
124 PARTIDO REfüRUdAtíÓ SOCIALISTA

coca; industrialización de este producto. Lucha con­


tra las supersticiones y la explotación dei indio en las
festividades religiosas. Revisión de aranceles ecle­
siásticos.
*" 6.— Campaña sanitaria e higiénica en los nú­
cleos campesinos; lucha contra las enfermedades en­
démicas y epidémicas; servicios social médico gratui­
to por intermedio de postas sanitarias ambulantes.
Botiquines médicos para las comunidades y escuelas
rurales.
7. — Abolición del servicio personal gratuito y
obligatorio. Todo trabajo debe ser remunerado con­
forme a ley.
8. — Creación del Departamento Nacional de
Asuntos Indígenas.
9. — Fundación de un Instituto Nacional de
Indiología.

H IG IE N E Y A SIST E N C IA SOCIAL

1. — Elevación de los porcentajes presupues­


tarios destinados a combatir las endemias y epidemias
que diezman la población urbana y rural, organizan­
do una campaña de lucha contra el paludismo, la tu­
berculosis, las enfermedades venéreas, la lepra, el
cáncer, etc.; bajo la dependencia responsable de una
Dirección General de Sanidad, en coordinación con
los organismos panamericanos que persiguen idénti­
ca finalidad.
2. — Creación de hospitales departamentales,
regionales, dispensarios, sanatorios y casas de salud.
Asistencia materno-infantil grauita para las clases
necesitadas.
pAfeTíüó Republicano socialista m

3. — Higiene industrial e higiene escolar. A sis­


tencia dental gratuita para los escolares y la infancia
desvalida.
4. — Creación del Cuerpo Médico del Estado
y de la carrera sanitaria, para que su acción profilác­
tica y curativa llegue a todos los ámbitos de la Rep—
Mica. Escalafón Médico.
5. — Coordinación de labores con las Sociedav
des de Beneficencia Pública y privada.
6. — Plan racional de saneamiento, a base de
los recursos propios de cada localidad y con la ayuda
del Poder Central.
7. — Extirpación dél alcoholismo, las toxico­
manías, la prostitución y otros vicios degenrativos.
Control fiscal en la venta de narcóticos.
8. — Fomento del deporte como parte de la hi­
giene sanitaria, a cargo de organismos técnicos y au­
tónomos, con la representación de los institutos y clu­
bes que se interesen por él.
9. — Ficha sanitaria obligatoria de todos los
habitantes y estantes del país.
10. — Fundación de Escuelas de Enfermeras y
Visitadoras Sociales en las ciudades más pobladas de
la República.
11. — Educación física obligatoria hasta los
18 años. Reducción del servicio militar a un año.
R E G IM E N TO LITICO - A D M IN IST R A T IV O

1. — Municipalidades electivas y autónomas.


Alcaldes elegidos por los Concejos Municipales, sin
intervención del Ejecutivo.
2. — Sufragio universal secreto e igual para
ambos sexos. Igualdad de derechos cívicos para hom-
Í2l PARTIDO REPUBLICANO áOClALtSTÁ

bres y mujeres en cargos representativos ante Mu­


nicipios y Congreso Nacional. Representación de mi­
norías. Sufragio obligatorio para el hombre.
3. — Iniciativa y referendum popular.
4. — Provisión de los cargos públicos median­
te concurso e inamovilidad de los funcionarios que
demuestren eficiencia. Preferencia, en igualdad de
méritos, a los postulantes que carezcan de otra ren­
ta que no sea la proveniente del trabajo personal. Re­
presión del nepotismo y acumulación de cargos.
5. — Escalafón de empleados públicos y regla­
mentación de ascensos. Sindicalización voluntaria de
los empleados fiscales y municipales.
6. — Subsidio familiar para empleados y tra­
bajadores.
7. — Leyes que castiguen rápida y severamen­
te a los que delincan en el ejercicio de funciones pú­
blicas. Inhabilidad permanente para ocupar cargo al­
guno para los autores de peculados, malversaciones,
prevaricato, soborno y cualquier forma de.enriqueci­
miento ilícito a la sombra de las funciones públicas.
Radicatoria por cierto tiempo de los individuos que,
habiendo desempeñado un cargo de responsabilidad,
pretendan ausentarse del país, a efecto de que se prq-
duzcañ las denuncias contra su actuación, si hubiere
lugar.
8. — Prescindencia absoluta de las fuerzas ar­
madas de toda ingerencia en política y en administra­
ción (excepto lo militar). El orden público debe es­
tar a cargo exclusivo de las policías y los mecanismos
judiciales. Tecnificación del Ejército y su coopera­
ción en obras viales, de colonización y en la economía
planificada.
PARTIDO REPUBLICANO SOCIALISTA 127

PO L IC IA IN T E R N A C IO N A L

1. — Cumplimiento de los compromisos con­


traídos por Bolivia en las diferentes conferencias y
convenciones internacionales, tendientes a consoli­
dar el orden democrático en el mundo y la solidari­
dad de los pueblos americanos.
2. — Propugnamos una política de entendi­
mientos directos como medio para la solución de nues­
tro problema portuario que permita a Bolivia £u libre
acceso al mar.
La Paz, diciembre de 1946.
Enrique Ilertzog. — IVahío Belmonte Pool.—
Francisco ¡Macano Soni-co.— jefas de la l Tnión S o ­
cialista Republicana.
Alfredo Mollinrdo.
Presidente del Gran Consejo de la U. S. R.

Pedro Montano
Secretario Genera’
0M
! PARTIDO DE LA
FALANGE SOCIALISTA
BOLIVIANA
P A R T ID O D E L A F A L A N G E S O C IA L IS T A
B O L IV IA N A

Las condiciones, de la situación económica del


país y la bancarrota de los partidos llamados tradicio­
nales, da lugar a que nuevas fuerzas, aparezcan en
el escenario político, pero dejando ya de lado las gas­
tadas enunciaciones líricas de programas más o me­
nos rimbombantes.
Falange Socialista Boliviana, se basa princi­
palmente en su exaltado fervor patriótico y su con­
cepto nacionalista violento. Parte del principio de la
cooperación de clases para combatir la lucha de clases
y consiguientemente a todas las ideologías de izquier­
da.
Su organización, se orienta en una estricta
disciplina gerárquica que según su programa es el
resultado de la selección del más apto.
Le falta madurez de análisis sobre la marcha
histórica de la Humanidad y olvida que Bolivia ne­
cesariamente tiene que sufrir y marchar condicionat-
da por las fuerzas exteriores, ya que no es un Estado
absolutamente autónomo que pueda organizarse sin
depender de esas fuerzas exteriores.
Pretende, imponer la justicia social, que no la
juzgamos posible, mientras la división de clases, sea
la forma de estructuración de la sociedad actual; ya
que esa justicia social será el resultado de nuevas for-
132 PARTIDO DE LA F. S. 8.

mas de organización sobre bases humanas y cuando


desaparezca la explotación del hombre por el hombre.
Entretanto los más bellos enunciados sólo se­
rán aspiraciones irrealizables en una sociedad en que
la clase poseedora tiene que explotar a la desposeída,
Condición, sin la que no sería posible su existencia.
PR O G R A M A D E P R IN C IPIO S
¿Q U E ES F. S. B.?

Falange: Por su fuerza organizada y discipli­


nada para la lucha y el trabajo.
Socialista: Porque ha de instaurar en la vida
nacional, el imperio de la Justicia Social.
Boliviana: Porque se inspira en un profundo
fervor patriótico y nacionalista en la solución de nues­
tros problemas.
Falange Socialista Boliviana es una nueva co­
rriente Popular que congrega en sus filas a todos los
bolivianos que luchan por forjar una Patria Grande
y Justa.
Exige en su organización interna un riguroso
concepto de Disciplina como subordinación conscien­
te del individuo a la realización de un fin colectivo,
y un sistema de Jerarquía, basado en la selección del
más apto.
Estos dos conceptos inspiran la estructuración
del:

NUEVO ESTADO BOLIVIANO

Organismo eterno y supraindividual que re-


, presente totalmente a la Nación cuya suprema misión
no es esporádica en el tiempo y en la historia, sino
que tiene la responsabilidad de eslabonar una conti-
134 Pa r t id o de la f . s . b .

nuidad armónica en el destino de las generaciones


pasadas, presentes y venideras; que excluye la in­
disciplina social representada por dos formas políti­
cas: la desorganización anárquica, producida por el
relajamiento del principio de autoridad y el entroni
zamiento de tiranías oligárquicas y caudillistas.
El sistema jerárquico suplirá los privilegios
clasistas o de grupo dando opción a cualquier boliviai
no a ocupar el puesto que su capacidad le asigne.
Será gobierno de un nuevo sentido democráti
co: “no el derecho político de los más en servicio de
los intereses de los menos, sino el deber político de las
minorías en servicio del pueblo todo” .
Bajo los principios de: Organización, Justicia
y Solidaridad, el Nuevo Estado Boliviano será un or
ganismo integral que basado en la voluntad de ser de
una nación, subordinará los intereses personales, de
grupo y de clases, al supremo interés de la boliviani
dad, y podrá cumplir el amplio programa de recons­
trucción integral a que aspira para realizar:
i ’ . La Grandeza de Bolivia. — Amamos a Bo
livia por encima de todo egoismo. Creemos en el des.
tino eterno de nuestra nacionalidad y en nuestra mi
sión histórica de hacer resurgir en América una Bol i
via enaltecida y gloriosa. Luchamos por engrandecer
y dignificar la Patria.
2\ La Creación del Alma Nacional. — Restan
rando la fé en el destino de nuestro pueblo; formare­
mos un alma nacional inspirada en la tradición de las
grandezas y virtudes colectivas, en la fisonomizacióu
de un arte v cultura propios y en la estima de núes
tras posibilidades como Nación.
PARTIDO DE LA F. S. B. 135

oo’ La Unidad de la Patria. — Sólo concebi­


mos la Bolivia Unica por la vinculación espiritual y
material de sus pueblos. Es criminal todo intento de
romper la unidad nacional. Morirá para siempre la
Bolivia desmembrada y regionalista.

4". La Solución Integral de Nuestros Proble­


mas. — Nuestra solución revolucionaria será inte­
gral. No admitimos transacciones políticas ni reme­
dios unilaterales ni parciales. Forjaremos la concien­
cia y el destino colectivos íntegramente.

5?. Falange como Movimiento Social. — No


constituimos un mero partido político. Movilizaremos
y fortaleceremos todas las energías espirituales, cul­
turales y económicas de la Nación. Nuestra visión so­
cial nos hace concebir a Bolivia expresada auténtica­
mente en el florecimiento de todas sus posibilidades.

6q. El Trabajo de todos bajo un Régimen Or­


gánico. — Nuestra Patria será para todos los boli­
vianos,-sin privilegios de clases. Todo boliviano se
sentirá partícipe de la tarea de crear una Patria y
de la alegría y ennoblecimiento que ella le proporcio­
ne. El individuo participará de la unidad orgánica del
Estado mediante un régimen corporativo en que ca­
da uno desempeñe su función de acuerdo a la calidad
y especialización de su trabajo.

7°- El Imperio de la Justicia Social. — Impon­


dremos la más estricta justicia social, dando a todos
lps hijos de Bolivia bienestar moral v económico. Fo-
ntaremos la exolotación de nuestras fuentes de ri-
136 PARTIDO DE LA F. S. B.

queza, solidarizando los factores de la producción y


organizándola de acuerdo al interés colectivo, hacien­
do imposible la explotación del hombre por el hombre
y la lucha de clases.
89. Un Nuevo Orden Económico. — Todo bo­
liviano tiene la obligación de trabajar y producir. El
trabajo y la producción deben beneficiar a la colecti­
vidad entera. Combatiremos la inmovilidad y la fu­
ga de capitales, la hipertrofia del poder financiero de
los potentados y se nacionalizarán progresivamente
las principales fuentes de producción.
9°. La Redención del Indio. — El indio es la
raíz de nuestra nacionalidad. Un plan de reforma
agraria le dará su liberación económica, y un plan
educacional, su calidad y dignidad humanas.
Haremos del indio un ser apto para cumplir
una función consciente en el Nuevo Estado Bolivia­
no, habilitándole para un trabajo técnico rural y pa­
ra su emancipación cultural.
io9. La Educación y la Cultura. — Reforma­
remos la educación pública. Crearemos la Nueva Uni­
versidad Boliviana con la misión trascendental de
preparar generaciones que completen la obra de edi­
ficación de una Patria Grande.
Socializaremos la ‘cultura, de modo que todos
tengan las mismas posibilidades para desarrollar sus
aptitudes y aspiraciones. Nuestra Gran Causa redi­
mirá a Bolivia por el estudio, el trabajo y la honra­
dez.
i i 9. El Problema Moral. —^ Consideramos co­
rno factor principal de nuestra decadencia colectiva,
el relajamiento de los principios morales del indivi­
duo.. Extirparemos la inmoralidad - funcionaría y el
PARTIDO DE LA P. S. B. 13?

descriífetió de ios apetitos, para formar un pueblo


austero, consagrado al cumplimiento de sus deberes
y a la superación de su destino.
12. El Régimen Familiar. — La familia es la
célula matriz de la organización social; constituye el
fundamento de la formación integral de la persona­
lidad humana; de la moral y salud públicas y del per­
feccionamiento de la Nación.
El Nuevo Estado asegurará respeto, bienes­
tar, estabilidad, superación ar la familia boliviana.
13’ . La Cuestión Religiosa. — Defendemos Jos
fundamentos de la cultura cristiana. Nuestra filoso­
fía y nuestra moral se inspiran en la doctrina de Cris­
to. El Nuevo Estado reconocerá como oficial la Reli­
gión Católica; admitiendo la libertad de cultos.
I49. La Integridad Nacional. — Exigiremos la
solución definitiva de nuestros problemas territoria­
les y de nuestro enclaustramiento geográfico. Para
ello confiamos en una nueva conciencia internacional
y nuestra propia fuerza y voluntad de hacer triunfar
nuestros derechos.
15<?. Política Continental. — Creemos en la
unidad de destino de los países indoamericanos y en
la necesidad de una política continental de coopera­
ción económica y comprensión espiritual para formar
un frente único contra el imperialismo extranjero.
16". Nuestro Estilo Revolucionario. — Lo que
distingue a Falange es su estilo revolucionario. Sus
hombres prefieren los métodos decisivos y enérgicos
y aprecian, sobre todo, la capacidad de sacrificio. Fa­
lange despertará las energías vitales del país adorme­
cidas hoy, y alistará a todas las fuerzas de la nación
o con Falange o contra Falange.
138
PARTIDO DÉ LA É. S. B.

17". Nuestra Doctrina Futura. — Alrededor


de éstos principios básicos “ F. S. B.” faccionará pro­
gresivamente un cuerpo de doctrina, inspirada en y
para Bolivia.

FALANGE SOCIALISTA BOLIVIANA HARA U N A BOLIVIA


GRANDE Y JU S T A

D E C A LO G O D E L F A L A N G IS T A

1*. Ama a tu patria por sobre todo egoísmo.


2". Conságrate absoluta y eternamente a nues­
tra Gran Causa que es la Causa de Bolivia.
3°. Respeta las convicciones religiosas.
49. Haz conciencia de la disciplina, que es la
subordinación de la persona al servicio de la colecti
vidad.
59. Cumple el deber por amor al deber y no a
la recompensa.
69. Supérate cada día, porque los obreros de
las grandes Causas son primero constructores de si
mismos.
79. Desdeña la vida si la sacrificas por tu Ideal.
89. No retrocedas ni seas cobarde.
99. Sé digno, leal y ten voluntad de sacrificio.
io9. Desprecia la vida cómoda. Un falangista
es ante todo un luchador. ¡ Lucha y vencerás!
PARTIDO DE ACCION
SOCIAL DEMOCRATICA
Vx
•• "
•v Movíatiento
<í f»oc;o/?G' t*a •’ !

K f e - */
D E C L A R A C IO N D E P R IN C IP IO S D E A CCIO N
S O C IA L D E M O C R A T IC A

Primero. — Afirm a que es deber primordial


del Estado garantizar al hombre el derecho a la vida
y asegurar su pleno desarrollo espiritual y material.
El ejercicio de los derechos del individuo debe subor­
dinarse al bien social.

Segundo. — Sostiene que la liberación de la


necesidad y del temor, el ejercicio de las libertades
de pensamiento, religión, asociación, enseñanza y tra­
bajo y la igualdad de oportunidades — sin discrimi­
nación de raza, credo o clase — son indispensables
para el perfeccionamiento de la convivencia social.
Tercero. — Proclama que la democracia es el
único sistema político capaz de armonizar la libertad
r la dignidad del hombre con los intereses de la co-
Í ectividad, y es realizable y perfectible en tanto sea
[ puesta al servicio de una creciente nivelación econó-
| mica, social y cultural.
Cuarto. — Condena la violencia como sistema
gobierno o de acción política, por cuanto desvirtúa
principios democráticos y vulnera la conciencia
tica universal.
Quinto. — Atenta la necesidad de superar la
Itapa semi-colonial de la economía boliviana, recla­
ma la creación de un ambiente de estabilidad en fa ­
m PARTIDO DE ACCION SOCIAL DEMOCRATICA

vor del capital privado socialmente productivo, atri­


buyendo al Estado la función de planificar la econo­
mía y regular la distribución de la renta.
La planificación debe proponerse la expansión
de la producción y el consiguiente aumento de los bie­
nes de consumo al servicio de la colectividad, en tan­
to que la distribución de la renta debe dirigirse a ase­
gurar una participación equitativa del capital, del tra­
bajo y del Estado.

Sexto. — Afirm a la necesidad de una política


social orientada a realizar, sobre la base de una dis­
tribución equitativa de la renta, el bienestar material,
la seguridad económica y las oportunidades cultura­
les más amplias a todos los miembros de la colectivi­
dad.

Séptimo. — Afirm a que la nación constituye


una forma de organización y protección de los inte­
reses colectivos dentro de la comunidad internacional,
y, reconociendo lá creciente interdependencia de los
pueblos y de los Estados, postula, sobre bases de jus­
ticia y con exclusión de todo fin imperialista, una po­
lítica exterior de estrecha cooperación recíproca, par­
ticularmente con las naciones del continente america­
no.
En tal concepto, considera imprescindible una
leal adhesión a las organizaciones y servicios inter­
nacionales destinados a garantizar la seguridad colec­
tiva y de promover niveles económicos, sociales y cul­
turales sobre la base internacional.
PARTIDO DEL
MOVIMIENTO
NACIONALISTA
REVOLUCIONARIO
\

PR O G R A M A D E L M O V IM IE N TO N A C IO N A ­
L IS T A R E V O L U C IO N A R IO

El Gobierno Peñaranda, se caracterizó, por


un entreguismo violento de todo el patrimonio nacio­
nal. Contratos de goma, de minerales, etc., a precios
viles y despreocupación de los asuntos públicos y so­
ciales, que culminó con una sangrienta represión en
Catavi, que dió un saldo trágico de muchos cientos de
vidas.
Esa amargura, germinada desde las épocas
de la campaña, dió margen a que la oficialidad joven,
imbuida de ansias de superación, diera fin con ese go­
bierno, implantando un régimen que posiblemente ha­
bría tenido frutos beneficiosos para Bolivia, si no es
la intromisión de un civilismo, cuya plana mayor, co­
metió atentados que jamás se olvidarán.
El Gobierno, bajo la Jefatura del Tcnl. Gual-
berto Villarroel, el hombre sacrificado por su honra­
dez, patriotismo y confianza, tuvo que enírentai* por
una parte, la campaña internacional y por otra, el do­
gal de hierro con que fué rodeado por un sector del
M. N. R. Pero, es justo decirlo, dejó obras de largo
aliento.
El Movimiento Nacionalista Revolucionario, v
tuvo un programa progresista e implantó en el país,
las leyes más avanzadas en materia social. Sus fru­
tos habrían sido enormes, si la morbosidad de un sec-
14» PARTIDO DEL M. Ñ. ft.

íor de ese mismo Partido no hubiese cometido errores


imperdonables.
Fresca aun está la historia de este régimen,
para un enjuiciamiento sereno; pero, cuando los es­
píritus se apacigüen, posiblemente, se hará la discri­
minación de los que honradamente trabajaron en este
régimen y de los que sólo tomaron el momento para
su lucro personal o para saciar sus apetitos de vengan­
za y vesania.
Villarroel, abandonado en los últimos momen­
tos de su gobierno, por quienes sólo día antes jura­
ban defenderlo hasta la muerte, sucumbió en el pues­
to del sacrificio, llevando en su conciencia la convic­
ción de haber obrado bien, y quizá se dió cuenta del
engaño sufrido por parte de quienes fueron sus cola­
boradores, sólo cuando la locura pública, en la que ha­
bían resucitado instintos ancestrales, lo llevó al ca-
dalzo. Su cadáver pendiente de un “ farol” , será siem­
pre el símbolo del despertar de la minería y la clase
burguesa, que desde entonces han explotado la mise­
ria nacional, sin más norma, que su propio interés.
No podemos silenciar, su labor para redimir
a la clase indígena, por mucho de que las medidas
adoptadas hubiesen sido erróneas. ¿Demagogia o fal­
ta» de análisis del problema para solucionarlo adecua­
damente . .. ? Lo evidente, es que esta situación indi-
genal, fué removida en sus bases, con grave escánda­
lo de quienes, durante más de un siglo sólo viven de
la ignorancia y la labor de esta clase.
P R IN C IPIO S Y A C C IO N D E L “ M O V IM IE N TO
N A C IO N A L IS T A R E V O L U C IO N A R IO ”

I . — CONTRA LA FALSA DEMOCRACIA EN TR EG U ISTA

Proclamamos el Derecho del Boliviano, hom­


bre o mujer, como principio inspirador y fundamen­
to de la organización del Estado, el funcionamiento
de las instituciones y la aplicación o reforma de las
leyes. Y exigimos la cancelación de los privilegios que
permiten a los no bolivianos o a las empresas extran­
jeras, ejercitar derechos sin estar sujetos a las mis­
mas obligaciones que los bolivianos.

2 . ----CONTRA EL PSEÜDO SOCIA LISM O , IN S T R U M E N T O


DE U N A NUEVA EX PLOTACION

Denunciamos como antinacional toda posible


relación entre los partidos políticos internacionales y
las maniobras del judaismo, entre el sistema demo­
crático liberal y las organizaciones secretas y la in­
vocación del “ socialismo” como argumento tendien­
te a facilitar la intromisión de extranjeros en nues­
tra política interna o internacional, o en cualquier ac­
tividad en la que perjudiquen a los bolivianos. E xigi­
mos la prohibición absoluta de la intervención de ac-
148
PARTIDO DEL M. N. R.

cionistas o capital extranjero en los periódicos, revis­


tas y demás publicaciones. Exigimos una ley que obli­
gue a las empresas periodísticas o de cualquier géne­
ro de publicidad a declarar ante las autoridades civi­
les o militares cuando contraten servicios de redacto­
res o colaboradores extranjeros especificando los sa­
larios que les paguen y los servicios que aquellos pres­
ten. Exigimos la prohibición absoluta del ingreso de
extranjeros al Ejército para el Comando de tropas,
salvo como profesores de la oficialidad, previa apro­
bación mediante ley. Exigimos la formación de un
registro de todos los empleados dependientes de las
empresas extranjeras con especificación prolija de
antecedentes, sueldos o salarios, bajo la vigilancia del
Estado Mayor del Ejército. Exigimos la prohibición
absoluta de la inmigración judía y de cualquier otra
que no tenga eficacia productora.

3.— CON EL M O V IM IE N T O N A CIO N A LISTA REVO­


LU CIO N A RIO

Afirmamos nuestra fe en el poder de la raza


indomestiza; en la solidaridad de los bolivianos para
defender el interés colectivo y el bien común antes
que el individual, en el renacimiento de las tradicio­
nes autóctonas para moldear la cultura boliviana y
en el aprovechamiento de la técnica para construir Ja
Nación en un régimen de verdadera justicia social
boliviana, sobre bases económica y políticamente con­
dicionadas con sujeción al poder del Estado. Exigi­
mos la voluntad tenaz de los bolivianos para mante­
ner ante todo la propiedad de la tierra y de la produc­
ción, su esfuerzo político para que el Estado fortalecí-
PARTIDO DEL M. N. R. 140

do asegure en beneficio del país la riqueza proveniente


de la industria extractiva, y su acción individual pa­
ra formar la pequeña industria. Exigimos el concur­
so de todos para extirpar los grandes monopolios pri­
vados y que las actividades comerciales minoristas
sean desempeñadas exclusivamente por bolivianos.
Exigimos el estudio, sobre bases científicas, del pro­
blema agrario indígena con vista a incorporar a la
vida nacional a los millones de campesinos margina­
dos de ella, y a lograr una organización adecuada de
la economía agrícola para obtener el máximo rendi­
miento. Exigimos la nacionalización de los servicios
públicos. Exigimos la orientación de la enseñanza
pública con sentido nacionalista, el fomento del arte
vernacular en todas sus ramas, de'las industrias pre­
ciosistas populares y el destierro de todos los espectá­
culos nocivos para el carácter nacional y el bien de la
colectividad. Exigimos el respeto al profesor de Es­
tado y el respaldo decidido de las autoridades civiles
y militares para el maestro rural. Exigimos la orga­
nización y el fomento de la educación indígena sobre
bases económicas y pedagógicas que respondan a
nuestras posibilidades y a nuestra realidad. Exigimos
la unión y el esfuerzo de las clases media, obrera y
campesina en la lucha contra el superestado antina­
cional y sus sirvientes. Exigimos la activa interven­
ción de los trabajadores, de los profesores, estudian­
tes, artistas e intelectuales en la tarea de revitalizar
la conciencia boliviana y robustecer el carácter nacio­
nal por todos los medios. Exigimos la más íntima y
eficaz solidaridad de los bolivianos en la lucha contra
el espionaje.
150 PARTIDO DEL M. N. R.

4.— POR LA CONSOLIDACION DEL ESTADO Y LA SEG U RI­


DAD DE LA PATRIA

Denunciamos como una traición al país la “ po­


lítica del ahorro” que se basa en la reducción de los
sueldos de los servidores del Estado y en la tolerancia
del ausentismo de capitales. Denunciamos como una
traición al país los “ contratos legales pero inconve­
nientes” con el Estado. Exigimos la subordinación
absoluta de las grandes empresas que operan con el
exterior al Estado Boliviano, sin apelación de ningu­
na clase. Exigimos la inmediata dotación de equipos
modernos al Ejército con la intervención activa de la
oficialidad probada en la guerra, la organización de
la defensa contra el espionaje, el retiro de los jefes
de más de 55 años y la instrucción de los institutos mi­
litares con sentido de cultura política nacionalista,
Exigimos la construcción de F. C. Cochabamba San­
ta Cruz y del F. C. Sucre-Camiri. Exigimos la ejecu­
ción inmediata de un plan de vinculación de las pro­
vincias con las capitales. Exigimos la protección del
niño desde su gestación, por todos los medios y en to­
das las situaciones, como el primer deber del Estado.
Exigimos la prohibición absoluta del trabajo de los
niños.

= .---- PARA LA LIBERA CIO N ECONOM ICA Y SOBERANIA


DEL PUEBLO DE BOLIVIA

Exigimos una ley que reglamente el trabajo del


campesino, de acuerdo a las peculiaridades de cada
región, sin modificar las costumbres impuestas por el
medio geográfico pero garantizando la salud y la §4-
PARTIDO DEL M. N. ft. Í51

tisfacción de las necesidades del trabajador bolivia-


tío. Exigimos que toda obra de colonización tenga en
Vista hacer de todo boliviano, hombre o mujer, pro­
pietario de la tierra. Exigimos una ley que reglamen­
te las condiciones de trabajo de los obreros y emplea­
dos sindicalizados de las empresas internacionales,
constituyendo un organismo permanente para el rea­
juste de sueldos y salarios y para evitar el malestar
social. Exigimos una ley de Seguro Social Obligato­
rio y la cancelación de los organismos que entraban el
cumplimiento de las leyes sociales o sus beneficios
para los bolivianos. Exigimos un estatuto de servicio
civil que ampare, asegure y reglamente las funciones
de los empleados públicos, hombres y mujeres. Exigi­
mos la pena de muerte para los especulares, usure­
ros, contrabandistas, falsificadores, sobornadores de
funcionarios públicos y traficantes del vicio. E xigi­
mos la identificación de todos los bolivianos con los
anhelos y necesidades del campesino, y proclamamos
que la justicia social es inseparable de la redención
del indio para la liberación económica y soberana del
pueblo de Bolivia.

T E O R IA , M ED IO S Y F IN E S RE L A R E V O L U ­
CION N A C IO N A L

Uno de los líderes del Partido del M. N. R., el


Dr. Wálter Guevara Arze, fundamentó la doctrina de
su partido en los siguientes términos:
Este documento político está encaminado a ex­
plicar a los ciudadanos de la Provincia de Ayopaya la
teoría, los fines y los medios de la Revolución Nacio­
nal. Su estructura descansa en la certeza de que los
162 PARTIDO DEL XI. Ñ. ft. ,

hombres y mujeres de esta Provincia, son tan capa­


ces de comprender y están igualmente interesados en
los fundamentales problemas de la política nacional
como la están los habitantes de cualquier Capital de
Departamento. x
De las dos condiciones que se requieren para
explicar al pueblo los problemas que le interesan, es­
toy cierto de reunir la primera que es la honestidad y
me esforzaré por cumplir con la segunda que es la
claridad.
Valor político de laS provincias durante el do­
minio de la oligarquía. — Durante los régimenes de
la oligarquía o la “ rosca” (que es lo mismo), ¿cual era
el papel desempeñado por las provincias en el origen,
orientación y desarrollo de la política nacional ? Prác­
ticamente ninguno. Las provincias sólo servían para
elegir un Diputado cada cierto tiempo. Los deberes
de tal Representante eran simples, se limitaban a ob­
tener una pila para la plaza del pueblo, una nueva
campana para la torre de la iglesia y el arreglo de al­
gún camino vecinal. Elegido por sus compadres y sus
ahijados, por sus parientes y sus colonos, sus preocu­
paciones políticas no iban más allá del nombramiento
del Subprefecto, los Corregidores y los Jueces Parro­
quiales del distrito.
Para cosa tan simple no valía la pena de ex­
poner ni debatir ante el electorado provincial las fun­
damentales cuestiones económicas y políticas del país.
Si alguno se hubiese atrevido a tanto, habría caído
bajo el airado anatema de la oligarquía porque uno de
los secretos del poder de ésta, era precisamente man­
tener al pueblo ignorante de sus verdaderos proble­
mas. El régimen legal de la producción y exportación
PARTIDO DEL M. N. R. 153

de minerales, los problemas del cambio internacional


y el poder adquisitivo de la moneda, el sistema de im­
puestos, la organización y funcionamiento de los Ban­
cos, el desenvolvimiento de las instituciones de pro­
tección social, los fundamentos que orientaban la edu­
cación pública, el estado de nuestras relaciones inter­
nacionales, todo en fin, todo lo que pudiese servir pa­
ra iluminar a los ciudadanos e inducirlos a intervenir
en la defensa de sus intereses, era cuidadosamente
mantenido como monopolio intelectual de los privile­
giados de la oligarquía. Un grupo constituido por
abogados de Empresas mineras, periodistas, políticos
profesionales y financieros era el guardián celoso de
todos los conocimientos y todos los hechos que al afec­
tar al pueblo podían afectar su propia estabilidad de
explotadores. Los indios, los obreros y los artesanos
de todo el país, que junto con los trabajadores de cue­
llo y corbata constituyen la casi totalidad de nuestra
población, se mantenían ignorantes de las verdaderas
causas y los fines reales de los actos del Gobierno y
la oposición. Por lo demás, las diferencias entre Go­
bierno y oposición no eran sino superficiales porque
entre ambas existía el acuerdo tácito de no tocar los
verdaderos problemas del país.

Por que las Provincias deben elegir a sus re­


presentantes sobre la base de programas nacionales
más bien que locales. — Decir que lo que afecta ál
todo afecta a las partes es un lugar, común pero tie­
ne aplicación práctica en la política del país. No hay
provincia en la cual los ciudadanos no estén descons-.
tentos con sus RR. anteriores: ofrecieron campana,
pila, .escuela, caminos y cumplieron poco o río cumplie-
154 PARTIDO DEL M. N. R.

ron nada. Sin quitar lo que corresponde a la desidia


o la irresponsabilidad de cada uno de ellos, hay que
decir honestamente que no podían cumplir lo ofreci­
do porque el país carece del dinero necesario para
ello. El dinero que la Nación produce gracias al es­
fuerzo de sus trabajadores y la riqueza de su suelo,
se vá al exterior como un río que naciendo en nues­
tras montañas desembocara en las instituciones ban­
cadas de otros países menos necesitados que el nues»-
tro. Ese r ío se lleva en su corriente las esperanzas de
campana, pila, escuela, caminos. Las medidas econó­
micas y políticas que afectan a la Nación afectan a
las Provincias; en otros términos, no hay solución
para los problemas locales sino en función y como par­
te integrante en los problemas nacionales. Lo primero
es retener en el país nuestras riquezas que cuando tal
cosa se haya logrado, se logrará también satisfacer
las necesidades locales. Otra explicación que no sea
ésta del tradicional abandono de las Provincias, no es
sino una mentira destinada a engañar la buena fé de
los ciudadanos. Como se vé, existe un interés inme­
diato y práctico en las Provincias — enAyopaya como
las otras— para intervenir en el planteamiento y la
solución de los auténticos problemas nacionales hasta
hov extraños a toda campaña electoral de esta índo­
le/

Necesidad de una concepción teórica para la


interpretación de los problemas nacionales. •— Des­
de los zapateros hasta los médicos, para hacer lo que
hacen han tenido que aprender por la experiencia
práctica o por el estudio, una serie de procedimien­
tos, de reglas, de sistemas que junto con los hechos
PARTIDO DEL M. N. R. 153

observados personalmente o aprendidos en los libros,


les permiten decidir mentalmente y antes de actuar,
lo que debe hacerse en cada caso. De la acción de cual­
quier clase, de la práctica de cualquier cosa, el hom­
bre obtiene hechos y normas que ordena mentalmente
y que constituyen una teoría, la cual a su vez condi­
ciona y modifica la acción y la práctica. Esta interac­
ción entre la teoría y práctica es permanente aún
cuando el hombre no siempre se percate de ello; en la
mayoría de los casos se trata de un proceso incons­
ciente pero no por eso menos real. En la política ocu­
rre otro tanto. No debería existir una acción política
sin una teoría política previa.

La existencia de politiqueros y gobernantes


que no saben nada de nada no se justifica más allá
de lo que se justifica la existencia de médicos que
más parecen zapateros y zapateros incapaces de cla­
var una media suela. Lo anterior no es un simple alar­
de de intelectualismo: todo lo contrario, tiene una in­
mediata aplicación a los hechos y al curso de la Re­
volución Nacional y a los conceptos y las actitudes de
los que a ella se oponen. Permite entender la trama
general y el papel de cada actor en el escenario de la
política boliviana. Por lo demás, es a los trabajadores
— campesinos, obreros, artesanos y asalariados de
cuello y corbata — a los que más nos conviene enten­
der las causas que determinan el desarrollo social y
el papel que nos toca desempeñar en el mismo. V ea­
mos a la luz de estos conceptos lo que ocurre con la
política y los políticos bolivianos. Pero antes debemos
revisar, así sea someramente, las teorías generales
que afectan por igual a todas las naciones contempo-
156 PARTIDO DEL M. N. R.

ráneas y las condiciones económicas y políticas mo­


dernas que nos afectan particularmente.

Nazifascismo, Socialismo, Democracia, Na­


cionalismo. — Apenas si es necesario decir que en un
manifiesto político, concebido y escrito como un ins­
trumento de lucha, redactado con la prisa y el desa­
liño que las circunstancias justifican, es prácticamen­
te imposible desarrollar todas las concepciones polí­
ticas contemporáneas. Un deber de probidad intelec­
tual me determina, en consecuencia, a decir que toca­
ré de las ideologías actuales sólo aquella parte que
tiene alguna relación con nuestra lucha política dia­
ria.

Nazifascismo. — Considero inprescindible la


siguiente afirmación enfática: el nazifascismo no se
ha dado nunca ni puede darse en Latino América. Los
que han afirmado y afirman tan reiteradamente lo
contrario, desconocen los problemas reales de este
Continente o el origen y contenido de las teorías polí­
ticas que agitan nuestro tiempo, o finalmente, procer
den de mala fé.
Son los socialistas más bien que los nazis o los
liberales los que han explicado el fenómeno del na­
zismo y la argumentación teórica del socialismo no ha
sido contradicha sino confirmada por los hechos.
El nazifascismo es el resultado político de un
fenómeno económico propio del sistema capitalista
mundial: la lucha, la contradicción entre capitalistas
que se origina por la concentración creciente de capi­
tales en un número de manos cada vez menor y la de-
pauperización o empobrecimiento también creciente
PARTIDO DEL M. N. R. Í57

de las masas. Esa lucha interna entre capitalistas tie­


ne dos soluciones temporales y una definitiva. La pri­
mera de las soluciones temporales, el nazifascismo, la
tínica posible en países altamente industrializados,
pobres en materias primas y que carecen de colonias
y semicolonias, se ha ensayado en Alemania e Italia
y ha fracasado sangrientamente. La segunda de las
soluciones temporales, el imperialismo, que se dá en
países también industrializados pero que tienen colo­
nias o semi-colonias que les proveen de materias pri­
mas, mercado para sus artículos manufacturados y
ancho campo para nuevas inversiones de capitales,
está también en marcha y parece igualmente desti­
nada a fracasar más tarde o más temprano. La solu­
ción definitiva, que es la organización socialista de la
economía, está luchando por imponerse en las gran­
des naciones y su éxito o su fracaso determinará el
curso que las pequeñas naciones como Bolivia tengan
que seguir. Esta explicación teórica del nazifascismo
es sobradamente conocida en nuestro tiempo, circuns­
tancia que me evita avanzar la explicación de sus de­
talles. Basta con reiterar que este fenómeno que ha
agitado y destruido Europa, fué un desesperado in­
tento por solucionar los conflictos internos del capi­
talismo en sus avanzadas etapas.
De un modo general, el capitalismo en Latino
América se encuentra en su incipiencia. Las oportuj-
nidades y las posibilidades son todavía demasiado
grandes por lo que los capitalistas locales no necesitan
entrar en conflictos insolubles. Lo que crea conflic­
tos y lo que ha deformado nuestra economía es el
capitalismo imperialista, pero de ello me ocuparé más
adelante. Si no existe la causa económica — conflic-
1MT PARTIDO DEL M. N. R.

tos internos insolubles del capitalismo — no puede


existir entre nosotros su consecuencia política que es
el nazifascismo. Todas las alharacas nacionales e in­
ternacionales que se han hecho y las que pudieron ha­
cerse, todas las tonterías que se han dicho, todos los
intereses que se han movido, y todos los errores que
se han cometido en la conducción política de estos paí­
ses, no han sido ni serán suficientes para dar origen
y permitir en este Continente un fenómeno que nos se­
ría absolutamente extraño. La incongruencia del na­
zifascismo en Bolivia sería tal, que si tuviese segui­
dores de buena fé se trataría de ignorantes o estúpi­
dos.
La explicación anterior pecaría de simplista,
por su esquematismo, si no se dijese que elementos
típicos de la mentalidad y las tradiciones alemanas e
italianas — tan diferentes de las nuestras — jugaron
un papel importante ya como relleno, como disfraz o
como señuelo para las masas en la aparición y el éxi­
to momentáneo del fascismo y el nazismo en aquellas
Naciones. No hay que olvidar tampoco el genio téc­
nico y organizativo propio del pueblo alemán, ni el
amor al teatro que distingue a los italianos.
Algo más hay que decir respecto del nazifasr
cismo y algo que debe recordarse cuidadosamente.
Carente de una concepción sistemática, incapaz de
resolver la miseria creciente de las masas, tenía sin
embargo que levantar una bandera capaz de atraer a
¡1‘ itudcs. Esa bandera fué el nacionalismo lleva-
no a extremos de histeria. Nacionalismo inútil y ab­
surdo en pueblos con tradición nacional de siglos.
Actitud inconcebible y peligrosa en comunidades hu­
manas singularmente homogéneas, bien organizadas,
PARTIDO DEL M. N. R. 189

con un acerbo cultural uniforme. Es importante po­


ner todo cuidado en esta manifestación nacionalista
del nazifascismo porque hay otro nacionalismo, el de
los países coloniales y semicoloniales que es un fenó­
meno económico y político absolutamente diferente y
que no tiene de común con el otro sino su nombre,
igualdad lamentable por las confusiones a que suele
dar lugar.
En Latino América se ha visto y se ven dic­
taduras, casos de violencia ejercitada desde el poder,
pero eso tampoco es nazifascismo. Nuestras dictadu­
ras han sido siempre personales, caudillescas, desor­
ganizadas, inciertas en sus fines generales. Frente a
este espectáculo de ignorancia, caudillismo y desor­
den, el nazifascismo ofrece la eficiencia fría de la
violencia cuidadosamente organizada, la claridad de
sus fines implacablemente cumplidos, una pseudo—
ideología condenable en su intento de marchar con­
tra la historia. Y si en alguna de las Américas se ha
presentado una dictadura durable y eficiente en el
ejercicio de la violencia, ello se ha debido a causas
extrañas a nosotros, a influencias venidas de fuera,
harto diferentes al nazifascismo, como se mostrará
oportunamente.
Pretendo haber probado que las Naciones La­
tino Americanas en general y Bolivia de un modo
particular, no ofrecen, por su desarrollo capitalista
incipiente, las condiciones imprescindibles a la apari­
ción y desarrollo del nazifascismo. Que. incluso la vio­
lencia tan común entre nosotros, es un fenómeno de
origen diferente. El que las necesidades de la Segun­
da Guerra Mundial hayan impuesto la invención in­
ternacional de “nazismo” en este Continente cómo un
160 PARTIDO DEL M. N. k.

arma más contra los países del Eje, no importa una


obligación eterna de creer en su existencia. Ni es
traición a la causa de las Naciones Unidas y la demo­
cracia el llamar calumniantes a los que pretenden se(-
guir esgrimiendo este argumento contra la Revolu­
ción Nacional.
Socialismo. — Pocos vocablos hay en la ter­
minología política contemporánea que den lugar a
mayores confusiones que este de socialismo. Cual­
quier especulación imprecisa con un vago sentido hu­
manitario suele llamarse socialismo. Entre nosotros,
un Diputado creyó definir su ideología política al -
autocalificarse de “liberal - católico - socialista” . No
es nada de eso a lo que ahora quiero referirme.
El socialismo es un sistema, un instrumento
que aplicado a una realidad social cualquiera, permi­
te comprenderla, derivar una teoría de esa realidad y
organizar una serie de conclusiones que habitualmen­
te se constituyen en programas políticos que son nor­
mas para la acción. El socialismo no proporciona re­
cetas políticas de valor universal. Las conclusiones so­
cialistas buenas para los Estados Unidos o Alemania
no serían buenas para Bolivia o la India porque las
condiciones económicas y sociales de estos países di­
fieren grandemente entre sí.
El socialismo es universal únicamente como
norma, como instrumento de interpretación, como sis­
tema abstracto para entender la historia. Aplicado a
la realidad mundial — en cuanto la humanidad en­
tera pueda constituir una sola y única sociedad —
sus conclusiones teóricas son bien conocidas: la socie­
dad se divide en clases y la lucha de éstas constituye
e otó»; -srfp<eitá.'^0<í
PARTIDO DEL M. N. R. 161

el motor que impulsa a la sociedad en su desarrollo


histórico. La división de clases se origina en la pose­
sión privada de los medios de producción. La burgue­
sía como clase social es solidaria internacionalmente
lo que determina la solidaridad internacional del pro­
letariado en su lucha contra la burguesía. Trasladan­
do las anteriores conclusiones a términos de acción
política valederos para la humanidad como una sola y
única sociedad, resulta evidente que la revolución so­
cialista debe ser internacional (para destruir la bur­
guesía internacional) y que sólo puede llevarse a tér­
mino mediante la dictadura del proletariado, único
sistema político capaz de socializar los medios de pro­
ducción y abolir la lucha de clases. Descontando las
deficiencias atribuibles al tremendo esfuerzo de sín­
tesis a que me veo obligado al redactar este documen­
to, la línea ortodoxa del socialismo es la anteriormen­
te expuesta.
Veamos ahora las posibilidades de aplicación
práctica que tal ortodoxia ofrece en el caso de Bolivia.
; Es viable la dictadura del proletariado en este país ?;
hay un proletariado capaz de asumir semejante tarea?
Ni lo uno ni lo otro.
La revolución socialista, y la dictadura del
proletariado, que es su instrumento de ejecución, re­
quieren condiciones objetivas de las que Bolivia ca­
rece absolutamente. Por lo mismo que la Revolución
socialista •— en cualquier parte que surja en su senth
da ortodoxo — es una amenaza para la burguesía in­
ternacional, las fuerzas de la reacción se coaligan pa-
rá aplastarla. Para resistir y triunfar, la Revolución
: requiere 'de Jas. con<|icíone|que pfrecen los países
grandes como Rusia, China, los Estados Unidos, el
362 PARTIDO DEL M. ¿í. R.

Brasil. El argumento parece más claro si se dice que


la Revolución socialista de 1917 no habría sido posi­
ble en Grecia o en Portugal. Las condiciones objetivas;
de Rusia — su extensión geográfica, sus grandes re­
cursos económicos, su enorme población — fueron
elementos vitales para el éxito de aquel acontecimien­
to histórico.
Bolivia es una nación dependiente como pocas,
de circunstancias extrañas a su control. Importamos
un tercio de nuestros alimentos, toda nuestra econor
mía está pendiente de las fluctuaciones del mercado
internacional de minerales. No hay pues esperanza
de acomodar nuestra lucha revolucionaria dentro el
esquema que la ortodoxia señala para el mundo en­
tero. En esto como en tantas otras cosas, nuestro des­
tino será determinado por el fracaso o el éxito de la
revolución socialista en las grandes potencias.
Si ignorantes de las condiciones objetivas ya
expuestas, persistimos todavía aferrados a las con­
clusiones ortodoxas (internacionalismo y lucha de
clases) en nuestra lucha revolucionaria del presente,
debemos entonces considerar el problema de si hay un
proletariado boliviano capaz de asumir la tarea con
probabilidades de éxito.
La conciencia de clase y la capacidad revo­
lucionaria del proletariado no son fenómenos espon­
táneos. Se originan en las condiciones que la socie­
dad capitalista, en las últimas etapas de su desarrollo,
impone a un grupo social determinado. Esas condi­
ciones son tales que los proletarios no pueden esca­
par a su clase sino mediante la revolución. No es su­
ficiente que hayan explotados y explotadores para
que la conciencia de clase y la capacidad revoluciona-
PARTIDO DEL M. R. R. 163

ria adquieran personería propia en las luchas políti­


cas. Es también preciso que los proletarios, cómo
miembros de la clase explotada, no puedan cambiar
voluntariamente su condición. Es bajo la presión de
estas circunstancias que el proletariado se convierte
de “clase en sí” en “clase para sí” , como se acostum­
bra decir en la terminología socialista.
Ocurre que en Bolivia — como en casi todos
los demás países.Latino Americanos — aquellas cir­
cunstancias no se han hecho presentes todavía o ca­
recen de la fuerza necesaria. En nuestro caso concre­
to, lo más típico de nuestro proletariado que es el mi­
nero, está compuesto en una gran proporción por in­
dígenas que cambian temporalmente su condición de
siervos feudales o cotnunarios por la de proletarios
jndustriales. Aún aquellos que no son indios, pueden
sustituir con relativa facilidad su condición de pro­
letarios mineros por la de artesanos de las ciudades.
No importa para el caso que la condición de siervo
feudal, comunario o artesano sea históricamente an­
terior a la de proletario.
Lo cierto es que no se cumple en Bolivia la,
condición que crea la conciencia de clase y la capaci­
dad revolucionaria del proletariado. Tan cierto es és­
to que después de veinte años de propaganda ordoxa
asombrosamente organizada y eficiente a partir de la
Revolución Rusa el confusionismo y la desorientación
ideológica de los movimientos obreros bolivianos sub­
siste como antes de la primera Guerra Mundial. To­
davía más, la ortodoxia socialista implacable, invul­
nerable a la desesperanza, se localiza en Bolivia pre­
cisamente en los centros que desconocen la proletari-
zación como fenómeno irresistible. Los estudiantes v
m Partido del m. k . tt.

grupos de intelectuales de Sucre, Cochabamba y Lá


Paz, siguen la línea de la Cuarta Internacional —
ortodoxa cien por ciento — con mucho más rigor que
los mineros de Catavi o los obreros fabriles de Pura
Pura. Se trata de capillas intelectuales más bien que
de movimientos de masas con fuerza, organización y
capacidad suficiente para asumir el poder como dic­
tadura del proletariado y operar la revolución socia­
lista.
Resulta entonces evidente que no sólo las con­
diciones objetivas del país tornan imposible una revo­
lución socialista ortodoxa en Bolivia sino también el
desarrollo insuficiente de la conciencia de clase y la
incipiencia de la capacidad revolucionaria de nues­
tro proletariado.
• Si no podemos hacer la revolución socialista,
¿qué podemos hacer entonces? Podemos y debemos
hacer la Revolución Nacional. La Revolución Nacio­
nal no niega la lucha de clases pero no se funda en ella.
Fenómeno temporal y circunscrito a un país, no des­
conoce que un día será superado y modificado por la
marcha de los acontecimientos mundiales. De ella
me ocuparé más adelante.

Democracia. — Para contar con todos los ele­


mentos de juicio imprescindibles a la comprensión de
la Revolución Nacional, hay todavía que referirse a
la democracia como un concepto general y a la demo­
cracia boliviana en particular. El gobierno del pueblo
por el pueblo y para el pueblo adquiere contenido y
razón de ser por la igualdad de oportunidades que
ofrece a todos, porque hace posible el bienestar cre­
ciente de un número cada vez mayor de hombres y
Partido Del m, n . r. í«5

mujeres de la comunidad, porque permite el libre


desarrollo de la personalidad humana.
¿ Ha ocurrido algo de esto en Bolivia ? ¿ Cuáles
son las oportunidades que nuestra democracia ha
ofrecido a millones de indios, cientos de miles de arte­
sanos y obreros, miles de gente de la clase media?
¿Qué democracia pretenden defender aquellos
que luchan tan denodadamente contra la Revolución
Nacional? Porque es bueno decir qué donde hay ex­
tremas desigualdades la democracia es un mito. Se
oponen a la democracia como el agua al fuego la ri­
queza fabulosa de un lado y la miseria inconcebible
del otro; el analfabetismo absoluto de las masas fren ­
te a la refinada cultura de unos pocos; todas las opor­
tunidades para algunos privilegiados y ninguna espe­
ranza para los demás. No es precisamente esto lo que
ocurre en Bolivia, Patino y cualquier Mamani como
extremos de riqueza y miseria; Jaimes Freyre y Ma­
mani como extremos de refinamiento cultural e igno­
rancia; el niño que se inscribe en Oxford al nacer y el
llokalla que no aprende a leer porque no hay escuela
que se lo enseñe.
Estos males no son de hoy, nacieron junto con
la República. La Revolución de la Independencia tu­
vo también una ideología. Se importaron los princi­
pios de la revolución Francesa. Sólo que al término
de la guerra de los 15 años, los que sustituyeron a los
españoles en el poder político encontraron que aque­
llos principios eran opuestos a su interés personal y
de grupo. ¿Cómo podía la aristocracia criolla, dueña
de tierras e indios, hablar a éstos de igualdad, frater­
nidad y libertad? El liberalismo europeo, expresión
política del capitalismo que se impuso definitivamen-
i6s PARTIDO DEL M. Ñ. fe.

te con la revolución industrial inglesa y la revolución


política de Francia, era teóricamente el norte ideolót-
gico de los criollos alzados contra la corona de Espa­
ña. Pero como el proceso económico que había dado
origen a aquel liberalismo europeo no se había cum­
plido entre nosotros, como no había surgido aquella
nueva clase de industriales y comerciantes que impul­
só las revoluciones europeas y se quedó con el poder
político después de su triunfo, el liberalismo que ha,-
bíarnos imitado no podía cuajar y no cuajó nunca en­
tre nosotros. Los principios democráticos se quedaron
escritos en la Constitución. Los derechos y garantías
carecían de sentido para un pueblo que no sabía leer,
las normas constitucionales no eran valla suficiente a
las ambiciones y desmanes de caudillos militares fia­
dos en su fuerza y su ignorancia.
Así vivimos ignorantes e ignorados.del mun­
do hasta que el mismo proceso capitalista europeo que
nos había dado su ideología liberal, nos encontró en
su camino de expansión en busca de materias primas
y mercados. Los minerales de nuestras montañas nos
incorporaron de nuevo, así sea a medias, a la civiliza­
ción occidental. La Revolución de 1898 vino a conti­
nuar lo que la de 1809 no había podido cumplir. Para
fines del siglo X IX ya teníamos una débil clase media,
desposeída de tierras, que vegetaba insatisfecha en
calidad de clientela ciudadana o pueblerina de los
mandones militares o los señores de la tierra. El Ge­
neral Camacho primero, Pando después y finalmente
Montes fueron sus caudillos. Este grupo que no al­
canzó nunca el vigor demográfico ni el impulso revo­
lucionario propios de la burguesía en países econó­
micamente más desarrollados, podía y debía, no obs-
PARTIDO DEL M. N. R.
187

tantc, intentar su revolución. Las circunstancias le


eran favorables; el capitalismo imperialista requería
de agentes en este lejano pueblo de indios y mestizos
para facilitar la explotación de minerales tan necesav
rios a su desarrollo como el estaño, el wolfran, el an­
timonio.
El éxito de la Revolución Federal y los gobier­
nos liberales que fueron su consecuencia, injertaron
en nuestro panorama económico feudal agrario un
nuevo elemento; la industria extractiva de materias
primas organizada sobre bases imperialistas. Este ti­
po de organización económica que es propio de las co­
lonias y semicolonias se especializa en extraer mate­
rias primas de los países de desarrollo económico atra­
sado, al mismo tiempo que se lleva a las metrópolis el
rendimiento que la explotación de aquellas produce.
Ai país productor le queda lo estrictamente necesario
para mantener la producción: salarios para obreros,
sueldos para abogados, periodistas y políticos que dan
forma legal, defienden e imponen al país esa forma
de explotación y los impuestos indispensables a sos­
tener una ficción de Estado independiente.
La Revolución del 98 arrojó del poder político
a la aristocracia feudal pero no se atrevió a destruir
el poderío económico de ésta, fundado en la posesión
de tierras y la servidumbre indígena. No se atrevió
a parcelar el latifundio ni liberar a los indios. Los
mismos caudilltís revolucionarios que agitaron las
multitudes campesinas aplastaron esta agitación.
Como ocurre siempre con los grupos que pier­
den el poder político, pero que mantienen intocada su
posesión económica, los conservadores derrotados
reaparecieron en el escenario de la política boliviana
168
PARTIDO DEL M. N. R.

«úlo ’iie con un nuevo nombro, se llamaron republica­


nos. •
Tanto liberales como republicanos actuaron
sobre el tácito acuerdo de no atacar sus respectivas
posesiones económicas. Así se explica que el feuda­
lismo haya subsistido intacto a través de veinte años
de gobiernos liberales mientras en el mismo período
los dirigentes del liberalismo se enriquecían a cambio
de permitir la exportación de nuestros minerales sin
provecho alguno para la Nación. Se peleaban, es cier­
to y don Daniel Salamanca pronunciaba grandes dis­
cursos pero era una lucha superficial en que se ha­
blaba de la libertad electoral, de los derechos y garan­
tías constitucionales, de la libertad de prensa y pala­
bra. Entre tanto, toneladas de estaño salían cada día
al exterior por los ferrocarriles expresamente cons­
truidos a ese fin, sin que su valor retorne al país. Era
un proceso de desangramiento económico mientras
nuestros prohombres discutían con minucia bizanti­
na la interpretación de un término constitucional. Por
pardójico que parezca, fueron los republicanos los
que se opusieron a un proyecto de ley de entrega obli­
gatoria de divisas propuestas por el Ministro liberal
Gutiérrez Guerra que, economista como era, veía el
absurdo económico que estábamos viviendo. Tanta
generosidad de sus oponentes políticos se recompen­
saba por los liberales con no ocuparse nunca del feu­
dalismo agrario que era el talón de Aquiles de los di­
rigentes republicanos. Erguidos sobre las espaldas de
millones de indios, como sobre un pedestal, los repre­
sentantes nacionales discurrían con erudicción criolla
sobre la democracia, la libertad, la dignidad huma­
na.
PARTIDO DEL M . N . R. í 69

¿Es aquella ficción sangrienta y ridicula al


mismo tiempo la que hoy se pretende defender en nom­
bre de la democrácia? La democracia es una de las
conquistas más serias de la civilización occidental:
cuesta a los hombres el derramamiento de mucha san­
gre, el sufrimiento de generaciones enteras pero'ha
logrado establecer para siempre el concepto de la dig­
nidad humana, ha sentado sobre bases prácticas el
derecho que asiste a cada individuo para buscar su
felicidad, ha condenado definitivamente la servidum­
bre de unos hómbres en provecho de otros. Luchar
por imponer estas conquistas es luchar por la demo­
cracia, defender las posiciones que hicieron posible
la ficción que nos fué impuesta en su nombre es vol­
verse contra ella.
La Revolución Nacional es sobre todas las co­
sas un esfuerzo encaminado a crear en Bolivia las
condiciones propias a la democracia y justamente a
causa de ello se la combate con saña. La demo­
cracia, si es algo más que una ficción, tiene que per­
judicar entre nosotros a algunas gentes y a no pocos-
intereses. Las grandes Empresas mineras saben bien
que una democracia real les exigiría retener en el
país, las riquezas que hoy exportan a otras naciones.
Los propietarios de grandes extensiones de tierra y
miles de indios no conciben cómo sus colonos pudie­
ran tener iguales oportunidades y derechos que ellos.
A esto hay que añadir el factor racial que yace como
un fondo de desprecio al indio en la mentalidad blan-
coide y mestiza de ciudadanos y pueblerinos.
El honestó afán democrático de la Revolución
Nacional se ha desconocido en Bolivia por cálculo o
interés y en otros países por ignorancia de las condi-
m PARTIDO DEL M . Ñ . R.

ciones reales que priman entre nosotros. Cualquier


intento democrático tiene que comenzar aquí por so­
lucionar problemas resueltos hace siglos en otras na­
ciones. ¿Cómo pueden los americanos del norte que
no conocieron jamás la servidumbre feudal entender
nuestro problema del indio? ¿Quién tuvo mayor emo­
ción democrática, Busch o Peñaranda? La respuesta
que es simple para los bolivianos no lo es para los ex­
tranjeros. No ensayó Busch la dictadura? ¿Cómo pu­
do entonces ser un demócrata más sincero que el Ge­
neral Peñaranda? La apariencia superficial, la única
que se vé desde el extranjero, engaña fácilmente. Lo
que no se sabe en los Estados Unidos o el Uruguay
es que no hay hogar pobre en Bolivia en donde no ha­
ya un retrato de Busch mientras que el General Pe­
ñaranda ha sido piadosamente olvidado incluso por
los que se aprovecharon de él.
Las grandes potencias están contemplando
hoy una serie de Revoluciones Nacionales. La deses­
peración feroz con que los isleños de Java se han le­
vantado contra la explotación Holandesa, la persis­
tencia del movimiento Nacionalista Hindú, la guerra
civil en China, la afirmación definitiva de la revolu­
ción Mejicana, nuestro ensayo de revolución Nacio­
nal son partes de un mismo proceso.
No hay que dejarse engañar por las palabras.
Democracia significa en Bolivia o en la india no sólo
lo que significa en el Uruguay o en Inglaterra sino
algo más, algo que los ingleses o los uruguayos con­
quistaron hace tiempo y que nosotros queremos lo­
grar hoy.

Nacionalismo. — Vimos en nacionalismo na-


PARTIDO DEL M . N . R. 171

7 Ífascista propio de los países industrializados; vimos


igualmente como el imperialismo llegó a nuestro país
con la revolución de 1898. Detengámonos ahora en
el nacionalismo de los países de desarrollo económico
retrasado.
La economía mundial no se ha desarrollado
con un ritmo idéntico en todas partes. Unos países
han alcanzado las etapas superiores del capitalismo
mientras otros se han mantenido por siglos dentro de
la economía feudal y aun comunitaria. No hay para
qué referirse ahora a las causas de este desarrollo
desigual. Basta decir que algunas de las potencias
capitalistas han resbalado por la pendiente del nazis­
mo o el fascismo, como ya lo vimos, mientras otras
han podido escapar este mal. ¿Por qué causa? Porque
las contradicciones interiores de su capitalismo han
encontrado un remedio, así sea temporal, en la expan­
sión colonial o semi-colonial. La explotación de gran­
des extensiones de tierra y enormes recursos en Asia.
A frica y Sud América, continentes retrasados en su
desarrollo económico, han permitido al capitalismo
de las metrópolis no agudizar sus conflictos, conti­
nuar pagando altos salarios a sus obreros y mante­
ner sus mercados.
Esta expansión colonial o semi-colonial ha
hecho posible que Inglaterra por ejemplo, escape del
nazismo pero sus consecuencias — explotación eco­
nómica e intervención política — , han sido desastro­
sas para los países sojuzgados.
El mecanismo imperialista funciona de un mo­
do bastante simple en las colonias. La metrópoli o
país explotador retiene el control político directo de
la colonia o país explotado. El Gobernador de Tava
172 PARTIDO DEL M . N . R.

es siempre un holandés. Es obvio que un gobierno de


esa clase orienta toda su actividad a garañtizar la más
cómoda explotación de la colonia, cuidándose muy
poco del destino de la población colonial. Su fin no
es establecer la democracia sino garantizar la explo­
tación.
En las semicolonias — Bolivia es un país de
economía semicolonial — el proceso es menos simple.
Como se trata de países políticamente independientes
no es posible nombrar un Gobernador colonial. Es in­
dispensable contar con la ayuda de los dirigentes nar
íivos. Son necesarios los servicios de abogados, pe­
riodistas y políticos que garanticen la estabilidad y el
régimen legal y económico de la explotación imperia­
lista. Y a conocemos cómo los liberales bolivianos,
después de la Revolución Federal, desempeñaron es­
te papel. En tales condiciones, la independencia polí­
tica del país es muy relativa. Las aspiraciones popu­
lares por él bienestar económico, el progreso de las
instituciones políticas y la difusión de la cultura no
pasan de ser un mito.
Cuando el pueblo comienza a comprender es­
tas circunstancias, surge un movimiento de rebelión
que tiene los caracteres de una rebelión nacional y no
simplemente de clase o de grupo, porque los males de
una economía semicolonial alcanzan a todos, desde la
incipiente burguesía nacional que lucha por desarro­
llarse hasta los empleados de la clase media, los obre­
ros y los indios que perciben sueldos y salarios de
hambre o vegetan en su servidumbre sin esperanza.
Este es un caso en el que se explica la colaboración
de clases en la lucha común, en contradicción con las
conclusiones de la ortodoxia socialista, cuando ésta
PARTIDO DEL M . N . R. 173

es utilizada por incapaces. En efecto, la mejora de


salarios que un obrero inglés obtiene en su lucha,
es dinero que sale de un bolsillo inglés — el del pa­
trón — para entrar a otro bolsillo inglés, el del obre­
ro. Es dinero que circula, que vivifica la economía in­
glesa en cualquier mano que esté. Pero cuando los
mineros bolivianos obtienen mejora de salarios, retie­
nen en el país un dinero que de otra manera se ham­
bría ido a los Bancos ingleses o americanos. Esa ri­
queza, por pequeña que sea, se incorpora a la econo­
mía boliviana' y beneficia directa e indirectamente al
industrial nacional que fabrica zapatos, al profesio­
nal que cobra honorarios, al comerciante que percibe
ganancias, porque ninguno de éstos puede progre­
sar en una economía anémica de gentes que no usan
,zapatos, que ignoran lo que es un dentista, que no
compran nada en el mercado. Las reivindicaciones
obreras adquieren entonces la categoría de reivindi­
caciones nacionales.
Dentro del esquema ortodoxo, como aquí sue­
le entenderse, los obreros ingleses deberían ser soli­
darios con la lucha de los obreros bolivianos, con las
aspiraciones de las masas de la India, en una palabra,
con todas las reivindicaciones coloniales. Pero eso es
pedir lo imposible. Los obreros ingleses, al igual que
los de todas las metrópolis imperialistas, gozan de un
alto nivel de vida precisamente a causa de la riqueza
que la explotación colonial o semi-colonial proporcio­
na a sus respectivos países. Si alguna solidaridad es
lógica en ellos es la solidaridad con §us patrones, los
capitalistas de la metrópoli, que al percibir enormes
ganancias con la explotación de las riquezas y la po­
blación de las colonias, garantizan elevados salarios
174 PARTIDO DEL M . N . R.

para sus obreros y empleados locales. El manteni­


miento de la tradición política colonial inglesa por el
actual Gobierno Laborista constituye la prueba de lo
afirmado aquí.
Si los obreros bolivianos siguieran ciegamen­
te las consignas que reciben, debieran organizar la
revolución contra la burguesía que los explota. ¿Quie­
nes explotan a la mayoría de los obreros bolivianos?
1-as grandes Empresas mineras, y algunas Empresas
ferroviarias cuyos beneficiarios no viven en Boli-
via. ¿Contra que burguesía podría entonces dirigirse
su revolución? ¿Pretenden alcanzar a los accionistas
que viven en Londres, Nueva York, o Buenos Aires?
Las conclusiones del último Congreso Minero queda­
rían destruidas con sólo exigir una respuesta lógica a
las preguntas anteriores. Claro está que se puede y
se debe modificar las condiciones de la explotación
minera en Bolivia; se puede y se debe nacionalizar los
ferrocarriles, pero ello sólo es posible de hacer en es­
cala nacional y no como una reivindicación de la clase
obrera únicamente. Se trata de problemas que afec­
tan a la Nación como un todo y no exclusivamente a
una de sus clases. Por lo demás, la Revolución Nacio­
nal puede lograr en este caso lo que no podría ni si­
quiera plantear la revolución de clase.
Para dar a toda'la argumentación anterior la
consistencia de úna doctrina teórica aplicable en nues­
tro tiempo y a nuestro caso, es necesario decir que se
trata de una interpretación nacionalista de nuestros
problemas. Pero hay que repetir enfáticamente lo di­
cho anteriormente: se trata del nacionalismo propio
de los países de economía retrasada, de las colonias y
semi-colonias. Se origina en la explotación imperia-
PARTIDO DEL M . N . R. 175

iista. Pretende modificar condiciones económicas y


políticas que afectan a toda la Nación, sin negar que
. dentro de ella subsisten las divergencias de clase. Es
radicalmente diferente en sus orígenes y en su desa­
rrollo del nacionalismo nazifascista. Lo es incluso por­
que Bolivia, — como tantas otras colonias y scmi-co-
lonias — carecen de una fuerte tradición nacional, de
homogeneidad racial de un estilo propio de cultura.
Y a se dijo lo innecesario que resultaba el nacionalis­
mo en viejas naciones como Italia o Alemania. Entre
nosotros en cambio, el nacionalismo, conclusión lógi­
ca de un punto de partida socialista, constituye nues­
tra única esperanza inmediata.
Si alguna similitud puede encontrarse a este
nuestro nacionalismo no es con el de Alemania, Italia
o Japón sino con el nacionalismo de la India, de Ja­
va, de Méjico.
La mala fe política y la marrullería criolla han
hecho mucho para confundir estos dos nacionalismos
tan diferentes entre sí. Pero no ha hecho menos el
confusionismo propio. Aun cuando el nacionalismo de
las colonias y semi-colonias es anterior como senti­
miento y aun como organización al nazifascismo
(Gahndi es anterior a Hitler y Lázaro Cárdenas su
contemporáneo) los éxitos repentinos y fulgurantes
del nazismo segaron a muchos. Sintiendo la emoción
reivindicatoria de sus pueblos explotados, creyeron
encontrar en el nacionalismo fascista la senda de su
liberación. Esta paralogización momentánea no sólo
se produjo entre nosotros sino también en la India y
en Java al igual que en otros países de este Continen­
te. Se explica por la deficiencia de cultura política
en estos pueblos. Pero la historia no se confunde y
176 PARTIDO DEL M . Ñ . £ .

sigue su marcha implacable. Mientras el nacionalis­


mo nazifascista ha sido aplastado, el nacionalismo de
las colonias y semi-colonias se ha vigorizado con los
mismos triunfos de la Segunda Guerra Mundial: Chi­
na está a punto de conseguir la unificación que haga
posible su futuro desarrollo, Java se ha levantado en
armas, Méjico ha consolidado definitivamente su re­
volución y ha ingresado a una etapa de progreso in­
dustrial, Bolivia ha iniciado la Revolución Nacional.

Toda la exposición económica, histórica y doc­


trinal contenida en este documento no es, en rigor de
verdad, otra cosa que una guía intelectual para juz­
gar los problemas actuales de la política boliviana.
Y o habría querido adelantar aquí mi propio juicio
sobre tales problemas enfocándolos desde el particular
ángulo que permite la teoría expuesta. Habría queri­
do señalar el papel político que corresponde a las
Empresas mineras de los señores Patiño, Aramavo y
Hochschild; las circunstancias que han colocado al
Ejército Nacional en el escenario de la política activa
y las consecuencias que de ello se derivan; el origen
del rápido crecimiento del PIR, su debilidad interna
v los probables resultados de su alianza con una frac­
ción de la minería grande; el destino que espera a la
naciente organización política llamada “ Acción So­
cial Democrática” ; los aciertos y los errores del M.
N. R .; el mecanismo que mueve a los diarios de la
derecha y como entienden sus propietarios la libertad
cíe prensa. Estos y varios otros problemas de la ac­
tualidad política a que habría deseado referirme, no
han podido encontrar su sitio en este Manifiesto no
sólo por la extensión que ya tiene de por sí, sino, so-
PARTIDO DEL \t< Ñ . £ . í?7

bre todo, por las urgencias de la campaña electoral a


que me encuentro avocado. Con todo no pierdo la es­
peranza de volver sobre los temas señalados, así sea
exclusivamente para satisfacer mi propia inquietud
intelectual y política. Mientras tal cosa ocurra, abrigo
la ilusión de que las ideas aquí expuestas permitirán
a los ciudadanos de Ayopaya — y acaso también a
los de otras partes — revisar sus juicios y sacar sus
conclusiones políticas con mayor información y con
mejor certeza que antes.

Dije que este documento político estaba enca­


minado a explicar la teoría, los medios y los fines de
la Revolución Nacional a los ciudadanos de Ayopa­
ya. He puesto en el cumplimiento de este propósito
mis mejores esfuerzos. Convencido de que ía Revolu­
ción Nacional no puede alcanzar sus objetivos sin el
respaldo del pueblo mismo, me dirijo a los artesanos,
obreros y campesinos de Ayopaya en demanda de su
apoyo. Los principios aquí expuestos serán la norma
de mi conducta política en el caso de ser elegido su
Representante ante el Congreso Nacional. ,

Cochabamba, Abril de 1946.

>
■ *----------------------
PARTIDO DE LA
IZQUIERDA
REVOLUCIONARIA
PR O G R A M A D E L P A R T ID O D E L A IZQ U IE R ­
D A R E V O L U C IO N A R IA

Como toda guerra la del Chaco, tuvo la virtud


de plasmar nuevas modalidades de pensamiento po­
lítico; y fué después de la campaña, que se dió vida
y cristalizó en forma de Partido Político, el movi­
miento izquierdista que venía desenvolviéndose, casi
en cenáculos o grupos diseminados.
El PIR., que captó esa alma revolucionaria de
la juventud, ahita ya de partidos tradicionales de pro­
gramas hermosos, pero inconsistentes, llegó a ser el
sector más fuerte en el país. '
La psicosis “comunista” , dirigida desde la Ca­
sa Blanca, impuso a los gobiernos a perseguir a este
Partido, en forma continua y sañuda. Las persecu­
ciones, como es lógico, sólo dieron como resultado, que
el movimiento pirista se convirtiese en verdadero pe­
ligro para los regímenes imperantes.
Su programa, es el resultado de un análisis
dialéctico de la sociedad boliviana; y, del enjuicia­
miento de las modalidades típicas del país; reconocién­
dose, que Bolivia es un país semicolonial y semifeu-
dal y que necesita una transformación, para organi­
zar las verdaderas bases de una futura nacionalidad.
Sustenta la revolución democrático - burgue­
sa, como paso inmediato para la renovación económi­
ca y social,
lí 2 PARTIDO DE LA IZ Q U IE R D A R EVOLUCIO NARIA
: sSfe
Es anti imperialista y anti fascista. Tiene un
programa avanzado en materia social, buscando el
mejoramiento de las masas trabajadoras. Desde el
Parlamento ha demostrado una eficiente labor por el
progreso nacional esforzándose por la aprobación de
leyes no sólo de carácter social, sino también de ca­
rácter económico.
Se ha esforzado por demostrar que no es in­
ternacional ni anti patriota, sin embargo es concep­
tuado como un partido internacional de tendencia r&-
volucionaria.
Sustenta el principio de la lucha de clases y
la necesidad de la revolución como un medio de lle­
gar a la sociedad sin clases. Busca la unidad nacional
como un medio de solucionar los problemas económi­
cos del pueblo boliviano.
En el problema central agrario propugna , la
liquidación del-latifundio feudal y la abolición de la
servidumbre del indígena.
Enjuicia cada uno de los problemas bolivianos
en su forma específica y en sus relaciones con los fe­
nómenos internacionales. N
Indudablemente es uno de los partidos que pe­
sará en la política social de nuestros tiempos y que
tiene mucho que laborar en la lucha por la emancipa­
ción boliviana. Pero deberá procurar su absoluto ale­
jamiento de la acción gubernamental, aun en momen­
tos críticos, con la dura experiencia obtenida en el
movimiento de 1946 y teniendo en cuenta que el poder
sólo puede ser aspiración de un Partido Revoluciona­
rio a condición de ser integralmente tomado, pues só­
lo así habrá también posibilidad de realización y apli­
cación de los programas sustentados.
PR OLO GO A L A SE G U N D A ED ICIO N

La primera edición del Programa del PIR, no


pudo hacerse sino a fines de 1941; es decir, a más de
un año del Congreso de Fundación realizado en Oru-
ro del 23 al 26 de Julio de 1940. No obstante de que
habíamos auscultado la espectativa general por cono­
cer los documentos fundamentales de un Congreso de
tanta magnitud, no pudimos hacer sino una tirada re­
lativamente restringida, que se agotó a los pocos me­
ses de haber sido puesta en circulación. El crecimiento
del PIR y la ansiedad pública por informarse del con­
tenido doctrinal de un Partido que, no obstante la
persecución desencadenada contra ql desde el primer
día, se ha convertido en la expresión organizada del
pueblo boliviano, han impuesto esta segunda edición,
que entregamos a nuestros militantes y simpatizan­
tes y a los trabajadores en general, con la seguridad
de que encontrarán en los documentos del PIR, la
única orientación cierta para luchar por la emanci­
pación de las masas explotadas de Bolivia.
La aparición del Programa del PIR y la mar­
cha correlativa del Partido, marcaron una nueva ¿poi­
ca en la historia del socialismo boliviano: la del socia­
lismo científico. Hasta ese entonces el movimiento
político obrero estaba influenciado por una literatura
importada que se refería a las cuestiones de princi­
pios, pero que no alcanzaba a definir la naturaleza

\ \
184 PARTIDO DÉ LA IZ Q U IE R D A REVOLUCIO NARIA

de nuestros problemas, atentas las circunstancias his­


tóricas existentes. Por otra pan-te, los socialistas eran
una especie de diletantes, más bien emotivos que cons­
cientes; su infantilismo extremista así como la con-
íución que sembraron en el campo del proletariado,
retrasaron, por mucho tiempo, la organización de
nuestras fuerzas. Finalmente, el socialismo fué un
recurso demagógico usado sin escrúpulos por quie­
nes quisieron utilizar esta etiqueta en un momento en
que la denominación empezaba a ganar prestigio en el
seno de las masas Sólo el P IR pudo exteriorizar el
pensamiento que correspondía al proceso de libera­
ción del pueblo trabajador boliviano, sentando en su
Programa la teoría revolucionaria que importa la ex­
plicación de nuestra Plistoria y señalando, al mismo
tiempo, la pauta doctrinal que orienta nuestra lucha
en el terreno de las reivindicaciones sociales.
El Congreso de Izquierdas, de Julio de 1940,
a la vez que ser el Congreso de Fundación, fué tam­
bién el de la Unidad; pues, debemos recordar que es­
tuvo precedido de una amplia labor de aglutinación
de los diversos círculos socialistas que existían en el
país y que asistieron a la histórica asamblea repre­
sentando cincuenta y seis organizaciones. Podemos
afirmar enfáticamente que, desde ese momento, la
auténtica izquierda boliviana vino a formar en las fil­
ias del PIR, constituyendo en el país, la más g rande
organización de la .clase obrera, erigidaj también, en
vanguardia de los campesinos, de los empleados, in­
telectuales, maestros, estudiantes, pequeños industria­
les y comerciantes, soldados y militares identificados
con la causa popular, “para acometer la transforma­
ción de la economía semifeudal y semicolonial de Bo-
PARTIDO DE LA IZQ U IER DA REVOLUCIO NARIA 18S

livia en economía socialista, pasando por el tránsito


inevitable de la revolución antifeudal y anti-imneria-
lista” .
La claridad de nuestro Programa, la pureza,
de nuestra línea y la decisión que hemos puesto eti
la lucha, a través de los escasos años de vida que tie­
ne el Partido, le han dado la solidez con que resiste la
permanente persecución de que es objeto, tanto de
parte de las grandes empresas que han puesto en jue­
go sus recursos para rendir por el hambre y la hosti­
lidad a nuestros militantes, cuanto de parte del Go­
bierno que, como fiel instrumento de los explotadores,
ha desencadenado la más sañuda represión contra el
Partido, represión bajo la cual vivimos aun en estos
momentos.
Las duras pruebas a las que hemos sido so­
metidos, han demostrado que así como nuestros docu­
mentos fundamentales tienen un valor doctrinal pro­
pio, el PIR, tiene también garantizada su vida his­
tórica. Mientras mantenga la fidelidad a su Progra­
ma y mientras sea, como hasta ahora, la realización
militante de la teoría, al servicio de la emancipación
de los trabajadores, — que es, por antonomasia, la
emancipación de la patria boliviana, — no habrá fuer­
za capaz de destruirlo, porque será el pueblo mismo,
grande y eterno, renovándose en la vital fecundidad
de sus entrañas.

Ricardo A naya.

\ \
188 PARTIDO DE LA IZQ U IER DA R EVOLUCIO NARIA

INTROD U CCIO N SOCIOLOGICA AL PROGRAMA Y AL ESTA­


TU TO ORGANICO DEL P. I. R.

Un programa político es la penetración teóri­


ca en la realidad económica, social y cultural de los
pueblos. El programa del P. I. R., coordina las rela>-
ciones de los fenómenos sociales, en la naturaleza, la
historia y el pensamiento, con referencia a Bolivia, y
parte de los siguientes principios doctrinales y ante­
cedentes históricos:

I. — BASE FILO SO FICA M ARXISTA DEL PROGRAMA

El Programa se inspira en los postulados fun­


damentales del marxismo, base inexcusable de cual­
quier política verdaderamente socialista.
El marxismo afirma el principio sociológico de
que la estructura económica de las sociedades deter­
mina, de modo general, las modalidades del aparato
político - jurídico (Estado y Legislación) y las for­
mas de conciencia social o ideologías, aunque sin des­
conocer que las superestructuras pueden reobrar so­
bre la estructura económica, determinando, a su vez
las transformaciones de ésta. ( i ) .
El marxismo admite también como postulado
esencial que toda la historia humana es el proceso dia­
léctico la lucha de clases (excepto en la época del
comunismo primitivo que aún desconocía la oropie-
dad privada) (2) y señala, en las actuales condiciones'
de la historia de la Humanidad, el agudo antagonis­
mo entre la clase burguesa, hoy en su etapa del impe­
rialismo, (3) y la clase proletaria.
P A kT lD O DE LA IZQ U IER DA R EV O LUCIO NARIA ^

Todos los partidos pretendidamente “ izquier­


distas” que se han presentado hasta hoy en Bolivia,
han esquivado siempre el llamarse marxistas. Invo­
cando el argumento de que el socialismo en Bolivia
debe ser una elaboración esencialmente boliviana, sin
contacto con doctrinas “extranjerizantes”, algunas
formas de este curioso pseudo-socialismo, sólo han
servido para encubrir la subsistencia de las posicio­
nes de los imperialismos y de la feudal-burguesía en
el país, determinando, por desgracia, una corriente de
confusionismo entre ciertos sectores sanamente inspi­
rados de las masas.
Después de varios años de falsificación iz-
quierdizante, en que se han visto brotar como hongos
a las más pintorescas facciones “ socialistas” , urge
restaurar los fueros del verdadero, del único .Socialis­
mo, el Socialismo basado en las doctrinas de Marx y
Engels.
El P. I. R. no desconoce la importancia y la
necesidad de la solidaridad proletaria internacional,
pero cree que en las actuales circunstancias de la po­
lítica mundial, es de toda conveniencia organizar en
Bolivia un Partido Socialista-marxista con plena au­
tonomía nacional. Por. eso el artículo 5’ . del Estatu­
to Orgánico dice:

“ E l Partido no está afiliado a ninguna Inter­


nacional Política, aunque mantiene actitud de simpa­
tía y solidaridad hacia todas las manifestaciones de
izquierda y antifascistas del mundo entero. El Parti­
do declara su plena independencia nacional para fijar
su Programa, estructurar sus organismos y elegir
sus tácticas de lucha” .
i8tí PARTIDO DÉ LA ÍZQ Ü IER DA R EVOLUCIO NARÍA

I I . — NECESIDAD DE U N PROGRAMA BASADO E N EL


ESTU D IO DE LA REALIDAD N A CION A L

LOS PROGRAMAS DE LOS PARTIDOS TRADICIONALES

El marxismo, aunque tiene fórmulas válidas


para todas las sociedades humanas, no niega, en nin­
gún caso, la posibilidad y hasta la necesidad de estu­
diar los caracteres específicos de cada nación, en ca­
da momento de su desarrollo histórico, para deducir
de ese estudio las fórmulas programáticas más ade­
cuadas.
Con relación a Bolivia, podemos comprobar
que el aporte doctrinario de los partidos ha sido muy
pobre en este sentido. El programa del Partido Libe­
ral, formulado a fines del pasado siglo por su funda­
dor don Eliodoro Camacho, se inspira en la filosofía
demoliberal de la Revolución Francesa; ni durante los
21 años de gobierno que tuvo este partido en el poder
(1899-1920) ni en sus 19 años posteriores de vida pú­
blica cada vez más decadente, ha vuelto a fo r­
mularse ningún intento de renovación programática.
El Programa del Partido Republicano, elaborado por
su fundador don Daniel Salamanca en 1915» es tam­
bién un programa de inspiración netamente demoli­
beral : lo principal de su plataforma consiste en la pré­
dica de la legalidad constitucional, del respeto a las
libertades electorales, a la independencia de los tres
poderes del Estado, a la propiedad privada, etc. El
Partido Republicano nació como reacción de cierto
sector de la feudalidad y de la burguesía boliviana
contra la política de monopolios, empréstitos, etc.,
que se efectúa bajo el régimen liberal, aliado princi-
fcA&TlbO DÉ LA I2Q Ü IE R D A R EV O LUCIO NARIA is¿
\ ■ ■- — i,
pal de la penetración del Imperialismo Británico en
Bolivia, particularmente bajo la administración de
don Ismael Montes, por lo que en su aspecto econó­
mico el programa del republicanismo es acaso toda­
vía más siglo X V III que el del partido formado por
clon Eliodoro Camacho. Tampoco se encuentra nin­
gún nuevo aporte ideológico de valor durante les 25
años de vida del republicanismo, que en 1920, se bi­
furcó en dos facciones: la Saavedrista y la Genuina,
esta última fiel al Salamanquismo. Don Bautista Saa-
vedra, que gobernó de 1921 a 1925 sin otro programa
que sus “ propios actos” , vió que su Partido había per­
dido progresivamente sus posiciones de grupo gober­
nante, entre 1928 y 1930, a causa de la formación en
1928 del Partido Nacionalista, y hacia 1931 concibe
la idea de rebautizar a su facción con el nombre de
Partido Republicano Socialista; pero el programa dé
ese Partido tampoco tiene asomo de marxismo, pues
dort Bautista Saavedra era el primero en declararse
antimarxista; su “ socialismo” no era sino un dema­
gógico “camouflage” para atraer nuevamente a cier­
tas capas artesanas, que habían sido su más firme sos­
tén en la época de su gobierno, rudamente combatido
por la derrocada oligarquía liberal y el grupo de te-
iratenientes y burgueses del Salamanquismo. En 1917
don Franz Tamayo había intentado formar el Parti­
do Radical, alrededor de ciertos tópicos sin aprecia-
ble contenido económico ni político que apenas alcan­
zaron a agrupar a un reducido núcleo de intelectua­
les ; Tamayo mismo, convencido de la intranscenden­
cia del movimiento que se proponía iniciar, se replegó
en las filas del Salamanquismo y en todas sus ulterio­
res actuaciones representó uno de los matices más

\ \
160 PARTIDO DÉ LA IZ Q U IE R D A R EV O LÜ CIO ÑA ÜtÁ

reaccionarios de ideología feudal, extravagantemen­


te mezclada de lucubraciones helenizantes. Su Parti­
do murió al nacer y sin probabilidades de resucitar
bajo ninguna forma.
E l Partido Nacionalista, fundado en 1928,
aprobó en su 1*. Convención de ese año, un programa
que plantea ciertos tópicos progresistas en el plano
teórico; pero la práctica disolución de ese Partido des­
pués de la Revolución de junio de 1930, otorga tam­
bién a ese documento un carácter ya simplemente his­
tórico. La Guerra del Chaco (1932-35) trae una pa­
ralización de actividades orgánicas para los partidos,
pero en el curso de ella toma consistencia una alianza
conspirativa de los jóvenes ex¡-nacionalistas con jefes
del Ejército. La revolución del 17 de mayo de 1936,
marca el comienzo de una política pseudosocialista
que no ha servido sino para desacreditar la palabra
misma del socialismo en el ambiente nacional. Lo úni­
co real es que, bajo las administraciones militares de
post-guerra, continuó el tradicional gobierno dé ca­
marillas burocráticas sin linea doctrinaria ninguna.
En marzo de 1939, los Partidos Liberal, Re­
publicano Genuino y Republicano Saavedrista, que no
estaban separados sino por la ambición de poder de
sus caudillos y oligarquías dirigentes, se agrupan en
una combinación denominada Concordancia, y publi­
can un Manifiesto - programa que no hace sino con­
firmar su conservadora posición ideológica. Ese Ma­
nifiesto sugiere, entre otras cosas, la necesidad de
enviar nuevas misiones militares a los países totalita­
rios; defiende en forma mal disimulada a los intere­
ses imperialistas, bajo el socorrido argumento de
“protección” a los capitales que determinan el aumen-
PARTIDO DE LA IZQ U IER DA REV O LU CIO NA RIA 191

to de la capacidad productiva del país; guarda com­


pleto silencio ante el esencialísimo problema de la re­
forma agraria y de la consiguiente emancipación del
siervo feudal indígena; no se pronuncia sobre la ex­
propiación de las concesiones petrolíferas a la Stan­
dard Oil, pues entre los dirigentes de la Concordan­
cia figuran los principales abogados de este trust im­
perialista. El Manifiesto consagra, en cambio, un lar­
go párrafo al problema de las divisas, párrafo en cu­
yas líneas no es difícil percibir el punto de vista de la
gran minería y especialmente del Patiñismo, la enti­
dad oligárquica más poderosa e incontrolada que
existe en Bolivia desde hace más de un cuarto de si-
gí°. .
La Concordancia, en su declaración de 14 de
octubre de 1939 (registrada en “ El Diario” de La
Paz de fecha 15), reitera todavía su posición reaccio­
naria en párrafos como los siguientes: “ En los últi­
mos tiempos — dice— las corrientes de extrema iz­
quierda, estimuladas por gobiernos de facto y por la
propaganda demagógica, han adquirido una morbo­
sidad peligrosa para la paz social y ejercido influen­
cia funesta sobre la moral y la economía pública. Es­
tas corrientes se han traducido en hostilidades efecti­
vas, y amenazas a las fuerzas productoras que alimen­
tan la economía nacional, causando profundo tras­
torno al desarrollo normal de nuestras industrias. Los
pregoneros de estas tendencias han logrado satisfa­
cer su avidez personal desde las funciones públicas a
que fueron exaltados” .
“ El sentimiento de la lucha de clases, que es
una fuerza disolvente en el seno de la familia bolivia­
na, ha sido excitado por, esta, política. La lucha de cla-

\ \
182 PARTIDO DE LA IZ Q U IE R D A REVOLUCIÓN ARIA

ses no tiene ningún fondo creador en un pueblo de la


composición del boliviano” .
Frente a esta indiscutible pobreza y desorien­
tación de doctrinas políticas, el P. I. R. intenta apli­
car el marxismo al estudio de la realidad boliviana,
para arrancar de esa investigación el justo plantea­
miento de sus ideales revolucionarios. Sin incurrir en
la desviación pseudomarxista que considera, por ejem­
plo, la existencia de una Realidad Indoamericana don­
de dejarían de ser válidas ciertas fórmulas universa­
les del Marxismo; sin creer tampoco que la “ realidad
boliviana” sea algo suelto, sin relación ninguna con
el resto del mundo, el P. I. R. señala enfáticamente
!a necesidad de estudiar marxísticamente las pecula-
ridades sociológicas de la nación boliviana.
Faltan aún, sin duda, importantes elementos
estadísticos y bibliográficos para emprender en for­
ma seriamente documentada ese estudio. Es posible,
sin embargo, bosquejar las etapas substanciales de la
historia Boliviana, y es lo que'se tratará de hacer en
ios párrafos que siguen:

* I . — ESTRUCTURA DE LA SOCIEDAD IN C A IC A (4)

Bolivia integraba, con gran parte de su actual


territorio y de su población indígena, el Imperio del
Tahuantinsuyo, que se extendía en un territorio de
cuatro millones de kilómetros cuadrados, con unos
doce millones de súbditos y que se desarrolló entre los
siglos XIT a X V de nuestra era. En esta sociedad ha­
bía también una clase sojuzgadora, la de los Incas y
sac.erdgtes, y una gran masa sojuzgada (Jos hátunru-
ná). Debido principalmente a la insuficiencia de su
PARTIDO DE LA IZQ U IER DA R EVOLUCIO NARIA 193

técnica productiva (se desconocían el'hierro y la rue­


da), este Imperio tuvo una economía esencialmente
agraria. Los Incas lograron establecer un sistema de
planificación semi-socialista de Estado, que asegura­
ba en holgada proporción a cada súbdito el pan, el
vestido y la vivienda, aunque a costa de un apreciable
anulamiento de la libertad individual para los miem­
bros de la gran masa. Los sojuzgadores de la Colonia
y de la República, a más de someter a las masas opri­
midas al hambre, la desnudez y la intemperie, no les
han dejado otra libertad que la de elegir entre esas mi­
sérrimas condiciones de vida o la muerte por consun­
ción física.
La institución más sólida del Imperio Incaico
fue el avllu o comunidad agraria que los Incas ha­
bían encontrado ya en la meseta, como institución qui­
zá milenariamente inherente aun a los Imperios pre­
incásicos como el Tiahuanacu.
Es corriente afirmar que el Imperio Incaico
haya sido socialista o comunista. (5). Pero hay im­
propiedad en el empleo de estos términos, al menos
si se.los entiende en el sentido que les otorga el mar­
xismo científico. No pudo haber verdadero socialis­
mo ni comunismo en la sociedad incaica por dos ra­
zones esenciales: i 9.) La técnica económica rudimen­
taria, que necesitaba explotar en gran escala el tra­
bajo personal humano; 29.) la consecuente presencia
de una clase sojuzgante y otra sojuzgada. Para la
implantación de un verdadero régimen socialista se
necesita un previo y maduro desarrollo de la técnica
capitalista, lo cual determina la aparición de una cla­
se proletaria capaz de transformar el régimen de la
propiedad privada en propiedad colectiva. Realizada

\ 1
104 PARTIDO DE LA IZQ U IER DA REVOLUCIO NARIA

esa socialización, empezará a diseñarse la sociedad sin


clases y sin poder del Estado.
El estudio de las culturas precolombinas no
tiene un mero interés teórico para los políticos mar-
xistas. En Bolivia y en todos los países que todavía
conservan una gran proporción de población indígena
quechua y aymara, subsisten las formas instituciona­
les primitivas (especialmente el ayllu), y se mantie­
ne, muy poco deformado por los aluviones de la cul­
tura colonial y republicana, un rico substrato de vi­
vencias que sólo esmeran una acertada acción psicoló-
gico-política para ponerse al servicio de la revolución
antifeudal y anti imperialista.

2 .----ESTRUCTURA DE LA SOCIEDAD COLONIAL ( 6 )

Cuando los conquistadores españoles llegaron


a la America, trajeron un nuevo tipo de civilización
que transforma la técnica productiva, la masa demo­
gráfica, las formas políticas y jurídicas y la cultura.
Esta antítesis española puede resumirse en una pala­
bra: feudalismo. La economía, de agraria, se trans­
forma en.el Alto Perú (actual territorio de Bolivia),
-en minera. España necesitaba plata y oro para soste­
ner las costosas guerras exteriores de sus Reyes, los
conquistadores venían a su vez ávidos de metales
preciosos, y la población indígena fué sacrificada en
aras de esta empresa. Se implantó la exterminadora
institución de la mita o trabajo forzoso de los indios
en las minas, que deglutió millares de vidas en ciuda­
des como Potosí. En el dominio rural, la antigua au­
toridad'del Inca es reemplazada por la del Rey,: el
cual distribuye las -tierras, mediante-capitulaciones
PARTIDO DE LA IZQ U IER DA REV O LU CIO NA RIA 193

entre los conquistadores y señores feudales que ve­


nían llegando de la Península. Se transplanta el régi­
men de los mayorazgos. (7) Los indios son sometidos
a la encomienda, que los convertirá en verdaderos
siervos de la gleba. Los ayllus sufren una intensa
ofensiva por parte de los encomenderos, y muchos
ven desaparecer sus tierras en las voraces manos de
los nuevos amos; pero su vitalidad debe ser tan pode­
rosa, que cuatro siglos de coloniaje no los destruyen
y aún se conservan a través de la República.
. En lo demográfico, la sociedad colonial ve
formarse, junto a la diferenciación de clases estricta­
mente económica, otra diferenciación impuesta por la
presencia de la raza blanca conquistadora y sus consi­
guientes cruzamientos con las indígenas. A l lado de
los españoles, se va formando una clase mestiza que,
desde los primeros momentos, se bifurca en un grupo
social más o menos privilegiado económicamente, y
otro grupo que se dedica a la servidumbre, los oficios,
el pequeño comercio, etc., y que constituye el antece­
sor de los actuales cholos y artesanos de Bolivia.
Políticamente, el Estado incaico fué substitui­
do por la autoridad del Rey, en estrecha alianza con
la Iglesia, que tenía poder temporal muy grande en
esa época. El nuevo aparto del Estado comprende un
Consejo de Indias y una Casa de Contratación que
funcionan en la metrópoli, y virreinatos, audiencias
y cabildos establecidos en la propia América, orga­
nismos a los cuales se les asignan funciones de hacien­
da, gobierno, guerra y justicia en graduación conve­
niente para su mutuo control y en forma que la leja­
na autoridad del Monarca pueda permanecer siempre
por encima de tan complicado mecanismo. Los crio-

I
196
PARTIDO DE LA IZQ U IER DA REVOLUCIÓN A R IA

líos son privados de funciones de gobierno y sólo en


los últimos tiempos de la colonia, el sector más aco­
modado de entre ellos logrará cierta ingerencia en las-
funciones administrativas; en cuanto a los indios,
nunca fueron otra cosa que súbditos obedientes.
La legislación (8) no emana, por supuesto, ni
siquiera de una apariencia de reconocimiento de la
soberanía del pueblo. La primera fuente de la juris­
prudencia indiana está constituida por cédulas reales,
capitulaciones, etc., que emanan del Rey y adquieren
a veces igual rango las bulas pontificias, como-la céle­
bre -de'l Papa Alejandro V I, que estableció la separa­
ción entre las colonias de España y Portugal. Sólo en
j 6 8 o se publica la Recopilación de las Leyes de Indias,
conjunto de documentos contradictorios entre sí a
menudo y de valor más teórico que real, pues todas
aquellas disposiciones suyas que tendían a proteger,
por ejemplo, a los indios, a título de humanitarismo
cristiano, jamás fueron cumplidas por los codiciosos
encomenderos y ni siquiera por la mayoría del clero.
• La cultura colonial lleva el profundo sello de
la mentalidad feudal-católica de los invasores. Las
ciencias están profundamente impregnadas de esco­
lasticismo. La Iglesia se reserva el derecho de ense­
ñar qué es lo verdadero y qué es lo falso, con arreglo
a sus dogmas. La educación se orienta, en general, ha­
cia la preparación de la minoría privilegiada para las
funciones de mando, impidiendo la culturización de
las masas. Las Universidades educan teólogos y juris­
tas hábiles en argucias silogísticas, mientras las gran­
des masas indígenas permanecen analfabetas y las
escuelas elementales están abiertas para una escasa
proporción de niños españoles o criollos acomodados.
PARTIDO DE LA IZQ U IER DA R EV O LUCIO NARIA 197

La imprenta no progresa lo que pudiera, debido al


inquisitorialismo, que ve con razón en todo escrito un
peligro de emancipación de las mentes obscurecidas
por enseñanzas dogmáticas. La Universidad de Char­
cas, fundada en Sucre en 1623, llega a jugar papel
revolucionario importante en las postrimerías de la
Colonia, gracias a la presencia de algunos criollos sen
mi-acomodados en sus claustros y a causa de la ine­
vitable infiltración de las nuevas ideas esparcidas por
los Enciclopedistas franceses; pero esta su tranfor-
mación de última hora no contradice la función reac­
cionaria que desempeñó durante poco más de un si­
glo.

La Guerra de la Independencia es la insurgety-


cia de los criollos contra el dominio peninsular. Pero
esta guerra se hace invocando los principios demobur-
gueses de la Revolución Francesa de 1789, fruto de
una burguesía madura que tenía los medios necesarios
para derrocar al feudalismo europeo e implantar su
sistema propio, adecuado al desarrollo del capitalis-
. mo industrial. Los criollos triunfan contra España e
implantan nominalmente repúblicas democráticas cal­
cadas en los modelos de las repúblicas norteamericana
y franceca del siglo X V III. (9) Lo real es, sin em­
bargo, la mera substitución del poder feudal de los
encomenderos y burócratas peninsulares por el de los
criollos senú-acomodados. La gran masa de indios y
la de mestizos' pobres no ve cambiar su condición eco­
nómica y puede comprobar que más bien ella ha em­
peorado.
lea PARTIDO DE LA IZQ U IERD A REVOLUCIONARÍA

3 -— LA ETAPA P R E F IN A N C IE R A DE LA REPU BLIC A ( i O )

Bolivia se funda como “ república soberana”


en 1825, y al través de sus 115 años de existencia, no
es difícil comprobar que las bases de su economía si­
guen casi tan feudales como en los tiemops de la Co­
lonia.
Hasta la Guerra del Pací Pico, su economía mi­
nera, que había empezado a decaer en tiempos de la
Colonia, vuelve a tomar el tipo de economía más bien
agraria. Las causas principales de esta decadencia
son el anegamiento de los veneros argentíferos ele
Potosí y la competencia surgida en el mercado de la
plata, por la creciente explotación de este metal en
México y los Estados Unidos. Los ióo .ooo habitan­
tes que tuvo Potosí en 1650, época de su mayor auge,
merman a la cifra de 8.000 en 1600; su población su­
be después sólo a 28.000 habitantes, según cálculos
estadísticos oficiales de 1929.
La República vive, durante sus primeros 50
años, bastante aislada del comercio internacional,
consumiéndose en disputas caudillistas que marcan,
en lo esencial, la lucha interna del grupo económica­
mente más privilegiado contra las clases pobres que
' intentan hacer valer sus derechos “ democráticos” . Jo­
sé Ballivián, caudillo letrado de la aristocracia: y Bel-
zu, del sector que con tan injustificado desdén llama
el historiador Arguedas “ la plebe” , son dos caudillos
simbólicos en este período.
Mientras los países sudamericanos se consu­
men en contiendas militaristas, Inglaterra y Estados
Unidos, que habían hecho bastante ya durante el si­
glo X V III para quebrantar el sistema monopolista
PARTIDO DE LA IZ Q U IE R D A R EV O LU CIO NA R! \ 199

del comercio español, empiezan a tomar posiciones


imperialistas en esta parte meridional del Continente.
La prioridad corresponde a los ingleses, que empiezan
a controlar la vida económica de los sectores más fa ­
vorecidos por su situación goegráfica (Argentina,
Chile, etc.) y que iniciarán su ofensiva sobre el terri­
torio boliviano sólo a partir de la importancia comer­
cial-que empieza a tomar la explotación de las sali­
treras. La Guerra del Pacífico determina la pérdida
de esas fuentes de riqueza, que eran más bien poten­
ciales para Bolivia, pero origina también otro hecho
importante: Bolivia se vincula ferroviariamente a la
costa del Pacífico (Aniceto Arce inaugura el tramo
Antofagasta-Oruro en 1892), y su economía agraria
empieza a ceder otra vez el sitio a la economía mine­
ra. La explotación de las minas de plata, bismuto,
etc., requiere la ampliación de la red ferroviaria y
fuertes capitales bancarios: a esta etapa de economía
financiera corresponde la aparición del Partido Libe­
ral.

En 1902, Bolivia tiene que afrontar una nueva


guerra con el Brasil, codicioso del territorio del Acre,
donde había surgido florecientemente la explotación
del caucho. La guerra, adversa para el país, tiene por
consecuencia el Tratado de Petrópolis, mediante el
cual se le cede al Brasil todo el territorio acreano, a
cambio de una compensación de dos millones de libras
esterlinas que debían emplearse “ principalmente en
la construcción de caminos de hierro u otras obras
tendientes a mejorar ¡as comunicaciones y des.envol-.
ver el comercio d.e. los dos países”. •;
200 PARTIDO DE LA IZQ U IER DA REVOLUCIO NARIA

4 -— LA FASE DE PEN ETR A C IO N DEL IM P E R IA L IS M O


BR ITA N IC O ( i l )

El liberalismo (1899-1921), especialmente ba­


jo las dos administraciones presidenciales de su cau­
dillo principal, don Ismael Montes, (12) imprime, sin
duda, un ritmo nuevo a la economía boliviana: antes
de su asunción, Bolivia era un país apartado de la ór­
bita de las finanzas internacionales, tenía apenas deu­
da externa y un débil comercio exterior. Pero el libe­
ralismo introduce este nuevo giro a trueque de hechos
no poco catastróficos para los intereses de la nación:
la renuncia al derecho de una propia comunicación
marítima con el Pacífico (Tratado de 1904), acto cla­
ramente dictado por la avidez de obtener las compen­
saciones bancarias que se ofrecían a cambio de tan
grave mutilación; la entrega, al través del leonino
contrato Spever (13) de la explotación de los ferro­
carriles al Imperialismo extranjero, el cual sigue ha­
ciendo pesar todavía hoy su durísimo yugo en los sec­
tores más importantes de nuestra red ferroviaria; y
la complicidad verdaderamente criminal con que se
permite crecer y ausentarse al extranjero la fortuna
de algunos grandes mineros, y en especial de Patino
y de Aramayo, mediante la aplicación de una com­
placiente política fiscal que sólo dejará migajas al eral-
rio público y que no garantizará en forma alguna el
aumento de salarios para los trabajadores mineros,
creadores principales de las monstruosas utilidades
/de los reyes del estaño y del bismuto. Naturalmente
que una política tan ostensiblemente favorable a los
intereses del Imperialismo y de la gran minería, da
margen a la formación de una pequeña Oligarquía
Pa r t id o de la iz q u ie r d a r e v o l u c io n a r ia
201

burocrática formada alrededor del presupuesto y de


las. “ recompensas” con que suelen premiar los mag­
nates a los legisladores y gobernantes que les dejan
locupletarse a costa de la nación.
5 .---- LA FASE DE PEN ETRA CIO N DEL IM P E R IA L IS M O
NORTEAM ERICANO ( 14)

La Guerra Mundial de 1914-18 y la apertura


del Canal de Panamá tienen por consecuencia princi­
pal, en el campo de la disputa interimperialista mun­
dial, que Estados Unidos asuma papel preponderan­
te en la penetración de los sectores semicolonializados
de Latinoamérica. A esta nueva fase corresponde la
llegada al poder del Partido Republicano, cuyo primer
Presidente es l)n. Bautista Saavedra. Con Saavedra,
el Imperialismo norteamericano irrumpe violentamen­
te al través del monstruoso Empréstito Nicolaus y se
apodera prácticamente de las finanzas nacionales me­
diante la institución de la Comisión Fiscal Permanen­
te ; de entonces data también la generosa adjudicación
de concesiones petrolíferas a la Standard Oil; y es
todavía en tiempos de Saavedra cuando se constituye,
con participación de acciones yanquis, la “ Patino Mi­
nes” , sociedad con sede en los Estados Unidos y hábil
combinación urdida por los abogados de Patino pa­
ra impedir que Saavedra atentase gravemente contra
los intereses del Rey del Estaño.
La administración de don Hernando Siles
(1926-1930) representa, en lo financiero, la prolon­
gación de la penetración yanqui al través de nuevos
empréstitos y, en los últimos tiempos, la agudización
de la disputa entre norteamericanos y anglot-argenti-
nos en el sector de los petróleos del oriente, próximos
202 PARTIDO DÉ LA IZQ U IER DA REVOLUCIO NARIA

al Chaco.. Siles moderniza el sistema hacendario de la


República con la Misión Kemmerer, y, en lo interna­
cional, logra desviar con indiscutible acierto el con­
flicto bélico que estaba a punto de estallar con el Pa­
raguay, a causa de la exasperación de la rivalidad in-
ter-imperialista petrolera. El gran crack financiero
de 1929, que se traduce en la caída de varios regíme­
nes políticos de Latinoamérica, deja sentir también
sus consecuencias en Bolivia; se suma a este factor
externo la participación conspirativa del Patiñismo,
verdadero “ Estado dentro del Estado” y financiador
de golpes revolucionarios contra todos los gobiernos
que no se someten dócilmente a sus maniobras. La re­
volución de junio de 1930, que se hace invocando el
respeto a la Constitución a pretexto de que Siles in­
tentaba prorrogar su mandato, lleva a la primera ma­
gistratura al General Carlos Blanco Galindo, emplea­
do de Patiño en la Empresa de Luz y Fuerza Eléctri­
ca de Cochabamba. Después de un breve período de
Junta Militar, se llama a elecciones presidenciales y es
exaltado al mando supremo don Daniel Salamanca,
político nada hostil al Patiñismo como lo demostrará
a lo largo de su administración presidencial, y parti­
dario declarado de la guerra contra el Paraguay des­
de 1928.

6 .----LA GUERRA DEL CHACO Y LA FASE DE REFIR M A C IO N


DEL IM P E R IA L IS M O A N C LO -A RG EN TIN O E N EL
O R IE N T E ( 1 5 )

Y con Salamanca se abre el trágico episodio


de la Guerra del Chaco (1932-35). No es discutible
el hecho de que la megalomanía de Salamanca juega
PARTIDO DE LA IZQ U IER DA R EVOLUCIO NARIA 203

papel importante en el estallido de este conflicto, pero


sería incurrir en grave error el no percibir en esta
guerra factores imperialistas, de que Salamanca fue
agente consciente o inconsciente. En la Guerra del
Chaco se disputó la hegemonía de dos firmas impe­
rialistas sobre el triángulo chaqueño: la Standard Oil,
del lado de Bolivia y la Royal Duch Shell Co., del la­
do paraguavq-argentino. (16) Junto a éstos protago­
nistas, juegan, por cierto, otros intereses capitalistas
subsidiarios, como los de los vendedores de armamen­
tos, proveedores de guerra, etc. Que no existiese pe­
tróleo en el territorio del Chaco mismo — afirmación
que se hizo para negar el carácter imperialista de esta
guerra — no destruye la evidencia de esta rivalidad,
pues de lo que se trataba era de controlar la futura
exportación fluvial del precioso líquido por las arte­
rias de la cuenca del Plata. Empero, el desarrollo de
la guerra demostró' a la Standard Oil que le era más
ventajoso entenderse con los círculos paraguayo-ar­
gentinos (17 ), antes de cifrar sus esperanzas de vic­
toria en un Ejército constituido en su mayor parte
por combatientes no habituados al escenario selváti­
co del Chaco y que venía sufriendo descalabro tras
descalabro a causa de la desastrosa forma en que se
dirigía desde el Gobierno y desde ciertos comandos
militares esta empresa bélica, y asistimos entonces a
un brusco giro del conflicto. El binomio Paraguay-
Argentina, fortalecido con este cambio de posición de
las fuerzas imperialistas, logrará imponer una paz
basada en la consolidación de sus intereses y especta-
tivas sobre la zona disputada. Salamanca es depues­
to por un golpe militar que se efectúa en el escenario
miámo del Chaco, y se abre entonces una nueva era;
204 PARTIDO DE LA IZQ U IER DA REVOLUCIO NARIA

la de la refirmación de los intereses británico-argen-


tino-paraguayos en las regiones orientales de Bolivia,
refirmación a la que se suma la presencia de intereses
brasileños.
El Vice-presidente don José Luis Tejada Sor-
zano, que era uno de los líderes y hacendistas del Par­
tido Liberal, asume la Presidencia; pero el liberalis­
mo es un partido decadente, sin capacidad para asu­
mir las responsabilidades emergentes a la profunda
inestabilidad institucional que ha traído la guerra. En
los comandos militares y aun entre los combatientes
se ha ido formando un movimiento favorable a la im­
plantación de un nuevo régimen que liquide la tradi­
ción de los viejos partidos. Y surge el Coronel David
Toro como caudillo de esta nueva etapa que, en las
palabras, tratará de justificarse como expresión del
nuevo sentimiento izquierdista fermentado en las trin­
cheras, pero que en la realidad sólo representará la
creciente imposición de los intereses imperialistas an-
glo-argentinos en el sector oriental de nuestra derro­
tada nacionalidad. El derrocamiento de Toro p o r»
Busch y el gobierno de éste, no marcan, en manera
alguna, un% cambio en el nuevo ritmo de la economía
del país; por el contrario, hasta acentúan el influjo
de la penetración argentino-paraguayo-brasileña, co­
mo lo prueban las cláusulas económicas del Tratado
de Paz de 1938, las gestiones activamente argentino-
filas del Ministro de Petróleos Foianini, los tratados
ferroviarios suscritos recientemente con Argentina y
Brasil, etc., etc.
El snobismo fascistoide de que hacen alarde
algunos ministros y dirigentes del régimen de Busch
no desnaturaliza, por lo demás, la subsistencia subtan-
PARTIDO DE LA IZQ U IER DA R EV O LUCIO NARIA 205

cial de este proceso de penetración imperialista que


viene efectuándose desde los tiempos de Toro.
F - ■
/ . ---- LA ACTUAL GUERRA EUROPEA Y LA FASE DE REO­
FEN SIV A DEL IM P E R IA L IS M O NORTEAM ERICANO
E N AM ERICA L A T IN A . ---- A PA R IC IO N DEL PTR.
E N LA VIDA PO LITIC A N A CIO N A L ( l 8 )

La muerte del Presidente Busch en agosto de


1939 determina que el Ejercito vuelva a asumir de
motu propio los destinos políticos de la Nación. Aun
cuando la Convención de 1938 había votado la Cons­
titución de 30 de Octubre de ese año y aun cuando co­
mo consecuencia de esa aparente constitucionaliza-
ción había sido designado Vice-presidente de la Re­
pública Dn. Enrique Baldivicso, el Ejército impuso
como Presidente Provisorio al General Carlos Qitin-
tanilla.
Durante el provisorato de Quintanilla estalla
la Guerra Europea (septiembre de 1939) y este acon­
tecimiento tiene repercusiones dignas de mencionar,
siquiera sumariamente, en la economía y en la políti­
ca de Bolivia. En primer lugar, debe señalarse el he­
cho de que el Gobierno Quintanilla exoresa un activo
reagrupamienter de los oligarcas de la gran minería,
contra quienes el Presidente Busch había desplegado
una aparente política de ofensiva, principalmente cris­
talizada en el Decreto de 7 de junio de 1939. En .su
política financiera, el Presidente provisorio se en­
tregó diligentemente a la tarea de agravar el infla-
cionismo monetario, haciendo una emisión de más de
170 millones de pesos de papel moneda, sin respaldo
metálico; sobre esa base, Quintanilla se mostró excep-
\ -
206 PARTIDO DE LA IZ Q U IE R D A R EV O LUCIO NARIA

donalmente pródigo en otorgar las más fafttásticas


subvenciones a cuantas instituciones fuesen a solici­
társelas. Sólo pasado su gobierno ha podido apreciar­
se en sus reales alcances lo artificioso de esos presu­
puestos que se hincharon de cifras, con fines ostensi­
ble!. lente demagógicos. Quintanilía, poco antes de
asumir la Presidencia provisoria, había hecho públi­
cas declaraciones de su simpatía por los regímenes
totalitarios; pero el arreatainiento efectivo de la eco­
nomía boliviana a los intereses del bloque imperialis­
ta franco-británico - norteamericano, colocó a Quin-
tanilla en la imposibilidad de escapar a la presión de
ese bloque, que tiene su expresión en la gran minería.
Desde la iniciación de la actual guerra europea, Quin-
tanilla debió, pues, actuar según las conveniencias in­
ternacionales de los grupos imperialistas antifascis­
tas.
Durante el provisorato del General Quintani-
11a se reúne en La Paz la Conferencia Nacional de
Izquierdas (Febrero de 1940), de la cual surge el
Frente de Izquierda Boliviano (F. I. B.) El F.l.B.
interviene en las elecciones presidenciales y parla­
mentarias de marzo de 1940, con una lista de candi­
datos a diputados por el Departamento de Potosí y
auspicia extraoficialmente la candidatura presiden­
cial de José Antonio Arze, a quien había proclamado
la Federación Universitaria Boliviana desde diciem­
bre de 1939. Aunque Arze renunció reiterada y públi­
camente a dicha candidatura, la ciudadanía le dió
más de 10.000 votos y le hizo triunfar en importanles
ciudades como Potosí, Oruro, Uncía, Tupiza, etc.,
frente a la pretendida “ candidatura única” del Gene­
ral Peñaranda, que había sido proclamado por Ja Con-
PARTIDO DÉ DA IZQ U IER DA R EV O LUCIO NARIA 207

tordancia y aún por sectores que se titulan “ socialis­


tas” . Cuatro candidatos a diputados del Frente Po­
pular de Potosí, entidad afiliada al F.l.B . triunfaron
ampliamente en importantes distritos mineros.
Investido de la presidencia de la República el
General Peñaranda, el F. I. B., cumpliendo uno de
los fines esenciales.de su constitución, reunió el pri­
mer Congreso de Izquierdas Bolivianas, con más de
ioo delegados, en la ciudad de Oruro, el 25 de julio
de 1940. El Congreso, a pesar de haberse prometido
garantías hasta escritas para su funcionamiento, fue
brutalmente disuelto por la combinada acción de altos
personeros del gobierno y de la rosea, que utilizaron
al efecto los mercenarios servicios de un grupo de jo­
venzuelos denominados falangistas. A consecuencia
de los disturbios ocasionados por esta provocación, se
procedió a detener a cerca de 60 delegados al Congre­
so: 26 fueron confinados a regiones selváticas y ó
a la isla de Coatí. Más tarde, se tuvo todavía en la
cárcel durante 22 días a 10 presos, entre ellos el Rec­
tor de la Universidad de Oruro, doctor Josermo Mu-
rillo Vacareza y el Secretario General del Congreso,
doctor José Antonio Arze.
La finalidad de los agresores al Congreso de
Izquierdas, era impedir que el F. I. B. cumpliese su
anunciado propósito de hacer salir de esa histórica
asamblea un partido político. Pero el Partido llegó a
fundarse solemnemente en la sesión del 26 de julio de
1940, con el nombre de “ Partido de la Izquierda Re­
volucionaria” (P .I.R .), el mismo que se ha erigido
desde ese momento en la auténtica vanguardia de las
clases oprimidas de Bolivia. El P. I. R. ha continuado
y continúa siendo objeto de sordas hostilidades por
208 PARTIDO DE LA IZQ U IER DA REVOLUCIO NARIA

parte del Gobierno y de las roscas, pero su ímpetu


combativo no ha decaído por eso. Sus cuatro represen­
tantes en la Cámara de Diputados, Alfredo Arratia,
Abelardo Villalpando, Fernando Siñani y Raúl Ruíz
Gonzales, que supieron librar abnegadas batallas con­
tra la arbitrariedad en los días de la represión contra
el Congreso de Izquierdas, continúan luchando por la
solución de las angustiosas condiciones económicas
de vida de las clases trabajadoras, por el estableci­
miento de sus libertades sindicales y jDolíticas y por
el resguardo de la soberanía económica de la Nación,
en general. Los mineros de Potosí y de Oruro, ferro­
viarios y otros trabajadores del transporte de toda la
República, obreros de fábricas, estudiantes y conno­
tados intelectuales de las Universidades, profesionales
de las clases medias y aun considerables sectores de
indígenas que se habían alistado bajo las banderas del
FIB y que estuvieron representados en el Congreso
de Oruro, son los militantes del Partido de la Izquier­
da Revolucionaria que, habiendo jugado ya un trans­
cendental papel en la historia política contemporánea
de Bolivia a partir de la Conferencia de Izquierdas
de febrero que cumplió el anhelo de unificar a las au­
ténticas izquierdas del país, está llamado a polarizar
el profundo sentimiento anti-imperialista del pueblo
boliviano.
En el plano de la política internacional de los
últimos meses, destácase el creciente peligro de la he­
gemonía totalitarista en Europa. Este hecho ha de­
terminado que los Estados Unidos intensifiquen su
política de aproximación a los países latinoamerica­
nos, para la defensa de sus intereses y los del grupo
imperialista anglo-francés, junto al cual se ha alinea?
Pa r t id o de la iz q u ie r d a Re v o l u c io n a r ia 2Ai)

do decididamente el imperialismo Yanki desde los co­


mienzos del conflicto. Con relación a Bolivia, las úl­
timas fases de la Guerra Europea se Ean traducido
en hechos significativos como la traslación del eje
que regía los intereses mineros, en especial el merca-
cío del estaño, de Londres a Nueva York (arreglos
de la Patiño Mines para establecer fundiciones en los
EE. UU. etc.), en la concurrencia de Bolivia a las lla­
madas Conferencias de “defensa panamericana” , co­
mo las recientes de Panamá y La Habaná, en el en­
vío de las misiones militares convocadas a Washing­
ton por el Presidente Roosevelt, con objeto de acor­
dar un plan conjunto de defensa del Continente con­
tra posibles agresiones nazistas, etc. La proyectada
construcción del F. C. Santos-Arica, con fondos que
facilitaría el Banco de Exportaciones e Importacio­
nes de la Unión, el vivo interés con que la Standard
Oil y sus gestores bolivianos intentan hacer recobrar
a esta firma sus concesiones petrolíferas en el Orien­
te, el afán con que se intenta financiar nuevos y cuan­
tiosos empréstitos en Wall Street, diseñan los últi­
mos tiempos de la historia económica del país con los
caracteres de una nueva y trascendental etapa, que
podríamos llamar etapa de “ reofensiva” del Imperia­
lismo Yanki para reforzar sus posiciones en América
Latina. Esta nueva fase comporta, indudablemente,
una correlativa pérdida de posiciones de su viejo ri­
val, el Imperialismo Británico que, ante las dificulta­
des que viene creándole la agresión del eje totalitario,
no ha tenido otro camino que el de ceder hasta im­
portantes bases territoriales a los Estados Unidos, a
cambio de los armamentos y de las provisiones que
éstos pueden suministrarle.
\
¿UI PARTIDO DÉ LA IZQ U IER DA REVOLUCIO NARIA

Las izquierdas de Bolivia, aunque no pueden


vacilar respecto a la necesidad de evitar enérgicamen­
te la infiltración de los regímenes totalitaristas en el
país, no deberán caer por eso en la imprevisión de ce­
rrar los ojos a la política de reforzamiento de posicio­
nes que vienen realizando los sectores imperialistas
antifascistas, al favor de una pretendida defensa de
la “democracia” . La única lucha justa de las Izquier­
das es la que conduce la batalla contra todas las for­
mas de opresión imperialista extranjera y contra la
aliada de esos Imperialismos que es la feudal - bur­
guesía nacional, por la liberación económica de las
vastas masas oprimidas de la Nacionalidad.

111. — PANORAM A ECONOMCO, PO L IT IC O Y CULTURAL


DE LA ACTUALIDAD BO LIVIA N A

Así, después de 115 años de “ vida soberana” ,


Bolivia, que había nacido a la vida independiente con
cerca de 3 millones de kilómetros cuadrados, tiene ac­
tualmente un patrimonio territorial de poco más de
un millón de kilómetros cuadrados (19 ). Nació con
una población inicial de poco menos dé un millón de
habitantes (20) y ahora cuenta con unos 3.300.000,
dos de los cuales son indios que viven en su mayoría
al margen de la vida civilizada, un millón son mesti­
zos que vegetan en miserable condición económica en
las ciudades y escasos villorrios que nos dejó la Co­
lonia y hay apenas unos pocos miles de “ mestizos aris­
tocratizados” y de blancos que'pueden gozar de las
relativas comodidades que da la civilización.
Las minas (21) son de Patiño, de Aramayo, de
Uochschild y unas pocas firmas más y las ingentes
PARTIDO DÉ LA IZ Q U IE R D A REVOLUCIO NARIA 211
I

utilidades que proporcionan a sus dueños especial­


mente en el mercado del estaño, ni siquiera se tradu­
cen en pasables salarios para los obreros que las tra­
bajan, envejeciendo prematuramente o tuberculizán­
dose en los socavones. El Fisco sigue recibiendo irri­
sorios impuestos que apenas alcanzan para sostener
una burocracia reclutada entre los sectores cada vez
más pauperizados de las clases medias. Y falta dine­
ro en las arcas fiscales hasta para pagar al día a los
empleados.
Las tierras están en manos de unos pocos lati­
fundistas, que se reducen a explotarlas en la medida
necesaria para su lucro personal. Los jornaleros agrí­
colas reciben salarios cada vez más mezquinos; sub­
siste la odiosa servidumbre del pongueaje; los indios
comunitarios ven reducirse cada vez más sus peque­
ñas propiedades ante el avance codicioso de los ha­
cendados; los pequeños agricultores son víctimas de
las hipotecas bancarias. La producción agrícola es in­
suficiente por la falta de métodos modernos de culti­
vo: en muchos campos se sigue utilizando la chaqui-
taklla, como en tiempos de los Incas, y se da el caso
paradójico de tener que importar pacatas al Altipla­
no, región de donde fueron oriundos estos tubércu­
los . . . desde Holanda.
La acción deformadora que realiza todo im­
perialismo en los países donde se reduce a explotar las
materias primas, determina la falta de industrias aun
en los ramos en que el país podría abastecerse más o
menos ventajosamente, si las riquezas que exporta y
que dejan como plusvalía monstruosas utilidades en
manos de pocos potentados, revirtiesen en beneficio
del país. Se vive bajo la tiranía de las -importaciones,
212 PARTIDO DE LA IZQ U IER DA R EV O LUCIO NARIA

entregadas a la voracidad sin control de unas pocas


empresas comerciales, y no se hace nada para conver­
tir a la gran masa de indios en consumidores de los
más elementales artículos de vestuario, higiene, etc.
La red ferroviaria sirve sólo para facilitar la
exportación de las riquezas de los mineros-y para de­
jar otro margen inmoderado de ganancias a las em­
presas ferroviarias. No hay dinero para hacer el ne­
cesario Ferrocarril al Oriente, amenazado por serias
tentativas de separatismo, y aunque esta desvincula­
ción aparece claramente fomentada desde las regio­
nes del Plata, no se hace nada para impedir el grave
riesgo de nuevas desmembraciones que el retardo de
Ja construcción de esta ferrovía supone.
Las tres grandes regiones naturales del país
— la interandina, la amazónica y la del Plata — están
desvinculadas casi como en tiempos cié la Colonia; sus
habitantes viven en un aislamiento provinciano, culti­
vando mezquinos rencores regionalistas, que traen a
menudo el peligro de guerras intestinas.
El capital bancario, en estrecha alianza con los
mineros, succiona cuanto puede al país, a base de prés­
tamos usurarios y ni siquiera facilita sus fondos a
gentes necesitadas de crédito y capaces jie desarrollar
negocios reproductivos. Le basta con recortar cupo­
nes sobre especulaciones seguras y fáciles. Ha arrui­
nado a numerosos pequeños agricultores con su usu­
rario sistema de hipotecas y amenaza con paralizar a
muchos más.
Las finanzas del país se hallan en estado sin­
gularmente desastroso. Los impuestos agobian a las
gentes de escasos recursos. Hay una deuda pública
verdaderamente astronómica que, aunque momentá-
PARTIDO DE LA IZQ U IER DA REV O LU CIO NA RIA 213

neamente en parcial moratoria, no por eso deja de


constituir carga angustiante para el futuro de la eco­
nomía de la República y un obstáculo para la apertu­
ra de nuevos créditos. La moneda está por los suelos;
antes de la Guerra del Chaco, el peso boliviano se co­
tizaba a 18 peniques y actualmente es una de las mo­
nedas más depreciadas del Continente, pues se cotiza
a poco más de un penique: el país se asfixia en una
inflación que inútilmente se trata de remediar con me­
didas artificiales.
La organización del Estado refleja elocuente­
mente esta descomposición económica. Desde mayo da
1936 vivimos bajo la dictadura práctica del Ejército,
cuyos sectores reaccionarios han venido demostrando
ser tan arbitrarios y tan dóciles a los ocultos manejos
del Imperialismo y de la feudal-burguesía como lo
fueron los de todos los Partidos tradicionales.
Nuestra legislación (22) permanece atrasada
y es un caos en que difícilmente se orientan hasta los
profesionales de la abogacía y de la magistratura. Las
leyes civiles siguen conservando el espíritu del añejo
Código Napoleónico, pese a los remiendos que han
sufrido al través de una imperfecta legislación social;
las leyes penales están impregnadas del feroz rigoris­
mo clasista en que se inspiraron sus redactores; las
leyes procesales sólo sirven para enredar y retardar
indefinidamente los juicios, constituyendo el río re­
vuelto para las exacciones que practica el tinterillare,
especialmente contra la desvalida clase indígena. Se
ha hablado muchas veces de remozar y de simplificar
la legislación nacional, pero ha faltado el clima moral
necesario para llevar a la realidad esos propósitos. Por
t^ra parte, la práctica de la legislación dista mucho de
214 PARTIDO DE LA IZQ U IER DA R EVOLUCIO NARIA

aproximarse a la teoría legal, en razón de que el ejer­


cicio efectivo del poder sólo está en manos de las mi-
anonas económicamente privilegiadas. Algunas leyes
teóricamente más o menos bien inspiradas y conve­
nientes a los intereses nacionales, no tienen otra vida
que la del papel.
En un cuadro semejante, no es dable esperar
que florezcan las superiores manifestaciones de la cul­
tura. Y así Bolivia ofrece todavía el triste espectáculo
de ser uno de los países con mayor proporción de anal­
fabetos en América. La instrucción primaria, aunque
declarada obligatoria desde hace más de un siglo, no
está al alcance de millares de hijos de obreros ni si­
quiera en las ciudades. Las Universidades, aunque
han ganado bastante con el régimen de autonomía im­
plantado desde 1930 ‘(23) carecen aun de los recur­
sos necesarios para cumplir su función formativa de
'profesionales, de altos investigadores científicos y de
centros de extensión cultural para las masas. Bolivia
necesitaría ingenieros, químicos, agrónomos, técnicos
de diversa índole que sean capaces de impulsar efi­
cientemente la economía nacional; y no tiene aún bue­
nas Facultades técnicas y todas sus escuelas superio­
res están pésimamente equipadas de materiales de es­
tudio; nuestra juventud se ve forzada a emigrar al
extranjero para obtener títulos profesionales y esto
sólo se halla al alcance de gente relativamente aco­
modada. Bolivia carece de industria editorial, de bi­
bliotecas y archivos convenientemente organizados, y
sus intelectuales tienen que jugar el triste papel de
tributarios del movimiento científico y literario ex­
tranjero, aun para el estudio de los problemas neta­
mente bolivianos. El Arte, que podría florecer en for­
PARTIDO DÉ LÁ IZQ U IER DA REV O LU CIO NA RIA 2lS

ma ricamente original en un país de tradiciones ar­


queológicas y folklóricas como es el nuestro, langui­
dece por falta de estímulo; los raros valores artísti­
cos que poseemos, han tenido que formarse en el ex­
tranjero o al través de esfuerzos autodidácticos.
En estas circunstancias de miseria material v
moral en que se debate Bolivia, ha surgido nuestro
Partido. Iniciado su nacimiento con la Conferencia de
Izquierdas reunida en La Paz, en febrero de 1940,
queda consagrado con su nombre de Partido de la Iz­
quierda Revolucionaria en el Congreso de Izquierdas
(le Oruro ( Julio de 1940), y este Partido se presenta
ahora ante la Nación con un Programa inspirado en
la necesidad de orientar científicamente el camino de
los trabajadores, en el anhelo de encender en ellos la
emoción que exige la causa de su propia liberación;
yn el propósito, en fin, de mover su voluntad para la
realización enérgica y tenaz de la gran obra de eman­
cipación anti-imperialista, anti-feudal y de realística
construcción socialista que necesita Bolivia.

IV. — LAS PERSPECTIVAS DEL FU TU RO

En la perspectiva de las realizaciones futuras


que se propone el Socialismo Marxista* pueden distin­
guirse con cierta claridad tres planes de tiempo: P.
Uno inmediato, caracterizado sobre todo por una in­
tensa lucha para cohesionar a las clases que militan
.dentro del Partido y para velar por la conquista de
sus reivindicaciones económicas más urgentes e in­
mediatas. Este período abarca el de la lucha del Par­
tido en el llano, por la conquista del Poder; 2".) Uno
mediato, que empieza prácticamente cuando el Par-
^l(? PARTIDO DÉ LA IZQ U IER DA REVOLUCIO NARIA

lido tiene en sus manos el Poder del Estado y puede


llevar a la realidad, mediante el empleo de recursos
humanos y económicos más o menos eficaces, sus idea­
les de transformación,: 39.) Uno lejano, finalmente,
que marca la plenitud de realización de los ideales
del Proletariado Mundial y que puede resumirse en
esta fórm ula: toda la Plumanidad constituida en una
sola Unión de Repúblicas Socialistas, bajo un régimen
mundial de planificación de la producción y del con­
sumo. En el grado más perfecto de esta Sociedad Uni­
versal Socialista, habrá desaparecido la división de
clases y el poder del Estado, y podrá resplandecer en
toda su amplitud la fórmula de M a rx : “ De cada uno
según sus f uerzas, a cada uno según sus necesidades'’
(24). Pero este período remoto está fuera de las po­
sibilidades de nuestro siglo, y sólo debe servirnos co­
mo justificación lógica y meta final de los ideales por
los cuales luchamos en las etapas preparatorias.
Aplicando esta generalización a Bolivia, nos
permitirá diseñar, siquiera fuese en sus lineas gene­
rales, sus posibles etapas futuras de proceso revolu­
cionario.

I. ---- ETAPA DE LA L U C H A POR EL PODER, PLA N ES DE


ACCION IN M E D IA T A CORRESPONDIENTES A
ESTA ETAPA
#

Siendo la estructura actual de Bolivia la de un


país semicolonial y semifeudal, la tarea esencial de
los presentes momento^, consiste en organizar un Par­
tido que, siendo fundamentalmente el P artid ) de.
la clase obrera, se constituya también en vanguardia
2 i7
PARTIDO DE LA IZ Q U IE R D A REVOLUCIO NARIA

de los campesinos y de las clases medias, para luchar


contra los grupos imperialistas extranjeros y la mi­
nería de feudal - burgueses criollos que son sus alia­
dos dentro del país.
Esta lucha exige los marcos de la legalidad
para realizarse en condiciones eficaces, y por eso una
de las tareas esenciales de nuestro Partido debe ser
la fuerte presión sobre los Gobiernos para obtener las
garantías de la más amplia libertad de organización
sindical y política.
Por otra parte, se requiere también la adop­
ción de inmediatas medidas para mejorar los salarios
de las clases pauperizadas, para atender a sus necesi­
dades de alimentación, vestuario, vivienda, salubri­
dad y esto exige la estructuración de un plan que lle­
ve a la práctica efectiva esas aspiraciones, al través
de organismos en que tengan directa participación las
clases obrera, campesina y media. La actual Guerra
Europea está determinando un vigoroso renacimiento
de la industria minera; las exportaciones no deben be­
neficiar en forma inmoderada sólo a los pequeños cír­
culos que son dueños de los medios de producción del
país, como sucedió durante la guerra de 1914-18. Por
eso el P.I.R. propone la constitución de .un Consejo
Económico Nacional de Emergencia (25), similar a
organismos que han venido creándose en diversos
países latinoamericanos.
Los planes de Acción inmediata que el P. I. R.
vaya aprobando según las exigencias de su lucha, sin­
tetizarán los programas mínimos que nuestra organi­
zación se proponga en esta etapa que requerirá es­
fuerzos abnegados y tenaces y cuya duración es difícil
precisar.
218 PARTIDO DE LA IZQ U IER DA R EVOLUCIO NARIA

2 .— LA ETAPA CONSTRUCTIVA DESDE EL PODER


PROGRAMA CORRESPONDIENTE A ESA ETAPA

Todo Partido tiene por meta de süs aspiracio­


nes la llegada al poder. El P. I. R., abandonando la
ilusoria creencia de que eso pudiera obtenerse a base
de conspiraciones de comités reducidos o como efec­
to de cuartelazos que nunca han servido sino para
encumbrar a caudillos incapaces de cumplir las pro­
mesas que habían hecho a las masas en la víspera de
su triunfo, sólo concibe la Revolución Social como un
resultado lógico e incontrastable de un previo perío­
do de acción organizativa en el llano. Las clases en
cuyo interés se proyecta una transformación de ré­
gimen deben conocer ampliamente el programa que
aplicará su Partido desde el poder: mas aún, deben
participar activamente en la estructuración de ese
Programa, estableciéndose una intensa corriente de
opiniones entre las bases y los dirigentes del Partido.
De ahí la enorme importancia que reviste la formula­
ción de una teoría doctrinaria, cuestión generalmente
desdeñada por los dirigentes de los Partidos tradicio­
nales.

Por otra parte, el Partido debe aspirar a es­


tructurarse, desde el llano ya, como la anticipada ima­
gen de lo que podrá ser la nación entera cuando se lle­
gue al poder. El Estatuto Orgánico del P. I. R. ha
prestado, por eso, especial atención a diversos aspec­
tos organizativos reglamentándolos en detalle, a ve­
ces. En esto se ha apartado también dé la tradición ru­
tinaria que estructura K)S Partidos alrededor de : un
Directorio, de Comités locales con autoridad más ¿no-'
PARTIDO 1)E LA IZ Q U IE R D A R EV O LUCIO NARIA

minal que efectiva y que descuida en absoluto lo rela­


tivo a la ligazón entre las bases y los dirigentes del
Partido.
La etapa que se diseña como próxima en el pro­
ceso revolucionario de los países latinoamericanos es
una etapa que tendrá un carácter esencialmente anti­
imperialista y agrario. México está cumpliendo ya en
parte esta etapa de su proceso revolucionario.

Los 6 capítulos del Programa del P.I.R., aun­


que engloban varios aspectos de acción inmediata en
la etapa de lucha por la conquista del Poder, están
fundamentalmente inspirados en la concepción de un
Estado que, luego de haber asegurado una base eco­
nómico - financiera anti - imperialista y antifeudal a
la República, dará a los poderes públicos una fisono­
mía esencialmente sindical - socialista, que sea la ex­
presión de las fuerzas trabajadoras y productivas
técnicamente organizadas. A una nueva estructura
económica debe corresponder un aparato político - ju ­
rídico adecuado, y los viejos principios constituciona­
les y legislativos de la Revolución Francesa son insu­
ficientes para ese propósito. Cuando la Nación haya
reorganizado su régimen económico - financiero y
jurídico, le será posible realizar su política cultural
en proporciones incalculables. Podrá atender rápida
e intensivamente a la liquidación del analfabetismo y
pondrá al alcapce de las grandes mayorías de la po­
blación recursos educativos que ahora son completa­
mente ilusorios. Sólo un Partido que realice la obra
de incorporar a nuestros nos m i l l o n e s d e i n d i o s a la
vida civilizada será el Partido que inaugure en Bo-
hvia una nueva y profunda etapa histórica. Y el Par­
220 PARTIDO DE LA IZQ U IER DA R EVOLUCIO NARIA

tido de la Izquierda Revolucionaria es el único Par­


tido llamado a realizar esa misión.

La lucha por el ideal socialista está erizada de


dificultades frente a un régimen que recurre a todos
los medios para sostenerse; cuando no apela a la vio­
lación más drástica, emplea el cerco por el hambre,
cjue suele desalentar a algunos luchadores poco tem­
plados. Los períodos de debilitamiento de la lucha
de las Izquierdas suelen traer también mareas de
oportunismo, que llegan hasta los extremos más so­
físticos y repugnantes.
Pero es deber de los que sentimos en carne pro­
pia las miserias del mundo contemporáneo y creemos
sincera y profundamente que el socialismo marxista
representa la causa de la emancipación de los trabaja­
dores, — que devendrá en emancipación de la Huma­
nidad, dé los yugos económico, político y dogmáti­
co— , luchar íntegra y valerosamente por el éxito de
esa causa.

NOTAS A LA INTROD U CCIO N SOCIOLOGICA

( I ) “ Según la concepción materialista de la


historia, el factor que en última instancia es el deter­
minante de la historia, es la producción y la reproduc­
ción de la vida real. Ni Marx ni yo hemos afirmado
algo más; pero si se nos hace decir que el factor eco­
nómico es el único determinante, se transforma la pri­
mera proposición en una frase vacía, abstracta y ab­
surda. La situación económica es la base, pero los di­
ferentes factores de la superéstriurtura — formas polí­
ticas de la lucha de clases y sus resultados: constitu-
PARTIDO DÉ LA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA 221

cíones establecidas por la clase victoriosa una vez que


ha ganado la batalla, y también, claro está, los refle­
jos de todas estas luchas reales en el cerebro de
los participantes, teorías políticas, jurídicas, filo­
sóficas, instituciones religiosas y sus desarrollos
ulteriores en sistemas dogmáticos— , ejercen igual­
mente su influencia sobre el curso de las luchas
históricas y en muchos casos determinan sus for­
mas de una manera preponderante. Hay acción y
reacción en todos estos factores” . (Engels, carta a
Joseph Bloch, cit. por A. Cuvilier en “ Introducción a
la Sociología” , excelente compendio de sociología mo­
derna).
“ Toda la historia de la sociedad humana, has­
ta el día, es una historia de luchas de clases. Libres y
esclavos, patricios y plebeyos, barones y siervos de la
gleba; en una palabra opresores y oprimidos, frente a
frente siempre, empeñados en una lucha ininterrum­
pida, velada unas veces, y otras veces franca y abier­
ta” . .. (Manifiesto, edic. Cénit, p. 6o).

Una nota de Engels a la edición de 1890 del


Manifiesto, expresa: “ Las investigaciones de Mor­
gan, coronadas por el descubrimiento del verdadero
carácter de la gens y su posición dentro de la tribu,
pusieron al desnudo, en su forma típica, la organiza­
ción interna de esta sociedad comunista originaria.
Al disolverse estas comunidades primitivas, es cuan­
do comienza a escindirse la sociedad en clases espe­
ciales, enfrentadas las unas contra las otras” .
Sobre este último punto consúltese Latcham
( “ El materialismo histórico y la Etnografía Moder­
na” . Revista Atenea, Santiago 1934). Latcham redi-
222 PARTIDO DE LA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA

fica algunas hipótesis de Engels respecto a la socie­


dad primitiva, pero anota: “ Sin embargo, todos estos
nuevos estudios (se refiere a los de etnólogos contem­
poráneos) no han logrado derribar los postulados
fundamentales del Marxismo” .
Lenín en su obra “ El Imperialismo, última eta­
pa del Capitalismo” , define el imperialismo por 5
características fundamentales: 1) La concentración
de la producción y el capital'se desarrolló en tal pro­
porción que dió vida a los monopolios, los cuales jue­
gan un papel decisivo en la vida económica; 2) La
fusión del capital bancario con el capital industrial,
y la creación, sobre la base del capital financiero, de
una oligarquía financiera; 3) La exportación del ca­
pital, el cual se ha hecho extremadamente importan­
te, y que se distingue de la exportación de las mercan­
cías; 4) La formación de monopolios internacionales
capitalistas que se reparten el mundo entre s í; 5) La
división territorial de todo el universo entre las más
grandes potencias capitalistas está consumada.

(4) Como obra de información rápida sobre la


cultura incaica, se recomienda el bello opúsculo de
George Rouma “ La civilisation des Incas et leur
Communismc autocratique” , Bruxelles 1924. Para un
estudio más a fondo y encarado desde un punto de
vista sociológico, es aconsejable la documentadísima
obra de Luis Baudin, “ L ’ Empire Socialiste des Iu-
ka” . París i928ri^ainbas-j?bras existe versión cas­
tellana de José Antonio A rze; íá'de Rouma ha sido pu­
blicada en Lima en 1936 por la Editorial Domingo
Miranda (Lima, Filipinas 546) con el título de “ El
Imperio Incaico” . — Breve esquema de su organiza-
PARTIDO DE LA IZQ U IER DA R EV O LUCIO NARIA 223

ción económico - política y social” ; la de Bandín se


halla aún inédita. *
. El Dr. Arturo Urquidi presentó al Segundo
Congreso de Facultades de Derecho (noviembre de
1940), una monografía sobre “ La Comunidad indi
gena. — Precedentes sociológicos. Vicisitudes histó­
ricas” , que contiene en su primera parte un excelente
estudio marxista acerca de las culturas precolombi­
nas. Este trabajo ha sido publicado por la Universi­
dad de Cochabamba, donde el Dr. Urquidi es cate­
drático de Sociología.
El Dr. Abelardo Villalpando, catedrático de
Derecho del Trabajo en Potosí, es autor de un estudio
titulado “ La cuestión del indio” (Tesis presentada a!
primer Congreso Naci.onal de Facultades de Derecho,
impresa por la Universidad de Potosí en 1939). Este
estudio contiene también valiosaá referencias a la
evolución precolombina de las culturas indígenas.
Consúltese asimismo los trabajos del Dr. Os­
car Frerking Salas, catedrático de Derecho del Tra
bajo en la Universidad de Sucre, sobre la historia del
trabajo en Bolivia (C f. Revista de la Facultad de De­
recho y Ciencias Sociales de la Universidad de Sucre
N*. 1).
(5) Baudin llama socialista al Imperio Incai­
co ; José Carlos Mariáteguí y Haya de la Torre lo con­
sideran comunista. La refutación del pretendido ca­
rácter socialista o comunista del. imperio incaico ha
sido objeto de un estudio monográfico de J. A. Arze
* Nota del Editor. — ”EL IMPERIO SOCIALISTA DE LOS
INCAS”, de L uis Baudin, vertido al castellano, íu é publicad*, con
posterioridad- a. la segunda edición d e l. Program a del P . I . R ., por
la Em presa Editorial Zig Zag, en 1943. . ■
224 PARTIDO DE LA IZ Q U IE R D A REVOLUCIO NARIA

ten la “ Revista de Estudios Jurídicos, Políticos y So­


ciales” de la Universidad de Sucre. N'\ i, mayo-julio
1940.
(6) Para la época colonial de Bolivia, consúl­
tese principalmente “ Historia del Alto Perú” , dos to­
mos. Sucre, 1910, por Luis Paz; “ Ultimos días colo­
niales en el Alto Perú” , por-Gabriel René Moreno,
Santiago de Chile, 1896; la segunda edición de esta
importante obra en dos tomos figura en la Bibliote­
ca Boliviana, dirigida por Gustavo Adolfo Otero, La
P az, 1940.
(7) “ Desde un punto de vista estrictamente
jurídico, las encomiendas de los indios eran una mer­
ced real hecha con la doble finalidad de recompensar
a los conquistadores beneméritps o a sus descendien
tes con los beneficios que las mismas producían —
servicios personales de los indios primero, percep­
ción de tributos después— al propio tiempo que se
conseguía la incorporación de los indios a la civiliza­
ción cristiana colocándola bajo el amparo de un es­
pañol encomendero.
Juan de Solórzan<vencuentra grandes analo­
gías entre las encomiendas de los indios y los feudos
y mayorazgos de nuestro derecho medioeval, infirien
do de este supuesto jurídico consecuencias doctrina
les muy interesantes en orden al derecho sucesorio de
esta institución” _(_Ots. “ Instituciones sociales de la
América Española en el ^período colonial” . La Plata,
1934) - . \
(8) Para el estudio del Derecho colonial, sigue
siendo una obra de muy útil consulta la “ Introducción
a la Historia del Derechó Indiano” , de Ricardo T.eve-
ne, Buenos Aires, 1924. La Facultad de Derecho de
PARTIDO DE LA IZQ U IER DA REVOLUCIO NARIA 225

Sucre ha propuesto, con muy buen sentido, en el plan


de estudios presentado ante el Segundo Congreso de
facultades de Derecho, el restablecimiento de una
cátedra especial de Derecho Indiano, junto a la ense­
ñanza de Legislación Indígena.
(9) “ La revolución (de la Independencia) en­
contró al Perú retrasado en la formación de su bur­
guesía. Los elementos de una economía capitalista
eran en nuestro país más embrionarios que en otros
países de América donde la Revolución contó con una
burguesía menos larvada, menos incipiente” . (José
Carlos Mariátegui, “ Siete Ensayos de interpretación
de la realidad peruana” , Lima, 1929, p. 45).

(10) Cí. “ Historia Financiera de Bolivia” por


Casto Rojas, La Paz, 1910, y la colección de las obras
históricas de Alcides Arguedas: Compendio de la
Historia de Bolivia, La Fundación de la República,
Los Caudillos Letrados, La Plebe en Acción, La Dic­
tadura y la Anarquía, Los Caudillos Bárbaros.
(1 1 ) Para una apreciación general del impe
rialismo británico, consúltese Hobson, “ Imperialis-
m” , London, 1902; R. Hilferding “ El capitalismo fi­
nanciero” ; C. P. Lucas, Greater. Rome and greater
Britain, Oxford 1912; Cromer, Ancient and moclern
imperialism, London, 1910; Lenín “ El Imperialismo,
última etapa del capitalismo” .
(12) Cf. “ Lá Política Liberal y el doctor
Montes” , de Casto Rojas. La P a z ... y “ Discursos
Parlamentarios”, de Daniel Salamanca, tres tomos,
. La P a z .. .
(13) Cf. “ La Nacionalización de los Ferroca­
rriles de la red Speyer” , de Eduardo Arze Quiroga,
220 PARTIDO DE LA IZ Q U IE R D A R EVOLUCIO NARIA

Profesor de Economía Política en la Universidad de


Cochabamba, Cochabamba, 1939.
(14) Cf. Scott Nearing y Freeman, “ La diplo­
macia del dólar” y Margarita Alexander Marsh
“ Nuestros banqueros en Bolivia” .
(15) Sobre la Guerra del Chaco, véase Bau­
tista Saavedra, “ El Chaco y la Conferencia de Paz de
Buenos Aires” , Santiago, 1939; Sociedad de las Na
ciones. “ Conflicto entre Bolivia y Paraguay. Informe
de la Comisión del Chaco” , Ginebra 1934; Aquiles
Vergara Vicuña, “ Historia de la Guerra del Chaco” ,
tomo 1, La Paz 1940; Jesús Lara “ Repete” , dos edi­
ciones, Cochabamba 1938. Gral. Angel Rodríguez,
“Autopsia de una guerra” , Santiago 1940. Para una
bibliografía más amplia sobre la Guerra del Chaco,
consúltese el folleto “ Hacia la unidad de las Izquier­
das bolivianas” , Santiago 1939, Imprenta Guttem-
berg.
(16) Liborio Justo, hijo del ex-presidente ar­
gentino, en declaraciones hechas a “ La Opinión” de
Santiago, de fecha 10 de enero de 1936, declaró: “ en
Bolivia donde domina el capital norteamericano, la
Standard Oil necesitaba una salida al río Paraguay,
para sus pozos de petróleo en el Este de aquél país.
Detrás del Paraguay, la Compañía Inglesa Royal
Dutch, trató de evitarlo. Esa fué la causa del conflic
to que ha ensangrentado el continente” .
(17) Dice el brillante escritor Augusto Céspe­
des, en una nota a su excelente libro de cuentos “ San­
gre de Mestizos” . .. “ La prudente Standard, aprove­
chando de la indígena ignorancia esencial a todos-los
gobernantes bolivianos, se resguardó siempre con una
política 'propia, ;siñ comprometerse, lista’ a’ cambiar sit
ÉARTibo dé la I zquierda revolucionaria

"Standard Oil of Bolivia” por "of Paraguay” u “ of


Argentina” , si la primera resultaba derrotada. De ahí
se explican el oleoducto clandestino y las actuaciones
anti-bolivianas del senador argentino .Sánchez Soron -
do, “agente de la Standard” y del diario “ Crisol” sos
tenido por el imperialismo yanqui” , como dice don
Ciborio Justo” . (P. 263).
(18) Kn el Prefacio de esta publicación y en
el Apéndice de documentos relativos al Congreso de
Izquierdas, se dan mayores detalles sobre este recien­
te capítulo de la Historia Nacional. La prensa reaccio­
naria del tiempo en que se produjeron estos aconte­
cimientos los desfiguró en forma tan cínica que su
utilización como fuente histórica induciría a los más
crasos errores; las izquierdas carecieron de prensa
para desvirtuar las calumnias de que eran objeto; ex­
cepto algunas informaciones que registraron “ La Ca
lie” e “ Inti” de La Paz, “ El Imparcial” de Cochabam­
ba y “ La Mañana” de Oruro.
(19) Bolivia tema en 1831 la extensión de
2.343.769 Km2. Por los diferentes tratados suscritos
con los países vecinos, ha cedido las siguientes exten­
siones :
A l B r a s il.......................... .. 490.437 Kni2.
Al P e r ú ................................. 250.000 ”
A A rg e n tin a ......................... 170.738
A C h ile ................................. 120.00Ó ”
A l P a ra g u a y ......................... 245.000

Total ced id o .................... 1.276.175 K1112.


1

Su extensión actual ha quedado reducida, pues,


a 1.067.594 de Kni2. (Datos insertos en “ Geografía
¡>Ü8 p a r t id o DE LA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA

Económica” ele J. Pando Gutiérrez. La Paz 1938).


(20) La población de Bolivia en 1826 era de
997.427 habitantes. El Censo de 1900 arrojó la cifra
de 1.766.451 y fijó los siguientes porcentajes étnicos:
1) Indios: 52.1% ; 2) Mestizos: 27.7% ; 3) Blancos:
13.1% ; 4) Negros: 0.2%; 5) No clasificados, eí res­
to.
Según cálculos estadísticos oficiales para 1938
la población ascendía a un total de 3.282.900, distri­
buidos en la siguiente forma: 1) Blancos: 458.400;
2) Mestizos: 974.800; 3) Indígenas: 1.841.900; 4)
Negros: 7.800 (Pando, ob. cit.)
Según la “ Guía Económica de Bolivia” , La
Paz 1939. editada por Arturo Taborga y Néstor
Adriázola, la población de Bolivia ascendería a
3.282.900, dando 2.7 habitantes por Km2. y su distri
1¡lición en los diferentes departamentos sería la si­
guiente: La Paz 828.200 Cochabamba 612.500; Chu-
quisaca 379.900; Santa Cruz 389.500; Tarija 191.200;
Potosí 605.100; Orijro 160.000; Beni 59.800; Pando
58.900.
(21) En el folleto “ Hacia la unidad de las iz­
quierdas bolivianas” , Santiago 1939, se consignan al­
gunas estadísticas sobre la producción minera, la pro
ducción agrícola, industrial, el comercio exterior, la
deuda púbUcsL etc. El P.I.R., hará publicación espe­
cial, con datos estadísticos al día y debidamente glo­
sados sobre los diversos aspectos de la economía na­
cional; el trabajo de dócumentación necesario para
este objeto viene ya realizándose bajo la dirección del
Secretario de Finanzas y Estadística del P.I.R., Di­
putado Alfredo Arratia. El deseo de no retardar la
presente publicación, ha hecho aconsejable prescindir
PARTIDO DÉ LA IZQ U IER DA REV O LU CIO NA RIA 229

ñor ahora de estas demostraciones numéricas. Con


igual criterio se ha omitido en esta edición la biblio­
grafía de obras socialistas y de obras nacionales que
registra el folleto “ Hacia la unidad de las Izquierdas” ;
la Secretaría de Universidades Populares del
encomendada al c. Ramón Chumacero Vargas, pro
curará también lanzar en breve una “ Guía bibliográ­
fica para los militantes del P .l.R .”
(22) Bolivia ha tenido más de 12 Constitu­
ciones, al través de unas 17 Constituyentes.
En materia de derecho privado, he aquí los
años a que remontan los diferentes Códigos: Código
Civil, traducido del Código Napoleón (18 3 1); Código
Penal, basado en el español de 1822 (1834); Código
de Procedimientos (1832); Código de Comercio
(1839). Todos estos Códigos fueron promulgados en
la época del Presidente Andrés Santa Cruz y no han
sufrido apreciadle modernización. Véanse “ Legisla­
ción Boliviana. Resumen de su historia y de su ac­
tualidad” por Claudio Quintín Barrios, en “ Bolivia
en el Primer Centenario de su Independencia” . Nueva
York 1925.
(23) Hasta 1930 regía para las Universidades
el Estatuto de Instrucción de 1874 dictado por el Pre­
sidente Tomás Frías. Por Decreto de 25 de julio de
1930 se instituyó la autonomía de las Univevrsidades.
La Constitución Política de 1931, de acuerdo con re
formas sancionadas por un referéndum, creó sección
especial para las Universidades. La actual Constitu-.
ción de 30 de octubre de 1938, en su sección X V III
tiene los siguientes tres artículos referentes a las Uni­
versidades: Art. 159.— Las Universidades públicas
son autónomas e iguaJes en jerarquía. La autonomía
230 PARTIDO DE LA IZQ U IER DA REVOLUCIO NARIA

consiste en la libre administración de sus recursos, el


nombramiento de sus Rectores, personal docente y
administrativo, la facción de sus Estatutos y planes de
estudio, la aprobación de sus presupuestos anuales, la
aceptación de legados y donaciones, la celebración de
contratos y obligaciones para realizar sus fines y sos­
tener y perfeccionar sus institutos y facultades. Po­
drán negociar empréstitos con garantía de sus bienes
y recursos; previa aprobación legislativa. — Art.
160.— Las Universidades públicas son las únicas au­
torizadas para extender diplomas académicos. Los tí
tulos en provisión nacional los otorgará el Gobierno a
nombre del Estado.— Art. 161.— Las Universida­
des públicas serán obligatoriamente subvencionadas
por el Fisco con fondos nacionales independientemen­
te de sus recursos departamentales, municipales y pro­
pios, creados o por crearse” .
Aunque el movimiento de la autonomía y de
la reforma universitaria en Bolivia responde a la se­
rie de movimientos similares latinoamericanos, cuya
cuna es usual señalar en el movimiento universita­
rio de Córdoba (Argentina) de 1918, tiene el mérito
de ser uno de los movimientos que ha logrado con
quistas más radicales en la práctica institucional uni­
versitaria del continente. La cuna del movimiento re­
formista emRubvia fué el Primer Congreso de Estu­
diantes reunido énCochabamba en 1928, que apro­
bó un programa dcLprincipios de tendencia izquier­
dista, muy superior en contenido a los programas de
todos los partidos politicos a esa sazón existentes. De
ahí que cuando se haga la historia del socialismo bu
liviano, será inexcusable consignar ese importante
jalón de la evolución ideológica del país. El congreso
PARTIDO DE LA IZQ U IER DA REVOLUCIO NARIA 231

universitario reunido en Sucre en 1929 dió impulso


más efectivo al movimiento pro-autonomía ya inten­
samente iniciado desde el año 1928; el Estatuto de
1930 surgió gracias, en buena parte, a la participa­
ción que los estudiantes habían tenido en la revolu­
ción de esc año, aun cuando también es cierto que in­
fluyó decisivamente en la realización de esos ideales
la presencia del Dr. Daniel Sánchez Bustamante en­
tre el grupo de mentores políticos del nuevo régimen:
el III Congreso fué convocado a Santa Cruz en 1936,
pero fracasó debido a la agudización de rivalidades
regionalistas. El IV Congreso reunido otra vez en
Sucre en 1938 hizo renacer la línea izquierdista de la
F. U. B. y se caracterizó por una interesante posición
de los estudiantes respecto a los problemas generales
•del país. (Véase, para antecedentes de la Reforma
"Universitaria en Bolivia las siguientes publicaciones:
“ Primera Convención Nacional de Estudiantes Boli­
vianos” . — Programa de Principios, Estatuto Orgá­
nico y Reglamento de Debates de la Federación Uni­
versitaria Boliviana, Cochabamba, 1928; “ Federa­
ción Universitaria Boliviana.— Actas de la Segunda
Convención Nacional de Estudiantes” , Sucre 1930;
“Acción Universitaria— F.U.-B.” Sucre 1936, por Ra­
món Chumacero Vargas; “ Federación Universitaria
Boliviana. — Cuarta Convención Nacional de Estu­
diantes, Sucre 1938” . — El profesor don Faustino
Suárez, actual miembro del Consejo Nacional de Edu­
cación, envió al Congreso de Izquierdas de Oruro una
tesis sobre educación, abordando este problema des­
de. un. punto de vista marxista; dicho trabajo se ha
publicacio.cpn el título “ Plan para una reorganización
integral de la educación nacional” , y en .él pueden' en-
232 PARTIDO DE LA IZQ U IER DA R EVOLUCIO NARIA

centrarse interesantes referencias sobre el proceso de


la reforma universitaria).
(24) En la fase superior de la Sociedad Co­
munista, en la cual desaparece la sujeción a la divi­
sión del trabajo que esclaviza al hombre; en que desa­
parece junto con ello, la oposición entre el trabaje
manual e intelectual; en que el trabajo deja de
ser un medio de subsistencia para convertirse en
la necesidad primordial de la existencia, en que,
junto con el desarrollo total de los individuos
aumentan asimismo las fuerzas productivas y to­
das las fuerzas de la riqueza social manan abun­
dantemente, sólo entonces se podrá superar el
estrecho horizonte del derecho burgués y la socie­
dad podrá escribir en sus banderas: “ De cada mu»
según sus fuerzas; a cada uno según sus necesidades'’
(M arx, Critique des Programmes de Gothaj^^p
( 25 ) V. el “ Plan de Acción Inmediata” deí
P. I. R.

P R O G R A M A D E L P A R T ID O D E L A IZQ U IE R ­
D A R E V O L U C IO N A R IA

D E C L A R A C IO N DE PR IN C IP IO S (1)

IM P E R IA L IS M O V L U C H A DE CLASES E N BOLIVTA

El argumentosde que para el desarrollo del So­


cialismo es necesario unTnaduro proceso capitalista v
el hecho de no existir en Bolivia una burguesía nacio-
(1) Aprobada a base del anteproyecto form ulado por el
compañero Ricardo Anaya. y auspiciada por la Delegación de Co-
chabamba, al Congreso de'Izquierdas de O ruro.

* © ? 4 -----. - -y,,
PARTIDO DE LA IZQUIERDA REVOLUCIO NARIA 233

nal caracterizada, han dado lugar a que, por una


insuficiente información teórica y un examen par­
cial del problema, se afirme que en Bolivia no se cum­
ple el fenómeno de la lucha de clases; que en su vida
económica, .social y política no hay influencia del sis­
tema universal de producción capitalista y que, por
tanto, no es aplicable al país nuestra doctrina políti­
ca. Pero es preciso advertir, por una parte, que la di­
visión de la sociedad én clases con intereses antagó­
nicos es un fenómeno universal, y por otra, que en el
grado actual de la evolución del mundo, ninguna re­
gión se halla desvinculada de los acontecimientos in­
ternacionales. Bolivia no es una excepción en esta ma­
teria, y, por el contrario, su dependencia es indiscu­
tible e inmediata, en virtud de tratarse de un país se-
micolonial gravemente afectado por el imperialismo.
El hecho de que no veamos en Bolivia a los
magnates de la minería, ni radiquen en ella las ofici­
nas principales de las empresas imperialistas, no quie­
re decir que el capitalismo esté ausente de nuestra eco­
nomía; quiere decir, cuando más que sus intereses en
esta parte del Continente son manejados desde las
grandes urbes, donde el imperialismo concentra en
una sola mano los frenos con los que hace marchar a
los hombres y pueblos oprimidos del orbe. Mientras
tanto, lo que existe delante de nuestros ojos, con una
objetividad lacerante, es que al servicio de ese capita­
lismo situado en el extranjero, se mueven millares de
obreros asalariados, típicamente proletarios.
Además de ese capitalismo que interviene des­
de afuera, tenemos en *el interior del país una sub­
burguesía que se enriquece como gestora del imperia­
lismo, en el comercio y en la industria, y, por otra
224 PARTIDU DE LA IZQUIERDA REVOLUCION AftíA

parte, una clase feudal latifundista, que se aprovecha


del trabajo del campesino sometido a un sistema ser-
vidumbral de explotación. Las clases dominantes no
sólo han tergiversado nuestros problemas desde el
punto de vista de sus intereses, sino que han dictado
la ley y organizado la fuerza al servicio de sus pro­
pias conveniencias.
Bastan estas observaciones para demostrar
que Bolivia no sólo sufre los efectos del capitalismo
internacional, sino que también en su seno tienen rea­
lidad los fenómenos de la división de clases sociales y
sus.consiguientes antagonismos.
Por consiguiente, nuestra doctrina política,
inspirada en los principios del Socialismo Científico,
es susceptible de aplicación en nuestro medio, y pre­
cisamente de esa aplicación depende que nuestras
cuestiones se solucionen en beneficio del país y no en
el de los amos de Bolivia.

CARACTERISTICAS DE LAS CLASES SOCIALES E N BOLIVIA

La diferenciación de clases sociales en Bolivia


responde, como, en todos los países, a motivos esencial­
mente económico^ las clases opresoras están repre­
sentadas dentro del país por un sector burgués y por
otro sector feudal, ambos aliados a los imperialismos
extranjeros, sin perjuicio de las contradicciones inter­
nas existentes entre los diferentes grupos de estas cla­
ses sojuzgadoras. Las clases oprimidas están consti­
tuidas por una gran masa de siervos indígenas, por
millares de proletarios de las minas, por los obreros de
los transportes y las fábricas, etc. Entre estos polos
fluctúa una clase media que se halla integrada por los
PARTIDO DE LA IZ Q U IE R D A REV O LU CIO NA RIA 235

artesanos, los pequeños propietarios del campo, de las


minas, de las industrias y del comercio, los empleados
de la burocracia fiscal y particular, etc.
Pero en Bolivia esta diferenciación de orden
estrictamente económico se ve un tanto matizada por
factores de orden étnico y cultural. Existe una cate-
gorización de blancos, cholos o mestizos e indios, in­
dependientemente de la función económica de los in­
dividuos pertenecientes a tales categorías. Entre los
llamados “blancos” (no obstante que muchos de los
que se dicen tales son auténticamente mestizos) figu­
ran burgueses, feudales, pequeñoburgueses y aun in­
dividuos estrictamente proletarios. Dentro de la cate­
goría de los llamados “cholos” , a los cuales es habi­
tual designar también bajo la denominación de “ arte­
sanos” , se encuentran asimismo diversas escalas eco­
nómicas que van desde el oficial pobre de taller has­
ta el artesano rentista. Y la totalidad de esta catego ­
ría se singulariza por la adopción de ciertas costum­
bres específicas (por ejemplo el uso de traje especial
entre las mujeres) y por su menor cultura social res­
pecto de los llamados “blancos” . Se da el caso de que
cholos pequeñoburgueses y pobres suelen unirse en
movimientos colectivos contra la categoría de “ blan­
cos” , al estímulo de propagandas demagógicas corno
la de Belzu; pero estas uniones esporádicas se van
deshaciendo a medida que el factor económico va en­
frentando en forma más orgánica a asalariados y asa­
lariantes en el inevitable antagonismo de la lucha de
clases. También entre los indios los hay pequeñobur­
gueses, proletarios y siervos desde el punto de vista
económico, pero a todos los ligan igualmente ciertas
236 PARTIDO DE LA IZ Q U IE R D A R EV O LUCIO NARIA

costumbres específicas (uso de traje típico, empleo


preferente de las lenguas nativas, etc.) y, como entre
los cholos, se da el caso de movimientos que agrupan
en una sola tendencia a indios de todas las escalas eco­
nómicas. En las sublevaciones indígenas la razón
esencial ha sido siempre, sin duda, un impulso de rei­
vindicación económica de los campesinos contra el ga
monalismo expoliador, pero es igualmente indudable
que ha jugado papel de solidaridad importante entre
los revoltosos la conciencia de que el enemigo es el
usurpador “blanco” o “ mestizo” . Por otra parte, co­
mo entre los cholos, la lucha de intereses económicos
va poniendo también en descubierto el antagonismo
entre indios asalariados e indios que por su condición
económica se hallan en proceso de tránsito hacia la
pequeña burguesía. Es frecuente ver que estos últi­
mos hasta se esfuerzan en hacer olvidar su condición
de nativos para asimilarse a capas sociales más aco­
modadas.
Esta complicación de la estructura clasista en
Bolivia se explica por la todavía acentuada diferen-
c iación de zonas.geográf icas y de grupos étnicos y por
la coexistencia de'procesos económicos, truncados en
sus posibilidades de pleno desarrollo histórico por la
deformadora acción del imperialismo. En Bolivia con­
viven formas de economía preincaica, de tipo casi co­
munista primitivo, como el ayllu, junto a formas de
economía colonial, de tipo feudal, como las que rigen
en los latifundios y hasta junto a formas del más
avanzado capitalismo como las que ofrecen algunos
grandes establecimientos mineros.
Nuestro Partido es fundamentalmente un Par-
237
PARTIDO DE LA IZQ U IER DA R EVOLUCIO NARIA

tido de la clase obrera o proletaria, y se constituye


también en vanguardia de las clases campesinas y me­
dias del país, para plantear en sus justos términos
la transformación de la economía sernifeudal y semi-
colonial del país, en economía socialista, pasando por
el tránsito inevitable de la revolución antifeudai y
anti-imperialista.
Nuestro Partido, con relación a las clases me­
dias, luchará por identificarlas con los ideales del
Proletariado, impidiendo que sean fácil pasto de las
tendencias fascistas, como ha ocurrido en otros paí­
ses. Se mantendrá atento a las dificultades e incer­
tidumbres en que estas clases son colocadas por la pe­
netración cada vez más absorbente del gran capital y
las estimulará a luchar junto con el Proletariado con­
tra la voracidad de los Imperialismos y de la fcudal-
burguesía. Los pequeños propietarios, los empleados,
los profesionales libres sin posibilidades de renta de­
corosa, los maestros, así como los artesanos con insu­
ficientes medios de trabajo, hallarán en nuestro Par­
tido la sola vanguardia capaz de brindarles posibili­
dades de mejorar sus precarias condiciones económi­
cas de existencia.
Y en cuanto al problema de los cholos e indios,
Considerados como categorías que tienen necesidades
específicas de elevación social y de culturización,
nuestro Partido estudiará también los medios más
eficaces para conseguir que los llamados “cholos” de
todas las escalas económicas se habitúen a vivir con
más confort e higiene y perfeccionen su cultura inte-
[lectuaLy sus hábitos de sociabilidad, anulando ese
¡¡complejo de inferioridad en que se mantienen frente a
238 PARTIDO DE LA IZ Q U IE R D A REV O LU CIO NA RIA

esas pequeñas oligarquías de blancos y mestizos, con


pujos de “ aristocracia” , que no tienen otro fundamen­
to que una mayor holgura económica y cierto refina­
miento social e intelectual adquirido al favor de esa
condición privilegiada. En cuanto a los indios, consi­
derados como categoría que engloba a diferentes es­
calas económicas, el Partido encarará asimismo una
política educativa y social que tienda a elevar su capa­
cidad de consumo, a castellanizarlos sin perjuicio de
ensanchar su cultura al través de sus lenguas nativas
y a incorporarlos, en suma a las exigencias de la civi­
lización occidental.
Nuestro Partido, sin perder de vista que la
norma fundamental de su lucha ha de ser la interpre­
tación de las necesidades de las clases económicamen-
íe oprimidas, por los Imperialismos y la feudal-bur-
guesía, desarrollará, pues, una paralela política de
elevación cultural de las categorías de cholos e indios.
La resolución de este problema será también, en últi­
mo análisis, de índole económica, ya que depende de
la-difusión de medios de bienestar material y de nú­
cleos educatmismara las grandes mayorías de la po­
blación boliviana.

SOLIDARIDAD CON EL PROLETARIADO IN T E R N A C IO N A L

Siendo el sistema capitalista, el modo contem­


poráneo de producir, capitalismo que, en su período
agudo, deviene imperialista, todos los fenómenos eco­
nómicos, sociales y políticos, adquieren el sello inter­
nacional que caracteriza nuestra época. El imperia­
lismo se mantiene a expensas de la vitalidad de las
PARTIDO DE LA ÍZ g Ü iE R D A R EV O LUCIO NARIA •m

colonias y de las setnicolonias, como Bolivia, que, de'


esta manera, constituye uno de los engranajes del
gran mecanismo del capitalismo mundial. El robuste­
cimiento de las, burguesías de los países económica­
mente más desarrollados, afecta a la independencia y
prosperidad económica de los países menos desarro­
llados, como el nuestro, cuyo progreso y bienestar só­
lo serán posibles a condición de un fortalecimiento de
la acción revolucionaria del proletariado universal
combinada con la lucha de las colonias y semi-colonias
por su independencia efectiva.
En efecto, las burguesías imperialistas, ope­
rando contra el proletariado del país donde se encuen­
tran, al mismo tiempo que contra los pueblos colonia­
les y semicolonialcs, se constituyen en enemigos co­
munes de ambos, y por consiguiente la suerte de éstos
se halla uncida al mismo yugo. La revolución del pro­
letariado internacional por su propia emancipación,
abre el camino a los pueblos semi-coloniales para apo­
nerse al imperialismo; al igual que toda lucha por ¡a
liberación nacional, contribuye a debilitar a los ames
del mundo. De ahí el interés y el deber de solidaridad
con todos los trabajadores del orbe. Una política na­
cional bien entendida, sólo puede conducir a los boli­
vianos a la certidumbre de que el proletariado inter­
nacional y todos los pueblos oprimidos, al luchar por
su emancipación, hacen causa común con nosotros y
por tanto sus aspiraciones, en ningún caso se exclu­
yen con el anhelo de alcanzar para Bolivia una inde­
pendencia efectiva.
Nuestro Partido, sin desconocer que la suerte
de Bolivia está ligada a la de los pueblos oprimidos y
240 PARTIDO DE LA IZQ U IER DA REVOLUCIONARIA

hombres explotados, tiene existencia independiente de


todo partido político internacional, porque así con­
viene a las circunstancias presentes de su lucha.

H A CIA U N A C O N C IE N C IA NA CION A L DE CONTENIDO


ECONOMICO

Dentro de la actual fase de nuestra lucha, de­


beremos propender a crear una conciencia nacional,
de un contenido eminentemente económico contra el
imperialismo y contra £us agentes en nuestro país,
cuidadosamente depurada de ese chovinismo con que
los social-patriotas y fascistas tratan de desviar el
verdadero sentido de la lucha nacional hacia un pa-
trioterismo con el que pretenden tofeer la orientación
de los oprimidos contra sus opresores, fuera y dentro
del país, deformando el sentimiento nacional y explo­
tándolo en beneficio del capitalismo y de sus obscuros
propósitos, adormeciendo la acción revolucionaria que
es la única que puede surtir efectos en favor del bien­
estar, colbctivoi y, finalmente, traicionando aun los
mismos intereses de la burguesía nacional en cierne,
que iamás podrá prosperar en Bolivia, mientras esté
sustituida en las perspectivas de lucro que persigue,
por el imperialismo que domina nuestros mercados
desde el extranjero. De este modo, social-patriotas y
y fascistas cuya incapacidad teórica constituye un
obstáculo aun para los mismos” intereses de la burgue­
sía criolla a la que sirven, se erigen en los agentes in­
conscientes del imperialismo y en los primeros ene­
migos de su propia causa.
La lucha triunfante por nuestra unidad e in-
PARTIDO DE LA IZ Q U IE R D A REVOLUCIO NARIA 241

dependencia nacionales, importará un paso progresé


vo para Bolivia, cuya industria podrá desarrollarse,
mejorando el nivel económico de la vida de sus habi­
tantes, a la par que su nivel cultural y creando un con­
cepto de dignificación de los bolivianos.

Durante esta fase de formación de una con­


ciencia nacional de contenido económico anti-imperia-
lista y antifeudal, nuestro Partido mantendrá estric­
ta vigilancia de clases, poniendo especial cuidado en
que la conciencia de clase de los proletarios no se a d o r­
mezca, ni que el afán de oponer la unidad nacional
frente al imperialismo, nos haga olvidar las profun­
das diferencias sociales y el rol de las clases, deriva­
dos del problema fundamental de la propiedad priva­
da de los medios de producción. No debemos perder
de vista que, durante el advenimiento de la emancipa­
ción nacional del yugo imperialista y feudal, perse­
guiremos, es cierto, que la riqueza nacional sea para
los bolivianos y para cuantos trabajan en esta región
del mundo y no para entregarla a las fauces insacia­
bles de la reacción y de los explotadores, por mucho
que sean bolivianos; pues queremos la riqueza nacio­
nal para los que la extraen o transforman con sus es­
fuerzos; la queremos para todos los que han constitui­
do y constituyen la masa productora nacional y sin
embargo han vivido y viven en la miseria y en la igno­
rancia. No queremos, pues, la riqueza nacional ni pa­
ra el imperialismo que la absorbe desde afuera, ni pa­
ra los que se aprovecharon y pretenden aprovecharse
mejor de la explotación de los trabajadores bolivianos
so pretexto de ser también bolivianos.
242 PARTIDO DE LA IZ Q U IE R D A R EV O LUCIO NARIA

E L REGIONALISMO

A l imperialismo, que es el que marca los rum­


bos de nuestra vida nacional, no le interesa sino el es­
taño, razón por la cual la explotación de esta línea en
las grandes empresas, además de ser la única fabulo­
samente remunerativa, es también la única científica­
mente establecida en medio del atraso feudal de las
demás industrias y finalmente la única que cuenta con
ferrovías, mientras el resto de la producción sólo dis­
pone de caminos de herradura. Podemos estar seguros
de que si hubiera habido estaño en el Oriente, esa re­
gión habría sido dotada va de ferrovías. Nuestra eco­
nomía, exclusivamente minera, es también la base de
nuestro presupuesto fiscal, sustentado 'por los ingre­
sos de la minería, razón por la cual, el Estado se ve
obligado a prestar atención parcializada a este aspec ­
to, creándole condiciones de prosperidad que garan­
ticen el presupuesto de ingresos, para él que los mi-
ñeros dejan lo que buenamente quieren dejar, cuidan-
Nfo de mantener al Estado en una constante situación
dcAnendicante, moralmente deprimido. Los gobiernos
son impuestos por los/núneros y los agentes del impe­
rialismo sirviéndoles de instrumento, y si excepcional -
mente se erige un gobierno que se opone a los intere­
ses de aquéllos, no tarda en ser derrocado, en cumpli­
miento de planes elaborados en París, Londres o Nue­
va York.
Dados estos antecedentes, es fácil explicarse
por qué la atención del Estado se haya concentrado
preferentemente a la zona occidental de Bolivia. en
tanto que los pueblos orientales y aun centrales, se de­
baten en el abandono y el atraso. Necesariamente
PARTIDO DE LA IZQ U IER DA R EVOLUCIO NARIA 243

tenía que operarse una reacción en ellos. Pueblos que


rio tienen agua potable, que se anegan en verano y se
asfixian con polvo en el invierno; pueblos que no tie­
nen caminos; pueblos que producen rudimentariamen­
te y que no cuentan con ninguna colaboración para sus
afanes industriales, viviendo propiamente en los tiem­
pos del molino de viento; pueblos que se privan de
pan, de azúcar y de sal; pueblos que soportan no sólo
la explotación económica de los grandes feudales co­
mo Suárez Hermanos, Zeller Mozer y otros, sino que
están sometidos a las “ leyes” impuestas por éstos y
a sus “ autoridades” , al margen del poder del Estado:
en fin, pueblos que arrastran la existencia en esas
condiciones, devienen regionalistas porque para ellos
el regionalismo significa lucha por la satisfacción de
sus necesidades; y acaban por hacer fermentar en su
seno una disposición de ánimo colectiva peligrosa pa­
ra la unidad nacional.

El amor al terruño, más hondo en los pueblos


agrarios, es un fen'ómeno que engendra afanes de su­
peración regional; pero, en nuestros pueblos del lla­
no, la reacción consiguiente a las condiciones de atra­
so a que han sido relegados, ha adulterado el senti­
miento regionalista, caracterizándolo de fuerte resis­
tencia y aversión de los orientales contra los habitan­
tes de la zona andina. Además, los líderes del “ orien­
talismo” , canalizando esas corrientes populares hacia
fines disociadores, logran plantear graves conflictos
al gobierno nacional, provocando agitaciones con el
'propósito vedado de obtener que aquél, para conjurar
Jas dificultades, seduzca a los agitadores satisfacién­
doles en sus apetitos personales,
244 PARTIDO DE LA IZQ U IER DA R EVOLUCIO NARIA

Nuestros gobiernos, ya con esa medida, ya


produciendo meras afirmaciones oficiales en sentido
de que el sentimiento bolivianista se halla hondamen­
te arraigado en todas las latitudes de nuestro territo­
rio, no hacen otra cosa que diferir sistemáticamente
la solución del problema sobre la base de una política
de engaño.
Nuestro Partido abordará la cuestión regio­
nal ista, haciendo que este sentimiento popular, en vez
de ser desviado en forma negativa, sea canalizado de
modo que se sume a las fuerzas de la cohesión nacio­
nal, lo cual será posible sólo por los medios indicados
en el párrafo “ Sentido de la lucha por la Unidad de
Bolivia” .

H A C IA LA U N ID A D DE BOLIVIA

Nuestro Partido propugna la unidad de Boli-


via, porque esa unidad contribuirá a solucionar los
problemas económicos del pueblo boliviano, comple­
mentándose recíprocamente las diferentes zonas geo­
gráficas al servicio de un perfecto abastecimiento de
los habitantes de la República, y, luego, porque esa
unidad es indispensable para oponerla vigorosamen-¡
te al imperialismo. .
En efecto, Bolivia abastece sus mercados con
la importación de productos, lo cual reposa sobre el
comercio exterior del estaño; resultando de esto que
los magnates de las minas tienen en sus manos po­
derosos recursos para plantear a la economía de la
Nación dificultades que, en un momento dado, po­
drían ser insalvables para un gobierno puesto al ser ­
vicio de las clases trabajadoras. Luego, para neutrali-
PARTIDO DE LA IZQ U IER DA R EV O LUCIO NARIA 245

zar el poder del imperialismo, es urgente asegurar la


unidad de Bolivia, que al procurar medios para la so­
lución de las cuestiones económicas de la Nación, tam­
bién contribuye a desarreatarnos de la sujeción nues­
tra al capitalismo internacional.
Los movimientos rcgionalistas,-separatistas,
pretenden resolver los problemas de los pueblos orien­
tales, con perjuicio, por supuesto, de la unidad na­
cional. Nuestro Partido sostiene que ésta no excluye
"la solución de aquéllos, pues el abandono del Oriente,
causa del regionalismo, es una consecuencia del ré­
gimen de nuestra vida económica y derivadamente
política; la transformación del Oriente, su prosperi­
dad y su efectiva vinculación, sólo serán posibles con
el cambio de ese régimen, exculyendo del gobierno a
los agentes del imperialismo, vale decir a quienes
sostienen los obstáculos creados por éste a la unidad
de Bolivia, pues los movimientos regionalista de nues­
tra Historia, son actitudes de reacción de pueblos
desatendidos y sistemáticamente relegados, hecho
que no debe subsistir, tanto porque los daña excluyén­
dolos de los beneficios de la civilización, cuanto por­
que esa situación constituye un lastre para el progre­
so de todo el país, y pone al margen de las posibilida­
des de aprovechamiento grandes zonas potencialmen­
te ricas, cuya incorporación a la economía nacional
determinaría la abundancia de los artículos de prime­
ra necesidad, influyendo, naturalmente, en la rebaja
de los artículos y permitiendo a toda la población bo­
liviana un costo de vida menos alto que al presente.
Contrariamente a la demagogia separatista y
a las conclusiones simplistas de muchos, nuestro Par­
tido propagará en los pueblos del Oriente, que su ,si-
246 PARTIDO DE LA IZQ U IER DA REVOLUCIO NARIA

tuación no se debe a diferencias raciales ni a su su­


puesta negligencia, ni al odio que pudieran sentir por
ellos los hombres del collado, donde los trabajadores
participan también de la común condición de proleta-
lios explotados por el capital o de siervos de la íeu-
dalidad. Propagará que el “ absorcionismo del Norte’'
no es hegemonía del pueblo proletario, ni de las cla­
ses medias, también miserables y explotadas. Propa­
gará, finalmente, que el separatismo jamás será una
solución para satisfacer sus anhelos de superación y
prosperidad, pues de modo incontrastable la realidad
económica señala en el interior los mercados donde en
condiciones más favorables el Oriente puede colocar
sus productos; en tanto que su concurrencia a los mer­
cados extranjeros sería imposible frente a la compe­
tencia del Brasil y de la Argentina, cuya industria,
además de estar más desarrollada, tiene a su favor
las ventajas del transporte y de la menor distancia a
sus centros de consumo, aparte de que toda labor de
extensión industrial desenvuelta por los países veci­
nos beneficiaría, antes que a nuestro Oriente, a otras
zonas geográficas más próximas a los mercados ex­
tranjeros.
Los movimientos regionalistas no hacen sino
suplantar a la lucha por los ideales revolucionarios y
la conquista de las reivindicaciones.

SENTIDO I)E LA L U C H A POR LA UN ID A D DE BOLIVlÁ

La unidad de Bolivia, para el común aprove­


chamiento de las riquezas de sus diferentes zonas geo­
gráficas por el pueblo y para oponerla como un solo
bloque contra el imperialismo, será una de nuestras
PARTIDO DE LA IZQ U IER DA R EVOLUCIO NARIA 147

principales preocupaciones. Pero nuestro Partido,


que no juega con el hambre y el dolor del pueblo, ni
utiliza el pretexto de la “unidad” para malabarismos
demagógicos, ni para exaltar a las masas al servicio
de vedados fines, sabe que la unidad no se hace con
dádivas, ni con adulaciones, ni exhortaciones, porque
no puede haber unidad allí donde los intereses se ex­
cluyen.
Nuestro Partido sabe que la unidad de Bolivia
se hará solamente a base de una política económica
que transponga los límites de la monoproducción y
que relacione, dentro de una economía organizada,
todas las regiones del territorio nacional, establecien­
do condiciones para su desarrollo, fomentando su
producción, uniendo los mercados con vías estables y,
en fin, creando dentro’ del país una efectiva vincula­
ción económica.
Y esto no podrá realizarse mientras el impe­
rialismo se interese sólo por las minas y las riquezas
del país se ausenten al extranjero sin retornar bajo
ninguna forma que signifique inversión en obras pro­
gresivas ; mientras los agentes de los intereses extran­
jeros en Bolivia y los pocos comerciantes que integran
la “ rosca” boliviana encuentren más remunerativo y
de menor esfuerzo proveer al país de arroz, azúcar,
trigo, patatas, ganado, madera, etc. Nadie ignora que
estos y otros muchos productos más puede rendir la
tierra boliviana en abundancia y, por tanto, a bajo
costo, a condición de resolver los problemas de rega­
dío, de tecnificación, de vialidad, de organización co­
lectiva del trabajo, evitando de ese modo la ca­
restía de artículos de primera necesidad que an­
gustia a las masas desde hace muchísimo tiempo.
248 PARTIDO DÉ LA IZQ U IER DA REVOLUCIO NARIA

Nadie ignora esto; pero, realizarlo, importaría


destruir el privilegio de los que -se enriquecen a
costa del pueblo, importaría destruir los “ intere­
ses creados” de la “ rosca” , importaría substituir
gran parte del comercio de ultramar, monopolio de
una decena de comerciantes, con la producción de
nuestras propias tierras, con el esfuerzo creador de
miles de bolivianos; importaría sustituir los precios
altos con los precios bajos y reducir en gran parte el
tráfico de divisas a cuya sombra se defrauda al Esta­
do -y se exprime al pueblo, recibiendo dichas divisas
para importar al cambio oficial y vendiendo las mer­
caderías a un precio calculado al cambio libre. Este
régimen no lo modificarán los beneficiarios ni lo
cambiará el gobierno, mientras los gobernantes sal­
gan del seno de aquéllos y se pongan al servicio de sus
intereses. Sólo nuestro Partido podrá modificarlo,
porque persigue una honda transformación de la es­
tructura social, porque su doctrina y su posición se
oponen al imperialismo y a las “ roscas” minera y feu­
dal y porque, finalmente, la orientación de su política
económica va hacia la persecución del bienestar de
los pueblos y de los hombres por la satisfacción de sus
necesidades materiales y espirituales, condición sin la
cual no se podrá llegar a la unidad de Bolivia, y ni
se podrá llegar, en círculo más amplio, a la unión de la
Humanidad. La unidad, para nosotros, será un pro­
ducto espontáneo de la comunidad social, donde no ha­
ya ni hombres ni clases explotados. He aquí una de
las grandes diferencias que nos separa de los parti­
dos tradicionales y de los patrioteros; ellos han unci­
do a su carro de lucro y de dominio a los explotados y
les han obligado, a látigo a unirse a sus explotadores;
PARTIDO DE LA IZ Q U IE R D A R EVOLUCIO NARIA 249

ellos han proclamado el socorrido pretexto de la “uni­


dad” que consiste en que las víctimas se sientan uni­
das a sus victimarios; nosotros no empezamos por
imponer la unidad ni tendremos necesidad de impo­
nerla; nosotros empezamos por crear la condiciones
sociales, económicas y culturales, que al borrar las
grandes diferencias que separan a los pueblos y a los
hombres por el privilegio y la iniquidad, por la explo­
tación que ejercen los unos sobre los otros, conduzcan
necesariamente a la unidad como un resultado.
• PRODUCCION Y CONSUMO

La condición de país monoproductor de Bo-


livia, no sólo constituye un gravísimo peligro para el
momento en que decayera la explotación del estaño,
caso en el cual el Estado caería en la insolvencia, sino
que ha importado un circulo vicioso del que no hemos
podido salir, determinando el atraso de las regiones
no mineras, de las industrias, y, por consiguiente, de
todos los habitantes dedicados a las labores ajenas a
la minería, especialmente los agricultores que, numé­
ricamente, constituyen la masa mayoritaria en el país.
La agricultura, el régimen de su producción y las re­
laciones de los hombres que trabajan en la tierra, se
mantienen en Bolivia dentro de las formas semi-feu-
dales, agregándose a la naturaleza misma de dichas
relaciones de trabajo, de servidumbre feudal, el he­
cho de que los campesinos .son despreciados y abomi­
nados por tratarse,.casi en su integridad, de indíge­
nas considerados-como elemento demológico pertene­
ciente a una raza inferior.
En Bolivia. el “ orden social” traducido pcr.su
legislación, por la política económica de los gobiernos
250 PARTIDO DE LA IZ Q U IE R D A R EVOLUCIO NARIA

y por la orientación de sus instituciones de compul­


sión, se impone por intermedio de blancos y mestizos,
que han constituido una oligarquía con cierto concep.-
to de casta, que.se nutre con los mendrugos del gran
festín imperialista. En ese orden social no se han to­
mado en cuenta ni remotamente los intereses de los
trabajadores que, además de ser trabajadores, son
indígenas. A estas masas indígenas se las ha reduci­
do a la impotencia, ya ¡jorque, mantenidas sistemáti­
camente en la ignorancia, no reúnen las condiciones
necesarias para intervenir en las menguadas funcio­
nes democráticas, ya porque se las ha sometido al im­
perio de la fuerza, traducido en arrestos, depredacio­
nes y masacres. Pero el látigo no ha conseguido in­
corporar al campesino a un ritmo de progreso y de
utilización de la técnica, y, por consiguiente, la eco­
nomía agropecuaria que se halla en manos de los in­
dígenas, se encuentra en la época del arado de made­
ra. Este retraso no sólo da lugar al pauperismo de la
población indígena, sino que al determinar la inca­
pacidad adquisitiva y de consumo de esta gran masa
demológica, determina también el estancamiento in­
dustrial del país, pues ni las industrias manufacture­
ras y menos aun las maquinofacturcras, pueden pro­
gresar, ni se establecen nuevas industrias que podrían
contribuir al abastecimiento más amplio y barato de
las necesidades dé la población, por falta de mercados
de consumo para una producción en gran escala, la
única que puede establecerse en condiciones de con­
currir con los artículos importados.
De este modo, fuera de la producción de m i­
nerales para la exportación que, como hemos visto, no
hace sino enriquecer a'los de afúera', el resto de'la pro-
PARTIDO DE LA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA
/
ducción en otras esferas, que no se puede exportar,
tiene que ser necesariamente escaso, pues se halla li*
mitado por un mercado de consumo constituido ex^
elusivamente por una cuarta parte de la población.
De aquí resulta que las industrias no prosperan, ni en
cantidad ni en calidad, y por el contrario, toda la ac­
tividad del país se subalterniza al atraso de sus ma­
sas pobladoras, atraso determinado por las condicio­
nes económicas anteriormente examinadas.
Tanto la producción material como la intelec­
tual y las manifestaciones del espíritu, no tienen más.
radio de expansión que esa cuarta parte de la pobla­
ción. Están al margen de la vida y de las inquietudes
las tres cuartas partes de los habitantes, que son in­
dígenas, cuya pobreza, ignorancia y nostalgia, crea­
das y mantenidas por el poder artificial y brutal de
las armas de fuego de los oligarcas, son una fortale­
za levantada contra la civilización.

LA CU ESTIO N AGRARIA

Nuestro Partido encarará con toda energia la


reforma agraria, sobre un vasto e intensivo plan de
regadío y de tecnificación, pues el primer problema
consiste en poner la tierra en condiciones de producir
con toda la plenitud de que es capaz, para mantener
si es posible en la abundancia a sus habitantes. Sabe­
mos que en Bolivia esto no es difícil. Paralelamente
a esta obra, cuidaremos de que esa riqueza y el esfuer­
zo colectivo de la Nación para ponerla en condiciones
de aprovechamiento, no vayan a beneficiar exclusi­
vamente a los privilegiados de la casta dominante, si
no a todos los que han puesto sus brazos en la gigan-
áSá PARTIDO DÉ LA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA

tesca empresa de la reconstrucción económica del


agro boliviano.
Liquidaremos el latifundio feudal, aboliremos
la servidumbre del indio, tecnificaremos las comuni­
dades indígenas convirtiendolas en granjas colecti­
vas y otorgaremos a los pequeños campesinos facili­
dades para hacer más eficiente la explotación de la
tierra, mientras lleguen las condiciones que han de
hacer posible la colectivización de los campos.

LA CUESTION IN D IG E N A

El problema.del indio es, ante todo, el proble­


ma de la tierra. Emancipado el indio de su servidum­
bre feudal, sobrevendrá como lógica consecuencia la
elevación de su nivel político y cultural. Frente a las
vagas recetas de esos “ indigenistas” que creen que el
problema de la incorporación del indio a la cultura oc­
cidental ha de resolverse por medios simplemente ad­
ministrativos, eclesiásticos o pedagógicos, nuestro
Partido enarbola la bandera de la lucha contra el feiu
dalismo, y para tal propósito señala su decisión de
incorporar activamente en las filas de nuestro movi­
miento a los campesinos, llegando hasta ellos al tra­
vés de sus idiomas nativos e interesándolos en la po­
sesión de una técnica capaz de reemplazar los primi­
tivos métodos de cultivo por una agricultura maqui-
nizada.
La subsistencia de dos millones de indios, so­
bre tres de la población total de Bolivia, hace del pro­
blema indígena el problema nacional por excelencia,
y, por tanto, la emancipación indígena es, por anto
nomasia, la emancipación boliviana, porque los indi-
PARTIDO DE LA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA 253

genas, al salir de su atraso, de su pobreza, de su igno­


rancia y suciedad, se convertirán en una población
próspera, con capacidad adquisitiva y de consumo,
inmensamente productora, donde se ensanche el ám­
bito del progreso abriendo sus enormes brazos a to­
do lo que significa.adelanto técnico y científico y per­
feccionamiento espiritual, brindando de este mofo,
un gran horizonte material y cultural a todas las de­
más clases sociales de Bolivia.
Nuestro Partido, lejos de desdeñar el rico con­
tenido folklórico de las culturas indígenas, tenderá a
valorizarlas, adaptándolas a las modernas exigencias
de la civilización.

IN M IG R A C IO N Y EM IGRACION

Con criterio simplista se cree que la solución


de nuestro problema de escasa población y población
retrasada, consiste en la inmigración. No pue,de con­
fiarse exclusivamente a la inmigración la resolución
de nuestro problema demográfico, porque, a más de
que el latifundismo retiene en pocas manos las tierras
más ricas y fértiles, haciendo impracticable la colo,-
nización agrícola con vastas masas de trabajadores
extranjeros, el inmigrante jamás ha podido ni podrá
acomodarse fácilmente al bajo standard de nuestra
vida social, ni a la hostilidad del medio ambiente fí­
sico, ni a la reducida escala de nuestros mercados, ni
al alejamiento de ellos por falta de vías de comunica­
ción, mucho más si los países circunvecinos, más ade­
lantados que el nuestro, no están aún sobresaturados
de inmigración y por consiguiente seguirán retenien­
do, antes de que lleguen a nuestras fronteras, a esos
SS4 PARTIDO DE LA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA

valioáos contingentes humanos que vienen de otras


latitudes.
No debemos perder de vista que mientras el
Estado no cree condiciones propicias para que el ex,-
tranjero se radique satisfecho de haber encontrado la
tierra donde pueda vivir en paz y prosperar, y donde
pueda mezclar su sangre con gentes consideradas en
un plano de igual dignidad humana, uno de los recur­
sos más eficaces para mejorar nuestro elemento de-
mológico, e^tá en nosotros mismos, en nuestros indí­
genas, cuya adaptación al medio físico y grandes con­
diciones de laboriosidad, no podemos substituir fácil­
mente y cuyas virtudes podrán florecer si la casta se-
mi-feudal deja de corromperlos, de embrutecer! \s y
de depauperarlos.
La política de atracción de inmigrantes que ha
venido desplegándose en los últimos tiempos, no ha
obedecido sino a inconfesables apetitos de lucro de
altos funcionarios encargados de la inmigración y ha
venido a crear serios problemas para la economía dei
país.
Nuestro partido fomentará vigorosamente la
inmigración cuando el Estado Socialista disponga de
tierras para ofrecerlas al trabajo fecundante de boli­
vianos y extranjeros. No profesando prejuicios racis­
tas de ningún género, dará amplio paso a las corrien­
tes de inmigración que tanta falta hacen en un país,
despoblado como Bolivia. Se dará, por supuesto, pre­
ferencia a los núcleos de inmigrantes capaces de traer
aumento efectivo de prosperidad económica a la Na­
ción, de identificarse con las necesidades del país y
dispuestos a compartir los beneficios que pudiera
brindarles nuestro suelo con los beneficios que ha-
PARTIDO DE LA IZQ U IER DA REV O LU CIO NA RIA 253

Lrán de garantizarse-a los pobladores bolivianos, y se


pondrá coto al ingreso de esas bandadas de aventure­
ros que, con la complicidad de las actuales clases-ex­
plotadoras del país, no llegan a estas tierras de Amé­
rica sino para extraer de ellas inmoderadas ganancias,
llevándose al extranjero el fruto de nuestra riqueza
y de los brazos baratos de nuestros trabajadores, y
dándose todavía el insolente lujo de desdeñar a los
“nativos” .
Respecto al problema demográfico de la emi­
gración, nuestro Partido sustenta la necesidad de evi­
tar la alarmante salida de trabajadores bolivianos al
extranjero. El medio de conseguirlo será remediar la
falta ele medios de subsistencia que determina esas
corrientes de emigración, sobre todo bajo la odiosa
forma de reenganches practicados por empresas im­
perialistas extranjeras entre nuestros campesinos y
obreros, especialmente en las regiones fronterizas.

EL E JE R C IT O

Y a hemos dicho que los gobiernos de Bolivia


son impuestos y controlados por los agentes imperia­
listas y por la feudalidad. Cuando alguna vez ha sur­
gido un caudillo fuera de ese ambiente, aquellos han
ido estrechando el círculo y creando dificultades eco­
nómicas a su Gobierno, hasta conseguir que se rinda,
desfallecido por una lucha agotadora. Los mineros
prw

aumentan su producción o la reducen, a capricho, y


juegan con el Estado haciéndole marchar al ritmo de
sus conveniencias. Las grandes masas campesinas,
obreras y^medias, se mantienen-al margen de ese due­
lo, contemplando. impasibles e impóténtes la suerte del
256 PARTIDO DE LA IZQ U IER DA REVOLUCIO NARIA

Gobierno, que no ha sabido captar su apoyo con una >


posición definida y valiente. De ahí que esos gobier­
nos han tratado de contar con el Ejército, minado
también por las maniobras de la burguesía. El Ejér­
cito tiene una vaga emoción política, que por falta de
definición y de orientación científica, se presta a las
ambiciones de los altos jefes adulados y confundidos
por los demagogos. Tiene una marcada desconfianza
d élas izquierdas, a las cuales le han enseñado a odiar
mediante una propaganda sistemática aquellos que
quieren monopolizar la adhesión del Ejército a su po­
lítica de predominio, aquellos que lo han corrompido,
aquellos que han sostenido siempre que la fuerza ar-
.mada “ no delibera ni gobierna” , pero que la han re­
querido para comprometerla con “ revoluciones” y pa­
ra medrar precisamente a la sombra de los gobiernos
militares. Nuestro Partido, lejos de profesar un anti­
militarismo dogmático, abriga la convicción de que
en el Ejército existen sectores capaces de identificar­
se con las aspiraciones de las clases populares. Nues­
tro partido prestará toda su atención a la prepara­
ción teórica de los militares sobre los problemas po­
líticos, como la única manera de conseguir, su adhe­
sión consciente a la causa de los trabajadores, al mis­
mo tiempo que se empeñará por su educación cientí­
fica amplia, a fin de que, además de las labores pecu­
liares de su profesión, puedan ser útiles en la recons­
trucción económica del país, jugando un papel de fun­
ción social de gran valor histórico.
Un Gobierno huérfano de adhesión popular y
huérfano de una adhesión consciente del Ejército, en­
tendiendo por Ejercitó no sólo el cuerpo de jefes y ofi­
ciales, sino .el pueblo armado, no ha podido ni podrá
FARTIDO DE LA IZQ U IER DA R EV O LUCIO NARIA 257

solucionar fundamentalmente los problemas del país.


Sólo un Partido como el nuestro, extensamente asen­
tado en bases populares y estructurado a través de
ellas, puede tener la capacidad de fuerza suficiente
para barrer con el privilegio y para afrontar sus reac­
ciones, al mismo tiempo que sólo un Partido como el
nuestro puede estar seguro de que sus representantes
en el poder no se corromperán ni traicionarán su cau­
sa, porqóe la vigilancia y la sanción de los trabajado­
res organizados, serán inexorables.

POLITICA ECONOMICA Y SOCIAL

Los gobiernos de la Post - Guerra del Chaco,


no obstante su promesa de tomar medidas “ socialis­
tas” para satisfacer los anhelos de reivindicación eco­
nómica de las masas, nunca han sabido resolver las
graves crisis fiscales que fueron consecuencia del con­
flicto bélico, porque jamás se atrevieron a atacar en
lo substancial las posiciones de los imperialismos y
de la feudal-burguesía. Estos gobiernos, entre su pro­
pósito de disponer de recursos para el cumplimiento
siquiera demagógico de sus promesas a las masas y
atingidos, por otro lado, por las constantes amenazas
de la plutocracia, han consumido sus esfuerzos en va­
nos empeños de economía fiscal, buscando un presu­
puesto balanceado que jamás han 'podido conseguir.
Mientras tanto, han descuidado la economía social,
descuido que no afecta a los potentados, cuyos rendi­
mientos son siempre más que suficientes para asegu­
rarles individualmente un nivel de vida alto, pero que
en cámbio afecta profundamente a los obreros y cam­
pesinos y'también a las clases medias. En efecto, nin-
258 PARTIDO DE LA IZ Q U IE R D A R EV O LUCIO NARIA

guna de las ciudades bolivianas, ni los asientos indus­


triales, tienen establecidos en condiciones satisfacto­
rias los servicios de agua potable, luz, calefacción, vi­
vienda, salubridad, higiene, educación intelectual y
artística. En resumen, nada de lo que los medios mo­
dernos permiten al hombre civilizado, considerado en
su conjunto, como población de un Estado. Las cla­
ses explotadas sufren todas estas privaciones por
falta de una política de economía social que las sa­
tisfaga, resolviendo esos problemas en escala social,
en escala colectiva.
Por otra parte los bancos, reducidos a una !a-
bor de otorgamiento de préstamos, no juegan la fun­
ción que deberían jugar fomentando la economía del
país. Las clases trabajadoras y medias están al mar­
gen de los beneficios del crédito y les resulta inútil in­
tentar trasponer los umbrales de esas arcas de los
ricos, que son los únicos que pueden disponer de las
facilidades que proporciona el crédito, es decir el cré­
dito que se asienta, en último análisis, en la riqueza y
en el pueblo bolivianos, crédito que siendo eminente­
mente público, debe socializarse y confiarse a un solq
Banco de Estado.
Por lo demás, estas y otras cuestiones parcia­
les de la política económica, se resolverán cuando se
solucionen en forma integral los problemas funda­
mentales emergentes de las relaciones de producción
y de cambio, transformando el régimen capitalista en
socialista.
EDUCACION, ARTE, RELIGIO N

Sólo la solución económica de todos estos pro­


blemas, nos pondrá en situación de poder encarar la,
PARTIDO DE LA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA 259

educación popular, científica y artística. Huelga de­


cir que nuestro Partido dedicará sus más decididos es­
fuerzos a elevar la condición de la mujer y a fomen­
tar el desarrollo de la personalidad del niño. El P a r­
tido luchará por la educación integral del indígena es­
pecialmente y en general por la de todas las clases so­
ciales, abarcando su acción a adultos y niños y re­
formando el sistema de la educación boliviana sobre
la base d é la Escuela Unica, activista coeducativa y
libre de prejuicios religiosos.
Es necesario asegurar a las grandes masas el
gratuito acceso a la Escuela, creando las condiciones
económicas que les permitan trabajar en un ambien­
te que garantice una dedicación provechosa al estudio,
eliminando el doloroso espectáculo actual de niños
hambrientos, físicamente imposibilitados para reali­
zar esfuerzos intelectuales.
La resolución de las angustias económicas de
las grandes masas explotadas, simultáneamente con
una paciente labor de educación científica, disolverá
la perniciosa supervivencia de los prejuicios religio­
sos y metafísicos.

ORGANIZACION TOLITICA
I

Este Programa sólo podrá ser llevado a la,


práctica en su plenitud cuando se haya logrado la im­
plantación de un nuevo tipo de Estado que deje de sel­
la expresión de los imperialismos v de la feudal-bur-
guesía y sea, por el contrario, la expresión de los in­
tereses de las clases oprimidas, vale decir de las nueve
décimas partes de nuestra Nacionalidad.
El gobierno que sobrevenga al quebrántamien-
260 PARTIDO DE LA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA

to de los imperialismos y de la feudalidad, cristaliza­


rá en forma técnica, en sus órganos legislativo y ad­
ministrativo, las actividades sindicales de las clases
trabajadoras de la Nación. Así, los futuros ciudada­
nos concurrirán a la constitución de los poderes públi •
eos en calidad de hombres concretos que intervienen
en la vida pública en razón de sus funciones produc­
toras, batiendo en retirada al elector abstracto de la
democracia liberal. A esta transformación del apara­
to parlamentario y administrativo, corresponderá ne­
cesariamente un cambio profundo de la legislación y
de la justicia, que dejarán de ser un sistema de exclu­
siva protección para las clases privilegiadas, convir­
tiéndose en instrumentos del bienestar colectivo y de
superación cultural de las grandes masas.
El éxito de nuestra causa dependerá también
de que el Partido, durante el período de su lucha por
la conquista del poder, al mismo tiempo que atender
a la sólida disciplina de su constitución interna sobre
la base de la centralización democrática, actúe en for­
ma íntima y constante en las actuales organizaciones
sindicales, Las fracciones sindicales de nuestro Parti­
do tienen la misión de orientar las luchas sindicales
de los trabajadores por el justo camino del Sindica­
lismo Marxista, esquivando tanto los riesgos del apo­
liticismo anarquista y los del reformismo amarillo co­
mo también los más peligrosos aun del corporativismo
fascista.
Y una vez en el poder, nuestro Partido tendrá
que redoblar necesariamente esta su doble función
de vanguardia política y sindical de las masas organi­
zadas.
El Socialismo auténtico y el proletariado bo-
261
PARTIDO DE LA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA

livianos, sólo podrán encontrar su expresión en un


Partido de clase, que se distinga por tener programa
claro, científico, que interprete las necesidades y el
pensamiento de sus elementos compositivos que, bá­
sicamente, deben ser proletarios.
Bolivia no ha entrado aún, de lleno, a la etapa,
del capitalismo industrial y, por tanto, las m asas'tí­
picamente proletarias, en potencia revolucionaria, no
son suficientes para emplearse en una actividad ex­
clusivamente alentada por ellas, cual sería de desear,
para evitar la confusión y las vacilaciones que intro­
ducen en un Partido de clase los elementos que se ha,1-
llan recién en trance de proletarizarse, como los de
las clases medias.
Esta circunstancia aconseja abrir las puertas
del Partido, con cierta discreción, a quienes acepten
los puntos de vista de nuestro Partido, pero bajo dos
condiciones ineludibles:
a) Una base teórica informada en el Socialis­
mo Científico y en nuestro Programa;
b) Constitución de los Comités Directivos por
la totalidad o cuando menos la mayoría de obreros o
de intelectuales proletarizados, cuya tradición de lu­
cha comprobada no deje dudas.
No hay que olvidar que los aliados del Prolc1-
tariado deben ser admitidos con las reservas del caso
y que, antes de ocupar los puestos de responsabilidad
del Partido, deberán haber demostrado ampliamente,
desde la base, su convicción y capacidad.

CONSIGNAS PROGRAMATICAS

En mérito a los antecedentes expuestos en es-


¡Í63 PARTIDO DE LA IZQ U IER DA R EV O LUCIO NARIA

la declaración de Principios, el Partido de la Izquier- •


da Revolucionaria concreta sintéticamente las nor­
mas de su acción política en los siguientes capítulos:

C A P IT U L O I

ECONOMIA Y F IN A N Z A S
En el plano de realizaciones económicas den­
tro de la etapa de transición del capitalismo al socia­
lismo, el PIR-propugna los siguientes principios:
1. — Reforma agraria, orientada a liquidar el
latifundio feudal improductivo, abolir la servidumbre
del indio, convertir las comunidades indígenas en coo­
perativas agrícolas.
2. — Nacionalización de la industria minera. —
Plan de desplazamiento de la producción minera, en
ei sentido de vitalizar otras fuentes económicas, es­
pecialmente la agricultura.
3. — Nacionalización del petróleo.
4. — Organización de la producción manufac­
turera y maquinófacturera, orientándola hacia la efi­
ciente utilización de las materias primas nacionales
(establecimiento de fundiciones, refinerías, etc.) y
hacia el abastecimiento de las necesidades primordia­
les de consumo del país (industrias de la alimentación
el vestido, la vivienda, etc).
5. — Monopolio del comercio exterior por el
Estado y control fiscal del comercio interno, tendien­
do a su futura estatización total.
6. — Nacionalización de los ferrocarriles y
otros medios de transporte.
7. — Socialización del crédito público. — Crea­
ción del Banco de Estado Unico.
PARTIDO DE LA IZQ U IER DA R EVOLUCIO NARIA 203

8. — Implantación de un régimen hacendario


sobre un sistema de tributación que establezca la igual­
dad de cargas para los contribuyentes del Estado y
sobre la base de un sistema de presupuesto que con­
sulte la realización de planes económicos para perío­
dos más o menos largos de tiempo. — Reajuste de la
deuda publica contraída por los gobiernos feudal-bur-
gueses.
9. — Implantación de un completo sistema de
seguros y cooperativas.
10. — Resolución coordinada de los problemas
de la alimentación, el vestuario, la vivienda, la salu­
bridad y otras necesidades del consumo, desde los pun­
tos de vista higiénico, económico, estético, etc., y en
correlación con los planes de producción.— Reorgani­
zación de las condiciones de vida en los núcleos de po­
blación actuales, edificación de nuevas ciudades, elec­
trificación de los campos, etc. Creación de organis­
mos técnicos especiales para estos fines.
En el período de sus luchas inmediatas, el PIR
perseguirá en el campo económico, las siguientes con­
quistas :
a) Lucha contra la carestía de la vida y los pre­
cios exorbitantes de los artículos de primera necesi­
dad. Liberación de impuestos a la importación de di­
chos artículos.
b) Establecimiento de salario vital con escala
móvil, de modo que todo trabajador pueda tener ase­
gurados, en forma efectiva, por lo. menos el pafi, el
vestido, la vivienda y la atención sanitaria.— Plan de
absorción de la cesantía.
c) Nacionalización efectiva de las aguas.—
Impulso a la industria hidrpeléctrica.— Política agí a-
264 PARTIDO DE LA IZQ U IER DA R EV O LUCIO NARIA
_ -* * .-* 3

ria de protección a los pequeños agricultores, para ha­


cer más eficiente la explotación de la tierra, mientras
lleguen las condiciones que hagan posible la completa
colectivización de los campos.— Creación de una Ca­
ja de Crédito Agrario.
d) Protección a la pequeña minería contra el
absorcionismo de las grandes empresas imperialistas.
Promulgación de leyes protectoras de los khakchas.—
Reorganización del Banco Minero, substrayéndolo a
la influencia del capital imperialista.
e) Mantenimiento enérgico de las expropiacio­
nes decretadas contra la Standard OH, conjuntamen­
te con la adopción de una severa política de control
contra la penetración de otros grupos imperialistas y
los privilegios burocráticos surgidos al favor de una
pseudonacionalización de la industria petrolífera:
reorganización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales
Bolivianos.
f) Organización de Almacenes Comerciales
Fiscales destinados al abaratamiento de artículos de
primera necesidad para las clases populares.
g) Libertad de organización sindical y de ac­
tuación política para los trabajadores de las empresas
particulares y del Estado y para los campesinos. —
Abrogación de las leyes que desconocen o restringen
estos derechos, como sucede con las que se refieren a
los trabajadores de las empresas ferroviarias y petro­
leras.
h) Elevación de las condiciones económicas y
de cultura del artesanado en general.
i) Reorganización del Banco Central. — Rea­
juste del cambio a un tipo único y nuevo régimen de
administración de divisas, evitando el ausentismo de
PARTIDO DE LA IZ Q U IE R D A R E V O L tC ÍO N A ÍtlA 285

capitales, las importaciones superfluas y las especula­


ciones bursátiles ejercidas en contra de los intereses
nacionales.
j ) Reorganización del sistema impositivo, pro­
curando la liberación de las cargas que pesan sobre
las clases oprimidas.— Preferente atención de los
problemas de economía social, orientando el presu­
puesto de la Nación en sentido de dar mayor impor­
tancia a los gastos destinados al aumento de bienestar
y cultura de las masas y en el de suprimir gastos su­
perfinos y que sólo favorecen los intereses de mino­
rías privilegiadas.
k) Reforma de la legislación del trabajo, ten­
diendo a hacer efectivos la jornada máxima, el sala­
rio vital mínimo, la participación de obreros y emplea­
dos en las utilidades de las empresas, las medidas de
higiene y seguridad profesional para los trabajado­
res, la implantación de un amplio sistema de seguros,
etc.
l ) Protección al niño, a la madre y» al anciano.
11) Denuncia y represión implacable de la prác­
tica de malversación de fondos fiscales y de pecula­
dos.

C A P IT U L O II

ORGANIZACION DEL ESTADO, LEG ISLA C IO N , E JE R C IT O ,


R ELIG IO N

A la estructura económica del Estado en tran­


sición del capitalismo al socialismo, debe correspon­
der necesariamente un nuevo aparato político v una
nueva legislación. Llegadas al poder las clases opri-
266 PARTIDO DE LA IZQ U IER DA REVOLUCIO NARIA

midas que militan en nuestro Partido, el Estado ga­


rantizará su intervención efectiva en el Gobierno y en
ia Administración de la República, con lo que la de­
mocracia no será ya la simple ficción que es hoy bajo
las condiciones del orden feudal-burgués sino una de­
mocracia esencialmente basada en el mecanismo eco­
nómico socialista de la sociedad. En tal sentido, el
P 1R propugna como características del régimen po­
lítico-jurídico que tendrá el futuro Estado en Bolivia,
las siguientes :
11. — Implantación de un sistema electoral en
el cual “ la unidad electoral y la célula fundamental
del Estado, no será un distrito territorial sino una
unidad de producción (fábrica, taller, etc).”— Fija­
ción de la edad de la ciudadanía en los 18 años, para
ambos sexos.
12. — Parlamento sindical - socialista, con fun­
ciones legislativas y administrativas, que sea la ex­
presión orgánica y técnica de los sindicatos de traba­
jadores establecidos en las diversas ramas de produc­
ción y en las diferentes regiones de Ja República
13.— Ejecutivo sindical pluripersonal, con fun­
ciones legislativas y administrativas, en reemplazo
del absolutismo del régimen presidencialista uniper­
sonal, característico de la actual pseudodemocracia
boliviana. Este nuevo Ejecutivo será una emanación
de los Consejos Técnicos surgidos de la organización
sindical de la Nación. Un completo Código de A dm i­
nistración Pública, asegurará la eficiencia técnica, la
estabilidad y la responsabilidad funcionaría de los em­
pleados públicos del nuevo Estado.
• 14.— Poder Judicial, reorganizado a base de
la necesidad de ajustar la administración de justicia
PARTIDO DE LA IZQ U IER DA REVOLUCIO NARIA 26T

a la nueva estructura económico-social que tendrá el


Estado y a las más modernas conquistas de la Cien­
cia Jurídica, especialmente en materia penal.
15. — Nueva Constitución Política y nuevos
Códigos, inspirados en los principios de democracia
socialista.
16. — Organización de un Ejercito dispuesto
a defender las conquistas del nuevo orden económico
y jurídico socialista, tanto contra los enemigos de den­
tro (las clases reaccionarias) como contra los enemi­
gos de fuera que intenten atropellar la soberanía ex­
terior de la Nación. Para Ja eficacia de esta finalidad,
la oficialidad y la tropa de este Ejército, serán dota­
das de todos los recursos técnicos y económicos que
exija su función defensiva del país y de las institucio­
nes llamadas a asegurar el bienestar económico y las
libertades democráticas del pueblo trabajador. Por
otra parte, se tenderá a orientar una parte de las ac­
tividades militares hacia funciones de carácter eco­
nómico: trabajos de vialidad, agrícolas, de coloniza­
ción, industriales, etc.
17. — Establecimiento de una institución de
control de las actividades económicas y profesionales
de la Iglesia Católica y demás confesiones religiosas.
En el período de sus luchas por la conquista
del poder, el PIR propugna dentro del campo políti­
co-jurídico, las siguientes reivindicaciones:
a) Sostenimiento del sistema democrático que
rige en Bolivia, luchando porque los gobiernos reco­
nozcan, en la forma más amplia, los derechos de reu­
nión, asociación y propaganda para todas las organi­
zaciones políticas de izquierda y para todas las orga­
nizaciones sindicales de trabajadores. Deben derogar-
268 PARTIDO DE LA IZQ U IER DA R EVOLUCIO NARIA

se los llamados decretos ¡- leyes “ anti-extremistas”


que sólo sirven para impedir la libre organización sin­
dical y política de las clases oprimidas.— Defensa de
libertades públicas para todos los Partidos que sus­
tenten principios democráticos.
b) Reforma de la ley electoral, en sentido de
ampliar la proporción de la ciudadanía y de garanti­
zar la libre emisión del voto, impidiendo la interven­
ción oficialista y reprimiendo el cohecho.— Ingeren­
cia de las masas indígenas aun analfabetas en ciertas
funciones de administración y de gobierno que tienen
relación con los intereses campesinos.
c) Acción orientada a identificar a los secta-
tores no reaccionarios del Ejército, con los ideales de
emancipación de las clases oprimidas. — Oposición a
todo intento de implantar dictaduras militares de ti­
po reaccionario.

C A P IT U L O III

PROBLEMAS REGIONALES

La implantación del nuevo orden socialista


permitirá al Estado llegar, en materia de política re­
gional, a la realización de los siguientes ideales:
18. — Creación de condiciones que permitan la
prosperidad agrícola e industrial del Oriente, y abo­
lición de los privilegios de que goza actualmente la
Rósea para monopolizar el comercio de ultramar.
19. — Vinculación de las diferentes regiones
de la República, mediante una amplia red de vialidad
que, ligando los centros de producción con los de con­
sumo, contribuya a disolver los antagonismos regio*
PARTIDO DE LA IZQ U IER DA R EVOLUCIO NARIA 269

nalistas perpetuados por los privilegios proteccionis­


tas y los distanciainientos geográficos. El Partido es­
tudiará las posibilidades de una política de vialidad
terrestre, fluvial y aérea coordinada, consultando las
necesidades de las economías regionales y de la eco­
nomía integral de la Nación y ¡as exigencias de defen­
sa estratégica del territorio.
20.— Como en un orden de economía planea­
da según los principios socialistas, el sistema de uni ­
dad de la organización político-territorial no excluye
cierta autonomía de gobierno de las zonas geográfi­
cas con peculiares tradiciones étnicas, históricas, etc.,
el Partido propugna el principio de la Descentraliza­
ción Administrativa. Una economía socialista reor­
ganizará en forma técnica la actual distribución de
departamentos, provincias y cantones del territorio
boliviano.
21 — Frente a la propaganda que tiende a
acentuar los regionalismos, con un insuficiente aná­
lisis de sus causas económicas y a veces con fines de­
magógicos, el PIR propugna el principio de la soli­
daridad clasista de las masas oprimidas de toda la Re­
pública por encima de los antagonismos interdeparta­
mentales. Esta solidaridad conducirá más rápida y
eficazmente a la extirpación de los factores que man­
tienen a ciertas zonas geográficas de la Nación en si­
tuación de indebido privilegio económico con relación
a otras.
270 PARTIDO DE LÁ IZQ U IER DA R EVOLUCIO NARIA
4

C A P IT U L O IV

PROBLEMAS DEMOGRAFICO, SA N ITA R IO Y SEX U A L

En lo que respecta a los problemas de la pobla-


mas de la población, la salubridad pública y la orga­
nización de la vida sexual y familiar, .sólo la previa
implantación de un orden económico socialista sabrá
resolver en condiciones satisfactorias la necesidad de
estabilizar en Bolivia una masa demológica próspera,
acabar con la falta de higiene y con las enfermedades
que diezman a vastos sectores de la población y ele­
var las condiciones sociales de la mujer, contribuyen­
do a una conveniente reorganización de la vida sexual
y familiar. En este aspecto, el PIR cristaliza sus idea­
les de transformación social en los siguientes princi­
pios :
22. — Adopción de un plan de colonización de­
bidamente estudiado, coordinándolo con un plan de
inmigración intensiva y seleccionada.— Orientación
preferente de los núcleos de inmigrantes hacia las la­
bores agrícolas.
23. — Adopción de medidas para evitar la emi­
gración de bolivianos, determinada en las actuales
circunstancias por la carestía de los medios de subsis­
tencia, mediante eficaz auxilio a las regiones amena­
zadas de despoblación.
24. — Protección efectiva de la salubridad pú­
blica, haciendo que ella constituya una de las funcio­
nes esenciales del Estado. Organización técnica de
un Ministerio de Salubridad, intensificando la lucha
contra el paludismo, la tuberculosis y las enfermeda­
des venéreas.
PARTIDO DÉ DA IZ Q U IE R D A R EVOLUCIO NARIA 271
'

'2$.— Educación y legislación eugenésicas.—


Eficiente atención a la infancia, combatiendo prin­
cipalmente. las causas de la mortalidad infantil.
26. — Amplia difusión de las prácticas/ higié­
nicas y profilácticas.— Restricción científica del uso
del alcohol y de la coca.— Plan de saneamiento de
las ciudades, de las poblaciones mineras y de los cam­
pos, dotándolos de edificaciones higiénicas y confor­
tables y de convenientes servicios urbanos (agua, ca­
lefacción, luz, locomoción, etc.)
27. — Emancipación de la mujer de los yugos
económicos, políticos y morales que sufre bajo el ac­
tual régimen social, tendiendo hacia un nuevo tipo
de moral sexual y familiar.

¿ x C A P IT U L O V

EDUCACION Y CULTURA

El Estado Socialista, en posesión de los abun­


dantes medios económicos que se hallen a su disposi­
ción en virtud de la nacionalización de las riquezas,
podrá acometer la empresa de culturizar a vastas ma­
sas de la población, adaptando la educación a los fines
de la técnica productiva, tarea imposible bajo las ac­
tuales condiciones de dominación feudal - burguesa.
En el terreno educativo y de cultura en gene­
ral, el PIR concreta sus ideales en los puntos siguien­
tes :
28. — Reforma integral de la educación boli­
viana, a base de la Escuela Unica, Activista, Cocán-*
cativa y libre de sectarismos religiosos.
29. — Educación en vasta escala de indios y

1
272 PARTIDO DE LA IZQ U IER DA REVOLUCIO NARIA

obreros adultos, no sólo en el sentido de la mera alfa­


betización, sino también en el de la habilitación téc­
nica para la vida económica y en el de la educación
política.— Enseñanza intensiva de la lectura y es­
critura a los indios quechuas y aymaras en sus idio­
mas nativos.
30.— Amplia dif usión popular de las ciencias
y de las artes y estímulo a los escritores y artistas na­
cionales, mediante organismos especiales promovidos
por el Ministerio de Educación y por las Universida­
des (Dirección General de Bibliotecas, Archivos y
Museos; Editorial del Estado; Dirección Nacional de
Bellas Artes; Instituto de Sociología Boliviana, etc.)
En las actuales condiciones del proceso de la
educación pública boliviana, el PIR cree necesaria la
adopción de las siguientes consignas de lucha:
a) Coordinación técnica de todos los ciclos de
instrucción, bajo el control de un Consejo Supremo de
Educación.
b) Reorganización del Consejo Naciona' de
Educación, ampliando su autonomía técnica adminis­
trativa y económica.
c) Implantación de un sistema de coordina­
ción entre las diferentes Universidades autónomas. —
Lucha contra las burocracias reaccionarias atrinche­
radas en algunas Universidades, al favor de la auto­
nomía universitaria.
d) Obtención de plenas libertades de organi­
zación sindical y de actuación política para los maes­
tros de todos los ciclos de instrucción. — Designación
de las autoridades del Ramo de Instrucción, por el
sistema de elección democrática, en las bases del ma­
gisterio.
PARTIDO DE LA IZ Q U IE R D A R EV O LUCIO NARIA 273

e) Auxilio al estudiante pobre. ■— Estableci­


miento de cantinas y hogares escolares y universita­
rios.

C A P IT U L O V I
*¡!

C U ESTIO N ES IN T E R N A C IO N A L E S

"Respecto a las cuestiones internacionales, el


P 1R, sustenta los siguientes principios:
31. — Independencia nacional del Partido
32. — Acción contra los imperialismos y lucha
contra las guerras promovidas por ellos.— Resisten­
cia a todo intento de penetración de los regímenes to­
talitarios como el fascismo, el nacismo y el falangis­
mo.
33. — Cooperación, en el plano de la política
indigenista, con México, Perú, Ecuador y otros paí­
ses que tienen poblaciones indígenas, apoyando la ini­
ciativa de consolidar la constitución de un Comité
Permanente de Conferencias Inter americanas india-
vistas.
34. — Revisión de los tratados internacionales
que comprometen la soberanía económica de la Na­
ción favoreciendo la penetración imperialista.
35. — Promulgación de una lev de amnistía mi­
litar sin restricciones.— Plena reintegración a la vi­
da civil y ciudadana de los emigrados bolivianos a
consecuencia de la Guerra del Chaco, que viven en
durísimas condiciones, sobre todo en el Norte Argen­
tino. .
^74 PARTIDO DÉ LA IZQ U IER DA R EVOLUCIO NARIA

T E S IS C E N T R A L D E L B U R E A U SO B R E L A
L IN E A P O L IT IC A D E L P A R T ID O

APROBADA POR EL I I I CONGRESO DEL P IR (O C TU B RE DE


1 9 4 7 )-

Etapas en la línea del partido.— El análisis


de la línea política del PIR, desde su fundación en Ju­
lio de 1940 hasta la fecha, nos permite establecer las
siguientes etapas fundamentales en la historia de di­
cha línea:
1) .— Julio 1940— Diciembre de 1943. Etapa
en la cual el Partido lucha por la consolidación de- su
línea independiente;
2) .— Diciembre 1943— Julio 1946. Etapa en
la cual el Partido, frente a la toma del poder por el ré­
gimen nazifascista Villarroel-Paz Estenssoro, pro­
mueve la línea de coalición antifascista de todos los
Partidos y organizaciones sindicales y culturales
(U D B y F D A ), línea que culmina en el levantamien­
to victorioso del 21 de Julio de 1946 y que, en el pla­
no internacional, tiene su antecedente en la coalición
de las fuerzas que se aliaron para la destrucción del
nazifascismo en la Guerra Mundial N9 2;
3) .— 21 Julio 1946— 14 Mayo 1947. Etapa en
la cual el Partido adopta la línea de la Unidad Nacio­
nal, auspiciando para el Poder Ejecutivo la candida­
tura Guachada - Francovich en Noviembre de 1946,
a base de un programa que incluía tópicos esenciales
para la realización de la revolución Democrático B ur­
guesa;
4) — 14 de Mayo de 1947— 5 de Septiembre
de 1947. Etapa en la cual el Partido colabora al Go-¡
27 5
PARTIDO DE LA IZ Q U IE R D A R EVOLUCIO NARIA

bierno Hertzog, mediante la presencia de dos Minis­


tros suyos en el Gabinete de Unidad Nacional para
el cumplimiento de un Programa Administrativo con
tópicos tendientes también a iniciar la Revolución
Democrático-Burguesa. Comprende también la sus­
cripción de un acuerdo entre el Partido Liberal, la
Unión Socialista Republicana y el PIR para aprobar
en el Parlamento un conjunto de reformas constitu­
cionales y sociales de avanzada;
5).— 5 de Septiembre de 1947 a la fecha. Eta­
pa en la cual el PIR evidencia el incumplimiento de
los compromisos de los Partidos Liberal" y de la U.
S. R., el influjo de sus sectores reaccionarios que ve­
nían actuando junto al Presidente Ilertzog y la pre­
sión imperialista de las grandes empresas para incli­
nar la política de¿ Gobierno hacia la derecha. En vis­
ta de ello, el Partido decide recobrar su línea•indepen­
diente, aunque sin abandonar su planteamiento de la
Política de Unidad Nacional para el cumplimiento de
ios fines de la Revolución Democrático - Burguesa y
para la defensa contra las tentativas conspiratorias
del nazifascismo criollo.
Estructura semicolonial de Bolivia y fines de
la revolución democrático - burguesa.— La estructu­
ra económica de país dependiente o semicolonial que
tiene Bolivia, le plantea la inexcusable necesidad his­
tórica de luchar contra el atraso feudal que prevalece
en el campo y contra la opresión imperialista que, su­
jetando al país a la monoproducción estañífera, impi­
de sus posibilidades de desarrollo industrial. Esta ne­
cesidad histórica de lucha antifeudal y anti-imperia-
lista se expresa en lo que, en lenguaje marxista, se
denomina Revolución Democrático - Burguesa y a la
276 PARTIDO DE LA IZQ U IER DA REVOLUCIO NARIA

cual corresponde la línea de Unidad Nacional que im­


plica la acción conjunta clel proletariado, de las cla­
ses campesinas y medias y aun sectores progresistas
de la burguesía nacional, para el logro de la emanci­
pación económica del país. Pero, al mismo tiempo,
existen también algunas formas avanzadas de econo­
mía capitalista, como ocure en las minas. En estos ca­
sos y en todos los que ofrezcan condiciones favora­
bles, el PIR debe combinar las reivindicaciones de ca­
rácter demo-burgués, con las de carácter socialista.
Emprender la Reforma Agraria tiene impor­
tancia fundamental para nuestro país, no sólo por
cuanto importa un aumento de la producción de artí­
culos alimenticios y la liberación del campesinado, si­
no también porque constituye uno de los factores más
poderosos para abrir el camino a la instalación de la
industria liviana y posteriormente a la industria pe­
sada, siendo de advertir que el período de la revolu­
ción democrático - burguesa se fisonomiza, en lo eco­
nómico, por la implantación de estas industrias.
La lucha antifascista en Dolivia.— En el caso
particular de Bolivia, la posibilidad de nuevas coali­
ciones ocasionales del PIR— Partido de la clase obre­
ra y vanguardia de las clases campesina y media—
con otros Partidos y fuerzas políticas progresistas, se
justifica por el hecho de que la conspiración nazifas-
cista no se halla aún del todo conjurada y se ha com­
plicado en los últimos tiempos con los entendimientos
pactados entre el M NR y las fuerzas trotskistas y
falangistas que actúan en las ciudades, minas y .cam­
pos, con fines claramente subversivos.
* El neofascismo internacional. — Concluida la
Guerra Mundial N 9 2, se perfilan de un modo cada
PARTIDO DE LA IZQ U IER DA REVOLUCIO NARIA 277

vez más claro en el campo internacional dos tenden­


cias: una, representada por los círculos reaccionarios
de los Estados Unidos, Inglaterra y otros países, que
intenta perpetuar los privilegios monopolistas en los
mercados internacionales y que prepara sin embozos
una Tercera Guerra Mundial, dirigida contra la U.
R. S. S. y las democracias de la Europa Oriental:
otra, representada por la Unión Soviética y por todos
los países y corrientes políticas de índole progresis­
ta, que aspiran a implantar formas económicas más
justicieras, a promover la autodeterminación de los
pueblos, la reafirmación de principios democráticos
y el efectivo mantenimiento de una paz mundial.
El PIR, aun cuando su Estatuto declara su
plena independencia nacional, expresa también en
ese mismo documento su actitud de simpatía y soli­
daridad con todas las fuerzas de izquierda: antifas­
cistas y anti;-imperialistas del mundo entero.
En virtud de estas consideraciones, el Burean
propone al III Congreso ratificar la necesidad de que
el Partido continúe adoptando la Línea de Unidad
Nocional, en las siguientes condiciones:

I . DIRECTIVAS DE P O L IT IC A CLASISTA

i.— El primer deber del Partido, durante la


presente etapa en que se acentúa la acción combina­
da de los imperialismos extranjeros y de la feudal-
burguesía criolla, es intensificar su actividad prose-
litista en el sentido de agrupar bajo sus banderas a la
Clase Obrera del país, y especialmente al proletariado
minero. La demagogia trotskq-movimientista ha en­
gañado a numerosos trabajadores mineros. Consti-
278 PARTIDO DE LA IZ Q U IE R D A REVOLUCIO NARIA
i

tuye nuestra tarea N" i aumentar la confianza de ese


importante sector del proletariado nacional en el
PIR. Deben ser denunciados en forma principal los
privilegios y las medidas antiobreras de las tres gran­
des empresas que monopolizan la explotación y ex,-
portación de los-minerales bolivianos, desenmasca­
rando al mismo tiempo a los agitadores trotsko-mo-
vimientistas que, al aparentar una lucha antiempre-
sarista en favor de los trabajadores mineros, no bus­
can en el fondo sino locupletarse a expensas de las
cotizaciones de los sindicatos y favorecer la conspi­
ración nazifascista, disimulándola bajo las más aven­
turadas consignas.
2.— El Partido debe luchar también intensa
mente para reclutar en sus filas mayor cantidad de
obreros del transporte (especialmente de los ferro­
carriles) y de las fábricas. Los trabajadores ferrovia­
rios continúan, en una gran proporción, marginados
de las actividades políticas, y reacios aun a integrar
una poderosa Confederación Sindical de Trabajado­
res Bolivianos. Entre los fabriles— especialmente en
La Paz, que es el centro industrial más importante
de la República — ha cundido también el prosehtis-
mo trotsko-movimientista con su consigna de impe­
dir la unidad sindical alrededor de una Central Obre­
ra verdaderamente revolucionaria e intentando, por
el contrario, dar vida a una pseudo-central que no se­
ría sino el instrumento de la contra revolución na­
zifascista. El P IR debe trabajar ardorosamente, tan­
to para ganar más cantidad de ferroviarios y fabriles
en sus filas, cuanto para fortalecer la constitución de
una poderosa C ST B principalmente integrada por
Federaciones verdaderamente revolucionarias de
Pa r t id o d é la iz q u ie r d a r e v o l u c io n a r ia

mineros, ferroviarios y fabriles y afiliada a la C T:\L


y a la Federación Sindical Mundial fundada en Lon­
dres en 1945. Debe mantenerse el carácter no-párti-
dista de tal Confederación, pero empeñarse al mismo
tiempo en que las fracciones de obreros piristas efec­
túen eficiente control en las bases y en los organis­
mos directivos de los sindicatos.
La clase obrera debe comprender que su lucha
•puede conseguir en el curso de la revolución democrá­
tico - burguesa una de las más importantes conquis­
tas de este período: su unidad y el fortalecimiento de
sus organizaciones.
3.— El PIR debe penetrar en los campos. Ha
ganado algunas capas de campesinos, jornaleros y
pequeños propietarios — en algunas regiones del va­
lle cochabambino, — pero vastas regiones del A lti­
plano y del Oriente con densas poblaciones indígenas,
desconocen todavía una intensa acción del Partido.
En el Altiplano, los anarquistas han realizado una pe­
netración más activa y el trotsko-movimientismo ha
logrado también aprovecharse del descontento de los
indios contra el gamonalismo, para suscitar subleva­
ciones o mezclarse en ellas. El PIR, en su Programa
de 1940, había anunciado su propósito de llevar in­
dios a sus organismos directivos, de difundir sus
principios de reforma agraria en lenguas indígenas,
de promover la intensa alfabetización de los campe­
sinos, etc., pero lo hecho en este terreno casi equivale
a cero. En una Nación con dos millones de indios so­
bre tres y medio de la población total, un Partido de
izquierda que no demuestre su capacidad para motof-
rizar los sentimientos clasistas de esa enorme mayo­
ría, corre el riesgo de convertirse en un Partido pe-
V80 PARTIDO DE LA IZQ U IERD A REVOLUCIONARÍA

queño - burgués.
4. — Con respecto a las clases medias, el PIR,
que es un intérprete también de sus aspiraciones eco­
nómicas, debe precaverse, sin embargo, contra una ex­
cesiva infiltración de elementos de tales clases que
lia venido produciéndose en los organismos directi­
vos del Partido. La mentalidad de los empleados pú­
blicos o privados, de los profesionales liberales, de los
intelectuales, etc., tiende a frenar el impulso proleta­
rio que debería animar a un Partido como el PIR. In­
flujo semejante lo ejercen elementos procedentes de
las capas de pequeños propietarios agrícolas, mineros,
industriales, comerciantes, etc. La política de Unidad
Nacional, con respecto a las clases medias, no debe
ser una subordinación de los definidos ideales prole­
tarios a los oscilantes de la clase media, sino una uti­
lización de los factores que inducen a las clases me­
dias a coincidir en la lucha contra el feudalismo y los
imperialismos que son tan enemigos de las clases me­
dias como del Proletariado.
5. — En cuanto al sector progresista de la bur­
guesía nacional, dicho sector está constituido por
aquel número de capitalistas, agricultores, mineros,
industriales, comerciantes, etc. que, sin ser propia­
mente ubicables en la clase media, tampoco están tan
estrechamente ligados al capital financiero imperia­
lista y al del sector feudal-burgués vinculado a ese ca­
pital. El PIR, sin abandonar su posición de defensor
específico de la Clase Obrera y de defensor subsidia­
rio de los intereses de las clases campesina y media,
puede y debe buscar algunos contactos con ese sector
progresista de la burguesía, al cual le interesa la des­
trucción de las formas feudales de producción y del
PARTIDO DE LA IZQ U IER DA R EVOLUCIO NARIA 281

monopolio imperialista extranjero. Ese sector consti­


tuye la posibilidad de creación de industrias livianas
orientadas hacia el relativo autoabastecimiento del
país, la rebaja del costo de la vida, la posibilidad del
ensanchamiento de mercados internos, etc., y un Par­
tido antifeudal y anti-imperialista como es el PIR,
no puede desdeñar cierto grado de cooperación con
ese sector social que es un indiscutible factor construc­
tivo en el proceso de la Revolución Democrático -
burguesa. Es, pues, una desviación de izquierda, anti­
marxista en consecuencia, la de algunos piristas que
juzgan que esta posición respecto del ala progresista -
de la burguesía boliviana, es un compromiso antipro­
letario. Como respecto a las clases inedias, respecto
a este sector, el PIR considera que Feudalidad e
Imperialismo son dos obstáculos para el crecimiento
de una verdadera burguesía nativa, y que, por tanto,
las conveniencias económicas mismas de este sector
deben inducirlo a actuar aliado a la Clase Obrera más
bien que a la Feudalidad y al Imperialismo. Pueden
producirse defecciones de gentes de ese sector, en la
medida en cpie sus intereses se identifiquen más y más
con los del imperialismo, pero esto no puede ni debe
ser obstáculo para que un partido realmente marxista
utilice a dicho sector en la gran lucha que debe librar
la Nación entera contra el yugo feudal-imperialista.

TI. DIRECTIVAS DE PO L IT IC A PARTIDISTA

Desde el punto de vista de la posición del PIR


con los Partidos Políticos actualmente existentes en
Bolivia, la Línea de Unidad Nacional entraña las si­
guientes consignas:
282 PARTIDO DE LA IZQ U IER DA R EV O LUCIO NARIA

i.— El Partido Liberal es el que expresa en


mayor grado los intereses de los imperialismos y de
la feudal burguesía nativa. En la U SR figuran tam­
bién, en cierta medida, esos intereses, pero hay en es­
te reciente bloque aun no bien configurado de tres
antiguos Partidos, un sector no pequeño de clases me­
dias y de artesanado. Ambos Partidos apoyan actual­
mente al Gobierno del Presidente Hertzog, debiendo
señalarse el hecho de que son los sectores reacciona­
rios de esos Partidos los que han venido prevaleciendo
en su influencia administrativa. Con respecto a estos
dos Partidos gubernamentalistas— y en especial con
respecto a la U SR — la consigna del PIR debe ser la
de ganar a sus sectores no reaccionarios, si no para la
militancia activa dentro del PIR, al menos para una
actitud no hostil a las posiciones de nuestro Partido
y acaso para una alianza, tácita o expresa, en apoyo
de la realización de programas progresistas. Puede
afirmarse que el propio Presidente Hertzog— ex-jefe
de uno de los Partidos refundidos en la U SR — ha
venido ocupando personalmente una posición ponde­
rada, ya al haber llamado a nuestro Partido a pres­
tarle colaboración en el período mayo-septiembre de
este año, ya al haber impedido que se desencadene
contra el PIR la represión “ anticomunista” que le
han urgido a menudo los amigos de tinte ultra-reac­
cionario que militan en los Partidos que le dieron el
triunfo en las elecciones de enero de 1947. Ha podido
jugar, sin duda, en esta actitud de Hertzog un papel
no poco importante su convicción de que el P IR es
la más sólida garantía contra los intentos subvensi-
vos del trotsko-movimientismo, pero esto no desvir­
túa la objetividad del hecho que se anota.
PARTIDO DE LA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA 263

En el caso — no muy hipotético — de produ­


cirse algún nuevo intento de contrarrevolución por
parte de los elementos del derrocado M NR y de las
Logias Militares (en coordinación seguramente, aho­
ra, con las fuerzas trotskistas del POR y de F S B ) —
es indubitable que el PIR tendría que rehacer alguna
forma de coalición circunstancial con Liberales y Us-
ristas, para defender el régimen democrático conquis­
tado en las jornadas de Julio de 1946. Con todo lo
adversa que evidentemente es, en los momentos ac­
tuales, la posición del Liberalismo y de la U S R pa­
ra el PIR, tanto desde el punto de vista del alinea­
miento clasista como de la beligerancia en lo político-
interno, tal posición es con mucho preferible a la que
el PIR tendría que enfrentar en el caso de surgir una
contrarrevolución nazifascista. El PIR puede arries­
gar hasta su propia existencia física, en el caso de res­
taurarse las tenebrosas fuerzas que tiranizaron al
país durante el período Diciembre 1943— Julio 1946.
2.— Respecto al POR, nuestro Partido no pue­
de tomar otra posición que la del más inconciliable
antagonismo. Primero, porque al igual que sus con­
géneres trotskistas de todas partes, el PO R ha sido
y es un aliado del Nazifascismo criollo. Segundcr,
porque es un Partido de aventureros que engañan a la
clase obrera con ilusorias recetas de revolución so­
cial, irrealizable desde el punto de vista sociológico-
histórico. Los que aconsejaran al PIR pactar con el
POR la formación de un pretendido Frente de Iz­
quierdas, darían, pues, un consejo inspirado en la más
completa ignorancia acerca de la irreconciliabilidad
de Marxismo y Trotskismo en todas partes del mun­
do, o inspirado en propósitos de la más grosera pro-
PARTIDO DE LA IZQUIERDA REVOLUCIONARÍA

vocación.
Igual observación puede aplicarse en lo que
concierne a otros grupos trotskistas, como por ejem­
plo el hoy casi extinto PSOB.
3.— Por lo que concierne a Partirlos de filia­
ción naziíascista, debemos considerar el caso del M.
N. R. y de FSB (otros grupillos, como CEG H A, sun
tan insignificantes, que no merecen casi ni mención).
Hay quienes abrigan la ilusión de que podría
producirse en un futuro próximo o algo remoto lira
aproximación entre fuerzas del M NR y del PIR. Se
suele sostener que en el MNR hubo y hay un sector
de dirigentes que tuvo inspiraciones sanas de izquier­
da y que hasta no compartió la ideología pronazt de
los Paz Estenssoro, Montenegro, Céspedes, etc. Esa
pretendida disidencia es difícil de probarse como real,
pero aun cuando hubiese existido o existiese, no jus­
tificaría jamás un pacto entre marxistas (como so­
mos los piristas) y gentes que se desacreditaron in-
tcrnacionalmente por su adhesión a un régimen que
demostró simpatías hacia Hitler y Mussolini y que.
dentro del país, persiguió tan sañudamente a. nuestro
Partido y cometió crímenes y atropellos de carácter
tan típicamente totalitarista.
En cuanto a FSB, grupo profranquista, ra­
biosamente anticomunista y antipirista, el PIR ne­
cesita contrarrestar con medios más directos las ac­
titudes de bandolerismo en que son tan fecundos los
más fanáticos de entre esos perros de presa de todos
los regímenes reaccionarios que han actuado en Boli-
via. Paralelamente a ello, es urgente también que la
acción del Partido opere con métodos más efica:es
sobre la adolescencia y la juventud del país, para 11-
PARTIDO DE LA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA *éí

brarla del funesto proselitísmo que ha venido ejer­


ciendo sobre ella el Falangismo criollo. Las propias
juventudes del PIR tienen un gran papel que realizan
en este terreno.
4.— Finalmente, el Partido debe considerar a
aquel sector no poco considerable de población ciuda­
dana y no ciudadana que vive al margen de la activi­
dad de los Partidos. En un gran porcentaje, ese sec­
tor apolitizado lo constituyen, especialmente en las
ciudades, elementos de la clase media, la cual puede
ser atraída a las filas del PIR o al menos hacia acti­
tudes propiristas, mediante una acción adecuada. Es
innegable que, a partir de 1943 sobre todo, el P IR
ha ganado bastante en esc sector no clasificado par­
tidariamente. Un plan de proselitismo enérgico y te­
naz puede permitir a nuestro Partido prontas y valio­
sas adhesiones entre las miles de decenas de personas
que son, aproximadamente, las que en Bolivia perte­
necen a ese vasto sector de los “ apartidistas” .

I I I . DIRECTIVAS C O N C E R N IE N TE S A P O L IT IC A
IN T E R N A C IO N A L

Por lo que concierne a la posición internacio­


nal, la Línea de Unidad Nacional entraña:
1.— Solidaridad decidida con las corrientes
anti-imperialistas que en los dramáticos momentos
de hoy se oponen al estallido de una Tercera Guerra
Mundial. Los planes Truman y Marshall son contra­
rios a la paz mundial y de modo particular a los in­
tereses democráticos de América Latina. Debe mos­
trarse cómo, dentro de los mismos Estados Unidos,
existe resistencia popular contra tal política imperia-
í8e PARTIDO DE LA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA

lista. Son exponentes de ello, Henry A. YVallace, qué


hace poco ha calificado de “ podrida” la política exte­
rior del actual Gobierno de la Casa Blanca, y la clase
obrera que lucha contra la legislación antiobrera
Taft-Hartley, así como contra los imperialistas y sus
preparativos bélicos.
2.— El Partido debe estar preparado para la
oleada de represión internacional que puede llegar a
Bolivia apenas recrudezcan las contradicciones de ca­
rácter internacional. Lo irrefutablemente real es que
nuestro Partido, ni ha dependido jamás de ninguna
Internacional Comunista ni ha recibido jamás con­
signa ninguna de Moscú, pero sabemos que a pesar
de esta evidencia, no dejarán de hostilizarnos. El Par­
tido tiene que defenderse contra esa probabilidad,
sosteniendo en forma enérgica la vigencia del régi­
men democrático. Una de las posibles expresiones del
Plan Truman en las Américas ha de ser la presencia,
de caudillos proyanquis, y en Bolivia no estamos le­
jos de poder sufrir agluna sorpresa de este género.

IV. DIRECTIVAS C O N C E R N IE N TE S A PROBLEMAS


ORGANIZATIVOS

Un tercer aspecto importante en relación con


la Línea de Unidad Nacional, es el que se refiere al
reajuste organizativo del Partido. No puede preten,-'
derse llevar a buen término esa línea ni en lo interno
ni en lo internacional, si no se procede a cierto núme­
ro de medidas reorganizativas de la estructura y de
las tácticas de lucha del Partido. t
He aquí algunas de las necesidades más esen­
ciales en este terreno:
PARTIDO DE LA IZQ U IER DA REVOLUCIO NARIA 287

r.— En la militancia, debe tenderse al acre­


centamiento de las bases obreras, restringiendo la pre­
ponderancia de los elementos pequeño-burgueses en
los organismos directivos del Partido. El Partido debe
aproximarse más íntimamente a las clases populares
para identificarse con sus reivindicaciones económi­
cas. A los elementos dirigentes de mayor responsabi­
lidad en el Partido, debe exigírseles severas condicio­
nes de proletarización marxista-leninista. Los nue­
vos militantes deben ingresar al Partido al través de
las organizaciones celulares.
2. — Debe practicarse en forma estricta el
principio del centralismo democrático e imponerse
una severa disciplina en los organismos directivos y en
las bases.
3. — El Partido debe ser implacablemente de­
purado de sus elementos oportunistas y escisionistas.
Sólo una férrea unidad del Partido puede conducirlo
victoriosamente hacia la consecución de sus objetivos.
4. — Debe resolverse el problema de las finan­
zas del Partido. Hay en el país un número aproxima­
do de 25.000 piristas, y, sin embargo, en octubre de
1947, el Tesoro Nacional del Partido no tiene un cen­
tavo en su caja. Este absurdo, causa de numerosas
fallas en la vida del Partido, tiene que desaparecer
mediante una organización científica de nuestras re­
caudaciones y gastos.
5. — Debe procederse igualmente a una inten­
siva capacitación de nuestros militantes y del Pueblo
Boliviano, en general, por medio de la prensa, de la
propaganda radial; del folleto y el libro, de las confe­
rencias, de cursos especiales en Universidades popu­
lares del Partido, etc. Necesitamos formar ,una con-
288 PARTIDO DE LA IZ Q U IE R D A R EVOLUCIO NARIA

ciencia colectiva pirista, que actualmente existe sólo


de modo superficialmente emotivo.
Finalmente, la actitud del PIR frente al Go­
bierno del Presidente Enrique Hertzog, aunque se ha
definido claramente como antagónica a la línea de de-
lecha a que se ha inclinado ese Gobierno por pre­
sión de los sectores reaccionarios que lo apoyan, de­
be exigir el cumplimiento del Programa de 14 de Ma­
yo y debe ocupar la Oposición Constructiva, con la
consigna de apoyar lo positivo y combatir lo negativo.
La energía en la defensa de los intereses de las cia­
ses oprimidas no debería implicar la adopción de pos­
turas estérilmente infantiles. Y menos de actitudes
favorables al estallido de golpes cuarteleros.
El PIR, así en las Cámaras, mediante su Bri­
gada Parlamentaria, como en sus acciones callejeras
y en todas las esferas donde ejercita su actividad, de­
be realizar lo que leálmente dice su programa y lo
que ha evidenciado en siete anos de lucha: Oue inten­
ta conducir a las Clases Trabajadoras y al Pueblo Bo­
liviano, en general, hacia el Socialismo, encarando las
exigencias de la Revolución Democrático-Burguesa
dentro del pacífico proceso del institucionalismo cons­
titucional de la Nación.
' « r. ?

CO N CLU SIO N ES 5 ¡

C.— El PIR, como Partido de la clase obrera


y como vanguardia de las clases campesina y media,
reitera su posición de independencia política e ideoló­
gica y propugna, para el presente período. histórico;
dadas las condiciones de atraso feudal y de dependen­
cia del imperialismo en que vive nuestro país, la nece-
PARTIDO DE LA IZQ U IER DA R EV O LUCIO NARIA 289

lidad de realizar la Revolución Deinocrático-Burgue-


como un paso necesario en el tránsito hacia el so-
:ialismo. Postula, para ello, una política independien-
de unidad nacional antifeudal y anti-imperíaüsta,
|que agrupando a los sectores de izquierda con los cam-
¡sinos y las clases inedias y con los de una veraz bur­
guesía progresista, nos permita llegar a la formación
jde un gran frente de liberación social y nacional, pa­
lta luchar conjuntamente contra el imperialismo, el
|pcazifascistno y la feudal burguesía comercial, terra-
, teniente e industrial del país.
2?.— A l efecto: a) el PIR debe consolidar su
unidad interna y buscar la unidad política de todos
[los trabajadores, en una fuerte alianza de los secto-
tres de obreros y de campesinos que aunque no ingre-
jjsaran en el PIR convinieran, sin embargo, con él pa­
ira ensamblar sus fuerzas en una campaña común; b)
¡P el PIR debe determinar con precisión cuáles son los
sectores políticos reaccionarios y cuáles los de la clase
media y de la burguesía nacional progresista, a fin
de combatir firmemente contra los primeros y coor­
dinar su lucha antifeudal, anti-imperialista y anti-
| rrosquista, con los segundos.
39.— El PIR, consecuente con los postulados
.enunciados en el punto i"., se constituye en la fuerza
^propulsora de la Revolución Democrático-Burgucsa;
lépero considera también imprescindible luchar, en los
l casos en que esto sea posible, por las conquistas de
^carácter socialista, en el período de lucha por los ob-
| ietivos de la Revolución Democrático - Burguesa.
49.— El PIR no debe perder de vista el peligro
¡de. la supervivencia del fascismo internacional y crio-
gllo, íntimamente ligado al trotskismo, represental^J;
250 PARTIDO DE LA IZQUIERDA REVOLUCIO NARIA

en Bolivia por el MNR, FSB y el POR, que actúan


como agentes del imperialismo y de la oligarquía.
59.— El PIR ratifica su independencia nacio­
nal al tenor del Art. 59. de sus Estatutos. El P IR de­
clara hallarse contra las provocaciones guerreras y
a favor de la solidaridad- anti-imperialista y antifas­
cista de los países y sectores democráticos, progresis­
tas y de izquierda de todo el mundo, para defender
la paz mundial, la autodeterminación de las naciones
y los derechos de la clase obrera.

D IR E C T IV A S D E L A M P L IA D O D E L C O M ITE
C E N T R A L D E L P. I. R.

El Ampliado del Comité Central del P. I. R.,


reunido en Julio-Agosto de 1948.
c o n s i d e r a n d o : Que la Tesis Central sobre la
línea política del Partido, aprobada por el Tercer
Congreso en Octubre de 1947, requiere algunas di­
rectivas adaptadas al desarrollo de la situación inter­
na e internacional en los últimos diez meses;
Que entre los hechos escenciales de ese lapso
pueden anotarse los siguientes:
i 9.— Dentro de Bolivia: a) la postergación
del cumplimiento del programa de reinvindicaciones
económicas v sociales planteadas por las clases tra­
bajadoras y el PIR, al participar en la Revolución del
21 de Julio de 1946; b) la desviación cada vez más
acentuada del régimen administrativo hacia posicio
nes rosqueras y pro-imperialistas, bajo la presión ex­
clusivista de la camarilla reaccionaria del PU RS
29.— En América Latina (especialmente en
PARTIDO DE LA IZ Q U IE R D A R EV O LUCIO NARIA 291

partidos comunistas y, en general, los movimientos


■ políticos de liberación nacional y social por el influjo
de los círculos reaccionarios y del imperialismo;
39.— En el campo de la vida Internacional
mundial, los preparativos cada vez más intensos de
una guerra de agresión contra la Unión Soviética y
contra todos los movimientos progresistas del Hemis­
ferio Oriental, con el propósito de extender el imperio
del dolar, de sojuzgar al mundo y de esclavizar aun
más a los pueblos coloniales y sernicoloniales como el
nuestro.

acuerda :

i 9.— De conformidad con la tesis sobre la lí­


nea política aprobada en el III Congreso del PIR, el
ampliado del C.C. imparte las siguientes directivas:
a) Política .interna. — La situación de in­
tranquilidad en que se encuentra el país, se debe a
que el gobierno no ha tomado las medidas necesarias
para resolver los problemas económicos fundamenta­
les, como el alto costo de la vida, la inflación mone­
taria, la insuficiencia de los salarios, el mantenimien­
to de los odiosos privilegios de la rosca y del latif nu­
dismo. A l favor de este ambiente siguen prosperando
los propósitos subversivos tanto del nazismo criollo
derrocado en julio de 1946, cuanto de los grupos más
^derechistas que están tratando de fortalecer sus po­
siciones en el propio seno del oficialismo.
Los fascistas lanzan promesas demagógicas,
dirigidas de modo preferente a los trabajadores de
202 PARTIDO DE LA IZQ U IER DA R EVOLUCIO NARIA

las minas y los campos, con la misma falta de sinetfl


ridad como lo hicieron desde el gobierno, sin otnvl
intención que la de restaurar un régimen de'terror yl
de sangre para satisfacer su sed de venganzas contri» 1
el pueblo que los derrocó. Si se examina su propagan»
da se verá que no ocultan su intención.
i .os grupos más derechistas que presionan •leu­
de hace tiempo al Presidente de la República, para ;n
(lucirle a practicar una política de total cancelación
libertades, al no haber conseguido el cumplimiento
de sus planes antidemocráticos en la medida de sin»
espectativas, no buscan otra cosa que la implanta
ción de una tenebrosa dictadura, que recurriría a l.ut
masacres para ahogar en sangre todo movimiento <W
reivindicación de la clase trabajadora.
Es importante señalar que tanto los conspirad
dores fascistas como los ultraderechistas recurren, ai
puja abierta ante el imperialismo, para obtener de éll
los medios que les permitan realizar sus fines cons­
píratenos, a trueque de hipotecar todavía más la na i
ción.
Ante la emergencia de un golpe revoluciona I
lio o subversivo, el PIR obrera con completa inde»]
pendencia de criterio y de acción tanto para oponer*]
se a la toma del poder por los facciosos, como para lo
grar la nacionalización de las minas y los ferroearri |
les, la reforma agraria y la municipalización ele lou
servicios vitales de las poblaciones y, en general 'ni*
pulsar el cumplimiento de un programa de efectivo
mejoramiento de las condiciones de vida de la claso
trabajadora y el pueblo.
b) Política Inter americana. — El Ampliad*)
del C. C. reitera su solidaridad con las masas y lo»
PARTIDO DE LA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA

rectores progresistas que luchan en todos los países


semicoloniales de la América Latina, por la conquis­
ta de la independencia económica frente a la succio
nadora acción del imperialismo, por la efectividad
cíe la reforma antifeudal, por el restablecimiento de
los derechos democráticos tan brutalmente atrope­
llados en algunos países bajo el signo de la persecu­
ción antipopular. Con relación a la presente política
cíe los EE. UU., el PIR ratifica su simpatía por el
Partido Progresista encabezado por Henrry A. Wa-
llace, candidato Presidencial a las elecciones de este
año y portaestandarte del ideal pacifista y anti-impe­
rialista de las fuerzas obreras e intelectuales que apo­
yan al gran continuador de la política de Franklin D.
Roosevelt.
c) Política Internacional en General.— El PJR
expresa que lucha de modo fundamental por la eman­
cipación de Bolivia y repite que lo hace como partido
con absoluta independencia nacional. Esa posición
eminentemente bolivianista no es un obstáculo para
que nuestro partido luche solidariamente con todos
los movimientos de liberación de los países oprimidos,
ya que la emancipación de Bolivia solo será posible,
integralmente, en la medida en que los demás pueblos
del mundo conquisten su derecho de autodetermina­
ción, instauren regímenes de justicia social, drestru-
van la opresión imperialista y preparen, de este mo­
do, las condiciones para una verdadera paz mundial.
Desde esta posición, el PIR reitera su solida­
ridad con los pueblos de la Unión Soviética, con los
de Europa y otros continentes y con el sector anti­
imperialista del pueblo norteamericano que lucha por
el desenmascaramiento de todas las provocaciones
¿64 PARTIDO DE LA IZQ U IER DA R EVOLUCIO NARÍA

puestas en práctica para desencadenar una tercera


guerra mundial. El P IR expresa también, una vez
más, su repudio a todos los gobernantes despóticos de
las Américas y Europa y, particularmente al régimen
sanguinario del Dictador Francisco Franco y denun­
cia el carácter reaccionario de los pasos que han ve­
nido dándose por el presente gobierno boliviano para
reanudar relaciones diplomáticas con el gobierno es­
pañol, y favorecer la penetración de la propaganda
falangista hispana a nuestro país.
2".— Por lo que concierne a las tácticas de lu­
cha, el Ampliado del Comité Central reitera la Tesis
del III Congreso, a saber: ampliación de las bases
obreras en la militancia del Partido, trabajo tenaz pa­
ra lograr la unidad de los trabajadores y el reforza­
miento de sus organizaciones sindicales, impulso y
atracción de los sectores progresistas de avanzada pa­
ra reducirlas a ocupar posiciones que hagan posible la
unidad del pueblo para la lucha anti-feudal y anti-im-
perialista; efectividad del centralismo democrático, en
el partido; depuración de los elementos oportunistas,
lucha contra el fraccionalismo, saneamiento de las fi­
nanzas de la Caja Nacional y de los locales, intensa
campaña educativa para alfabetizar a las grandes ma­
sas y capacitar a los cuadros de dirigentes.

La Paz, 3 de Agosto de 1948.


IDEOLOGICOS
PARTIDO OBRERO
REVOLUCIONARIO
PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO

La decadencia mundial del capitalismo acen­


tuada con la crisis cíclica de 1929-32, y la bancarro­
ta de la burguesía nacional, originada por la Guerra
del Chaco, «crearon un clima propicio para la gesta­
ción de organizaciones políticas de izquierda, como
el Partido Obrero Revolucionario (P O R ), fundado
en el extranjero durante el conflicto bélico boliviano-
paraguayo.
Inicialmente la actividad del naciente POR,
se limitó a la propaganda antibélica. “ Transformar la
guerra internacional en guerra civil” fué su consigna
política fundamental. Mas, una vez concluida la Gue­
rra, la necesidad de estructurar definitivamente el
partido con fisonomía y composición propias, se hizo
ineludible. Con este objeto se reunieron dos conferen­
cias nacionales del POR. La primera realizada en la
ciudad de La Paz (Octubre de 1938), expulsó de
su seno al ala acaudillada por Tristán M aroff, que
V pasó a constituir el Partido Socialista Obrero de Bo-
üvia (P S O B ), hoy ya extinto. La segunda, efectua­
da en Cochabamba (Diciembre del mismo año) apro­
bó el Programa, los Estatutos y las Tesis Nacionales
del POR, que aparecen en el “ Boletín de Informa­
ciones N- .1” (Santiago.de .Chile-1939). En tales do­
cumentos se establece-que .el PO R se constituye en el
instrumento político del proletariada'bülnldfno, afilia-
aw PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO

do al Partido Mundial de la Revolución Bolchevique-


Leninista (IV Internacional).
Como se sabe, la Guerra del Chaco significó
para la burguesía nativa un golpe histórico sin pre­
cedentes. Ante la creciente agitación de las masas
obreras y ex-combatientes, que adoptaron posiciones
revolucionarias, los tradicionales partidos “ democrá­
ticos” feudal-burgueses (Partido Liberal y Partido
Republicano en sus ramas genuina v personalista),
entraron en quiebra definitiva. Es más: impotente y
colocada en un callejón sin salida, la burguesía ter­
minó por entregar el poder a los militares (Gobier­
no de Toro) y por crear bandas fascistas. Por otra
parte, como el colapso bélico había removido las ca­
pas más profundas de la sociedad boliviana, las cla­
ses medias intentaron jugar un papel político inde­
pendiente. Con este motivo se acuartelaron en el Mo­
vimiento Naoíonalista Revolucionario (M N R ). El
P! R se proclamó vanguardia de los obreros y campe ■
sinos y también de las clases medias.
El POR, juzgando confusa la remoción de
hombres e ideas, se limitó en un principio a la crítica
de las doctrinas sustentadas por los demás partidos
políticos.
Durante el Gobierno de Villarroel, se desen­
cadenó una sistemática y sañuda represión contra el
Partido de la Izquierda Revolucionaria (P IR ) que
había conquistado las simpatías del proletariado mi­
nero, gracias, entre otras causas, a la lucha parlamen­
taria de sus diputados que combatieron enérgicamen­
te a la oligarquía feudál-burguesa y al imperialismo.
El régimen imperante se empeñó en disputar­
se con ese partido la adhesión de los obreros de las
PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO SCI

minas, haciendo con ese propósito efectivas varias


reivindicaciones sociales, muchas de las cuales fueron
denunciadas por la oposición — que acabó por compa-
pactarsc en el Frente Democrático antifascista (Í-.
D. A .)— como medidas engañosas y demagógicas.
A l empeño de desplazar al PIR de la influen­
cia que ejercía en las zonas mineras, se sumó el Par­
tido Obrero Revolucionario, finalidad en la cual no
se excluía con los grupos gobernantes, quedando —
después de la caída de éstos (21 de Julio de 1946) —
con el control de poderosas organizaciones sindicales
ganadas ya, hasta entonces, a la causa del Presiden­
te Villarroel y del MNR.
El “ Boletín Interno del PO R N 9 5” , aproba­
do en la IV Conferencia Nacional del Partido (Enero
de 1946) señalaba que se inició en el país una época
de radicalización de masas, es decir una época de des­
plazamiento de éstas a las posiciones de izquierda. Ei
POR resolvió, entonces, salir a la calle y arrojar el
programa trotskvsta a miles de trabajadores para
educar a las masas en las ideas de la revolución y lle­
varlas al convencimiento de que su Programa ora el
i'mico que podía servir a un movimiento proletario.
Antes del levantamiento popular del 21 de Julio de
1946, en el Tercer Congreso Minero de Catavi, el
POR había desempeñando un papel importante de
orientación, pues el proletariado, no obstante encon­
trarse, en lo político, bajo el control oficial, se con­
dujo a base de las inspiraciones teóricas del PO R y se
pronunció por la escala móvil de horas de trabajo y
salarios, supresión de las pulperías baratas, ocupación
de minas, etc., objetivos muchos de los cuales coinci­
dían con los de otros partidos excluidos de toda ínter-
PROGRAMA DEL PARTIDO OBRERO
REVOLUCIONARIO

EL im p e r ia l is m o : c o n t r a d ic c io n e s y consecuen ­
c ia s . ----LA M IS IO N DEL P. O. R.

El imperialismo, como “ última etapa del capi­


talismo” , se caracteriza — en sus lineas generales —
por la agudización extrema de las contradicciones que
desgarran el sistema. La agudización de las contra­
dicciones internas del capitalismo, debe conducir di­
rectamente a la revolución proletaria mundial y la
agudización externa o internacional, preparando y
acelerando las guerras imperialistas, por un nuevo
reparto del globo y del mercado universal. (Veáse
tesis sobre “ el imperialismo” ).
Por sus características, que son: las de expan­
sión y monopolio, el imperialismo ha acelerado la evo­
lución económica y social de todos los paises del mun­
do. A los países de economía retrasada,— al mismo
tiempo que sujetarlos a su vasallaje — los ha fisono-
mizado completamente con las características y con­
tradicciones del sistema capitalista, convirtiendo —
por la ley de la evolución combinada •— a los países
atrasados y a sus clases dominantes, en semicolonías
y feudal - burguesías. Por eso, el imperialismo, ha
preparado las condiciones objetivas y subjetivas de la
revolución proletaria en todo el mundo, y podría de-
PARTIDO OBRERO REVOLUCIO NARIO 365

cirse fundadamente, que la revolución mundial ha de


empezar en las colonias y semicolonias, con cuya ex­
plotación se sustentan los países imperialistas, que
hoy viven a costa de la explotación de las tres cuartas
partes de la humanidad.
Las contradicciones internacionales del impe­
rialismo han determinado que su sector más fuerte,
el yanqui, amarre cada vez más fuertemente (a su po­
lítica expansionista y expoliadora) a las semicolonias
de habla latina: Indoamérica. A partir de los años
próximos a la finalización de la primera guerra eu­
ropea, que marcan el desplazamiento del poderío im­
perialista de Inglaterra a Estados Unidos; Indoamé-
rica y con ella Bolivia, no han podido regirse por sí
mismas; se han convertido en apéndices del imperia­
lismo, han perdido su soberanía política y económica
y se han hecho fondo de reserva de materias primas y
mercado para la colocación de mercancías. Todo esto,
el imperialismo, lo ha conseguido mediante su políti­
ca financiera, — la política del dólar y de la libra —
comprando desembozadamente a las oligarquías que
nos gobiernan, que nos han vendido al imperialismo,
y que no podrían sostenerse en el poder sin el respal­
do económico que les presta aquél. De ahí, que la úni­
ca manera de libertarse del yugo imperialista sea me­
diante los métodos de la revolución proletaria: des­
truyendo revolucionariamente a las oligarquías do­
minantes, y con la toma del poder por el proletaria­
do.
El Imperialismo, — lleno de contradicciones
internas y externas — debe fatalmente desencadenar
la guerra mundial por un nuevo reparto del globo y,
en consecuencia, desencadenar también la. revolución
PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO

proletaria mundial. Bolivia tiene y tendrá su parte en


este proceso de carácter universal. El P.O.R., partido
del proletariado revolucionario de Bolivia, debe pre­
pararse constantemente para conducir al proletariado
'por el camino más justo, vale decir, por el camino más
revolucionario contra la feudal - burguesía, vendida
al imperialismo. De la justeza de este camino depen­
de el mayor o menor ahorro de energías sociales y
económicas.
La guerra que prepara el imperialismo, traerá
para Bolivia, por una parte, el auge económico mo­
mentáneo de la clase feudal-burguesa, ya que el im­
perialismo necesita de nuestras materias primas para
sostener su contienda bélica. Pero por otra parte, trae­
rá a su vez como una consecuencia inmediata, la revo­
lución social, ya que al debilitar el poderío de la feu­
dal burguesía y al agudizar el antagonismo de clases,
reforzará cualitativa y cuantitativamente al proleta­
riado nacional, y facilitará la toma del poder por és­
te. ( i) .

TACTICA Y ESTRATEGIA DEL P. O. R.

El P. O. R., expresión consecuente y superior


de la acción y el pensamiento obrero, tiene una finali­
dad : conducir y dirigir las grandes batallas que dará
el proletariado, en la lucha por su liberación del yugo
del salario. La liberación del proletariado, que es la
dase más explotada, sin nada que perder, y en todos
los casos en situación casi miserable, involucra la de la
sociedad. El P. O. R. ha de conducir al proletariado
(1) Este program a elaborado en 1938 sólo considera el perio­
do posterior a la p rim era guerra m undial.
PARTIDO ODRERO REVOLUCIONARIO 387

al triunfo sobre sus explotadores y dominadores de


siempre: los íeudal-burgueses y todo su séquito de
especuladores. Para ello tiene su táctica y su estrate­
gia. “ La primera se limita a un sistema de medidas
relativas a un problema particular, al orden del día, o
a un dominio determinado de la lucha de clases;
mientras que la segunda se extiende a un sistema
combinado de acciones, que en su relación, en su su­
cesión, en su desarrollo, deben llevar a la clase obrera
a la conquista del poder” .
Es necesario saber en cuanto se trata de es-
trategia, que la vida de las masas trabajadoras en lu­
cha, de todo partido revolucionario, y por tanto del
P. O. R., tendrán sus períodos de flujo, en que el or­
ganismo viviente, el Partido, debe estar en condicio­
nes de dirigir la lucha de la clase obrera por el poder,
y íornar éste, ya que es el órgano esencial e inherente
a la vida de aquélla. La marcha general de la revolu­
ción estará dada: primero por la organización dirigida
o espontánea de organizaciones obreras, Consejos o
Juntas Obreras, que irán expandiéndose y desarrollán­
dose; y el problema quedará planteado en sentido del
triunfo de éstas o del Parlamento Burgués; lucha en
la que deben sufrir completa derrota los partidos y
jefes tradicionales, los fascistas, los demagogos, los
reformistas, etc. y entonces la clase obrera triunfan­
te será la dueña absoluta del poder. Los obreros ha­
brán triunfado, el día que atraigan a su lado a la ma­
yoría de las masas trabajadoras de Bolivia, que de
una vez por todas deben deshacerse del peso agobia-
dor que para ellos significa el dominio de sus explota­
dores : los imperialistas y los capitalistas de todo ta­
maño; el día que convenzan que los trabajadores de-
»;s PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO

ben ser dueños del producto de su trabajo. Este es el


■ primer capítulo de los deberes de la clase obrera, su
objetivo inmediato, lo primordial. La segunda parte
de sus objetivos corresponde a la organización socia­
lista de la economía, en la que los obreros tomarán,
cu sus manos, las gestiones del Estado, la dirección
de las minas, fábricas y demás empresas arrebata­
das a sus explotadores, en tanto que la revolución
mundial no nos empujará y ayudará a entrar en la
fase socialista integral.
En los períodos de reflujo, el P. O. R. hará el
balance de su pasado y de su presente. El análisis de
éstos será el faro que arroje una luz segura, que es­
parciendo muy lejos sus justos rayos, nos llevará por
buen camino hacia el porvenir. Además deberá reali­
zar el reajuste y reorganización de sus cuadros, el re­
cuento y selección de sus elementos, etc. Es la época
en que el partido debe tratar de conquistar las mayo­
rías de su clase, influir en los más vastos círculos de
trabajadores en general, trabajar cotidianamente en
los sindicatos, conquistar vastos círculos de campesi­
nos pobres, etc., y en fin tomar parte en todo trabajo
que tienda a fortalecer el partido de la clase obrera :
el P. O. R.

T IP O DE REVOLUCION A REALIZARSE E N BOLIVIA

La revolución en Bolivia tendrá las caracterís­


ticas propias de las que se realizan en semicolonias,
■ puesto que ésta es nuestra condición económica, so­
cial y política. Por tanto nuestra revolución tiene que
ser una revolución de tipo combinado, va que se com­
binarán la revolución democrático-burguesa — que se
Pa r t id o obrero r e v o l u c io n a r io 36!)

íisonomiza por la guerra y el alzamiento campesinos


— y la revolución socialista proletaria — que se fi-
sonomiza por la insurrección obrera. El proceso revo­
lucionario en su conjunto es dirigido por el proleta­
riado. "La insurrección que no es sino la continuación
de la política proletaria por medios particulares, e^
una etapa bien determinada del proceso histórico, una
¡etracción bien definitiva de las leyes objetivas de la
lucha de clases” . Desde el punto de vista subjetivo o
activo, el P.O.R. debe saber cómo dirigir el proceso y
realizarlo, para asegurar con más certidumbre la vic­
toria. Desde el punto de vista objetivo tendrá en cuen­
ta la ley fundamental de toda revolución: "no basta
con que las masas explotadas y oprimidas adquieran
la conciencia de la imposibilidad de seguir viviendo a
;a antigua y exijan modificaciones; es necesario que
los explotadores no puedan vivir ni gobernar como
antes” . Unicamente cuando en la "base no se quiera
So viejo y en las “cimas” no se pueda vivir ni gober­
nar como antes, es posible la victoria de la revolu­
ción” . En otros términos: “ La revolución es imposi­
ble sin una crisis nacional general, que alcance a los
explotados y a los explotadores” . De ahí que el P. O.
R. niegue categóricamente el putehismo revoluciona­
rio insurreccional (Blaquismo). "La huelga general,
cualquiera que sea su potencia, no resuelve el proble­
ma del poder, no hace más que plantearlo. Desde el
punto de vista subjetivo o activo, para apoderarse del
Estado es preciso: apoyándose en la huelga general,
organizar la toma del poder, lo que constituye el mo­
mento decisivo de la lucha, y está sometida a las le­
yes del arte de la guerra: presupone un plan militar,
el carácter ofensivo de las operaciones, abnegación
'S70 PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO

sin reservas y el heroísmo de los obreros, en que de­


ben también tenerse en cuenta los factores geográ­
ficos y económicos de Bolivia la acción decisiva de las
masas obreras, y la actitud y acciones que desarro­
llen los campesinos, sin descuidar a la pequeña bur­
guesía” . Todas estas leyes de la revolución deben co­
nocerse conscientemente. Nadie ha descubierto otro
modo de triunfar de los obreros sobre los burgueses.

PROCESO DE LA REVOLUCION SOCIALISTA

Los obreros, junto con sqs aliados, los campe­


sinos y la 'pequeña burguesía explotada, apoyándose
en éstos y dirigiéndolos en sus luchas, irán contra los
terratenientes (latifundistas), liquidando sus feudos
y las reminiscencias medio-evales y esclavistas del
K, pampo, en que el principal papel corresponderá a los
e l i g i d o s : los campesinos, que revolucionariamente se
v'^ P karán del terrible pulpo que los agobia: la clase
;)§^Wria terrateniente, y su aliado el imperialismo, rea­
rmándose de esta manera la revolución democrátieo-
burguesa. A l mismo tiempo el Gobierno Proletario
“como caudillo de las masas campesinas y pequeño-
burguesas, dirigiendo la revolución demoburguesa,
irá contra la burguesía, con lo que se habrá cumpli­
do esta fase de la revolución, ya que el proletariado
inevitable y repentinamente se encontrará, ante obje­
tivos relacionados con profundas transformaciones
del derecho de propiedad burguesa, convirtiéndose de
esta manera, la revolución en permanente (en el sen­
tido nacional) por haberse realizado la transforma­
ción de la revolución derno-burguesa en socialista” .
Vemos pues, que el principal papel le corres-
PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO

pondera al proletariado, que en su calidad de caudillo


de la nación oprimida en general y de sus masas cam­
pesinas en particular (que hoy son vilmente someti­
das y miserablemente explotadas por sus patronos
agrarios) realizará los objetivos f undamentales de la
democracia, implantando al mismo tiempo su dicta­
dura. “ Sin la alianza del proletariado con los campe­
sinos, los fines de nuestra revolución democrática no
solo no pueden realizarse, sino que ni siquiera cabe
plantearlos seriamente. El problema agrario y con
él, el problema nacional, asignan a los campesinos,
que constituyen la parte aplastante de nuestra pobla­
ción, un puesto excepcional en la revolución democrá­
tica. Sabemos que por grande que sea la importancia
y el papel revolucionario de nuestro campesinado, su
actitud no puede ser en las condiciones actuales autó­
noma, ni mucho menos dirigente. El campesino, o si­
gue al obrero, o sigue al feudal-burgués imperialista,
y si sabemos indicarle y conducirle por un camino
acertado, tendrá que seguirnos por la fuerza de las
circunstancias, lo que significará la resolución de
nuestros problemas y especialmente los de ellos” . Es­
tas mismas concepciones las tenemos en lo que a los
pequeños-burgueses se refiere, sin perder de vista
que sus problemas a resolver son diferentes a los de
los campesinos y obreros, pero que se involucran en
la resolución de los problemas de estos últimos. Los
“ marisabidillas” de todas tonalidades y los políticos
sin ningún valor, procedentes del campo de los liqui­
dadores del movimiento obrero, dicen: “ Nuestra re­
volución en su primera fase ha de ser democrático
ntirguesa por eso los obreros deben sostener a la bur­
guesía. Nuestra revolución es burguesa — decimos
372
PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO

nosotros marxistas — por eso los obreros deben abrir


ios ojos al pueblo, haciéndoles ver los engaños de los
políticos burgueses, semiburgueses, reformistas y
fascistas, enseñándoles a no creer en las palabras, a
no confiar más que en sus fuerzas, en su organiza­
ción, en su unión, en su armamento, y finalmente en
la realización de su poder, que hoy se plantea como
un hecho incuestionable” .
De lo precedente se infiere que el triunfo de
las masas obreras y campesinas, sobre sus explotado­
res y dominadores, o sea la toma del poder por aqué­
llos, no significa el coronamiento de la revolución,
sino simplemente su iniciación, puesto que ésta cons­
tituye un proceso que termina con la sociedad sin cla­
ses, y por tanto sin aparato de represión: sin Esta­
do.
I.a edificación del socialismo integral, sólo se
consigue sobre la base de la lucha de clases, en el te­
rreno nacional e internacional. “ El triunfo de la re­
volución socialista en Bolivia, no debe ni puede ter­
minar dentro de nuestras fronteras nacionales, pues,
por nuestras propias fuerzas — aunque sean muy ri­
quísimas en energía y decisión — es imposible que
construyamos una sociedad socialista integral, por*
que para ello necesitamos del mercado mundial, de la
división mundial del trabajo, de la técnica moderna,
la ayuda de las grandes fuerzas productoras, que en
este momento tienen carácter universal; ya que el ca­
pitalismo creando estas condiciones objetivas se en­
carga de preparar la economía mundial en su conjun­
to para la transformación socialista integral” , a la
que ingresaremos también nosotros, en tanto que la
revolución internacional vaya realizándose. Pero
PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO 373

mientras Ja revolución se 'produzca en escala interna­


cional, el proletariado boliviano estará obligado a pro­
pugnar y propulsar, cada vez más, la organización so­
cialista de la producción, con lo que el mercado boli­
viano tendrá grandes posibilidades, tanto por su fle­
xibilidad, como por su ampliación constante, inma­
nentes al socialismo: Todo esto elevará constante­
mente el índice de exportaciones e importaciones, cu­
ya consecuencia será nuestro creciente ascenso eco­
nómico, que se traducirá en la elevación del actual ni­
vel de vida, hasta alturas jamás soñadas, puesto que,
además, los trabajadores se habrán librado de sus ex­
plotadores: de los burgueses, de los terratenientes,
de los especuladores, de los elementos parasitarios y
burocráticos en general, que hoy viven a costa de
ellos. En la sociedad socialista, el producto del traba­
jo, será aprovechado por los productores mismos y-
sus descendientes. Resumiendo lo dicho, en otros tér­
minos: El proletariado en el poder, avanzaremos en
nuestra construcción socialista, en la medida de nues­
tros esfuerzos económicos en el interior, como con­
secuencia de cotidianos triunfos de la lucha de clases
y de la lucha proletaria universal en el exterior. Así
es cómo, la revolución que podría empezar en nuestro
país, o en otros términos, en la palestra nacional, se
desarrollará en la internacional, para llegar a su tér­
mino y remate en la mundial, con lo que la revolución
se habrá convertido en permanente, (en el sentido in­
ternacional) en que sólo se consuma la revolución con
ia victoria de la nueva sociedad socialista en todo el
planeta.
En virtud de tales consideraciones el poder
obrero boliviano, después de haber asegurado su
3V4 PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO

triunfo completo contra la feudal-burguesía que vive


en simbiosis con el imperialismo — cuya muerte sig­
nificará también la de éste; pues los capitalistas indí­
genas sólo viven combinándose y apoyándose en el ca­
pital financiero imperialista, para explotar minas, fá­
bricas, etc.
Es el único medio que, el pueblo trabajador de
Bolivia, tiene de romper las cadenas que lo amarran
al yugo fcudalrburgués-imperialista.

LA INTROD U CCIO N IM P E R IA L IS T A E N BOLIVIA. LA C IU ­


DAD Y EL CAMPO. LA REVOLUCION AGRARIA

En Solivia, el rendimiento social de la servi­


dumbre es muy importante. Proviene en parte de la
época del feudalismo, en parte son formaciones nue­
vas, en parte resurrecciones del pasado; todo debido,
al retraso sufrido por el desarrollo de las fuerzas
productoras; al poco crecimiento de la agricultura,
etc. El capitalismo comercial y hasta el usurero, hanj
tenido su participación en el retraso de Bolivia. El
factor decisivo que ha jugado el papel más preponde­
rante en esta regresión, o en ct mejor de los casos es­
tancamiento, es el imperialismo, que sin tratar de fof-:
tificar nuestra debilidad mercantil, ni poder hacer
grandes negocios comerciales, (por nuestra escasa
población, ya que la mayor parte de ella es indígena,
poco consumidora de mercancías de rubro extranje­
ro), se conforma con aprovechar nuestras materias
primas, que en esta parte de sus posesiones son su
principal objetivo. Por estas razones es que la feuda-
lidad se ha arraigado en cierto sentido, actuando so­
bre la economía, manteniendo el nivel de vida y siste-
37Ü
Pa r t id o o b Ré r o r e v o l u c i o n a r i o

ma de explotación primitiva del indígena, con lo que


se ha dificultado toda posibilidad de gran desarrollo
de la burguesía. Con tocio, el burgués y el terrateniente
explotan — se podría decir — mancomunadametite.
Los unos a los obreros en general, los otros a los in­
dígenas, mezclándose en su mutua labor explotadora
y en su emulación por saber quien lo hace mejor, y
contentando a la parte más rezongona de la sociedad:
la pequeña - burguesía, con una parte del presupues­
to.
Nuestra íeudal-burguesía con su insuficiencia
e incapacidad, ha terminado por entregarse completa­
mente al capital financiero imperialista, pasando así
todas las fuentes principales de nuestra economía, a
manos de éste, que combinándose con aquéllos explo­
tan a su gusto, las minas, la industria en genera?, el
transporte, el crédito, etc. El imperialismo no ha tra­
tado ni quiere liquidar la feudal ¡dad en el campo, por
eso es que la feudal-burguesía no ha sustituido la ex­
plotación actual del campo, por progresivos métodos
capitalistas. El imperialismo se ha limitado a crear
sólidos puntos en qué apoyarse, para fie esta manera
dominar mejor a sus aliados (los explotadores indí­
genas) sean feudales o burgueses. Con la misma fi­
nalidad, en los últimos años, el imperialismo adquiere
constantemente nuevas posesiones en el agro-semico-
io n iá |i^ h á d é latifundista. Esto es muchísimo más
riotorÍO;en Iós países limítrofes más importantes que
el nucstrÓ.^^fih d‘c cuentas el imperialismo ha some­
tido a sus aliados; explota a todas las masas traba­
jadoras de Bolivia y pone en grave peligro de muerte
a la pequeña burguesía, que constantemente se prole­
tariza.
370 PARTIDO OBRERO REVOLUCION ARIO

A pesar de todos los factores que hemos ano­


tado, las campiñas y todas las regiones agrarias, están
indudablemente subordinadas a las ciudades, lo que
demuestra la dominación directa de los privilegios ca­
pitalistas en todos los ámbitos de la República; estan­
do rezagada a segundo plano la dominación de los
privilegios feudales (o más exactamente, la servidum­
bre precapitalista) que se caracteriza por el predomi­
nio del campo sobre la ciudad.
En estos últimos tiempos se ha notado un re­
lativo crecimiento de la industria; el capital indus­
trial, comercial y bancario sigue conquistando el país.
Los planes de nuevas industrias no cesan: se vé que
Bolivia ofrece todavía más posibilidades de ser-explo­
tada. El imperialismo crea nuevas bases de explota­
ción. El proletariado aumenta. Estop factores hacen
que el dominio de la ciudad sobre el cámpo sea mayor.
Inevitablemente el campó sigue a la ciudad. La cues­
tión consiste simplemente en saber qué clase de las
de la ciudad sabrá arrastrar tras de sí al campo. Es
solamente este papel predominante de los privilegios
capitalistas, o el papel predominante de la ciudad so­
bre el campo, — consecuencia de aquél— , lo que per­
mite enfocar seriamente las perspectivas de la hege­
monía del proletariado en la revolución nacional. Co­
mo la producción de tipo capitalista es la que predo­
mina en Solivia, la f uerza del proletariado es infini­
tamente más grande, que la proporción del proletaria­
do en la población total. Por su influencia económica
en este país (industrialmente casi monoproductor), el
proletariado es el centro y nervio principal de nues­
tro sistema económico, al mismo tiempo que— 'econó­
mica y políticamente— representa los intereses rea-
377
PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO

Ies de todos los trabajadores. “ El proletariado a pe­


sar de constituir la minoría de la población total, (o
cuando la vanguardia verdaderamente revoluciona­
ria del proletariado sea la que constituya esta miño­
na) es capaz de derribar a la burguesía y de atraer in­
mediatamente a su lado, numerosos aliados de la ma­
sa de semiproletarios y pequeño-burgueses, los que al
principio jamás se pronunciarán jpor la dominación
del proletariado, ni comprenderán las condiciones y
las tareas de esta dominación; convenciéndose sola­
mente por su experiencia ulterior, de la inevitabili-
dad, justicia y legitimidad de la dictadura proleta­
ria” .
De todas las razones que hemos dado, deduci­
mos, que son imposibles los partidos bipartitos (obre­
ro -. campesinos) ya que los intereses de ambos son
diferentes, porque si fueran los mismos, no habría ne­
cesidad de la alianza de que siempre hemos hablado y
hablaremos, sino simplemente ambos lucharían con­
juntamente por los mismos objetivos. Los problemas
del proletariado se encuentran en la industria y, los
del siervo (indio) en la tierra. La resolución de los
problemas del primero, tiene que llevar consigo forzo­
samente la resolución de los problemas de los segun­
dos; mas la resolución de los problemas de éstos, no
involucra la resolución de los problemas de aquéllos,
l ’or eso, el único que resolverá y ayudará a resolver
los problemas sociales en nuestros días es el proleta-’
liado.
El siervo indígena, tiene en este momento un
óuii'o ferviente deseo: poseer la^tierra, para usufruc­
tuarla y aprovechar el producto de su trabajo, ya que
actualmente lo hacen sus patrones: los grandes y pe­
3x8 PARTIDO OBRERO REVOLUCIO NARIO

queños Medranos ( i ). La toma de los latifundios pol­


ios siervos, para lo que tendrán que valerse de sus pro­
pias organizaciones, los sindicatos, consejos indige-
nales, etc., resolverá el problema de la tierra y con él,
el debatido problema del indio.
El burgués indígena debía haber liquidado los
feudos del campo en su favor (característica de la re­
volución burguesiú ; hoy como el Proletariado será
el que dirija la revolución, liquidará los latifundios en
favor del Estado Obrero, estatizando las tierras, en
las que el aliado campesino tendrá derecho a usufruc­
tuar vitaliciamente, en igualdad de condiciones con
sus compañeros de labor. Con ello el proletariado ha­
brá arrancado las raíces del imperialismo en el campo,
al mismo tiempo que el siervo se libre del pulpo explo­
tador feudal: el terrateniente. En resumen, el Gobier­
no Obrero, habrá estatizado todas las fuentes de ri­
queza inherentes a la vida de la población laboriosa en
general, con lo que sus necesidades quedarán satisfe­
chas, ya que las riquezas se encontrarán en manos de
la colectividad trabajadora.

EL ESTADO Q U E CREARA LA CLASE OBRERA

Un Estado, cualquiera que sea él, es una fuer­


za de dominio y un órgano de represión de una clase
sobre otra: el Estado Obrero Boliviano, será el órga­
no de dominio de la clase proletaria, y de represión
de la clase parasitaria y opresora: la feudal-hurguesa-
imperialista.
(1) T errateniente do la región tropical de Cochabainba. que
perpetró m ultitud de espeluznantes crím enes en las'-personas de ios
trabajadores (indios) enfeudados a sus fincas. '
I'ÁftTIÜO OBRERO REVOLUCIONARIO 378

El Estado actual no da, no puede dar la posibi­


lidad de que por medio de él, los proletarios realicen
su democracia, ni puede servir tampoco al “enlace”
que inevitablemente tendrá que realizarse entre la
ciudad y el campo, o en su forma política, la “ alian­
za” de los obreros y campesinos, porque los obreros
no repitan a tontas y a locas las frases: “ alianza pro­
letaria campesina” , “ enlace del campo y la ciudad” .
En lo que al primer lema se refiere, la realizarán en
los hechos, sirviéndose para ello de la característica
peculiar de nuestros proletarios que salen del campo
para acudir al trabajo industrial, y que en ciertas
épocas del año vuelven al lugar de su procedencia,
para tomar parte en las faenas agrícolas. No se debe
perder de vista esta particularidad, que consiste en
que cierto sector del proletariado boliviano está fuer­
temente enraizado al campo, tanto por su origen y
familia, cuanto por su trabajo agrícola, al cual tiene
que asistir. El proletariado no olvida al realizar esta
alianza, la imperiosa necesidad que el indio tiene de
deshacerse del yugo a que está amarrado su porvenir
triste y sin esperanzas: la tierra en poder del terra­
teniente.
El Estado feudal-burgués - imperialista boli­
viano actual, por su forma y su estructura no puede
servir para que los obreros, por medio de él, controlen
y conduzcan la economía y la política interior y ex­
terior, que son y serán el reflejo de lo que en el mun­
do suceda.
El Estado actual, no es un Estado como el que
la clase obrera requiere: un Estado que, en la misma
medida en que las clases se liquiden, váya perdiendo
su fuerza de coerción, extinguiéndose hasta desapa­
230 PARTIDO OBRERO REVOLUCIO NARIO

recer completamente en el momento en que la socie­


dad socialista integral alumbre con sus luces de bien­
estar, cultura y progreso. No es tampoco un Estado
inerte, capaz de tener firmemente en sus manos la
industria: minas, petróleo, fábricas, transporte, ban­
cos, etc.; impulsando seriamente la producción socia­
lista, socializando la tierra en la medida de sus posi­
bilidades, y estableciendo el monopolio en todas las ra­
mas fundamentales de la economía. Un Estado que
reúna todas estas condiciones primordiales, que el
proletariado necesita, sólo será creado después de que
la quiebra y su consecuente destrucción del Estado
feudal-burgués imperialista sea un hecho.
La clase obrera, dirigida por su partido, al­
canzará a forjar ese Estado que sus necesidades re­
quieren, cuando en el curso de la revolución en gene-
tal y en el momento de la toma del poder en particu­
lar, sus organizaciones se transformen en organismos
estatales.
Si la liberación de la clase obrera, ha de ser
obra de ella misma, el Estado Proletario debe ser su
creación.
TACTICA TO LITICA DEL P. O. R.

El proletariado es una clase antagónica a la de


la burguesía. Su Partido el P. O. R. lucha contra los
partidos de ésta. “ Desde el punto de vista político, no
queremos ningún compromiso que nos arréate en al­
guna forma a ella, ni atarnos a su suerte de ninguna
manera, pues no mezclamos nuestras organizaciones,
ni estandartes ni directa, ni indirectamente, ni por un
día, ni por una hora. No creemos en absoluto que la
burguesía esté dispuesta a sostener una lucha real
PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO ási

contra el imperialismo v a no oponer obstáculos a ios


obreros y a los campesinos. Aliarnos con ella de algu­
na manera, nos sería perjudicial, quebrantaría la lí­
nea general de nuestra lucha contra ella, lucha que no
debe interrumpirse ni siquiera durante un breve pe­
riodo” . No aceptamos aquel argumento de que por el
carácter aprímente y explotador del yugo imperialis­
ta, la feudal - burguesía es revolucionaria y quiere
deshacerse de él. La feudal-burguesra siempre ha ido
con el capital financiero, esto en el fondo, aunque
dientes para afuera proteste contra él. Sabemos que
ellos inclusive nos cantarán loas, para atraparnos en
sus telarañas. Bolivia es una vaca lechera, el imperia­
lismo su dueño y la burguesía indígena, la lechera que
se aprovecha del suero y los bagazos, con parte de los
cuales mantiene a sus perros: los matones, los fascis-
tas y la burocracia en general. Nuestro partido es
completamente opuesto a los de los burgueses: es su
antítesis.
Su política frente a los pequeño-burgueses de­
be ser la misma que ante los campesinos, es decir, el
proletariado debe convertirlos en sus aliados. En am­
bos casos, debe tener muy en cuenta sus necesidades.
El P. O. R. podrá celebrar acuerdos concretos
y provisionales, con las organizaciones de la clase
oprimida en general, por tanto acepta el frente único
clasista, por arriba y por abajo, o sea por las bases y
la dirección, siempre que con ello no comprometa sus
intereses fundamentales.
IM PO R TA N C IA DEL P. O. R. SU R E G IM E N TNTERTOR

No podemos pasar por alto un problema tan


trascendental como es el de la importancia histórico-
332 PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO

social del P. O. R. y el régimen que debe imperar eri


su interior.
En lo que se refiere a la importancia del P.
O. R. afirmamos que “los obreros no podrán triun­
far sin su partido, fuera de él, dejándole de lado o
buscándole un sucedáneo. No negamos la importancia
de los sindicatos, que en cierto período pueden reem­
plazar a los Consejos Obreros, que deben formarse
especialmente en los momentos huelguísticos, para que
allí esté la dirección de ella y ele sus acciones futuras.
Aunque se organizaren conforme a los planos más
modernos y últimos, los obreros no podrán desempe­
ñar un papel decisivo sin su partido, y, menos aun
contra él” . El P. O. R. “ practicando una política jus­
ta, valiente, intransigente y aferrada, desprovista de
toda ilusión sobre los caminos ocultos, podrá crecer
a saltos, madurar y elevarse en poco tiempo al nivel
de las tareas que le incumben; deberá movilizar a las
masas con consignas transitorias, de acuerdo a la tác­
tica inspirada por cada momento determinado, a con­
dición de que ésta en nada se oponga a la estrategia:
el camino al poder” .
En cuanto al régimen interior afirmamos el
reinado de “ una centralización democrática, que im­
plica la posibilidad absoluta para el partido, de discu­
tir, de criticar, de expresar su descontento, de desti­
tuir, de elegir, al mismo tiempo que debe tenerse una
disciplina de hierro en la acción, dirigida con plenos
poderes, por órganos directores elegidos y revocables.
La democracia consiste en la soberanía del partido so­
bre sus organismos. E l centralismo, es una disciplina
consciente, juiciosamente! establecida, que garantice
en cierto modo la combatividad del partido. El partí-
PARTIDO OBRERO REVOLUCIO NARIO m

do y los miembros tendrán la posibilidad de crear, de


discutir, de discernir, no seguir como autómatas a los
de arriba. Por tanto no se podrá colocar al partido
frente a un hecho consumado. Siempre que él sea de
vital importancia, el partido deberá adoptar una re­
solución al respecto” . En resumen, nuestra dirección
será: democrática y colectiva.

E S T A T U T O S D E L P.O.R.

I . — ORGANIZACION

El P.O.R. como organización está sujeta a los


principios fundamentales del centralismo democrático
de la IV I. (sin ser todavía sección nacional de este or­
ganismo, pudiendo llegar a ser, solamente cuando pa­
se a un plano superior de desarrollo orgánico y de in­
fluencia política) que son:
a) .-— Reconocer y acatar la línea política ge­
neral de las resoluciones emanadas de los plenos: con­
ferencias y congresos mundiales de la organización
internacional indicada, aplicándolos a las condiciones
nacionales.
b) .— Todos los órganos del P. desde los se­
cretariados de célula, hasta el C. C. (Comité Central)
son elegidos en reuniones ampliadas, en congresos na­
cionales o regionales, en los ampliados de barrio, etc.
c ) .— Reconocimiento por los órganos inferio­
res de las resoluciones de los organismos superiores.
Sometimiento de .la minoría a la mayoría democrá­
tica. • ,\
En •condiciones ilegales es admisible el nom-
m PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO

tiramiento de los órganos de base por los superiores y


la captación de miembros.
d).— En todas las organizaciones del P.O.R.,
regionales, locales o células, la disciplina más riguro­
sa constituye el deber elemental de todos los militan-
*es. Es necesario hacer una práctica en el P. de la dis­
tribución diaria de trabajo entre sus militantes y aun
la especialización, sin que ésta excluya el trabajo ge­
neral del Partido.
El quebrantamiento de la disciplina determi­
na la aplicación de sanciones que pueden ser: censu­
ra (autocrítica) y su comunicación a la base. Destitu-'
ción de funciones. Exclusión provisional o definitiva.
Los militantes que cayeren en faltas como: de­
lación o roix) de fondos, sabotaje al trabajo, etc., no
tienen derecho de apelación.
La organización del partido debe adaptarse a
las condiciones y a los fines de su actividad. El P.O.R.
debe ser la vanguardia, el ejército director del prole­
tariado, durante todas las fases de su lucha de clases
revolucionaria y durante el período de transición in­
terior hacia la realización del socialismo ese primer
grado de la sociedad comunista. No puede haber una f
forma de organización inmutable y absolutamente
convenida para todos los partidos. Las condiciones de
la lucha proletaria, se transforman sin cesar y en con­
formidad con estas transformaciones, las organiza­
ciones de vanguardia del proletariado deben buscar
así, las nuevas formas convenientes. Las particulari­
dades de cada país, determinan también las formas es­
peciales de organización para los diferentes partidos.
Pero estas diferencias,tienen un cierto límite. La si­
militud de la lucha préletária en los diferentes países
PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO

y en las diferentes fases de la lucha proletaria, cons­


tituye a pesar de todas las particularidades existentes,
un hecho de importancia esencial para el movimiento
revolucionario. Esta similitud es la que dá la base co­
mún de la organización de los partidos de la clase
obrera en el plano internacional. Sobre esta base eS
sobre la que hay que desarrollar la organización de los
partidos y no tender a la fundación de algún nuevo
partido modelo en lugar del qüe ya existe, ó buscar
una forma de organización absolutamente correcta o
de estatutos ideales.
La dirección de la lucha révolucionária supo­
ne en los partidos proletarios y en sus órganos direc­
tores la combinación orgánica de la mayor potencia
de ataque y de la más perfecta adaptación á las con­
diciones cambiantes de- la ltfchá. Uiná büéíiá dirección;
por otra parte, supone de lá manera más absoluta, la
ligazón más estrecha cotí las'masas proletarias. Sid
esta ligazón, el Comité Central tío guiará jamás a las
masas; en el mejor de lós casos no podrá niás que se­
guirlas.
Lá centralización democrátíeá en la organiza­
ción del POR, debe ser una verdadera síntesis, una
fusión de la c'entralizacióií y-dé la dehiocrácia prole­
taria. Esta fusión no puede óbteiiérse más que por la
actividad permanente común, por una. lucha igual­
mente común y pefmánéiíté del conjunto del partido.
(Tesis del 3er. C o n greso 'd e'lál. C. dirigido por L.
yT.)

I I.— M IL IT A N T E S

Para ingresar al PO R y ser militante de él, se


336
PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO

requiere: estar de acuerdo con los principios funda­


mentales que sostiene; con su programa y estatutos,
trabajar activamente en la base y pagar puntualmen­
te sus cotizaciones.
a) .— Los militantes con tres meses de anti­
güedad que no estén atrasados en el pago de más de
cuatro cuotas, tendrán derecho a voto en las resolucio­
nes del P.O.R. Los demás sólo podrán concurrir a las
deliberaciones: se exceptúa a aquellos militantes que
justifiquen su imposibilidad de cotizar normalmente.
b) .— Es obligación inexcusable de los militan­
tes concurrir a las reuniones de los organismos del
partido a las cuales pertenecen. El militante que fal­
te a cuatro reuniones seguidas del organismo a que
pertenezca, o que sin faltar a cuatro seguidas lo ha­
ga habitualmente, podrá ser colocado al margen por
el organismo respectivo o por los superiores, con la
obligación ineludible de cumplir un trabajo determi­
nado hasta rehabilitarse. En caso de no cumplimiento
será excluido sin más trámite.
c) .— Son también obligaciones de los militan­
tes: acatar las resoluciones del POR, sin discutirlas
fuera de la organización. La comunicación o comen­
tario de los problemas internos del PO R en el exte­
rior de él, será considerada como una delación. Asis­
tir a las concentraciones, actos o conferencias y reu­
niones organizadas por el POR. Difundir la propa­
ganda y la prensa del partido. Pertenecer activamente
a su correspondiente organización sindical, cooperati­
va, universitaria o cualesquiera otra, en que deba
desarrollar algún trabajo para el POR. Participar
disciplinadamente en todas las tareas internas del
POR, en el dominio político y de organización.
PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO 587

I I I . — CELULAS

Constituyen la estructura básica del POR. Se


forman en todos los lugares en que hayan tres o más
militantes. Cuando no fuera posible agrupar a los
militantes en células de empresa, que se organizan en
los propios sitios de trabajo, por los obreros de fá ­
bricas, minas, fundos y comunidades, se formarán cé­
lulas de calle o de barrio.
a) .— La célula de empresa es de organización v
preferente. Se basa sobre ella, la vinculación efectiva
del POR con las masas proletarias; en ella se agrupan
los trabajadores de las empresas, tanto en la ciudad
como en el campo. (La célula de calle reunirá a los mi­
litantes que no puedan organizarse de acuerdo con
sus labores propias con vistas a su vinculación y aun
a su transformación en células de empresa).
b) .— Las células elegirán su secretariado-de
tres miembros que será su órgano directivo y que or­
ganizará día a día las reuniones y trabajo de la célu­
la. La tarea fundamental de ésta es, en general, la
efectiva incorporación de los militantes en las luchas
de la clase obrera y de los campesinos, manteniendo
a sus miembros constantemente en el conocimiento y
discusión de todas las resoluciones de los organismos
superiores y de la orientación política del POR.
c) .— Las tareas de las células, en particular,
son: Organización de la agitación y propaganda, ven­
ta del periódico y folletos del P O R ; realización de to­
das las tareas sindicales, políticas y de organización
que se le encomienden y que ella misma determine.-
2) Reclutamiento de nuevos militantes y su educación
revolucionaria. 3) Empadronamiento de simpatizan-
3SÜ PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO

tes. 4) Administración del periódico de fábrica cu las


células de empresa.
d).— Lag células como organismos del PO R
no podrán jamás justificar su inactividad por carecer
de instrucciones concretas. Deben plantearse siempre
una actividad práctica y realizarla inmediatamente.
En las reuniones de las células deben estudiarse to­
das las cuestiones que interesen al POR, haciendo las
correspondientes informaciones y observaciones a los
organismos superiores.
Las críticas deberán realizarse siempre con un
espíritu revolucionario, crítica honrada y constructi­
va, que sirva para elevar e l nivel político del P.O.R.
y no para rebajarlo.

IV .— FRACCIONES SIN D IC A LES

Los militantes del Partido tienen la obligación


de organizarse en fracciones dentro de las organiza­
ciones de masas, para penetrarlas y dirigirlas desde
adentro.
a) .— La fracción tendrá un secretariado com­
puesto por un secretario general, otro de finanzas y
otro sindical. I-as fracciones dependerán de la comi­
sión sindical regional o local.
b) .— La fracción sólo"tratará los asuntos que
interesen a su lucha sindical, no pudiendo plantear­
se en ella, cuestiones políticas o internas del POR.
c) .— Las fracciones son órganos auxiliares
del partido, para desarrollar en la organización de
masa la conciencia revolucionaria. Deben reunirse re­
gularmente y con anterioridad a las reuniones sindi­
cales para preparar mejor y distribuirse labores.
PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO

d).— Sus decisiones son obligatorias pava


aquellos militantes que habiendo sido citados, no asis­
tieran a las reuniones de la fracción.

V.— CO M ITES REGIONALES Y LOCALES

El POR en las regiones dirigirá por medio de


un Comité Regional (C. R).
La dirección y control de todo el trabajo en su
área de acción estará a cargo del C. R. que dará di -
lectivas a los organismos de base y también a las frac­
ciones sindicales.
a) .— Los C. R. serán elegidos por los congre­
sos- regionales que se realizarán anualmente. •
b) .— El número de miembros del C. R. será
de cinco para una región compuesta de cincuenta mi­
litantes, aumentándose un miembro por cada cien
nuevos militantes.
c) .— El trabajo del POR en las ciudades y
pueblos pequeños será dirigido por el C. Local (C .L )
El C. L. será elegido por una reunión general de c é ­
lulas y se compondrá de tres miembros.
d ) <— En las sedes de! C. R. no se elegirá C.L.
e) .— En las ciudades extensas el C. R. divi­
dirá a los militantes por barrios, con sus respectivas
direcciones (Comité de Barrio) centralizando éstas
en su seno.
El C. de B. debe intensificar el reclutamiento
cic los militantes, la organización celular, informár
constantemente a los organismos superiores y aplicar
las directivas que éstos impartan.
f) .— El C. R. y C. L. tendrán en todo caso
una comisión política, encargada de la propaganda y
340 PARTIDO ODRERO REVOLUCIONARIO

agitación de las consignas del POR, y una comisión


de organización encargada del trabajo sindical y pro­
piamente de organización,

V I.‘— • C O M ITE CENTRAL

El C. C. se compondrá de siete miembros elegi­


dos por el Congreso Nacional del Partido.
a ).— Si los miembros del C. C. infringen la
disciplina o incurren en graves faltas contra el POR,
rl C. C. convocará a una conferencia nacional para
acordar la sanción correspondiente y que regirá has­
ta el próximo Congreso Nacional.
. b).— De entre los miembros elegidos para in­
gresar ai C. C., el Congreso Nacional elegirá el Sirio.
Gral. del C. C. que será el militante de mavor respon­
sabilidad del POR.
En caso de imposibilitarse el Strio. Gral., el ti.
C. elegirá un Secretario suplente o definitivo, según
el caso.
c) .— El C. C. se dividirá en dos comisiones;
política y de organización. Tendrá además un secre­
tariado que integrarán el S. G. y dos miembros del
C. C. El S. G. tendrá que asistir a ambas comisiones.
d) .— La Comisión Política estará encargada
del trabajo propiamente político, del parlamentario,
de la agitación y propaganda, educación de los mili­
tantes, prensa, relaciones internacionales y todas las
demás cuestiones que digan con la vida política del
partido.
e) .— La comisión de organización del C. C.
estará encargada de las cuestiones de organización
interna del POR, del trabajo sindical, campesino,
PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO 391

agrupaciones juveniles, centros deportivos, etc., etc.


Además estará encargada de la subcomisión de finan­
zas que podrá ser integrada por militantes no perte­
necientes al C. C.
f) .— El Secretariado del C. C. estará encar­
gado de la preparación de la tabla de las sesiones, de
las comisiones de los plenos del C. C. El secretariado
y las comisiones sesionarán por lo menos una vez a
la semana y el pleno se convocará una vez cada diez
días. El Secretariado atenderá también la correspon­
dencia y el archivo.
En caso de emergencia el Strio. Gral. puede
convocar a reuniones extraordinarias.
g) .— Sólo podrán ser elegidos al C. C. los mi­
litantes que coticen regularmente y tengan más de
tres meses de antigüedad y de permanencia en el tra­
bajo activo del Partido. El C. C. podrá invitar a sus
sesiones, con derecho a vos, aquellos militantes que
por su responsabilidad estime conveniente.

V II.---- CONGRESO N A CION A L

a) .— El Congreso Nacional es la suprema ins­


tancia del Partido.
Es convocado por el C. C. que informará con
la debida anticipación a las bases, para la discusión,
tesis e informes.
b) .— Cada organismo está en la obligación de
mandar delegados. El número de éstos delimita el
C. C. y su nombramiento se efectuará después del
estudio meditado de la orden del dia presentada por el
C. C. Se procurará integrar en las delegaciones a los
representantes de las opiniones diferentes.
392 FARTIDQ OBRERO REVOLUCIONARIO

c ) .— El Congreso discute las actividades del


PO R y de su Comité Central. Resuelve las cuestiones
de programa, tesis, táctica y de organizaciones del
partido.
d) .— Sus decisiones son obligatorias para ca­
da militante, células, C. de B., C. L., C. R. y C. C.
f) .— El Congreso Nacional debe ser convo­
cado por lo menos cada año. En el lapso transcurrido
entre uno y otro se realizarán Conferencias Naciona­
les.
g) .— Un Congreso Nacional extraordinario
puede convocarse si las circunstancias lo hacen indis­
pensable.

NOTA t -
t§*t«UÍeJa-«ágina.
INDICE
Pág.
El Pensam iento Político de una etapa de transición histó_
r i c a .............................................................................................. 5
Motivos de esta e d ic ió n ............................................................... 11
El Partido L ib e r a l......................................................................... 15
Program a del Partido L i b e r a l .................................................. 17
P artido Republicano G e n u in o ..................................................... 69
Program a del P artido Republicano G e n u in o .......................... 71
P artido Republicano S o c ia lis ta .................................................. 97
/P ro g ra m a Republicano S o c ia lis ta .............................................. 99
Partido de la Falange Socialista B o liv ia n a ............................. 131
P rogram a de Principios ¿Qué es F . S. B . ? .......................... 133
Declaración de Principios de Acción Social Democrática .. 141
Movimiento N acionalista R e v o lu c io n a rio ............................... 145
Principios y Acción del Movimiento N aconalista R e v o l... . 147
Partido de la Izquierda R e v o lu c io n a ria .................................. 181
Prólogo a la segunda e d ic ió n ..................................................... 183
Introducción y P ro g r a m a ............................................................. 186
Program a de Principios de la F . XJ. B ..................................... 297
Tesis, central de la Federación. Sindical de Trabajadores
Mineros de Bolivla ................................................................ 314
Partido O brero Revolucionario ................................................. 359
Program a del P artido Obrero R e v o lu c io n ario ..................... 364

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