Vous êtes sur la page 1sur 53

155969809

33. DEFINICIÓN. CONCEPTO.


El art. 1323 cc "habrá compra y venta cuando una
de las partes se obligue a trasferir a la otra la propiedad de una cosa, y ésta se obligue a
recibirla y pagar por ella un precio cierto en dinero"
El art. 450 Código de Comercio "la compraventa mercantil es un contrato por el cual
una persona, sea o no propietaria o poseedora de la cosa objeto de la convención, se
obliga a entregarla, o a hacerla adquirir en propiedad a otra persona, que se obliga por
su parte, a pagar un precio convenido, y la compra para revenderla o alquilar su uso".

34. SUJECIÓN A LA LEY Y JURISDICCIÓN MERCANTILES.


Para q la venta se de carácter mercantil el comprador debe adquirir la cosa para
revenderla o alquilar su uso,
el art. 451.
. En esa perspectiva, tenemos las siguientes situaciones:
a) venta comercial y compra también comercial; b) venta comercial y compra no
comercial; c) venta no comercial y compra comercial.
La venta es comercial cuando el vendedor ha adquirido la cosa con la intención de
lucrar o especular con su enajenación, bien sea en el mismo estado o después de darle
otra forma de mayor o menor valor (art. 8 Ver Texto, inc. 1, C.Com.)
La compra es mercantil cuando el comprador adquiere la cosa con el propósito de lucrar
o especular con su venta o locación posteriores (arts. 8 Ver Texto, inc.
el art. 7 Ver Texto, C.Com., si un acto es comercial para una sola de las
partes, todos los contrayentes quedan sujetos a la ley mercantil.
consecuencias respecto del cumplimiento del contrato, asaber:
a) si no se hubiese estipulado plazo para la entrega de la cosa, el vendedor estará
obligado a tener a disposición del comprador la cosa vendida dentro de las 24 horas
siguientes al contrato (art. 464 Ver Texto, C.Com.), y no el día que el comprador lo
exija, como dispone el art. 1409 Ver Texto, C.Civ., si la compraventa es regida por la
ley civil; b) si no se ha establecido fecha del pago del precio, el comprador goza del
término de 10 días para efectivizarlo (art. 464 Ver Texto, 2º párr., C.Com.) y no deberá
pagar en el tiempo y lugar en que se entrega la cosa, como dispone el art. 1424 Ver
Texto, C.Civ.; c) el término de prescripción de la acción para reclamar el pago de las
mercaderías vendidas sin documento será de dos años en virtud del art. 849 Ver Texto,
C.Com., y no de un año, como dispone el art. 4035 Ver Texto, inc. 4, C.Civ., para la
obligación de pagar a los mercaderes, tenderos o almaceneros que hubieran vendido
efectos a otros que no lo son .
Es comercial la compraventa de cosas muebles cuando la contraparte reviste carácter de
comerciante y la operación en cuestión corresponde al giro del negocio
Tratándose de la compraventa entre un comerciante y otro que no lo es, la ley aplicable
es la mercantil. Por tanto, rige el art. 453 2º párr., C.Com., que remite en
punto a los efectos de la nulidad a lo dispuesto en el art. 1050 Ver Texto, C.Civ., y sus
concordantes (Cám. C.C., II, Mercedes, LL, 1984-A, 168, con nota de R. F. Garrido).
El ánimo de lucro o especulación debe existir al momento de celebrar el contrato, sin
que importe que existiendo tal ánimo, el comprador luego reserva la cosa para sí, o a la
inversa, si no teniendo ánimo de lucro, luego la revenda a mayor precio. En el primer
caso habrá compraventa mercantil; en el segundo, no
Si bien la producción de cerdos híbridos es de calificación jurídica imprecisa, se ha
5. CARACTERES.
El con3trato de compraventa mercantil es típico (o nominado), consensual, bilateral (o
sinalagmático), oneroso y conmutativo. II. Ofertas al público.
Según el art. 454 Ver Texto, C.Com., las ofertas indeterminadas contenidas en
prospectos o circulares, no obligan a quien las ha hecho. Cabe entender que la regla
legal es aplicable cuando el prospecto o circular es sólo una invitación dirigida a
estimular el deseo de adquisición en el público, motivándolo a procurarse más
precisiones y detalles sobre las mercaderías, precios y condiciones que se ofrecen
. En cambio, si la circular precisa el precio, la cantidad y calidad y tiene una firma
auténtica, ológrafa o en facsímil, que puede individualizarse, debe considerarse
obligatoria para quien la realiza si el destinatario, indeterminado al momento de
realizarla, queda individualizado mediante la respectiva aceptación
el juez en definitiva deberá resolver según lascircunstancias del caso, poniendo
prudencia y moderación en la determinación de losalcances de la obligación resultante
de una oferta semejante , condicionando el
efecto vinculante, II. Ofertas al público.
Según el art. 454 Ver Texto, C.Com., las ofertas indeterminadas contenidas en
prospectos o circulares, no obligan a quien las ha hecho. Cabe entender que la regla
legal es aplicable cuando el prospecto o circular es sólo una invitación dirigida a
estimular el deseo de adquisición en el público, motivándolo a procurarse más
precisiones y detalles sobre las mercaderías, precios y condiciones que se ofrecen
. En cambio, si la circular precisa el precio, la cantidad y calidad y tiene una firma
auténtica, ológrafa o en facsímil, que puede individualizarse, debe considerarse
obligatoria para quien la realiza si el destinatario, indeterminado al momento de
realizarla, queda individualizado mediante la respectiva aceptación
el juez en definitiva deberá resolver según lascircunstancias del caso, poniendo
prudencia y moderación en la determinación de losalcances de la obligación resultante
de una oferta semejante , condicionando el
efecto vinculante, II. Ofertas al público.
Según el art. 454 Ver Texto, C.Com., las ofertas indeterminadas contenidas en
prospectos o circulares, no obligan a quien las ha hecho. Cabe entender que la regla
legal es aplicable cuando el prospecto o circular es sólo una invitación dirigida a
estimular el deseo de adquisición en el público, motivándolo a procurarse más
precisiones y detalles sobre las mercaderías, precios y condiciones que se ofrecen
. En cambio, si la circular precisa el precio, la cantidad y calidad y tiene una firma
auténtica, ológrafa o en facsímil, que puede individualizarse, debe considerarse
obligatoria para quien la realiza si el destinatario, indeterminado al momento de
realizarla, queda individualizado mediante la respectiva aceptación
el juez en definitiva deberá resolver según lascircunstancias del caso, poniendo
prudencia y moderación en la determinación de losalcances de la obligación resultante
de una oferta semejante , condicionando el
efecto vinculante, II. Ofertas al público.
Según el art. 454 Ver Texto, C.Com., las ofertas indeterminadas contenidas en
prospectos o circulares, no obligan a quien las ha hecho. Cabe entender que la regla
legal es aplicable cuando el prospecto o circular es sólo una invitación dirigida a
estimular el deseo de adquisición en el público, motivándolo a procurarse más
precisiones y detalles sobre las mercaderías, precios y condiciones que se ofrecen
. En cambio, si la circular precisa el precio, la cantidad y calidad y tiene una firma
auténtica, ológrafa o en facsímil, que puede individualizarse, debe considerarse
obligatoria para quien la realiza si el destinatario, indeterminado al momento de
realizarla, queda individualizado mediante la respectiva aceptación
el juez en definitiva deberá resolver según lascircunstancias del caso, poniendo
prudencia y moderación en la determinación de losalcances de la obligación resultante
de una oferta semejante , condicionando el
efecto vinculante, II. Ofertas al público.
Según el art. 454 Ver Texto, C.Com., las ofertas indeterminadas contenidas en
prospectos o circulares, no obligan a quien las ha hecho. Cabe entender que la regla
legal es aplicable cuando el prospecto o circular es sólo una invitación dirigida a
estimular el deseo de adquisición en el público, motivándolo a procurarse más
precisiones y detalles sobre las mercaderías, precios y condiciones que se ofrecen
. En cambio, si la circular precisa el precio, la cantidad y calidad y tiene una firma
auténtica, ológrafa o en facsímil, que puede individualizarse, debe considerarse
obligatoria para quien la realiza si el destinatario, indeterminado al momento de
realizarla, queda individualizado mediante la respectiva aceptación
el juez en definitiva deberá resolver según lascircunstancias del caso, poniendo
prudencia y moderación en la determinación de losalcances de la obligación resultante
de una oferta semejante , condicionando el
efecto vinculante, II. Ofertas al público.
Según el art. 454 Ver Texto, C.Com., las ofertas indeterminadas contenidas en
prospectos o circulares, no obligan a quien las ha hecho. Cabe entender que la regla
legal es aplicable cuando el prospecto o circular es sólo una invitación dirigida a
estimular el deseo de adquisición en el público, motivándolo a procurarse más
precisiones y detalles sobre las mercaderías, precios y condiciones que se ofrecen
. En cambio, si la circular precisa el precio, la cantidad y calidad y tiene una firma
auténtica, ológrafa o en facsímil, que puede individualizarse, debe considerarse
obligatoria para quien la realiza si el destinatario, indeterminado al momento de
realizarla, queda individualizado mediante la respectiva aceptación
el juez en definitiva deberá resolver según lascircunstancias del caso, poniendo
prudencia y moderación en la determinación de losalcances de la obligación resultante
de una oferta semejante , condicionando el
efecto vinculante, II. Ofertas al público.
Según el art. 454 Ver Texto, C.Com., las ofertas indeterminadas contenidas en
prospectos o circulares, no obligan a quien las ha hecho. Cabe entender que la regla
legal es aplicable cuando el prospecto o circular es sólo una invitación dirigida a
estimular el deseo de adquisición en el público, motivándolo a procurarse más
precisiones y detalles sobre las mercaderías, precios y condiciones que se ofrecen
. En cambio, si la circular precisa el precio, la cantidad y calidad y tiene una firma
auténtica, ológrafa o en facsímil, que puede individualizarse, debe considerarse
obligatoria para quien la realiza si el destinatario, indeterminado al momento de
realizarla, queda individualizado mediante la respectiva aceptación
el juez en definitiva deberá resolver según lascircunstancias del caso, poniendo
prudencia y moderación en la determinación de losalcances de la obligación resultante
de una oferta semejante , condicionando el
efecto vinculante, II. Ofertas al público.
Según el art. 454 Ver Texto, C.Com., las ofertas indeterminadas contenidas en
prospectos o circulares, no obligan a quien las ha hecho. Cabe entender que la regla
legal es aplicable cuando el prospecto o circular es sólo una invitación dirigida a
estimular el deseo de adquisición en el público, motivándolo a procurarse más
precisiones y detalles sobre las mercaderías, precios y condiciones que se ofrecen
. En cambio, si la circular precisa el precio, la cantidad y calidad y tiene una firma
auténtica, ológrafa o en facsímil, que puede individualizarse, debe considerarse
obligatoria para quien la realiza si el destinatario, indeterminado al momento de
realizarla, queda individualizado mediante la respectiva aceptación
el juez en definitiva deberá resolver según lascircunstancias del caso, poniendo
prudencia y moderación en la determinación de losalcances de la obligación resultante
de una oferta semejante , condicionando el
efecto vinculante, II. Ofertas al público.
Según el art. 454 Ver Texto, C.Com., las ofertas indeterminadas contenidas en
prospectos o circulares, no obligan a quien las ha hecho. Cabe entender que la regla
legal es aplicable cuando el prospecto o circular es sólo una invitación dirigida a
estimular el deseo de adquisición en el público, motivándolo a procurarse más
precisiones y detalles sobre las mercaderías, precios y condiciones que se ofrecen
. En cambio, si la circular precisa el precio, la cantidad y calidad y tiene una firma
auténtica, ológrafa o en facsímil, que puede individualizarse, debe considerarse
obligatoria para quien la realiza si el destinatario, indeterminado al momento de
realizarla, queda individualizado mediante la respectiva aceptación
el juez en definitiva deberá resolver según lascircunstancias del caso, poniendo
prudencia y moderación en la determinación de losalcances de la obligación resultante
de una oferta semejante , condicionando el
efecto vinculante,
a) Típico (o nominado).
b) Consensual.
el contrato de compraventa mercantil queda perfeccionado por el
solo consentimiento de las partes)
La compraventa es un contrato consensual, por lo que produce sus efectos propios desde
el momento en que las partes manifestaron su consentimiento
c) Bilateral (o sinalagmático
a compraventa mercantil es un contrato bilateral, en tanto las partes se obligan
recíprocamente la una hacia la otra
d) Oneroso.
la prestación de una de las partes se da en razón de la
contraprestación que promete o ejecuta la otra (724) .
Esta característica de la compraventa deriva directamente de su carácter de contrato
bilateral
e) Conmutativo.
La compraventa es un contrato naturalmente conmutativo, porque cada una de las
partes, en el mismo acto de la formación del contrato, pueden, estimativamente,
determinar las ventajas o beneficios que podrán obtener. Por excepción, la compraventa
puede no tener carácter conmutativo, y ser aleatorio , como ocurre cuando las
ventajas económicas quedan sometidas a un riesgo mayor
a) Capacidad. Incapacidades.
Como todo contrato, el de compraventa sólo puede llevarse a cabo, válidamente, por
personas con capacidad genérica y específica requerida por la ley.
I. Principio general.
A) se requiere en el vendedor capacidad para disponer de sus bienes y en el comprador
capacidad para obligarse;
B) se determina que la capacidad es la regla general y la incapacidad es la excepción;

Art. 1.357. Toda persona capaz de disponer de sus bienes, puede vender cada una de las
cosas de que es propietaria; y toda persona capaz de obligarse, puede comprar toda clase de
cosas de cualquiera persona capaz de vender, con las excepciones de los artículos siguientes
II. Incapaces de hecho.
Son incapaces de hecho para comprar o vender, por sí, aun cuando puedan hacerlo por
medio de sus representantes: A) las personas por nacer; B) los menores impúberes; C)
los dementes; D) los sordomudos que no saben darse a entender por escrito; E) los
inhabilitados; F) los penados; G) en principio también lo son los menores adultos, aun
cuando en determinadas circunstancias se les reconoce capacidad laboral o profesional
(733) ; H) asimismo, ellos adquieren capacidad para contratar cuando forman una
sociedad de hecho con los padres para explotar determinado comercio, aunque ella se
limita a los actos relativos a ese comercio, exclusivamente (734) .

III. Incapacidades de derecho.

Art. 1.358. El contrato de venta no puede tener lugar entre cónyuges, aunque hubiese
separación judicial de los bienes de ellos.

Art. 1.361. Es prohibida la compra, aunque sea en remate público, por sí o por interpuesta
persona:

1° A los padres, de los bienes de los hijos que están bajo su patria potestad;

2° A los tutores y curadores, de los bienes de las personas que estén a su cargo y comprar
bienes para éstas, sino en los casos y por el modo ordenado por las leyes;

3° A los albaceas, de los bienes de las testamentarias que estuviesen a su cargo;

4° A los mandatarios, de los bienes que están encargados de vender por cuenta de sus
comitentes;

5° A los empleados públicos, de los bienes del Estado, o de las Municipalidades, de cuya
administración o venta estuviesen encargados;

6° A los jueces, abogados, fiscales, defensores de menores, procuradores, escribanos y


tasadores, de los bienes que estuviesen en litigio ante el juzgado o tribunal ante el cual
ejerciesen, o hubiesen ejercido su respectivo ministerio;

7° A los Ministros de Gobierno, de los bienes nacionales o de cualquier establecimiento


público, o corporación civil o religiosa, y a los Ministros Secretarios de los Gobiernos
de Provincia, de los bienes provinciales o municipales, o de las corporaciones civiles o
religiosas de las provincias.

II. Ofertas al público.


Según el art. 454 Ver Texto, C.Com., las ofertas indeterminadas contenidas en
prospectos o circulares, no obligan a quien las ha hecho. Cabe entender que la regla
legal es aplicable cuando el prospecto o circular es sólo una invitación dirigida a
estimular el deseo de adquisición en el público, motivándolo a procurarse más
precisiones y detalles sobre las mercaderías, precios y condiciones que se ofrecen
. En cambio, si la circular precisa el precio, la cantidad y calidad y tiene una firma
auténtica, ológrafa o en facsímil, que puede individualizarse, debe considerarse
obligatoria para quien la realiza si el destinatario, indeterminado al momento de
realizarla, queda individualizado mediante la respectiva aceptación
el juez en definitiva deberá resolver según lascircunstancias del caso, poniendo
prudencia y moderación en la determinación de losalcances de la obligación resultante
de una oferta semejante , condicionando el
efecto vinculante, por ejemplo, a que la aceptación sea inmediatamente de haber
recibido la oferta o que ella contenga rigurosas precisiones sobre las cosas
ofrecidas , o cuando contiene dibujos de los objetos a entregar que incluye el
catálogo o prospecto , porque en tales casos no se comprendería las razones de la
minuciosidad de la oferta, ni el sentido de ella en quien la efectúa en función de su
calidad de comerciante, cuyo fin esencial es conseguir compradores de los productos
ofrecidos .
Distinto es el caso de la oferta al público permanente (783) mediante la exposición de
los objetos o mercaderías en vidriera con indicación del precio, pues el hecho de entrar
el comprador al establecimiento y pedir o tomar la mercadería implica la consumación
de la aceptación de la oferta, no siendo ya posible que el comerciante pueda revocarla o,
lo que es lo mismo, negarse a efectuar la entrega de la mercadería (784)
III. Algunos casos de aceptación de la oferta.
la compraventa es un contrato consensual, que se perfecciona
por el solo consentimiento de las partes (art. 1140 Ver Texto, C.Civ.),
aceptada la oferta de una parte por la otra parte y, por tanto, concretado el vínculo, en
los siguientes casos: A) recepción de la cosa y pago del precio, por el comprador; B)
retiro de la mercadería por el comprador y aceptación de la factura correspondiente; C)
firma por el comprador de la nota de pedido; D) aceptación por carta o telegrama en el
cual se detalla calidad de la mercadería, precio y lugar de entrega; E) recibo por la
gerencia de una suma a cuenta de precio de las mercaderías ofrecidas por esa empresa;
F) firma de una solicitud de compra de una agencia de venta de automotores, en la cual
se detalla las características del vehículo usado que se toma a cuenta de precio; etc.
c) La cosa.
El Código de Comercio no trae reglas generales sobre las cosas que pueden ser objeto
de las obligaciones resultantes del contrato de compraventa mercantil, que tiene por
objeto la trasferencia de la propiedad de ellas y el pago del
precio convenido , limitándose a establecer algunas normas específicas, por lo que
corresponde aplicar las reglas legales que trae el Código Civil, en lo que resulten
pertinentes ) .
la compraventa mercantil puede versar sobre todas las cosas que tengan valor, con
excepción de las que se hallan expresamente prohibidas por la ley en razón de las
mismas cosas o de las personas que intervengan
en lo comercial se a establecido q la compra venta mercantil solo
comprender cosas muebles, abarcando en esa expresión la moneda metálica, títulos de
los fondos públicos, acciones de compañía y papeles de crédito comerciales, debiendo
agregarse a ellos la compraventa de papeles de crédito civiles efectuada con propósito
de especular , fondos de comercio , los elementos materiales que lo integran
la electricidad, los instrumentos públicos y privados donde se adquieren
derechos personales o creditorios y los que comprobaren la existencia de derechos
reales sobre muebles.
II. Bienes inmateriales.
La trasmisión de los bienes que no son cosas (bienes incorporales), en rigor, no
constituye jurídicamente una compraventa, sino una cesión; pero los preceptos y
principios que la rigen son los de aquélla, como que en realidad se trata de una
compraventa
según la cesión sea a título oneroso o a título gratuito, le serán aplicables las reglas de la
compraventa, de la permuta o de la donación
Son aplicables las reglas de la compraventa en el caso de la cesión parcial de un
derecho, pues el cesionario se constituye en cotitular del cedente
III. Inmuebles.
El cod de com excluye, expresamente, a los inmuebles y a los muebles
accesorios a ellos como susceptibles de compraventa comercial.
El Código Civil determina las cosas muebles a las cuales, en razón de su accesión a un
bien raíz, se las considera inmuebles por accesión: "...las cosas muebles que se
encuentran realmente inmovilizadas por su adhesión física al suelo, con tal que esta
adhesión tenga el carácter de perpetuidad"(accesión física)
Art 2315 cc; "Son también inmuebles las cosas muebles que
se encuentran puestas intencionalmente como accesorias de un inmueble, por el
propietario de éste sin estarlo físicamente" (accesión moral).
Art 2322 cc: "Las cosas muebles, aunque se hallen fijadas en un edificio, conservarán
su naturaleza de muebles cuando están adheridas al inmueble en mira de la profesión del
propietario, o de una manera temporaria
art. 451 inc. 1, 2ªparte, C.Com., establece q las cosas muebles accesorias a un bien
raíz,cuando son accesorias, a su vez al comercio, para prepararlo o facilitarlo, pueden
enajenarse mediante una compraventa mercantil .
IV. Objetos para consumo.
La compra de objetos para el consumo del comprador no es comercial (art. 451 inc. 2,
C.Com.) porque falta el espíritu de lucro o especulación en el adquirente
El espíritu de especulación debe existir al momento de la compra; por eso la reventa,
con beneficio, de lo que se compró sin ese propósito, no da a la compraventa carácter
comercial, aunque tal enajenación ulterior dé ganancia, porque la primera intención es la
que vale
A las compras y ventas realizadas por comerciantes se las presume comerciales, salvo
prueba en contrario (art. 5 C. Com.) .
Asimismo, no es comercial la reventa que hace cualquier persona del resto de los
acopios que hizo para consumo personal. Sin embargo, si es mayor la cantidad que
vende que la que hubiese consumido, se presume que obró en la compra con ánimo de
revender, y se reputa mercantil la compra y la venta (art. 452 inc. 5,
C.Com.) .
El art. 452 inc. 2, C.Com., excluye como comercial a la compra de objetos destinados al
consumo del comprador, pero supone el caso de que el vendedor hubiere hecho la venta
con ánimo especulativo seria un acto de comercio
No es comercial la compraventa de cosa mueble si la adquisición fue para uso o
consumo personal del adquirente siendo considerada tal la compra de cosas que
requiere la alimentación del adquirente la compraventa
El ánimo de lucro o especulación debe existir al momento de celebrar el contrato, sin
que importe que existiendo tal ánimo, el comprador luego reserva la cosa para sí, o a la
inversa, si no teniendo ánimo de lucro o especulación, luego la revenda a mayor precio.
En el primer caso habrá compraventa mercantil; en el segundo, no
No se considera mercantiles a las ventas que hacen los labradores y hacendados de los
frutos de sus cosechas y ganados (art. 452 inc. 3, C.Com.).
la compra a los hacendados o agricultores puede ser comercial o civil,
según el adquirente lo haga con la finalidad de especular con la reventa posterior de
esos productos agrícola-ganaderos (807) .
VII. Cosas ajenas.
A) Venta de cosa ajena., el Código de Comercio
establece que la compraventa de cosa ajena es válida (art. 453 Ver Texto, 1er. párr.).
, el art. 1330 , C.Civ., permite la consolidación
de la venta de la cosa ajena cuando el propietario la ratifica, y también cuando el
vendedor resulta, ulteriormente, sucesor universal o singular del propietario de la cosa
vendida; este último caso se da cuando quien, habiendo vendido una cosa ajena, la
adquiere posteriormente..
El art. 453 reconoce la validez de la operación cuando éste ignora que la cosa que
adquiere es ajena, esto es, obra de buena fe; la buena o mala fe del vendedor es
indiferente (812) ;
su obligación consiste en entregar al comprador la cosa vendida, adquiriéndola del
dueño, consiguiendo que éste entregue directamente al comprador o ratifique la venta; si
teniéndola en su poder el vendedor la entrega al comprador, éste nada puede reclamarle
en tanto no sea privado de ella por el propietario
el art. 2412 , C.Civ., que establece una prescripción
instantánea para el poseedor de buena fe de una cosa mueble, salvo que haya sido
robada o perdida , y aun así, si la adquirió en una venta pública o en casa de venta
de objetos semejantes, el propietario está obligado a reembolsarle el precio que hubiese
pagado (arg. art. 2768 C.Civ.) .
Si el vendedor no entrega la cosa ajena que vendió o si, habiéndola entregado, el
comprador es privado de ella por acción del propietario, debe indemnizar al comprador
por los daños y perjuicios que le cause tal incumplimiento del contrato (art. 453
C.Com.).
Cuando el comprador tiene conocimiento de que la cosa que adquiere es ajena, la
compraventa es nula (art. 453 2º párr., C.Com.), pues ni jurídica ni moralmente se
concibe que a sabiendas pueda pactarse la
compraventa cuya finalidad es la trasferencia de dominio de una cosa que no le
pertenece al vendedor.
En este último supuesto no sería aplicable el beneficio del art. 2412 C.Civ.,
dado que la posesión de la cosa mueble no sería de buena fe, como exige la regla legal
citada para hacerla irreivindicable.
Si el adquirente fuera de buena fe, no rige el art. 2765 , C.Civ., se aplica la
norma expresa del art. 477 , C.Com., que fija una prescripción breve si el
comprador es de buena fe y poseyó la cosa durante tres años, sea que el verdadero
dueño haya estado ausente o presente.
B) Promesa de venta de cosa ajena.
Dispone el art. 453 3er. párr., C.Com., que la promesa de venta de cosa ajena
es válida; en tal caso el vendedor estará obligado a adquirirla y entregarla al comprador,
so pena de daños y perjuicios.
lo que convienen no es la venta y
consiguiente entrega de la cosa; el compromiso que toma una de las partes es efectuar
más adelante la venta, para lo cual debe previamente adquirir la cosa si el promitente no
cumple su
obligación debe indemnizar al cocontratante;

VIII. Venta de cosa futura. Ventas aleatorias.


A) Venta de cosa futura.
El contrato de compraventa debe tener como requisito esencial una
cosa actual, porque si la cosa hubiera dejado de existir al momento de la formación del
contrato, éste es de ningún efecto (art. 1328 Ver Texto, inc. 1, C.Civ.); lo propio ocurre
si la cosa nunca ha existido o no existirá, ya que en esos casos la convención será nula
por falta de un requisito específico (arg. arts. 953 Ver Texto y 1172 Ver Texto, C.Civ.)
sin emb el legislador ha contemplado la
posibilidad de contratar la venta de una cosa futura, sujeta a la condición suspensiva de
que ella llegue a existir: la venta de la cosa esperada
2. Naturaleza jurídica. - Se trata de una venta condicional en la cual el vínculo
contractual queda perfeccionado desde el mismo momento que el vendedor presta su
consentimiento, obligándose a entregar en propiedad la cosa y el comprador a pagar el
precio convenido por ello, sometiendo sus respectivas obligaciones al hecho futuro e
incierto de que la cosa, efectivamente, llegue a existir. Para el caso de que la cosa no
llegue a existir, el contrato no produce efecto jurídico alguno (arts. 1327 Ver Texto y
1173 Ver Texto, C.Civ.).
3. Efectos. , los efectos del contrato quedan
bajo la condición suspensiva de que la cosa esperada llegue a adquirir existencia real, de
lo que se sigue que tratándose de un contrato conmutativo, si la cosa no llega a existir,
ni el vendedor está obligado a entregar la cosa ni el comprador a pagar su precio.
B) Ventas aleatorias.
la venta es aleatoria cuando se venden cosas
futuras, asumiendo el comprador el riesgo de que no llegasen a existir, en todo o en
parte. También tiene carácter aleatorio la venta de una cosa existente, pero sujeta a
riesgos, cuando el comprador se hace cargo de dicho riesgo (arts. 1332 y
1404 a 1407, C.Civ.).
2. Venta de la esperanza. - una compraventa en la cual el
comprador paga el precio convenio asumiendo el riesgo de que la cosa que el vendedor
se obliga a entregarle en propiedad llegue o no a existir; (art. 1132 Ver Texto, C.Civ.).
La venta de la esperanza Se diferencia de la venta de la cosa esperada en razón de que
en esta última el comprador sólo debe pagar el precio convenido si la cosa llega a
existir, pues la circunstancia de que ella alcance existencia real es la condición
suspensiva para queel vendedor quede obligado a entregarla al comprador y éste a pagar
el precio. En cambio, en la venta de la esperanza , el contrato de compraventa queda
perfeccionado y las obligaciones resultantes son exigibles desde ese mismo momento,
pues el comprador debe pagar el precio convenido y el vendedor entregar la cosa si ella
llega a existir; si ello no ocurre, habiendo asumido el riesgo el comprador, nada recibirá,
pues en ello radica el carácter aleatorio del contrato.
Como una consecuencia directa de esa diferencia esencial en la emptio spei
-compraventa de carácter aleatorio- el precio es sensiblemente inferior al que se fija en
la emptio rei sperata -contrato de carácter conmutativo, sometido a condición
suspensiva- , aun cuando versen sobre una cosa de igual especie y calidad, pues tal
disminución en el precio se funda en el riesgo asumido por el comprador, ya que en el
primer caso, reiteramos, el adquirente tiene que entregar el precio aun cuando la cosa no
llegue a existir, mientras que en el segundo, sólo estará obligado a hacerlo si la cosa,
efectivamente, llegare a existir.
la venta de la cosa esperada (emptio res sperata) se rige por las normas
relativas a las obligaciones condicionales (arts. 527 Ver Texto y ss., y art. 1173 Ver
Texto, C.Civ.), la venta de la esperanza (emptio spei) en su carácter de venta de carácter
aleatorio se rige por los arts. 1404 Ver Texto y ss., C.Civ.
c) Naturaleza jurídica. se trata de una venta que cuenta con carácter aleatorio y tiene la
estructura ylos requisitos esenciales -genéricos y específicos- de este contrato de
cambio; y aun siendo incierta y futura la existencia de la cosa, el contrato y las
obligaciones que de él surgen permanecen firmes y eficaces, razón por la cual el
comprador está obligado al pago del precio, aunque la cosa no llegue a existir.
d) Extensión de los riesgos.
I. Riesgo de que la cosa exista o no. en su totalidad, el vendedor tendrá derecho a todo
el precio (art. 1404 Ver Texto, C.Civ.). Por natural implicancia y conforme a las normas
generales en materia de obligaciones, el comprador no deberá pagar el precio cuando
haya existido culpa o dolo por parte del vendedor (art. 1404 Ver Texto, in fine), quien
además deberá atender los daños yperjuicios resultantes de su conducta ilícita (art. 581
Ver Texto, in fine, C.Civ.).
II. Riesgo de que la cosa exista en mayor o menor cantidad. Si el comprador asumió el
riesgo de que la cosa no llegare a existir en cualquier cantidad,, aunque sea
parcialmente, el vendedor tendrá derecho a cobrar todo el precio (art. 1405 Ver Texto,
1er. párr.). si la cosa no llegare a existir, aunque más no sea parcialmente, el
comprador no está obligado a pagar el precio, puesto que, en rigor, no habrá venta por
falta de objeto, y si el vendedor hubiera recibido ya el precio, deberá restituírlo (art.
1405 inc. 2). Siendo aplicable, los principios generales en materia de obligaciones, en
caso de que hubiera existido culpa o dolo del vendedor.
si de su conducta ilícita hubiera resultado deterioro o pérdida parcial de la cosa,
el comprador tendrá derecho a exigir una cosa equivalente, con más la indemnización de
daños y perjuicios. O recibir la cosa en el estado en que se halla, con reducción
proporcional del precio, con más los daños y perjuicios resultantes (arg. art. 581 C.Civ.)
3. Venta de cosas existentes, sujetas a riesgos.
Si la venta fuese aleatoria por haberse vendido cosas existentes sujetas a algún riesgo
(art. 1332 C.Civ.), asumido por el comprador , el vendedor
tendrá derecho a percibir todo el precio, aunque la cosa hubiera dejado de existir en todo
o en parte en el día del contrato (art. 1406, C.Civ.).
por lo que a) el comprador debe conocer el riesgo y asumirlo. b)
Cuando el riesgo derive de un vicio oculto y ninguna de las partes lo conociera, rigen
los principios generales y el comprador tiene derecho a accionar por vicios redhibitorios
(art. 2173 C.Civ.). c) Si sólo el vendedor conocía el riesgo y lo ocultó, su
conducta dolosa hace nulo el contrato. d) Para que el contrato aleatorio produzca plenos
efectos se requiere que el riesgo asumido por el comprador no haya sucedido ya, al
momento de concertar el contrato, provocando la destrucción total o parcial de la cosa, o
que habiendo ocurrido sea ignorado por las partes, porque si el vendedor conocía el
resultado del riesgo, al que la cosa estaba sujeta al tiempo de realizar la venta, tal
contrato no tiene para él carácter aleatorio, y al poner en conocimiento del comprador
esa circunstancia, éste puede solicitar la nulidad de la convención, probando la conducta
dolosa de la contraparte (arts. 1407 2065 , C.Civ.) .
IX. Determinación de la cosa.
El Código Civil establece q las cosas a que los contratos se refieren deben ser
determinadas o susceptibles de determinación (arts. 1170 y concs., C.Civ.).
La cosa será determinada cuando sea cierta; ello ocurre:
1) cuando se ha suministrado los datos suficientes para su precisa individualización
(arg. art. 1332 2º párr., C.Civ.); o 2) cuando siendo incierta (o fungible) se
ha determinado su especie y cantidad (art. 1332 3er. párr.). Si no se hubiere
establecido la cantidad, será necesario que ella haya sido dejada al arbitrio de un
tercero; si éste no quisiese, no pudiese o no llegase a determinarla, lo podrá hacer el
juez, por sí o por medio de peritos (art. 1171 C.Civ.); o 3) cuando la venta
sea de una especie de bienes designados, aunque en la venta se comprenda todo lo que
el vendedor posee (art. 1335 C.Civ.);
hay indeterminación de la cosa y, por tanto,
la venta es inválida : 1) cuando las partes no determinasen la cosa o no
estableciesen datos para determinarla (art. 1333 1er. párr.), o 2) cuando se
vendiesen todos los bienes presentes o futuros, o una parte de ellos (art. 1334 , C.Civ.).
El fundamento de la regla legal radica en que se ha juzgado que resulta
imposible determinar cuáles bienes se han vendido en realidad, y, eventualmente, cuáles
están excluídos de la venta
d) El precio.
El precio debe reunir las
siguientes características: debe ser en dinero, determinado o determinable, y serio.
I. Precio en dinero.
Pese a que el art. 450 Ver Texto, C.Com., no contiene la exigencia de que el precio sea
en dinero, hay acuerdo entre los autores que ello es un requisito esencial para la
existencia de la compraventa (. art. 1323 C.Civ.) .
Cuando en reemplazo del precio en dinero, el adquirente debe entregar otra cosa se
tratará de permuta (art. 1485, C.Civ.), y no de compraventa, aun cuando le
son aplicables los mismos preceptos legales (art. 1492 , C.Civ.). Si hay precio
mixto, esto es, que se acuerde pagar el precio parte en dinero y parte en otra cosa, para
determinar si se trata de una permuta o de una venta, hay que atenerse al mayor valor de
uno u otra; si la cosa tiene un valor superior al dinero, se tratará de permuta, y si es
menor, de venta (art. 1356 C.Civ.). En caso de que los valores fueran
iguales,.Mientras algunos autores entienden que se trata de una permuta , otros autores
sostienen que existe un contrato innominado, que tiene elementos
de compraventa y de permuta . En nuestro concepto, el contrato debe ser calificado
como venta, pues , habrá permuta si es mayor el valor
de la cosa y venta cuando el valor de la cosa es igual o menor
Si el precio es en dinero, habrá venta, y no importa que su pago sea al contado o a
plazos, pues hasta puede consistir en una renta vitalicia que se obliga a pagar el
comprador
Si el precio estuviera pactado en alguna moneda extranjera, que no tiene curso legal en
el país, aun cuando parte de la doctrina considera que se trataría de una compraventa
, estamos frente a una permuta, puesto que la única moneda
que tiene poder cancelatorio es la de curso legal en el país; debiendo juzgarse la
obligación de quien adquiere una cosa pagable en moneda extranjera como de dar
cantidad de cosas (art. 617 , C.Civ.) .
La existencia del precio en dinero debe serlo al momento de celebrar el contrato, sin que
importe que luego las partes acuerden sustituír el pago del precio por otra clase de
prestación, porque ello no cambia la naturaleza originaria de compraventa que tiene el
Para el caso de que se estipulara que el precio se efectivice mediante la realización de
un servicio o la construcción de una obra, estaremos frente a un contrato innominado .
II. Precio determinado o determinable.
el precio debe ser cierto (art. 1349, C.Civ.), esto
es, determinado o determinable;.
se debe considerar que hay precio cierto e
idóneo para ser tenido por requisito esencial del contrato de compraventa,
A) Cuando las partes lo determinan en una suma que el comprador debe pagar (art.
1349
1349, 2º párr., C.Civ.).
En tal caso,, deberá ser establecido en moneda de curso
legal ; caso contrario, habrá obligación de dar cantidad de cosas (art. 617 C.Civ.) y, por
consiguiente, el contrato será de permuta,
B) Cuando se deje su determinación al arbitrio de terceros (arts. 459 459, C.Com., y
1349 1349, 3er. párr., C. Civ.).
Las partes pueden convenir que el precio sea determinado por terceros, uno o varios
(arg. arts. 1350 1351, C.Civ.); también pueden las partes designar a una
persona para que nombre al tercero que en definitiva fijará el precio (845) .
Si la designación es plural, y las personas designadas no se ponen de acuerdo para la
fijación del precio, la venta queda sin efecto por carecer de un requisito esencial (art.
1350 C.Civ.);, si no tienen autorización expresa de las partes, , no pueden designar a un
tercero para decidir . La solución es idéntica
cuando habiendo sido nombrados varios terceros, uno de ellos no quiere o no puede
cumplir con el encargo (art. 459 Ver Texto, 2º párr., C.Com.) ; si el tercero no
determina el precio, faltará uno de los elementos o en terceras
personas, cabe entender que la venta ha quedado sujeta a una condición suspensiva del
contrato: el
precio; por tanto, no habrá compraventa. El pacto en contrario, al cual alude el art.
459in fine, C.Com., sólo podrá evitar tal efecto si se arbitra la forma de fijar el
precio ante la negativa del tercero;
Aceptado el encargo por el tercero, contrae la obligación de cumplirlo, y si no lo hace
incurrirá en la responsabilidad emergente de la culpa in contrahendo y deberá
indemnizar a las partes por los perjuicios que su actitud les ocasione (850) .
Pactándose la fijación de un tercero sin designarlo en el contrato, pueden 1) Una de las
partes se niega a concurrir a la designación. 2) Las partes no se ponen de acuerdo en la
designación: la
compraventa quedará sin efecto por falta de un requisito esencial: el precio (852) . 3) El
tercero designado no puede o no quiere fijar el precio: vendedor y comprador deben
proceder a una nueva designación . Pero en ningún caso pueden designarlo los
tribunales a pedido de uno o de otro, pues no pueden suplir el consentimiento de las
partes .
"Fijado el precio por la persona que debe designarlo -dispone el art. 1352 Ver Texto,
C.Civ.-, los efectos del contrato se retrotraen al tiempo que se celebró".
C) Cuando la determinación lo sea con referencia al precio de otra cosa cierta (art. 1349
1349, 4º párr., C.Civ.).
se da cuando las partes fijan como precio de la cosa vendida el mismo que se
pague por una cosa cierta y determinada que individualizan perfectamente, sea o no de
la misma especie que la cosa vendida
D) Cuando las partes lo refiriesen al precio corriente en plaza (art. 1353 1353, C.Civ.).
El comprador y el vendedor, en el momento de concretar el contrato, pueden establecer
que el precio es el corriente. el que resulte del libre
juego de las leyes de la oferta y la demanda existente en el mercado del lugar donde se
realiza el contrato o del mercado correspondiente al lugar más próximo (arts. 732
y 1353 , C.Civ.)
Si no se pudiera determinar el precio corriente, el valor de los efectos deberá ser
establecido por peritos.
En el caso de que no hubiera acuerdo sobre el precio corriente por existir diversidad de
precios en el mismo día de la realización del contrato, ha de estarse al precio promedio
resultante al final de la jornada (arg. art. 458 Ver Texto, in fine, C.Com.).
si la venta se efectúa
bajo la modalidad "a fijar precio" sobre cosas que tienen su cotización en el mercado,
cabe entender que existe precio cierto, esto es, que se trata del precio corriente en plaza
al momento de realizarse el contrato .
E) Cuando se entrega la cosa vendida, sin fijación previa del precio (art. 458
C.Com.).
si las partes no fijan un precio
determinado o determinable, el contrato es nulo por falta de un requisito esencial (art.
1355 C.Civ.); sin embargo, si se entrega la cosa vendida, aunque en el
instrumento del contrato no conste precio, se entiende que las partes se sujetaron al
precio corriente en el día y lugar de la entrega (art. 458 C.Com.).
La presunción que fija la regla legal es iure et de iure, por lo cual no puede ser destruída
por prueba contraria; ello surge de los propios términos de la norma, que en forma
precisa lo establece para el supuesto de que en el instrumento del contrato no se fije un
precio , y lo mismo para el caso de duda, en que se debe aplicar el art. 1354 Ver
Texto, C.Civ..
III. Precio serio.
no debe ser simulado, ficticio o irrisorio
Será precio simulado cuando se aparenta pagarlo, pero en realidad no se lo hace
efectivo; en tal caso el contrato es nulo por falta de un requisito esencial. Lo propio
ocurre cuando se fija un precio ficticio, pues también existe simulación, ya que el
vendedor o no recibe el precio o recibido lo remite inmediatamente: en ambos casos
carece de la intención de requerirlo, o retenerlo
precio irrisorio, que existe
cuando se fija como prestación a cargo del comprador una suma insignificante, o que
resulta desproporcionadamente baja con relación al precio real de la cosa que debe
entregar al vendedor.
En los tres casos, el contrato será nulo como compraventa y podrá valer como donación
si concurren las condiciones legales exigidas para ello
Distinto es el caso del precio vil, porque éste es un precio
serio que el comprador verdaderamente se ha comprometido a pagar y el vendedor
efectivamente recibe; debido a ello el contrato de compraventa se perfecciona sin
inconvenientes. Sin embargo hay gran desproporción entre lo que el comprador debe
pagar, con
relación al valor de la cosa que el vendedor debe entregar, puede hacer posible su
revisión, restableciendo la equivalencia de las prestaciones o, en su caso, decretando la
nulidad de la convención
38. EFECTOS DEL CONTRATO.
. OBLIGACIONES DEL VENDEDOR.
Las obligaciones y deberes que el contrato de compraventa pone a cargo del vendedor
son:
a) debe conservar la cosa vendida en el estado en q se encontraban al tiempo de
perfeccionarse el contrato :
si la cosa se pierde o deteriora por causa no imputable al vende dor , el contrato qda
resuelto y debe devolver el precio al comprador en caso de q lo halla pagado
si la cosa se pierde por causa imputable al vendedor debe entregra otra cosa
equivalente o su valor determinado por arbitros o dar una rebaja proporcional dela
precio en caso de deterioro parcial de la cosa y el comprador aceptase recibirlo en ese
estado
b) Entregar la cosa vendida con todos sus accesorios
c)debe entregar al compraador una factura de la cosa vendida y entregada , con el recibo
al pie , del precio o de la parte q hubiera cobrado y si el comprador no la observa dentro
de los 10 dias se presume q hay cuenta liquida (art 474ccom)
d)debe soportar los gastos de estreno de la cosa vendida hasta ponerla , pesarla y
medirla a discos del comprador
e) debe abstenerse de realizar actos q de cualquier forma perturben o perjudiquen al
adquiriente del negocio cedido
f) debe responder por los vicos ocultos de la cosa deferidas a al calidad de la cosa y q
afecten su valo r, la hagan inadecuada o la desnaturalicen
obligaciones de comprador
debe recibir y pagar la cosa
puede recibir la cosa en forma directa o por otra persona en tiempo y lugar convenido o
donde se halle la cosa en el tiempo de la venta .
si la cosa ofrecida no fuera de la calidad y cant indicadaza , o no se ofreciera en lugar y
tiempo convenido o contuviera vicios o defectos aprecibles pude reusarse recibirlas y
en tal caso el vendedor deberá depositarlo judicialmente previo conocimiento de peritos
notificándole al comprador (470 ccom). Si el comprador rechaza la cosa y vendedor no
la hace depositar s presume q consiente en la rescincion del contrato
derechos del vendedor
accion de nulidad por vicios del consentimiento relativo a la entidad a la entidad de la
persona o a su capacidad legal
Dd de retencion hasta el pag el precio
Puede reinvindicar la cosa , en caso de quiebra del comprador
Dd del comprador si el vendedor no cumple con lom establecido , el comprador tiene
Dd a optar e/ la resol del contrato o exigir cumplimiento
La resol se produce ipso iure , s/ necesidad de accion judicial si la condicion resoluoria
ha sido expresamt estalecida en el contrato
Tiene la accion de nulidad del contrato por vicio de consentimiento
La accion rehibiditoria q le permite una reparacion equitativa por la menor utilidad q
ofrece la cosa al comprador
Tine accion de garantia q le asegura la posesión tranquila de la cosa

E/GA DE LA COSA: LUGAR Y PLAZO l


La transferencia de la cosa puede efectuarse por la e7ga material de la cosa (tradición
material)o x tradición simbólica q pone al comprador en la posibilidad de disponer de
aquella , s/ darle la posesión material .
La entrega de la cosa vendida debe hacerse, en principio, en el lugar donde las partes
hubieran acordado; a falta de estipulación expresa, esa entrega debe efectuarse en el
lugar donde se hallaba la cosa al tiempo de realizarse la venta;
. Si por las circunstancias del caso no es posible aplicar las reglas enunciadas, el lugar
de entrega será el domicilio del vendedor al tiempo del cumplimiento de la obligación
de entrega (Art. 747 C.C.).
Cuando se designa como lugar de entrega de la cosa vendida el domicilio del vendedor
y éste lo cambiara posteriormente, el comprador puede exigir dicha entrega en el lugar
del primer domicilio o en el nuevo (arts. 748 CC)
. En el caso de que el comprador que debe recibir la cosa comprada no estipulase un
lugar determinado o una persona cierta que debe recibirla en su nombre, la entrega que
se haga de ella en su domicilio importa la entrega efectiva de los efectos vendidos
En caso de q no se haya estipulado un plazo p/ la e/ga de los efectos vendidos ni en el
pago de su precio ,estará obligado el vendedor a tener a disposición de comprador la
cosa vendida dentrote un lapso de 24 hs sig al contrato (art 474 ccom)
El comprador no pude exigir la e/ga de los efectos vendidos ni el pago de su precio
salvo convencion particular
III. Tradición real o simbólica.
hay tradición cuando una de las partes
entregare voluntariamente una cosa y la otra voluntariamente la recibiere. Sin embargo,
tal concepto se ve flexibilizado por otras disposiciones del ordenamiento positivo de las
cuales cabe entender que habrá tradición cuando el vendedor pone al comprador en
condiciones de disponer por sí o por otro como dueño de las cosas adquiridas.
La tradición puede llevarse a cabo en forma real o simbólica; esta última, se concreta
por ciertos actos inequívocos que sin consistir en la entrega
material y efectiva de ellas, permite poner al comprador en condiciones de disponerlas.
También se puede llevar a cabo por la entrega del título o por la forma que los usos
comerciales del lugar donde se debe entregar la cosa lo admitan (art. 461 Ver Texto,
C.Com.).

El Código de Comercio legisla sobre algunos supuestos de tradición simbólica; en el


Art. 463. Se considera tradición simbólica, salvo la prueba contraria en los casos de error,
fraude o dolo:

1° La entrega de las llaves del almacén, tienda o caja en que se hallare la mercancía u
objeto vendido;
2° El hecho de poner el comprador su marca en los efectos comprados en presencia del
vendedor o con su consentimiento;

3° La entrega o recibo de la factura sin oposición inmediata del comprador;


4° La cláusula: por cuenta, puesta en el conocimiento o carta de porte, no siendo reclamada
por el comprador dentro de veinticuatro horas, o por el segundo correo;
5° La declaración o asiento en el libro o despacho de las oficinas públicas a favor del
comprador, de acuerdo de ambas partes.

V. Plazo de entrega.
A) Cumplimiento.
Cuando los contratantes no hubieran estipulado plazo para la entrega de los efectos
vendidos y el pago de su precio, estará obligado el vendedor a tener a disposición del
comprador la cosa vendida dentro de las 24 horas siguientes a la realización del contrato
(art. 464 C.Com.).
El plazo convencional puede ser expreso o tácito; este último resultará en muchos casos
de los usos y costumbres del comercio en el ramo de que se trate. Cuando no haya plazo
expreso y de la intención presunta de las partes no resulte uno implícito, habrá que estar
al consagrado por el uso mercantil, y sólo en último término al de veinticuatro horas que
fijado; el Código Civil, en su art. 1427 también establece, en
defecto de plazo convencional, el que fuese de uso local
El comprador gozará del término de diez días para pagar el precio de los efectos, pero
no podrá exigir la entrega sin dar al vendedor el precio, en el acto de verificarse aquélla
(art. 464 2º párr., C.Com.);.
B) Incumplimiento.
Cuando el vendedor no entregare los efectos vendidos en el plazo estipulado, expresa o
tácitamente, o el que resulte de los usos del comercio (art. 464 C.Com.),
podrá el comprador solicitar rescisión del contrato, o exigir su cumplimiento, con los
daños y perjuicios procedentes de la demora, o pedir autorización para comprar en
plaza, por cuenta del vendedor, una cantidad igual de los mismos objetos . Sin
embargo, cuando la falta de la entrega de los efectos vendidos proceda de que hubiesen
perecido, o se hubiesen deteriorado por accidentes imprevistos, sin culpa del vendedor,
cesa toda responsabilidad por parte de éste, y el contrato queda rescindido de derecho,
devolviéndose el precio al comprador (art. 467 Ver Texto, C.Com.).
referida diferencia (910) ..
2. Cuando la demora autoriza a pedir la rescisión. - Si tomamos el art. 467 Ver Texto,
C.Com., en sus términos literales, podría concluírse que basta el vencimiento de todo el
plazo y cualquier demora, por insignificante que sea, para que el comprador pueda
solicitar la rescisión. Empero, el espíritu del precepto es otro: autorizar la rescisión
cuando la demora en la entrega de los efectos, vencido el plazo, es de tal importancia
que significa por parte del vendedor el incumplimiento de sus obligaciones; debe, pues,
tenerse en cuenta en cada caso concreto si el plazo constituye una modalidad esencial,
cuyo incumplimiento autorice al comprador a oponerse a la entrega de los efectos y
solicitar la rescisión. Tal la interpretación que la doctrina y la jurisprudencia han dado a
este artículo, al manifestar que el plazo estipulado en los contratos mercantiles puede ser
normal y especial o esencial: sólo cuando se trata del segundo el comprador puede pedir
la rescisión; si el plazo es normal, únicamente corresponde indemnización por daños y
perjuicios ocasionados por la mora (911) . Si la demora es insignificante y no afecta los
derechos del comprador, cabe entender que éste no puede negarse a recibir la
mercadería por tal motivo
3. Pérdida o deterioro de la cosa. -
en la parte final del art. 467C.Com., el caso de cumplimiento imposible por pérdida de
la cosa: destrucción, hurto, extravío, etc., adoptando la solución que contempla el
derecho
común (arg. art. 578 Ver Texto, C.Civ.).
En cambio, la que establece para el caso de deterioro sin culpa del vendedor se aparta de
lo dispuesto por el Código Civil (arts. 580 Ver Texto y 1328 Ver Texto), puesto que da
por rescindido de derecho el contrato, mientras que este último otorga al comprador
opción para aceptar la cosa deteriorada con disminución equivalente del precio.
Para el supuesto de que el deterioro de la cosa sea por culpa del vendedor rige el art.
471 Ver Texto, C.Com., precepto que tratamos más adelante (913) y que no hace más
que aplicar los principios generales en materia de incumplimiento de las obligaciones e
indemnización de perjuicios a cargo del deudor..
VI. Entregas parciales.
Cuando el comprador haya contratado la compra por junto de una cantidad determinada
de efectos, aunque sean de distintos precios, pero sin designación de partes o lotes que
deban entregarse en épocas distintas, no puede ser obligado a recibir una porción bajo
promesa de entregarle posteriormente lo restante (art. 468 1er. párr., C.Com.,
y y a la inversa, si se pide la entrega de
las mercaderías en lotes, que deben ser embarcados en distintos plazos, el comprador no
puede ser obligado a recibirlos en una sola remesa. Pero si se ha convenido que la
mercadería sería embarcada en dos remesas sin indicar el tiempo a mediar entre una y
otra, el vendedor cumple aunque las envíe en una sola (914) .
O, en otras palabras, que el vendedor, como principio general, tiene la obligación de
entregar todos los efectos conjuntamente, aun cuando en el contrato se haya fijado un
precio distinto para cada efecto. Por natural implicancia, el comprador tiene derecho a
rechazar entregas parciales y, en su caso, solicitar el cumplimiento o la rescisión del
contrato.
Para el caso de que el comprador, espontáneamente, accediera a recibir una parte, queda
irrevocablemente consumada la venta, en cuanto a los efectos que recibió, aun cuando el
vendedor falte a la entrega de los demás efectos, salvo, por lo que toca a éstos, la opción
que le concede el art. 467 Ver Texto, C.Com. (915) .
Sólo resta evidenciar aquí que el comprador no puede obligar al vendedor a que le
entregue parcialmente los efectos adquiridos, pero para el caso de que ello suceda,
también queda irrevocablemente consumada la venta respecto de las mercaderías
recibidas, quedando en favor del vendedor el derecho de exigir el cumplimiento del
contrato o pedir su rescisión por la parte restante (916) ..
VII. Prueba de la entrega.
La prueba de la entrega de la cosa vendida queda a cargo del vendedor, y si bien se
puede utilizar cualquier medio de prueba para ello, en caso de que hubiera una factura
conformada por el comprador (art. 474 Ver Texto, C.Com.), en principio, la prueba
testifical sería ineficaz para modificar las constancias de ese documento.
.
II) Vicios ocultos.
El art. 473 Ver Texto, C.Com., las resultas de los vicios
internos de la cosa vendida, que no pudieren ser percibidos por el reconocimiento que se
haga al tiempo de la entrega, serán de cuenta del vendedor durante un plazo cuya
fijación quedará al arbitrio de los tribunales, pero que nunca excederá de los seis meses
siguientes a la entrega. Pasado ese término, queda el vendedor libre de toda
responsabilidad a ese respecto.
Código Civil que se aplican en materia mercantil.
El Código Civil, en su art. 2164 Ver Texto, define a los vicios redhibitorios como los
defectos ocultos de la cosa existentes al tiempo de la adquisición, que la hagan impropia
para su destino, si de tal modo disminuyen el uso de ella, que de haberlos conocido el
adquirente no la habría adquirido, o habría dado menos por ella.
De la regla legal surgen las condiciones que deben coexistir para que exista
responsabilidad por parte del vendedor: 1) que los vicios sean ocultos; 2) que existan al
momento de la adquisición; 3) que sean de tal importancia que hagan a la cosa impropia
para su destino o que de tal modo disminuyan su uso que de haberlos conocido el
comprador, o no la hubiera comprado o habría pagado un precio menor.
Las partes pueden, por disposición expresa en el contrato, atribuír el carácter de vicios
redhibitorios a ciertos vicios, defectos o deficiencias que no encuadran en el precepto
antes citado, razón por la cual la garantía redhibitoria tiene lugar aunque no se exprese,
cuando el enajenante firmó positivamente en el contrato que la cosa está exenta de
defectos, o que tenía ciertas calidades, aunque al adquirente le fuese fácil conocer el
defecto o la falta de la calidad (art. 2167 Ver Texto, C.Civ.), es decir, que en ese caso la
garantía está implícita (930) .
De otro lado, las partes pueden restringir, renunciar o ampliar su responsabilidad por
vicios redhibitorios, siempre que no haya dolo en el enajenante (art. 2166 Ver Texto,
C.Civ.), así como que la estipulación en términos generales de que el enajenante no
responde por vicios redhibitorios de la cosa, no lo exime de responder por el vicio
redhibitorio del cual tenía conocimiento y no declaró al adquirente (art. 2169 Ver Texto,
C.Civ.), porque la ley no puede amparar el dolo del vendedor. Sin embargo, si éste
informó al adquirente, excluyendo o limitando su responsabilidad, el dolo desaparece y
la cláusula limitativa debe ser observada (931) . Pero si el adquirente conocía los vicios
redhibitorios o debía conocerlos por su profesión y oficio, el enajenante está libre de
responsabilidad (art. 2170 Ver Texto, C.Civ.) y, en este caso, no hay necesidad de que
los vicios sean aparentes (932) .
El comprador que descubre vicios redhibitorios en las cosas adquiridas tiene la opción:
esto es, dejar sin efecto el contrato, devolviendo la cosa al vendedor y restituyendo éste
el precio cobrado, mediante la acción redhibitoria o rescisoria, o exigir que disminuya el
precio, por medio de la acción estimatoria o quanti minoris (art. 2174 Ver Texto,
C.Civ.). Intentada una de ellas, no puede con posterioridad iniciar la otra, pues son
excluyentes una de otra (art. 2175 Ver Texto, C.Civ.).
La prueba de que el vicio existía al tiempo de la adquisición queda a cargo del
adquirente; en defecto de tal prueba se juzga que el vicio sobrevino después (arts. 2164
Ver Texto y 2168 Ver Texto, C.Civ.).
Cuando el vendedor conocía o debía conocer, por razón de su oficio o arte, los vicios o
defectos ocultos de la cosa y no los manifestó al comprador, éste, si opta por la rescisión
del contrato, puede reclamar indemnización por los daños y perjuicios sufridos; ello se
funda en la mala fe del vendedor; en cambio, si éste fuera de buena fe, el comprador
sólo tiene derecho a la restitución del precio (art. 2176 Ver Texto, C.Civ.) (933) .
Si por causa de los vicios redhibitorios la cosa se pierde, se pierde para el vendedor, que
debe restituír el precio al comprador; siendo la pérdida sólo parcial, el comprador puede
devolverla en el estado en que se halla y el vendedor debe devolver el precio percibido
(art. 2178 Ver Texto, C.Civ.). Aunque la cosa se pierda por falta o culpa del comprador,
éste tiene derecho al menor valor de ella por vicios redhibitorios (art. 2179 Ver Texto,
C.Civ.); ello es debido a que el precio ha sido dado como si el objeto estuviera exento
de vicios, y si el vendedor no devolviera lo que exceda del menor valor de la cosa a
consecuencia del vicio, habría un pago sin causa (934) .
La acción redhibitoria es indivisible, por lo cual ninguno de los herederos del adquirente
puede ejercerla por sólo su parte, pero puede demandarse a cada uno de los herederos
del enajenante (art. 2181 Ver Texto, C.Civ.).
B) Plazo para el ejercicio de la acción.
En lugar de establecer un plazo preciso, como el Código Civil, que fija tres meses, el
Código de Comercio (art. 473 Ver Texto) lo deja librado al arbitrio de los tribunales,
determinando sólo el máximo: seis meses.
El alcance del precepto, es, en nuestro concepto, el siguiente: el plazo legal es de seis
meses, pero a pedido del vendedor -el comprador difícilmente accionará en tal sentido,
pues tiene interés en la mayor amplitud-, los tribunales, según la naturaleza de los
efectos y demás circunstancias del caso, pueden fijar uno menor; en defecto de
ocurrencia a los tribunales, el plazo es de seis meses, contado desde la entrega de las
mercaderías. Se ha de entender que el plazo de marras es de prescripción, y no de
caducidad.
Sólo resta señalar aquí que discrepamos del criterio que impuso al comprador que
sospecha la existencia del vicio redhibitorio la obligación de pedir a los tribunales que
se fije el término dentro del cual puede accionar, pues de lo contrario pierde el derecho
que le otorga el art. 473 Ver Texto, C.Com., ya que sólo podría reclamar, se dijo, dentro
de los tres días que establece el art. 472 Ver Texto, C.Com., el cual, como vimos,
contempla una situación distinta: existencia de vicios aparentes (935) .
El plazo que establece el art. 473 Ver Texto, sólo puede empezar a correr después de
vencido el término de duración de la garantía de buen funcionamiento del aparato
vendido otorgada por el vendedor, pues la vigencia de la cláusula de garantía importa
suspender el plazo de subsistencia de la acción, a menos que hubiera pacto expreso en
contrario (936) .

f) Responder por la evicción de la cosa comprada.


El vendedor debe responder ante el comprador por la evicción de la cosa enajenada (art.
1414 Ver Texto, C.Civ.); como el Código de Comercio guarda silencio sobre el tema,
rigen la especie los preceptos respectivos del Código Civil, que a continuación
consideramos brevemente (937) .
I) El vendedor tiene la obligación de responder por evicción cuando exista una
turbación o pérdida, en todo o en parte, del derecho de propiedad, goce o posesión de la
cosa adquirida por el comprador, siempre que ello se origine en una causa o título
anterior o contemporáneo a la compraventa y sea ignorado por el adquirente (arts. 2091
Ver Texto y 2105 Ver Texto, C.Civ.).
El vendedor responde por evicción aun cuando nada se hubiera pactado en el contrato
de compraventa (art. 2097 Ver Texto, C.Civ.), y las partes pueden modificar sus efectos,
aumentándola, disminuyéndola y aun suprimiéndola (art. 2098 Ver Texto, C.Civ.).
II) Tanto el comprador como sus sucesores, a título universal o singular, pueden deducir
la acción por evicción contra quien le vendió la cosa, o contra los anteriores
propietarios-vendedores, sin necesidad de demandar previamente a aquél y luego a
éstos, puesto que tiene el ius eligendi y puede ir directamente contra alguno de los
anteriores vendedores (art. 2109 Ver Texto, C.Civ.) (938) .
III) La finalidad de la citación de evicción al vendedor es para que éste intervenga en el
juicio que el tercero ha iniciado contra el comprador, y en caso de que éste fuera
vencido por el mejor derecho del tercero, atienda la indemnización por todos los daños
y perjuicios resultantes (arts. 2108 Ver Texto, 2110 Ver Texto y 2111, C.Civ.).
IV) Si la evicción es total y el comprador es privado de la cosa, el vendedor debe
restituír al comprador el precio recibido por él, sin intereses, aunque la cosa haya
disminuído el valor, sufrido deterioro o pérdidas parciales, por caso fortuito o fuerza
mayor (art. 2118 Ver Texto, C.Civ.), salvo que el comprador hubiera aprovechado de
ese deterioro o disminución (art. 2124 Ver Texto, C.Civ.) (939) .
También el vendedor deberá pagar al comprador las costas del contrato y del juicio, así
como el valor de los frutos, cuando éste tenga que restituírlos al verdadero dueño y los
daños y perjuicios que la evicción le causare (art. 2119 Ver Texto, C.Civ.). Empero, el
comprador no podrá reclamar ningún gasto si venció en el juicio o no citó a él al
vendedor; sin embargo, en este último caso, si el comprador demostrara que era inútil
resistir al tercero, en su condición de verdadero dueño, el vendedor deberá atender, no
sólo la obligación que resulte de la evicción, sino, además, los gastos del juicio (940) .
Asimismo, el vendedor debe al comprador los gastos hechos en reparaciones o mejoras
que no sean necesarias cuando él no recibiese, de quien lo ha vencido, ninguna
indemnización o sólo obtuviese una indemnización incompleta (art. 2120 Ver Texto,
C.Civ.). Sin embargo, sólo el vendedor de mala fe debe las mejoras voluntarias que
hubiera hecho el comprador a la cosa (art. 2123 Ver Texto, C.Civ.).
El importe de los daños y perjuicios sufridos por la evicción se determinará por la
diferencia del precio de la venta con el valor de la cosa el día de la evicción, si su
aumento no nació por causas extraordinarias (art. 2121 Ver Texto, C.Civ.), es decir, al
momento en que se operó la reinvidicación (941) .
Si el vendedor conocía el peligro de la evicción al tiempo de la venta, y obró de mala fe,
ocultando esa circunstancia al comprador, éste tiene la opción de reclamarle el importe
del mayor valor de la cosa o la restitución de todas las sumas desembolsadas, incluídas
las mejoras voluntarias (art. 2123 Ver Texto, C.Civ.) (942) .
V) Si la evicción fuera sólo parcial, el comprador tiene la opción de demandar una
indemnización proporcional a la pérdida sufrida, o exigir la rescisión del contrato
cuando la parte de lo adquirido que le han quitado o la carga que resultare fuere de tal
importancia, respecto de la totalidad de lo comprado, que sin ella no hubiere adquirido
la cosa (art. 2125 Ver Texto, C.Civ.); en el primer caso la indemnización por la evicción
sufrida se determina por el valor al tiempo de la evicción, de la parte que el comprador
ha sido privado, sino fuera menor que el que correspondería proporcionalmente,
respecto del precio total de la cosa comprada. Si fuera menor, la indemnización será
proporcional al precio de la compra (art. 2127 Ver Texto, C.Civ.).
VI) en caso de evicción total, además de la acción por daños y perjuicios el comprador
puede tener, en algunos casos, la acción por cumplimiento del contrato de compraventa,
si es que el vendedor se halla en condición de cumplir las obligaciones a su cargo.
Como ocurre en el supuesto de la venta de cosas genéricas, puesto que en ese caso
deberá entregar al comprador igual cantidad de cosas del mismo género, y si se trata de
cosas fungibles que tienen un precio corriente, puede procurarse su compra
directamente a costa del vendedor (943) .
Si se trata de la venta de una cosa determinada, en principio no se podrá cumplir con el
contrato, porque la cosa pertenece ahora al tercero que la reivindicó, en su condición de
verdadero dueño; sin embargo, hay dos casos en los cuales el vendedor podrá ser
demandado por cumplimiento de contrato: 1) cuando hubiera sucedido en el dominio de
la cosa determinada al verdadero propietario que la reivindicó; 2) si vendida la cosa en
subasta judicial, a consecuencia de la ejecución de algún derecho real, resulta
adjudicatario (944) .

En esos casos, si el precio le hubiera sido devuelto al comprador que demanda, ahora, el
cumplimiento del contrato, éste deberá consignar el importe que le fue reembolsado con
motivo de la evicción total sufrida (art. 2118 Ver Texto, C.Civ.).
., 1969, I, 150.
g) Entregar factura de las cosas vendidas y recibo del precio percibido.
Si el vendedor no la expide espontáneamente, el comprador puede exigir el
otorgamiento de la factura correspondiente a las cosas enajenadas, detallando de manera
precisa su naturaleza, cantidad, calidad, precio, gastos, plazo y lugar de entrega y de
pago.
Si no se declarase el plazo de pago, se presume que la venta fue al contado (art. 474 Ver
Texto, inc. 2, C.Com.). Tal presunción es iuris tantum, puesto que admite prueba en
contrario (945) ; pero cabe entender que ella no juega cuando los usos mercantiles
consagran, en esos casos, un plazo para el pago en las ventas de que se trate (946) .
La factura, a pesar de la defectuosa expresión de la ley (v.gr., art. 474 Ver Texto, 1er.
párr., C.Com.: vendido y entregado), debe extenderse aunque los efectos no hayan sido
entregados aún, pues basta para que pese la obligación sobre el vendedor, que la venta
se haya perfeccionado por el solo acuerdo de voluntades (art. 1140 Ver Texto, C.Civ.).
Si bien la factura es un documento privado emanado del vendedor que se extiende en su
formulario con membrete o sellos del otorgante, generalmente no es firmado por éste;
en la práctica se entrega el original al comprador y éste firma una copia cuando recibe la
mercadería (947) .
En el caso de que el comprador pague una parte del precio, se deja constancia de esa
circunstancia en la factura, bajo la firma del vendedor, o su factor, o su dependiente
autorizado a recibir pagos (948) ; lo propio debería ocurrir si el pago es total, pero en
algunos casos sólo se coloca un sello de "pagado", sin siquiera la firma de quien recibió
el pago.
La factura conformada por el recipiendario de la mercadería vendida es prueba de la
ejecución y entrega de las cosas vendidas; en caso de llenar los recaudos exigidos por la
ley procesal, podrá ser utilizado como título ejecutivo para el cobro de lo adeudado (art.
523 Ver Texto, inc. 5, C.Proc.) (949) .
En muchos casos la factura constituye la única prueba del contrato de compraventa, y en
tal caso, en principio, la prueba testimonial resulta ineficaz para modificar sus
constancias.
Si la factura es recibida por el comprador, y dentro de los diez días siguientes de la
entrega y recibo no la observa, se presume cuentas liquidadas (art. 474 Ver Texto, 3er.
párr., C.Com.). El plazo es perentorio, y la presunción iuris tantum (950) . Cuando la
factura entregada importe modificaciones al contrato originario de venta, en cuanto al
precio, modo, tiempo o lugar de pago, y no es contestada dentro del plazo legal, se debe
entender que el silencio del comprador importó su aceptación tácita, bajo las nuevas
condiciones consignadas en el documento recibido (arts. 68 Ver Texto, 73 Ver Texto,
76 Ver Texto y 474 Ver Texto, 3er. párr., C.Com., y art. 919 Ver Texto, C.Civ.) (951) .
Aun cuando no hubiera sido aceptada o conformada por el comprador, si la factura se
halla registrada en la contabilidad del vendedor, su contenido prueba contra su autor
(952) .
40. DERECHOS DEL VENDEDOR.
El contrato de compraventa otorga al vendedor derecho a:
a) Exigir el pago del precio convenido.
El derecho primordial del vendedor es cobrar el precio en el plazo y lugar convenidos
en el contrato (art. 1197 Ver Texto, C.Civ.).
I) Oportunidad del pago.
Ab initio, debemos señalar que si bien el art. 465 Ver Texto, C.Com., dispone que desde
que el vendedor pone la cosa a disposición del comprador, y éste se da por satisfecho de
su calidad, existe la obligación de pagar el precio, y ello puede hacer creer que la
obligación de pagar el precio sólo nace para el comprador desde el momento en que el
vendedor pone la cosa a su disposición; debe quedar claro que tal obligación existe, en
realidad, desde que el contrato de compraventa queda concluído, con prescindencia de
la tradición de la cosa (953) , y el comprador deberá pagar el precio en el plazo y forma
convenidos.
Si las partes hubieran acordado el pago al contado, el comprador debe efectuarlo, por lo
menos, al recibir la cosa, pero como la entrega de ésta y el pago del precio no pueden
ser simultáneos, sino sucesivos, si el vendedor así lo exige el comprador debe pagar el
precio aunque sea sólo un instante antes de que éste le entregue la cosa comprada (arg.
arts. 464 Ver Texto, in fine, 465, C.Com., y 1418 Ver Texto y 1428 Ver Texto, C.Civ.)
(954) .
En caso de que las partes no hubieran convenido un plazo, pero fuera usual, en la clase
de compraventa de que se trate, conceder un término para el pago, ha de estarse a la
costumbre comercial imperante. Ante la inexistencia de pacto expreso o de un uso del
comercio en ese sentido, la venta se reputa al contado, dando derecho al vendedor a
exigir el pago del precio contra entrega de la cosa y a negarse a efectuar la tradición
hasta que el comprador realice efectivamente el pago (art. 1424 Ver Texto, C.Civ.).
Si el comprador alegare la existencia de un plazo -convenido o usual- para el pago del
precio, siguiendo los principios generales, le corresponde la prueba de su afirmación.
II) Lugar del pago.
Cuando no se hubiera pactado el lugar donde el comprador debe efectuar el pago del
precio, debe distinguirse según la venta sea al contado o a plazo; en el primer caso el
pago debe realizarse en el lugar donde se entregue la cosa, y en el caso de que la venta
sea a crédito o por aplicación de los usos comerciales se concede algún término para el
pago, éste debe ser efectuado en el domicilio del comprador (art. 1424 Ver Texto,
C.Civ.).
III) Privilegio del vendedor.
A) Diferencia con el Código Civil. Primacía de la ley comercial.
Mientras los efectos vendidos estén en poder del vendedor, aunque sea por vía de
depósito (art. 465 Ver Texto, in fine, C.Com.), tiene éste preferencia sobre ellos a
cualquier otro acreedor del comprador, en la forma establecida por la legislación
concursal (art. 265 Ver Texto, inc. 1, ley 19551) (955) , por el importe del precio y los
intereses por el retardo en el pago (art. 466 Ver Texto, C.Com.).
El Código Civil también otorga privilegio al vendedor de cosas muebles, pero en una
forma más amplia que el Código de Comercio, y tratándose de privilegios, cuya
interpretación es restrictiva (956) , corresponde aplicar estrictamente este último.
Debemos poner en evidencia que es un grave error sostener que el art. 466 Ver Texto,
C.Com., debió ser suprimido, porque el privilegio del vendedor está legislado en el
Código Civil, así como entender que tal privilegio puede chocar con el del acreedor
pignoraticio y el locador, casos previstos en los arts. 3894 Ver Texto y 3895, C.Civ.,
como hace Malagarriga (957) , porque en materia comercial el vendedor sólo tiene
privilegio mientras la cosa no haya salido de su poder, y en los dos casos contemplados
en las normas civiles precitadas, ello necesariamente ha ocurrido.
Por la misma razón, no se puede hablar de privilegio sobre el precio que un tercero
subadquirente de la cosa adeudara al comprador primitivo, como hace Segovia (958) , o
del mantenimiento del privilegio cuando la cosa ha sufrido cambios (art. 3986 Ver
Texto, C.Civ.).
Según el Código Civil, el vendedor goza de privilegio siempre que la cosa se halle en
poder del deudor (art. 3893 Ver Texto, C.Civ.), en tanto que el Código de Comercio,
por el art. 466 Ver Texto, y el art. 265, inc. 1, de la Ley de Concursos, sólo lo confiere
mientras los efectos estén en poder del vendedor. Esta restricción se justifica
plenamente teniendo en cuenta que si se siguiera el sistema del Código Civil, la quiebra,
dado que las mercaderías, máquinas e instalaciones del comerciante generalmente se
adquieren al fiado, se reduciría en su mayor parte a entregar el producido de ellos a los
vendedores de esos elementos materiales, con grave detrimento de los demás acreedores
y desconocimiento del principio básico en materia concursal: la par conditio creditorum.
Si el vendedor no ha entregado la cosa al comprador, continúa siendo dueño de ella y
puede optar entre ejecutar por el precio y ejercer su privilegio sobre el producido de la
venta judicial forzada de la cosa o solicitar la rescisión del contrato por incumplimiento
y conservar la cosa en su patrimonio. Si ha entregado la cosa, mediante el constituto
posesorio, su carácter es el de depositario y sólo puede ejercer el privilegio reteniendo la
cosa en su poder (arts. 465 Ver Texto, in fine, y 466, C.Com.).
B) Requisitos para la existencia del privilegio.
Para que el vendedor goce del privilegio, es necesario que se den las siguientes
condiciones: 1) que el crédito sea de precio, originado en una operación de venta, lo que
excluye los provenientes de operaciones que, aunque afines, no tengan ese carácter,
como, por ejemplo, la permuta; pero si la operación se ha efectuado bajo otro nombre o
apariencia, debe reconocerse el privilegio si se demuestra que en realidad se trata de
compraventa; 2) que se trate de cosas, lo cual excluye a los derechos, que no tienen en
nuestro ordenamiento jurídico carácter de cosa y que sólo pueden ser objeto de cesión;
mas no debe distinguirse entre cosas animadas e inanimadas.
Es indiferente que la venta haya sido al contado o se haya concedido un plazo para el
pago del precio (959) .
No existiendo novación, el hecho de que el precio haya sido documentado no afecta al
privilegio (art. 813 Ver Texto, C.Civ.); si aquélla se ha operado, se requiere reserva
expresa (art. 803 Ver Texto, C.Civ.).
C) Extensión del privilegio.
Por expresa disposición del art. 466 Ver Texto, C.Com., el privilegio sólo se extiende al
precio y los intereses moratorios; por aplicación de él, y conforme a los principios
doctrinales que rigen en la materia (960) , no están amparados por la preferencia: 1) los
gastos judiciales que el acreedor debe efectuar para el cobro (961) ; 2) las
indemnizaciones en su favor por daños y perjuicios que resultaren de una cláusula penal
del contrato de compraventa (doctrina uniforme); 3) las sumas adelantadas, que el
vendedor hubiera suministrado al comprador para afrontar gastos a cargo de éste (962) .
D) Asiento del privilegio.
El privilegio puede hacerse efectivo sobre el producido de la venta de los efectos; si
ellos se han averiado o destruído sobre la indemnización que corresponde pagar al
asegurador (963) o el tercero responsable, y a las sumas acordadas, a título graciable por
el Estado en caso de flagelos públicos (964) . Es decir que se opera la subrogación real
(u objetiva) sobre los importes que sustituyan a los bienes sobre los cuales recaían.
E) Derecho de retención.
Cuando el vendedor no ha hecho entrega de las cosas al comprador, las conserva en su
poder a título de dueño, siendo improcedente hablar de derecho de retención, que sólo
procede tratándose de acreedores. En rigor, sólo podríamos hablar de un derecho a
retener la cosa propia, hasta el pago del precio (arg. arts. 464 Ver Texto, in fine,
C.Com., y 1418 Ver Texto y 1428 Ver Texto, C.Civ.) (965) .
Pero si se ha operado el constituto posesorio, convirtiéndose a partir de entonces en
depositario de las cosas vendidas (art. 465 Ver Texto, C.Com.), entonces sí tiene
derecho de retención, por su crédito de precio; derecho de retención, éste, que
constituye un requisito sine qua non inherente a su privilegio especial, como potestad
que le corresponde al tenedor de una cosa ajena, para conservar su posesión hasta el
pago de la deuda que le es debida en razón de la cosa (art. 3939 Ver Texto, C.Civ.) y
siempre que tal deuda haya nacido por ocasión de un contrato o de un hecho que
produzca obligaciones respecto del tenedor de ella (art. 3940 Ver Texto, C.Civ.) (966) .
F) Reconocimiento y ejercicio del privilegio en la quiebra del comprador.
Si bien la ley 17711 Ver Texto agregó al art. 3946 Ver Texto, C.Civ., el tercer párrafo,
que dice: "El derecho de retención o la garantía otorgada en sustitución, subsiste en caso
de concurso o quiebra", con la sanción de la Ley de Concursos vigente tal norma civil
fue modificada, pues la declaración de quiebra produce la suspensión del derecho de
retención sobre los bienes susceptibles de desapoderamiento, que deben ser entregados
al síndico (art. 135 Ver Texto, párr. 1º, ley 19551), salvo que el tercero retenedor sea
designado depositario (art. 170 Ver Texto, inc. 3, ley 19551).
A pesar de la apuntada suspensión del derecho de retención que sufre el vendedor que
tenga las cosas enajenadas a título de depositario en la quiebra del comprador, la ley le
otorga un privilegio especial concursal, por lo adeudado en razón de la cosa retenida a la
fecha de la sentencia de quiebra, haciéndose efectivo sobre el producido de los bienes
de que se trata (v.gr. las cosas enajenadas y retenidas por el vendedor), o sobre la
garantía que lo sustituya (arts. 265 Ver Texto, inc. 1, y 269 Ver Texto, ley 19551, y art.
3943 Ver Texto, 1er. párr., C.Civ.).
Para el caso de que la quiebra fuera levantada (arts. 222 Ver Texto y ss., ley 19551)
antes de la enajenación de las cosas que fueron objeto del derecho de retención,
continúa éste, debiéndose restituír aquéllas al vendedor-retenedor, siendo este trámite a
costa del comprador-ex fallido, cuya quiebra cesó (art. 135 Ver Texto, 2º párr., ley
19551).
b) Retener la cosa hasta el pago del precio.
Si la venta es al contado y el comprador no pagase el precio convenido, el vendedor
puede negarse a entregar la cosa vendida (arts. 1418 Ver Texto, 1428 Ver Texto, C.Civ.,
y art. 464 Ver Texto, in fine, C.Com.). Esta regla legal tiene por fundamento mantener
la equivalencia de las prestaciones en este contrato sinalagmático y conmutativo (967) y
ante el peligro de que una de las partes no cumpla con su obligación, se otorga a la otra
el derecho de suspender la contraprestación a su cargo (968) .
c) Solicitar la resolución o cumplimiento del contrato.
En caso de incumplimiento de parte del comprador del pago del precio, el vendedor
podrá
pedir la resolución del contrato de compraventa o compeler al comprador al
cumplimiento de él, en aplicación de las reglas generales en materia de contratos (969) .
La resolución podrá pedirse aunque estuviese demandado el incumplimiento del
contrato, pero no se podrá solicitar el cumplimiento cuando se hubiere demandado la
resolución (art. 216 Ver Texto, in fine, C.Com.).
Tanto que solicite la resolución o el cumplimiento del contrato de compraventa, el
vendedor tiene derecho a reclamar indemnización por los daños y perjuicios resultantes
(art. 505 Ver Texto, inc. 3, C.Civ.) (970) .
Cesa el derecho del vendedor a solicitar la resolución del contrato en caso de que sea
declarada la quiebra del comprador; pero tendrá andamiento la resolución si el pedido
ingresó en los tribunales estando pendiente una o varias solicitudes de quiebra del
comprador, siempre que no haya dictado sentencia declarándola (arg. art. 149 Ver
Texto, ley 19551).
No resulta idóneo a esos fines y, por tanto, no produce efecto frente a la quiebra, la
intimación extrajudicial que efectúa el vendedor para poner en marcha el procedimiento
extrajudicial previsto en el art. 216 Ver Texto, C.Com., si no se hubiera perfeccionado
la resolución con anterioridad a la declaración de la quiebra del comprador (971) .
d) Reivindicar las cosas enajenadas en caso de quiebra del comprador.
En determinadas circunstancias el vendedor tiene derecho a recobrar las cosas
enajenadas cuando se decrete la quiebra del comprador; para el caso de que ello no
fuera procedente o de cumplimiento imposible, estudiaremos qué derecho le otorga la
Ley de Concursos en su reemplazo.
I) Condiciones de procedencia.
A) Que el comprador fallido o sus representantes no hubieran entrado en posesión
efectiva de las cosas enajenadas antes de decretada la quiebra (art. 143 Ver Texto, inc.
1, ley 19551). Es decir, procederá la reivindicación cuando el comprador haya tomado
posesión simbólica o virtual de los efectos, que como ya vimos (972) , se opera en los
casos contemplados en el art. 463 Ver Texto, incs. 3 a 5, C.Com., o por entrega del
título o por la forma que los usos comerciales del lugar en que deba entregarse la cosa lo
admitan (art. 461 Ver Texto, C.Com.).
B) Que el comprador fallido no haya pagado totalmente el precio convenido sin que
importe si la venta ha sido al contado o a plazos (973) . Por natural implicancia el pago
parcial permite reducir la acción de reivindicación en la quiebra del comprador; igual
solución corresponde al caso en el cual el vendedor hubiera recibido parte de pago en
efectivo y parte en pagarés o letras de cambio, y hubiera dejado constancia en el recibo
que otorgó (974) , porque estos papeles de comercio, en su condición de instrumento de
crédito, se entregan pro solvendo, y no pro soluto, y en rigor, no se puede considerar
que ha habido pago solutorio del total del precio sino de sólo una parte (975) . Si no
constara esa circunstancia en el recibo entregado al comprador, se presume que el pago
fue en efectivo y no procede la reivindicación.
C) Que los terceros no hayan adquirido derechos reales sobre las cosas que se pretende
reivindicar con anterioridad a la declaración de quiebra (art. 143 Ver Texto, inc. 3, ley
19551).
II) Caso en que se ha constituído derechos reales sobre la cosa enajenada.
En principio, si existe un tercero que adquirió derechos reales sobre la cosa con
anterioridad a la declaración de quiebra, la reivindicación no procede; sin embargo, si:
1) el comprador fallido no tomó posesión efectiva de la cosa enajenada (art. 143 Ver
Texto, inc. 1, ley 19551); 2) y no pagó íntegramente el precio al vendedor (art. 143 Ver
Texto, inc. 2, ley 19551); 3) y a su vez el tercero titular del derecho real sobre la cosa,
adeuda su contraprestación (art. 145 Ver Texto, 1er. párr., ley 19551), la ley le otorga al
vendedor el derecho de solicitar la cesión del crédito, siempre que sea de igual
naturaleza que el suyo (art. 145 Ver Texto, 1er. párr., in fine, ley 19551), quedando de
ese modo excluído del concurso, como acreedor del comprador-fallido.
Si la prestación es de distinta naturaleza, y, por tanto, no procede la cesión del crédito,
se le reconoce al vendedor un privilegio especial sobre la prestación pendiente, hasta la
concurrencia de su crédito (art. 145 Ver Texto, 2º, párr., ley 19551), careciendo de
acción contra terceros (976) .
III) Casos de indemnización debida por pérdida total o parcial.
Igual derecho que el concedido según el apartado anterior, tiene el vendedor sobre las
indemnizaciones debidas por el asegurador o por cualquier tercero, cuando no puede
efectivizar la reivindicación, porque los objetos vendidos al fallido hubieran
desaparecido o perecido, total o parcialmente, cuando se dieran las condiciones
establecidas para reivindicar las cosas que determina el art. 143 o para solicitar la cesión
del crédito contra el tercero que adquirió un derecho real sobre ellas (art. 145 Ver Texto,
ley 19551).
IV) Procedimiento para recuperar la posesión de las cosas.
Cuando se den las condiciones establecidas por el art. 143 Ver Texto, ley 19551, que
estudiamos en el ap. I, el vendedor, para recuperar la posesión de las cosas enajenadas al
ahora fallido, debe seguir el siguiente procedimiento:
A) Se presentará en la quiebra dentro de los treinta días siguientes a la última
publicación edictal llevada a cabo en el lugar de la entrega de la cosa o de la sede del
juzgado si aquélla no correspondiere (art. 144 Ver Texto, inc. 1, ley 19551), sin que sea
condición previa que haya solicitado verificación de su crédito, como exigía la ley
anterior (arts. 22 y 133 , ley 11719).
B) Si no ha concluído aún el período de verificación de crédito, el juez de la quiebra
puede exigir al peticionante que preste caución suficiente (arts. 14 Ver Texto, inc. 3, y
181 Ver Texto, inc. 3, ley 19551).
C) Del pedido de restitución debe correrse vista al síndico y al comprador-fallido, si éste
hubiera interpuesto recurso de reposición (art. 98 Ver Texto, ley 19551) y estuviera sin
resolución definitiva (art. 181 Ver Texto, 2º párr., ley 19551).
El síndico puede mantener las cosas en el activo del concurso, cumpliendo con las
prestaciones a cargo del fallido conforme a las condiciones pactadas en el contrato de
compraventa, como si el comprador no hubiera quebrado (arts. 142 Ver Texto, in fine,
144 Ver Texto, inc. 3, y 185 Ver Texto, ley 19551) (977) . Esta opción debe ser ejercida
por el síndico, previa autorización judicial, dentro del término de quince días de
notificado de la petición del vendedor-reivindicante (art. 144 Ver Texto, inc. 2, in fine,
ley 19551).
Un caso análogo se prevé si se ha decretado la de continuación de la empresa (arts. 182
Ver Texto y ss., ley 19551), puesto que no procede la reivindicación de las cosas
enajenadas y el síndico puede optar por la ejecución de los contratos pendientes,
cumpliendo las prestaciones insatisfechas por el fallido, a cargo del concurso, dentro de
los treinta días corridos desde que se dicta la resolución judicial que dispone la
continuación de la empresa. Pasado ese lapso, queda resuelto el contrato (art. 185 Ver
Texto, 2º párr., ley 19551).
D) Admitida por el juez la solicitud del vendedor para recobrar las cosas enajenadas al
fallido, debe hacerla efectiva dentro de los treinta días de notificado, debiendo satisfacer
todos los gastos originados por las cosas que reivindica (v.gr.: trasporte, seguros,
impuestos, tasas, guarda y conservación); debe tenerse por incluídas la costas judiciales,
salvo que el síndico se hubiera opuesto a la reivindicación y hubiera sido vencido, pues
en este caso las costas son a cargo del concurso (art. 68 Ver Texto, C.Proc.).
También debe depositar a orden del juzgado la parte del precio que hubiera recibido del
comprador, antes de ser declarado en quiebra (arg. art. 143 Ver Texto, inc. 2, ley
19551); si sólo reivindicara parte de los efectos enajenados, por resultar imposible
hacerlo en su totalidad, y el valor de ellos fuera inferior de lo recibido a cuenta del
precio, deberá deducir la parte proporcional correspondiente.
Asimismo, si estuviera vigente una prenda sobre los bienes cuya devolución se solicitó
y ella hubiera sido constituída antes de la declaración de quiebra en favor de un tercero
de buena fe, el vendedor deberá desinteresar al acreedor pignoraticio para poder
recobrar las cosas enajenadas al fallido (art. 144 Ver Texto, inc. 3, ley 19551). Se trata
de un pago hecho por tercero (el vendedor) como condición legal para la procedencia de
la reivindicación, que le otorga el derecho a solicitar la verificación en sustitución del
titular del derecho real que ha sido desinteresado, pero en la categoría de quirografario
(art. 273 Ver Texto, ley 19551), porque resulta jurídica y legalmente imposible
pretender que se le otorgue un privilegio, como el que tenía el tercero desinteresado,
sobre las cosas reivindicadas que son de su propiedad.
E) Si el vendedor no dedujera su petición dentro del término fijado en el art. 144, inc. 1,
o no cumpliera los requisitos que fija la misma norma dentro de los treinta días de
notificado de la resolución judicial que admite su pedido, las cosas enajenadas al
comprador-fallido quedan definitivamente en el activo del concurso, debiendo el
vendedor-acreedor concurrir a verificar su crédito en los términos del art. 33 Ver Texto,
ley 19551, por el monto -total o parcial- del precio que se le adeuda.
F) Como el principio que informa nuestra legislación es que la reivindicación no debe
perjudicar al concurso en razón de que el incumplimiento del comprador-fallido es una
consecuencia inherente al estado de impotencia patrimonial que fundamentó su
declaración de quiebra, nuestra ley dispone que el vendedor-reivindicante no pueda
reclamar contra el concurso los daños y perjuicios que sufra (art. 144 Ver Texto, inc. 5,
ley 19551).
41. OBLIGACIONES DEL COMPRADOR.
El comprador tiene a su cargo las siguientes obligaciones que emanan del contrato de
compraventa:
a) Pagar el precio.
El pago del precio de la cosa comprada debe ser efectuado en el plazo, lugar y forma
convenidos en el contrato (arts. 1197 Ver Texto y 1424 Ver Texto, 1er. párr., C.Civ.).
El plazo convencional puede ser expreso o tácito; este último resultará en muchos casos
de los usos y costumbres mercantiles en el ramo de que se trate (arts. 1424 Ver Texto,
2º párr., y 1427 Ver Texto, C.Civ.).
Cuando no haya plazo expreso y de la intención presunta de las partes no resulta uno
implícito, habrá que estar al consagrado por el uso comercial del lugar de entrega de la
cosa (978) .
Si no hubiera plazo -convencional o usual-, el comprador dispone de diez días para
pagar el precio desde que el vendedor pone la cosa a su disposición (art. 464 Ver Texto,
C.Com.); puede exigir que la cosa le sea entregada en el acto del pago, y de lo contrario
negarse a pagar (arg. art. 1426 Ver Texto, C.Civ.).
Si el comprador no cumple con el pago dentro del plazo de diez días que fija el art. 464
Ver Texto, C.Com., entrará en mora de pleno derecho por el vencimiento del plazo legal
y sin necesidad de intimación (art. 509 Ver Texto, 1er. párr., C.Civ.) (979) .
Cuando se hubiera estipulado lugar de pago, el comprador está obligado a efectuar el
pago allí; si nada se hubiera pactado, debe hacerlo en el lugar de entrega de la cosa;
cuando la venta es a crédito o por aplicación de los usos comerciales se concede algún
término para el pago, éste debe ser efectuado en el domicilio del comprador (arts. 61
Ver Texto8 y 1424 Ver Texto, C.Civ.).
b) Recibir la cosa comprada.
El comprador debe recibir la cosa adquirida, en el plazo y lugar convenidos o, en
defecto de estipulación y de usos que establezcan determinado plazo, dentro de las
veinticuatro horas siguientes al contrato (art. 464 Ver Texto, C.Com.) y en el lugar
donde se hallaba la cosa al tiempo de la venta (art. 461 Ver Texto, C.Com.). Sin
embargo, puede negarse a recibirla cuando no reúne las condiciones convenidas
(cantidad, calidad, pesos, etc.) o el vendedor pretende entregársela fuera de término o en
un lugar que no corresponda. El incumplimiento de esta obligación por parte del
comprador lo hace responsable por los daños y perjuicios que ocasione al vendedor;
entre estos daños y perjuicios figura la diferencia de precio entre el convenido y el que
el vendedor obtenga al vender la cosa a un tercero.
c) Gastos de recibo.
No mediando estipulación en contrario, son a cargo del comprador los gastos de recibo
de la cosa comprada, así como los de conducción o trasporte de ella una vez que ha sido
entregada o puesta a disposición del adquirente (art. 460 Ver Texto, 2º párr., C.Com., y
art. 1427 Ver Texto, C.Civ.).
El flete, salvo pacto en contrario, corre por cuenta del comprador (SCBA, DJBA, 1954-
XLI, 194).
Los gastos de trasportes posteriores a la entrega de la cosa por disposición del
comprador, son a cargo de éste, pues las responsabilidades y gastos del vendedor
concluyen al poner lo adquirido a disposición del comprador (Cám. Apel. Tucumán, JA,
19, 619).
El comprador que resiste injustificadamente el recibo de la cosa debe pagar los gastos
de depósito (Cám. Com., LL, 45, 73).
Si la casa se armó en fábrica y el comprador cargó con su acarreo, el rearmado sobre el
terreno implica una facilitación del trasporte (Cám. 2ª, I, La Plata, LL, 70, 535).
A pesar de haberse decidido la rescisión del contrato de compraventa por culpa del
vendedor en virtud de que las cosas entregadas no fueron de "la calidad conocida"
estipulada, son a cargo del comprador los gastos de trasporte de la mercadería, desde el
lugar donde se hallaba hasta el establecimiento del adquirente y de allí al depósito de la
vendedora, habida cuenta la negligencia de sus agentes, que pese a advertir en el
momento de la tradición que la mercadería difería de la calidad estipulada, permitieron
su carga y trasporte (Cám. Com., D, LL, 1980-C, 148).
(978) Conf.: Malagarriga, III, nº 44.
(979) Conf.: Wayar, 397. Contra: M. Gagliardo, La mora en el derecho civil y
comercial, Bs. As., 1979, 161.
42. DERECHOS DEL COMPRADOR.
En el contrato de compraventa el comprador tiene derecho a:
a) Retener el pago del precio.
La ley le otorga al comprador el derecho a retener el pago del precio cuando medien
determinadas circunstancias, como medio para prevenir un defectuoso cumplimiento de
la prestación a cargo del vendedor, a saber:
I) cuando la cosa que se le pretende entregar fuese distinta de la prevista en el contrato;
II) si el vendedor quisiese entregarle la cosa vendida sin sus dependientes o accesorios;
III) cuando las cosas que se le van a entregar son de especie o calidad diversa de las que
estipula el contrato de compraventa llevado a cabo;
IV) si el enajenante quisiese entregar la cantidad de cosas vendidas por partes, y no por
junto, si así se hubiese contratado.
En los cuatro casos enunciados, el comprador puede negarse a pagar el precio, siempre
que haga valer su derecho antes que el vendedor le entregue la cosa y él la reciba de
conformidad.
Asimismo, debe quedar claro que la regla legal dejaría de ser aplicable si el vendedor no
entrega la cosa vendida, pues en tal caso el comprador debería optar entre solicitar la
resolución del contrato o exigir la entrega de la cosa (980) .
b) Examinar los efectos el comprador.
Cuando los géneros se entregaren en fardos o bajo cubiertas que impidan su examen y
reconocimiento, podrá el comprador, en los tres días inmediatos a la entrega, reclamar
cualquier falta en la cantidad o vicio en la calidad; justificando, en el primer caso, que
los cabos o extremidades de las piezas están intactos, y en el segundo que los vicios o
defectos no han podido ser causados fraudulentamente en su poder, ni suceder por caso
fortuito o vicio propio de la cosa, porque después de la entrega, que opera la trasferencia
de dominio, las cosas pertenecen al comprador y se aplica el principio res perit domino
(art. 472 Ver Texto, 1er. párr., C.Com.) (981) .
Es decir que la regla legal comprende deficiencias y vicios aparentes que se puede
percibir en el simple reconocimiento que se haga en el momento de entregar los efectos;
por consiguiente, no excluye la reclamación del comprador por los vicios ocultos o
redhibitorios, respecto de los cuales rige el art. 473 Ver Texto, C.Com., y su doctrina
(982) .
El precepto también es aplicable a las ventas hechas al peso, cuya diferencia en menos
debe reclamar el comprador dentro de los tres días siguientes a la entrega de los efectos.
Se ha de entender que el término de tres días es perentorio (983) y corre a partir de la
entrega real y efectiva -no simbólica - de la cosa (984) ; sin embargo, cuando el defecto
de la mercadería consiste en una diferencia de medida casi imperceptible a simple vista,
el derecho del comprador puede hacérselo valer aun después de pasado el término (985)
.
c) Negarse a recibir la cosa comprada.
Si los efectos que se pretende entregar no reúnen las condiciones estipuladas de
cantidad, peso, calidad, etc., el comprador puede rechazarlos y no recibirlos. Cuando
ello ocurra y el vendedor los acepta, o si se opone, pero no los hace depositar
judicialmente con notificación del depósito al comprador, el contrato queda resuelto
(art. 470 Ver Texto) (986) .
d) Optar por exigir la resolución o el cumplimiento del contrato.
Cuando el vendedor no entregare los efectos vendidos en el plazo estipulado o el
prescrito en el art. 464 Ver Texto, C.Com., el comprador tiene derecho a: I) solicitar la
resolución del contrato; o II) exigir su cumplimiento (en ambos casos puede reclamar
daños y perjuicios ocasionados por la demora); o III) pedir autorización para comprar en
plaza por cuenta del vendedor una cantidad igual de los mismos efectos (art. 467 Ver
Texto, 1er. párr., C.Com.) (987) .
43. ARRAS. DIFERENCIA CON LA COMPRAVENTA CIVIL.
En materia civil, quien habiendo entregado determinada suma en concepto de arras o
seña (988) en garantía del cumplimiento del contrato, deja de cumplirlo, pierde sólo la
suma entregada, no pudiendo la otra parte compelerlo al cumplimiento ni reclamarle
una cantidad mayor como indemnización de perjuicios realmente sufridos; si deja de
cumplirlo la parte que recibió las arras, debe restituírlas con otra suma igual; es decir,
que el establecimiento de una seña autoriza a las partes a no cumplir el contrato, sin más
responsabilidad que la pérdida de la suma fijada, que se considera una estimación
convencional previa de perjuicios; las arras constituyen una pena (arts. 1189 Ver Texto
y 1202 Ver Texto, C.Civ.) (989) .
En materia comercial, la ley le atribuye una función distinta, tal como expresamente lo
determina el art. 475 Ver Texto, C.Com. Según esta regla legal, las arras no autorizan a
las partes a arrepentirse y dejar de cumplir lo convenido; para que ello ocurra se
requiere estipulación expresa en ese sentido; de lo contrario, se entiende entregadas por
cuenta de precio y en signo de ratificación del contrato, o sea, tienen carácter
confirmatorio. Por consiguiente, la parte perjudicada con el incumplimiento puede
reclamar la indemnización por los daños y perjuicios que él le ocasione, deducción
hecha de la suma recibida como seña.
Siendo que en el comercio conviene que los negocios se cumplan exacta y puntualmente
conforme a lo pactado, consideramos preferible el sistema adoptado por el código
mercantil, pues la seña que se acostumbra en las compraventas comerciales -10 %-, en
la mayoría de los casos será muy inferior a la ganancia que a la parte perjudicada con el
desistimiento proporcionaría la operación (990) .
44. MODALIDADES DE LA COMPRAVENTA.
.
I) Venta "ad gustum".venta a pruba
A esta modalidad de la compraventa los autores la designan de diversas maneras (991) .
Nosotros preferimos designarla como venta ad gustum o a satisfacción del comprador,
siguiendo a la doctrina alemana en la materia, que pone énfasis en el arbitrio o
discrecionalidad que tiene el comprador en ella (992) .
El art. 455 Ver Texto, 1er. párr., C.Com., se refiere a ella, disponiendo que en todas las
compras de efectos que no están a al vista, ni pueden ser clasificados por una calidad
determinada y conocida en el comercio, se presume en el comprador la reserva de
examinarlos y de rescindir libremente el contrato si los géneros no le convinieren.
Como surge de la propia regla legal, se trata de una venta sometida a la condición
resolutoria implícita que el comprador examine las cosas o mercaderías adquiridas y
pueda rescindir el contrato a su arbitrio, si aquéllos no le agradan (993) .
La presunción que fija la ley mercantil es iure et de iuris si se dan las condiciones allí
establecidas: A) que no se tenga a la vista los efectos; y B) que ellos no pueden ser
objeto de clasificación por una cantidad determinada y conocida en los usos y
costumbres comerciales (994) .
Hay que tener en cuenta que como la decisión del rechazo de la mercadería depende del
libre arbitrio del comprador -y ello es lo peculiar de esta modalidad-, tal conducta no da
derecho a ningún reclamo del vendedor, ni éste puede imponer al comprador una nueva
degustación de productos, ni aquél exigir la entrega de otros (995) , salvo, claro está,
que hubiera estipulación expresa en ese sentido (996) .
Si el comprador retardara el examen de los efectos por más de tres días, después de la
interpelación hecha por el vendedor, se considera operada la condición resolutoria y el
contrato es de ningún efecto (art. 455 Ver Texto, 3er. párr., C.Com.).
Como se puede apreciar, la normativa mercantil es sustancialmente distinta de la civil,
según se la compare con los preceptos contenidos en los arts. 1336 Ver Texto, 1337,
1378 Ver Texto y 1379, C.Civ., y su doctrina (997) .
II) Venta a prueba.
Es el supuesto contemplado en el art. 455 Ver Texto, 2º párr., C.Com., en la cual el
comprador se ha reservado, mediante una cláusula expresa, el derecho de probar los
géneros comprados.
En principio, las facultades del comprador son las mismas que en la venta ad gustum
(art. 452 Ver Texto, 2º párr.) ya considerada (998) ; lo propio ocurre con los efectos que
produce el retardo del comprador en realizar la prueba de los géneros contratados (art.
455 Ver Texto, 3er. párr., C.Com.). La diferencia radica en que mientras en la venta ad
gustum la condición resolutoria se presume iure et iuris implícita si no se tiene a la vista
los efectos y, además, no se los puede clasificar por una cantidad determinada; en la
venta a prueba, la condición es expresamente estipulada por las partes, y, por lo tanto,
en algunos casos, podrá comprender la venta de cosas de una calidad determinada y
conocida según los usos del comercio (999) , rigiendo entonces los arts. 456 Ver Texto
y 457, C.Com. (1000) .
Debe quedar claro, entonces, que cuando por excepción se haya pactado expresamente
la venta a prueba de cosas de una calidad determinada y conocida en los usos del
comercio, las facultades del comprador no son absolutamente discrecionales, sino que
su ejercicio debe efectuarse dentro de los límites razonables que impone la buena
felealtad,
puesto que si la cosa tiene todas las cualidades prometidas, no puede ser
rechazada por el comprador (1001) . Limitación, ésta, que no corresponde si la venta a
prueba ha sido expresamente pactada sobre efectos que no estén a la vista, ni se los
pueda clasificar por una calidad determinada (arg. art. 455 Ver Texto, 1º y 2º párrs.,
C.Com.).
La prueba de la existencia de la estipulación expresa queda a cargo de la parte que la
invoque (1002) .
Tanto en la venta ad gustum como en la venta a prueba, la conformidad del comprador
puede manifestarse expresa o tácitamente; este último caso se produce, por ejemplo,
cuando dentro del plazo legal se paga el precio sin reserva alguna o cuando
directamente el comprador revende los efectos recibidos en virtud de esas compras
modales (1003) .
Para el supuesto de que hubiera conflicto sobre si el comprador prestó su conformidad,
corresponde aplicar los principios generales en materia probatoria (1004) ; y en cuanto a
los medios probatorios utilizables, rigen las reglas generales de probanzas sobre
obligaciones y contratos comerciales (1005) .
.
b) Venta sobre cosas de calidad determinada.
I) Venta sobre muestras.
A) Concepto.
Es un modo muy frecuente en el comercio que se lleva a cabo cuando la parte
vendedora, por sí o por medio de algún agente autónomo o subordinado (1007) ,
propone y exhibe al futuro comprador una muestra de las cosas o efectos objeto del
negocio, que consiste en un ejemplar de tales mercaderías, en medida suficiente para
poder conocer y apreciar su calidad y condiciones sustanciales (1008) . Si bien, en
algunos casos, la muestra puede quedar en poder de un tercero, sellada y lacrada, o por
lo menos a buen resguardo, lo más frecuente es que cada contratante se quede con un
ejemplar que servirá para cotejo de la calidad determinada de la cosa vendida (1009) .
C) Efectos.
Si las cosas o mercaderías entregadas no son iguales a la muestra, el vendedor no
cumple con la obligación primordial a su cargo; salvo que las diferencias sean
secundarias o insignificantes y sean toleradas según los usos del comercio (1015) , o
que las partes hubieran estipulado exigencias sólo sobre algunas cualidades que la
muestra tiene (1016) .
II) Venta sobre calidad conocida.
Cuando la venta se hubiese efectuado sobre mercaderías de una calidad conocida según
los usos y costumbres del comercio, el comprador no puede rehusar el recibo de los
géneros si son de la calidad convenida en el contrato (art. 456 Ver Texto, 1er. párr.,
C.Com.).
A) Naturaleza.
Las ventas realizadas con esta cláusula al igual que la efectuada sobre muestras,
producen los efectos naturales de toda compraventa, pues también se trata de un acto
puro y simple en cuanto al perfeccionamiento del vínculo obligacional entre las partes,
sirviendo de explicaciones todo lo expuesto supra sobre la necesidad de distinguir ello,
de lo que sería la condición como cláusula de existencia del contrato (1017) .
B) Efectos.
Los efectos de esta compraventa modal son análogos a los explicados respecto de la
venta sobre muestra. Sin embargo, mientras en esta última la cosa vendida tiene que ser
igual a la muestra, con las levísimas tolerancias apuntadas supra, en la venta sobre
calidad conocida esta correspondencia se juzga, generalmente, con más flexibilidad, ya
que se aprecia según las reglas de la buena fe y conforme a los usos y costumbres
imperantes en el comercio (1018) .
III) Reglas comunes a ambas especies.
Ambas especies del género "venta de cosas de calidad determinada" tienen las
siguientes coincidencias:
A) Para la aplicación de los incisos 2 y 3 del art. 456 Ver Texto, C.Com., no es
indispensable que el comprador devuelva los efectos al vendedor o los consigne
judicialmente, pero para evitar que su silencio pueda ser interpretado como conformidad
con ellos, debe dejar constancia en forma auténtica de que no reúnen las condiciones
convenidas.
B) El pronunciamiento de los peritos a que se refiere el ap. 2 del art. 456 Ver Texto,
C.Com., y el art. 476 Ver Texto del mismo cuerpo legal, no puede ser suplido por
prueba testimonial, ni por otros medios. No se trata de una prueba pericial que el juez
pueda apreciar según las reglas de la sana crítica, sino un verdadero laudo de peritos
arbitradores sobre si los géneros son o no de recibo, el cual por sí solo determina la
consumación o la resolución de la compraventa (arts. 456 Ver Texto y 476 Ver Texto,
C.Com.) (1019) .
C) La intervención de los peritos arbitradores puede ser judicial o extrajudicial, pues
nada impide que las partes los designen de común acuerdo sin necesidad de ocurrir a la
justicia (1020) .
D) Para que el juez disponga la comprobación por los peritos, no se requiere juicio
ordinario; se tramita como una mera constatación de hecho, que el juez decreta con
noticia o previa vista de la contraria. Si la ley procesal correspondiente lo autoriza, debe
tramitarse como juicio verbal; se trata de medidas de carácter urgente que se tornarían
ilusorias, frustrándose la finalidad perseguida por la convención, y se ocasionarían
graves perjuicios si se las sometiera al trámite del juicio ordinario (1021) .
E) Cuando los efectos entregados no se ajusten a la calidad convenida, sea respecto de
las muestras o de los usos del comercio, se aplican las normas generales sobre los
contratos mercantiles (art. 216 Ver Texto, C.Com.) y las especiales para la compraventa
(art. 457 Ver Texto, C.Com.); por tanto, el comprador tiene la opción de solicitar el
cumplimiento del contrato y de pedir su resolución, pero ésta no se produce ipso iure,
sino que debe ser solicitada judicialmente (1022) .
Una vez que se pronuncia el juez declarando resuelto el contrato, el reintegro de la
mercadería debe efectuarse en el lugar de su situación actual, y los gastos que exige el
recobro de ellas son a costa de su dueño: el vendedor culpable de la rescisión.
Si el contrato ha sido de tracto sucesivo, en el cual cada operación ha quedado
consumada por sí sola con la entrega de la mercadería que correspondiera en cada caso,
no existe derecho a restituírla en los términos de los arts., 216 Ver Texto y 467 Ver
Texto, C.Com.
IV) Comparación de las ventas "ad gustum" y las ventas de cosas de calidad
determinada.
Creemos significativo efectuar algunas comparaciones entre estas modalidades que
puede revestir el contrato de compraventa mercantil:
A) La venta ad gustum es un contrato sometido a condición resolutoria, mientras que la
venta de cosa de calidad determinada es un contrato puro y simple, esto es, perfecto y
obligatorio desde que se expresó el consentimiento por ambas partes.
B) En la venta ad gustum, el comprador tiene el poder discrecional de apreciar y aceptar
o rechazar las cosas sometidas a su consideración; en cambio, en la otra modalidad la
apreciación es objetiva, especialmente cuando queda deferida al juicio de peritos
arbitradores.
C) Mientras en la venta ad gustum el rechazo a recibir la cosa por el comprador basta
para que el contrato sea de ningún efecto, en caso de que el vendedor entienda que hubo
un perjuicio abusivo del derecho de la contraparte es él quien tiene que probarlo. En la
otra modalidad, como la resolución no opera ipso iure, es necesario que el comprador
accione judicialmente para que ella sea declarada.
D) Si la cosa no tiene las condiciones que satisfagan al comprador, el contrato es de
ningún efecto si se pactó la venta ad gustum, y no da lugar a indemnización; en cambio,
si se trata de una venta de cosas determinadas, el comprador puede exigir el
cumplimiento o pedir que se declare su resolución, con más los daños y perjuicios
resultantes.
c) Venta por junto o en bloque.
I) Concepto.
Habrá compraventa por junto o en bloque cuando se enajena una cantidad determinada
de cosas en masa, por un precio unitario, pero sin designar las partes o lotes que deban
entregarse en épocas u ocasiones distintas (arg. art. 468 Ver Texto, 1er. párr., C.Com.).
En estos casos, por voluntad del comprador y vendedor, se ha creado una suerte de
indivisión (1023) , de universalidad de hecho (1024) , de modo tal que aunque el objeto
de la compraventa está integrado por varios efectos, funciona como una unidad por el
precio unitario convenido, sin importar que se discrimine los correspondientes a cada
objeto o que no se realice tal especificación respecto de cada cosa que integra la masa o
el bloque (1025) .
II) Efectos.
El carácter especial de esta venta se manifiesta primordialmente en que el comprador no
puede ser obligado a recibir una parte de los efectos adquiridos por junto o en bloque,
aun cuando se le prometiera entregarle posteriormente la parte restante (art. 468 Ver
Texto, 1er. párr., C.Com.), puesto que ello sería una forma de cumplimiento defectuoso
de la obligación asumida voluntariamente por el vendedor al concertar el contrato, razón
por la cual no puede compeler al comprador para que acepte esa forma de cumplimiento
parcial (arg. art. 673 Ver Texto y 742 Ver Texto, C.Civ.).
Sin embargo, tratándose de un convenio acordado voluntariamente por ambas partes, si
el comprador admitiera recibir una parte del conjunto de las cosas adquiridas, la venta,
en cuanto a los efectos recibidos, queda irrevocablemente consumada, y respecto de las
cosas faltantes le queda al comprador la posibilidad que le confiere el art. 467 Ver
Texto, C.Com. (1026) .
III) Falta de requisitos esenciales en la venta por junto o en bloque.
Asimismo, cuando por un solo precio se venden dos o más cosas, de las cuales una de
ellas no se la puede vender, sabiéndolo el comprador, quedará sin efecto la venta en su
totalidad; pero si lo ignorase puede pedir la rescisión del contrato con los daños y
perjuicios o la subsistencia en la parte vendida, deduciéndose del precio el valor que se
fije por la tasación a la que no se ha podido vender (art. 469 Ver Texto, C.Com.). A ello
apuntamos:
A) La regla comprende tanto los casos de imposibilidad objetiva que se dan cuando la
cosa está fuera del comercio (arts. 2336 Ver Texto, 2337, 2338 y 2340 Ver Texto,
C.Civ.) (1027) , como los casos de imposibilidad subjetiva, cuando existen
impedimentos de tipo personal para que ciertos sujetos puedan comprar o vender (arts.
450 Ver Texto, C.Com.; 1160 Ver Texto, 1358 Ver Texto, 1359, etc., C.Civ.) (1028) .
B) La norma mercantil no distingue entre cosas principales y accesorias, por lo que debe
aplicarse tanto en el caso en que la cosa cuya venta está prohibida sea la principal o la
accesoria (1029) .
C) La obligación de indemnizar daños y perjuicios por el incumplimiento existe aunque
el vendedor sea de buena fe; esto es, que conozca o ignore la inalienabilidad de la cosa
vendida (1030) .
d) Venta con reserva de dominio. Venta bajo forma de locación.
La amplitud en las ventas que requieren ciertas industrias cuya producción se efectúa en
gran escala, generalmente por el procedimiento llamado en serie (automóviles,
máquinas agrícolas, viales, artículos del hogar, de taller, etc.), determinó la adopción del
sistema de venta a plazos, y a efecto de garantizarse el vendedor, la inclusión en los
contratos de una cláusula reservándose el dominio hasta el pago total del precio y
estableciendo que la falta de pago de determinado número de cuotas autoriza al
vendedor a retirar la cosa, perdiendo el comprador las cuotas pagadas, que se imputan a
indemnización por el uso. Esta venta con reserva de dominio ha adquirido un desarrollo
universal (1031) .
Para evitar objeciones de carácter legal, se suele también efectuar la compraventa bajo
la apariencia de un contrato de locación (locación con promesa de venta) (1032) : la
cosa se entrega en alquiler con el compromiso del locador de trasferir la propiedad al
locatario después de pagado cierto número de cuotas o la totalidad de ellas, con el pago
de una cuota suplementaria o sin él; si el locatario no efectúa con regularidad los pagos
de las cuotas, el locador puede exigir la devolución de la cosa (1033) .
Estas fórmulas son indudablemente ventajosas, tanto para el vendedor, cuyas
operaciones aumentan considerablemente, como para el comprador, a quien le permiten
la adquisición de sus máquinas de valor a veces relativamente elevado respecto de sus
recursos. En nuestro concepto, benefician particularmente a las personas de escasos
recursos y a los pequeños comerciantes, permitiéndoles adquirir elementos de
producción y de trabajo, a pagar en forma holgada con el fruto de su actividad.
Cabe argumentar que estas modalidades de la compraventa permiten operaciones
usurarias; indudablemente es usurario e inmoral que el vendedor se quede con las sumas
pagadas cuando éstas representan una parte considerable del valor de la cosa, y siempre
tiene el adquirente la posibilidad de buscar un comprador que se haga cargo del pago de
las cuotas pendientes y además le reembolse la totalidad o parte de lo pagado (1034) .
Del estudio de la doctrina y jurisprudencia extranjeras (1035) resulta que prevalece la
opinión que reconoce validez al pacto de reserva de dominio sobre cosas muebles,
tendencia que se ha acentuado en los últimos tiempos (1036) , siendo ello así y
tratándose de una modalidad impuesta por las necesidades del comercio y ventajosa
para los particulares compradores, creemos que es conveniente su reconocimiento
expreso por nuestra ley, reglamentándolo en forma de evitar abusos posibles, como
privar al comprador de la cosa no obstante haber pagado una parte considerable del
precio, y perjuicios a los terceros, mediante un adecuado sistema de publicidad (1037) ,
pero tal reforma legislativa, en nuestra opinión, no es indispensable para que estas
operaciones que estamos considerando sean perfectamente válidas en el actual derecho
positivo argentino (1038) .
Desde el punto de vista jurídico, la cláusula de reserva de dominio importa una
condición suspensiva, no del contrato sino de la trasferencia del dominio de la cosa
objeto de él (1039) . Es decir, se trata de un contrato de compraventa puro y simple en
cuanto a su perfeccionamiento, en el cual solamente el traspaso de la propiedad es
diferido ipso iure hasta que el comprador haya pagado totalmente el precio; hasta tanto
ello ocurra, el comprador recibe sólo la tenencia de la cosa con la facultad de uso y
goce, reconociendo el dominio del vendedor, quien a su vez asume la obligación
personal de no trasferir a otros la propiedad; de ello se sigue que al disfrutar el
comprador del uso y goce de la cosa, como simple tenedor no puede usucapirla, ni
disponer de ella, y debe responsabilizarse por los daños que la cosa pueda ocasionar a
terceros (1040) .
O, en otras palabras, se trata de una situación similar a la que ocurre en una
compraventa en la cual el comprador pagara el precio en cuotas y no recibiera la cosa
hasta haber saldado el precio convenido, con la diferencia de que en beneficio del
mismo comprador, en los casos que estudiamos, el vendedor le permite el uso y goce
desde el momento de suscribir el contrato.
Dado que el contrato de compraventa es independiente de la trasferencia de dominio de
la cosa que constituye su objeto (v. supra), no percibimos dificultad jurídica ni legal
para que las partes procedan en la forma expuesta.
La objeción de que ello importa una venta de cosa mueble bajo condición resolutoria
prohibida por el art. 1374 Ver Texto, C.Civ., es inconsistente, porque no se trata de la
resolución del contrato (1041) y, además, porque tal precepto no es de aplicación en la
compraventa mercantil, ya que admitiendo el Código de Comercio en forma expresa el
pacto comisorio implícito en todos los contratos sin excepción (art. 216 Ver Texto,
C.Com.) (1042) , y particularmente en la compraventa, que por ser comercial
necesariamente debe ser de cosas muebles (arts. 451 Ver Texto y 467 Ver Texto,
C.Com.), a fortiori debe admitirlo cuando es expreso. A ello hay que agregar que en
estos casos que estamos considerando, el contrato celebrado entre las partes, en rigor,
no
se resuelve, sino que se cumple, ya que la devolución de la cosa al vendedor, y la
retención por éste, en concepto de indemnización por la desvalorización de ella por el
uso, de las sumas pagadas, están expresamente previstas y estipuladas por los
contratantes. Asimismo, hay que ratificar que las disposiciones del Código de Comercio
que hemos citado no pueden ser derogadas por aplicación de un precepto de la ley civil,
inspirada en conceptos distintos de los que rigen en materia mercantil y que la doctrina
uniformemente ha criticado (1043) .
Destruída la objeción, la validez del contrato entre las partes no puede ser puesta en tela
de juicio, dado que en nuestro ordenamiento jurídico impera el principio de la
autonomía de la voluntad y los particulares pueden realizar todo aquello que la ley no
prohíbe expresamente.
Más grave es la objeción basada en el perjuicio que tal contrato puede ocasionar a
terceros que ignorantes de la verdadera situación jurídica pudieran considerarla de
propiedad del tenedor y otorgar crédito a éste sobre la base de la garantía que para ellos
representaría aquélla (1044) ; objeción reforzada con el argumento de que la reserva de
dominio importa conferir al vendedor un privilegio superior al que confiere la ley de
quiebras, siendo así que los privilegios sólo pueden tener origen en la ley (1045) .
Empero, creemos que la solidez de tal objeción es más aparente que real. Si bien los
terceros para otorgar crédito a una persona tienen en cuenta el valor de los bienes en su
poder, no es esta última circunstancia la única determinante, pues aprecian también sus
recursos normales (sueldos, rentas, ganancias, etc.) y su solvencia moral (1046) , pues,
como bien se ha dicho (1047) , la buena fe de los terceros ha de ser, no una mera
ausencia de mala fe, sino una buena fe diligente, más bien objetiva, ya que se les
impone la precaución de cerciorarse acerca de la realidad de los derechos sobre la cosa
al realizar cualquier acto, so pena de sufrir las consecuencias reipersecutorias. Las cosas
que se acostumbra vender con el pacto de reserva de dominio son de todos conocidas
(v.gr.: automóviles, máquinas de la industria fabril o agrícola, máquinas y aparatos del
hogar: de coser, de limpieza, heladeras, televisores, radios, equipos de audio y, en
general, otros electrodomésticos de creación creciente en la actualidad), y puede
afirmarse que nadie va a conceder crédito a una persona por el solo hecho de que tenga
en su poder tales cosas; por otra parte, si bien la posesión de cosas muebles hace
presumir su propiedad, la presunción es sólo iuris tantum, procediendo la prueba de que
se trata de un mero tenedor (depositario, locatario, comodatario, etc.). No se crea un
privilegio, como erróneamente se afirma (1048) , sino que el vendedor realiza la
operación en forma de evitar perjuicios y asegurarse el cobro del precio o, en su defecto,
la restitución de la cosa. Tampoco se trata de la resolución del contrato poniendo en
movimiento el mecanismo del pacto comisorio implícito del art. 216 Ver Texto,
C.Com., lo que prohíbe el art. 149 Ver Texto, ley 19551; no hay en este caso resolución
del contrato, y ella, de existir, se basaría en una cláusula expresa, lo que es ajeno al
mentado art. 216 Ver Texto.
Por lo demás, los acreedores siempre tienen el derecho de saldar las cuotas aún impagas
y obtener el dominio para el deudor, en beneficio de la masa.
Con el pacto de reserva de dominio, si el comprador enajena o pignora la cosa comete
un delito (1049) , pues sabe que pertenece al vendedor y que únicamente tiene el uso y
goce de ella, cuya propiedad adquirirá una vez que haya pagado íntegramente el precio;
todo ello es sencillo y no escapa a la inteligencia más simple.
Se afirma que con tal sistema se crea un delito no contemplado en la ley represiva
(1050) . No participamos de esta opinión; el delito está previsto y castigado por el
Código Penal, ya que en su art. 173 Ver Texto considera que comete defraudación y es
castigado con prisión de un mes a seis años... "inc. 9) el que vendiere o gravare como
bienes libres, los que fueren litigiosos o estuvieren embargados o gravados; y el que
vendiere o gravare o arrendare como propios, bienes ajenos".
En rigor, las partes no crean delito alguno, se limitan a pactar que el vendedor se reserva
el dominio de la cosa hasta el pago total del precio, esto es, que sigue siendo el titular
del dominio de las cosas y que sólo entrega la tenencia al comprador facultándolo para
el uso y goce de ella, pero reconociendo en él al propietario de la cosa; la mala fe del
comprador que procede en esa forma, es palmaria y aparece con toda evidencia y no
debe encontrar amparo en la justicia, uno de cuyos fines fundamentales es moralizar las
costumbres, combatiendo el fraude que todo lo corrompe. Porque no debemos ignorar ni
silenciar que muchas personas de mala fe, que tienen cuidado de asegurar su
insolvencia, se valen del recurso de adquirir cosas a plazo en las condiciones apuntadas,
para venderlas enseguida a terceros al contado. Debido a ello es corriente la oferta en
venta a particulares de automóviles, refrigeradores, televisores, etc., completamente
nuevos, por el 50 % de su valor. La justicia ha debido intervenir en repetidas
oportunidades en semejantes estafas a las firmas comerciales vendedoras de tales
máquinas y elementos.
Cuando se da al contrato la forma de locación con promesa de venta, la solución no es
dudosa; se trata de una simulación en cuanto a la forma de calificación del contrato, que
debe ceder ante la realidad de las cosas y la intención de las partes; los tribunales
llamados a pronunciarse al respecto deben necesariamente declarar que se trata de una
venta con reserva de dominio, y no de una locación; pero ello no puede afectar los
derechos del vendedor de conformidad con lo que dejamos expuesto precedentemente
(1051) .
45. VENTAS INTERNACIONALES. CLÁUSULAS USUALES.
Consideramos en este número las cláusulas que se utilizan con más frecuencia en las
ventas internacionales, entendiendo por ellas a toda venta a distancia concertada por
sujetos que se hallan en plazas distintas al concluír el contrato y que los efectos
vendidos deben trasladarse de la plaza donde están a otra distante, en cumplimiento de
ese contrato de compraventa (1052) . En el estudio de las mentadas cláusulas
distinguiremos las relativas a la mercadería de las concernientes al pago.
Cláusula CIF.
Esta cláusula, formada con las iniciales de las palabras inglesas cost, insurance, freight,
y que es la más usada en las ventas internacionales modernas, significando que en el
precio convenido se incluye: 1) el costo de los efectos; 2) el valor del seguro; y 3) los
gastos por fletes del trasporte de ellos, hasta el punto de destino (1053) . Es decir que el
vendedor se encarga de contratar el seguro en beneficio del comprador, quien en
realidad lo paga, y de remitir las mercaderías pagando el flete, cumpliendo con sus
obligaciones íntegramente al embarcar los efectos enajenados en el plazo y las
condiciones estipuladas (1054) . Este embarque constituye la entrega al comprador con
la consiguiente trasferencia de la propiedad (arg. arts. 2388 Ver Texto, C.Civ., y 461
Ver Texto y 463 Ver Texto, C.Com.) (1055) ; pero como el conocimiento es el título
representativo de las mercaderías (1056) , su tenencia equivale a la tenencia de éstas
(1057) ; por tanto, la situación es la siguiente: el adquirente es el dueño de las
mercaderías, pero carece de la tenencia -que pertenece al tenedor del conocimiento-, por
cuya razón no puede disponer de ellas y únicamente adquirirá tal tenencia cuando el
vendedor le entregue el conocimiento. Consecuencia de lo expuesto es que las
mercaderías viajan por cuenta y riesgo del comprador, siendo a su cargo las pérdidas o
deterioros que ellas sufran, correspondiéndole la indemnización del seguro y poseyendo
acción resarcitoria contra el trasportador y terceros (1058) .
De ese modo se explica, jurídicamente, lo que ocurre en la generalidad de los casos en
los cuales la entrega del conocimiento con los demás documentos que se requieren para
la venta CIF (póliza de seguro, factura de las mercaderías, recibo de flete si lo paga el
vendedor, y, cuando así se ha convenido, certificado de calidad), sólo tiene lugar contra
el pago del precio o de la letra que le libre el vendedor o, según las condiciones
estipuladas, contra la aceptación de esta última. De allí que afirmemos que el embarque
de los efectos constituye una tradición simbólica, lo mismo que la entrega del
conocimiento si se hizo antes que aquélla; la tradición real y efectiva únicamente tiene
lugar cuando, desembarcadas las mercaderías, con el conocimiento en su poder queden
a su disposición (1059) .
Como esta construcción jurídica puede no estar de acuerdo con el derecho positivo de
países determinados (1060) , es preferible aceptar el temperamento de la regla 6 de
Varsovia: los riesgos pasan al comprador desde el momento del embarque, con
prescindencia de la cuestión relativa al traspaso de la propiedad; del punto de vista
dogmático nada obsta a que se convenga que el comprador cargue con los riesgos, no
obstante que el vendedor conserve la propiedad de la mercadería.
La oportunidad para el pago del precio depende de lo que se convenga entre las partes;
puede el vendedor exigirlo antes del embarque de los efectos, pero, por lo general, se
adopta la cláusula "pago contra entrega de documentos" (1061) , a la cual nos referimos
más adelante. El vendedor libra una letra contra el comprador (letra documentada) que
puede descontar, percibiendo así inmediatamente el precio de la mercadería.
La cláusula CIF se utiliza generalmente en comercio marítimo en razón de la duración y
riesgo del trasporte (1062) . En la práctica este tipo de venta se suele complicar con la
inclusión de cláusulas especiales (1063) , las cuales, como es lógico, deben ser
aplicadas, interpretándose la intención de las partes si es necesario; pero sobre todo para
establecer quién soporta los riesgos (1064) , los tribunales deben precisar si se trata de
una venta CIF y, en caso afirmativo, aplicar el régimen universalmente consagrado para
ella. Las reglas más aceptadas son las Reglas de Varsovia (Warsaw Rules) de 1928,
redactadas por la Internacional Law Association, que toman forma definitiva en la
Conferencia de Oxford de 1932 (1065) .
Tales reglas son especialmente de aplicación cuando las partes contratan CIF sin
especificar otros detalles ni incluír cláusulas particulares, y también cuando el caso que
se deba resolver no haya sido previsto por ellas, si bien en este último supuesto se
deberá tener en cuenta, asimismo, la intención de los contratantes según el contrato
apreciado en su conjunto (1066) .
A) Obligaciones del vendedor.
Entre las obligaciones y responsabilidades de esta parte, tenemos:
1) Cantidad de las mercaderías.
La cantidad de las mercaderías (cosas genéricas) se especifica expresamente en el
contrato, sea en forma precisa, determinando una cantidad fija, o bien
aproximadamente, estableciendo alrededor o más o menos, lo que faculta al vendedor
para aumentar o disminuír la cantidad, dentro de ciertos límites, se entiende, cuya
determinación corresponde a los tribunales en cada caso, pues se trata de una cuestión
de hecho, circunstancial. Tratándose de venta a entregar en el momento del embarque,
el vendedor está obligado a embarcar la cantidad estipulada y a conseguir el permiso de
exportación necesario (regla 15 de Varsovia). Es preciso recordar que la
individualización de los efectos debe ser anterior a la trasferencia del dominio, esto es,
al embarque. Tal determinación es necesaria para que el comprador soporte los riesgos,
pues en caso de falta de determinación quedarían a cargo del vendedor. Por natural
implicancia, los usos y costumbres en esta materia determinan que en las ventas CIF el
vendedor asume todos los riesgos por pérdidas o deterioros de las mercaderías, hasta
que ellas hayan sido puestas a bordo del buque (1067) ; de ello se sigue que la
determinación de las cantidades de las mercaderías debe ser anterior o simultánea al
embarque, nunca posterior, puesto que en este último caso no sería posible concluír la
ejecución de la compraventa (arg. art. 1333 Ver Texto, C.Civ.).
2) Calidad de las mercaderías.
Ésta es una de las cuestiones más delicadas y la que produce mayor número de litigios,
pues en principio el comprador desea comprobar si las mercaderías que le envía el
vendedor son de la calidad convenida. Desde luego, el vendedor debe embarcar
mercaderías de la calidad estipulada, ya que de lo contrario faltará a la principal de las
obligaciones contraídas y que es causa de la contraprestación del comprador consistente
en el pago del precio de este contrato conmutativo (1068) . Empero, la cuestión práctica
estriba en establecer si el comprador puede o no exigir la verificación de las mercaderías
en el puerto de destino antes del pago o la aceptación de la letra girada por el vendedor.
En nuestro concepto, cuando en el contrato figura la cláusula pago contra entrega de
documentos, carece de tal derecho de revisación (1069) , sin perjuicio de la acción que
le corresponda contra el vendedor si las mercaderías no son de la calidad convenida. Si
no se ha incluído dicha cláusula, el comprador tiene derecho a revisar los efectos antes
del pago. Para allanar dificultades y conciliar en lo posible los intereses opuestos, el uso
ha consagrado el certificado de calidad, que el vendedor debe conseguir, ajustándose a
los reglamentos y usos del puerto del embarque; en los contratos con cláusula CIF se
suele prever expresamente la presentación del certificado; sin embargo, salvo que
expresamente se estipule que el comprador acepte pasar por las constancias del
certificado de calidad, renunciando a alegar y probar que las mercaderías no son de la
calidad que él indica, tiene derecho de hacerlo (1070) .
Naturalmente que si después del pago o la aceptación de la letra de cambio
documentada el comprador comprueba que la calidad no es la convenida, puede
accionar contra el vendedor como en cualquier otro caso de incumplimiento del
contrato, pero en tal supuesto, a la inversa de lo que ocurre en la venta común, en la
venta con cláusula CIF se presume que la calidad de la mercadería, al ser embarcada, se
ajustaba al contrato y al comprador corresponde la prueba contraria (1071) .
3) Embarque.
El vendedor se obliga a cargar la mercadería en el puerto indicado en el contrato y en el
plazo convenido. Si no hubiese establecido puerto de embarque se entiende que debe
serlo en el puerto que se halle más próximo al lugar de origen. El comprador no puede
rechazar la mercadería so pretexto de que el embarque debió hacerse en el domicilio del
vendedor, que se halla mucho más cerca del lugar de destino (1072) .
La entrega de la mercadería al comprador tiene lugar por su puesta a bordo.
En todo ello, y salvo cláusulas especiales del contrato, el vendedor debe ajustarse a las
leyes, reglamento y usos del puerto del embarque (regla 3, 1º, de Varsovia) (1073) , que
constituye la lex loci contractus (1074) .
Referido a los créditos documentados (1075) , el art. 40 de los Usos y Reglas Uniformes
relativos a los Créditos Documentarios (revisión 1962) (1076) , dispone que salvo
instrucciones en contrario en las condiciones del crédito, las palabras "salida",
"despacho", "carga", "partida del buque", que se emplean para fijar la fecha tope para la
expedición de las mercaderías, se considerará que son sinónimas de "expedición". Las
expresiones tales como "pronto", "inmediatamente", "lo más pronto posible" y otras
semejantes no deberían ser empleadas. Si se las emplea, los bancos las interpretarán
como petición de que la expedición se haga dentro de los treinta días, a contar de la
fecha de la notificación del crédito al beneficiario por el banco emisor, o por un banco
avisador, según el caso.
La venta CIF también puede versar sobre mercaderías que se hallan en puerto
embarcadas con anterioridad en el viaje (regla 3, 2º, de Varsovia).
Sin perjuicio de volver sobre el particular al tratar la cláusula venta sobre embarque,
hemos de reiterar aquí que generalmente se estipula un plazo de dos meses que se
indican: enero-febrero, marzo-abril, etc. El embarque debe ser efectuado dentro del
plazo, lo que significa que no puede comenzar antes ni terminar después (regla 5, 1º, de
Varsovia).
En todo caso que resulte imposible el embarque por fuerza mayor, el vendedor debe
hacer conocer al comprador tal evento.
La prueba del embarque dentro del plazo puede llevarse a cabo por todos los medios
admitidos en derecho comercial respecto de los hechos; normalmente se efectúa por el
conocimiento embarcado (shipped), pero el comprador puede producir prueba contraria
(regla 5, 2º, de Varsovia). Hay que tener presente que este conocimiento que podríamos
llamar tradicional, clásico o regular, no debe ser confundido con el llamado
conocimiento recibido para embarque (received for shipment bill of lading, en
Inglaterra, o connaissement reçu pour embarquement, en Francia), que sólo prueba que
se han recibido las mercaderías a efectos de embarcarlas, ni del conocimiento llamado
directo, que se expide para los trasportes que deben efectuarse con trasbordos o por
agua y por tierra, ni tampoco el que acredita el embarque de un cargamento de cosas
fungibles, que posteriormente puede fraccionarse y del cual la mercadería adquirida
constituye sólo una parte (1077) .
En general, en los contratos con cláusula CIF suele estipularse que las partes aceptan la
fecha del conocimiento como fecha de embarque, en cuyo caso es inadmisible la prueba
en contrario, salvo, se entiende, si media fraude.
4) Trasporte.
Es obligación del vendedor asegurar el trasporte, por cuenta del comprador, en
condiciones normales y conforme a los usos de la navegación.
Él es responsable del buen embalaje de la mercadería (1078) . Éste debe ser el adecuado
o usual, siempre que no sea de uso la expedición sin embalar (1079) .
Debe cargar sobre un navío adecuado, por ejemplo, si las mercaderías son de tipo
perecedero, en un vapor, y no en un velero (1080) . Le está vedado fraccionar la
expedición (1081) y cargar sobre el puente, a no ser en circunstancias excepcionales
(1082) .
Habiendo líneas directas, debe utilizarlas, evitando los trasbordos, que generalmente son
repudiados por la jurisprudencia (1083) ; pero sobre este punto habrá que atenerse a los
usos marítimos (1084) . Aun cuando las partes hubieran estipulado por vapor directo,
debe admitirse la facultad de trasbordo si no existe línea de navegación directa entre los
puertos de partida y destino (1085) .
Si se hubiera convenido que el vendedor designará el navío, está obligado a embarcar en
el que haya designado (regla 8 de Varsovia), bajo pena de resolución de la venta (1086)
; pero hay que tener muy en cuenta, a los efectos jurídicos que se produzcan, que la
introducción de tal cláusula trasforma la venta CIF que estamos estudiando, en venta
por navío designado (1087) .

5) Seguro.
El vendedor está obligado a asegurar las mercaderías embarcadas, por cuenta del
comprador, en una compañía de buena reputación (regla 13, I, de Varsovia). Debe
tratarse de un seguro individual para el lote de las mercaderías a que se refiere el
contrato, siendo inadmisible el seguro global del cargamento o una póliza flotante. El
seguro debe quedar concluído en cuanto a su contratación, formándose la
correspondiente póliza, siendo insuficiente un mero certificado de seguro otorgado por
el agente de la compañía aseguradora; sobre este punto la jurisprudencia no ha fijado un
criterio definitivo y las Reglas de Varsovia determinan que debe aceptarse el certificado
cuando reproduce la póliza de una manera suficiente y da al portador los mismos
derechos que la póliza (regla 13, II) y que cuando es de uso en ciertos ramos del
comercio es suficiente una nota de cobertura de un corredor: boker´s cover note (regla
13, III).
El seguro debe cubrir el valor total de las mercaderías en el puerto de destino (1088) .
Salvo convención especial, el vendedor no está obligado a asegurar por riesgos de
guerra (regla 13, I, de Varsovia).
La póliza debe ser trasmisible, en la moneda del contrato en cuanto se pueda; respecto
del crédito documentado, el valor mínimo será el valor CIF de las mercaderías en
cuestión. Sin embargo, cuando el valor CIF no puede ser determinado por los
documentos presentados, los bancos aceptarán como valor mínimo, bien el importe de
la utilización del crédito, bien el importe de la factura correspondiente, tomando el que
sea más elevado de los dos (art. 26, U. y R. U.).
Cuando el comprador tomara conocimiento de que el vendedor no ha hecho asegurar la
mercadería puede contratar el seguro correspondiente a cargo de éste (regla 14 de
Varsovia).
6) Remisión de documentos.
El vendedor debe remitir al comprador los documentos estipulados en el contrato, y en
el silencio de éste, los que acrediten el embarque de la mercadería (conocimiento), la
factura que la detalla, el recibo del flete pagado, cuando lo paga el vendedor, y el
documento que acredita el seguro. Además de esa documentación necesaria, suele
acompañarse, por ser de práctica, el conocimiento recibido para embarque (received for
shipment bill of lading), que acredita, como ya expresamos, el haber entregado la
mercadería para su embarque, el conocimiento directo (though bill of lading) que se
expide para los trasportes que deben efectuarse con trasbordos, o por agua o por tierra,
las órdenes de entrega (delivery orders) que permiten retirar las mercaderías por partes,
pues son susceptibles de ser fraccionadas y de las cuales las mercaderías adquiridas
constituyen sólo una parte (1089) , siendo este último el más frecuente de este tipo de
documentos.
La remisión de los documentos debe efectuarse inmediatamente, es decir, en cuanto los
tenga en su poder el vendedor y a más tardar antes del momento en que se ha podido
comprobar el estado material de la mercadería, o sea, antes de la apertura de los fardos o
cajones (1090) .
Si los documentos no concuerdan con las estipulaciones del contrato, el comprador
puede rechazarlos (regla 9 de Varsovia) (1091) .
El vendedor debe remitir los documentos aun en el caso de que las mercaderías se hayan
perdido o averiado (regla 18 de Varsovia), a fin de que el comprador haga valer sus
derechos ante la compañía aseguradora con motivo del siniestro (1092) .
B) Obligaciones del comprador.
Como en toda compraventa la obligación primordial del comprador es pagar el precio,
debido a ello tratamos aquí algunas peculiaridades que presenta el negocio cuando tiene
incluída la cláusula CIF.
1) Determinación del precio.
Ya hemos expresado que en la venta CIF el precio estipulado comprende el costo de la
mercadería, con más el flete y la prima de seguro.
El comprador soporta los gastos de descarga; asimismo los derechos fiscales (regla 10
de Varsovia) (1093) .
Si se conviene en que el flete lo pague el comprador a la llegada de las mercaderías, su
importe se deduce del precio (1094) . En este caso, cuando el flete no se debe porque las
mercaderías no llegan a destino, se discute si el comprador, que es plenamente
indemnizado por el asegurador del importe de las mercaderías en el lugar de destino,
debe entregar el flete al vendedor o guardarlo para sí. En el primer sentido se ha
pronunciado Ripert (1095) , y en el segundo sentido, Gaubert (1096) , Bédarride (1097)
y Ramella (1098) . En nuestro concepto, la falta de pago del flete beneficia al
asegurador: el vendedor sólo tiene derecho al importe de las mercaderías deducido el
flete, que el comprador debía pagar; el comprador tiene derecho al valor de las
mercaderías en el lugar de destino, incluído el flete, pero éste lo tiene en su poder, pues
no lo ha pagado al vendedor ni al trasportador; el seguro en ningún caso puede
constituír una fuente de beneficios, pues su finalidad es indemnizar por pérdidas y
perjuicios sufridos. En el supuesto que nos ocupa, el flete perdido por el trasportador no
lo ha desembolsado ninguna de las partes y, por tanto, no puede pretender que el
asegurador se lo pague; como el comprador tiene en su poder el importe del flete, el
asegurador sólo le abonará la suma pagada al vendedor, es decir, el costo de la
mercadería y la prima del seguro; es la solución que corresponde, de conformidad con
los preceptos legales y jurídicos que rigen en materia de seguros. Naturalmente que si el
asegurador indemniza al comprador pagándole íntegramente el valor fijado a la
mercadería y que incluye también el flete, el comprador deberá entregar al vendedor el
importe de este último, dadas las modalidades de la venta CIF.
2) Pago contra documentos.
Generalmente el pago del precio se efectúa contra entrega de los documentos que debe
remitir el vendedor (1099) . Cuando se ha estipulado el pago contra entrega de
documentos, el comprador no puede pretender la revisación previa de las mercaderías.
En lo demás remitimos al lector a lo que exponemos en la letra b, ap. I, de este nº 45.
En ciertos casos se estipula pago contra documentos a la llegada, con lo cual el
comprador únicamente está obligado a efectuar el pago o la aceptación de la letra
cuando las mercaderías han llegado al puerto de destino. Tal cláusula desnaturaliza, en
nuestro concepto, la venta CIF, ya que efectuándose la entrega de las mercaderías y la
trasferencia de la propiedad al comprador con el embarque, la llegada o no de ellas a
destino es indiferente para la validez de la operación (1100) . A fortiori es incompatible
con la venta CIF la cláusula de que el pago lo efectuará el comprador al contado
después de verificada la mercadería (1101) .
3) Riesgos del trasporte.
Puesto que el embarque importa la entrega de las mercaderías al comprador y produce la
trasferencia de la propiedad a éste, los riesgos son a su cargo desde ese momento (1102)
. En consecuencia, debe pagar el precio aunque las mercaderías perezcan o se deterioren
(1103) , así como queda a su cargo el riesgo del retardo en el trasporte (1104) .
El comprador puede verificar el estado de las mercaderías a la llegada (aunque haya
pagado o aceptado la letra que le giró el vendedor por el importe del precio), a fin de
determinar si las averías que presentan han tenido lugar antes o después del embarque.
Para evitar controversias el vendedor puede exigir que el comprador acepte de antemano
como exacto el contenido del certificado de calidad y renuncie a toda reclamación al
respecto (1105) .
Sin desnaturalizar la venta CIF puede convenirse que el comprador pagará el precio
sobre peso neto entregado (1106) , lo cual sólo significa que el vendedor soporta las
diferencias de peso y las mermas normales, gravitando sobre el comprador las pérdidas
de peso originadas por fortuna del mar (1107) .
C) Cláusulas especiales.
Antes de concluír, hemos de decir que existen algunas cláusulas especiales que pueden
agregarse a la venta CIF sin desnaturalizarla, tales como: CIF e I., si se estipulan
recargos por intereses; o cuando el vendedor debe soportar los riesgos de cambio: CIF
and exchange; o si le corresponde el pago al comisionista: CIF and commission; o
cuando soporta el desembarque: CIF landed. Asimismo se han admitido: CIF flotante,
para significar que se trata de mercaderías ya embarcadas, en oposición a las que se han
de embarcar, y no que el navío haya dejado ya el puerto de carga (1108) ; CIF
"mercaderías sanas, calidad legítima y mercantil" (marchandise saine, qualité loyale et
marchande), que tiene por finalidad poner a cargo del comprador, no las averías
ocurridas durante el viaje, sino solamente las anteriores al embarque (1109) .
II) Cláusula FOB.
Esta cláusula está formada con las iniciales de la expresión inglesa free on board, que
significa franco a bordo. Es decir que en la compraventa que incluya esta cláusula, el
vendedor se obliga a poner las mercaderías sobre buque (1110) , corriendo por su cuenta
todos los gastos y operaciones de carga (1111) ; el precio incluye, pues, los gastos
señalados; efectuado el embarque, se las considera entregadas al comprador, y los
riesgos del trasporte, así como el pago del flete, son a su cargo (1112) .
Se suele mencionar FOB (buque) distinguiéndola de la FOB (vagón), que sólo obliga al
vendedor a entregar las mercaderías sobre vagón en el puerto de embarque,
correspondiendo al comprador los gastos y operaciones de descarga de vagón y carga en
el buque (1113) .
El comprador puede encargar en forma expresa al vendedor que provea el flete, pero
ello no cambia la naturaleza de este tipo de venta, pues el vendedor actúa como
mandatario del comprador (1114) , quien debe reembolsarle el gasto. En tal caso el
vendedor debe soportar las consecuencias de la espera de un navío disponible; el plazo
es en favor del comprador y sólo termina cuando el navío está listo para cargar (1115) .
Esta cláusula puede presentar variantes; por ejemplo: FOB que indique el acarreador
interior y de un punto de partida interior; en ese caso el precio cotizado comprende sólo
mercaderías colocadas en un punto del interior del país exportador y es el vendedor
quien debe disponer lo necesario para la carga de ellas en el medio que van a ser
trasportadas (v.gr., vagones de ferrocarril, camiones, barcazas, lanchones, avión, etc.). O
FOB buque... con indicación del puerto de embarque; en este caso el vendedor cotiza un
precio que comprende todos los gastos hasta la entrega, incluso, de la mercadería a
bordo del buque en el puerto de embarque que se indica. Ésta es la modalidad más
común (1116) , y ha sido incluída en las definiciones del comercio exterior de los
Estados Unidos (II, E) (1117) .
A) Obligaciones del vendedor (1118) .
Son obligaciones del vendedor: 1) entregar la mercadería a bordo del buque designado
por el comprador en el puerto de embarque convenido, según el uso de éste, en la fecha
o plazo estipulado y comunicar al comprador, sin demora, cuando la mercadería está
embarcada; 2) conseguir por su cuenta y riesgo la licencia de exportación de las
mercaderías; 3) proveer el embalaje de uso de las mercaderías, y soportar todos los
gastos y riesgos hasta que ellas hayan sido embarcadas; 4) atender los gastos de
verificación y control necesarios para la entrega de las mercaderías; 5) proveer a su
cargo el conocimiento de embarque limpio (1119) .
B) Obligaciones del comprador.
Por su parte, el comprador tiene a su cargo: 1) obtener bodega en un barco y avisar con
tiempo al vendedor el nombre de éste, fecha de salida, tiempo de entrega y lugar de
carga; 2) pagar los gastos de trasporte, los derechos de importación y el costo de la
documentación; 3) atender los gastos ocasionados por las mercaderías y soportar los
riesgos que ella pueda correr a partir de que es embarcada; 4) para el caso de que no
indique al vendedor el buque en tiempo oportuno, o si la indicación es errónea o
imprecisa, y se producen gastos, ellos serán a cargo del comprador, así como los riesgos
desde la fecha en que termina el plazo convenido para la entrega.
III) Cláusula FAS.
La sigla se toma de free along side, y significa que el vendedor debe entregar la
mercadería al costado del navío, al alcance de las grúas del buque, y no a bordo,
corriendo sólo con los gastos hasta el momento de ser elevada a él.
Si bien tiene alguna similitud con la cláusula FOB, se diferencia en que: A) el vendedor
debe individualizar las mercaderías para que sea posible la trasferencia de los riesgos al
comprador, siempre antes del embarque, pero lo ideal será que lo haga cuando pone las
mercaderías al costado del navío; B) los gastos de acarreo hasta el lugar donde debe
ubicarse la mercadería son a cargo del vendedor; todos los demás corresponden al
comprador; C) las mercaderías deben estar al costado del buque dentro del término
estipulado, debiendo el vendedor dar aviso al comprador de que los efectos están en
condiciones de ser embarcados y entregarle, además, el conocimiento limpio de uso
(1120) .
IV) Cláusula C. & F.
La designación deriva de "cost and freight", es decir, costo y flete.
Esta cláusula es de efectos similares a la venta CIF, con la excepción de que el precio no
incluye la prima de seguro, el cual queda a cargo del comprador. Es la más usada para
nuestras importaciones, pues en ellas los seguros son contratados en nuestro país (1121)
V) Cláusula "barco designado o a designar".
Esta forma de venta tuvo mucha difusión en la primera mitad del siglo XIX, en razón de
que el tráfico marítimo, que se efectuaba por medio de veleros, no reunía las
condiciones de seguridad y puntualidad en las salidas y llegadas de los barcos que tuvo
posteriormente con el desarrollo de la navegación de vapor.
En las ventas sometidas a esta modalidad, el vendedor se obliga a entregar las
mercaderías en el puerto de destino, pero sin establecerse plazo para la entrega ni
responsabilidad para él, en caso de pérdida o avería; su obligación consiste en remitirlas
por el barco que se designa o que el vendedor queda facultado para designar dentro de
determinado plazo; esta designación no requiere fórmulas sacramentales y puede
hacerse por carta o telegrama, habiendo la práctica repudiado la designación verbal, por
la dificultad que entraña probarla en juicio (1122) . La designación es irrevocable, esto
es, que no puede ser modificada posteriormente (1123) .
Si el vendedor no designa el navío dentro del plazo estipulado, el contrato queda
incumplido por su parte, y el comprador puede proceder sin más trámite de conformidad
con las reglas legales que incluyen los arts. 216 Ver Texto y 467 Ver Texto, C.Com.
(1124) .
Las partes pueden fijar, también, el plazo dentro del cual debe tener lugar el embarque,
y en tal caso, si las mercaderías no son embarcadas dentro de él, el vendedor habrá
incurrido en incumplimiento y el comprador podrá proceder como indicamos en el
párrafo anterior (1125) .
La situación legal de las partes es la siguiente: el comprador sólo está obligado a recibir
las mercaderías en destino, siempre que lleguen en las condiciones convenidas; si se
pierden por fortuna de mar, las pierde el vendedor, el contrato se resuelve pero no
responde al comprador por los daños y perjuicios (1126) . Si la pérdida es parcial, el
comprador está obligado a recibir la parte que llegue en condiciones, única que debe
pagar (1127) ; si el vendedor hubiera recibido íntegramente el precio, debe devolver la
parte proporcional que corresponda.
La circunstancia de que el vendedor remita el conocimiento al comprador, con lo cual le
asegura la tenencia de las mercaderías, carece de influencia respecto de la situación de
las partes intervinientes en esta venta, pues ella es una venta en destino, es decir, una
venta de cosa futura, que sólo queda cumplida si las mercaderías llegan a destino y
sobre las que llegan en caso de pérdida parcial.
Como se trata de venta de cosa futura, subordinada a la condición de que llegue al
puerto de destino, el retardo en la entrega, ocasionado por los azares de la navegación y
no imputable, por consiguiente, al vendedor, que ha hecho el embarque ajustándose a lo
convenido, debe soportarlo el comprador aun cuando se haya fijado un plazo para ella,
salvo que de los términos del contrato resulte que el plazo fijado constituía una
condición esencial (1128) .
VI) Cláusula "venta sobre embarque".
Esta fórmula reemplazó a la anterior al tornarse más seguros y regulares los medios de
navegación. El vendedor tiene con ella la ventaja de poder elegir el navío, que es
indiferente, pues basta con que las mercaderías se embarquen dentro de determinado
plazo, como ocurre en el caso de la venta de navío designado, plazo que generalmente
se indica por meses; por ejemplo: mayo-junio, que significa del 1 de mayo al 30 de
junio.
Empero, a veces al plazo no se lo indica con forma precisa, estipulándose solamente
pronto embarque, embarque lo antes posible, embarque inmediato. En estos casos la
determinación de si el vendedor ha hecho el embarque en tiempo es una cuestión de
hecho que los jueces deben resolver en cada caso según sus particularidades, pues
depende de la magnitud de la operación, de la naturaleza de las mercaderías, de su
existencia al momento de celebrarse el contrato o de su fabricación posterior, del tráfico
marítimo entre los puertos de partida y de llegada, de la abundancia o escasez de navío;
etc. (v. art. 40, U.R.U.).
La estipulación de que el embarque tendrá lugar desde que el vendedor pueda hacerlo, si
se trata de mercaderías existentes debe ser interpretado en el sentido de que la
expedición se efectuará en el primer navío que parta hacia el puerto de destino, salvo
que ello hubiera sido imposible, circunstancia que debe probar el vendedor (1129) .
En cambio, la cláusula embarque en el primer vapor es mucho más precisa para
determinar la obligación del vendedor, pues permite establecer con facilidad cuándo
debió realizar el embarque; la prueba de que en el primer navío no fue posible embarcar
corresponde al vendedor que pretenda liberarse de su responsabilidad (1130) .
Esta venta, en todos los casos, y no obstante su nombre, es una venta al desembarque,
ya que la entrega de las mercaderías se efectúa en el puerto de destino.
Su régimen jurídico y sus efectos son análogos a los de la venta por navío designado o a
designar, puesto que se trata de venta de cosa futura, y los riesgos de la pérdida o
deterioro de ella pesan sobre el vendedor; pero como se trata de venta de cosas
genéricas, y el género, en caso de pérdida, si bien el vendedor no responde por los daños
y perjuicios que ello ocasione al comprador, éste puede pedir la rescisión del contrato o
exigir el reemplazo de las mercaderías perdidas o averiadas por otras iguales (1131) ,
respetando, se entiende, lo convenido respecto del plazo; el vendedor puede reemplazar
las mercaderías perdidas o averiadas, y cumple siempre que lleguen a destino en el
lapso fijado.
El vendedor sólo incurre en incumplimiento si no embarca los efectos en el plazo
estipulado; los riesgos del retardo en la llegada del navío los soporta el comprador.
El embarque debe efectuarse en un navío que viaje al puerto de destino, y no en uno con
destino distinto que luego trasborde las mercaderías a otro (1132) . Para ello es
conveniente incluír la cláusula por vapor directo.
VII) Cláusula "el vendedor no garantiza el embarque".
Esta cláusula tiene el alcance de liberar de la responsabilidad al vendedor en caso de
inejecución, y no el de constituír al comprador en la obligación de recibir las cosas en
cualquier época.
VIII) Cláusula "franco fábrica".
Cuando se incluya en la venta la cláusula franco fábrica, el vendedor pone los efectos a
disposición del comprador en la fábrica, siendo de cuenta de éste los gastos de
expedición, trasportes, seguros, etc., y la mercadería viaja por cuenta y riesgo del
comprador.
b) Relativas al pago.
Estudiamos aquí las cláusulas más corrientes, respecto del pago en las ventas
internacionales, para lo cual haremos una necesaria y sintética consideración del crédito
documentado, cuyo tratamiento en detalle excedería en mucho las posibilidades de esta
obra, por lo cual remitimos a los estudios especiales sobre el tema (1133) .
I) Pago contra documentos. Aceptación contra documentos.
Especialmente en las ventas realizadas con las cláusulas CIF y FOB es corriente
convenir que el comprador deberá efectuar el pago del precio o aceptar la letra que le
gira el vendedor, al serle presentados los documentos que acreditan que éste ha
cumplido con las obligaciones que el contrato le impone. Estos documentos son, en la
venta CIF: A) la factura que detalla las mercaderías; B) el conocimiento que acredita el
embarque; C) el recibo de pago del flete; D) la póliza del seguro. En la venta FOB: A)
la factura; B) el conocimiento, puesto que el flete lo paga el comprador, y C) el seguro
debe efectuarlo éste.
Tales documentos y la letra, en su caso, deben ser presentados al comprador en el lugar
convenido, misión que realiza un representante del vendedor; por lo común es un banco.
El comprador debe efectuar el pago o aceptar la letra en el plazo estipulado, aunque los
efectos no hayan llegado a destino, sin perjuicio de las reclamaciones que correspondan
si luego resulta que no se ajustan a lo convenido; a fortiori debe hacerlo si han arribado,
sin que pueda pretender revisarlas antes del pago o la aceptación, aun cuando alegue
que le consta que no son las convenidas o no llegan en condiciones; lo contrario
importaría desvirtuar la garantía que para el vendedor significan las referidas cláusulas,
ya que el pago del precio no estaría subordinado al cumplimiento de sus obligaciones
por parte del vendedor sino a la llegada en condiciones de la mercadería, que no es
precisamente lo estipulado. Se dirá que el comprador corre el riesgo de que el vendedor
haya procedido de mala fe y le envíe cosas distintas de las estipuladas, pero tal riesgo es
un tanto problemático, pues las ventas en las condiciones apuntadas sólo se efectúan
con fábricas o comerciantes de seriedad reconocida, y de todos modos la estipulación es
ley para las partes y los términos de ella deben ser interpretados de conformidad a las
prácticas mercantiles: en virtud de tales cláusulas, el comprador renuncia tácitamente al
derecho de examinar las mercaderías antes de pagar el precio o aceptar, renuncia
perfectamente válida y que constituye una modalidad del comercio: el valor cambiario
de la letra que libra el vendedor que ha cumplido sus obligaciones, no debe verse
afectado por las defensas del comprador relacionadas con las condiciones intrínsecas de
las mercaderías: calidad, estado, etc. (1134) .
Sin embargo, Castillo se ha pronunciado admitiendo que el comprador tiene derecho a
revisar las mercaderías en el puerto de destino, antes de pagar el precio o aceptar la letra
(1135) . Esa tendencia -doctrinal y jurisprudencial- se inspira en el propósito de
beneficiar a los comerciantes del país, pero la solución jurídica debe ajustarse a los
términos del contrato y a los usos y costumbres del comercio, prescindiendo de tal
criterio localista, que de generalizarse resultaría en definitiva perjudicial para las
personas a quienes se quiere favorecer, pues los comerciantes extranjeros podrían
negarse a comerciar con ellas en esas condiciones por no ofrecerles la suficiente
garantía que buscan con la venta CIF (1136) .
Para asegurar al comprador que las mercaderías son de la calidad convenida se suele
estipular que el vendedor entregará, juntamente con los demás documentos, un
certificado de calidad, librado de conformidad con los usos del puerto de embarque
(1137) .
II) Letra documentada.
Esta institución cambiaria se utiliza en las compraventas internacionales; normalmente
está vinculada con las operaciones bancarias de comercio exterior; y si bien la mayoría
de las veces aparece vinculada con el denominado crédito documentado (o
documentario), puede darse el caso de que se libre una letra documentada, respecto de la
cual el banco sólo haga de intermediario, sin conceder crédito, ni firmar la letra. Debido
a ello, y con la finalidad de suministrar los conceptos elementales que permitan
comprender la función de la letra de cambio documentada (1138) , exponemos a
continuación, primeramente el mecanismo del crédito documentado bancario, para
luego describir algunas de las operaciones prácticas en virtud de las cuales se libra una
letra documentada, para concluír exponiendo algunas diferencias entre el crédito
documentado y la letra documentada, legislación aplicable y naturaleza jurídica del
primero.
III) Crédito documentado.
A) Mecanismo del crédito documentado.
En las ventas internacionales el comprador-importador obtiene que un banco de su
plaza, abra un crédito en favor del vendedor-exportador de otro país, por el importe de
la compra efectuada, suma que cuando el banco acreditante le liquide al beneficiario del
crédito, el comprador-importador pagará directamente al banco mencionado. Desde el
punto de vista económico-financiero, tal pago podrá hacerlo también mediante la
concesión de un crédito que el propio banco le conceda a los efectos de que el
importador pueda negociar la mercadería comprada en el exterior y con el producto
cancelar la deuda bancaria.
Una vez concedida la apertura de crédito gestionada por el importador ante el banco
acreditante (o emisor), éste notifica, generalmente por intermedio de otro banco del país
o la plaza correspondiente, al vendedor-exportador; tal banco corresponsal o delegado
se lo designa banco notificador; puesto que pone en conocimiento del
vendedorexportador
la apertura de crédito efectuada, del cual puede hacer uso dentro de
determinado plazo, una vez que entregue al banco los documentos correspondientes a la
mercadería o efectos vendidos, según lo convenido con el comprador-importador.
Hay que tener en cuenta que normalmente se fija un plazo para el embarque de la
mercadería; si tal plazo no se cumple, el banco no efectuará el pago al
vendedorexportador,
pues éste no podrá cumplir con una de las obligaciones primordiales a su
cargo: la entrega de un conocimiento de embarque expedido por la autoridad
competente, que dé cuenta que esa operación se ha llevado a cabo.
Antes de la notificación, el vendedor-exportador carece de todo derecho respecto del
banco acreditante, y en la práctica no es necesario que luego de la notificación o
conformidad con la oferta del banco acreditante, pues ella de antemano está aceptada en
razón del contrato celebrado con el comprador-importador, que fue quien gestionó y
obtuvo la apertura de crédito. La costumbre internacional hace que el
vendedorexportador,
una vez notificado por el banco corresponsal, se presenta directamente para
hacer efectivo el cobro.
B) Clases de crédito documentado.
Existen diversas clases del crédito bancario documentado; así, tenemos:
1) Crédito documentado simple. También llamado revocable o tan sólo crédito
documentado, en el cual el banco acreditante puede revocar el crédito abierto al
vendedor-exportador, en cualquier momento, con lo cual éste no tiene ninguna
seguridad de que se hará efectivo el pago en oportunidad de la presentación de los
documentos exigidos. La revocación puede obedecer a múltiples causas. Las más
comunes ocurren cuando el banco ha otorgado crédito al comprador-importador y éste
ya no ofrece garantía de solvencia suficiente para afrontar el crédito que el banco
acreditante otorgue y que él debe atender, por ejemplo, si entra en concurso o quiebra.
Para que el banco ejerza esta facultad, en esta clase de crédito, no se requiere reserva
expresa, ni manifestación alguna; los usos comerciales admiten tal revocación ad
nutum, a voluntad del banco, sin limitación alguna y sin obligación de expresar el
motivo (1139) .
Tan amplia facultad del banco es la razón por la cual el uso de esta clase de crédito
documentado es casi nulo.
2) Crédito documentado irrevocable. Existe también el crédito documentado
irrevocable, carácter jurídico, éste, que le confiere plena seguridad al vendedor, pues el
banco se compromete frente a él, en forma directa y abstracta (1140) ; tal obligación
nace en el momento en que es notificado el vendedor-exportador, y no desde que el
banco notificador recibe la noticia del banco acreditante. Hay que tener claro ello,
puesto que antes de que se concrete la notificación al vendedor-exportador, el banco
acreditante puede revocar el crédito, por decisión propia o siguiendo instrucciones del
comprador-importador.
Ésta es la forma más difundida en el comercio internacional.
3) Crédito documentado irrevocable confirmado. Existe una tercera forma de crédito
documentado, designado crédito irrevocable confirmado, que es el que mejor se presta a
la utilización de la letra de cambio documentada.
En esta clase de crédito documentado, el banco notificador, que hace las veces de
delegado del banco acreditante o emisor, no se limita a notificar la apertura de crédito
que se le concediera al vendedor-exportador y que fuera gestionado por el
compradorimportador;
sino que asume el compromiso de aceptar o, en su caso, pagar las letras de
cambio que el vendedor-exportador gire; y si se trata de un crédito utilizable mediante
la
modalidad de negociación de las letras de cambio, se compromete a negociarlas,
endosándolas, pero sin recurso contra el librador.
C) Relaciones jurídicas que se establecen.
La operación de crédito documentado, en términos generales, involucra una doble
vinculación jurídica:
1) Entre el comprador-importador de la mercadería y el banco que a su pedido abre un
crédito en favor del vendedor-exportador.
2) Entre el vendedor-exportador y el banco acreditante, debiendo distinguirse, en este
último caso, si el crédito documentado es renovable o irrevocable si el banco
acreditante, como es de práctica normal, actúa por intermedio de un corresponsal (o
notificador), generalmente cumple esa función por medio de un banco del país o de la
plaza del vendedor-exportador, y se establece entre ambas instituciones bancarias un
vínculo independiente en absoluto de los dos vínculos premencionados, asumiendo el
banco acreditante la responsabilidad por la omisión o negligencia en que incurra el
banco corresponsal (1141) ; la relación existente entre ambos bancos es la de un
mandato, actuando como mandatario el banco notificador.
Y bien, el vendedor-exportador, por lo común, después de recibir la notificación del
banco, embarca las mercaderías y se presenta a cobrar el precio, con los respectivos
documentos.
El comprador-importador tiene, por su parte, la seguridad de que el pago no se efectúa
hasta la entrega de los documentos convenidos (1142) .
La intervención del banco es ajena, en absoluto, al contrato de compraventa y se limita
al pago al vendedor-exportador y a la comprobación de que los documentos que éste
entrega se ajustan a lo estipulado o, a falta de estipulación expresa, a los que
reglamentariamente sean de uso en el lugar de destino, pues es en éste donde el
comprador adquirirá la disponibilidad de los efectos comprados (1143) . No responde,
como es lógico, de la existencia de las mercaderías en las condiciones convenidas, pues
además de no constarle, ello es una cuestión propia de la venta internacional y extraña al
crédito documentado. La responsabilidad del banco acreditante frente al
compradorimportador,
por culpa o negligencia de su parte, se rige por los principios generales del
derecho común. Desde luego que tal responsabilidad será evidente si efectúa el pago sin
exigir la entrega de todos los documentos convenidos o acepta otros de diversa
naturaleza y cuando surja del contenido de la factura o del certificado que se trata de
mercaderías distintas de las estipuladas. Para el caso de falsificación o de adulteración,
sólo responderá cuando ellas sean visibles, análogamente a lo que ocurre con relación al
pago de cheques o papeles de comercio (1144) .
Las relaciones entre el banco acreditante y el comprador son las que se originan en todo
crédito bancario; respecto de las mercaderías y en tanto el banco no se desprende del
conocimiento a la orden, posee derecho de retención, de conformidad con lo dispuesto
por los arts. 279 Ver Texto y 280 Ver Texto, C.Com., y arts. 3939 Ver Texto y 3940,
C.Civ. (1145) .
De las circunstancias de que la prenda comercial no requiere la existencia de un
documento especial y de que el vendedor entrega al banco el conocimiento, título
representativo de los efectos vendidos, en vez de remitirlos directamente al comprador,
deduce Torres que es intención de las partes otorgar al banco garantía prendaria sobre
aquéllos (1146) . No creemos que ello sea así, puesto que para que exista prenda se
requiere siempre una convención expresa en tal sentido; los privilegios son de
interpretación restrictiva y la prenda no es otra cosa que un privilegio convencional
(1147) . El banco acreditante no efectúa un préstamo sobre mercaderías; su intervención
es sólo al efecto de facilitar la ejecución de la compraventa, pagando el precio al
vendedor a cambio de los documentos que acreditan el cumplimiento, por su parte, de lo
convenido con el comprador; sus relaciones con éste son ajenas al mecanismo del
instituto que nos ocupa, que puede existir sin que el banco le otorgue crédito, esto es,
exigiéndole el pago anticipado, si, por así convenir a los intereses de ambos, el banco le
concede crédito al comprador, se trata de una operación bancaria anexa al crédito
documentado pero ajena a éste. El banco, si desea gozar de la garantía pignoraticia
sobre los efectos, debe estipularla en forma expresa con el comprador; en defecto de
convención en tal sentido, entendemos que no existirá prenda. La entrega del
conocimiento al banco, que es sólo el intermediario entre el vendedor y el comprador, y
que se explica por la naturaleza misma del crédito documentado, convenido entre tales
sujetos, carece de toda significación demostrativa de la intención de constituír una
garantía prendaria en favor del banco. Y no se debe olvidar que sobre la intención
presunta de las partes está el derecho de los terceros, que no puede verse afectado por el
reconocimiento de una pretendida prenda tácita.
Si el vendedor hace extender el conocimiento a su orden, como destinatario, y lo
entrega
endosado en favor del banco o en blanco, dado el carácter de tal documento, como título
representativo de las mercaderías, el banco queda perfectamente garantizado, pues
adquiere el control de las mercaderías (1148) . Pero esta forma de extender el
conocimiento aparece en contradicción con la naturaleza y mecanismo de la CIF, en la
cual el traspaso de la propiedad de las mercaderías se opera con el embarque de ellas,
por cuenta y riesgo del comprador (1149) .
D) Letra de cambio documentada.
Habida cuenta de lo expuesto en el número anterior, luego de dar un concepto de la letra
documentada, desarrollaremos algunas de las operaciones prácticas que pueden originar
el libramiento de esta modalidad de la cambial.
1) Concepto.
Se denomina letra de cambio documentada a aquella cambial que se libra con motivo de
las ventas internacionales, y que si bien no tiene caracteres especiales desde el punto de
vista formal, presenta el matiz especial de que debe estar acompañada por determinada
documentación. A saber: I) conocimiento de embarque; II) póliza de seguro; III) factura
con detalle de las mercaderías; IV) certificado de origen; V) certificado de calidad,
conforme a las leyes y usos del puerto de embarque; VI) en la venta CIF, recibo del
pago del flete.
La letra de cambio, el conocimiento de embarque y la póliza de seguro son esenciales;
ellos y los otros -que pueden considerarse naturales- en su conjunto constituyen lo que
se designa letra documentada (1150) .

2) Operaciones prácticas con letras documentadas.


Como ya expresamos, la letra documentada es librada con motivo de las ventas
internacionales de mercaderías y efectos. Ella puede no estar vinculada a una operación
de crédito documentado, caso en que los bancos sólo hacen de intermediarios en la
negociación de la cambial; razón por la cual la operación de venta queda sometida a una
serie de inseguridades, que fueron precisamente las que llevaron a los comerciantes -
importadores y exportadores- a optar por el contrato de crédito documentado, que, como
enseguida veremos, supera tales inseguridades, a la vez que permite una adecuada
movilización del crédito mediante la negociación de la letra documentada, aun antes de
que la mercadería llegue a destino (1151) .
I. Primer caso.
Puede tratarse de una venta internacional respecto de la cual y con la finalidad de
ejecutarla, se libra una letra documentada, que no tiene relación directa con un contrato
bancario de crédito documentado.
El vendedor-exportador de la mercadería, por su cuenta y en forma independiente del
contrato que tenga estipulado con el comprador-importador, para obtener un anticipo de
parte o de todo el precio, por intermedio de un banco de su plaza o país, gira una letra
contra el comprador-importador, que descuenta ante el banco.
La letra generalmente es librada a orden del mismo librador (1152) ; en tal caso, éste
debe endosarla al descontarla ante el banco; pero no existe inconveniente para que se
coloque como tomador o beneficiario al propio banco. Esta institución con la letra
documentada y según lo que ya expusimos, recibe todos los documentos esenciales y
naturales, descritos en el parágrafo anterior.
El paso siguiente es que el banco acreditante que recibió la letra, se vale -también
aquíde
un banco delegado, de la plaza donde reside el comprador-importador, que es el
girado de la letra documentada.
El banco delegado recibe la letra por un endoso en procuración (art. 19, L.C.A.) que lo
legitima para proceder a presentarla para la aceptación o el pago, según la cambial
incluya la cláusula "Aceptación contra documento" o "Pago contra documentos".
Efectuado una u otro, le entregará el conocimiento de embarque y los demás
documentos que le otorgan la propiedad de la mercadería en viaje, y el banco
acreditante habrá satisfecho su crédito originado en el descuento de la letra
documentada que efectuó al librador-exportador.
Si el comprador-importador rehúsa la aceptación o el pago de la letra documentada, el
banco acreditante tiene respecto del vendedor-exportador acción cambiaria de regreso,
en virtud de la condición de librador de este sujeto; así como goza del derecho de
retención sobre las mercaderías; medios que le permitirán cobrar y reembolsarse el
monto del crédito concedido.
Conviene señalar que entre el banco acreditante, su mandatario el banco delegado que
presentó la letra documentada y el comprador importador no existe ningún vínculo
jurídico.
II. Segundo caso.
Para superar las inseguridades que produce la venta internacional tanto respecto del
vendedor, que no sabe cómo asegurarse el cobro de la mercadería exportada, cuanto
respecto del comprador, que puede tener dudas sobre la fecha de cumplimiento del
contrato, así como sobre la calidad, cantidad y valor de la mercadería que importa,
normalmente se recurre al contrato bancario de crédito documentado, que tiene como
modalidad de ejecución y liquidación el libramiento de una letra documentada.
La operación práctica no difiere del ya explicado mecanismo del crédito documentado,
esto es, que el comprador-importador tramita y obtiene ante un banco de su país una
apertura de crédito en favor del vendedor-exportador, lo que será notificado, como ya
dijimos, por un banco delegado de la plaza del vendedor-exportador, llamado banco
notificador, pero si se trata de un crédito documentado irrevocable confirmado, asume
la
responsabilidad de aceptar y, en su caso, pagar las letras que le pueda girar el
vendedorexportador.
Así las cosas, si se trata de una letra con cláusula "aceptación contra documentos", el
último de los nombrados gira una letra de cambio a su propia orden, que hace aceptar
por el banco delegado, oportunidad en que éste recibe los documentos que hemos
descrito ya.
Efectuado ello, el vendedor-exportador negocia la letra aceptada por el banco
notificador, endosándola para procurarse efectivo inmediatamente aun cuando la
mercadería esté en viaje.
Por su parte, y coetáneamente, el banco notificador que aceptó la letra y recibió la
documentación correspondiente a la mercadería despachada, remite al banco acreditante
tales documentos.
Como el banco notificador se convirtió en aceptante y obligado principal al pago de la
letra, el banco acreditante deberá hacer provisión de fondos con el importe de la
apertura de crédito concedida oportunamente al exportador-vendedor, cuyo pago
atenderá el comprador-importador, en su condición de solicitante de él ante el banco
acreditante, cuando éste le presente y entregue la documentación necesaria para obtener
la posesión de la mercadería cuando ésta llegue a destino.
Si, por hipótesis, cuando el banco va a efectuar la entrega de la documentación al
importador para que éste proceda a retirar la mercadería arribada, éste no dispusiera del
importe que debe pagar, el banco acreditante puede adelantar la entrega de la
documentación, especialmente el conocimiento de embarque, así puede negociarlo
endosándolo y hacerse de dinero y cancelar la deuda con el banco acreditante; en tal
caso, para seguridad del banco, se emite un documento denominado trust receipt, según
el cual la documentación que se entrega al comprador es a título de precario, pues el
banco, en virtud del mencionado documento, conserva la propiedad de las cosas
arribadas a puerto, con las siguientes consecuencias: A) Sólo cuando el importador
pague la deuda al banco, éste entrega la propiedad de la mercadería. B) Tal recaudo
documental ha permitido al importador negociar la mercadería, obteniendo la respectiva
ganancia sin tener la necesidad de cancelar antes la deuda con el banco. C) El banco,
acreedor del importador, por el breve lapso que éste necesita para negociar la
mercadería importada, percibe el interés compensatorio respectivo por la financiación,
quedando garantido con el trust receipt. D) Si, por hipótesis, el importador no llega a
cancelar la deuda con el banco, éste puede proceder, en su condición de propietario de
la mercadería, a venderla y cobrarse con el producido (1153) .
Para el supuesto de que el contrato sea "pago contra documentos", la operación
mediante la letra documentada se desarrolla de modo distinto.
El exportador libra una letra de cambio a su propia orden, en la cual el girado es el
importador de la mercadería vendida y la endosa en favor del banco notificador, que en
este acto adelanta el importe de la cambial, obteniendo de ese modo el exportador el
precio de los efectos vendidos, para lo cual debe acompañar a la letra todos los
documentos descritos oportunamente.
Realizado ello, el banco notificador envía la letra de cambio documentada al banco
acreditante, para que gestione la aceptación por parte del importador, el cual, como
dijimos, figura como girado en la cambial.
Aceptada la letra por el importador, que se convierte de ese modo en obligado
cambiario principal, el banco acreditante devuelve la letra al banco notificador, quien la
endosa negociándola en su plaza; tal negociación se ve facilitada porque en dicha plaza
tanto el banco notificador, que ha garantizado el pago mediante el endoso, y el
exportador, que es el librador, son conocidos.
La operación cierra cuando el importador, en su condición de aceptante, paga la letra a
su vencimiento, recibe la documentación necesaria para retirar la mercadería importada
y extingue todos los efectos cambiarios de ella, pago, éste, que generalmente es
posterior al arribo de la mercadería a puerto; el valor de esa mercadería es lo que
constituye la relación de provisión de la letra documentada (1154) .
E) Naturaleza jurídica del crédito documentado.
Las opiniones de los autores son de lo más variadas en orden a determinar la naturaleza
jurídica del crédito documentado; así tenemos que, entre otros, se ha sostenido: a) la
teoría de la aceptación anticipada de la letra de cambio (1155) ; b) teoría de la venta
contra apertura de crédito (1156) ; c) teoría del mandato con (1157) o sin representación
(1158) , o mandato de crédito (1159) ; d) teoría de la estipulación por otro (1160) ; e)
teoría de la novación (1161) ; f) teoría de la cesión de crédito (1162) ; g) teoría de la
delegación (1163) ; h) teoría de la fianza (1164) ; i) teoría de la obligación unilateral y
abstracta (1165) ; j) teoría del negocio jurídico complejo (1166) ; k) teoría de la
obligación cambiaria (1167) ; l) teoría del estoppel (1168) .
Por nuestra parte, entendemos que para determinarla debe prescindirse de las figuras
clásicas del derecho civil y atenerse a la realidad de las cosas, tal como las han creado
las necesidades del comercio y las finalidades perseguidas con el instituto, aun cuando
sus rasgos aparezcan con perfiles de una creación híbrida, pero tan fecundas del derecho
comercial moderno. Por ello, concluímos que se trata de un contrato sui generis (1169) ,
con caracteres y finalidades propias y particulares. El banco, en cumplimiento de las
obligaciones que contrae con el comprador, abre un crédito al vendedor, es decir, se
obliga a pagar al vendedor determinada suma de dinero, cuando éste le presente ciertos
documentos en un plazo determinado. Al notificarle al vendedor que le ha abierto el
crédito, asume frente a éste una obligación directa e independiente del contrato de
compraventa que liga al vendedor y comprador (1170) que cuando se trata de un crédito
documentado confirmado, tal obligación es irrevocable; en tal caso, el vendedor, para
hacer la operación internacional, tiene en cuenta primordialmente la seriedad y
solvencia del banco interviniente, más que la del comprador, pues precisamente exige
esta forma de pago por considerarla una mayor garantía.
F) Legislación aplicable.
En cuanto a la legislación aplicable, entendemos que se rige por los principios del
Código de Comercio, en razón de la naturaleza mercantil del contrato y la calidad de
comerciante de las partes, principios a los cuales se debe recurrir para interpretar sus
cláusulas y determinar los derechos y obligaciones emergentes de él (1171) .
(1133) Sobre crédito documentado, además de los tratados generales y de las obras
incluídas en la bibliografía general y citados en el texto, se puede consultar a: G.
Marais, Des ouvertures en banque de crédits confirmés et non confirmés (tesis), París,
1925; J. Hamel, Banques et opérations de banque, París, 1943; C. Folco, Il credito
confermato di banca, Roma, 1931; G. Molle, La "red clause" nel credito documentario,
rev. BBTC, 1956-I-190; A. Asquini, Pagamento mediante rimborso di banca, en RDC,
1932-I, 230, y Ancora sui pagamento mediante apertura di credito bancario, en Scritti
giuridici, Padua, 1936, II, 241; F. Eisemann, Le crédit documenattire dans le droit et
dans la pratique, París, 1963; S. Epschtein y Ch. Bontoux, Sécurités et précarités du
crédit documenattire, París, 1964; V. Salandra, Apertura di credito utilizzabili da terzi,
en RDC, 1926-I, 325, y Natura giuridica del credito confermato di banca, en RDC,
1931-I, 648; M. Podiglione, La natura giuridica della lettera di credito confermata, en
RDC, 1920-II, 55; A. Brunetti, Operazione bancarie su tratta documentate, en RDC,
1933-I, 183; C. Quarantotti, L´apertura di credito documentato, 1920-I, 490; Polo, nota
a la sentencia del Tribunal Supremo de España, Rev. Der. Priv., 1942-XXIV, 592; J.
Barrera Graf, El acreditivo documentado de reembolso en el derecho comparado.
Concepto y naturaleza jurídica, en Rev. de la Fac. Der. México, II, 152; S. Pérez
Fontana, El crédito documentado irrevocable, Montevideo, 1966; T. Becu, E. García
Merou y E. Prayones, Reglas, usos y costumbres que se aplican en la Rep. Argentina
para la apertura de créditos revocables e irrevocables, Bs. As., 1926; R. Lobos,
Compraventas marítimas, en Rev. Der. Com. Ind. y Marit., VII, 438, y VIII, 49; P.
Thayer, El crédito irrevocable en el comercio internacional. Su naturaleza jurídica, en
LL, 9, sec. doctr., 1; J. Baruch, El acreditivo documentado, Bs. As., 1949; A. Vidal
Sola, Crédito documentado irrevocable, Barcelona, 1958.
(1134) Conf. con nuestra interpretación: Ripert, II, nos. 1896 y 1898; Gaubert, nº 375;
Satanowsky, Estudios, II, 71.
(1135) Castillo, II, nos. 158 y 161; empero, este autor en el nº 160 sostiene, con
evidente inconsecuencia, que el vendedor podría pedir la resolución del contrato si el
comprador se niega a aceptar la letra mientras no se le permita revisar la mercadería.
(1136) V.: S. Faré, GF, 22, 9.
(1137) Según la regla 16 de Varsovia, tal certificado de calidad hace prueba entre las
partes del estado, calidad y cantidad o peso de las mercaderías vendidas.
(1138) Sobre letras documentadas puede verse: B. Brugi, RDC, 1920-2, 541, y 1922, 2,
681; Brunetti, RDC, 1933-1, 183; Asquini, RDC, 1922-1, 223; Podiglione, RDC, 1920-
II, 55, ya citados en nota 446; y además, Marais, Du crédit documenattire, París, 1929, y
S. Faré, GF, 22, 9.
(1139) Conf.: Torres, nº 13.
(1140) Conf.: Hamel, Cours de droit comercial, París, 1952, nº 1409.
(1141) Doctrina y reglas internacionales y nacionales uniformes. V.: Torres, nº 105.
(1142) Este principio puede considerarse universalmente consagrado. En nuestro
derecho, la doctrina y jurisprudencia son uniformes; entre otros: Satanowsky, Estudios,
II, 61; Robirosa, JA, 57, 257; Torres, nos. 55 y ss.; sólo puede anotarse en contra
algunos fallos aislados de los tribunales italianos admitiendo que el banco, en sus
relaciones con el vendedor, puede oponerle excepciones fundadas en el contrato de
compra-venta (entre otros, Génova, RDC, 1922-II, 566), decisiones que desvirtúan el
instituto y que se fundan en el propósito egoísta del punto de vista nacional de defender
los intereses de los importadores italianos.
(1143) Según el art. 15 de las reglas aprobadas por el VII Congreso de la Cámara de
Comercio Internacional, Viena, 1933, los bancos, salvo instrucciones diferentes, deben
exigir los siguientes documentos: 1) En el tráfico marítimo: a) un juego completo de
conocimientos marítimos en forma negociable y trasmisibles; b) póliza o certificado de
seguros trasmisible; c) factura. 2) En los trasportes interiores: a) juego completo de
conocimientos fluviales negociables y trasmisibles, o recibo fluvial, o recibo ferroviario,
o duplicado de la carta de porte; b) póliza o certificado de seguro trasmisible; c) factura.
3) En el tráfico postal: a) recibo postal; b) póliza o certificado de seguros trasmisible; c)
factura. Los bancos tienen derecho a renunciar a los documentos de seguro si obtienen
del beneficiario la prueba suficiente a juicio de ellos, de que el seguro está cubierto por
el ordenador o por el destinatario de la mercadería.
Según las reglas aprobadas por la Asociación de Bancos de la República Argentina,
cuando en la orden de apertura de crédito sólo se establece documentos, juego completo
de documentos, documentos de embarque u otras expresiones análogas, sin
especificación de ninguna clase, los bancos deben exigir: a) juego completo de
conocimientos; b) factura comercial; c) póliza o certificado de seguro; con endoso o
cesión en forma, que cubra los riesgos marítimos comunes solamente, a no ser que el
banco considere conveniente, pero sin responsabilidad de su parte, el seguro de otros
riesgos. Los bancos podrán exigir a su voluntad otros documentos adicionales, como
factura consular, certificado de origen, etc., sin que su omisión pueda dar lugar a
responsabilidad. Ver el texto íntegro de estas reglas y de las premencionadas reglas
internacionales en el apéndice.
Sobre la necesidad de que el conocimiento esté concebido a la orden y los perjuicios
que puede acarrear al comprador la admisión de un conocimiento no negociable, puede
verse: Torres, nos. 80 y ss.
El conocimiento que se debe exigir, en nuestro concepto, es el que podemos llamar
tradicional, clásico o regular, que acredita que los efectos han sido embarcados
(shipped). Ver: letra a, ap. I, A, nº 6: Remisión de documentos.
(1144) V.: Satanowsky, nº 16; Rodríguez Etcheto, en Rev. de Ciencias Económicas,

Vous aimerez peut-être aussi