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Vienes de Dolores

Los 7 Dolores de la Virgen


Como María, ni la muerte ni el dolor, nos privarán de la verdadera alegría

Ambientación

Este viernes, Viernes de Dolores, queremos invitar a María a caminar con nosotros, para que su
vida alegre nuestras vidas con esa alegría que ni la muerte podrá quitarnos. Con Ella queremos
unir a tantas mujeres y madres de nuestro pueblo que sufren que sufren en sus corazones y en su
cuerpo tantos males: violencia, muerte, dolor, humillaciones, marginaciones. También queremos
tener presente a las que día a día vencen el mal a fuerza de bien, las que la dureza de la vida no
puede aún más que su sonrisa, las que con su trabajo en la sociedad mantienen viva la llama de la
esperanza, las que, con sí, como María, sus ojos nos iluminan el camino dela vida.

Este caminar nos haremos acompañar por la Palabra de los evangelios y como reflexión la Carta
Pastoral de nuestros obispos dominicanos, cuyo tema central es “La Mujer en la sociedad
dominicana” y la Exhortación Apostólica del Papa Francisco sobre la familia, La alegría del amor.

Primer Dolor
La profecía de Salomón, “Una espada traspasará tu corazón”.
Con verdadera alegría “No temerás las malas noticias” (Sal 112,7)

Del Evangelio según san Lucas: “Simeón les bendijo y dijo a


María, su madre: «Este está puesto para caída y elevación
de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción, ¡y a
ti misma una espada te atravesará el alma! A fin de que
queden al descubierto las intenciones de muchos
corazones.»” (Lc 2,34-35)

Reflexión

“Vemos también los rostros de tantas madres de policías


sentenciadas al sufrimiento cuando estos salen a las calles arriesgando sus vidas con sueldos de
miseria, y un poder judicial lleno de precariedades y poco control de los jueces y fiscales que con
tanta facilidad liberan a delincuentes; y además con un Código Penal que no sanciona
ejemplarmente a los que tanto daño hacen a la sociedad. Y también los rostros de tantas madres
que como a maría, la espada de la inseguridad ciudadana les atraviesa el corazón al ver a sus hijos
morir en manos de delincuentes o de policías en “intercambios de disparos”; además, de las
madres de jóvenes sin oportunidades, víctima del narcotráfico, atrapados por la ola de violencia,
atracos y robos” (Carta Pastoral 2017, 17)

Oración
Madre tu corazón herido y traspasado por el dolor, traiga consuelo a quienes desde temprano
como tú la vida pareciera solo anuncio de desgracias y tragedias. Que nuestras madres no les sea
arrebatada la alegría de creer y esperar en las promesas de tu Hijo. Amén.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre …

Canto: Me alegro en Dios. Cantos Marianos y penitenciales.

Segundo Dolor
La Huida a Egipto: Una alegría que vence la extranjería
“Muestren amor al extranjero, porque extranjeros fueron en la tierra de Egipto” (Dt 10,19)

Texto:
Del Evangelio según san Mateo: “Después que [los magos] ellos se retiraron, el Ángel del Señor se
apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto;
y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle.»
Él se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto; y estuvo allí hasta la muerte
de Herodes; para que se cumpliera el oráculo del Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a
mi hijo. (Mt 2, 13-15)

Reflexión

“Hemos de reconocer también el aporte que dan a nuestra economía nacional


muchas de nuestras mujeres que han tenido que sufrir el problema de la
migración. El 54% de las remesas recibidas en el país, a través de canales
formales, provienen de mujeres migrantes” (Carta Pastoral 2017, 10).

Con ellas se cumple el dicho de que cualquiera por su mejoría hasta su casa dejaría. Ciertamente
nos unimos al dolor de tantas mujeres que buscando mejores oportunidades para sus vidas y las
de los suyos abandonan sus comunidades de origen, su país, detrás de un sueño de alegría y
esperanza. Acojamos en nuestras ciudades, pueblos y comunidades a tantas mujeres que, con su
vida y su trabajo, hacen más llevaderos nuestros dolores sumándolos a los suyos.

Oración
María, madre afligida, que sufriste en carne la dureza de abandonar la propia tierra, te pedimos
por todas las madres extranjeras en nuestro territorio y las nuestras en el extranjero, para que aquí
y allá, su condición de extranjería no sea obstáculo para su alegría, que sus dolores rediman y
sanen nuestros males y pecados. Amén.

Padre nuestro, Ave María, Gloria al Padre …

Canto: Ven con nosotros a caminar

Tercer Dolor
La pérdida del Niño Jesús en Jerusalén
Que nunca nos arrebaten la alegría de los niños

Del evangelio según san Lucas: “Los padres [de Jesús] iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de
la Pascua.
Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los
días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres.
Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los
parientes y conocidos; pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca.
Al cabo de tres días, lo encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros,
escuchándoles y preguntándoles; todos los que le oían, estaban asombrados por su inteligencia y
sus respuestas.
Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto?
Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando.»
Él les dijo: «Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?»
Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio.
Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas
las cosas en su corazón.
Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.” (Lc 2,41-52)

Reflexión
Todos conocemos el dolor de tantas mujeres a las que se le perturba la alegría por la desaparición
o muerte de sus hijos. Cuántas de nuestras mujeres lloran amargamente la tragedia de perder el
fruto de sus entrañas, incluso en pleno embarazo. Nuestros obispos nos alientan a detener ese
flagelo, cuando dicen:

“Confiamos en la toma de conciencia de nuestras autoridades y de toda la sociedad, a fin


de que se detenga ya la perversa pretensión a favor del crimen de niños y niñas inocentes
que claman con piedad desde el vientre de su madre que les dejen nacer; niños y niñas
entre los que se podrían encontrar futuros presidentes, futuros hombres y mujeres de
ciencia, héroes y heroínas del pueblo dominicano.” (Carta Pastoral 2017, 52)

Oración
María, madre de Dios y madre nuestra, que sufriste la angustia de haber extraviado a tu Hijo ya
adolescente, con apenas 12 años, inspira a las madres que sufren la realidad de no comprender la
vida de sus hijos, las que sienten que la tecnología y la industria del entretenimiento le secuestran
sus hijos, a las que los han perdido arrebatados por la violencia y la delincuencia, que Tú madre del
cielo les alcances gracias para no pecar y recuperar la alegría de creer en el evangelio de tu Hijo.
Amén.

Padre nuestro, Ave María, Gloria al Padre …

Canto: Madre afligida

Cuarto Dolor
María encuentra a su Hijo camino del Calvario
María, alegría en el via crucis de la vida

Texto
Del Evangelio según san Lucas: “Le seguía una gran multitud del pueblo y mujeres que se
dolían y se lamentaban por él.
Jesús, volviéndose a ellas, dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloren por mí; lloren más bien por
ustedes y por sus hijos. Porque llegarán días en que se dirá: ¡Dichosas las estériles, las
entrañas que no engendraron y los pechos que no criaron!” (Lc 23,27-29)
Reflexión
Nuestros obispos apuntan al hecho de la actualidad de este episodio en nuestras mujeres cuyo
caminar es un verdadero via crucis.

“Hemos de señalar que, en el viacrucis de sus vidas, muchas mujeres dominicanas transitan por la
calle de la amargura y el sufrimiento, cargando con los pecados y errores de una sociedad que no
las valora ni respeta; condenadas a grandes sacrificios de pago de impuestos para mantener la vida
de confort de muchos políticos sin escrúpulos. las garras de la corrupción impenitente las despojan
a ellas y a sus familias de las vestiduras, de la comida, de la medicina... y las condenan a tener que
vivir debajo de los puentes o a orillas de ríos y cañadas, mientras desde su pobreza observan cómo
algunos políticos disfrutan sin consecuencias e impunidad de riquezas mal habidas. mujeres que,
como Jesús camino al calvario, caen al suelo una, dos, y más veces, por el peso insoportable de una
canasta familiar inalcanzable y el drama de sus hijos pasando hambre. Falta la conciencia de un
Estado que como el Cirineo esté dispuesto a hacer sacrificios reduciendo el gasto de la burocracia y
el clientelismo político para ayudar al desarrollo de la familia dominicana” (Carta Pastoral 2017, 18)

Oración
María, tu sabes cómo pega duro en el rostro de nuestro pueblo el mal gestado desde el poder, Tú
sabes de Herodes el grande que queriendo matar a tu Hijo mató inocentes, del otro Herodes, a
quien tu Hijo llamó zorro, aferrado a su vida adúltera mató a tu primo Juan Bautista y de Pilato que
aferrado al poder condenó a tu Hijo inocente y liberó al bandido de Barrabás. Intercede para que
el Estado sea Cireneo que ayuda, aunque sea por la fuerza, antes que burócrata que robe y mate a
nuestros hijos. Amén.

Padre nuestro, Ave María, Gloria al Padre …

Canto: Dolorosa

Quinto Dolor
La muerte de Jesús en la cruz
“Alégrense en la esperanza, paciencia en el sufrimiento, resistan en la oración” (Rm 12,12)

Del evangelio según san Juan: “Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su
madre, María, mujer de Clopás, y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y junto a ella al
discípulo a quien amaba, dice a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.» Luego dice al discípulo:
«Ahí tienes a tu madre.» Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa.
Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura,
dice: «Tengo sed.» Había allí una vasija llena de vinagre. Sujetaron a una rama de hisopo una
esponja empapada en vinagre y se la acercaron a la boca. Cuando tomó Jesús el vinagre, dijo:
«Todo está cumplido.» E inclinando la cabeza entregó el espíritu. (Jn 19, 25-30)

Momento de silencio profundo

Reflexión
El Gólgota negador de derechos y soluciones se han vuelto nuestras instituciones públicas, que, en
lugar de defender a los indefensos, son protectores de los verdugos de los humildes, cual patíbulo
de crimen, impunidad y complicidades. Como señalan nuestros obispos:

“la gran mayoría de nuestras mujeres dominicanas, tienen que cargar con la cruz de un
sistema de salud inoperante para los que no tienen recursos, rebotadas de las clínicas
privadas por no tener seguro ni dinero, empujadas a hospitales públicos deficientes, teniendo
que pagar los precarios servicios que les ofrecen. otras instancias del Estado creadas para la
protección de la mujer, viven entretenidas con la agenda anti-vida internacional, encubierta
en la ideología de género y hacen muy poco por asumir y encarar los verdaderos problemas
que aquejan a las mujeres dominicanas” (Carta Pastoral 2017, 19).

Oración

Madre que, en la cruz, te consagraron Madre nuestra y Madre de la Iglesia, haz que en tu corazón
y regazo de tierna Madre encontremos amparo, alegría y protección. Que seamos contados entre
quienes nos abandonamos en ti Madre de la Divina Providencia. Que nos abracemos a tu amor y
no seamos más esclavos del César que nos tiraniza, creyéndose nuestro Dios y nos atrevamos a
desafiarlo con tu canto de libertad, haciéndonos como tú esclavos del Señor.

Padre nuestro, Ave María, Gloria al Padre …

Cantos: Ved la cruz de salvación. Victoria. Al pecho llevo una cruz

Sexto Dolor
María recibe el Cuerpo de Jesús al ser bajado de la Cruz
¡Alégrate María, llena de gracia el Señor está contigo!

Texto:
Del evangelio según san Marcos: “Y ya al atardecer, como era la Preparación, es decir, la víspera
del sábado, vino José de Arimatea, miembro respetable del Consejo, que esperaba también el
Reino de Dios, y tuvo la valentía de entrar donde Pilato y pedirle el cuerpo de Jesús. Se extrañó
Pilato de que ya estuviese muerto y, llamando al centurión, le preguntó si había muerto hacía
tiempo. Informado por el centurión, concedió el cuerpo a José, quien, comprando una sábana, lo
descolgó de la cruz, lo envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro que estaba excavado en roca;
luego, hizo rodar una piedra sobre la entrada del sepulcro” (Mc 15, 42-46)
Reflexión
Nuestros pensamientos se fijan en esta escena de drama y dolor, no podemos evitar que se
evoquen los sentimientos de angustia, tristeza y desolación que parecen repetir el drama de las
muertes que son resultado de la interferencia contra el valor de la vida. Pensamos en Jesús,
pensamos en tantas víctimas, en tantas muertes que se adelantaron, esas que nuestra sabiduría
popular no la encaja con las que están en los planes de Dios, por ser fruto del mal, de la
negligencia estatal, de la corrupción, la desintegración familiar, violencia civil, el lucro y la
voracidad de las ARS, los accidentes, la pobreza y la marginalidad.

¡Cuántas madres que recibieron a sus hijos como promesas de vida y hoy se los regresan como
muertos, como víctimas de tanto mal, de tantos pecados! También María, la llamada dichosa
entre las mujeres por el fruto de su vientre, pareciera una contradicción el final terrible y
sangriento de su Hijo. Pero con ella proclamamos que la vida está escondida en la victoria de
Cristo en la cruz, que los malvados no nos podrán, porque como ella dijo en su cántico de alabanza,
el Señor humilla a los poderosos y enaltece a los humildes.

Oración
En silencio recordemos a los que han muerto, cuyas vidas deberían continuar y por algún mal han
sido interrumpidas. Oramos por las madres, las viudas, las huérfanas… por los desamparados.

Se hacen peticiones y se termina con Padre nuestro, Ave María, Gloria al Padre …

Canto: El Magníficat (El Señor hizo en mí maravillas)

Séptimo Dolor
Sepultura de Jesús
“Por la tarde visita de lágrimas, por la mañana gritos de alborozo y alegría” (Salmo 30,6b)

Texto

Del evangelio según san Juan: “Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en vendas con los
aromas, conforme a la costumbre judía de sepultar.
En el lugar donde había sido crucificado había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el
que nadie todavía había sido depositado.
Allí, pues, porque era el día de la Preparación de los judíos y el sepulcro estaba cerca, pusieron a
Jesús.” (Jn 19,40-42)

Reflexión
“Nos consuela saber que no existe la destrucción completa de los que mueren, y la fe nos
asegura que el Resucitado nunca nos abandonará. Así podemos impedir que la muerte
«envenene nuestra vida, que haga vanos nuestros afectos, que nos haga caer en el vacío
más oscuro».283 La Biblia habla de un Dios que nos creó por amor, y que nos ha hecho de
tal manera que nuestra vida no termina con la muerte (cf. Sb 3,2-3). San Pablo se refiere a
un encuentro con Cristo inmediatamente después de la muerte: «Deseo partir para estar
con Cristo» (Flp 1,23). Con él, después de la muerte nos espera «lo que Dios ha preparado
para los que lo aman» (1 Co 2,9). El prefacio de la Liturgia de los difuntos expresa
bellamente: «Aunque la certeza de morir nos entristece, nos consuela la promesa de la
futura inmortalidad. Porque la vida de los que en ti creemos, Señor, no termina, se
transforma».” (Papa Francisco, La alegría del amor, 256)

Oración
Madre que tu alegría no se apague en mis penas
Que tus penas apaguen las de mis días
Que tus días ya no sean mis días, sino tu eternidad
Que en mi llanto escuche tu canto
Y vencida la muerte y su espanto
En un abrazo me funda contigo y tu Hijo Santo. Amén.

Padre nuestro, Ave María, Gloria al Padre

Canto: Santa María de la esperanza

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