Ambiente geomorfológico y edad de enriquecimiento

supergénico del pórfido de Cuajone, Quellaveco y Toquepala

Depósitos de Cobre, Sureste Peruano
Resumen

Los grados de mineral de cobre de los depósitos de Cu (-Mo) de los pórfidos de Cuajone, Quellaveco y
Toquepala, Situados entre los 3000 y 4000 m.s.n.m en la vertiente del Pacífico de la Cordillera Occidental
del sur del Perú (latitud 17°02'-17°15' S), se han incrementado notablemente por el enriquecimiento
supérgeno. Tras el emplazamiento de la mineralización hipógena en el Eoceno temprano (52-57 MA) como
la etapa terminal en el desarrollo del Grupo Toquepala en un terreno continental volcánico-plutónico,
este transecto andino se redujo gradualmente por erosión en un clima semiárido a una topografía de baja
altitud; La erosión de los depósitos había tenido lugar a mediados de Oligoceno. La iniciación del
levantamiento de las cordilleras sucedió entre los 25 a 26 MA, acompañados por la erupción de tobas de
flujo de cenizas félsicas en el frente del océano hacia el océano del arco volcánico, lo que llevó a una
mayor velocidad la erosión y la conversión del paisaje del Terciario medio en la superficie semiplanar de
los Altos de Camilaca. Esta planicie regionalmente extensa constituye el componente principal de la forma
de relieve de la presente precordillera que rodea los centros de pórfido; Se logró su configuración final
entre los 18 a 19 MA.

La erupción de tobas con flujo de ceniza fue generalizada y muy frecuente en este momento. El
enriquecimiento supérgeno comenzó a finales del Oligoceno durante el descenso progresivo de topografía
y continuó a través de un descenso muy abrupto de la capa freática resultante del último levantamiento
del oligoceno al Mioceno temprano. Sin embargo, la distribución de la calcocita, en sentido muy amplio,
en los tres depósitos de pórfido y las formas de relieve locales posteriores a la mineralización y las historias
volcánicas diferirían significativamente durante el último intervalo. En Toquepala y, en menor medida,
Quellaveco, los regímenes de accidentes geográficos estaban dominados por valles abiertos y coberturas
de ignimbritas fueron de corta duración, mientras que el depósito expuesto de Cuajone fue agredido por
la incisión de un valle del Mioceno y la depositación de una toba de flujo de ceniza inusualmente espesa,
parcialmente soldada entre los 22.8 a 0.7 MA. Como resultado, la capa de enriquecimiento en Cuajone se
mantuvo relativamente delgada, e incluso se erosionó parcialmente en el Mioceno temprano, mientras
que las capas de enriquecimiento en Quellaveco y Toquepala empezaron a engrosarse.

El fuerte levantamiento continuo en el Mioceno medio (aprox. 8-15 MA) generó el conjunto de frentes de
terrazas que dominan las pendientes de las cordilleras y, en las zonas mineralizadas, condujeron a la
profundización de los valles existentes y al desarrollo de nuevos canales fluviales. La erupción de
ignimbrita persistió a lo largo del mioceno. Otra vez, los regímenes locales de erosión y volcanismo
demostraron ser adversos a la actividad supergénica en Cuajone, pero el enriquecimiento continuó en
Quellaveco y, particularmente, en Toquepala, donde no hay registro de la acumulación de cenizas del en
el Mioceno tardío. La elevación en este período fue aparentemente también la más extensa en las
proximidades del depósito de Toquepala, que experimentó la formación de una capa de calcocita
profunda, mientras que la zona de enriquecimiento existente en Quellaveco fue engrosada.

El desarrollo de ensamblajes enriquecidos que contienen calcocita "masiva" fue claramente terminado
entre los 13.1 a 0.4 MA en Cuajone y entre los 9.5 a 0.5 MA en Quellaveco; el tiempo del enriquecimiento
tardío en Toquepala está menos restringido, pero es probable a una edad media del Mioceno. El
enriquecimiento de los tres depósitos peruanos fue contemporánea con la de la mineralización de cobre
en el sur del Perú y norte de Chile, como en Chuquicamata y La Escondida, y en el distrito minero de
Copiapó, donde se encuentran en un Oligoceno tardío hasta la mitad del Mioceno. Esto se ha inferido por
alteración supergénica. Este importante episodio de desarrollo metalogénico regional tuvo lugar durante
y entre dos períodos principales de levantamiento cordillerano, bajo condiciones climáticas semiáridas.
La terminación del intenso enriquecimiento a lo largo de este tramo de 2,000 km de la Cordillera
Occidental en el Mioceno tardío fue un resultado directo de la desecación climática marcada, que no solo
redujo la actividad supergénica en general, sino que también centró la erosión fluvial, lo que llevó a la
incisión de cañones formando paredes empinadas menos favorables para la alteración supergénica que
los anteriores accidentes geográficos subplanares.

Introducción condiciones semiáridas prevalecieron en esta

región hasta el inicio de drásticas condiciones
La oxidación y enriquecimiento supérgeno tuvo climáticas de desecación en el Mioceno tardío
lugar en el terciario tardío y ha contribuido a la (por ejemplo, Alpers y Brimhall, 1988).
desarrollo de grandes extensiones de cobre en
muchos de los Depósitos de cobre pórfirítico en Investigaciones previas sobre el
el cretáceo y paleógeno en los Andes centrales enriquecimiento supergeno en los depósitos
de Perú y Chile, como en otras regiones andinos:
mineralizadas comparables, sin embargo, la
Investigaciones detalladas (Clark et al., 1967a, b;
meteorización de estos grandes depósitos ha
Sillitoe et al., 1968; Mortimer, 1969, 1973;
recibido poca investigación desde la perspectiva
Sillitoe 1969) de sistemas de venas Mesozoico a
regional y geomorfología local, a pesar de la
Paleógeno en el Distrito minero Copiapó más
ampliamente aceptada importancia de los
amplio del centro-norte de Chile (ca. lat 26°-29°
accidentes geográficos en el desarrollo de
S; Fig. 1), como obra pionera de Segerstrom
perfiles en curso. Este documento aborda el
(1963), definió empíricamente las correlaciones
entorno geográfico y edad de alteración
entre episodios de enriquecimiento supergéno
supergénica en la subprovincia de Cu (-Mo) de
de cobre y plata y una secuencia extensa de
pórfido del Eoceno de Perú más austral (Fig. 1),
erosión en planicies , las edades en las que
con particular referencia a Cuajone (17°02' S -
fueron delimitadas por la geocronología K-Ar de
70°42' W) y Toquepala (17°15' S-70°32’ W) minas
Flujos de ignimbrita superpuestos. Siguiendo a
del sur de Perú Copper Corporation (SPCC) y el
Hollingworth (1964), las superficies de erosión
prospecto cercano de Quellaveco (17°06’ S -
en esta área desértica, cerca al límite sur del
70°37' W) de Mineroperú. Cada depósito se sitúa
desierto de Atacama, fueron interpretados como
en elevaciones entre 3.000. y 4.000 m.s.n.m. en
pequeñas llanuras o donde la extensión regional,
las laderas del Pacífico de Cordillera occidental.
formó planicies que se infiere que se formaron
El área mineralizada presenta un clima árido
rápidamente en respuesta a episodios de
(Meigs, 1953; Instituto Nacional de planificación,
movimientos epirogenéticos abruptos debido a
1965) y limita al suroeste por el hiperárido
un levantamiento del flanco de la cordillera actial
desierto costero peruano, la extensión norte del
hacia el océano. Dos períodos distintos de
desierto chileno de Atacama. (di Castri y Hajek,
enriquecimiento de metales fueron reconocidos,
1976). Sin embargo, ha sido ampliamente
cada uno atribuido a un episodio específico del
inferido en términos geomorfológicos (por
desarrollo del relieve, se asumió que el
ejemplo, Mortimer, 1969, 1973) también las
enriquecimento supérgeno fue más activo
durante
Fig. 1. 'El mapa muestra los depósitos porfiríticos de
cobre en el sur del Perú como Cuajone, Quellaveco y
Toquepala y otras áreas mineralizados citadas en el
texto.
El periodo de relativa inactividad tectónica y
donde la tasa de erosión era reducida lo que
intervino en las incisiones de las superficies de
erosión asociadas. Este episodio temprano de
enriquecimiento se encontró que es tan antiguo
como el Eoceno temprano, mientras que el
último período de enriquecimiento fue menos
preciso asignado al Oligoceno tardío y mioceno
temprano (o medio). La prevalescencia de un
clima árido o semiárido en esta región a lo largo
del Paleógeno, por naturaleza domina las
geoformas del territorio, además de la aparición
generalizada de evaporitas en la cubierta
supracrustal continental. Todo esto representa
que el enriquecimiento supérgeno ocurrió antes
del Mioceno medio o tardío (12.9-9.8 MA;
edades recalculadas con las constantes de
descomposición de Steiger y Jager, 1977) por ello
se desarrolló la muy extensa planicie de
Atacama, que fue truncado ampliamente por
secciones preexistentes supérgenas. La
reactivación del levantamiento tectónico, y un
clima de desecación durante el último intervalo
del Mioceno a Plioceno (aprox. 9-2 MA), fue
acompañado por la formación de grandes
planicies y la restricción de la erosión por los
principales canales de los principales ríos
exorreicos, (Mortimer, 1973). La oxidación
quedó limitada para el enriquecimiento de
sistemas venosos, (Segerstrom, 1963; Sillitoe et
al., 1968). Los procesos supergénos quedan casi
inactivos bajo las condiciones climáticas
hiperáridas prevalesciendo en el norte de Chile
debajo de los 3.000 m.s.n.m. aprox. (di Castri y
Hajek, 1976; UNESCO, 1980).
En el depósito de pórfido de cobre en El Salvador
(Fig. 1), el intenso enriquecimiento supergénico
del Eoceno superior que dio lugar a un
stockwork, es posible que no haya sido
Contemporáneo con lo que afectó al sistema de
venillas del distrito de Copiapó. Tomando como
base la datación K-Ar de alunita supérgena,
Gustafson y Hunt (1975) concluyeron que el
enriquecimiento supérgeno en El Salvador
comenzó aprox. Hace 37 MA, dentro de estos,
los primeros 5 MA se emplazaron los minerales
hipógenos. Mortimer et al. (1977), sin embargo,
han demostrado que la oxidación y el
enriquecimiento del Pórfido de Chuquicamata
sucedió hace 29 MA, Depósito, ubicado a 450 km
al norte (lat 22°19'-20' S; Fig. 1), y la relacionada
formación del depósito de La Exótica (Mina Sur)
con mineralización en crisocola, ocurrió a finales
del Oligoceno hasta el Mioceno temprano y así
fue también la mineralización tardía en el distrito
de Copiapó.
Alpers et al. (1984) y Alpers y Brimhall (1988) ha
presentado más recientemente una edad K-Ar
de mineralización a mediados del mioceno para
la alunita supergena asociada con el
enriquecimiento secundario del prospectoLla
Escondida 24°16 'S (fig. 1). Esto concluyó que el
enriquecimiento secundario en La Escondida
ocurrió en el terciario medio, y antes de El
Mioceno tardío, como en el distrito de Copiapó y
Chuquicamata.
Metodología del presente estudio
Nuestros objetivos en la presente investigación
fueron establecer la evolución geológico-
geomorfológica de las zonas, tomando como
base los depósitos de Cuajone, Quellaveco, y
Toquepala posteriores a la mineralización
hipógena y correlacionarlos con la distribución
de minerales supérgenos en cada sitio. La
datación K-Ar de unidades de toba de flujo de
ceniza félsica permite la delimitación de las
edades de los accidentes geográficos
subyacentes o truncarlos en las zonas de los
tajos. La ocurrencia y la naturaleza de los
minerales supérgenos han recibido estudios de
reconocimiento clasificándolos como "masivo" o
"terrosos" Estos conjuntos de sulfuros
supérgenos aparecen en los 3 depósitos, como
han demostrado Sillitoe y Clark (1969), en las
etapas iniciales, o límites inferiores, de las zonas
de enriquecimiento quedan caracterizadas por el
desarrollo de agregados de sulfuros de cobre en
polvo, mientras que las más extensamente
reemplazados por minerales hipógenos de grano
más grueso. Y masas granulosas y seculares de
los sulfuros supérgenos. Sin embargo, los
ensambles de minerales oscuros terrosos
también se desarrollan en las primeras etapas de
la conversión oxidativa de la calcocita. y djurleita
a sulfuros de cobre más ricos en azufre (por
ejemplo, anilita Clark y Sillitoe, 1971). En
Cuajone y Quellaveco, la capa de
enriquecimiento o las zonas de calcocita, se
definen en gran medida sobre la base de las
asociaciones mineralógicas y la mena de cobre.
En Toquepala, hay al menos dos zonas separadas
espacialmente, las zonas de enriquecimiento
han sido reconocidas por mucho tiempo (Richard
y Courtright, 1958), pero la distribución irregular
de la calcocita supergena no ha sido investigado
a detalle. A pesar de estas deficiencias,
Consideramos que las zonas enriquecidas en
cada depósito están suficientemente
delimitados para permitir su amplia relación con
las etapas en la evolución del relieve local. Cabe
destacar que nuestra metodología difiere
radicalmente de la empleada por Gustafson y
Hunt (1975) y Alpers et al. (1984) y Alpers y
Brimhall (1988) en sus análisis de la edad y las
condiciones que forman las zonas de
enriquecimiento supérgeno en El Salvador y La
Escondida, Chile, respectivamente. Esto es en
parte porque la búsqueda para revelar la
aparición de alunita supérgena adecuada para la
datación K-Ar no es confiable e indudablemente
la Evolución geomorfológica compleja de los
sistemas mineralizados.
El desarrollo fisiográfico de la precordillera del
sur del Perú ha desempeñado un papel clave en
restringir el enriquecimiento de los pórfidos de
cobre y por lo tanto es crítico para nuestro
análisis. Nuestras interpretaciones de las
interrelaciones de zonas de mineral supérgeno y
la geomorfología se basan en la descripción
definida a detalle por Emmons (1917): una
superficie terrestre genéticamente asociada con
una alteración subyacente seguida por una zona
lixiviada, una zona oxidada, una zona de
enriquecimiento supérgeno, y el mineral
primitivo. La transición de óxidos a sulfuros se
asume a ensambles correspondientes a la
existencia del nivel freático en el momento de la
alteración. Ejemplo, la pirita como mineral
hipógeno no se encuentra bien desarrollada en
niveles superiores en los tres depósitos en
discusión, Las amplias configuraciones de la
parte superior e inferior quedan bien limitadas
en las zonas de enriquecimiento supérgeno y
esencialmente se reflejan en los accidentes
geográficos (cf. Ambrus, 1977; Gullbert y Park,
1986, p. 800-802).

Geología y geomorfología del Sur del Perú Costaneras, comprenden un terreno con facetas
inclinadas que se eleva hacia el noreste de aprox.
Características seleccionadas de la topografía
350 m.s.n.m., después continua con montañas
actual, relacionadas a las unidades geológicas
aprox. 3.000 m.s.n.m.; (3) La precordillera:
post-Eoceno, y los principales dominios
ubicada a un nivel de 4.000 m con una interfaz
neógenos del área de estudio, se describen en la
empinada al sudoeste con las Llanuras; y (4) la
Figura 2a-c. La región incorpora Un transecto del
principal Cordillera Occidental, dominada por
desierto costero peruano, en sí mismo, parte del
estratovolcanes y glaciares, alcanzando una
desierto de Atacama, y forma fisiograficamente
elevación máxima de 5.815. m.s.n.m. como en el
a la cuenca una serie de montañas y desiertos
Volcán Tutupaca (Fig. 2a).
de piedemontes, Cooke y Warren (1973). El
paisaje está dominado por un conjunto de Los depósitos de pórfido de cobre en
montañas empinadas, con pendientes, planicies consideración fueron emplazados en el Eoceno
y llanuras de aluviales, atravesadas por los temprano (52-57 MA, Estrada, 1975; McBride,
sistemas fluviales exorreicos, como los ríos de 1977; Zweng, 1984; Beckinsale et al., 1985; Clark
Moquegua y Locumba y sus principales et al., 1990) como etapa terminal en el desarrollo
afluentes, alimentados por nieve derretida en la del Cretácico Superior a Paleógeno, formando un
alta cordillera. arco volcánico-plutónico que abarca el Grupo de
Toquepala y un segmento del batolito costero
Una cronología simplificada del terciario medio a
peruano (Bellido, 1979; Beckinsale et al., 1985).
tardío con eventos geológicos y geomorfológicos
La geología del yacimiento de Toquepala ha sido
en el extremo sur del Perú se proporciona en la
descrita por descrito por Richard y Courtright
Tabla 1, basadas en gran medida en Tosdal et al.
(1958), Zweng (1984), y Zweng y Clark (1984, y
(1981, 1984). En resumen, cuatro unidades
en prep.), El depósito de Cuajone por Lacy
geomorfológicas constituyen la topografía
(1958), Manrique y Plazolles (1975), y Satchwell
actual. (Fig. 2a): (1) la Cordillera de la Costa, una
(1983), y el Depósito de Quellaveco por Estrada
discontinuidad de la cordillera, constituida por
(1975), Kihien (1975), Guerrero y Candiotti
montañas que alcanzan elevaciones de aprox.
(1979), Torpoco (1979), y Zimmerman y Kihien
1,000 a 1,800 m.s.n.m.; (2) Las Llanuras
(1983).
FIG. 2. El área de estudio en la vertiente del Pacífico de la Cordillera Occidental, sur de Perú. a. Las principales
unidades fisiográficas y las ubicaciones de las minas de Cuajone y Toquepala y EL Prospecto Quellaveco. B. Mapa
geológico simplificado del área (después de Bellido y Landa, 1965; modificado por Tosdal et al., 1981). C. Mapa
geomorfológico, que muestra la distribución de los dominios de formas de relieve terciarios (simplificado después de
Tosdal et al., 1984). Abreviaturas: C - Cuajone, Q - Quellaveco, T = Toquepala.

TABLE 1. Evolución geológica y fisiográfica cenozoica de la vertiente del Pacífico de la Cordillera Occidental del sur
del Perú (después de Bellido, 1979; Tosdal et al., 1981, 1984; Clark et al., 1990).

Grandes eventos
Eventos geológicos geomorfológicos
-Desarrollo de grandes estratovolcanes andesítico-dacíticos de Barroso Etapa de Valle y Terraza:
Grupo (≤ 5.3 Ma) continuación Levantamiento
-Formación Capillune de sedimentación y volcanismo menor. episódico, con incisión de valles
Plioceno abruptos en los valles precordillera
y llanuras superiores Costaneras
(ca. 8.5 Ma hasta el presente)
"Formación Sencca "Erupción de ignimbritas (aprox. 6.5 +- 0.3 Ma) Etapa de planicies múltiples:
"Formación Maure" Sedimentación en cuencas de alta cordillera. renovado, Levantamiento
“Formación Chuntacala” volcanismo félsico y sedimentación clástica episódico, causando Desarrollo de
(14.2 +-0.4-8.9+-0.6 Ma) Erupción de la ignimbritas más joven asignadas delantal y terraza. Frontones en
Mioceno a la Formación Huaylillas. (18.6+-0.3-18.3+-0.3 Ma) Emplazamiento de Llanuras Costaneras (9-15 ma) y de
los flujos de ignimbritas asociadas a la formación Huaylillas. (22.8+-0.7 ancho, abierto. Valles en evolución
Ma) precordillera. Configuración final
de Altos de. Superficie de camilaca
(ca. 18-19 ma)
Erupción de flujos de ignimbrita (29 - 0.2 Ma) y deposición de Iniciación de levantamiento fuerte
Horizontes conglomeráticos en la formación superior de Moquegua. y rápido. erosión, inclinación y
Acumulación de clastos y evaporitas finas en la fm. Moquegua. (45-50 modificación. paisaje medio
Oligoceno Ma) terciario Desarrollo de sometido,
bajo paisaje de altitud a través de
lento erosión del arco paleoceno-
eoceno
Mineralización hipogénica: toquepala, ca. 57 Ma; Quellaveco, ca. 56
Eoceno Ma; Cuajone, ca. 52 ma

Etapas finales del volcanismo subaéreo del Grupo de Toquepala (a ca.

Paleoceno 59 Ma) Intrusión de plutones granitoides (ca. 58.7-65.5 Ma)

Siguiendo la actividad hidrotermal hipógena, en continentales del Oligoceno al Mioceno

el prolongado terciario medio se produjo la
erosión con la reducción gradual del terreno del
arco a una topografía atenuada que, en las
cercanías de los depósitos, no pueden haber
superado los 500 a 1.000 m.s.n.m. (Tabla 1). Los
estratos clásticos predominantemente
temprano de la Formación Moquegua
constituyen las facies agrarias de este sistema
erosivo (fig. 2b). Comenzando a finales del
Oligoceno y continuando en el Mioceno
temprano, unas sucesiones de abruptos
episodios de elevación dieron como resultado al
desarrollo de un paisaje regionalmente extenso,
generalmente subplanar, en gran parte
gradacional, ahora conservado en la
precordillera (Fig. 3a) y en las cumbres de la
Cordillera de la costa (fig. 2a yc). Relacionadas a
esto, aguas arriba de la ciudad de Moquegua se
ilustra una rápida degradación significativa de la
precordillera, que tuvo lugar antes de los 25 MA,
generando horizontes de conglomerado en la
Formación Moquegua Superior al suroeste. La
superficie erosiva alcanzó su forma final ante de
los 18 MA como se muestra en la superficie de
Altos de Camilaca (Tosdal et al., 1984; Tabla 1).
Una clara escarpa se conserva solo localmente
para esta forma de relieve en el área de estudio
(por ejemplo, Fig. 3d), pero un extenso paso
topográfico define el límite superior de la
superficie en el Desierto de Clemesí al norte del
río Moquegua (Fig. 2); en el área de los
yacimientos de mineral, los Altos de Camilaca la
superficie tiene, en parte, la forma de un domo
en llanura. (Mabbutt, 1955; Cooke y Warren,
1973, p. 196).
Durante el Mioceno temprano y medio (aprox.
15-8 MA), la superficie de Altos de Camilaca era
en sí misma, levantado, variablemente inclinado
y erosionado, con la forma de una sucesión de
terrazas. (nomenclatura de Cooke y Warren,
1973), asignado a la etapa de planicies múltiples
(Figs. 2c, 3b y c; Tabla 1). Amplios valles abiertos
se desarrollaron en este momento, cruzaban la
precordillera hacia el noreste. El Levantamiento
en el mioceno tardío transecta en el sur peruano
a la Cordillera Occidental que fue
probablemente mayor que los que ocurrieron en
esos tiempos en otros transectos de margen
continental (Tosdal et al., 1984) y se presume
que la respuesta topográfica responde como un
engrosamiento abrupto de la corteza. La
formación de llanuras en la Cordillera Occidental
cesó a finales del mioceno, contemporáneo de
desecación climática inferida en la parte inferior
de la topografía. Desde entonces, los valles de
paredes escarpadas y cañones han sido incididos
en las montañas de la vertiente del Pacífico
como resultado de la elevación episódica
continua durante la etapa de Valle y Terraza del
terreno en desarrollo (Tabla 1), causando una
degradación considerable en las formas de
relieve (Figs. 2c y 3).
FIG 3. Formas geográficas del distrito de Cuajone-Quellaveco-Toquepala. a. Paisaje caracteristico de La precordillera:
área diseccionada de la superficie del Altos de Camilaca del Mioceno inferior, cerca de Larampahuane. (10 km al
noreste de Toquepala). Vista mirando al este-sureste. Cumbres acordes (ca. 4,100- 4,200 m snm) representan restos
de pediplanos, mientras que las pendientes de inmersión suroeste están definidas por las superficies de las unidades
de flujo del Alto Cretácico o Paleoceno Serie Alta Volcánica. b. Pampa Lagunas alimentado de aluviales finos (11-14
Ma), la forma de relieve local dominante del medio a la etapa de terrazas múltiple del Mioceno tardío en las Llanuras
Costaneras superiores; Pampa Lagunas está a unos 20 km al oeste. Al suroeste de toquepala. Las pendientes
pronunciadas en el fondo representan la parte posterior de la escarpa de la terraza y la Laderas más bajas de la
precordillera. Los valles (Quebrada Cucule en primer plano) diseccionan la terraza. Formando principalmente en el
valle del Plioceno y en el escenario de la terraza. c. Vista al suroeste del cerro botiflaca, en el margen suroeste de la
precordillera, a través de las Llanuras Costaneras y hacia la Cordillera de la costa. Cerro Baúl, la mesa a la derecha,
no está dominado por los sedimentos de la Formación Moquegua Superior y coronado por una toba de 25.3 +- 0.8-
Ma. El curso del río Tumilaca (izquierda) está flanqueado por el Mioceno superior Los frontones de la terraza de la
última etapa de terraza múltiple. Otra toba, correlativa a la que recubre. El depósito de Cuajone (Tosdal et al., 1981),
está interpuesto con la Formación Moquequa y está debajo de la terraza en el horizonte distante (izquierda). d. Vista
hacia el noreste a través del valle superior de Río Asana, al noreste de Quellaveco, en la precordillera interior. Las
principales morrenas se cubren a través de la Superficie de Altos de Camilaca diseccionada. El cerro Condoriquiña
(5.085 m), en el horizonte, probablemente no esté marcado por el Grupo Toquepala superior, y por lo tanto constituye
la escarpa local, aunque posteriormente glaciares, en la planicie.

A principios del Neógeno, el área mineralizada
era situado, como lo es hoy, en el frente del
océano del arco volcánico en la precordillera. La
erupción de Las tobas de flujo de ceniza
rodacíticas aparentemente comenzaron
localmente en California. 29 MA. (RJ Langridge,
pers. Commun., 1989), pero se hizo más intenso
a los 25 a 26 Ma durante las fases iniciales del
oligoceno tardío de levantamiento rápido. Varias
tobas se intercalan en los sedimentos gruesos
elásticos de la Formación Moquegua superior
(Fig. 3c; Bel- Lido, 1979; Tosdal et al., 1981).
Posteriormente, erupciones piroclásticas
elásticas acompañaron el desarrollo tanto de la
superficie de Altos de Camilaca como de las
formas de la etapa de terrazas múltiple,
resultando en la fundición de amplias zonas del
talud precordillerano de la Cordillera Occidental
(Tosdal et al., 1981, 1984). Las tobas
generalizadas contemporáneas con incisión de la
superficie de Altos de Camilaca está asignada a
la Formación de Huaylillas. En contraste, las
tobas que son predominantemente restringidos
a los valles que fueron erosionados durante la
etapa llanuras múltiples y se agrupan como la
Formación Chuntacala (Tosdal et al., 1981,
1984). Esta distinción, reconocida por primera
vez en Cuajone por Manrique y Plazolles (1975),
es crítico para la interpretación de la evolución
del relieve de la zona. Porque la acumulación de
ignimbritas incluso delgadas han sido mostradas
en otros lugares para interrumpir los sistemas de
agua subterránea y terminar la actividad
supergénica debajo de las superficies
subyacentes (Sillitoe et al., 1968), la definición
de las relaciones tiempo-espaciales de las
unidades piroclásticas y las formas de relieve
asociadas es claramente de importancia
potencial en la predicción de la extensión de los
horizontes del grado de enriquecimiento local.
En el área de estudio, la toba basal sobrepuesta
a el depósito de Cuajone erosionado es
inusualmente grueso (<180 m) e incluye una
zona soldada principal que contiene
esencialmente fragmentos no valorados. Del
mismo modo la toba miocena superior que está
sobre el depósito de Quellaveco en el valle del
Río Asana exhibe relictos de fragmentos
aplanados, que mostrarían su compactación
original. En general, la mayoría de las tobas de la
Formación Huaylillas muestran solo
desvitrificación y alteración hidrotermal. Los de
la Formación Chuntacala está ampliamente
desvitrificados, pero por otra parte inalterados.
Concluimos, por lo tanto, que las tobas de flujo
de cenizas emplazados inmediaciones de los
depósitos minerales poseían bajas
permeabilidades y por lo tanto es probable que
actúen como acuícludos.
Durante el Plioceno, una transición local de
erupción de ignimbrita a predominantemente
vulcanismo andesítico-dacíticos culminó en el
desarrollo de los estratovolcanes del Grupo
Barroso (Tabla 1). El radical enfriamiento del
clima en el Pleistoceno llevó a la formación de
glaciares alpinos y al desarrollo de morrenas
extensas, las cuales son bien conservadas al
noreste de Cuajone y Quellaveco (Fig. 3d) pero
no en las inmediaciones de los depósitos.
Alrededor de los tres depósitos en discusión el
paisaje precordillerano (Figs. 2a y 3a) está
dominado por un alta, llanura con pendiente
suroeste, que representa tanto la parte
degradacional de la superficie de los Altos de
Camilaca y, sobre zonas amplias, la suave
inmersión de las superficies de los flujos de
ignimbrita en gran medida coetánea con el
relieve. La llanura ha sido diseccionada de forma
variable por sistemas de valles de tendencia
oeste-suroeste. Algunos valles originalmente
poseían una amplia sección poco profunda y
representó las extensiones más altas de las
terrazas del Mioceno medio y superior, que
constituyen gran parte de las Llanuras
Costaneras en altitudes de la parte baja.
Posteriormente se modificaron ampliamente
durante la etapa Valle y Terraza, mientras que se
iniciaron otros valles en la última etapa, y
manifestaron simples perfiles en forma de V.
Antes de la minería, los depósitos de pórfido de
Cobre fueron expuestos en valles poli-etapas
compuestos.
La superficie de Altos de Camilaca del área
principal se caracteriza por un grado significativo
de relieve primario, con numerosos inselbergs
levantados de 30 a 60 m por encima de la llanura,
intercalados con depresiones rellenas de grava,
los restos de los canales del paleodrenaje. La
altitud de esta vieja superficie en las
proximidades de las minas es de 3.500 a 4.000
m.s.n.m. A el noreste, constituye la base de los
estratovolcanes jóvenes, cuyos flancos se
extienden dentro de los 10 km de los depósitos.
Al suroeste, a una corta distancia de las minas,
una abrupta disminución en la altura marca el
escarpe trasero erosional y las extensiones
superiores del frontón delantero de Pampa
Lagunas, la superficie de erosión más antigua del
Mioceno medio (Figs. 2c y 3b). Así, los depósitos
de pórfido de cobre son intersectados por
accidentes geográficos erosionales de diferentes
orígenes que se remontan en el tiempo hasta el
límite Paleógeno-Neógeno (ca. 23-24 Ma).
Además, es evidente que los depósitos de
Cuajone y Quellaveco, y probablemente también
el área de Toquepala, se mantuvieron cubiertos
durante algún tiempo por paquetes de
ignimbrita miocenas.
Entornos geomorfológicos locales y Zonas de
Enriquecimiento
Depósito de Cuajone
El depósito de Cuajone se encuentra en el flanco
sur (izquierda) del cañón de 500 m de
profundidad de la Río Torata (Fig. 4) y más
ampliamente en su afluente, la Quebrada
Chuntacala, el trayecto oeste la cual transectó la
parte central de la zona mineralizada (Manrique
y Plazolles, 1975). Lacy (1958) le llamó la
atención por primera vez la inversión del relieve
fluvial que tuvo lugar durante la historia
geológica reciente de la zona; por lo tanto, el
cual se presenta enterrado entre las paredes
escarpadas de Torata y los valles de Chuntacala
que es esencialmente coaxial con un paleovalle
con márgenes suavemente sumergidos,
parcialmente conservado a través del llenado Manrique y Pla- zolles, 1975, p.), 22.8 +/- 0.7 Ma
por flujos volcánicos. (Tosdal et al., 1981). La toba se superpone a una
irregular, topografía inclinada al suroeste con
Los valles de Torata-Chuntacala en el norte y en
relieve local hasta 120 m (ca. 3,580-3,700 m
el sur de superficie subplanr, yaciendo en aprox.
as1.). Este flujo también es coetáneo con una
3.800 a 4.200 m.s.n.m. y buzando a aprox. 4° al
toba sin soldar intercalada en la parte superior
oeste-suroeste, se definen en gran medida por
de la Formación Moquegua (Fig. 3c) 30 km al
las superficies superiores de tobas de flujo de
suroeste (Tosdal et al., 1981). |Las tobas de flujo
cenizas de la Formación Huaylillas, que
de ceniza, por lo tanto, probablemente
localmente comprende hasta 280 m de
cubrieron gran parte o toda el área de Cuajone
predominio de tobas de flujo de cenizas con
en este momento. Consideramos la topografía
conglomerados menores y aglomerados
erosional ondulada debajo de la Formación
(Manrique y Plazolles, 1975).
Huaylillas para representar una etapa temprana
En el área principal de la mina Cuajone, el en el desarrollo de la superficie de los Altos de
miembro basal de la Formación Huaylillas es una Camilaca.
toba soldada gruesa (Fig. 5b; la "trachyte" de

FIG. 4. Mapa fisiográfico simplificado del preminado del área de la mina Cuajone. El intervalo de contorno es 33.3
metro. El área sombreada, que cubre gran parte de los entre los valles Cocotea (al sur del área del mapa), Chuntacala,
y los de Torata, indican la extensión aproximada del paisaje subplanar Oligoceno y Mioceno, una conflación de la
parte alta de los flujos de ceniza de la formación Huaylillas y la superficie erosional de Altos de Camilaca. Área de La
figura 6, centrada sobre la mina de Cuajone, está delineada.
En Quebrada Cocotea, el sistema de drenaje
activo va al sur de la Quebrada Chuntacala. (Fig.
4), la toba basal alcanza un espesor máximo de
180 m, muestra un perfil completo de toba
soldada (Tosdal, 1978), y está subyaciendo por
un aprox. de 100 m de espesor de conglomerado
(Manrique y Plazolles, 1975). Estas
características sugieren fuertemente que un
importante valle existe en esa zona al principio
de la evolución de la superficie de los Altos de
Camilaca. La consolidación de esta toba de flujo
de ceniza probablemente se habría desplazado
al principal drenaje local al sur y norte, en este
último caso a la posición actual de Quebrada
Chuntacala.
Un mapeo detallado del tajo abierto de Cuajone
en reciente años (Satchwell, 1983; FB Stevenson,
escrito comun., 1983) ha esbozado varias
unidades estratigráficas pos-desgarre (Figs. 5c y
6) no identificadas claramente en la superficie
pre-mina. Estos incluyen un conglomerado de
clastos de riolita, expuesto en el extremo
oriental de la zona mineralizada, y un
"aglomerado gris" más joven. (un término
informal local), expuestos en los sectores oeste y
este del tajo. Manrique y Plazolles (1975, fig. 2)
mapearon el área occidental de esta última
unidad como parte de la Formación Chuntacala.
Satchwell (1983) interpretó originalmente que
ambas unidades eran más antiguas que la
ignimbrita basal de la Formación Huaylillas y les
asignó una edad Oligocena tardía. Después, L. J.
France (pers. Commun., 1984) y P. C. Satchwell
(pers. comun., 1986) concluyó que estas
unidades forman parte de la Formación
Huaylillas, con el conglomerado riolítico
probablemente representan su miembro basal
local y el aglomerado posdata la toba basal. El
aglomerado está en parte subyacente por finos
flujos de lodo que contienen clastos idénticos a
partes de la toba.
El conglomerado, cuyo contacto inferior ha sido
intersectado en elevaciones de aprox. 3,565 a
3,670 m (Fig. 6), probablemente acumulado en
un valle de moderada profundidad en la
topografía de la formación pre-Huaylillas, tal vez
continua con el paleovalle subyaciendo la actual
Quebrada Cocotea. El gris aglomerado rellena de
forma relativamente profunda y probablemente
el canal más empinado, cuyo piso se encuentra
en elevaciones de aprox. 3,475 y 3,430 m en el
cuadrante este y oeste, respectivamente, del
presente tajo abierto (Fig. 6). Así, un importante
desarrollo del valle, aproximadamente paralelo a
la más reciente Quebrada Chuntacala, se infiere
que ocurrió en la proximidad del antes
yacimiento de Cuajone y también en alguna
etapa posterior durante la deposición local de La
Formación Huaylillas. Porque el miembro de
flujo de ceniza local más joven de la formación es
18.6 +/- 0.3 Ma. (recalculado a partir de la fecha
reportada por Tosdal et al., 1981), el último de
estos episodios de erosionales probablemente
tuvo lugar en aprox. 19 a 21 ma. El aglomerado
gris es cubierto de forma inconformablemente
por el conglomerado, por lo tanto sugiriendo que
los valles de este a oeste fueron incididos aquí
más de una vez en la ultimo intervalo de la
formación de Huaylillas
FIG. 5. Formas de relieve y unidades neógenas en el área de la mina Cuajone. a. Vista al noroeste desde las
inmediaciones de Cerro Viña Blanca hacia el área de la mina Cuajone (ver vertederos). Las crestas subplanares de
pendiente suroeste-suroeste son definidas en gran parte por las tobas del Mioceno inferior de la Formación Huaylillas,
pero son localmente degradacionales y representan la superficie de Altos de Camilaca. El desarrollo más grueso de
las tobas tempranas de la Formación Huaylillas están expuestas en las laderas más alejadas (norte) de Quebrada
Cocotea, el valle principal en el medio de la distancia. b. Al sur de la pared del tajo abierto de Cuajone, junio de 1980
(observe las elevaciones de banco seleccionadas). Basal, 22.8 + 0.7-Ma, flujo de ceniza de la Formación Huaylillas se
superpone a una inconformidad irregular (línea discontinua) incidido en el pórfido de cuarzo Quellaveco del Grupo
Toquepala. La zona lixiviada se extiende de aprox. 3.800 a aprox. 3,495 m, cubriendo el límite sur de la capa
enriquecida. La parte inferior del pozo está en primario o "de transición", es decir, enriquecido débilmente (ver texto),
mena. c. El cuadrante oriental del tajo abierto de Cuajone, mirando al este-noreste, junio de 1983. El curso pre-mina
de la Quebrada Chuntacala se muestra claramente. La cresta de la derecha está subyacente por los flujos de ceniza
de la formación Huaylillas (22.8 _ + 0.7 Ma) y que en la izquierda por los flujos de ceniza y aglomerados del medio y
tardío mioceno de la formación Chuntacala (<13.1 +/- 0.4 Ma). El cuerpo en forma de canal del aglomerado gris, aquí
asignado a la mitad de la Formación Huaylillas, rellena el canal aluvial de paredes empinadas (discontinua), incidido
en minerales enriquecidos. La base expuesta del aglomerado está a aprox. 3,475 m. d. Vista al oeste-suroeste bajo
de la Quebrada Chuntacala a los niveles superiores de la mina Cuajone. El horizonte está dominado por las
ignimbritas inclinadas de la Formación Huaylillas. La cresta que separa los valles de Chuntacala y Torata (derecha)
está subyaciendo por el Formación Chuntacala y corresponde al curso de un valle abierto del mioceno medio. Los ejes
de los valles del Mioceno inferior yacen a lo largo, o al sur del área del tajo abierto.
Con la transición a la etapa de terrazas múltiples
después de aproximadamente 18 Ma, la
elevación y la erosión renovada llevaron a el
desarrollo de un amplio valle abierto, el eje de
que se extiende 600 a 800 m al norte del canal o
canales tempranos. A partir de las 13.1 + 0.4 Ma.
(Tosdal et al., 1981), este valle fue rellenado por
un espesa (máx. 485 m) sucesión de tobas de
flujo de ceniza, aglomerados, y lahares de la
Formación Chuntacala. Las tobas ahora
subyacen en el espacio interfluvial entre la Valles
de Torata y Chuntacala (Figs. 5d y 6). Esta
Paleovalle fue probablemente coetáneo con el
mioceno medio extensivo regionalmente (11.5-
14.1 ma) el suelo de Pampa Lagunas (Tosdal et
al., 1984), que define gran parte de la porción
superior de las Llanuras Costaneras al suroeste
de la mina Cuajone. (Fig. 2c).

FIG. 6. Mapa simplificado que describe las principales unidades geológicas postmineralizacion en la mina Cuajone,
incluyendo la Formación Huaylillas (<22.8 +/- 0.7 Ma) y la Formación Chuntacala (<13.1 +/- 0.4 Ma) volcánicos en los
márgenes sur y norte del tajo abierto, respectivamente. Las ubicaciones aproximadas del conglomerado riolítico y el
aglomerado gris se muestran (después de Satchwell, 1983). Línea A-B corresponde a la sección de la figura 7.

Las inconformidades de la intraformación dentro levantamiento del Mioceno tardío,

de la Formación Chuntacala (Manrique y presumiblemente durante el desarrollo
Plazolles, 1975) indican que el área de la mina sucesivo, al suroeste, de los frentes de las
experimentó episodios intermedios y el terrazas del cerro de las Chulpas, Pampa Sitana y
Cerro Sagollo (Tosdal et al., 1984), cada uno de
los cuales registra una etapa discreta en el
levantamiento mioceno medio y tardío de la
cordillera occidental. Sin embargo, la erosión en
ese momento aparentemente no corrigió el
Yacimiento. A partir de entonces
(probablemente después de 6.5 Ma), renovado
el levantamiento durante la etapa Valle y Terraza
inició el desarrollo del valle existente de la
Quebrada Chuntacala y el cañón más profundo
de la Río Torata (Fig. 4). Esto implicó la erosión
de gran parte de las cubiertas volcánicas locales
de las formaciones de Huaylillas y Chuntacala, y
finalmente, renovada la incisión en el yacimiento
a lo largo del eje del valle de Chuntacala.
Una sección transversal (Fig. 7) ilustra la
topografía pre-mina en el área proximal de la
mina Cuajone, la amplia distribución de las
unidades geológicas post-mineral, y los límites
aproximados de las zonas supergénicas. Cuajone
fue originalmente un diseño de 470 millones de
toneladas métricas, con un promedio de 1 por
ciento de Cu, y que conteniendo aprox. 75
millones de toneladas métricas de sulfuros
enriquecidos (grado medio> 1,5% Cu). El sulfuro
enriquecido dominado por la calcocita sensu
stricto, fue aparentemente confinado a un solo
horizonte en forma de manta, unos 20 m de
promedio de grosor, que buzaban suavemente al
oeste, y en la sección transversal norte-sur,
mostró una inclinación suave en sus porciones
centrales (Fig. 7). Al sur, la zona de
enriquecimiento adelgazó marcadamente hacia
el límite de la zona mineralizada (Fig. 5b).
Minerales parcialmente oxidados con
remanentes de calcocita supérgena que fueron
intersectadas localmente (pre-mina) por el piso
de la Quebrada Chuntacala, y debajo del espacio
interfluvial del norte, fueron claramente
expuestos en el piso del paleovalle en la base de
Formación Chuntacala; los restos oxidados de
calcocita persisten a pocos metros de esta
superficie de erosión. Además, es evidente que
en la zona oriental de las fosas minerales.
Contiene tanto masivo como pulverulenta
calcocita encontrada a pocos metros de la
inconformidad (a los lados y debajo del
paleovalle) hasta subyaciendo al aglomerado
gris. No se sabe si la calcosita ocurrió
inmediatamente debajo del conglomerado
riolítico.

FIG. 7. Corte transversal suroeste-noreste esquemático a través del depósito de Cuajone que muestra la topografía
pre-mina, el límite aproximado del grado de mineralización de Cu, las principales zonas supergénicas y la disposición
de las unidades neógeno volcánico-sedimentarias. La pequeña parte aislada de rocas volcánicas cerca del eje del tajo
está mapeado por Manrique y Plazolles (1975) como la Formación Chuntacala, pero coincidimos con Satchwell (1983)
al asignarlo a la Formación Huaylillas (aglomerado gris). Tenga en cuenta que hay otras discrepancias menores entre
las dos descripciones de la geología post-mineral. Simplificado y modificado de Manrique y Plazolles (1975).
En los bancos del sur del tajo abierto, la
extremidad afilada de la zona de
enriquecimiento está aproximadamente 150 m
por debajo de una irregular inconformidad,
representando una etapa temprana en la
evolución de la superficie de los Altos de
Camilaca (aprox. 3,500-3,640 m.s.n.m.), y aquí
está cubierto por la principal toba de flujo de
ceniza de la Formación Huaylillas inferior (Fig.
5b). Por principios de los 80, gran parte de la
principal zona de enriquecimiento había sido
minado, y la parte inferior del tajo estaba
tendido en el mineral "de transición" (Satchwell,
1983), caracterizados ampliamente por
recubrimientos superficiales de calcosita
polvorienta sulfuros hipógenos. El ensamblaje
supérgeno comprende (Clark, en prep.)
proporciones variables djurleita, roxbyita ((Cu,
Fe)1.83S, Clark, 1972; (Cu, Fe)1.74-1.82S, Mumme et
el., 1988), y anilita. Los grados del promedio
mineral primario subyacente a 0.8% de Cu
(Satchwell, 1983).
La zona enriquecida con sulfuro pasa hacia arriba
en la zona de óxido (Fig. 7), que tiene un espesor
promedio de 15 m y una ley promedio de 1.3 por
ciento de Cu. La zona de óxido es
considerablemente más gruesa (hasta 40 m) en
el parte norte del depósito, es decir, en el área
que se encuentra debajo del lado sur
suavemente inclinado al valle que forma la
superficie depositaria para la Formación
Chuntacala. Los minerales de óxido están
dominados por malaquita y crisocola, pero los
restos de sulfuros supérgenos están muy
extendidos. La zona de óxido en sí es cubierta
por una zona lixiviada que contiene hematita
(0.1- 0.2% Cu), con un espesor máximo
(preservado) de 120 m. Las relaciones
mineralógicas y texturales (Stevenson, 1972;
Horlick et al., 1981; Satchwell, 1983) sugieren
que la zona entera de óxido y al menos la parte
inferior de la zona lixiviada formada a través de
oxidación de minerales enriquecidos en sulfuro
(calcocíticos), una vez continua con la zona de
enriquecimiento existente. Por lo tanto, se
infiere que el enriquecimiento de sulfuro puede
originalmente ocurrido tan alto como el nivel de
3,550 m, es decir, dentro de 20 a 100 m de la
topografía erosiva del oligoceno tardío o del
mioceno temprano, y que subsecuente la
reducción de la capa freática causó una
significativa penetración descendente de la
oxidación y lixiviación. Llos mineral de transición
(ver arriba) muestra características de interfaces
entre el sulfuro supergeno y las zonas de mineral
primaria (ver Alpere y Brimhall, 1989) pero
probablemente representa una redistribución
moderada de Cobre en respuesta a la caída en el
nivel freático.
Las relaciones observadas en Cuajone están en
acuerdo permisivo con un modelo en el cual el
sulfuro enriquecido tuvo lugar debajo de una
topografía subplanar ancestral a la superficie de
los Altos de Camilaca. Si la capa lixiviada se
desarrolló a través de la degradación de
minerales de sulfuro previamente enriquecidos,
entonces las zonas superiores del depósito
pueden llevar un registro de un período relativo
prolongado de alteración supérgena debajo de
un suave paisaje pasando por una disección
gradual; por lo tanto, la actividad supergénica
puede haber comenzado significativamente
hasta el final del Oligoceno. En cualquier caso, el
enriquecimiento probablemente cesó a las 22.8
+/- 0.7 Ma cuando la erosión de la toba basal (o
casi basal) de la Formación Huaylillas cubrió el
depósito. La gruesa zona lixiviada subyacente a
esa unidad, y es expuesta en el muro sur del tajo
abierto (Fig. 5b), probablemente desarrollado en
gran parte antes de ese episodio volcánico.
Posteriormente, pero antes de 18.6 +/- 0.3 Ma
(ver arriba), la mayor oxidación y lixiviación de la
calcocita supérgena pueden haber resultado de
su exposición durante la erosión del sistema de
valles profundos ocupado por el aglomerado
gris, que directamente se superpone al
yacimiento y ahora está en contacto con los
minerales originalmente moderadamente ricos
en calcocita.
FIG. 8. Mapa de bosquejo geológico del área
prospectiva de Quellaveco. (simplificado y modificado
después de Estrada, 1975) mostrando distribución de
post-mineralización de las unidades volcánicas y
sedimentarias de las formaciones Huaylillas,
Chuntacala y "Sencca". El contorno de la alteración
fílica-argílica corresponde aproximadamente al límite
del grado de mineralización. La línea noroeste-
sureste. (C-D) indica la ubicación de la sección
transversal en la Figura 12 y la Parte sureste de la
sección transversal en la Figura 11.
Satchwell (1983) atribuye el "abrevadero" de la
zona lixiviada y el desarrollo local de extensa
caolinita supérgena a la intemperie bajo este
valle. Sin embargo, la pronunciada configuración
del valle, y la probabilidad de que fue
rápidamente llenado por el aglomerado, sugiere
que los procesos supérgenos no podrían haber
sido muy efectivo en esta etapa y, además, se
habría vuelto otra vez a poner fin al inicio de la
erupción de la Formación Chuntacala a 13.1 +/-
0.4 Ma. Esto permanece posible que el
abrevadero del manto enriquecido (Fig. 7), y / o
el desarrollo de los minerales de transición
enriquecidos, puede reflejar la incisión del valle
en los tiempos de la formación media Huaylillas,
pero es más probable que fueron controlados
por la naturaleza ondulada de los primeros
accidentes geográficos del Mioceno ancestrales
a la superficie de los Altos de Camilaca.
La oxidación supérgena fue probablemente
renovada disminuyendo la erosión de los
estratos de la Formación Chutacala durante la
etapa del Valle y Terraza, pero se considera que
es poco probable que se haya producido un
enriquecimiento significativo desde el Mioceno
medio.
Depósito Quellaveco
Reservas de mineral de cobre en el prospecto
Quellaveco. (Fig. 1) se reportan como 200
millones de toneladas métricas a 0.95 por ciento
de Cu (Hollister, 1974) o 405 millones de
toneladas métricas a 0.8 por ciento de Cu
(Estrada, 1975). El yacimiento Quellaveco está
expuesto en ambos flancos del profundo valle
del río Asana y se alarga en dirección noroeste
(Fig. 8).
Las amplias relaciones fisiográficas (fig. 9) son
similares a los de Cuajone. El valle de Asana está
FIG. 9. Mapa fisiográfico simplificado del área del prospecto de Quellaveco (Fig. 4). Nota los cursos de los valles de
Rios Asana y Charaque y la intermedia quebrada sin nombre. La zona sombreada indica la extensión aproximada del
paisaje subplanar oligo-mioceno, pero la parte suave inferior (hacia el suroeste) de la interface entre los valles de
Asana y sin nombre se define por la suavidad inclinada de flujos de la "Formación Séneca" (ver Fig. 10b). El área de
la Figura 8 está delineada

. FIG. 10. Formas de relieve y unidades neógenas en el

área de prospecto Quellaveco. a. Vista al este-sureste
desde las laderas del cerro Charaque hacia el área del
prospecto Quellaveco (nota vías de acceso en la
vertiente S del valle de Asana). Quebrada sin nombre
visible a media distancia. El horizonte se modifica en
la superficie de los Altos de Camilaca cubierta
localmente por flujos de las Formaciones Huaylillas y
Chuntacala. b. Vista al noroeste a través del Valle del
río Asana y zona mineralizada de Quellaveco.
Buzamiento oeste-suroeste, el espacio interfluvial
está cubierto por una toba asignada provisionalmente
a la parte superior de la Formación de Sencca
(Mioceno-Plioceno), subyacente por los flujos de la
Formación Chuntacala del mioceno medio. c. Vista de
arriba al noreste del Valle de Asana desde las
exposiciones del sur de Quellaveco. Toba blanca (9.5
+/- 0.5 Ma) de la parte superior de la formación
Chuntacala es evidente a lo largo de la orilla norte del
valle, donde se encuentra una terraza tallada en la
roca incisa en la Formación Chuntacala y subyacente
al Grupo de Toquepala. Superficies lisas en la
distancia son las morrenas que recubren la superficie
de Altos de Camilaca.
incidido modificado de las superficies de Altos de
Camilaca, representado aquí (Fig. 10a) por una
planicie alta que rueda suavemente California.
3.800 a 4.100 m as1 .; el fondo del valle en el El
campamento de Quellaveco es de 3.500 a 3.600
m. Discontinuo Restos de Formación Huaylillas y
Chuntacala. Las ignimbritas se producen en
interfases superiores. Una de esas cenizas toba
de flujo, expuesta ca. 7 km al suroeste de la
depósito, ha rendido una edad K-Ar de 18,4 a 0,6
Ma (Tosdal et al., 1981), similar a la de los más
jóvenes De la Formación Huaylillas fechada fluye
en Cuajone. En el borde sureste del valle de
Asana, una pequeña resto de erosión de una
ignimbrita 13.1 ñ 0.7-Ma as- firmado a la
Formación Chuntacala (Tosdal et al., 1981) se
conserva en una cuneta en los Altos de Camilaca.
superficie. Al noroeste del depósito, un similar se
reporta la edad media del Mioceno de 12.5 a 0.6
Ma una secuencia gruesa de tobas alternas de
flujo de ceniza y que se expone en el valle del río
Charaque, un afluente de la orilla derecha del río
Asana (Fig. 8). La secuencia de toba es
litológicamente similar a la Sección de formación
Chuntacala en Cuajone. Sin embargo, la toba
preservada más alta en el Valle de Raque tiene
una edad de 6,5 a 0,6 Ma y muestra fenocristales
de cuarzo violeta considerados característicos de
Los flujos de ceniza del Plioceno de la Formación
Séneca en el región (Tosdal, 1978; Tosdal et al.,
1981). Esta firma es, sin embargo,
probablemente incorrecta (RJ Lan- gridge, pers.
commun., 1989). Los espacios interfluviales
entre los valles del rio Charaque y rio Asana
tienen límites cuasiplanares y de pendiente
suave hacia el oeste-suroeste (Figs. 9 y 10b).
Las laderas más bajas en ambos valles están
sustentadas por rocas volcánicas del Cretácico
Superior-Paleoceno del Grupo de Toquepala e
intruido por plutones (Bellido, 1979). La
interfase suave entre Los valles de Asana y
Charaque son ligeramente erosionados donde se
depositó de una toba de flujo de ceniza que es
correlacionada activamente con la Formación
Sencca en el valle del Charaque, o con un flujo
subyacente de La parte superior de la Formación
Chuntacala. Otras tobas asignadas a la
Formación Chuntacala son expuestas en las
laderas del norte de la parte superior del valle
Asana en una elevación aproximada de 3,750 a
3,775 m.s.n.m. Así, el depósito de Quellaveco fue
enterrado en diferentes Tiempos por rocas
volcánicas del Chuntacala del mioceno medio y
superiora y Mioceno superior y plioceno de la
Formación Sencca. Sin duda el depósito también
fue cubierta en un tiempo por las Formación
Huaylillas.
Una característica conspicua de la margen
derecha de la Valle de Asana a una distancia
considerable aguas arriba del depósito de
Quellaveco (Fig. 10c) es de buen grosor e
intemperismo de color blanco, la toba de flujo de
ceniza sin soldar está subyacente por un
Conglomerado fluvial, constituyendo
conjuntamente Las brechas y conglomerados de
Quellaveco. El flujo es 9.5 a 0.5 Ma (Tosdal et al.,
1981) y carece de los ojos de cuarzo violeta de la
unidad superior en El valle de Charaque. La toba
no puede ser rastreada a lo largo Las laderas
norte del valle de Asana al oeste del depósito.
Aguas arriba, un banco topográfico incidió en
flujos volcánicos e intrusiones de Grupo
Toquepala y la formación volcánica de
Chuntacala suprayacente, localmente toma el
lugar de la toba blanca, y concluimos que este
último fue depositado en una valle incidido en
las rocas más viejas a un nivel cercano a La
discordancia paleogénica-neógena. Una
estratificación y geomorfología similar
probablemente ocurre en la ladera sur del actual
valle de Asana, pero la toba y el banco
subyacente son menos extensos y conservado.
Además, la superficie erosionada sobreyaciendo
al conglomerado y a la toba joven se encuentra
arox. 75 m más alto en el lado sur del valle,
probablemente resultante de fallas post-9.5-Ma
a lo largo del presente Valle de Asana (Estrada,
1974).
Sobre la base de las relaciones anteriores, la
siguiente secuencia de eventos neógenos en el
área planteada así: (1) etapas finales en el
desarrollo de la superficie de los Alto camilaca a
aprox. 19 a 25 Ma; (2) erupción de las
formaciones huaylillas más jóvenes ignimbritas
en alrededor de 18.4 Ma; (3) incisión de un
amplio valle abierto, El eje del cual
probablemente coincidió aproximadamente.
con el presente interfluve entre el Asana y Valles
del Charaque; (4) deposición de una sucesión
gruesa de formación chuntacala ignimbritas y
lahares, iniciando aprox.. 13.1 _ + 0.7 Ma y
rellenando el paleovalle y localmente rellenando
el borde sur sobre la superficie de Altos de
Camilaca; (5) enfoque de erosión fluvial en la
zona del actual valle charaque. y en la posición
aproximada de la actual Rio. Asana, donde estos
valles son más estrechos y con pendientes más
pronunciadas que los sistemas anteriores; (6)
deposición de conglomerados fluviales y el
ignimbritas de 9.5 _ + 0.5-Ma , que fue asignado
a la parte superior Formación Chuncatala (Tosdal
et al., 1981); (7) erupción de La formación Sencca
del Mioceno superior y paleoceno de
ignimbritas, ahora conservadas solo por encima
de aprox. 3,800 m.s.n.m y (8) incisión del actual
profundo cañón del río Asana, el valle del río
Charaque, y Las quebradas intermedias. La edad
del episodio de fallas a lo largo del eje del río
Asana no puede ser definido con precisión, pero
probablemente coincidió con las etapas (6) o (7).
La relación aproximada Las relaciones de las
características anteriores se ilustran en el
bosquejo de la sección 11, a lo largo del eje norte
de Quellaveco (el. Las figs. 8, 9 y 12). La etapa (3)
se correlaciona con la Desarrollo del frontón de
Pampa Lagunas en el Llanuras Costaneras y
etapa (5) con las terrazas del Cerro Sagolloo,
respectivamente el primero y el último episodios
en la etapa de terrazas múltiple (Tosdal et al.,
1984). La profundización del rio asana y otros
valles ocurridos durante el subsiguiente
Escenario de valle y terraza.
Estrada (1974, 1975) ha demostrado que el
enriquecimiento supergeno se desarrolla en
quellaveco, como el Cuajone.
Fig. 11. Esquema de la sección transversal noroeste-sureste a lo largo del eje de la fuente Quellaveco, ilustra las
interrelaciones de la topografía actual, flujos de ignimbrita neógenos (algunos sin fecha), inferidos paleoformas, y la
zona de enriquecimiento de Quellaveco. La sección es aproximadamente ortogonal a la Valles fluviales existentes. Se
supone que el último episodio de falla a lo largo del eje del valle de Asana tiene ocurrió después de la erupción de la
ignimbrita 9.5 +- 0.5-Ma. La escala vertical es exagerada.

FIG. 12. Sección transversal (mirando al noreste) de las zonas supergénicas de Quellaveco, después de Estrada (1974);
secta. 13). Nótese la diferente distribución de las unidades volcánicas y sedimentarias post minerlización en el sur y
flancos norte del valle de asana. Los volcanes no están diferenciados, pero en esta sección probablemente comprende
principalmente la toba blanca 9.5 _ + 0.5-Ma (ver Fig. 10c) de la Formación Chuntacala superior. Nota la intersección
de la zona de enriquecimiento por la superficie de erosión (banco del valle) subyacente a la zona de conflomeraado
fluvial y el desplazamiento del perfil por la falla de tendencia del este.

Dos zonas son Distinguido: una zona superior de subparalela a traves del valle actual y la cobertua
enriquecimiento moderado a fuerte que recubre de enriquecimiento (fig. 12).
una zona de grado inferior, probablemente que
La zona enriquecida de Quellaveco está truncada
representa una transición descendente hacia
por Las laderas más bajas del actual valle de
minerales hipógenos. La zona portadora de
Asana. Sobre el flanco norte del valle, la
calcocita es significativa. bastante más grueso
discordancia por debajo la ignimbrita 9.5 + 0.5-
(50-60 m) y más irregular que en Cuajone.
Ma y el conglomerado intersecta la zona de
Alcanza profundidades de 250 a 300 m por
enriquecimiento supergeno como así como la
debajo de la Presente la superficie y tiene una
zona oxidada lixiviada suprayacente (Figs. 19. y
forma muy suave en canal. sección vertical,
13); restos oxidados de calcocita ocurren dentro
reflejando crudamente la configuración de las
de 50 cm de este antiguo valle. Relaciones
laderas del valle de Asana (Estrada, 1975). La
similares son evidentes entre la cobertura de
zona enriquecida es generalmente cubierta por
enriquecimiento y valores conservados atípicos
un lixiviado. y / o zona oxidada, que se extiende
de toba en la vertiente sur del valle (Fig. 12; ver
desde la superficie hasta Profundidades
Estrada, 1974, 1975). Las relaciones entre el
profundas de 80 m. Una falla de este a oeste
enriquecimiento supergénico. y las formas de
Cerca del eje actual de las compensaciones del
relieve topográficamente más antiguas son
valle de Asana en la parte norte del manto de
menos claro. Las más altas exposiciones de la
enriquecimiento hacia abajo, alrededor de 75 m
zona enriquecida, en su extremo sur, se
(Fig. 12; Estrada, 1975). La restauracion de este
encuentran a altitudes de aprox. 3,750 m
desplazamiento aumentaría la relación
aproximadamente 500 m por debajo de la
posición horizontal extrapolada (aprox. 4.000
msnm) de la superficie exhumada de Altos de
Camilaca (fig. 11), que es a una profundidad
relativamente significativa mayor que en
Cuajone (ver arriba). Una separación vertical de
esta medida entre la superficie de la tierra y el
nivel freático no sería Inusual en un entorno
semiárido montañoso.
FIG. 13. Vista hacia el norte-noreste a través del valle
de Asana, con una incisión en la mineralización
oxidada y enriquecida de Quellaveco. Acantilados
blancos en la vertiente lejana de la quebrada
tributaria son afloramientos. de 9.5+- 0.5-Ma toba,
que inmediatamente se superpone a aprox. 8 m de
espesor de conglomerado. Las pendientes más bajas
se encuentran en la zona del mineral, con restos de
calcocita supergena que persiste dentro de los 50 cm
de inconformidad.
Por Ejemplo, en ajustes fisiográficamente
similares en el Distrito de Copiapó de Chile (Fig.
1), la concentración del enriquecimiento se
desarrolló intensamente a profundidades de
aprox. 200 A 300 m por debajo de la superficie
actual en las venillas de plata del Chañarcillo
(Whitehead, 1919), y la calcosita supergena es
abundante a profundidades de más de 275 m en
la Mina de cobre Dulcinea de Llampos, a un nivel
aproximado coincidiendo con la mesa de agua de
la premineralización (Sillitoe et al., 1968; Sillitoe,
1969). Del mismo modo, la zona lixiviada sobre
la cubierta de enriquecimiento en el depósito de
pórfido de La Escondida (Fig. 1) alcanza
localmente profundidades de 400 m bajo la
superficie (Brimhall et al., 1985; Ojeda, 1986;
Alpers y Brimhall, 1989). Por lo tanto, es posible
que el enriquecimiento en Quellaveco haya
ocurrido debajo de la superficie del Mioceno
inferior antes de ser cubierta por flujos aprox.
18.4-Ma.
Del valle se infiere que su desarrollo en
Quellaveco habría incidido (Figs. 11 y 12) a
menos de 75 a 100 m de la zona preservada de
enriquecimiento. Si las condiciones hidrológicas
hubieran sido adecuadas para la alteración
supergénica, es muy probable que su
enriquecimiento habría tenido lugar en ese
momento, tal vez implicando la profundización
de una cubierta formada anteriormente. La
forma de la zona enriquecida puede reflejarse
ampliamente este valle. El enriquecimiento
habría sido nuevamente interrumpida y
probablemente terminado por la deposición de
la sucesión gruesa de la Formación Chuntacala,
comenzando en aprox. 13.1 Ma.
Nuestro modelo, por lo tanto, involucra dos o
más fases de enriquecimiento superimpuestas a
las fases resultantes, no en el desarrollo de
cubiertas separadas verticalmente pero si en el
engrosamiento y mejora de una sola zona (ver
para ejemplo, Locke, 1926; Brimhall et al., 1985;
Alpers y Brimhall, 1989). El aparente mayor
desarrollo (y / o conservación) de minerales de
enriquecimiento supergeno en Quellaveco que
en Cuajone puede ser en parte por el resultado
de un régimen menos intenso de incisión en el
valle local en la superficie de Altos de Camilaca
durante el Mioceno temprano sobre el intervalo
representado por la formación Huaylillas.
Aunque inferimos que este enriquecimiento en
Quellaveco fue más prolongado que en Cuajone
posiblemente extendiéndose desde el Oligoceno
tardío hasta el Mioceno medio donde habria
terminado de manera similar antes del cierre de
la etapa de terrazas multiples antes de 9.5. MA.
La oxidación, pero con poco enriquecimiento
supergeno, acompaña las etapas más recientes
en la profundización del valle de Asana. La falla
mayor a lo largo del valle tiene un
enriquecimiento no significativo de sulfuro u
oxidación de los minerales.
Depósito Toquepala
De los tres centros de pórfido, el depósito de
Toquepala muestra el registro más extenso en
enriquecimiento supérgeno (Richard y posterior a todos los movimientos locales
Courtright, 1958; Anderson, 1982), pero
paradójicamente, esto no puede ser
precisamente limitado en el tiempo debido a la
ausencia de tobas datables del Neógeno en el
área de la mina. Sin embargo, en el Mioceno
temprano, una edad datada de K-Ar de 18.3 Ma
ha sido determinado (Tosdal et al., 1981) para
una toba que cubre un sucesión de 40 m de
espesor de tobas y conglomerados de La
Formación Moquegua Superior a unos 20 km al
sureste de Toquepala. Esta toba es
litológicamente y cronológicamente similar al
18.4 +-0.6-MA de la ignimbrita en el área de
Quellaveco, unos 15 km al norte de Toquepala.
Otras tobas de la Formación Huaylillas cerca de
Cuajone y también unos 50 km al sur cerca de la
frontera entre Perú y Chile tienen una edad de
K-Ar similar de 18.6 +-0.6 y 18.4+- 0.5 MA,
respectivamente (ver arriba; Bel16n y Lef & vre,
1976). La ocurrencia de tobas de edad similar
que atraviesa toda la región hace inferir que el
depósito de Toquepala estaba cubierto por
tobas en ese momento a principios del Mioceno.
El depósito de pórfido de cobre de Toquepala
originalmente cortada por un valle de tendencia
al sur, la quebrada Toquepala, y su corto
afluente, Quebrada Huancanani, los cuales
fueron erosionados a profundidades de aprox.
300 m en una superficie de erosión con una
altitud media local de aprox. 3,600 m.s.n.m. y
con una suave pendiente al suroeste(Figs. 14 y
15a). Como en Cuajone y Quellaveco, este
paisaje cerca de Toquepala tuvo un relieve
primario significativo, pero a partir de la
ocurrencia generalizada de cumbres planas (fig.
15a), podría ser asignado a la superficie de Altos
de Camilaca (Tosdal et al., 1984).
Inmediatamente al suroeste de Toquepala, la
pendiente de la superficie aumenta a aprox. 7°
(Fig. 15b) antes de caer bruscamente a una
altitud de aprox. 2,600 m.s.n.m. en el margen
noreste de la cobertura de Pampa Lagunas (fig.
2). Esta configuración de relieve configuración
significativos relacionados al corredor
estructural Incapuquio con tendencia al oeste-
noroeste (Wilson y García, 1962), que atraviesa
la precordillera (Bellido y Landa, 1965; Tosdal,
1978). Una inclinación similarmente empinada a
la superficie de Altos de Camilaca se observa solo
en otros lugares en el margen de una caldera
aparente del Mioceno a 30 km al sureste de
Toquepala. Un evento volcánico similar pudo
haber ocurrido al norte o al noreste de la mina,
aunque no hay estructura circular visible en
Imágenes Landsat en esa zona, tal vez debido al
entierro por volcanes más jóvenes.
Antes de la mina, la Quebrada Toquepala poseía
una perfil compuesto, en forma de copa que, por
analogía con otros perfiles del valle en esta
región, sugiere que las pendientes superiores
son mas suaves probablemente desarrolladas
durante la etapa de terrazas multiples, y con
pendientes inclinadas durante el siguiente valle
y el escenario de la terraza.
El enriquecimiento supergeno en el depósito de
Toquepala se extiende sobre un intervalo
vertical mucho mayor que en Cuajone o
Quellaveco; la calcocita secundaria después de la
calcopirita y bornita ocurrieron entre 3,525 y al niveles superiores, a través del desarrollo de
menos ca. 3.100 m.s.n.m. (Richard y Courtright, hematita marrón rojiza, una oxidación, producto
1958; Southern Peru Copper Corp., de las asociaciones de calcocita-pirita (Anderson,
desempaquetar repts.). Gran parte del mineral 1982). La zona de enriquecimiento más extensa,
enriquecido ha sido minado pero puede y delimitado sistemáticamente en base al
definirse su distribución original. mineral de la mina (Fig. 17), tiene un
ampliamente planar, pero localmente irregular,
con una superficie superior que es Subhorizontal
en proyección este-oeste pero que cae desde
una altitud de aprox. 3,350 m en el límite norte
del depósito a aprox. 3,250 m en el límite sur (un
distancia horizontal de aprox. 700 m). En
contraste al límite inferior de la zona de
enriquecimiento es muy arregular, con raíces
profundas que resultan en mineral enriquecido
con espesores superiores a 150 m. Aunque
localmente tales extensiones de la calcocita se
desarrollaron debajo del eje del valle, en general
no hay correlación entre la configuración de la
cobertura de enriquecimiento y / o espesor y la
forma del valle de pre-mina. Un control local del
enriquecimiento a profundidad por fallamiento
post-mineralización en algunas partes de
depósito.

FIG. 14. Fisiografía de pre-mineralización del área de

la mina de Toquepala. Quebrada Toquepala y sus
afluentes que inciden en el sur tomando formas
planares y se asignan a la Superficie de Altos de
Camilaca.

Remanentes de zonas afectadas por el

enriquecimiento es visible (Fig. 16a) en el tajo
asociada a la alteración argílica supergénica, que
da lugar a una coloración pálida, gris azulada en
la quebrada, en superficies de roca y, en los
FIG. 15. Accidentes geográficos en el área de la mina
de Toquepala. a. Ver al noreste del cerro Toquepala, a
través de la mitad oriental de El tajo abierto de
Toquepala (junio de 1982). A la distancia, el Cerro
FIG. 16. Distribución de zonas enriquecidas en el oeste
Condoriquiña se encuentra por encima de la
y noroeste. Paredes del tajo abierto de Toquepala. a.
pendiente casi planar al sudoeste la superficie de
Vista fuertemente acortada mirando hacia el oeste
Altos de Camilaca. Cursos superiores de la Quebradas
desde el nivel de 3,145 m (junio de 1975). Oscuro (en
Toquepala (centro) y Huacanani (derecha) inciden en
parte sombreados) los bancos en primer plano están
la planicie. b. Vista al este-sureste desde Barrio Azul
en el mineral de transición, con una distribución
(5 km. al suroeste del tajo abierto de Toquepala), a lo
errática de calcocita en polvo (hollín) con ensambles
largo del margen sudoeste de la precordillera. La
hipógenos en niveles más altos, las zonas
forma de relieve de inmersión al suroeste representa
enriquecidas con sulfuro son debido al desarrollo de
un remanente inclinado y fuertemente disecado de la
Kaolin supérgeno y el oxígeno, las zonas identificadas
superficie de Altos de Camilaca, desarrollada aquí en
y lixiviadas son más oscuras. El enriquecimiento en la
el Cretácico Superior El el Grupo volcánico Toquepala
zona inferior se superpone inmediatamente al mineral
y con intrusiones granitoides del paleoceno. los La
de transición y es esencialmente continuo alrededor
superficie plana que se eleva sobre la superficie en el
de la pared oeste del tajo. El mayor que cubre las
terreno intermedio es un remanente de la Formación
zonas enriquecidas que son de forma menos regular.
Huaylillas (Bellido y Landa, 1969).
Las elevaciones de banco seleccionadas se muestran
(msnm). b En el cuadrante noroeste del tajo abierto
(agosto 1975), mostrando (áreas delimitadas por
líneas blancas) la principal zona inferior del
enriquecimiento y la distribución irregular,
discontinua, de las zonas enriquecidas superiores (la
vista es esencialmente contigua en la imagen 17a). El
desarrollo más alto de la calcocita (arriba a la
derecha), ahora fuertemente oxidado, se extiende al
margen de la fosa y dentro de 50 m de la superficie
diseccionada de Altos de Camilaca, aquí parcialmente
mantenido por los desechos. Los tres bancos visibles
más bajos son principalmente en el mineral de
transición. Se muestran las elevaciones de banco
seleccionadas. C. Una vista oblicua de la pared oeste
de la mina a cielo abierto, mirando hacia el suroeste
desde la Banco de 3,280 m (junio de 1982), Comparar
con la Figura 17a, zona enriquecida con minerales
(pálidos) ahora se exponen casi de forma discontinua
desde las más bajos Niveles (arriba a la derecha)
hasta el límite superior del mineral hipógeno. (4-5
bancos más bajos). La zona oxidada en los bancos
superiores. corresponde a las zonas oscuras. Nivel
inferior a 3.085 m.s.n.m.

FIG. 17. Secciones esquemáticas de oeste a este a
través de la cobertura de enriquecimiento principal
inferior de la mina de Toquepala, mostrando sus
relaciones con la configuración de pre-mina en de la
Quebrada Toquepala. Las secciones atraviesan el sur
(J), central (P) y norte (U) partes del depósito. La
ruptura central en el enriquecimiento en la parte
norte del depósito delimita la post-mina y
esencialmente la brecha pipe en la dacita
aglomerádica. La cobertura de enriquecimiento está
delimitado por la perforación pre-mina sobre la base
de grados de cobre.
Esto, sin embargo, no explica por qué la principal
zona de enriquecimiento tiene más espesor (Fig.
17) y de mayor grado medio en el cuadrante
occidental del depósito que en la parte oriental
en muchas secciones este-oeste. En la ausencia
de evidencia de las principales fallas del norte a
través de El depósito, esta distribución
asimétrica de enriquecimiento. se puede inferir
que refleja las variaciones de primaria o la
preservación de un espesor de riolitas
impermeables (Serie Alta) de la pre-
mineralización del grupo Toquepala sobre la
parte oriental del cuerpo mineralizado (Richard
y Courtright, 1958), lo que podría haber inhibido
la lixiviación y enriquecimiento de cobre.
En los límites norte y sur del tajo, la zona
principal de enriquecimiento fue localmente
separada de las laderas bajas de la Quebrada
Toquepala por al menos. 20 m (Fig. 17), y su
formación fue predada en las últimas etapas del
valle en incisión, la inmersión total del sur
(aprox. 8°-9°) de su superficie superior,
ampliamente paralela a la parte superior de la
pendiente de la precordillera en la parte sur del
área de la mina (Fig. 15b), esto implica un control
subplanar de la topografía. Mientras que la parte
superior y central de esta zona de
enriquecimiento estaban dominadas por
calcocita masiva coherente, su sección inferior y
lateral en las peroferias muestran un extenso
desarrollo de enriquecimiento supergeno,
dando lugar a un mineral transitorio, como en
cuajone, los minerales enriquecidos más bajos
son mineralógicamente similares a los de
Cuajone, que comprenden coloraciones de
negro a azul oscuro de la djurleita, roxbyita y
anilita (Clark, en prep.).
La distribución original a gran escala de
minerales de calcocita en los niveles menos
profundos del tajo abierto es ahora difícil de
reconstruir, en gran parte debido al trabajo
rutinario de la minería, donde no se han
realizado observaciones mineralógicas, mientras
que, según el conocimiento de los autores, no se
realizaron estudios en el programa inicial de
perforación.
Es evidente que a una altitud tan alta, el
enriquecimiento más antiguo también se centró
en el cuadrante oeste del depósito (o Noroeste).
Anderson (1982, fig. 12.15) identificó tal
inmersión abrupta de la zona como única hacia
el sur. Sin embargo, la observación de la
distribución del relicto de calcocita y caolinita
supergena en los bancos oeste y noroeste del pit
se ha revelado extremadamente irregular y con
patrones variables debido a que las paredes del
tajo fueron desplazadas hacia el oeste. de 1975
a 1982. Mientras que de 1975 a 1978 (Fig. 16a,
b), dos zonas, aparentemente separados, donde
el enriquecimiento era evidente, centradas en
apro. 3,330- y 3,440 m de elevacion, en 1982 se
conservaron restos de calcocita visible (Fig. 16c)
en la mayoría de los bancos entre los 3,280- y
bancos de 3,490 m y localmente aparentaban
una continua con la zona de enriquecimiento
principal inferior. Sin embargo, como señala
Anderson (1982), los minerales inmediatamente
sobre la zona inferior de enriquecimiento se
caracterizan por un extenso desarrollo de la
jarosita, despues de calcopirita hipógena. El más
alto enriquecimiento sobreviviente observado
durante el período de estudio, es en el nivel de
3.535 m, se encuentra a 40 a 75 m por debajo de
las cumbres asignadas a la superficie de los Altos
de Camilaca adyacente al margen noroeste del
tajo. (Figs. 15a y 16b).
Estamos de acuerdo con Richard y Courtright
(1958) y Anderson (1982) que el
enriquecimiento inusualmente grueso en el
depósito de Toquepala resultó de levantamiento
periódico y que el aislamiento espacial de la zona
inferior (principal) probablemente graba un
episodio de elevación de una magnitud
suficiente para haber deprimido el nivel freático
local por debajo del nivel previamente afectado
por el enriquecimiento supérgeno. Las zonas de
enriquecimiento irregular sobre aprox. 3,330 m
pueden reflejar dos o más periodos de alteración
separada por eventos significativos de elevación
o un período prolongado de enriquecimiento
acompañado de una depresión relativamente
lenta de la capa freática.
Como se señaló anteriormente, no hay
restricciones temporales para el
enriquecimiento supérgeno en Toquepala. La
proximidad de la zona más alta de calcocita hasta
la superficie de Altos de Camilaca indica que el
enriquecimiento comenzó antes de las etapas
finales en el desarrollo de esa forma de relieve,
es decir, en el Mioceno temprano o antes. A
pesar de que no surgen tobas en el área de la
mina, la preservación generalizada de tobas de
flujo de ceniza de aprox. 18-MA en toda la región
hacen que sea probable que el depósito fuese
enterrado, resultando en la interrupción del
proceso de supérgeno. Además, un episodio
temprano de la cubierta por la toba pudo ser
grabado por la ocurrencia de una toba a 23.3 +-
0.8 (Tosdal et al., 1981) en la Formación
Moquegua a unos 25 km. al oeste de, y en
general, cuesta abajo desde, Toquepala. No se
puede confirmar si alguna toba de la Formación
Chuntacala fue posteriormente emplazadas en
el área.
El enriquecimiento temprano de mayor altitud
fue claramente anterior a la incisión inicial de la
Quebrada Toquepala. De hecho, la superficie
superior subplanar de la zona inferior del
enriquecimiento supergeno, y su cierre
aproximadamente al fondo del valle en pre-
mina, implica que se generó de manera similar,
en gran parte o en su totalidad, antes del
desarrollo del valle local. Sin embargo, la data
disponible no nos permite de manera confiable
asignar una edad al importante episodio de
elevación que inferimos inmediatamente
precedió al principal período de
enriquecimiento. Tres posibles Los modelos
pueden explicar las interrelaciones del
enriquecimiento y desarrollo de relieve en
Toquepala. En el primer modelo, todo el
enriquecimiento se atribuiría al bajo
intemperismo que envuelve la superficie de
Altos de Camilaca a finales del Oligoceno y en el
Mioceno temprano, la actividad supergena se
termina finalmente por erupción de las
ignimbritas de la formación Huaylillas 18.3- a
18.4-MA. De acuerdo con este modelo, la mayor
elevación que precedió el principal
enriquecimiento sería asignado a las últimas
etapas en la generación de la superficie. En el
segundo modelo, las primeras zonas de calcocita
se infiere que se han formado durante las etapas
finales en el desarrollo de la superficie de Altos
de Camilaca, mientras que la zona profunda
puede haberse desarrollado en respuesta al
levantamiento rápido, la inclinación y el
descenso del nivel freático, causada por la
formación de caldera local, presumiblemente en
el Mioceno temprano (a las 18.3 MA?). Este
modelo debe permanecer hipotético ante la
ausencia de evidencia de una caldera al norte de
toquepala. Sin embargo, debido a que la
erupción de flujo estaría íntimamente asociada
con flexión de la corteza en un entorno de
caldera (Smith y Bailey, 1968), el período
posterior como un evento para la actividad
supergénica no sería apropiado. El tercer modelo
correlacionaría el enriquecimiento temprano
con la superficie de Altos de Camilaca y más
tarde con la parte anterior de llanuras múltiples
y, probablemente con las etapas intermediadas
en el desarrollo de llanuras en Pampa lagunas,
por el cual se destaca la superficie inclinada al sur
de la mina que constituye la scarpa original. El
enriquecimiento principal inferior se habría
desarrollado después de la erosión de la
ignimbrita aprox. 18,3 +-0,6-Ma
probablemente hasta los 13 Ma (ver Tosdal et
al.,1984, fig. 5). En este modelo, la considerable
extensión de la zona de calcocita inferior
reflejaría (1) e fuerte levantamiento y resultante
desplazamiento hacia abajo del nivel freático
que caracterizó a las múltiples etapas de llanura
(Tosdal et al., 1984); (2) la ausencia, o rápida
remoción por erosión, de la Formación
Chuntacala en el área inmediata; y (3) la falta de
profundidad de la incisión de la Quebrada
Toquepala hasta el Mioceno tardío.
Si bien consideramos claro que el
enriquecimiento del depósito de Toquepala
había comenzado antes de las múltiples etapas
de llanuras, muy probablemente en el Oligoceno
tardío al Mioceno temprano, no podemos
decidir entre los modelos anteriores para la edad
del enriquecimiento. Sin embargo, preferimos el
tercer modelo en el que persistió el desarrollo de
la calcocita en el Mioceno medio (ca. 11-18 Ma).
SÍNTESIS
La discusión anterior de la geomorfología
terciaria en el contexto de procesos
supergénicos en el área de alrededor de las
minas de Cuajone, Quellaveco y Toquepala.
demuestra tanto el potencial de esta cercanía en
el esclarecimiento de los controles sobre crítico
enriquecimiento económico y las incertidumbres
inherentes al desenvolvimiento del complejo
cordillerano en el desarrollo de relieve.
Los depósitos de mineral fueron emplazados a
principios de Eoceno (Clark et al., 1990) a poca
profundidad (equivalente a presiones de
confinamiento de 100-150 bares; Zweng, 1984)
pero, dado el considerable espesor de estratos
volcánicos subaéreos que constituyen el Grupo
Toquepala, en una elevación significativa (>
2,000 m.). Tras su desobstrucción en el Eoceno y
Oligoceno durante un período prolongado de
y técnicas comparativas, los tres pórfidos
centrales experimentan indicios de una historia
de elevación de episodios y mantos por tobas
durante las etapas iniciales en el desarrollo de la
Cordillera Occidental actual en esta latitud. Eso
es evidente que la actividad supergénica fue más
intensa durante la conversión de una erosión
regional extensa superficial de baja altitud y
relieve en las facetas, poli fase, y el paisaje
montañoso de la presente precordillerana.
A pesar de las lagunas en nuestro conocimiento
de eventos geológicos locales neógenos, una
comparación de las historias de enriquecimiento
de estos tres depósitos proporcionan una base
para una comprensión de los factores que
influyen en los procesos supérgenos. En
particular, el aumento progresivo en la extensión
de la mineralización de calcocita, desde la
cobertura en Cuajone hasta la zona enriquecida
más gruesa en Quellaveco a los múltiples mantos
o coberturas en Toquepala, se pueden vincular
con diferencias en la historia de la erosión y el
alcance del entierro por debajo de las rocas
neógenas piroclásticas. Es aparente que los
parámetros críticos que afectan a la formación y
/ o preservación de zonas de enriquecimiento en
estos depósitos fueron (1) la ubicación y la tasa
de incisión en el valle durante el Mioceno
temprano; y (2) la frecuencia local de colocación
y persistencia de las tobas miocénicas. Ambos
parámetros fueron fuertemente influenciados
por el régimen local del desarrollo del canal
fluvial.
Al pasar de Cuajone a Toquepala, hubo una
evidentemente disminución progresiva de la
intensidad (es decir, extensión y frecuencia y / o
rapidez) del valle en desarrollo a través de la pre-
cordillera subplanar durante el Mioceno tardío y
una disminución concomitante de la cobertura
por flujos de toba. En Cuajone, inferimos que la
cobertura del enriquecimiento supérgeno en
gran parte relicto del oligoceno tardío y se formó
en asociación con la evolución del paisaje
primitivo de la superficie de Altos de Camilaca.
En ese momento, la erosión gradual y la
depresión del nivel freático permitió el progreso
de la extensión hacia abajo del desarrollo de la
calcocita y la invasión de la zona lixiviada más en
horizontes enriquecidos tempranos. Desde
entonces, las condiciones locales han sido en
gran parte desfavorables para la actividad
supérgena, debido casi en su totalidad a la
presencia de tobas extensas en la parte superior
del depósito. La incisión del valle a través de las
tobas y cuerpo subyacente y agua
potencialmente favorable, la reducción del nivel
freático fue de duración insuficiente para
cualquier enriquecimiento significativo, porque
los valles fueron rápidamente llenados por tobas
sucesivas y otras rocas piroclásticas de las
formaciones Huaylillas y Chuntacala.
Está claro, en cualquier caso, que todas las
actividades supérgena significativas anteriores a
la consolidación basal (13.1-Ma) como flujo de
ceniza de la Formación Chuntacala. Así, el mayor
levantamiento episódico asociado con la etapa
de llanuras múltiples no logró generar un
enriquecimiento importante en Cuajone,
aunque es posible que en algunos lugares se
haya desarrollado la calcocita y pueda haber
persistido en este período. Una menor
identificación puede ser asignada al Mioceno
posterior y al intervalo posterior.
La cobertura de enriquecimiento de 80 m de
espesor en el Depósito de Quellaveco formado
antes de la toba de la Formación Chuntacala a los
9.5+/-0.5 M.A. donde se superponen
directamente minerales de calcocita oxidados.
La marcada forma de la zona enriquecida sugiere
que se desarrolló, al menos en parte, debajo de
un extenso valle abierto, que inferimos que ha
existido en el Mioceno medio, entre 18.4 y 13.1
ma. Sin embargo, estamos fuertemente a favor
de un modelo en el que dicho enriquecimiento
este superpuesto a la etapa de llanuras multiples
y generado debajo de la superficie de Altos de
Camilaca en el Mioceno temprano al Oligoceno
tardío, probablemente coetáneo con el
enriquecimiento en Cuajone. Así, a pesar de la
sucesión compleja del mioceno erosivo y
eventos volcánicos representados en el distrito
de Quellaveco, estos episodios de incisión en el
valle fueron, en conjunto, favorables para la
profundización de la principal zona de calcocita,
y la cubierta de los tufos Huaylillas y Chuntacala
no fueron suficientemente prolongados para
impedir la actividad supergénica.
En nuestra opinión, la considerable extensión
vertical y aparentemente poli-episodios, la
naturaleza del enriquecimiento de Toquepala es
un reflejo directo de la naturaleza efímera de la
cobertura de ignimbrita del mioceno en el área
de la mina y levantamiento e inclinación
inusualmente fuertes, a mediados del mioceno.
La disposición de la mayor altitud en las zonas de
calcocita residual muestran claramente que
fueron formados debajo de la superficie de los
Altos de Camilaca o sus antecedentes al
oligoceno tardío. Una breve interrupción de
actividad supergénica a 18.3 M.A.
probablemente ocurrió en respuesta al entierro
debajo de las tobas. La principal zona de
enriquecimiento más profunda se generó
siguiendo un episodio significativo de elevación
e inclinación hacia el océano de la pre- Cordillera
en el transecto de Toquepala. Este evento no
puede ser datado, pero pensamos en un origen
durante las primeras etapas de llanuras
múltiples, es decir, a 13 M.A., el lugar del
probable emplazamiento del flujo a 18.3-Ma. Por
lo tanto, el desarrollo masivo de los minerales de
calcocita pueden haber persistido un poco más
tarde que en Quellaveco y queda implícito que
no fueron enterradas por la ignimbritas de la
formación Chuntacala.
Es evidente que las condiciones fisiográficos y
climáticos eran ampliamente favorables para la
actividad supergénica, en el intervalo del
Oligoceno tardío al Mioceno medio en el sur del
Perú. Un enriquecimiento económicamente
importante, ciertamente ocurrió en el Mioceno
temprano (aprox. 23-18 Ma) pero había cesado
a principios del Mioceno tardío. La
correspondencia entre las zonas más
preservadas de la calcocita supérgena y la
superficie de los Altos de Camilaca, tiene una
fuerte implicancia en el comienzo el
enriquecimiento aproximadamente de 25 a 30
MA, probablemente poco después de la
exhumación de los depósitos.
Subsecuentemente, mientras que la condición
climática favorable para el enriquecimiento
claramente persistió en el desarrollo de llanuras
múltiples en la etapa Mioceno medio, el alcance
del nuevo enriquecimiento y conservación de las
zonas supérgena existentes era totalmente
dependiente sobre la configuración local del
desarrollo del valle y la presencia o ausencia de
tobas miocénicas sobre los depósitos. Así, el
desarrollo agresivo del relieve cordillerano en el
Mioceno provocó la mejora de un manto de
calcocita formada anteriormente en Quellaveco
y generó nuevas zonas de enriquecimiento en
Toquepala, pero condujo a la oxidación y erosión
de los perfiles supergénicos en Cuajone.
Correlaciones Regionales
El enriquecimiento supergéno ha mejorado
numerosamente con pequeños sistemas de
vetas de cobre expuestos en la vertiente del
Pacífico de la Cordillera Occidental en el sur del
Perú. La mina Norvill, 13 km al sureste de
Toquepala (Várgas, 1975), con minerales
trabajados en los que la calcita, después de la
calcopirita, se habría oxidado a malaquita y
crisocola (Clark, un pub. datos). Los depósitos
seccionados por el segmento inclinado hacia el
suroeste de la superficie de Altos de Camilaca
(ver Fig. 15b), y el enriquecimiento supérgeno
fue presumiblemente relacionado con una etapa
temprana en el desarrollo de esa forma de
relieve. En el pequeño distrito de Cu (-Ag, Pb) de
Lluta (Cercana) (Várgas, 1975), situada a 120 km
al sur de Toquepala, Se explotaron venas en las
que la calcosita supérgena masiva fue
ampliamente convertida en malaquita. Las venas
enriquecidas surgen en un banco en la roca de la
Quebrada Lluta. Este banco se interpreta como
una llanura restringida, y su elevación
fuertemente sugiere que es equivalente en edad
al conjunto de llanuras de la zona de Toquepala-
Cuajone. Así, el enriquecimiento aquí tiene una
edad de mioceno medio y puede haber
comenzado el desarrollo en el mioceno
temprano.
Además, en el sur del Perú, a 110 km al este-
noreste de Cuajone, el gran Cerro Verde-Santa
Rosa centro del pórfido de cobre(16°32’ S), esta
ampliamente relacionado con los depósitos en
discusión (Estrada, 1975), muestra un extensas
características supérgenas. (Kihien, 1975;
Mineroperú, unpub. datos). Las operaciones
mineras en el sector de Cerro Verde se han
basado en minerales oxidados de alta ley,
dominados por brocantita, que cubre una zona
de enriquecimiento supérgeno de hasta 300 m
de espesor, alcanzando una profundidad de 465
m por debajo de los 2,903 m.s.n.m. cumbre de
Cerro Verde. En el sector adyacente de santa
rosa, a 1.5 km al sureste, con un espesor mucho
más delgado (30-50 m), pero lateralmente
extenso, con una zona de enriquecimiento
horizontal que se encuentra 50 m debajo de una
serie interconectada de pequeñas cuencas
intermontañas.
Las cumbres circundantes son planares. Son
interpretados provisionalmente como los restos
de la forma del terreno que controlaba el
proceso de enriquecimiento, la "superficie de
caldera" de Jenks. (1948). Tanto las cumbres
acordadas como las que se considera de las
cuencas intramontañosas que representan
llanuras aún no ha sido datadas. Sin embargo,
sobre la base de correlaciones a distancia de las
formas de relieve, tentativamente sugerimos
que la superficie de la cumbre más antigua es
equivalente en edad a la superficie de Altos de
Camilaca, mientras que la base de la cuenca,
representado por extensiones superiores de las
planicies aluviales que constituyen las Pampas
Costaneras (Pampa de La Joya) aprox. 15 a 20 km
al suroeste de la zona de la mina, son
probablemente de la misma edad con la etapa
de múltiples llanuras. Si este modelo es correcto,
el enriquecimiento del depósito de Cerro Verde-
Santa Rosa se inferiría en las etapas del
Oligoceno tardío o Mioceno temprano. Las
grandes profundidades alcanzadas por el
proceso de enriquecimiento debajo del propio
Cerro Verde pueden reflejar la permeabilidad de
los cuerpos de la brecha que albergan la
mineralización en esta área y puede registrar una
pro-historia trazada de la actividad supergénica
que se extiende desde la etapa de llanuras
múltiples.
La edad y el entorno fisiográfico del
enriquecimiento supérgeno en el norte de Chile
es notablemente similar a los establecidos en el
sur del Perú. El enriquecimiento supérgeno del
sistema porfirítico de Chuquicamata en el norte
de Chile (Fig. 1) ocurrió en el intervalo 16.5. a 26
MA. (Mortimer et al., 1977) debajo de una región
que desarrolló un paisaje planar ampliamente
correlativo con la superficie de los Altos de
Camilaca. Al sur, el más joven de los dos
episodios de enriquecimiento reconocidos en el
distrito de Copiapó (por ejemplo, Sillitoe et al.,
1968; Mortimer, 1973), aunque no delimitado
con precisión, habría terminado antes del
desarrollo de la planicie de Atacama, antes de los
12.9 Ma (Clark et al., 1967a; Sillitoe et al., 1968).
Este episodio siguió a un Eoceno tardío (39- a 43-
Ma) episodio de mineralización de cobre (Farrar
et al., 1970; Clark et al., 1976). Un Oligoceno
tardío y Edad Miocena temprana para el
enriquecimiento en esa área en el norte de Chile.
El relieve de la erosión regional de la superficie
de Sierra Checo del Cobre (Mortimer, 1973), esta
probablemente se formó al mismo tiempo que la
superficie de los Altos de Camilaca en el área de
estudio. Finalmente, Alpers y Brimhall. (1988)
reportan edades de K-Ar del Mioceno temprano
y medio para la alunita supergena dentro de la
extensa e inusualmente cobertura de calcocita
de alto grado y asociados a la capa lixiviada del
depósito porfirítico de la mina Escondida. (Figura
1).
Por lo tanto, es evidente que el último intervalo
de Oligoceno para Mioceno temprano resultó
favorable para el intenso enriquecimiento
supérgeno de depósitos de cobre a lo largo de un
Tramo de 2.000 km de la vertiente pacífica de la
evolución de la Cordillera Occidental (-principal),
desde el sur del Perú al norte-centro de Chile. El
enriquecimiento esencial se define como un
episodio metalogénico discreto, o tal vez dos
episodios muy espaciados, de gran importancia,
correlacionadas directamente con los principales
pulsos de levantamiento de la cordillera en el
Oligoceno tardío (aprox. 18-25 Ma) y principios
del Mioceno medio (aprox. 12-16 Ma). En este
contexto, la edad de la alunita supérgena de 37-
M.a. en el depósito el Salvador registrado por
Gustafson y Hunt (1975) es anómala. Para este
depósito la geomorfología solo limita el formadas tempranamente en lo que hoy es el
enriquecimiento para datar la formación local de desierto de Atacama. En este contexto, hay que
la planicie de Atacama antes de los 12.9 MA. A enfatizar que el enriquecimiento significativo
falta de evidencia, solo podemos concluir que las economicamente también ha afectado a los muy
condiciones climáticas y terrestres en el Salvador jóvenes depósitos de Chile central: Río Blanco-
eran adecuadas para un mayor enriquecimiento Disputada (<7.4 Ma; Warnaars et al., 1985) y El
supérgeno en el Oligoceno temprano, aunque la Teniente (Howell y Molloy, 1960; <4.7 Ma; Clark
Superficie regional erosionada o el episodio de et al., 1983), las cuales han experimentado una
enriquecimiento de esta edad ha sido temperatura pluvial fría, o incluso periglacial, el
reconocido en la región (Mortimer, 1973). clima en gran parte de su breve historia
expuesta.
CONCLUSIONES
Aunque hay alguna evidencia de que el principal
Los procesos de enriquecimiento supergénico en
enriquecimiento puede haber persistido
el contexto central andino logró su máximo
localmente a un periodo pequeño tardío en el
desarrollo en el Oligoceno tardío y el Mioceno
sur del Perú que, en el norte de Chile, las
temprano al medio, estimulado por una
restricciones de edad disponibles son
conjunción óptima de elevación episódica de la
insuficientes para definir un cambio significativo
Cordillera Occidental y un clima prevaleciente
hacia el norte en el tiempo de cesación de
semiárido. La moderada precipitación (tal vez
enriquecimiento. En cambio, al comparar dos
excediendo 10 cm/año) inferida para este
amplias transectas, destacamos en su mayor
período no solo permitía la circulación
parte, tanto absoluta y relativa, los eventos de
significativa de agua meteórica a través de las
levantamiento del Oligoceno tardío al mioceno
partes superiores de los depósitos de mineral
medio en el sur del Perú. Así, mientras que gran
expuestos también favoreció la formación de
parte del norte de Chile ya había logrado
llanuras subplanares y valles abiertos. Tanto la
considerables altitudes por el Eoceno (por
actividad supergénica y la erosión de rocas
ejemplo, Mortimer, 1973), el sur del Perú se
formando llanuras (pedimentación) han
encontraba cerca del nivel del mar hasta finales
terminado esencialmente en esta región que por
del oligoceno (Tosdal et al., 1984). A partir de
mucho tiempo ha sido atribuido al inicio al
entonces, la elevación y engrosamiento de la
mioceno tardío de un régimen climático árido e
corteza fue mucho más abrupta en esta área que
incluso hiperárido (por ejemplo, Mortimer,
más al sur. Esto favoreció un profundo
1969; Mortimer y Sari, 1975; Mortimer et al.,
enriquecimiento de los depósitos minerales. Sin
1977), así mismo un producto de la propagación
embargo, la región alrededor de los centros
del norte de una corriente litoral fría. Este
pórfidos de Cuajone, Quellaveco y Toquepala
aspecto de la historia posterior de los andes ha
experimentaron una mayor intensidad volcánica
sido analizada en detalle por Alpers y Brimhall
durante intervalos del Oligoceno tardío y el
(1988), quienes identifican Los factores causales
Mioceno temprano que hizo
esenciales para ser el establecimiento de la
geomorfológicamente áreas comparables al
corriente circun-antártica actual y la
norte de Chile. La erupción estrechamente
subsecuente formación de la capa de hielo
espaciada de tobas gruesas en esta coyuntura
antártico a 13 - 15 ma. También enfatizan la
crítica en el sur del Perú ha desempeñado un
importancia clave de la desecación climática y
papel clave en la limitación del alcance de
disminución resultante de las tasas de erosión en
enriquecimiento en los depósitos en estudio y
la preservación de las zonas supérgenas
particularmente en el caso de Cuajone. En
contraste, no hay evidencia de volcanismo local laderas de altitud más bajas de la cordillera. La
en el área circundante a la Escondida, Chile, falta de significante enriquecimiento en algunos
durante el Mioceno temprano y medio, depósitos pórfido en el norte Chile, por ejemplo,
permitiendo esencialmente el desarrollo en El Abra (lat 21° 55' S), debe reflejar la
ininterrumpido de un manto de enriquecimiento naturaleza pobre en pirita de los minerales de
tanto considerablemente grueso y de mayor afloramiento (Amrus, 1977) en lugar de una
grado que los preservados en el sur del Perú. El fisiografía desfavorable o entierro debajo de los
vulcanismo del Oligoceno tardío y la edad flujos de ceniza del Oligoceno superior y el
temprana del Mioceno (aprox. 25-15 Ma) afectó Mioceno inferior.
ampliamente a zonas del norte de Chile,
En conclusión, proponemos que la propuesta
extendiéndose desde el borde peruano a al
seguida en el presente estudio, involucrando la
menos una latitud 26° S (por ejemplo, Zentilli,
aclaración de la evolución geomorfológica de las
1974; Coira et al., 1982). Sin embargo, los datos
zonas mineralizadas, mantiene considerables
geocronológicos sugieren que las principales
promesas en la predicción de la extensión de
tobas del terciario medio fueron erupcionadas
enriquecimiento supergénico en ambientes
con menos frecuencia al sur de aprox. 21° S en el
cordilleranos, tal como fueron previstos por
norte y norte-central de Chile, donde se
aquellos pioneros sobre el estudio moderno de
producen depósitos de pórfido de cobre del
la forma andina, Kenneth Segerstrom y Stanley
Paleoceno al oligoceno medio, que en el norte de
Hollingworth.
Chile y en el sur de Peru (Mortimer et al., 1974;
Tosdal et al., 1981; Lahsen, 1982). En particular,
los ignimbritas de esta edad son probablemente
menos desarrolladas extensivamente en las