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Enfrentando y venciendo gigantes

Cuando escuchamos la palabra gigantes, en el contexto


bíblico, ¿qué es lo primero que nos viene a la mente? Así
es, la historia de David y Goliat. ¿Qué más? ¿Se recuerdan
cuando Moisés envió a los 12 espías a reconocer la tierra?
Regresaron diciendo que estaba habitada por gigantes y
tuvieron miedo, no quisieron ir y conquistar la tierra prometida, aunque Dios ya les
había dicho que se las daría. Solamente dos hombres quisieron hacer frente a los
gigantes. Otra parte donde se mencionan los gigantes es cuando antes del diluvio
menciona la biblia que había gigantes que habían tomado por mujeres a las hijas de
los hombres.

Y no nos vamos a ir por la ruta teológica de qué tipo de seres eran estos gigantes o
Goliat, se ha hablado mucho incluso de si eran seres humanos o extraterrestres… no
es de eso que quiero hablarles el día de hoy.

Hoy quiero hablarles de ese gigante que puede no tener un gran tamaño físico, sin
embargo, sí tienen poder muchas veces sobre nuestras vidas, poder que nosotras
mismas hemos permitido a causa de la ignorancia, a causa del temor, a causa de no
conocer las armas con las que contamos o a causa de no utilizar esas armas. Son
gigantes silenciosos en el exterior, pero que nos atormentan constantemente con
gritos en nuestra mente, nos envenenan, no nos dejan avanzar y pareciera no haber
forma de derribarlos. Pero sí la hay, y hoy vamos a hacerlo en el nombre de Jesús.

Vamos a tomar como base el pasaje de 1 Samuel 17 pero


solo leeré algunos versículos seleccionados, por favor léanlo
completo en su casa. Comencemos en el verso
4 Luego Goliat, un campeón filisteo de Gat, salió de entre
las filas de los filisteos para enfrentarse a las fuerzas de
Israel. ¡Medía casi tres metros de altura! Llevaba un casco de bronce y su cota de
malla, hecha de bronce, pesaba cincuenta y siete kilos. También tenía puestos
protectores de bronce en las piernas y llevaba una jabalina de bronce sobre el
hombro. El asta de su lanza era tan pesada y gruesa como un rodillo de telar, con
una punta de hierro que pesaba casi siete kilos. Su escudero iba delante de él.

Entonces Goliat se detuvo y gritó mofándose de los israelitas: «¿Por qué salen todos
ustedes a pelear? Yo soy el campeón filisteo, pero ustedes no son más que siervos
de Saúl. ¡Elijan a un hombre para que venga aquí a pelear conmigo! Si me mata,
entonces seremos sus esclavos; pero si yo lo mato a él, ¡ustedes serán nuestros
esclavos! ¡Hoy desafío a los ejércitos de Israel! ¡Envíenme a un hombre que me
enfrente!». Cuando Saúl y los israelitas lo escucharon, quedaron aterrados y
profundamente perturbados.

Pasemos al
24 Tan pronto como las tropas israelitas lo vieron, comenzaron a huir espantadas.
25 —¿Ya vieron al gigante? —preguntaban los hombres—. Sale cada día a desafiar
a Israel. El rey ha ofrecido una enorme recompensa a cualquiera que lo mate. ¡A ese
hombre le dará una de sus hijas como esposa y toda su familia quedará exonerada
de pagar impuestos!
26 David les preguntó a los soldados que estaban cerca de él:
—¿Qué recibirá el hombre que mate al filisteo y ponga fin a su desafío contra
Israel? Y a fin de cuentas, ¿quién es este filisteo pagano, al que se le permite
desafiar a los ejércitos del Dios viviente?
27 Estos hombres le dieron a David la misma respuesta. Le dijeron:
—Efectivamente, esa es la recompensa por matarlo.

Pasemos al
44 —¡Ven aquí, y les daré tu carne a las aves y a los animales salvajes! —gritó Goliat.
45 David le respondió al filisteo:
—Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo contra ti en
nombre del Señor de los Ejércitos Celestiales, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien
tú has desafiado. 46 Hoy el Señor te conquistará, y yo te mataré y te cortaré la
cabeza. Y luego daré los cadáveres de tus hombres a las aves y a los animales
salvajes, ¡y todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel! 47 Todos los que
están aquí reunidos sabrán que el Señor rescata a su pueblo, pero no con espada ni
con lanza. ¡Esta es la batalla del Señor, y los entregará a ustedes en nuestras manos!

Antes de comenzar con las estrategias, quiero contarles un poco de mí, y los gigantes
que yo he enfrentado a lo largo de mi vida. Tengo 43 años, y 6 años de libertad y
de haber derribado un tremendo gigante que me atormentó durante más de 30
años. El gigante del pecado sexual. … Testimonio 15 minutos.

Y así llegué a encontrar los recursos adecuados que me han ayudado a permanecer
libre de la adicción, libre de la tentación y sobre todo me han ayudado a ir sanando
mi corazón de las emociones y relaciones que quedaron dañadas a causa de tanto
año de desorden y oscuridad.
Ahora comencemos con las estrategias de batalla….

1.Conocer a nuestro enemigo.

Del versículo 12 al 25 de 1 Samuel 17, nos narra cuando


Isaí, padre de David envió a David a llevarles comida a sus hermanos que
estaban al frente de batalla.
Veamos el versículo 26: David les preguntó a los soldados que estaban cerca
de él: —¿Qué recibirá el hombre que mate al filisteo y ponga fin a su desafío
contra Israel? …
En el versículo 25 —¿Ya vieron al gigante? —preguntaban los hombres—
Versículo 26 parte final dice David: Y a fin de cuentas, ¿quién es este
filisteo pagano, al que se le permite desafiar a los ejércitos del Dios
viviente?

La diferencia de cómo lo veían los soldados y cómo lo veía David.


Los soldados se enfocaron en el peligro de la batalla, David se enfocó en el
poder y la reputación de Israel y del Dios viviente.

En mi caso como ya les dije se trató de leer e investigar acerca de mi gigante, acerca
de mi adicción, acerca de este gigante que venía todos los días a gritarme, “eres una
enana, te voy a devorar, voy a dar tu carne a las bestias, etc.” Así como Goliat lo
hacía con David. Encontrar las estrategias y armas correctas para nuestro gigante.
Cada gigante requerirá de estrategias y armas diferentes. Dios es un Dios creativo,
no siempre actúa igual. Recuerdan las batallas de Israel. A veces les decía que
atacaran de frente, otras, que por la retaguardia, otras que rodearan los
campamentos enemigos, otras como en Jericó que caminarán alrededor de la ciudad
a conquistar. Y así debemos estar atentas a saber a qué y a quién nos enfrentamos.

Los gigantes te gritan en la cara y te quieren hacer “ver” lo grande que son y lo
invencibles que son, ellos quieren hacerte creer que tu realidad de hoy será tu
realidad para toda la vida.
- Nunca saldrás de deudas
- Tu familia siempre te traicionará
- Esta enfermedad te llevará a la tumba
- Nunca podrás tener hijos
- Tus hijos nunca dejarán las adicciones
- No tienes lo necesario
- Nunca encontrarás empleo
- Ya te quedaste solterona
- Si ya tuviste relaciones sexuales, ya no vales nada
- Eres una hipócrita
- Tus padres/tu cónyuge no se interesan por ti
- No tienes amigos o amigas verdaderas
- Eres una tonta
- Etc. Etc. Etc. Etc….

Un gigante tiene todo el potencial para desanimarnos y hacernos creer que no


podemos vencer, porque nos hace ver nuestras limitaciones.

Gigantes disfrazados de “realidad”, gritones, que describen con tanto detalle sus
características, que los puedes sentir, te sacan lágrimas, te producen dolor, te
levantan de la cama a las 4 de la madrugada llena de preocupaciones, te “provocan
a ira con toda la gente a tu alrededor”, ¿a alguien le ha pasado eso, o solo a mí?

 UN GIGANTE SE VENCE ANTES DE LUCHAR CONTRA ÉL


1 Samuel 17, nos relata cómo es que David luchó y derroto a Goliat en el campo de
batalla, pero antes de luchar contra Goliat, David lo venció en su mente y en su
corazón.

Quien era Goliat? Ya leímos toda la descripción de él y de su armadura en 1 Samuel


17:4-7
Todos estaban asustados y no se atrevían a enfrentar al gigante, porque el
gigante les hacía ver sus limitaciones. UN GRITÓN,
En el vers 16 leermos: Durante cuarenta días, cada mañana y cada tarde, el
campeón filisteo se paseaba dándose aires delante del ejército israelita.
¿Por qué no atacó?

Pero David venció a Goliat porque sabía que no peleaba solo, sino que Dios
estaba con él. 1 Samuel 17:34-37

Para todos los demás Goliat era un gigante, pero para David era solo el enemigo del
pueblo de Dios, un filisteo pagano.

“Si miramos a los gigantes con los ojos de Dios, podemos ver que nos son más
grandes que nosotros.”

David confiaba en que el Señor con todo su poder podría librarlo del gigante Goliat
y lo venció con las armas que Dios le había enseñado a usar. –trató con la armadura
de Saul, pero no pudo - no podemos pretender ir por la vida usando las armas de
los demás, Dios nos ha provisto a nosotras de una estrategia individual que debemos
explotar, que debemos perfeccionar. Y solo lo descubriremos en la intimidad de una
relación personal con Dios. No con copiar la relación de alguien más y pretender ser
íntimos amigos de Dios. Ejemplo de amistad.

2. PREPARÁNDOTE PARA LA BATALLA

Versículo 37 “¡El mismo Señor que me rescató de las garras


del león y del oso me rescatará de este filisteo!

David había estado en entrenamiento mientras cuidaba a


las ovejas, estaba preparándose para esa batalla con Goliat, aunque no lo sabía.
David vivía confiado en Dios, en que cada cosa o animal que enfrentara Dios lo
sacaría victorioso.

¿Quiénes quieren vencer a sus gigantes? Este va a ser un mensaje interactivo, porque
hoy Dios quiere que salgas habiendo peleado contra uno de tus gigantes, para que
aprendas a pelear contra ellos y puedas vencerlos.

1a interacción.- Cierre sus ojos un momentito y escoja al gigante contra el que hoy
se va enfrentar, el más grande que haya hoy en su vida, al que anhele vencer más
que a ningún otro, al que le está gritando más fuerte a través de su peor circunstancia
“real” en estos momentos de su vida. ¿Ya lo tiene? En mi caso, hoy en día mi mayor
gigante a vencer es…. El rechazo y el abandono.

Dios no ha estado preparando para este gigante, a través de otras circunstancias, a


través de otras pequeñas batallas, hemos ido adquiriendo fortaleza, conocimiento,
destreza y cercanía con Dios. Por ejemplo, yo he ido creciendo en amigas, al
principio pensé que cuando supieran lo que había hecho, muchas personas me
rechazarían, me dejarían y no me querrían cerca de sus círculos sociales y hasta
familiares. Sin embargo cuando recuerdo el abandono de niña, abandono físico,
emocional, espiritual y hasta sexual, y haber pasado por procesos de restauración
han ido fortaleciendo mi identidad, mi autoestima y he aprendido a creer y valorar
mis dones y habilidades. Entiendo que no siempre serán bien aceptadas mis ideas,
pero no por eso voy a permitir pensamientos negativos o de rechazo en mi mente.
He decidido no tomarlo personal. Esta semana tuve que enfrentar una situación así
con otra líder del ministerio donde sirvo y tocó limar asperezas, pero no por eso me
quedé con el sentimiento de ahora ya no me van a tomar en cuenta, seguro me van
a sacar del ministerio, ya no le caigo bien, etc. Me explico, Dios me ha enseñado a
depender únicamente de él. A entender que todo lo que me sucede si lo someto a
su voluntad me ayudará a crecer, incluso las situaciones que puedan parecer
incómodas al principio me fortalecen para vencer el gigante del rechazo y abandono.

3. PREGUNTA POR LA RECOMPENSA

25… A quien lo venza y lo mate, el rey lo colmará de


riquezas. Además, le dará su hija como esposa, y su
familia quedará exenta de impuestos aquí en Israel.

Lo primero que hizo David fue preguntar cuál era la


recompensa de vencer al gigante. El rey le daría riquezas, lo haría su yerno y
bendeciría a su padre exentándolo de impuestos. Valía la pena luchar entonces.

Dios no tiene problemas con que le preguntes cuál será tu recompensa por vencer
a ese gigante, porque el anhela decirte la recompensa que tiene para ti, porque Él es
un Padre motivador de sus hijos, de sus siervos, de sus guerreros.

En los temas más importantes para Dios, Él nos dice cual será la recompensa si
hacemos su voluntad; por ejemplo, en la honra a los padres Dios te dice que la
recompensa es que te irá bien aquí en el tierra y serías de larga vida; al entregarle
tus diezmos, Dios te dice que la recompensa sería que Él abrirá las ventanas de los
cielos y derramaré bendiciones sobre ti hasta que sobre abunde y además que Él
mismo reprendería al devorador si se quiere meter contigo.

De igual forma en la guerra contra tus gigantes también te quiere decir cuál es la
recompensa, hay una recompensa a quien venciere dice la palabra de Dios, les daré
autoridad, poder, vida en abundancia. y eso te debe hacer saber que tu victoria es
muy importante para Dios, porque para eso entregó a su Hijo Jesucristo, para que tú
tengas victoria en el cielo y en la tierra. ¿Amén?

2a. Interacción: Cierra tus ojos y has una oración a Dios para que su Santo Espíritu te
muestre como te verás cuando hayas vencido a ese gigante. Pregunta por tu
recompensa. Pregúntale a Dios que hay detrás de ese problema, que hay detrás de
vencer esa circunstancia en tu vida, pregúntale que va a ser de ti cuando venzas a
ese gigante, que tiene para ti cuando ya no tengas esa circunstancia en tu vida,
cuando ya no tengas ese problema. Cierra los ojos y pregúntale, el Espíritu Santo te
dará respuesta, usa la imaginación en tu corazón.

En mi caso, yo no sabía, no tenía ni idea y muchas veces me costó creer la


recompensa que Dios tenía para mí. Estaba tan acostumbrada a perder batallas, a
salir lastimada, a quedar tirada y herida que no creía ni siquiera que podía vencer ni
mucho menos que habría recompensa. Algunas de mis recompensas a la obediencia,
a la victoria sobre mis gigantes son:
- Restauración de relaciones familiares
- Estabilidad emocional y relacional
- Restauración matrimonial
- Restitución del área académica y profesional
- Una voz y un ministerio a través de reciclar el dolor de mi pasado
- Rompimiento de cadenas de maldición
- Y muchas otras bendiciones que no terminaría de contarles hoy…

4. MUCHOS TE DIRÁN QUE NO PELEES ESA BATALLA

1 Samuel 16:7 Pero el Señor le dijo a Samuel: “No juzgues


por su apariencia o por su estatura, porque yo lo he
rechazado. El Señor no ve las cosas de la manera en que
tú las ves. La gente juzga por las apariencias, pero el
Señor mira el corazón.”

Tu gente cercana y aún tu misma familia puede llegar a detenerte, te dirán que eres
un ambicioso, una loca soñadora, te dirán que eres un egoísta, una mal intencionada,
insensata, etc.

David tuvo que enfrentar varios gigantes antes de llegar a estar frente a Goliat.
- A su padre, que no creyó que él pudiera ser rey y no lo tomó en cuenta en el
cap. 16 cuando Samuel llamó a los hijos para ungir a un nuevo rey para Israel.
- La envidia de sus hermanos a causa de ese ungimiento.
- Las burlas de sus hermanos cuando llegó al campamento y cuando no
creyeron que podía ser un guerrero
- El menosprecio de Saúl al verlo joven y pequeño para enfrentar a Goliat.
- Y ni siquiera Goliat creyó que David sería un buen oponente
Si hay esas voces a tu alrededor, haz lo que hizo David, aparta esas voces de ti. No
hagas caso y sigue adelante.
David no escuchó a quienes tenían miedo y se lo podían contagiar.
No escuchó a sus hermanos sino que siguió adentrándose en el campamento,
sabiendo firmemente que estaban ofendiendo a DIOS y él no lo permitiría. No era
una batalla personal, era una batalla porque habían ofendido al Dios viviente.

Debes responder como David diciéndole a esas voces, cómo Dios ha intervenido en
tu pasado, trae a memoria las veces que has visto pelear a Dios tus batallas, cuando
te libró de esa enfermedad, cuando te envió ese trabajo y te sacó del desempleo,
trae a memoria todas las veces que pensando que te iría muy mal, te libró, las veces
que te salvó la vida en un accidente, las veces que te ha dado victorias.

3a. Interacción: Cierra tus ojos y calla esas voces que te han querido decir que no
puedes, que el problema es demasiado grande y trae esas victorias a tu presente,
trae tu pasado en victoria a tu presente atribulado, reconoce que ha sido Dios el que
te ha librado de esos problemas.

 PUEDES VENCER AUNQUE LAS PERSONAS NO CREAN EN TI

Recuerdo que cuando era niña una persona de mi familia, dijo una maldición acerca
de mí. Por mucho tiempo viví a través de esa maldición. Sin saber que solo era una
enorme mentira del enemigo para alejarme de mi verdadera identidad de Hija de
Dios. Ahora sé que no hay nada que se haya dicho o se vaya a decir de mí que
determine mi futuro más que lo que brota de las palabras de mi Creador, quién sí
sabe todo mi potencial, conoce mi corazón y sabe mis caminos. No soy una dejada,
no soy una abandonada, no soy una adicta, no soy una adúltera ni fornicaria. Soy
una hermosa y amada Hija de Dios.

Algo así le paso a David, mucho antes de vencer a Goliat tuvo que enfrentar lo que
las personas pensaban de él.

5. TU MEJOR ARMA ES LA DECLARACIÓN DE TU BOCA,


Te daré una advertencia conforme a lo que dice la Biblia:
2a Corintios 2:11 " para que Satanás no gane ventaja
alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus
maquinaciones."

Dice que no ignoremos sus maquinaciones para no darle va gana a tu enemigo.


Cuando te decidas a vencerlo, el gigante gritará más fuerte, será más específico
contra ti. Lo que esto nos enseña es que las circunstancias se pueden poner más
difíciles, porque una cosa es que oigas al gigante decir el que se meta conmigo lo
destruiré, que te digan cuando te llegue el divorcio querrás salir huyendo, cuando
repruebes el examen querrás abandonar tus sueños, se siente tan feo que tus padres
te ignoren, que tu pareja te engañe, todo esto es duro, pero que la circunstancia te
grite a ti específicamente, te voy a destruir tu matrimonio, te voy a dejar sin estudiar,
te voy a hundir en deudas, te voy a encarcelar en depresión, o te voy a arruinar tus
sueños con pobreza, eso es otra cosa.

David nos da el principio de nuestra victoria:

(NVI) 1º Samuel 17:45-51 “45 David le contestó: —Tú vienes contra mí con espada,
lanza y jabalina,

Ojo acá, en todo el pasaje, sólo dos veces mencionó David al gigante y sus
características, una vez dijo ¿Quién se cree ese filisteo pagano y otra vez dijo: tú
vienes con espada lanza y jabalina, con esto David estaba reconociendo contra quien
peleaba y algunas de las armas que usaba su gigante, pero mencionó 8 veces a su
Dios, David le contestó:

Pero yo vengo a ti en el nombre del Señor Todopoderoso, el Dios de los ejércitos de


Israel, a los que has desafiado. 46 Hoy mismo el Señor te entregará en mis manos; y
yo te mataré y te cortaré la cabeza. Hoy mismo echaré los cadáveres del ejército
filisteo a las aves del cielo y a las fieras del campo, y todo el mundo sabrá que hay
un Dios en Israel.

David comenzó a hablarle al gigante, pero no le habló de sus habilidades, le


habló de Dios, se concentró en el poder de Dios y no en el tamaño y fuerza del
gigante, puso a Dios a pelear por él. Dile a tu gigante que Dios te diseñó para la
victoria por que Jesús venció en la cruz a tus gigantes.

¿Usted cree que el gigante se quedó callado y dejó de hablarle a David? Yo pienso
que no, yo pienso que siguió hablando contra David, sólo que David no escuchó la
voz del gigante porque estaba escuchando su propia voz, declarando el poder y
grandeza de Dios. Aparte, este David era un valiente, un osado, un atrevido… él no
tenía espada, sin embargo, le dijo a Goliat que ese mismo día él lo mataría, y le
cortaría la cabeza, y que daría los cuerpos del ejército filisteo a las aves del cielo, no
solo el cadáver de Goliat, sino el de todo el ejército filisteo. ¿y qué pasó? ESO FUE
EXACTAMENTE LO QUE SUCEDIÓ ¡!!
6. RECICLANDO EL DOLOR

1 Samuel 17: 51 Cuando los filisteos vieron que su


campeón estaba muerto, se dieron la vuelta y huyeron. 52
Así que los hombres de Israel y Judá dieron un gran grito
de triunfo y corrieron tras los filisteos, persiguiéndolos tan lejos como Gat y hasta las
puertas de Ecrón.

Recordemos que detrás de nosotros siempre hay otras personas que nos están
mirando y que aprenden de lo que hacemos.
La victoria de David sobre el gigante, abrió los ojos de los soldados israelitas y les
permitió ver que ya no había nada que temer por su gigante había sido aniquilado.

Recordando estrategias:

1. CONOCER A NUESTRO ENEMIGO.


2. PREPARÁNDOTE PARA LA BATALLA
3. PREGUNTA POR LA RECOMPENSA
4. AFIRMA TU IDENTIDAD CORRECTA
5. TU MEJOR ARMA ES LA DECLARACIÓN DE TU BOCA,
6. RECICLANDO EL DOLOR

MINISTRACIÓN

4a. Interacción: Ponte de pie, cierra tus ojos y comienza

a hablarle a tu gigante de Dios. Hazle saber que tu Dios

pelea por ti esta batalla, dile como Jesús le dijo a satanás: Escrito está:

 Caerán a mi lado mil, Y diez mil a mi diestra; Mas a mí no llegará.


 Cuando pase por las aguas, Él estará contigo; y si por los ríos, no me
anegarán. Cuando pase por el fuego, no me quemaré, ni la llama arderá en
mí.
 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
 pero los que esperamos a Jehová tendremos nuevas fuerzas; levantaremos
alas como las águilas; correremos, y no nos cansaremos; caminaremos, y no
nos fatigaremos.
 Más gracias le doy a Dios, que me da la victoria por medio de nuestro Señor
Jesucristo.
 Pero tengo este tesoro en vaso de barro, para que la excelencia del poder
sea de Dios, y no mía, que estoy atribulado en todo, mas no angustiado; en
apuros, mas no desesperado; perseguido, mas no desamparado; derribados,
pero no destruido;
 Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia que mendigue pan.
 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra
nosotros?

Ahora comience a hablarle específicamente a su gigante:

 Dígale lo que Dios le mostró cuando preguntó por la recompensa,


 Dígale que Dios le ha dicho que usted es la generación donde se detiene
esta maldición,
 Dígale que su matrimonio será restaurado y ejemplo para otros en Cristo
Jesús.
 Dígale que usted no está más sola, que Dios está con usted y la llena de
amor de su familia.
 Dígale a esa enfermedad que Jesús pagó por ella en la cruz y se la llevó y
ordénele en el nombre de Jesús a esa parte de su cuerpo que sea sana.
 Dígale a las deudas, la pobreza y la escasez que Jesús se hizo pobre para
enriquecerlo a usted y declare usted es prosperada en el nombre de Jesús.
 Dígale a las adicciones a los malos hábitos y a los complejos que usted es
hija amada de Dios y no acepta otra identidad.
 Dígale a las cadenas ancestrales que usted ha sido libertada a través de la
cruz de Cristo.

Vamos a cantar….

Minisración y al final
Todas juntas el último versículo

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