Se espera que el uso de los chatbots siga creciendo en 2019 y que su uso se normalice entre los consumidores. Puede que de cara a este nuevo año los chatbots sean la primera opción para pedir una pizza, elegir el plan de tarifa móvil que se desee o reservar una habitación de hotel. Los chatbots permitirán que los usuarios puedan realizar este tipo de acciones sin la necesidad de bajarse e instalarse una app. De acuerdo con un estudio de LivePerson realizado entre 5.000 personas, solo el 11% de individuos perciben los chatbots de forma negativa. El 38% ve que son una herramienta positiva y el 51% se quedan indiferentes después de usar este tipo de herramienta. La aceptación mayoritaria para su uso es para resolver cuestiones concretas y tareas pequeñas relacionadas con sus marcas o empresas de referencia.
2. GENERACIÓN Z O CENTENNIAL, LA GENERACIÓN DEL HOY
Mucho tiempo se lleva hablando de la generación millennial como el target de moda. En cambio, la generación Z o Centennial era la del futuro, pero ya están aquí y son el nuevo público que debemos tener en cuenta las marcas. ¡Ya son mayores de edad! Las claves de los centennials es que son 100% nativos digitales, son menos idealistas y más prácticos que la generación anterior, son menos consumistas, como han crecido bajo el paraguas de la crisis están comprometidos con temas sociales y debemos tener en cuenta que en la pirámide poblacional son menos personas que los millennial, pero suponen un cuarto de la población mundial. Los centennials son cuidadosos a la hora de tomar una decisión de compra, están preocupados por la calidad, quieren respuestas rápidas a sus problemas o dudas y necesitan interacción en todas las etapas del Buyer Journey. Las marcas y empresas se deberán poner las pilas con esta nueva generación que ya está aquí.
3. INTERNET ALCANZARÁ A LA TV EN HORAS DE VISUALIZACIÓN
Internet por fin pillará a la TV en horas de visualización por parte de los usuarios en 2019. Los consumidores gastarán de media 2,6 horas al día en el entorno digital y 2,7 horas mirando la televisión. De media las personas gastarán 45 minutos de tiempo en internet mirando vídeos en el móvil. Con estos datos en la mano, se puede predecir que las compañías cada vez invertirán menos dinero en los anuncios de televisión y más en los vídeos web, en los contenidos audiovisuales en redes sociales y, en general, en video ads.
4. PUBLICIDAD PARA ALTAVOCES INTELIGENTES
Mucho se habla de las búsquedas por voz gracias al auge de los altavoces inteligentes y de la humanización del SEO. Ya que las keywords deberán adaptarse a las búsquedas naturales de una conversación humana. Pero, no debemos olvidarnos de la parte de paid. La publicidad con audio pensada para Smart Speakers como Amazon Alexa, Google Home y ApplePod será pronto una tendencia. Los profesionales de la voz, como locutores o dobladores, tendrán un nuevo nicho emergente de trabajo. Parecía que este tipo de contenidos estaban estancados en la radio convencional desde hacía años, pero gracias a las plataformas de podcasting como Ivoox, de música como Spotify y ahora los altavoces inteligentes ofrecen nuevas oportunidades para los anuncios auditivos digitales
5. REALIDAD AUMENTADA Y VIRTUAL DEL ECOMMERCE
La realidad aumentada y la realidad virtual en el ecommerce cada día gana más terreno. Cierto que todavía no estamos acostumbrados a utilizar tanto la RA como la RV en nuestro día a día, pero su implementación en el comercio electrónico empieza a ofrecer opciones interesantes. Hay desde aplicaciones que permiten previsualizar productos, hasta entornos virtuales en los cuales es posible interactuar y realizar pagos. Un ejemplo práctico de RV es el “espejo virtual” de Amazon, que permite probarse la ropa a los consumidores de forma virtual y sin salir siquiera de casa. Ofrece un resultado fiel de cómo combinan unas prendas con otras. Las empresas asimilarán estas tecnologías progresivamente y puede que sea en 2019 cuando veamos su gran boom. ESTRATEGIA DE REDES SOCIALES Las RSD se han convertido en el fenómeno más influyente en la comunicación en las últimas décadas (Kaplan y Haenlein, 2010). En ellas se permite y facilita la interacción de la comunidad, ayudando a fomentar la confianza y un sentimiento común entre los miembros (Leimeister et al., 2006), ofreciendo a la gente nuevas maneras de construir y mantener redes sociales, de crear relaciones, de compartir información, de generar y editar contenidos y de participar en movimientos sociales, a través de Internet (Lorenzo et al., 2011). Esta interacción entre los miembros puede incluir texto, audio, imágenes, video o cualquier otro formato de comunicación (Ryan y Jones, 2012). Según Fuchs (2008), algunas de las características más importantes de estos medios sociales son la interacción continua entre los miembros, la existencia de convenciones formales e informales, la voluntad de las personas para interactuar, la dimensión global y la velocidad con la que las relaciones se desarrollan. Precisamente las RSD son consideradas actualmente de gran importancia, tanto para los individuos como para las empresas, ya que apoyan el mantenimiento de los lazos sociales existentes y la formación de nuevas conexiones entre los usuarios (Boyd y Ellison, 2007). Las RSD son un fenómeno global, pero sólo algunas plataformas son dominadoras, tales como Facebook, YouTube y Twitter, y más recientemente sitios como LinkedIn y Pinterest. Facebook, por ejemplo, ha alcanzado más de 1,100 millones de usuarios activos mensuales en ocho años de haber sido creada, siendo hoy en día la más grande del mundo (Crunchbase, 2013), y la segunda página más visitada en Internet (Alexa, 2013). Las empresas, viendo el crecimiento de la actividad de las RSD, están comenzando a utilizarlas en su estrategia de marketing debido al bajo costo de uso y su popularidad, siendo utilizadas para la construcción de marca y para medir la reputación de las relaciones con los clientes (Harris y Rae, 2009), para la gestión de la marca (branding) (Christodoulides, 2009), para comunicarse con sus clientes (Jansen et al., 2009), entre otros aspectos. Sin embargo, las anteriores, no son las únicas maneras de utilizarlas en el mundo corporativo, ya que las empresas pueden además obtener datos del comportamiento natural de los usuarios, lo que permite la exploración de patrones de amistad y comportamiento (Hogan, 2008), y abordar de forma rápida y directa a los consumidores a un costo relativamente bajo y con una mayor eficiencia que las herramientas de marketing tradicionales, por lo que no sólo son pertinentes para las grandes empresas sino también para las Pymes, las empresas sin fines de lucro o el gobierno (Kaplan y Haenlein, 2010). Aun teniendo en cuenta que las empresas pueden medir algunos elementos de interacción con sus clientes en las RSD a través de las estadísticas que las mismas ofrecen o a partir de programas informáticos especializados, no está claro todavía si el impacto estratégico o táctico es alto. De hecho, hay un consenso entre los profesionales del marketing en que existe un problema complejo a la hora de medir y monetizar las actividades de marketing en las RSD (Clemons, 2009). Pero no todo lo relacionado con las RSD puede considerarse como positivo, pues problemas de privacidad o de seguridad de los datos sugieren que las RSD requieren de un control estructural, o de lo contrario, su atractivo, la credibilidad y el valor de su contenido puede disminuir significativamente (Otto y Simon, 2008). En el nuevo universo de los medios de contenido generado por usuarios, las marcas desempeñan un papel fundamental, ya que los consumidores comparten su entusiasmo acerca de su marca favorita a través de estas plataformas (Hennig-Thurau et al., 2010), comentando sobre sus productos y servicios (Chan y Ngai, 2011). Sin embargo, y aunque el impacto del marketing con RSD en el desempeño empresarial sigue siendo un tema desconocido, no hay duda de que éstas juegan un papel clave en el futuro del marketing (Harris y Rae, 2009), confirmando a Lindgreen et al. (2004), que anticipaban que el marketing electrónico y el interactivo, así como el network marketing, tendrían un mayor desarrollo en los próximos años. MOMENTO DEL CONSUMIDOR DIGITAL Hoy no hay un tema más candente para los decisores en una compañía que la transformación digital. Convertirse en digital constituye el mandato principal para los líderes de TI, del área de Operaciones, de Atención al Cliente y de Marketing a nivel global. Sin embargo, no existe un solo proyecto que pueda llevar a una empresa desde su estadio actual hasta su digitalización completa. Por el contrario, la transformación digital es un conjunto de proyectos pequeños que eventualmente permitirán la evolución de una empresa para competir en la era digital. Aunque esos proyectos puedan variar ampliamente según la industria, muchos de ellos tienen un punto en común: todos deben mejorar la experiencia del cliente, ya que ésta es uno de los principales diferenciadores para las empresas en la actualidad y en el futuro. Al mismo tiempo, mientras que la transformación digital cambia diversos segmentos verticales y procesos de negocios, los que también están cambiando son los clientes. Nuestros clientes mudan constantemente y también lo hacen sus necesidades, expectativas y deseos. Veamos algunos datos globales que describen esta tendencia que acabamos de mencionar: En este marco, una de las dificultades mayores que enfrentan las compañías es gestionar las crecientes expectativas del consumidor, tanto respecto a los productos y servicios que recibe, como a la experiencia que demanda. El consumidor moderno cuenta con un set de herramientas mucho más completo que el de hace una década, está más informado, es más influyente, más asertivo y está capacitado digitalmente. La metamorfosis del consumidor tradicional está obligando a las empresas a redefinir la forma en que interactúan con sus clientes y a encontrar nuevas formas para ganar su lealtad. En este sentido, la movilidad y la conectividad, el comercio electrónico y las redes sociales han inclinado radicalmente la balanza de poder entre marcas y consumidores a favor de estos últimos, y les ha permitido comenzar a dictar las reglas de juego para relacionarse entre sí. Hoy en día, los consumidores premian o castigan a una marca basándose en una sola interacción. Su lealtad con las marcas está en su punto más bajo, por lo que el riesgo de perder clientes está más vigente que nunca.