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HORST BALZ GERHARD SCHNEIDER (Eds.) DICCIONARIO EXEGETICO DEL NUEVO TESTAMENTO il Traducido por CONSTANTINO RUIZ-GARRIDO SEGUNDA EDICION EDICIONES S{GUEME SALAMANCA 2033 2034 XX YXAiQW chaird alegrarse, regocijarse 1. Aparicién y uso en el NT— 2. Alegria entusidsti- ca y alegria escatolégica - 3. Exhortaciones a la ale- ria ~ 4. Bl sufrimiento y la alegria ~ 5. La alegria co- no reacci6n - 6. El apéstol se goza de su comunidad ~ 7. Gozo compartido ~ 8. Combinaciones importantes de palabras, Bibl: > yagd. 1. En el NT yaigw aparece 74 veces. El verbo es especialmente importante en Q, Lu- cas, Juan y Pablo. Por lo demés, xatigo se en- cuentra frecuentemente como saludo (8 testi- monios) y también en el praescriptum de las cartas (cf. Hech 15, 23; 23, 26; Sant 1, 1). Es- to se relaciona con el saludo epistolar cristia- no con -» xagis (6) (cf. a propésito, K. Ber- ger: ZNW 65 [1974] 200s). - El verbo apare- ce en textos narrativos en Mt 2, 10; 18, 13; Me 14, 11; Le 15, 5; 19, 6; 19, 37; 22, 5; 23, 8; Jn 8, 56; 20, 20; Hech 5, 41; 8, 39; 11, 23; 13, 48; 15, 31; Ap 11, 10. ~ La alegria se va- lora como moralmente ambivalente en 1 Cor 7,30; 13, 6, y como negativa en Ap 11, 10. 2. En consonancia con el cardcter carismé- tico y «entusidstico» del cristianismo primiti- vo, la alegria es participacién en el mundo ce- lestial (cf. Fil6n, Abr 202: el alegrarse es algo que, en su totalidad, corresponde tinicamente a Dios), y asf se produce como reaccién de los testigos en los arrobamientos visionarios (Le 24, 52; Hech 8, 39) 0 en las visiones (Jn 8, 56, de Abrahan [cf., a propésito, Jub 15, 17; Tg Ong, sobre Gén 17, 17; Fil6n, Mut 154]; ef. la alegrfa en general como reacci6n a la posibi- lidad de ver (-+ 5) 0 como reaccién en virtud de Ja accion del Pneuma (1 Pe 4, 13s). Y, asi, uno puede alegrarse ya desde ahora en vista, de la recompensa futura (Mt 5, 12; Le 10, 20b). Por eso, la exhortacién a Ja alegria en Mt 5, 12, corresponde funcionalmente a la ex- clamacién de bienaventuranza (cf. 1 Pe 4, 13s). Pero también la salvacién celestial o es- catolgica se describe sencillamente como una acci6n de alegrarse (Le 6, 23; 1 Pe 4, 13); asf debe entenderse igualmente el gozo por la cosecha o por la boda (In 3, 29; 4, 36), y tam- bién 1a alegria futura segtin Jn 16, 20.22 (opo- sicién entre los discipulos y el mundo; alegria por la segunda venida de Jestis). 3. Las exhortaciones a la alegria se refieren de ordinario a la manera especial de alegrarse © al objeto de la alegria, y se encuentran en las admoniciones o parénesis, y ademas como invitacién a compartir Ia alegrfa en las tres pardbolas de Le 15 (15, 6.9.32), lo cual se re~ fiere seguramente a la aceptacién de pecado- res artepentidos por las personas a quienes se dirige la palabra. Con frecuencia lx exhorta- ci6n a la alegria tiene cardcter de consuelo an- te las tristezas presentes (In 14, 28: Jestis se marcha) 0 ante las persecuciones (Mt 5, 12). Pueden referirse también a lo que es objeto de esperanza (Rom 12, 12) 0 alo que ayuda a so- portar el sufrimiento (1 Pe 4, 13). La adicién «en el Sefior» (tipica de Flp 3, 1; 4, 4.10), Io mismo que el imperativo que acompafia a la invitacién a orar constantemente, «jalegraos siempre!» (1 Tes 5, 16), muestra cudl es el origen entusiéstico de la alegria cristiana, En 2.Cor 13, 11, lo de jalegraos! es algo asi co- mo un compendio de lo que significa la exis- tencia cristiana. Porel contrario, en 1 Cor 7, 30 la existencia cristiana se muestra como un distanciamiento libremente escogido de las alegrias del mun- do. Segin Le 10, 20, la alegria entusidstica de! carismatico por su plenitud de poder debe sustituirse por el gozo anticipado de Ia salva- cin celestial ~quizés un testimonio del con- flicto entre la escatologia de presente y la es- catologia de futuro en las primeras comunida- des-, 2035 4. El sufrimiento y la alegria se hallan a menudo tan intimamente entrelazados, que el que sufre debe gozarse ya ahora en el sufri- miento y de sus sufrimientos. El judaismo co- noce ya analogias, por ejemplo, ApBar (sir) 52, 65 («jAlegraos en el sufrimiento que tdis padeciendo ahora! Pues ;por qué estais esperando que vuestros enemigos perezcan? iPreparad yuestras almas para lo que est re- servado para vosotros y disponed vuestras al- mas para la recompensa que esté dispuesta para vosotros!»). Porque lo que viene después del sufrimiento es mucho més glorioso, de tal manera que el sufrimiento adquiere el card ter de una fase preliminar necesaria, Las expresiones de esta idea varian. Segtin Jn 14, 28, los discipulos deben alegrarse por- que Jestis se va. En Jn 11, 15 Jestis se alegra de que Lazaro haya muerto, dando asf ocasi6n para que se manifieste la gloria en un milagro. En Col 1, 24 el apdstol se alegra de su sufri- miento, porque es «en favor de» la comuni- dad. Segtin | Pe 4, 13, la comunidad debe go- zarse de tener comunién con los suftimientos de Cristo, para poder alegrarse cuando Hegue Ia revelaci6n de la gloria. Y, asi, Pedro y Juan, segtin Hech 5, 41, se alegran de taAavtutios) o v. 21b, «la plaga del gra- nizo» (amy THis yAdLns), con ocasién de la séptima copa de la ira. Haag, Diccionario, 717; BHH If, 624. Yo} chalao bajar, echar* En el NT el verbo aparece 7 veces: bajar una carnilla a través de un boquete abierto en el techo, Mc 2, 4; echar redes (para la captu- ra de peces), Le 5, 4.5; hacer bajar a alguien (a Pablo) desde 1a muralla, metido en un ces- to (v omvgidi), Hech 9, 25; en una espuerta (v oagyavy), 2 Cor 11, 33 (en voz pasiva); segtin el lenguaje técnico de la navegaci6n, yahéw vw axetos, que significa probable yainw — yahwayoyew 2038 mente echar el ancla, Hech 27, 17 (-+ axetiog 2; Bauer, Worterbuch, s.v. oxevdos 1a); xa- dé Ty oxdepny, descolgar el bote salvavi- das, 27, 30. Xadatos, ov, 6 Chaldaios caldeo* En Hech 7, 4 yij XaSaiwv como nombre de la patria de Abrahdn (cf. v. 2» Meoomo- tapia), de la que él emigré a Jarén por man- dato de Dios (en contra de Gén 11, 31; 12, 1- 3.5). Segtin Gén 11, 28.31; 15, 7, Neh 9, 7, Abrahan es oriundo de Ur de los caldeos (‘ur kaidim, LXX yaa tov Xahdalv) a orillas de} curso bajo del Eufrates. Claro que el gen- tilicio se usa en sentido anacrénico, porque, segiin 2 Re 24, 2; 25, 4s y passim; Jer 21,4 y passim; Dan 1, 4; 5, 11; 9, 1, los caldeos re- presentan el reino neobabilénico, del que ellos podrian haber sido los fundadores. Los textos asirios mencionan a los caldeos a partir del si- glo IX aC. Ahora bien, segtin Jdt 5, 6-8, los israelitas mismos descenderian de Ios caldeos. Dan 2, 2.4810; 4, 4; 5, 7 documenta la idea he- lenfstica tardia de que los caldeos son de ma- nera especial intérpretes de suefios y adivinos. Haag, Diccionario, 256s; BHH I, 296s. YOAENds, 3 chalepos duro, dificil, malo, peligroso* En Mt 8, 28 se dice que los dos posesos eran «sumamente agresivos / peligrosos (xahenoi ‘Aav)» (el lugar paralelo en Me 5, 4s realza la fiereza y la fuerza del poseso), 2 Tim 3, 1: naigoi Yarenoi, «tiempos dificiles», refirién- dose a la aparici6n de falsos maestros y de fal- sos cristianos (3, 2ss). Spicq, Notes II, 955s. Yadwayayéw chalinagoged \evar la tienda, refrenar, tener a raya* En sentido figurado en Sant 1, 26: xadt- vaywyéw yoo, «refrenar la lengua» co- mo criterio de toda la piedad; 3, 2, en un con- texto parecido, dicese de quien (como maes- tro) no yerra en lo que dice y es, por tanto, un varén perfecto, que es capaz también de «te- ner a raya a todo el cuerpo» (xadwaywyi-

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