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Los 4 Amigos Del Paralitico Series

Marcos 2:1-12
https://www.sermoncentral.com/sermons/los-4-amigos-del-paralitico-humberto-hilario-sermon-on-la-sanidad-186835

Entroó Jesuó s otra vez en Capernaum despueó s de algunos díóas; y se oyoó


que estaba en casa.

E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabíóan ni


aun a la puerta; y les predicaba la palabra.

Entonces vinieron a eó l unos trayendo un paralíótico, que era cargado por


cuatro.

Y como no podíóan acercarse a eó l a causa de la multitud, descubrieron el


techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en
que yacíóa el paralíótico.

Al ver Jesuó s la fe de ellos, dijo al paralíótico: Hijo, tus pecados te son


perdonados.

Estaban allíó sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en


sus corazones:

¿Por queó habla eó ste asíó? Blasfemias dice. ¿Quieó n puede perdonar
pecados, sino soó lo Dios?

Y conociendo luego Jesuó s en su espíóritu que cavilaban de esta manera


dentro de síó mismos, les dijo: ¿Por queó cavilaó is asíó en vuestros
corazones?

¿Queó es maó s faó cil, decir al paralíótico: Tus pecados te son perdonados, o
decirle: Levaó ntate, toma tu lecho y anda?

Pues para que sepaó is que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra
para perdonar pecados (dijo al paralíótico):

A ti te digo: Levaó ntate, toma tu lecho, y vete a tu casa.

Entonces eó l se levantoó en seguida, y tomando su lecho, salioó delante de


todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios,
diciendo: Nunca hemos visto tal cosa.

La Casa en Capernaum

• Casa de Pedro (probablemente)

• Sanidades realizadas en la ciudad:


o el siervo del centurioó n,

o la suegra de Pedro,

o la hija de Jairo,

o la mujer del flujo de sangre.

• La casa se lleno gradualmente

• Publico variado

Lucas 5:17

Acontecioó un díóa, que eó l estaba ensenñ ando, y estaban sentados los


fariseos y doctores de la ley, los cuales habíóan venido de todas las
aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusaleó n; y el poder del Senñ or estaba
con eó l para sanar.

La Enfermedad y el Enfermo

• ¿Seguridad social?

• Sus necesidades eran cubiertas gracias a la caridad

• Enfermedad -> Estigma (relacionado con el pecado)

• Accidente -> Dolor adicional a la condicioó n de inmovilidad

La Sanidad

• Espiritual

• Fíósica

• El cuestionamiento de los fariseos

Marcos 2:6-7

Estaban allíó sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en


sus corazones: ¿Por queó habla eó ste asíó? Blasfemias dice. ¿Quieó n puede
perdonar pecados, sino soó lo Dios?

• Lo que olvidaron

Salmo 103:3
El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus
dolencias;

4 Amigos

• Hicieron cosas inusuales:

o cargar con su amigo

 Mostraron gran misericordia y sensibilidad por su amigo comuó n

o romper el techo

 pusieron en accioó n un plan B

• Mostraron una gran fe (posiblemente aun mas que el amigo


paralíótico) al hacer lo imposible para que Jesuó s ministrara su necesidad

Nosotros antes de Cristo

Eramos paralíóticos

No “podíóamos” llegar ante el trono de Dios

Nuestros 4 Amigos

Oracioó n

• La oracioó n inicia todo (ironíóa del mundo y el cristiano al orar)

1ra Timoteo 5:17

Orad sin cesar

• Presenta nuestras necesidades delante del Gran Trono con “gemidos


indecibles”

Filipenses 4:6

Por nada esteó is afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones


delante de Dios en toda oracioó n y ruego, con accioó n de gracias.

• Es un deber del cristiano

Santiago 5:14-15
¿Estaó alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la
iglesia, y oren por eó l, ungieó ndole con aceite en el nombre del Senñ or.

Y la oracioó n de fe salvaraó al enfermo, y el Senñ or lo levantaraó ; y si


hubiere cometido pecados, le seraó n perdonados.

Alabanza/Adoracioó n

• Fuimos creados con este propoó sito

Isaíóas 43:7

¿Y quieó n proclamaraó lo venidero, lo declararaó , y lo pondraó en orden


delante de míó, como hago yo desde que establecíó el pueblo antiguo?
Anuó ncienles lo que viene, y lo que estaó por venir.

• Debemos hacerlo con gozo (fruto)

Gaó latas 5:22,23

Mas el fruto del Espíóritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,


bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.

• Debemos hacerlo con disposicioó n de corazoó n

Salmo 108:1

Mi corazoó n estaó dispuesto, oh Dios; Cantareó y entonareó salmos; esta es


mi gloria.

Servicio

• Al servir a nuestros hermanos honramos a nuestro Padre

Gaó latas 5:13

Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que


no useó is la libertad como ocasioó n para la carne, sino servíóos por amor
los unos a los otros.

Marcos 10:42-45

Mas Jesuó s, llamaó ndolos, les dijo: Sabeó is que los que son tenidos por
gobernantes de las naciones se ensenñ orean de ellas, y sus grandes
ejercen sobre ellas potestad.
Pero no seraó asíó entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande
entre vosotros seraó vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el
primero, seraó siervo de todos.

Estudio de la palabra

• Como embajadores, debemos de conocer las leyes de nuestro paíós

El Paralitico y sus Cuatro Amigos


https://www.sigueme.net/predicas-cristianas/el-paralitico-y-sus-cuatro-amigos-marcos-2-predicacion

Comenzaremos diciendo que este paralíótico es una representacioó n del


hombre sin Cristo. De aquel que yace postrado sin poder valerse por si
mismo, pero sobre todo sumergido en una condicioó n de verguü enza,
temor y profunda tristeza

(Marcos 2:1-12) v. 5

INTRODUCCIOÓ N: La evangelizacioó n en algunos casos requiere de maó s


de una persona para ser efectiva. Esto es lo que llamamos la
cooperacioó n en la salvacioó n. En el pasaje que usaremos para nuestro
mensaje de hoy tenemos un vivo ejemplo de esto. Fue necesaria la
participacioó n de cuatro hombres para traer a un paralíótico delante del
Senñ or con el propoó sito de ser sanado.

Comenzaremos diciendo que este paralíótico es una representacioó n del


hombre sin Cristo. De aquel que yace postrado sin poder valerse por si
mismo, pero sobre todo sumergido en una condicioó n de verguü enza,
temor y profunda tristeza. Por supuesto que hablamos del hombre sin
Dios. Y por cuanto estaó en semejante estado es necesario traerlo a
Cristo, el uó nico que puede levantarlo de semejante condicioó n. Marcos
describe esta escena de una manera muy viva, abundando en detalles
sobre los demaó s evangelios.

Algunos autores creen que la casa donde se dio este milagro fue la de
Pedro. Pero como quiera que haya sido en ese lugar se dio un
extraordinario milagro donde se puso en evidencia que Jesucristo era
Dios al mostrar que podíóa perdonar pecados y sanar al paralíótico. Sin
embargo el creó dito de esta historia se lo llevan los cuatro hombres
quienes superando todos los obstaó culos, lograron poner al paralíótico en
presencia del Sanador. En efecto, esta fue su meta. La actuacioó n de fe de
estos hombres nos dan las pautas para ayudar en la salvacioó n del
perdido.

Nos muestran el valor del trabajo en equipo. El valor de la unidad en un


solo objetivo, inspiraó ndonos a hacer lo mismo. Veamos, pues, coó mo
poner la fe en accioó n para llevar a los hombres a Cristo. Consideremos
el recorrido que hay que hacer para traer al “paralíótico” a los pies del
Salvador. Coó mo transitar ese camino hasta llegar allíó.

I. PARA QUE EL PARALIÓTICO SEA TRAIÓDO A CRISTO SE REQUIERE DE


HOMBRES COMPASIVOS

1. Cargando al que no camina v. 3. Se desconoce el nombre y origen de


aquellos hombres. No sabemos en cuaó l ministerio de la iglesia estaban
envueltos. Pero eso no importa, la Biblia no se interesa en darnos esos
detalles sino en mostrarnos lo que ellos hicieron. El eó nfasis radica en la
compasioó n y la amistad que teníóan por ese infeliz paralíótico.

Ellos llegaron amarle y con frecuencia vendríóan a eó l para acompanñ arle.


No vendríóan como los amigos de Job, para entrar en un razonamiento
filosoó fico sobre las causas de su sufrimiento. No le visitaríóan como los
fariseos, quienes estaríóan maó s preocupados en no contagiarse que ser
movidos a misericordia. No eran como algunos que solo expresaríóan
palabras de laó stima ante la condicioó n humana, pero sin ir maó s allaó .

Tenemos a mucha gente que ponderaraó la condicioó n perdida del


hombre, pero no toman ninguna accioó n para ayudarles. La actuacioó n de
aquellos hombres era la de un “buen samaritano”. Eran hombres con
una gran sensibilidad, quienes habíóan hecho del paralíótico el objeto de
su preocupacioó n por semejante miseria humana. Eso es compasioó n
activa.

2. Cuatro parecen demasiados v. 3. Estos hombres nos muestran que


antes de traer a alguien a Cristo debemos tener compasioó n por ellos. Es
el contacto de corazoó n a corazoó n que ablanda nuestra sensibilidad y
nos pone en el camino para buscar ayuda al necesitado. La compasioó n
por aquel hombre les llevoó a preparar un encuentro con Jesucristo.

Nos llama la atencioó n que en la sanidad y salvacioó n del paralíótico se


usaron cuatro hombres. Hay paralíóticos que no pesan mucho. Algunos
casos conocidos revelan a estas personas reducidas a un montoó n de
huesos. De manera que un solo hombre podíóa haberles llevado a Cristo.
Pero aquíó fueron cuatro. Dos tomaríóan la delantera y dos iríóan detraó s.
Los unos seguíóan a los otros.

Todo un trabajo en equipo para salvar al enfermo. Hay en esto una


verdad que debe ser tomada: la iglesia necesita trabajar en comunioó n si
quiere ver la conversioó n de los que nos rodean, asíó lo expresoó Pablo a
los filipenses en su carta: (Fil. 2:2-4). El trabajo de los grupos familiares
tiene esta funcioó n. ¿Se dio cuenta coó mo los hogares son una fuente de
salvacioó n para el perdido?

II. PARA QUE EL PARALIÓTICO SEA TRAIÓDO A CRISTO SE REQUIERE LA


SUPERACIOÓ N DE LOS OBSTAÓ CULOS

1. No poder acercarse a Jesuó s v. 4. Aunque Jesuó s estaó siempre cerca,


bien pudieran haber obstaó culos que nos impiden llegar a eó l. Llegoó el díóa
cuando los cuatro hombres, llenos de un gran optimismo,
entusiasmados con una gran esperanza y persuadidos de una gran fe,
se dispusieron llevar al hombre a Jesuó s. La noticia estaba en las calles.
Despueó s de algunos díóas Jesuó s vino a Carpenauó m.

Algunos piensan que aquella fue la uó ltima vez que eó l vendríóa a la


ciudad. Para aquellos hombres el tiempo de la salvacioó n era urgente. Si
no lo llevaban ahora no habríóa otro chance. De modo que frente a este
reto un solo asunto dominaba la determinacioó n de estos cuatro amigos:
traer el enfermo a Cristo. Ellos tendríóan que convencer al paralíótico lo
cual no costaríóa mucho debido a su condicioó n.

Pero no siempre esto es una tarea faó cil. La gente no viene a Cristo como
va a sus diversiones. No todos los casos responden de la misma
manera. Hay un mundo de excusas mientras se habla del amor de Dios
para cada vida. Usted puede invitar a alguien a alguna actividad social o
deportiva y acuden pronto, pero invíótelos a venir a Cristo y notaraó
cuaó ntas excusas ponen.

2. Hay una multitud de obstaó culos v. 4. ¿Cuaó nta gente estaríóa apostada
en la puerta oyendo del Maestro sus maó s inigualables ensenñ anzas?
Podemos imaginarnos el cuadro. Aquellos hombres cargaron por cierta
distancia al enfermo, pero ahora no pueden entrar. Es posible que al
principio vinieran los momentos de desaliento y hasta de frustracioó n,
pero ellos vencieron sus propios sentimientos de fracaso.

Ellos no vieron la “multitud” para llegar a Cristo. ¿Cuaó l es la multitud


que impide hoy que las personas vengan a Cristo? Multitud de
religiones, multitud de dogmas y preceptos, multitud de falsos
maestros, multitud de diversiones y placeres del mundo, multitud de
malos testimonios, multitud de creyentes indiferentes e insensibles,
multitud de quejas y críóticas de los mismos creyentes, multitud de
vidas que no son buena referencia de un cristianismo vivo y
victorioso... y la lista seguiríóa siendo muy larga.

El creyente y la iglesia debieran estar conscientes de esas “multitudes”


que son obstaó culos para que otros vengan a Cristo y abrir maó s espacios
hasta traer a los hombres a los pies del Maestro. Hay serios obstaó culos
que impiden traer al hombre paralíótico Cristo. Nuestra tarea es
convencerlos para llevarlos a Cristo.

III. PARA QUE EL PARALIÓTICO SEA TRAIÓDO A CRISTO SE REQUIERE


DEL PODER DE LA PERSISTENCIA

1. Descubriendo el techo v. 4b. La verdad de esta historia es que este


hombre fue sanado por la enorme fe que tuvieron sus amigos. La Biblia
no nos dice que ellos se desalentaron ante las dificultades.
Imagineó monos la escena. De repente la multitud que estaba apostada a
la puerta nota que estos hombres se las ingeniaron y en lugar de buscar
la puerta para entrar estaó n en el techo de la casa.

Creemos que estos hombres conocíóan bien las estructuras de las casas,
pues pronto abrieron un boquete para poder bajar al hombre enfermo.
Como yo creo que Jesuó s fue un hombre de un gran humor, me lo
imagino hasta rieó ndose con semejante ocurrencia de parte de estos
hombres. Ahora vea esto. Jesuó s estaó en la sala ensenñ ando.

EÓ l tuvo que oíór los golpes en el techo y ver como aquella casa se lleno
de polvo a diferencia de aquella que se llenoó de perfume cuando una
mujer quebroó el vaso de alabastro en sus pies. Ahora Jesuó s tendraó que
detener su ensenñ anza. Contemploó la valiente fe aquellos hombres que
miraban desde arriba y ahora tiene al enfermo delante de eó l v.5. Mis
hermanos la evangelizacioó n consiste en traer al “paralíótico” a Cristo.

2. Venciendo la incredulidad de adentro v. 4, 7. Los fariseos que estaban


allíó se llenaron de asombro y de una reaccioó n inmediata tildando a
Jesuó s de blasfemo v.7. Pero lo cierto fue que la intrepidez de estos
hombres dejoó asombrados tanto a los que estaban adentro como los
que estaban afuera. Lo que allíó sucedioó fue una noticia que se expandioó
muy pronto.

Hay muchas formas de evangelizar. En esta historia se rompen con los


patrones y las costumbres. Hablando del costo, una pregunta que surge
en esta escena seríóa acerca de quieó n pagaríóa el techo roto. Alguien teníóa
que pagar el danñ o. ¿Puede imagíónese la cara del duenñ o de la casa que al
igual que Jesuó s estaríóa oyendo los golpes arriba y luego ver descender
al paralíótico? ¿Quieó n pagaríóa la factura de los danñ os causados a la casa?
Lo bueno es que allíó estaba el carpintero de Nazaret.

El asunto es que hay un costo que pagar para que los hombres vengan
al Senñ or. El costo de mi tiempo, el costo de las críóticas del “que diraó n”
por lo que hacemos, el costo de mi propia inversioó n para la obra etc. El
poder la persistencia de esos hombres trayendo al paralíótico nos
desafíóan.
IV. TRAER EL PARALIÓTICO A CRISTO CONDUCE FINALMENTE AL GOZO
DEL TRABAJO HECHO

1. Bajando al paralíótico a Cristo v. 5. El objetivo se habíóa cumplido.


Aquellos hombres vencieron todas las dificultades y ahora estaó una
camilla con un minusvaó lido delante del uó nico que podíóa hacer algo por
eó l. No se sabe si el paralíótico habíóa nacido en esa condicioó n. No se sabe
si lo que le vino fue producto del pecado mismo, al juzgar por las
palabras del Senñ or que sus pecados fueran perdonados.

Hay cuatro mirones desde arriba y una multitud adentro y afuera


expectantes de lo que Jesuó s podríóa hacer. El resto del trabajo depende
de eó l. Asíó que en esta escena Jesuó s va a pasar de la condicioó n de
Maestro a la condicioó n de Salvador y Dios. Aquella casa fue testigo de
este hecho. Las primeras palabras de Jesuó s pudieron confundir a la
audiencia.

Los mirones que estaó n en el techo esperaríóan que Jesuó s diera de una
vez la orden de sanidad. Pero no lo hizo. ¡Queó desilusioó n! Se concretoó
maó s bien en decir “tus pecados te son perdonados”. Sin embargo, esas
palabras son siempre el inicio del verdadero milagro divino. Jesucristo
no sanaraó el cuerpo si antes no sane el alma. Hoy díóa es alreveó s, pues la
preocupacion mayor es sanar el cuerpto antes que el alma.

2. Sanando integralmente al postrado v. 9-11. “¿Queó es maó s faó cil decir?”


fue la pregunta que intrigoó a los oyentes. Note que Jesuó s no preguntoó
“¿queó es maó s faó cil hacer?”. Sanar al enfermo parecíóa ser lo maó s faó cil,
aunque levantar a un paralitico era imposible. Muchos les gusta el
ministerio de lo sensacional, y el sanar a los enfermos es uno de ellos.

Pero perdonar pecados, siendo esto la raíóz de todos los males y una
tarea divina, no es muy popular. Asíó que Jesuó s hizo el trabajo completo.
Hizo las dos cosas que solo Dios podíóa hacer: perdonar y sanar. Y de
esta manera, frente a la mirada atoó nita de los presentes, los cuatro
hombres pudieron ver que el hombre que vivioó paralizado y acostado,
ahora se ha levantado, y la cama que un díóa le llevaba, ahora eó l lleva a
su casa. Aquello tuvo que ser un momento de mucho gozo.

Todos, y en especial los cuatro amigos, dijeron: “Nunca hemos visto tal
cosa” v. 12. Cuaó nto gozo produce la salvacioó n de un perdido. Estos
cuatro hombres representan a la iglesia. La tarea de ella es traer a los
“paralíóticos” a los pies de Cristo. Hay gozo “cuando un pecador se
arrepiente”. ¿Tiene usted el gozo de traer otros a Cristo?

CONCLUSIOÓ N: “Entonces eó l se levantoó en seguida, y tomando su lecho,


salioó delante de todos, de manera que todos se asombraron, y
glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa” v. 12. Esta es
la meta final de la evangelizacioó n: que los hombres glorifiquen a Dios
por la obra hecha en el “paralíótico”. Este es el gozo final del que
evangeliza. La actuacioó n de estos hombres nos muestra coó mo debiera
darse la tarea en la evangelizacioó n. Ellos nos revelan que si no hay
compasioó n no hay intereó s por el perdido.

Nos dicen que si no hay unidad el perdido quedaraó tendido en su


condicioó n; los cuatro tomaron un lado de la cama y lo levantaron. Nos
dicen que aun cuando el camino al Senñ or esteó impedido por una
“multitud” de obstaó culos, hay que ser perseverantes y osados hasta
llevar a los hombres al Senñ or.

Y sobre todo, ellos nos muestran que hay gozo en el cielo y en el


corazoó n evangelizador, cuando vemos a los hombres levantarse de su
estado y glorificar al Senñ or por el cambio de sus vidas. ¿Soy parte de
estos “cuatro amigos”? ¿Tengo un amor sincero por el que estaó “muerto
en sus delitos y pecados”?

Jesús, el paralítico y los cuatro amigos


https://www.adoracion.com/es/node/88

Objetivos
Aprender de los cuatro hombres que ayudaron al paralíótico llevaó ndolo
a Jesuó s , superando muchas dificultades. Descubrir que Jesuó s no soó lo
quiere sanar nuestro cuerpo, sino tambieó n nuestra alma y espíóritu.

Reflexioó n

Vamos a empezar por el final de la historia de hoy. Termina el pasaje


del evangelio de Marcos diciendo: "Jamaó s vimos cosa parecida" (Mc
2,12) y el de Lucas: "Hoy hemos visto cosas increíóbles" (Lc 5,26). Una
cosa increíóble es una cosa difíócil de creer, algo fuera de lo normal, algo
que es imposible que sea verdad. ¿Alguna vez habeó is visto algo
increíóble? [...] Seguro que síó. Es increíóble coó mo se forma un bebeó en el
vientre de su madre, es increíóble coó mo los girasoles se mueven, es
increíóble coó mo una persona enferma se sana, es increíóble ... Y es
increíóble lo que hizo Jesuó s un díóa en Cafarnauó n estando en una casa.

Jesuó s estaba anunciando la Palabra. Jesuó s " Entroó de nuevo en


Cafarnauó n; al poco tiempo habíóa corrido la voz de que estaba en casa.
Se agolparon tantos que ni siquiera ante la puerta habíóa ya sitio, y eó l les
anunciaba la palabra. " (Mc 2, 1-2) Ya no cabíóa nadie maó s y entonces
llegan nuestros cinco protagonistas. Uno de ellos estaba paralíótico y no
podíóa andar.
Sus amigos o familiares deciden llevar al enfermo paralíótico a Jesuó s.
Saben que Jesuó s tiene poder para curarlo. Los cuatro amigos quieren
ayudar al paralíótico. ¿Coó mo llevaraó n a su amigo hasta Jesuó s? [...] ¿En
burro?, ¿en coche?, ... No. Lo llevan andando en una camilla. Uno soó lo
no puede llevar la camilla, hacen falta cuatro personas para sujetar las
dos puntas delanteras y las dos traseras de la camilla. Se unen los
cuatro y trabajan en equipo, sabiendo que merece la pena. Si probaó is a
llevar a alguien en una camilla comprobareis que pesa bastante y que
te duelen las manos, pero nuestros protagonistas continuó an. Estaó n
alegres de poder llevar a su amigo a Jesuó s. Creen que Jesuó s puede curar
a su amigo y se ponen en marcha. Tienen fe en Jesuó s.

Por fin llegan a la casa y ven que estaó llena de gente, no pueden entrar
por la puerta. ¿Queó hacen? [...] ¿Se rinden? No. Buscan la forma de subir
la camilla al tejado de la casa. Se arriesgan, se esfuerzan de nuevo.
Cuando ya estaó n encima del tejado. ¿Queó hacen? [...] Antes, los tejados
de las casas eran planos, hechos de barro con paja; asíó que abren un
agujero suficientemente grande para que entre la camilla de su amigo
paralíótico. ¿Y ahora? [...] No pueden lanzar a su amigo por el agujero,
tienen que ingeniaó rselas para bajarlo de alguna forma. Quizaó s con unas
sogas atadas a las puntas de la camilla, si cada uno sujeta un extremo
de la soga podraó n ir bajaó ndolo poco a poco hasta dejarlo en el suelo de
la casa donde estaó Jesuó s. ¡Lo consiguen! y dice la Palabra que lo colocan
justo delante de Jesuó s: "y le pusieron en medio, delante de Jesuó s." (Lc
5,19). Hay un refraó n que dice "querer es poder" y desde luego estos
cuatro hombres queríóan llevar al paralíótico hasta Jesuó s fuera como
fuera y lo consiguieron. ¿Os imaginaó is queó cara pondríóa Jesuó s al ver al
paralíótico bajando del techo? [...] Jesuó s estaríóa muy sorprendido.

Jesuó s vio la fe de estos hombres y entonces actuoó con poder. ¿Queó hizo?
¿Hacer que el paralíótico andara? [...] No, Jesuó s se encargoó primero de lo
maó s importante. No es el cuerpo lo maó s importante, sino nuestra alma
y nuestro espíóritu, que estaó n enfermos por nuestros pecados. Asíó que
Jesuó s "viendo Jesuó s la fe de ellos, dijo al paralíótico: «¡AÓ nimo!, hijo, tus
pecados te son perdonados" (Mt 9,2). Jesuó s le dice "aó nimo, hijo" ,
porque Jesuó s siempre nos anima a continuar, siempre nos trata con
carinñ o y con respeto. Y luego le dice "tus pecados te son perdonados",
Jesuó s ha limpiado el alma y el espíóritu del paralíótico. Pero la gente duda
de su poder. " Jesuó s, conociendo sus pensamientos, dijo: «¿Por queó
pensaó is mal en vuestros corazones? ¿Queó es maó s faó cil, decir: `Tus
pecados te son perdonados', o decir: `Levaó ntate y anda'? Pues para que
sepaó is que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar
pecados -dice entonces al paralíótico-: `Levaó ntate, toma tu camilla y vete
a tu casa'.»" (Mt 9, 4-6) Y asíó sucedioó ; Jesuó s sanoó el cuerpo del
paralíótico, como queríóan sus cuatro amigos. Ahora el paralíótico podíóa
andar, correr, ... y volver a su casa sin la camilla. Jesuó s sanoó al paralíótico
por completo, su cuerpo, su alma y su espíóritu. Jesuó s es el uó nico que
puede traernos este estado de gracia. El Hijo de Dios, puede curar todas
las heridas de nuestra alma con su amor. ¡Queó afortunados somos, pues
no tenemos que descolgarnos por el agujero de un tejado para obtener
su perdoó n y su sanacioó n! Jesuó s estaó con los brazos abiertos
esperaó ndote. Acude a EÓ l, píódele con fe perdoó n por tus pecados y salud
para tu cuerpo y tu alma y EÓ l te lo daraó .

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Agujeros en el techo
https://palabrasconmiel.wordpress.com/comentarios-biblicos/agujeros-en-el-techo/

Unos díóas despueó s, Jesuó s volvioó a Cafarnaum y se difundioó la noticia de


que estaba en la casa. Se reunioó tanta gente, que no habíóa maó s lugar ni
siquiera delante de la puerta, y eó l les anunciaba la Palabra. Le trajeron
entonces a un paralíótico, llevaó ndolo entre cuatro hombres. Y como no
podíóan acercarlo a eó l, a causa de la multitud, levantaron el techo sobre
el lugar donde Jesuó s estaba, y haciendo un agujero descolgaron la
camilla con el paralíótico. Al ver la fe de esos hombres, Jesuó s dijo al
paralíótico: – “Hijo, tus pecados te son perdonados. Yo te lo mando,
levaó ntate, toma tu camilla y vete a tu casa.”Y salioó a la vista de todos. La
gente quedoó asombrada y glorificaba a Dios diciendo: “Nunca hemos
visto nada igual. (Evangelio seguó n San Marcos, cap. 2, 1-5.11-12)

Habíóa tanta gente que era imposible llegar hasta Jesuó s. El camino
conocido estaba bloqueado. Los cuatro hombres que llevaban al
paralíótico en su camilla se habraó n topado con la sensacioó n de “no se
puede…”.
Pero frente al “no se puede” aparecioó un camino nuevo, maó s dificultoso,
maó s riesgoso, pero efectivo. ¿A quieó n se le ocurrioó ? ¿Tal vez al
paralíótico, que por ser el que sufríóa no podíóa soportar como respuesta
un “hoy no es posible”? ¿Tal vez a alguno de los cuatro que habíóan
hecho el esfuerzo hasta allíó y no se volveríóan sin cumplir su objetivo?
No sabemos. ¿Habraó habido otros, anoó nimos, que consiguieron los
recursos? ¿Quieó n prestoó una escalera? ¿Quieó n facilitoó las sogas? Toda
una red de manos solidarias para hacer un agujero en el techo.
El camino por el techo no era imposible. Las casas sencillas de
Cafarnauó n teníóan patios internos, cubiertos al modo de nuestros
quinchos con maderas y paja. Para encontrar el camino del techo, soó lo
hizo falta que alguno se resistiera al “no se puede” y mirara con otros
ojos, para encontrar el camino nuevo.

Los cuatro hombres se hicieron solidarios con este paralíótico que no


podíóa llegar solo. Los cinco, con fe, intentaron por el techo el camino
que no se podíóa por la puerta. Su solidaridad y su audacia merecieron
el reconocimiento de Jesuó s. Y el que habíóa entrado postrado llevado por
cuatro, salioó caminando solo y llevando su propia camilla.

Tambieó n hoy, muchas veces los caminos conocidos parecen cerrados.


Lo primero que encontramos es el “no se puede”. Las buenas
intenciones de la solidaridad chocan con la falta de recursos, la peó rdida
de esperanza y a veces tambieó n, como en este pasaje del evangelio, con
demasiada gente ahíó agolpada que no hace nada …

Hoy maó s que nunca nuestra solidaridad exige descubrir caminos


nuevos, extravagantes, quizaó s ridíóculos para quien mira de afuera. Hoy
igual que ayer, son esos caminos los que hacen que un paralíótico se
ponga de pie.

Maríóa Gloria Ladislao. Catequista. Teoó loga.

El texto publicado pertenece a su libro “Palabras y Pasos”, Ed.


Claretiana, Bs.As., 2004

CartelJsmirabaOTROS LIBROS de la autora: JESUÓ S MIRABA MUJERES y


ellas profesaron su fe, Ed. Claretiana, BsAs, 2014

OBRAR CON FE Y MISERICORDIA


Encuentro bíóblico realizado en el Santuario Jesuó s Misericordioso el 14
de septiembre de 2012

PARTIMOS DE LA VIDA
¿Queó nos evoca la imagen de una camilla? ¿Queó simboliza?
LECTURA: Queó dice el texto
Proclamamos: Mc 2, 1-12

Entroó de nuevo en Carfanauó n; al poco tiempo habíóa corrido la voz de


que estaba en casa. Se agolparon tanto que ni siquiera ante la puerta
habíóa ya sitio, y eó l les anunciaba la palabra. Y le vienen a traer a un
paralíótico llevado entre cuatro. Al no poder presentaó rselo a causa de la
multitud, abrieron el techo encima de donde eó l estaba y, a traveó s de la
abertura que hicieron, descolgaron la camilla donde yacíóa el paralíótico.
Viendo Jesuó s la fe de ellos, dice al paralíótico: “Hijo, tus pecados te son
perdonados”. Estaban allíó sentados algunos escribas que pensaban en
sus corazones: “¿Por queó eó ste habla asíó? Estaó blasfemando. ¿Quieó n
puede perdonar los pecados, sino Dios soó lo?. Pero al instante,
conociendo Jesuó s en su espíóritu lo que ellos pensaban en su interior, les
dice: “¿Porqueó pensaó is asíó en vuestros corazones?¿Queó es maó s faó cil
decir al paralíótico: Tus pecados te son perdonados o “levaó ntate, toma tu
camilla y anda?”. Pues para que sepaó is que el Hijo del hombre tiene en
la tierra poder de perdonar pecados-dice al paralíótico-. “A ti te digo,
levaó ntate, toma tu camilla y vete a tu casa.” Se levantoó , y al instante,
tomando la camilla salioó a la vista de todos, de modo que quedaban
todos asombrados y glorificaban a Dios, diciendo: “Jamaó s vimos cosa
parecida”.

(Biblia de Jerusaleó n)
* Releemos el texto en silencio.
* Comentamos espontaó neamente nuestras impresiones.
* ¿Quó e hacen los distintos personajes? ¿Cuaó les son dinaó micos y cuaó les
estaó ticos?
* ¿Queó dicen los distintos personajes? Algunos hablan y otros no.
* ¿Queó dice y queó hace Jesuó s? ¿Coó mo se relaciona con las distintas
personas?
* Observemos que este relato plantea diversas buó squedas o
necesidades. ¿Quieó nes –personas o grupos– buscan algo? ¿Coó mo se
resuelven esas buó squedas? ¿Quieó nes colaboran? ¿Quieó nes lo impiden?

MEDITACIOÓ N: Queó nos dice el texto

* ¿Me identifico con alguó n personaje? ¿Cuaó l? ¿Por queó ?


*¿En queó ocasiones practico la misericordia con otras personas para
acercarlas a Jesuó s? ¿En queó ocasiones otros practican esa misericordia
conmigo?
* ¿Queó techos tendríóamos que abrir para poner en contacto con Jesuó s
las incapacidades propias y ajenas?
* ¿Queó buena noticia tiene este texto para nosotros y nosotras hoy?

Si la fe no tiene una dimensioó n de atrevimiento y de osadíóa capaz de


llegar hasta “donde El esteó ” (Mc2,4), todavíóa le falta crecer. ¡Tiene que
animarse a abrir techos!

La verdadera fe supera obstaó culos, se juega, va maó s allaó del riesgo, es


creativa, confíóa, pero, sobre todo, es tenaz hasta alcanzar la meta. Vivir
de fe, y maó s auó n, vivir la fe, es siempre una locura. La fe de los
camilleros era incipiente… No obstante, Jesuó s no soó lo aproboó su
ocurrencia atrevida, sino que terminoó superando sus expectativas.

ORACIOÓ N y COMPROMISO :
Queó le decimos a Dios y a nuestros hermanos y hermanas

* Confiando en la misericordia de Dios, decimos:


¡Perdoó nanos Senñ or!
Por las veces que ante las dificultades nos quedamos paralizados o nos
dejamos llevar por el desaó nimo…

Por las veces en que nos vence el orgullo y no nos dejamos llevar a tu
presencia…
Por las veces en que no ejercemos la misericordia y dejamos a otros
solos en sus camillas…

* Pedimos con fe: ¡Ayuó danos Senñ or!


Para que nos animemos a levantar los techos…
Para que nadie quede solo en su camilla…
Para que nuestra misericordia se concrete en obras cotidianas…

* Con un corazoó n agradecido, recordamos a las personas que nos


ayudan a llevar la camilla de nuestras paraó lisis.
Senñ or Jesuó s, danos un corazoó n misericordioso como el tuyo. Que
seamos capaces de conmovernos y de movernos, de abrir techos y de
avanzar con fe.

Te alabamos y te damos gracias, porque perdonas nuestros pecados y


nos levantas de nuestra paraó lisis.

Ameó n.

El Descanso del Peregrino durante la celebracioó n del Encuentro Bíóblico.


Lectura complementaria

Al ver a estos hombres en medio de la habitacioó n, Jesuó s proclama:


“Hijo, tus pecados te son perdonados”. De acuerdo con el esquema de
relato de milagro ahora aparecen los contradictores. En este caso son
los escribas, que murmuran al escuchar lo que les parece una
blasfemia, pecado que merecíóa la muerte.

Jesuó s, que sabe leer los corazones, los enfrenta. Es verdad que soó lo Dios
perdona los pecados; si Jesuó s tambieó n lo hace, quiere decir que Dios
estaó con nosotros. Los escribas piensan que es faó cil decir una frase
como esa. Jesuó s, en cambio, les demuestra que eó l no solo dice una
palabra, sino que puede realizar un signo que para los hombres
constituye una evidencia mayor: “Toma tu camilla y vete a tu casa”. El
milagro manifiesta que Jesuó s tiene poder para perdonar pecados y que
por lo tanto su autoridad es divina.

El milagro demuestra que la paraó lisis es síómbolo del pecado y que es


necesario liberarse de eó l para empezar a ser libre. La paraó lisis
representa la incapacidad, la atadura en que nos deja el pecado. Jesuó s
puede hacernos libres. Esto no significa que hay una relacioó n directa
entre pecado personal y enfermedad (cf. Jn 9); quiere decir, solamente,
que el misterio del pecado deja a la persona paralizada, sin poder
moverse hacia los bienes prometidos.

Sergio Briglia, Evangelio seguó n San Marcos,


en Comentario Bíóblico Latinoamericano, Ed. Verbo Divino

Espacio Bíóblico Palabras con miel

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Este encuentro bíóblico fue preparado en base a la publicacioó n


“¡Que la Palabra del Senñ or siga propagaó ndose y sea glorificada!” del
Depto. de Pastoral Bíóblica.

Volver a la paó gina principal, click aquíó.

COMPARTIENDO…
Compartimos el trabajo de exeó gesis y hermeneó utica realizado sobre
este texto por Andrea Albamonte. Este trabajo refleja la metodologíóa
usada en el uó ltimo tramo del Curso de profundizacioó n.

¡Felicitaciones Andrea!

Los Atrevidos del Pueblo

¿Cuaó ntas veces nos animamos a cruzar alguó n líómite, a romper con lo
establecido? ¿Cuaó ntas veces por el famoso “no te metaó s” dejamos de
hacer o decir lo que creemos?

En la siguiente historia, hubo alguien que se metioó …y lo bien que hizo!

Hace unos anñ os una amiga me contoó que perioó dicamente se hacíóa un
chequeo general para estar tranquila con respecto a su salud. Siempre
me preguntaba:“Y vos, ¿cuaó ndo vas a hacerte una mamografíóa?” y yo
acostumbrada a dejar estas cosas para despueó s, nunca iba. Un díóa, de
atrevida nomaó s, mi amiga me sacoó un turno en Lalcec (jamaó s me
preguntoó queó díóa y horario teníóa disponible) y me llevoó hasta allíó,
praó cticamente obligada. Me hicieron los estudios correspondientes y
me detectaron un caó ncer de mama del que gracias a Dios y a mi amiga,
ya estoy curada. Pero me sigo preguntando: ¿Queó hubiera sido de mi
vida, sin esta atrevida, que se metioó sin pedir permiso en mi rutina
inquebrantable? Ella se animoó , se metioó y rompioó con mi dejadez, me
ayudoó a salvarme de esa enfermedad.

En los Evangelios hay muchos atrevidos, que sin su intervencioó n el


enfermo no se hubiera curado…¿Queó nos querraó decir Dios con esto?
Creo que Jesuó s nos salva y nos cura en comunidad, con el otro y
“dependiendo” de los otros, a pesar que eó l puede hacerlo como quiera,
pero quiso que la sanacioó n y el perdoó n no fuera un hecho individual,
sino colectivo…quiere que como hermanos, busquemos juntos y
solidarios, estar maà s cerca de eó l, para vivir maà s plenos y felices.

Marcos 2, 1-12

Entroó de nuevo en Carfanauó n; al poco tiempo habíóa corrido la voz de


que estaba en casa. Se agolparon tanto que ni siquiera ante la puerta
habíóa ya sitio, y eó l les anunciaba la palabra. Y le vienen a traer a un
paralíótico llevado entre cuatro. Al no poder presentaó rselo a causa de la
multitud, abrieron el techo encima de donde eó l estaba y, a traveó s de la
abertura que hicieron, descolgaron la camilla donde yacíóa el paralíótico.
Viendo Jesuó s la fe de ellos, dice al paralíótico: “Hijo, tus pecados te son
perdonados”. Estaban allíó sentados algunos escribas que pensaban en
sus corazones: “¿Por queó eó ste habla asíó? Estaó blasfemando. ¿Quieó n
puede perdonar los pecados, sino Dios soó lo?. Pero al instante,
conociendo Jesuó s en su espíóritu lo que ellos pensaban en su interior, les
dice: “¿Porqueó pensaó is asíó en vuestros corazones?¿Queó es maó s faó cil
decir al paralíótico: Tus pecados te son perdonados o “levaó ntate, toma tu
camilla y anda?”. Pues para que sepaó is que el Hijo del hombre tiene en
la tierra poder de perdonar pecados-dice al paralíótico-. “A ti te digo,
levaó ntate, toma tu camilla y vete a tu casa.” Se levantoó , y al instante,
tomando la camilla salioó a la vista de todos, de modo que quedaban
todos asombrados y glorificaban a Dios, diciendo: “Jamaó s vimos cosa
parecida”.

(Biblia de Jerusaleó n)

Pre-exeó gesis:

Hay un dicho popular: “Cuando se cierra una puerta, Dios te abre dos
ventanas”, pero acaó fue maó s creativo y abrioó un techo.

Primeras impresiones:
*Estaba en casa: comodidad, familiaridad

* Multitud: aparece en el texto como un personaje maó s. Comienza con


la multitud haciendo algo: agolpaó ndose , y termina la multitud,
hablando.

*Jesuó s entra en Carfanauó n, despueó s entra a la casa y entra en los


pensamientos de los escribas.

* Me pregunto queó sensacioó n tuvieron los que estaban dentro de la


casa, cuando escuchaban los ruidos del techo, ellos no sabíóan lo que
pasaba, ¿se habraó n asustado?

*Los personajes de “los cuatro” que ayudaron al paralíótico, ¿iban con eó l


desde el principio, eran sus amigos, o se solidarizaron con eó l en ese
momento? ¿eran parte de la multitud? ¿Quieó n prestoó la escalera y la
soga para descolgarlo? ¿a quien se le ocurrioó ese camino nuevo y maó s
riesgoso? Toda una red de manos solidarias para hacer un agujero en el
techo. Los cuatro hombres se hicieron solidarios en el paralíótico que no
podíóa llegar solo, juntos lo hicieron posible. (Palabras y Pasos Gloria
Ladislao, pag.36)

*Los verbos usados para el paralíótico, tres veces repetidos y de a 3:


levaó ntate, toma (tu camilla) y anda (o vete a tu casa). Son verbos de
movimiento, diferente al de los escribas que estaó n sentados todo el
relato.

*Jesuó s sabe lo que piensan y pregunta : “¿Por queó pensaó is asíó en


vuestro corazoó n>?”

¿Pensar en el corazoó n?

*La primera parte es de mucho movimiento, abren, descuelgan, suben


al techo, se agolpan, etc. En el medio del relato, es de pensamiento y no
hay movimiento, se nota mucho la diferencia entre la primera y la
segunda parte. En la tercera, Jesuó s ordena y comienza otra vez el
movimiento.

*Final: “Jamaó s vimos cosa parecida”. Se refiere al milagro de la curacioó n,


pero puede ser tambieó n al nuevo camino de entrar por el techo, el de
atreverse a llegar a Jesuó s por otro lado…¿Doó nde estaó el verdadero
milagro?¿en la curacioó n, perdoó n de los pecados o en que juntos, en
comunidad, solidarizaó ndose los hombres y las mujeres, logran mucho
maó s? Ademaó s dice el texto “Viendo Jesuó s la fe de ellos” no solo la del
paralíótico.

* ¿Porque se repite tantas veces la palabra “camilla”(4 veces)?


*El texto comienza con Jesuó s que ENTROÓ , y termina con el paralíótico
que SALIOÓ caminando.

EXEÓ GESIS

Geó nero literario: narracioó n corta, relato de milagro con eó nfasis en las
palabras de Jesuó s (apotegma o paradigma).

Palabras claves, que abren el texto: entroó , puerta, abertura, multitud,


camilla.

Acciones de los personajes:

Jesuó s: entroó , anunciaba, dice, conoce, ve (la fe de ellos), ordena.

Multitud: se agolpaba, glorificaban diciendo.

Los cuatro: llevan, abrieron, descolgaron.

Escriban: sentados, pensaban

Paralíótico: yacíóa, se levantoó , tomoó , salioó .

Estructura del texto:

Es como una mamushka, de afuera hacia adentro. Llega el texto al


nuó cleo y sale, de adentro hacia fuera.

Va desde la ciudad de Carfanauó n, entra a la casa, hasta el interior del


hombre (corazoó n de los escribas) y despueó s Jesuó s habla y ordena
desde el interior de la casa, para que el paralíótico salga afuera, y vaya a
su propia casa. Entonces, del exterior al interior y del interior al
exterior de nuevo pero transformado, modificado.

Primera parte de accioó n, dado por los verbos de movimiento: v.1-5

Segunda parte de inaccioó n, verbos de pensamiento y estar sentados: v.


6-10

Tercera parte de accioó n donde Jesuó s ordena con verbos de movimiento:


v.11-12.

El relato comienza con una carencia, la salud del paralíótico. Se realizan


acciones para transformar este estado. Cuando se da el encuentro con
Jesuó s se realiza la transformacioó n de enfermo a curado, de pecador a
perdonado, con la colaboracioó n decisiva de los cuatro. Gracias a la fe de
los 5 , es sanado y perdonado el enfermo.

Sinopsis

MARCOS

Jesuó s entroó a la ciudad

Camilla

Multitud

Hijo, tus pecados te son perdonados.

Entre los cuatro lo bajaron.

Puerta

Tres movimientos: se levanto, tomoó la camilla, y se fue.

Escribas pensaban en sus corazones

Final: Jamaó s vieron tal cosa

MATEO 9, 1-8

Jesuó s subioó a la barca.

Camilla.

No hay multitud.

Hijo, aó nimo, tus pecados te son perdonados.

No nombra a quien lo trajo.

Dos movimientos: Se levantoó y se fue.

Escriban dijeron.

Final: “Glorificaban a Dios que habíóa dado tal Poder a los hombres”

LUCAS 5, 17-26
Jesuó s estaba ensenñ ando

Camilla

Multitud

Hombre, tus pecados te son perdonados

Unos hombres lo trajeron

Lo pusieron en medio, delante de Jesuó s

Fariseos y doctores de la Ley (pensaban)

Final: “Hoy hemos visto cosas increíóbles”

Lo propio del texto de Marcos es que son 4 los que lo llevan ante Jesuó s,
tiene mucha semejanza con el texto de Lucas pero es bastante
diferente del de Mateo. Otro dato propio de Marcos es la puerta, no
aparece en los otros dos sinoó pticos, y el tema de la apertura, puerta,
abrir el techo, es lo que distingue a este texto de Marcos. La entrada y la
salida es un movimiento constante en estos versíóculos, y la puerta, era
el medio. Ahora los cuatro amigos, encuentran otro medio: el techo, un
nuevo camino.

El texto de Marcos es el maó s antiguo, y el mas breve. Escribe en el la


comunidad cristiana de Roma, perseguida por el poder.

Evita los grandes discursos, es el maà s sencillo de los evangelios, y no es


un autor culto. Es detallista y en eso síó es extenso, se detiene en los
detalles. Es un evangelio colorido, lleno de movimiento, es un Jesuó s
actuando.

Marcos muestra a un Jesuó s sufriente, que padece atropellos igual que la


comunidad a la que escribe. Pero que igualmente es fiel hasta el uó ltimo
suspiro. .

Los fieles de Roma se preguntan porque Dios no interviene y termina


con sus sufrimientos. Marcos pregona no creer en falsos mesíóas que
son los que realizan signos extraordinarios. Por eso no retrata a Cristo
resucitado.

Anuncia a Jesuó s Mesíóas, hijo de Dios, salvador sufriente al que se debe


seguir sin exigir milagros para creer en eó l.
Este relato, es casi cinematograó fico, podemos imaginar la escena con
total claridad y facilidad…especialmente cuando dice: “se levantoó y al
instante tomando la camilla”…v.12 es como un guioó n de cine.
Realmente Marcos describe los detalles con excelencia.

Marcos necesitaba de la multitud para que su auditorio se identificara


con el pueblo sufriente y perseguido. Esa cantidad de gente, agolpada
en la puerta, sufre, apretada, ahogada, atropellada por el poder
romano, pero al final, glorifican a Dios con absoluta fidelidad.

Los antes y despueó s del texto

Inmediatamente antes, Jesuó s realiza otra curacioó n. EÓ l quedaba en las


afueras de la ciudad pero igual una multitud, acudíóa a eó l.

Despueó s de este relato, Jesuó s sale otra vez (el juego de entradas y de
salidas), y tambieó n acuden a eó l, y esta vez ordena: “síógueme!” Otra vez
las palabras que “hacen”, oó rdenes que con solo nombrarlas, se realizan.

MACROESTRUCTURA

Situacioó n políótica, religiosa, econoó mica y social de la comunidad de


Marcos:

En este texto, hay claras diferencias sociales. Por un lado estaó n los
escribas (clase social alta, acceden a todo)son los representantes de la
Ley. Por otro la do la multitud, el paralíótico, y los cuatro que llevan la
camilla, y Jesuó s (el pueblo, que no accede a casi nada). Las dos clases
sociales, no solo estaó n divididas por las diferencias econoó micas sino
tambieó n por el acceso a la cultura, la educacioó n y forma de vida.

Las circunstancias que viven las comunidades cristianas en Roma y en


su entorno en los anñ os 60-70 requeríóan una clarificacioó n de la persona
en la que fundamentaban su fe. Los componentes de estas
comunidades eran en su mayoríóa no judíóos que vivíóan su fe entre
dificultades, dudas y persecuciones. Estos cristianos se preguntaban
¿Coó mo es posible que el Mesíóas hijo de Dios, fuera juzgado como
blasfemo por las autoridades religiosas de su nacioó n (considerados
como los verdaderos inteó rpretes de la voluntad de Dios) y condenado a
muerte? Y si era hijo de Dios, ¿por queó su Padre no intervino para
librarlo?. Marcos aclara estas preguntas baó sicas en su catequesis
comunitaria.

Roma ejerce el poder políótico y los Escribas y doctores de la Ley el


poder religioso, Ellos con sus leyes religiosas tambieó n oprimen, ahogan
y “agolpan” a la multitud, es decir, al pueblo. La macroestructura de la
comunidad, se ve reflejada en la macroestructura del texto, en donde
los personajes (escribas, multitud, paralíótico, etc) representan lo que
estaba pasando en ese momento, en la comunidad para quien escribíóa
Marcos.

Ideologíóa:

Hay distintas imaó genes de Dios en el texto: el de los escribas (v.7) un


dios lleno de condiciones para perdonar los pecados, suscripto a las
leyes, atado a ellas. El de Jesuó s: un dios sanador, misericordioso y
atento a las necesidades del hombre.

El del paralíótico y sus 4 companñ eros: un dios de esperanza, de


posibilidades, un dios que cura. El de la multitud: un dios que hace
cosas maravillosas, jamaó s vistas. En todo el texto, se ve a un dios
cercano al sufriente, al enfermo.

El discurso justifica al sufriente, al impedido, y cuestiona a las


autoridades, a los que interpretan la voluntad de Dios, atados a sus
leyes. Dios estaó con la multitud, que es quien lo reconoce al final del
relato, exclamando “Jamaó s vimos cosa parecida”. Definitivamente, Jesuó s
trae a un Dios Nuevo, es la novedad de ver y vivir el Reino.

El texto estaó asíó planteado para reconocer en Jesuó s la existencia de Dios


con poder de establecer un camino nuevo. Un poder mayor que el de
las leyes, tanto de los escribas como de los romanos que perseguíóan a
estos nuevos cristianos.

MICROESTRUCTURA

Desde el primer versíóculo, este texto nos augura una escena de


cotidianeidad cuando dice: “…habíóa corrido la voz de que estaba en
casa”… esta expresioó n nos recuerda nuestra propia casa. Estar en casa
es tambieó n compartir la casa con la familia. Y asíó parecíóa ser esta casa,
llena de personas que comparten una esperanza, en busca de algo que
no tienen (salud, trabajo, alivio, etc.). La multitud quiere tambieó n
sentirse en casa, escuchar las palabras y ver a Jesuó s.

La multitud se agolpa en la puerta, se mueven, hacen algo para llegar a


Jesuó s, en cambio la actitud corporal de los escribas es opuesta, ellos
estaó n sentados y no hay movimiento en ellos en todo el texto. Estaó n
coó modamente sentados (siempre teníóan los primeros asientos.
Seguramente, la misma multitud los dejoó entrar, porque por norma
social, ellos debíóan estar en lugares de privilegio (en Lucas y en
Marcos estaó n sentados, en Mateo no dice si estaban parados o
sentados). Los escribas no hablan, en ninguno de los sinoó pticos, solo
piensan mal de Jesuó s. No hay diaó logo, solo un monoó logo de Jesuó s, y la
multitud que habla al final del texto. Jesuó s habla para perdonar y curar,
y la multitud habla contestando a esta bendicioó n, recibe el milagro de
Jesuó s, alabando a Dios, reconocieó ndolo como hijo de Dios, que es la
intencioó n en el mensaje de Marcos.

El cuerpo del paralíótico: sus piernas inmoó viles lo hacen dependiente de


los demaó s y debe confiar en aquellos que lo llevan y ayudan. De alguna
manera, sus amigos (los 4) complementan su cuerpo, ellos son sus
piernas, que lo llevan a su sanacioó n. El cuerpo del paralíótico es un
cuerpo “comunitario”: necesita los brazos de los cuatro, para bajarlo,
las piernas de otros para llegar a Jesuó s, es como el cuerpo que describe
Pablo en 1 Corintios 12, 14. Es un cuerpo que necesita de otras partes
de otros cuerpos, y asíó complementados y en comunidad, logran ser
perdonados, curados, restituidos. La multitud, tambieó n es un cuerpo
formado por muchos miembros, quienes tambieó n necesitan y van en
busca de Jesuó s con diferentes expectativas.

Hay relaciones y situaciones no expresadas, por ejemplo, la amistad


entre los 4 y el paralíótico, ¿eran amigos, vecinos, hermanos? ¿Queó
relacioó n teníóan?

Hay preguntas que quedan flotando para seguir interpretando:

¿Por queó los escribas no hablan, no discuten?

¿Por queó Jesuó s no lo manda a purificarse con el sacerdote, como en el


texto inmediatamente anterior (Mc.1, 44)? ¿Por queó lo curoó delante de
toda la multitud para que lo vieran, si antes, pidioó que no lo contaran a
nadie?

HERMENEÓ UTICA

A lo largo de todo el trabajo, fuimos viendo impresiones, datos,


reflexiones, muchas preguntas contestadas, y otras que siguen
presentes sin respuesta, para recordarnos que nunca terminamos de
interpretar un pasaje de la Biblia.

Como propuse al principio, Jesuó s nos ofrece su perdoó n, sanacioó n y nos


devuelve la dignidad como personas, pero de la mano de hermanos o
hermanas que se atreven a meterse en nuestras vidas. Se teje asíó una
tela hecha de vidas que se entrecruzan, se involucran, y hasta se
transforman de hilo en una senñ ora tela. Asíó es la vida que quiere Dios
para nosotros: solos, somos pobres hilos, pero entrecruzados e
involucrados con el otro, somos tela fuerte y sana, difíócil de romper.

Hoy le doy gracias a Dios por tener tantas manos, brazos, y piernas de
amigos que me descolgaron del techo de la indiferencia conmigo
misma. Familia, conocidos, companñ eros y companñ eras que me alegran
la vida, entrando en mi vida.

Pero de ahora en adelante que se cuiden, ¡porque yo tambieó n me volvíó


una atrevida!

Gracias.

Andrea Albamonte

 https://www.youtube.com/watch?v=Xx4Agbqhsc0

 https://www.youtube.com/watch?v=q2Pu_aSB1FQ

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