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Resumen de El Evangelio según Jesucristo (José Saramago)

La vida de Jesús de Nazaret, hijo de Dios en la religión católica, ha dotado de inspiración a los
artistas por su vida, pasión, muerte y todo lo que esto significa. A partir del renacimiento, la vida
de Jesús fue tema favorito de los pintores. Desde el pesebre hasta la crucifixión, y en el cielo al
lado de Dios Padre, Jesús parecía de algún modo siempre el mismo. Habrá que recordar que los
compradores potenciales de las obras eran los cardenales y que incluso ellos mismos las
mandaban hacer.

Sin embargo, no fue sino hasta el siglo veinte, cuando se empezó a dejar de lado la imagen de un
Jesús sumiso, carente de emociones y de dudas y se comenzó a explorar el lado humano de quién
fue mandado a morir por nuestros pecados. El Evangelio según Jesucristo forma parte del
conjunto de obras que “molestan” al Vaticano pues su versión se aleja de la escrita por los únicos
oficiales, es decir los cuatro evangelistas. El Evangelio según Saramago, busca resolver una duda
más en el multicitado Jesús, ¿qué hace el hijo del hombre cuándo se entera qué es hijo de Dios?

La narración comienza con la descripción de un grabado cuyo tema es la crucifixión. Luego nos
presenta a José, un carpintero que abruptamente se despierta cuando una luz se cuela por su
casa. Todavía es de noche, María, la joven esposa de José duerme. José siente ganas de orinar y
sale, contempla el crepúsculo; cuando regresa, encuentra a María despierta y mirando un punto
fijo.

José y María viven en Nazaret, poblado perteneciente a Galilea. Él tiene 20 años y ella a punto de
cumplir 16. María hace lo que cualquier mujer de su condición; acarrea agua, teje y atiende a su
esposo. Su pobreza es la de todos pues todos la comparten. Una noche, luego de que María
esperase a que José terminará de comer para levantarle el plato, alguien toca a la puerta. María la
abre y atiende a un mendigo quién pide comida. José asiente con la cabeza y María regresa con un
plato de comida. Ahora parece que el mendigo es aún más grande. Una vez terminado, el mendigo
le devuelve el plato a María, luego coge tierra y la vierte en el plato. El mendigo dice que es un
ángel, que no se lo diga a nadie y le anuncia que está embarazada. María regresa con José quién le
pregunta por el brillo de sus ojos. María le responde “ese brillo será tu hijo”. Del plato con tierra
vertida, queda un brillo dorado. José le pide explicación a María y no queda satisfecho de está. A la
mañana siguiente, fue a visitar al consejo de ancianos quienes resolvieron mandar a tres
representantes para hablar con María y resolver quién era ese mendigo. Y van entonces Abiatar,
Dotaín y Zaquías a interrogar a María. Al no resolver el dilema, decidieron enterrar la escudilla, es
decir el plato, con la tierra brillante. Luego, le recomendaron a José que haga una nueva cama
para su mujer grávida.
Son tiempos del imperio Romano que cada vez se extiende más. Por ello el César, manda hacer un
censo de población para saber cuántos habitantes tiene su reinado y de paso, reajustar los
impuestos. Sin embargo, el censo se debe de realizar en el lugar de origen de cada persona. José al
no ser nativo de Nazaret tiene que viajar a Belén. Ananías, buen vecino de José, es quién le da
aviso. José por su parte, le pide a Ananías cuidar de su casa pues calcula un viaje de por lo menos
un mes. Y así, una caravana de varias familias con el mismo problema que José parten rumbo a
Belén. En el camino, José tiene una discusión con Simeón, anciano sabio, quién cuestiona la
posibilidad de que el hijo de José nazca luego del último día del censo. José siente que entonces
sería voluntad de Dios que no sepan los romanos que mi hijo nació. Simeón lo acusa de soberbio.
José le pide disculpas. Sin embargo, Simeón reflexiona en las palabras de José e intuye que hay un
significado al respecto. José voltea hacia atrás, lugar dónde todas las mujeres están. Sobre un
burro María soportaba los dolores de su embarazo. De pronto, José cree ver, entre las mujeres
que rodeaban a María, a un hombre de singular estatura, que sin saber por qué, le había
recordado el mendigo que, salvo María, nadie vió. José estuvo a punto de hacer voltear a Simeón
que continuaba en silencio. Pero el hombre ya se había ido. José, María y el burro pronto se
quedan solos y solos continúan el camino. María sufre de dolores y entrando en Belén. Comienza a
sentir espasmos. José pide posada, le dicen que no pierda tiempo, que busque una cueva y que ahí
pernocten. José lleva a su esposa a una cueva a que nazca su primogénito. Necesita ayuda y la
busca. José el carpintero, encuentra a una esclava de nombre Zelomi quién se presta de partera.
José no aguanta los gritos de dolor de María y se sale de la cueva. Afuera se topa con tres
pastores. Preguntan por los gritos. José les dice que es su esposa quién tendrá su primer hijo. Los
pastores le prometen a José regresar al rato. Nace un hijo varón. José ya había pensado en el
nombre: Jesús. Los pastores llegaron, uno les regaló leche, otro les obsequió queso y el último
pan. María reconoce en él, al mendigo que le dijo que era ángel.

Mientras tanto, el rey Herodes, es presa de una terrible comezón que ningún doctor del reino le
ha podido quitar. Herodes siente también que existen conspiradores en su contra. Su paranoia es
tal que incluso a dos de sus hijos los condena a muerte por traidores.

José lleva a Jesús a ser circuncidado ocho días después de nacido. Luego, encuentra trabajo en
Belén. Una de esas noches, el rey Herodes se despierta abruptamente. Tuvo una pesadilla que le
recordó una antigua profecía. En Belén nacerá el futuro rey de Israel. Herodes pide el libro del
profeta Miqueas. En efecto, un pasaje habla del pueblo de Belén. Herodes ordena matar a todos
los niños menores de tres años. Al día siguiente, José escucha por casualidad a dos soldados
romanos que hablan de la orden. Experimenta terror y premonición. Mi hijo se tiene que salvar.
Rápidamente, José dirigió sus pasos a la cueva y apuró a María para irse de ahí. Sin embargo José
recapacita y piensa que en la cueva están a salvo. Los gritos de los infantes arrebatados de los
brazos de sus madres se escuchan a lo lejos. Asustado, José le platica a María la orden de Herodes
y le pide que no salga mientras él mismo sale a verificar que todo esté bien. María se queda sola
por unos instantes pues el ángel llega, ahora con la figura de pastor. El ángel cuestiona la
culpabilidad de José al no avisarles a los otros padres. María lo defiende. El ángel sentencia: “sobre
la cabeza de los hijos caerá siempre la culpa de los padres” José regresa y encuentra a María
llorando, y resuelve salir temprano en la mañana. Los gritos y lamentos se dejan de escuchar. Esa
noche y hasta el resto de sus días, José tuvo un sueño en el que él mismo, vestido de soldado era
cuestionado. ¿Adónde vas carpintero? Voy a Belén a matar a mi hijo. Y se despierta asustado. A la
mañana siguiente, la esclava Zelomi fue a la cueva segura de que el hijo de María había corrido
con la misma suerte más nada encontró.

El rey Herodes muere ocho meses después del nacimiento de Jesús y el reino se divide en sus tres
hijos: Herodes Filipo, Herodes Antipas y Arquelao. María vuelve a quedar embarazada pero está
vez, sin ángel ni brillo en los ojos. Y así, uno a uno nacieron los hermanos de Jesús: Tiago, Lisia,
José, Judas, Simón, Lidia, Justo y Samuel. A los cinco años Jesús va a la escuela, estudia el Tora y
sobresale por su memoria. Cuándo Jesús cumple doce años, la lucha insurgente cobra cada vez
más fuerza. Se habla de victorias y derrotas. Ananías, el buen vecino de José, le comunica su deseo
de unirse a los rebeldes encabezados por Judas de Galilea para expulsar a los romanos de tierras
santas. Ananías encarga su casa y mujer a José y parte a la lucha. Al poco tiempo, José recibe la
noticia de que Ananías se encuentra malherido en el poblado de Séforis. José toma su burro y va
en busca de Ananías. José lo encuentra agonizante; imposible llevarlo a casa. Se queda con él
hasta la hora de su muerte. José reflexiona: “Dios no perdona los pecados que manda cometer”
Mientras tanto, su burro es robado. Al resignarse y emprender el camino a pie, José es arrestado
por los soldados. Se dice carpintero y hombre de paz. A nadie le importó. Los rebeldes son
peligrosos, se ordena su inmediata crucifixión. José protesta y es golpeado. José observa crucificar
a treinta y nueve rebeldes, cuándo le toca su turno, de nada sirvieron las explicaciones. El
carpintero es crucificado a los treinta y tres años.

María, preocupada por la ausencia de José decide ir a Séforis a buscarlo, lleva a Jesús consigo. Al
llegar, encontraron la aldea destruida y cuarenta crucificados. María no puede ir al paso de Jesús
por lo que deja que se adelante. Uno a uno, Jesús primero y luego María, recorrieron la hilera de
rebeldes agonizantes. Al llegar al último, Jesús encontró a su padre muerto. En casa, Jesús avisó a
sus hermanos de la muerte del padre, enseñando las sandalias que portaba. Todos lloraron
alrededor de María salvo Jesús quien observaba un punto en la nada. Esa noche, María es
despertada por los gemidos de Jesús quien al parecer tiene una terrible pesadilla, la madre nota
que el hijo porta las sandalias y la túnica del padre. A partir de esa noche, Jesús sufrirá la misma
pesadilla que cuenta a su madre.

Jesús y otros niños esperan en la plaza a ser ejecutados por los soldados, pero sólo Jesús tiene a su
propio padre junto a los soldados. Entonces, Jesús recuerda que todas las noches su padre se
despertaba gritando de un mal sueño que siempre tuvo. Jesús le exige a su madre que le cuente el
sueño. María se niega. Jesús insiste. María se vuelve a negar. Jesús la reta, si ya no vuelvo a tener
el sueño no tendrás que platicármelo. María tiene que aceptar. Finalmente María le cuenta a Jesús
el sueño de su padre. José soñaba lo mismo desde antes de que Jesús naciera. Jesús cuestiona a la
madre, y María no tiene más remedio que contarle la historia, -salvo el pasaje del ángel a Jesús- La
conclusión del niño es tajante: José mató a los niños de Belén. La madre defiende al padre. El hijo
culpa también a la madre pues María escuchó los gritos esa noche. Dos días después, Jesús se fue
de la casa a la edad de trece años. ¿Cuántos niños fueron asesinados? Jesús se obsesiona con la
duda y resuelve ir a Belén. María llora su partida. Jesús tras despedirse de sus hermanos parte
llevando una alforja y las sandalias de José. Esa noche, un ruido despierta a María. Pero no se trata
de su hijo que regresa, sino del mendigo que dijo que era ángel quien se llevaba la planta nacida
en la escudilla enterrada.

Jesús llega a Jerusalén y duerme a las afueras del templo. A la mañana siguiente, con hambre,
cansado y sin dinero, Jesús se desmaya y es auxiliado por un fariseo quién lo alimenta y da dinero.
Una vez en Belén, Jesús se encuentra con una sepultura. Jesús pregunta a una señora y ésta le
informa que es en memoria de los niños muertos. Jesús continua investigando. 25 niños murieron
por ordenes de Herodes, nunca se supo la razón.

Más tarde, una vieja que no dejaba de verlo, se acerca y le pregunta al niño si busca a alguien.
Jesús cuenta que nació en Belén, en una cueva, y que le gustaría conocer el lugar. La vieja
interroga a Jesús, quién eres, de dónde son tus padres etc. La vieja estaba seguro de conocerlo
pues era la esclava Zelomi. Jesús y Zelomi platican y pocas dudas le resuelve al muchacho. Para
Jesús, pareciera que el hombre es un mero juguete de Dios y no importa si lo tenemos satisfecho o
no. Dios actúa sin distinción de fe. Jesús piensa en esos bebés que murieron sin culpa y el dolor de
los padres y su padre mismo, que tuvo que callar para salvar al hijo.

Jesús le pide a Zelomi que lo lleve a la cueva dónde nació. Esa noche, un hombre gigantesco se le
aparece a Jesús. El hombre reconoce a Jesús y pide que lo llame Pastor. Jesús decide convertirse
en el ayudante de Pastor, que es precisamente lo que hace, sin embargo, Pastor no comercia, dice
que no es dueño del rebaño y que sólo se lo encontró. Además, Pastor no hacía ofrendas ni ofrecía
sacrificios a Dios. Por eso, Jesús decide un día abandonarlo. A Pastor no le importo. Jesús duda y
empieza a tener una discusión teológica con Pastor. Pastor preguntaba ¿Cuál Dios? No soy judío
por lo tanto, no tengo que hacer lo que no creo. Jesús no se va, se queda intrigado por este pastor
que lo conoce desde que nació, y sospecha que se trata de un habitante del oculto mundo. Las
discusiones teológicas entre Pastor y Jesús siguieron. Un día, Pastor le ofrece una oveja de su
rebaño para que Jesús la use “a menos que seas un eunuco”. Jesús reacciona y lo llama criatura
del Diablo. Pastor no muestra la más mínima reacción. Y así pasaron los años y Jesús aprende a
ordeñar, hacer queso, y cuidar al rebaño. Cierto día Jesús decide platicarle su pesadilla a Pastor
pero esté se niega escucharlo pues ya conoce toda la historia.

La fiesta de pascua llega, Jesús pide permiso para ir a celebrar a Jerusalén y Pastor le ofrece un
cordero para su sacrificio. Jesús se niega a llevar un cordero que ayudó a criar y sin hacer caso de
las pesadas bromas de Pastor, marchó a la festividad.

Una vez llegado, Jesús no tiene más remedió que pedir para comprar su cordero. Un señor que le
pregunta para qué quiere el dinero, le ofrece uno al escuchar la respuesta. Jesús lleva su cordero
al sacrificio sin entender por qué tiene que morir el animal. De repente se detiene y decide que su
cordero no va a morir. Al emprender el regreso, Jesús se topa con María y sus hermanos. María le
pide que vaya con ellos a celebrar las pascuas. Jesús le contesta que no. María pregunta por él,
Jesús le dice que es pastor y que conoció a su mentor en Belén. María sospecha algo, le pide a sus
hijos que los dejen y pregunta más sobre ese pastor. Luego de escuchar a su hijo sentencia: “ese
hombre es un demonio”. Jesús pregunta la razón por la cual su madre lo cree. María le contesta
que la primera vez que lo vio le dijo que estaba embarazada, luego, en la cueva dónde nació y la
noche después del día en que se fue. María le pide a su hijo que deje al Diablo. Jesús le dice a su
madre que no. Tiago llega por María y madre e hijo se dan la espalda sin voltearse a ver. Cuando
Jesús llega al rebaño, Pastor le pregunta por ese cordero, Jesús narra lo acontecido. Pastor quiere
marcar al cordero para distinguirlo, Jesús se niega a lo que Pastor, nuevamente, cuestiona sus
creencias “Tú también estás marcado para saber a dónde perteneces” –refiriéndose a la
circuncisión- La oreja del cordero es cortada. Al poco tiempo, el cordero que ahora es oveja se
pierde, Jesús se interna en el desierto en su búsqueda. Pastor lo observa a lo lejos. Jesús pierde
sus sandalias, entonces se desnuda y continúa la búsqueda. En el desierto, Jesús encuentra a Dios
quién le adelanta que algún día necesitará su vida y a cambio le dará poder y gloría pero sólo
después de su muerte. Dios le pide a Jesús que sacrifique su oveja en señal de alianza. Jesús mata
a su oveja delante de Dios. En casa Pastor pregunta por la oveja, Jesús responde que encontró a
Dios. Pastor vuelve a preguntar por la oveja, Jesús le dice que la sacrifico. Pastor, tras rayar una
línea en el suelo dijo: “No has aprendido nada, vete”.
Jesús no tiene más remedio y emprende el camino con los pies ensangrentados. A orillas del río
Jordán, Jesús llora. Luego, escucha a una mujer que canta desnuda y tiene una erección. Jesús
decide ir a Nazaret tomando el camino del río, conoce a dos pescadores; Simón y Andrés quienes
lo animan a intentar la pesca. Jesús se hace amigo de los pescadores y los acompaña a la pesca.
Les va mal y entonces Jesús sugiere intentar por x lado. Simón y Andrés toman el consejo de Jesús
y pescaron hasta saciarse. Preguntaron a Jesús qué cómo lo sabía y éste, no tuvo nada por
responder. Desde entonces, lugar que Jesús apuntaba, lugar dónde habrá buena pesca. Jesús
ignora por completo que sucede. Jesús anuncia su partida a Nazaret lo cual entristeció a Simón,
Andrés, y otros dos pescadores: Tiago y Juan.

En el camino, una herida del pie se le revienta a Jesús por lo que tiene que pedir ayuda. Sin
dudarlo, la pide en la primera casa que encuentra. Una mujer, “con la expresión de quién siempre
espera a alguien”, lo ayuda, su nombre: María de Magdala. Mientras María le cura los pies, Jesús
comprende, por el olor entre otras cosas, que acudió con una prostituta. Cuándo María de
Magdala termina de curarlo se mira profundamente con Jesús. María le dice que se puede quedar.
Jesús contesta “no conozco mujer” Jesús y María hacen el amor esa noche y los siete días
siguientes. María y Jesús se enamoran, la última noche, Jesús le platica a María su pesadilla. Antes
de despedirse, Jesús pregunta a María sobre lo que hará. María responde que “no puede estar con
dos hombres al mismo tiempo”. Jesús promete regresar y María esperarlo. Jesús regresa a Nazaret
cuatro años después pero ahora sabe que en algo es diferente pues habló con Dios y acompañó al
Diablo. Jesús llega a casa de su madre y es recibido por Lidia quién despierta a todo mundo. Todos
conversan alrededor de Jesús, cuando su hermano Judas, le pregunta sobre el dinero, Jesús niega
poseer algo pero al vaciar su bolsa, un paquete pesado, como de monedas cae al suelo. De
inmediato Jesús supo que María de Magdala, a sabiendas de que no lo aceptaría, lo puso a
escondidas en su bolsa. Jesús la abre y encuentra 20 monedas. Jesús niega que haya tenido
conocimiento de que poseía ese dinero, pero nadie de su familia le cree. Jesús le dice que es
dinero bien hecho, entonces su madre le pide para la boda de su hermana Lisia. Esa noche, Jesús
sueña diferente: el padre y el hijo, llevados por la corriente de un río. La pesadilla del padre que lo
quiere matar, nunca más la tuvo. A la mañana siguiente, Jesús reúne a María, Tiago y José y les
dice que ha visto a Dios y que algún día tomará su vida a cambio de poder y gloria. Ni la madre ni
los hermanos le creen. En cambió, su madre le dice que desde que nació, el Diablo siempre ha
estado cerca de él. Jesús responde que entonces esa es la voluntad de Dios. Al final su hermano
José le dice “yo creo en ti pero no en lo que dices” Finalmente Jesús se va dejando la mitad del
dinero para la dote de Lisia. Jesús regresa con María de Magdala y le cuenta que ha visto a Dios.
María le pide que le diga lo que le tenga que decir. Jesús platica su historia y María le cree. Ambos
se fueron dejando la choza ardiendo. Jesús regresó a la orilla del mar pero ésta vez acompañado
de María.
Una noche, la madre de Jesús sueña con el ángel que le reprocha por no haberle creído a su propio
hijo. María se despierta y observa a sus ocho hijos dormidos, junto a ella, Lisia gemía y tenía los
pechos henchidos. María despierta a su hija quién le cuenta que soñaba con un ángel. A su vez,
María también le cuenta que soñó con un ángel que le dijo que Jesús les dijo la verdad. A la
mañana siguiente, mandó a Tiago y a José en busca de su hermano. Tiago y José llegan con Simón
y Andrés y preguntan si conocen a Jesús de Nazaret. Los pescadores responden que no sólo lo
conocen, sino que lo están esperando pues estando él dentro de la barca, nunca está vacía de
pescados.

Jesús y María recorren la orilla del mar y viven de lo que los pescadores les dan por tener a Jesús
abordo. Poco a poco su fama de adivinador se extiende por toda Galilea. Tiago y José escuchan
historias extraordinarias sobre su hermano. Un día, José lo ve junto a una mujer. Los hermanos se
acercan, y Tiago pide hablar a solas con Jesús. Jesús se niega a correr a María. Los hermanos
pelean. Tiago le dice a Jesús que su madre le pide regresar. Jesús se niega.

Jesús está convencido de que tiene a Dios de su lado y que simplemente tiene la capacidad de
elegir. Una noche, Jesús sueña que una voz le dice que no tema, que Dios lo necesita, pero al
dudar sobre el autor del consejo, lo olvida. Jesús detiene una tempestad que azota la
embarcación, los pescadores están sorprendidos de sus poderes. Sin embargo Jesús no siente ser
el autor sino Dios, en efecto pero tú eres el intermediario, responden los pescadores para concluir:
Dios quiere que te conozcamos. Posteriormente en una boda, en la ciudad de Caná, Jesús
multiplica los panes y el vino. En esa boda, María de Nazaret conoce a María de Magdala. Al
contarle que fue prostituta antes de conocer a Jesús, María recuerda el incidente del dinero y se
da cuenta de que su hijo siempre dijo la verdad.

Jesús continúa haciendo milagros, también se muestra capaz de expulsar a los demonios que
habitan el espíritu de las personas. Uno de ellos, antes de ser expulsado lo llama hijo de Dios y le
pide que no lo eche a cualquier lugar. Jesús le pregunta qué a dónde quiere ir. A lo lejos una
manada de puercos era arreada y los demonios pidieron ir hacía los puercos, Jesús acepta y de
inmediato los demonios tomaron posesión de los puercos que sin mas, se arrojaron al mar. Jesús,
al ser judío no come carne de puerco, pero los puerqueros no saben de eso y comienzan a
apedrear a Jesús. Juan y Tiago (los pescadores) fueron los únicos testigos de lo anterior. Por
dentro, Jesús se siente con dudas y abandonado al ver a dos mil puercos ahogados en el mar. Los
pescadores discuten sobre la posibilidad de que Jesús sea hijo de Dios. Jesús admite que no lo
sabía. Entonces cómo es que el Diablo si lo sabía. Jesús siente que el tiempo se acerca, les confiesa
que ha visto a Dios. Los pescadores lo toman como el Mesías (El enviado de Dios que liberará al
pueblo judio de todos sus enemigos)
Una mañana, una espesa neblina impedía la vista. Ningún pescador saldría a pescar. Jesús supo
que era el momento. Jesús toma una barca y se adentra en el mar, de pronto, sentado en la popa
se encuentra a Dios. –Aquí estoy, dijo Jesús. –Aquí estamos, contestó Dios.

-¿Quién soy yo? Pregunta Jesús. Dios admite ser el padre “celestial” de Jesús. En eso, el sonido de
alguien que se acerca nadando los interrumpe. Un hombre, de primer aspecto con cara de cerdo,
se sube a la barca. Es Pastor quien se sienta entre Jesús y Dios. “Hijo mío, dijo Dios, todo cuanto
interesa a Dios interesa al Diablo”. Entonces, Dios expone lo que quiere: pasar de ser Dios de un
pueblo de Galilea a Dios de todo el mundo, la manera de lograrlo, será mediante un mártir. ¿Y el
poder y la gloria?, preguntó Jesús. Se honrará para siempre tu memoria como el hijo de Dios que
vino a dar su vida por sus pecados. Jesús entendió la presencia del Diablo: la influencia crecería
para ambos. Dios continua: la muerte de un mártir tiene que ser infame para llegar al sensible
corazón de la gente, la crucifixión será lo adecuado. Jesús reniega de su Padre, de éste, que es la
primera vez que lo ve y admite preferir a José. Indignado, dice que se va a casa. Como ni Dios ni el
Diablo se mueven de la barcaza, Jesús bromea “que la gente pueda ver como Dios y el Diablo se
entienden tan bien” Dios sentencia: “Tú eres, hijo mío, el cordero de Dios, aquel a quien el propio
Dios lleva hasta su altar, que es lo que estamos preparando aquí” Jesús se resigna y dice que se
anunciará como su hijo pero duda que su influencia crezca. Dios le dice que todos los hombres
tienen una cosa en común: el pecado, así que le pide a su hijo que vaya diciendo “arrepentios,
arrepentios” Jesús dice hágase tu voluntad pero desea saber que pasara hasta que tu plan se lleve
a cabo. Entonces Dios da una extensa lista de mártires que morirán por él, habla de las cruzadas y
la inquisición serán miles los que morirán. Por mi culpa pregunta Jesús. Por tu causa, responde
Dios. No quiero esa gloria, insiste Jesús. Pero yo quiero ese poder, remata Dios. Y entonces el
Diablo dice ”Es necesario ser Dios para que le guste tanto la sangre” El Diablo intercede por Jesús
pero Dios ya tomó la decisión su hijo morirá crucificado.

Cuándo Jesús regresa a la orilla habían pasado cuarenta días. Jesús es recibido con alegría
entonces cuenta que estuvo con Dios, algunos le creen otros no. Jesús empieza a predicar y a curar
enfermos, sus doce seguidores creen en él como hijo de Dios. En Betania, ciudad dónde vive la
familia de María de Magdala, Jesús resucita a su hermano Lazaro. Su fama llega a toda Galilea y a
Jerusalén. Jesús y sus seguidores, parten precisamente a Jerusalén y corren a los comerciantes del
templo.

Jesús sabe que el momento se acerca. Necesita que alguien valla al templo y proclame que va a
expulsar a los romanos. Uno de sus seguidores llamado Judas se ofrece, le da dos besos a Jesús y
se va. A la mañana siguiente, soldados romanos llegaron preguntando quién es él que dice ser el
rey de los judios. Jesús se presenta y lo arrestan. Judas se cuelga y es visto por todos. En Jerusalén,
llevan a Jesús al palacio de Pilatos. Éste lo interroga, ¿atacarías a los romanos?. Sí. ¿Eres enemigo
del César?. Soy rey de los judíos. Pilatos condena a Jesús a morir crucificado. Jesús le pide que sea
puesto un letrero sobre de él que diga INRI (Jesús de Nazaret rey de los judíos) Jesús es llevado al
cerro Golgota cargando su cruz. María, su madre, se entera y trata de acercarse en vano. Jesús
muere crucificado pero antes dice: “Hombres, perdonadle por que él (Dios) no sabe lo que hizo”.

Personajes

José: padre de Jesús, de oficio carpintero aunque no apto para trabajos delicados. José es un
hombre de bien, pacifico, y como cualquier judío bajo el imperio romano, espera la llegada del
enviado de Dios, que vengará al pueblo elegido de todos sus enemigos. José detesta al imperio
romano pero cumple todos sus decretos y paga todos sus impuestos. Padre de nueve hijos quién
sin embargo, carga con un terrible sentimiento de culpa desde el nacimiento de Jesús, su
primogénito. José escucha a dos soldados romanos que hablan sobre la orden de matar a todos los
niños menores de tres años. José salva a su hijo pero tendrá una pesadilla por el resto de su vida.

María: esposa de José, quien básicamente se dedica a las labores de la casa. En éste evangelio, la
condición de la mujer es fiel al antiguo testamento. La mujer sale de una costilla del primer
hombre, es decir, Eva es una extensión de Adán. Por eso, María jamás contradice los deseos de su
esposo. María es visitada por un ángel que le anuncia estar embarazada. Desde entonces, su
primogénito estará acompañado siempre de sucesos sobrenaturales. Jesús tiene muchas
preguntas y ciertamente, su madre muy pocas respuestas que ofrecerle. María duda de Jesús. En
este evangelio, la madre le da la espalda al hijo que no comprende y que abandonó la casa.

Jesús: Jesús tuvo una infancia como cualquier otra salvo su espléndida memoria y estudio del Tora.
Al contemplar a su padre crucificado, Jesús busca la razón del por qué un hombre inocente y de
paz había sido asesinado. Al investigar descubre que sobre la conciencia de su padre, pendía la
muerte de varios niños que sin razón alguna fueron asesinados la noche que nació. Al seguir la
investigación, Jesús termina como asistente de un pastor quien cuestiona su fe y religión. Jesús
descubre que su vida tiene un destino ya meditado y que por su causa, miles de personas
perderán la vida. El hijo del hombre nada puede hacer contra la voluntad de Dios –enseñanza
directa de José- El hijo de Dios, reniega de su padre pero resignado, pues nada puede hacer para
cambiarlo, cumple su voluntad.

Dios: Si estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, Saramago toma al pie de la letra tal
afirmación y la lleva hasta sus últimas consecuencias. Dios es ambicioso, manipulador, egoísta,
sanguinario, racista, y sin duda alguna cree firmemente que el fin justifica los medios pues nada le
importa la muerte y el dolor de miles de personas, incluida la vida de su propio y único hijo. Dios
es fiel a la balanza, quiere expander sus dominios y para ello se asocia con un antiguo ángel que
cayó de su gracia divina. El Diablo mismo.
Pastor/el Diablo: Digno y coherente, provocador por naturaleza, este Diablo resulta
desconcertante. Defiende en vano a Jesús y trata de salvarlo. Se arrepiente de su pasado y pide
perdón demasiado tarde. También el Diablo tiene que obedecer la voluntad de Dios pero por lo
menos, tiene las manos limpias.

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