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Acorde a nuestra legislación actual los principios y derechos fundamentales son además
de derechos subjetivos públicos al servicio del ciudadano dirigidos a garantizar tanto un
espacio de libertad como la existencia de prestaciones por parte del Estado, la
representación de un conjunto de valores que trasciende a todo el ordenamiento jurídico,
su tutela efectiva se convierte en una cuestión de importancia esencial para el Estado de
derecho. Estos derechos fundamentales en el trabajo se han convertido por consenso
para la comunidad internacional en la base social de la economía mundializada, muestra
de ello es la existencia de la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos
fundamentales a pesar de su novedad, estos empiezan a ser un instrumento debatido,
difundido y comentado no sólo por los mandantes de la organización, sino también por
la sociedad civil plasmados en la pobreza, el desempleo, los costos laborales los cuales
son temas fundamentales en discusión que se convierten en el centro de atención del
desarrollo económico entremezclándose con la idea de justicia social y el crecimiento
económico.
, plantea la interrogante de cuál debería ser el contenido laboral de una constitución para
determinar el grado de aciertos u obstáculos que irradian sus disposiciones. En todos los
textos constitucionales posteriores a la firma del Tratado de Paz de Versalles, aparecen
disposiciones constitucionales concernientes a la protección del trabajo y del trabajador,
elevando a categoría constitucional diversos principios y derechos relacionados con las
prestaciones laborales básicas de los trabajadores. Desde entonces, existe un criterio
unánime, en pro de la constitucionalización de ciertos principios político-laborales y
político-sociales. No obstante, no hay tal unanimidad, respecto de cuáles principios
laborales deben estar contenidos en la constitución.
https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/5/2294/4.pdf
HISTORIA DEL DERECHO DE TRABAJo
Desde los tiempos primitivos ha existido la necesidad humana del trabajo como medio
de subsistencia, por un lado, o como fin en sí mismo, ya que no es a través del sino en el
mismo donde logra el ser humano sus satisfacciones personales…. La labor que realiza
da sentido a su vida. El trabajo es, pues, la condición primera y fundamentalmente de la
existencia humana. El trabajo se convierte cada más una cuestión de honor y dignidad
de cada individuo…. En el proceso de trabajo, los hombres al obtener los medios de
subsistencia entran en determinadas relaciones unos con otros, relación que se va
complejizando y amerita la intervención estatal. Desde que se existe la civilización se ha
hecho necesario regular toda la actividad laboral y las condiciones en que las mismas se
llevan a cabo, de donde nace el derecho de trabajo.
En este mismo tenor, los derechos fundamentales son inherentes al ser humano,
pertenecientes a cada persona por el hecho mismo de ser persona y en razón a su
dignidad y que tienen plena fuerza normativa. Estos son notoriamente diferentes al resto
de derechos porque son inalienables (se adquieren desde el nacimiento) y no pueden
ser objeto de transacción o intercambio en el contrato de trabajo, aunque pueden sufrir
alguna modulación por lo que el trabajador está subordinado y tiene dependencia del
empresario. Algunos de estos derechos se rigen no solamente desde el inicio de la
relación laboral, sino también en los procesos de selección y claro está, en el despido
también.
Para otros autores, los derechos fundamentales no son más que los Derechos Humanos
Positivizados, es decir, consignados en la Constitución y en las leyes de cada país. Entre
estos están:
Robert Alexy en su obra “Teoría de los Derechos Fundamentales”, plantea una
concepción y una definición dogmática de los derechos fundamentales, conforme a la
Ley Fundamental y a la jurisprudencia del Tribunal Constitucional Federal alemán.
La Interpretación Liberal Clásica, establece que “los derechos fundamentales están
destinados, ante todo, a asegurar la esfera de la libertad del individuo frente a
intervenciones del poder público; son derechos de defensa del ciudadano frente al
Estado”
Luiggi Ferrajoli, jurisconsulto italiano, quien en su conocida obra “Los Fundamentos
de los Derechos Fundamentales”, establece: “Son derechos fundamentales todos
aquellos derechos subjetivos que corresponden universalmente a “todos” los seres
humanos en cuanto dotados del status de personas, de ciudadanos o personas con
capacidad de obrar; entendido por “derecho subjetivo” cualquier expectativa positiva
(de prestaciones), o negativas (de no sufrir lesiones), adscrita a un sujeto por una norma
jurídica; y por “status” la condición de un sujeto, prevista asimismo por una norma
jurídica positiva, como presupuesto de su idoneidad para ser titular de situaciones
jurídicas y/o autor de los actos que son ejercicio de éstas”.
La Constitucionalización de los Derechos Laborales
Estas tendencias son un reflejo de la vieja discusión sobre la extensión del contenido de
las constituciones. Algunas constituciones son breves y otras son auténticos códigos;
verbigracia, la Constitución de Venezuela de 1999 tiene 350 artículos y 18
disposiciones transitorias. Más aún: la Constitución colombiana de 1991 tiene 380
artículos y 60 disposiciones transitorias. Tal como menciona Luis López Guerra: “Es
posible esbozar un concepto de constitución, generalmente aceptado en la cultura
jurídica de nuestra época, como un texto escrito y sistematizado, y con un contenido
mínimo común, derivado de su propia naturaleza y función” donde se definan “Los
valores y principios básicos de la comunidad política”.
Desde las primeras décadas del siglo XX, se inició el proceso de formación de la
Legislación Laboral, logrando hoy en día contar con un Código de Trabajo. La
Constitución anterior disponía en su (Art 8-11), lo siguiente:
• La organización sindical.
• El Estado facilitara los medios para que los trabajadores adquieran útiles e
instrumentos para ejercer su labor.
• Alcance y participación de los trabajadores permanentes y sus beneficios.
• Se admite el derecho a la huelga de los trabajadores y de los patrones al paro.
En esta categoría de derechos hay que enunciar, en primer término, la libertad sindical,
consagrada por la Constitución como un derecho básico de trabajadores y trabajadoras
Art. 62-4: Por supuesto que este derecho engloba el derecho de libre sindicación y, a
contrario, el de no afiliarse a ninguna asociación profesional. De igual naturaleza es el
derecho de los trabajadores a la huelga para resolver conflictos laborales y pacíficos y el
de los empleadores al paro de las empresas privadas. Se entiende que el derecho a
huelga viene tácitamente reconocido en la libertad de coalición.
Se estipula como finalidad esencial del Estado el fomento del empleo, digno y
remunerado, incluyendo el derecho a la capacitación de los jóvenes, de manera que se
asegure el acceso al primer empleo. La capacitación profesional es reiterada como
derecho básico de los trabajadores y trabajadoras en el (Art. 60, 55-13 y 62-3). La
protección del Estado a las personas con discapacidad y la obligación de adoptar
medidas positivas, necesarias para propiciar su integración laboral (Art. 58), contribuye
a fomentar una política que garantice la formación y readaptación profesionales.
• Derecho a una Vivienda (Art. 59): Con servicios básicos esenciales, como
derecho fundamental reconocido a toda persona.
En fin, la Constitución Dominicana establece que el Estado al momento de disponer deberá tomar “todas
las medidas que se consideren necesarias a favor de los trabajadores, incluyendo regulaciones especiales
para el trabajo informal, a domicilio y cualquier otra modalidad del trabajo humano.
• Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.
• Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le
asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será
completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social.
• Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses
Con ese mismo espíritu de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) impulsa el Trabajo Decente. Este es un concepto que resalta la
importancia de que los hombres y las mujeres tengan oportunidades de un trabajo que sea
productivo y que les genere un ingreso que les permita vivir con dignidad.
El trabajo decente significa que los trabajadores cuenten con protección social que también
incluya a sus familias. Esto tiene que ver con el acceso a seguros de salud y a pensiones dignas
al momento de la jubilación o en el caso de que adquieran discapacidades por accidentes en el
lugar de trabajo. Asimismo, Trabajo Decente implica que la gente tenga mejores perspectivas de
desarrollo e integración a la sociedad, y que cuente con libertad para expresar opiniones,
organizarse, dialogar y participar en la toma de decisiones que afectan sus vidas. Todo esto, con
igualdad de oportunidad y de trato para las mujeres y para los hombres.
Sentencia SCJ/1920-2003
Conclusión
Bibliografía
Domingo Gil El proceso laboral dominicano a la luz del debido proceso.