TRABAJO FINAL DE HOGAR CRSITIANO - SERGIO ENRIQUE GALVIS CÁCERES

“EL MATRIMONIO QUE SIEMPRE HA DESEADO” DR. GARY CHAPMAN

BUCARAMANGA 24 DE SEPTIEMBRE DE 2019

Un matrimonio puede ser realmente dichoso. ¡Hay “claves” y principios confirmados

por la experiencia que contribuyen a su felicidad! Nuestro éxito depende de nuestra
voluntad de practicar estas claves en nuestra vida matrimonial. Evangelista Roderick
C Meredith.
Ya han transcurrido 8 meses de haber salido de mi casa, dejando atrá s a mi esposa y a mis
hijos; pero aclaro que solo lo hice por respetar la decisió n que mi esposa había tomado ya
hace algunos meses atrá s, segú n ella, se le acabo el amor. En su momento fue algo que me
devasto y perdí totalmente el rumbo de mi vida, sentí que no iba poder con tanto dolor,
lloraba inconsolablemente noche tras noche y todos mis sueñ os se vieron hechos trizas. Es
increíble pensar que la vida puede cambiar de una forma tan drá stica en tan solo algunas
semanas y puedas pasar de la entera felicidad a la tristeza sin ninguna anestesia. Me
imagino que al igual que a mí, a mi esposa también le fue difícil tomar esa decisió n, y que
no fue una decisió n que tomara de la noche a la mañ ana, sino que fue algo que la hizo
sufrir mucho mientras atravesaba por ese proceso de decidir que iba a hacer con su vida a
partir del momento en que nos separá ramos. Respeto mucho eso en mi esposa, es mucho
má s decidida que yo. Sé que en muchas ocasiones no fui el apoyo que ella necesitaba, y la
deje sola; no se imaginan cuanto lo lamento… saber que ella siempre fue una mujer tan leal
conmigo, en las dificultades y yo no fui capaz de ver que ella estaba sufriendo en silencio;
fui un hombre egoísta, y ahora me siento demasiado miserable.
Este mes cumplo 14 añ os de casado con mi esposa, y lo digo en presente porque aun
guardo en mi corazó n la esperanza en que Dios, en su debido momento, hará un milagro en
mi vida, en mi esposa, en mi hogar, en mi matrimonio…
No puedo dejar de pensar en todas las cosas que hice mal, en cuantas ocasiones no actú e
como debía actuar, como un esposo, como un hombre que debe ser cabeza de hogar;
cuantas veces la hice sentir mal con mi indiferencia y cuantas veces termine ofendiendo a
mi Padre Celestial, creyendo que al hacerme una profesional sería má s que autosuficiente.
Soy consiente y doy gracias a Dios porque ahora estoy viviendo una prueba muy grande de
fe, y que gracias a esta circunstancia hoy estoy a los pies de Cristo, aprendiendo a vivir de
la forma correcta, y me doy cuenta que realmente no conocía como se debía llevar un
matrimonio.
El evangelista Roderick dice que se puede tener realmente un matrimonio dichoso,
basá ndonos en las claves y principios confirmados por la experiencia que contribuyen a la
felicidad de muchos que ya han sufrido este tipo de crisis en sus matrimonios, que han
aceptado a Jesucristo como su salvador y han entregado su vida y el control de sus
matrimonios a Dios Nuestro Señ or. No puedo negar que a veces me aflige pensar que todo
lo que estoy aprendiendo es maravilloso, pero en estos momentos, no me queda má s que
guardarlo en mi corazó n para el momento en el que Dios me conceda la gracia de estar de
nuevo junto a mi esposa y mis hijos, bueno, si esta es la voluntad de Dios para conmigo.

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A diario escucho en la iglesia decir a la gente y al pastor que el amor no se acaba, y me

pregunto entonces que paso conmigo y mi esposa, me es difícil aceptar que Dios es un
Padre que me ama, pero luego leo su palabra y comprendo lo que trata de hacer conmigo:
hebreos 12:5-6
“5  Y ya han olvidado por completo las palabras de aliento que como a hijos se les
dirigen: «Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor    ni te desanimes
cuando te reprenda, 6  porque el Señor disciplina a los que ama, y azota a todo el que
recibe como hijo» 7  Lo que soportan es para su disciplina, pues Dios los está tratando
como a hijos. ¿Qué hijo hay a quien el padre no disciplina?”
No se imaginan cuanto lamento el no haber llegado a los pies del Señ or hace algunos añ os
atrá s y haber tenido la oportunidad de salvar mi matrimonio, pero también comprendo
ahora que los tiempos de Dios son perfectos y sé que É l tiene un plan perfecto para mí,
para mi esposa y mis hijos. Solo debo mantenerme firme, a sus pies sin inquietarme, como
lo dice Filipenses 4:6-7
6 
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten
sus peticiones a Dios y denle gracias.  7  Y la paz de Dios, que sobrepasa todo
entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
Es una prueba bastante difícil, pero estoy dispuesto a realizar una metanoia en mi vida, y
caminar al lado Cristo Jesú s, siguiendo sus leyes, y pidiendo día tras día para que el Dios
todopoderoso haga de mi un hombre agradable a sus ojos, que cambie en mi lo que tenga
cambiar, y que aparte de mi lo que tenga que apartar. Hoy clamo a ese Padre
misericordioso por la restauració n de mi hogar, de mi matrimonio, no se cuanto tenga que
esperar, el Dr. Gary Chapman habla en su libro que Dios debe ser el vértice superior de un
triá ngulo que compone junto al esposo y la esposa, y que el objetivo del matrimonio es el
de la unidad al nivel má s profundo posible en todas las á reas de la vida, y hoy no creo esto
posible sin la intervenció n divina de Dios.
1Corintios 13 dice:
 
4 Elamor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni
orgulloso.  5  No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no
guarda rencor.  6  El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la
verdad.  7  Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 8  El amor
jamás se extingue.

He comprendido que lo mi pareja necesita no es otro padre o madre sino un compañ ero
completo que la ame lo suficiente como para decirle la verdad en amor; y sin duda alguna,
yo tengo debilidades; sin duda he fracasado. Pero también sé que tengo fortalezas y puedo

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tener éxito en muchas cosas; y sé que puedo lograr importantes metas, porque todo lo
puedo en Cristo que me fortalece.
Es esencial comprender desde un principio que el hombre y la mujer fueron creados por
Dios. É l dispuso que compartieran la vida en amor. Sin embargo, la mujer fue hecha como
“ayuda” para el hombre. Fue hecha del hombre, y pese a todos los pronunciamientos de los
“expertos” modernos, la mujer puede hallar su mayor felicidad y satisfacció n
relacioná ndose, ayudando y complementando a su marido en la vida matrimonial, dando a
luz hijos y administrando un hogar.
 Sataná s el diablo, quien a su vez es muy real, hace todo lo posible para borrar este
concepto de la mente nuestra. Mediante sicó logos y consejeros matrimoniales, mediante
las comunicaciones masivas, mediante las redes sociales que nos quiere mostrar un irreal
y apartado de la ley de Dios, y aun mediante el sistema educativo, está empeñ ado en atacar
el plan de Dios para la familia. Está activamente publicando el concepto de que la
humanidad no fue creada por un Dios real. Desea hacernos creer que evolucionamos “al
azar”, que nuestra vida no obedece a ningú n propósito supremo y que los hombres y
mujeres no son esencialmente diferentes en muchas cosas, por lo cual no importa qué
papeles asuman ni cuá l de ellos sea el líder en la familia.

            Ahora Sataná s ha comenzado a difundir también en ciertos segmentos de nuestra

sociedad la idea de que una “familia” no tiene que estar formada por un esposo y una
esposa. Pueden ser dos o má s personas del mismo género que simplemente “viven juntas”.
Pero si usted cree en la Biblia, vea lo que dijo Jesú s acerca del matrimonio: 4  —¿No han
leído —replicó Jesús— que en el principio el Creador “los hizo hombre y mujer”, [a]  5  y
dijo: “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los
dos llegarán a ser un solo cuerpo”? [b]  6  Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto,
lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. (Mateo 19:4-6). Jesú s sitú a a Dios en el
centro de la escena. Muestra que Dios sí creó a la primera mujer para el primer hombre.
Los hizo juntarse como marido y mujer, convirtiéndolos en “una sola carne” dentro de esta
relació n dispuesta por É l. La intenció n de Dios es que todos los matrimonios sean
conforme a este ejemplo.

            Jesú s explicó que Dios permitió el divorcio entre esposos solamente a causa de la
“dureza” de sus corazones. Y, aun así, la ú nica causal es la inmoralidad sexual. Jesú s se
refirió claramente a la “historia de la creació n” en Génesis como un hecho. Reconoció que
Dios “varó n y hembra los hizo” (v. 4). También dijo respecto del matrimonio: “Lo que Dios
juntó, no lo separe el hombre” (v. 6). Si en el corazó n mismo de su matrimonio se
encuentra esta profunda convicció n, de que es Dios quien ordena el matrimonio, su
probabilidad de éxito será infinitamente mayor.

 El Dr Gary Chapman en su libro habla de la forma en que debemos ser apoyo para nuestras parejas
cuando atravesamos por circunstancias difíciles y estas son palabras que mejor no lo podrían describir
al momento que queremos brindarle apoyo a nuestra pareja:

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- La vida ha sido dura y tu has tenido tu parte de sufrimiento. Hasta este momento, has
enfrentado tus problemas sin mucho apoyo humano y ha habido momentos en los que
tu desesperación ha sido abrumadora. Permíteme, ahora, darte a conocer esa carga.
Desde este momento en adelante, me interesas como persona: Mereces y tendrás mi
respeto. Lo mejor posible, quiero que dejes de preocuparte por tus problemas. En vez
de eso, confíamelos. Nos concentraremos en el presente y en el futuro y juntos
buscaremos las soluciones apropiadas. –

No puedo negar que estas palabras tocaron mi corazó n de una manera maravillosa. Es la mejor forma
de transmitir a nuestra pareja toda nuestra aceptació n, amor, comprensió n, animo y guía. Y es tal vez, lo
que en muchas ocasiones mi esposa me pedía y yo era indiferente ante sus necesidades. Es claro que la
comunicació n san a y significativa es una necesidad de las parejas, de los matrimonios que quieren
caminar a la luz del Señ or Dios Todopoderoso.

Ahora me veo motivado por la visió n de la unidad en el matrimonio, que debo decidir comunicarme a
pesar de mis emociones y fracasos pasados. Y soy consiente que en el proceso habrá cosas que causen
dolor, pero es claro para mí que el mejoramiento se vale del dolor para lograr cambios en nuestras
vidas que generen un arrepentimiento, que reconozcamos nuestro error, aceptemos a Dios como
nuestro gran Salvador y así se genere un cambio en nuestras vidas, en nuestros matrimonios.

Cuando en ingeniería civil, mi profesió n, se omite algú n procedimiento de diseñ o o de construcció n, el

proyecto tiende a presentar complicaciones porque no se realizó la adecuada planeació n y coordinació n
de los trabajos para lograr el objetivo general del proyecto, y esto hace que en algú n momento el
propó sito que se buscaba termine mostrando los errores cometidos durante el proceso. Al igual pienso
que pasa cuando planeamos casarnos y no nos comunicamos, nos casamos suponiendo muchas cosas
de nuestra pareja, y al final no sabemos como vaya a funcionar algo que nunca se planeó . Me refiero a
que debemos hablar de manera directa y clara cuales son las responsabilidades de cada uno en el hogar
y como uno puede ayudar al otro cuando sea necesario, la idea es que cada uno realice sus tareas para
al final caminar tras el mismo objetivo.

El amor verdadero implica dar. Es compartir los planes, las esperanzas, los sueñ os entre
dos personas que anhelan forjar toda una vida conjunta hasta que la muerte los separe. Si
no pueden hablar de sus cuitas, sonreír mirá ndose a los ojos, compartir pequeñ as alegrías
e intimidades y aferrarse el uno al otro en los momentos de prueba, entonces su amor no
es un amor real.

El esposo y esposa deben trabajar en equipo bajo la direcció n de Dios Nuestro Señ or a fin
de decidir la misió n que cada uno de ellos desempeñ ará para juntos poder cumplir el
propó sito de Dios en relació n con la unió n.

El Dr. Gary Chapman dice que las funciones específicas podrá n variar segú n la familia, pero
las funciones deben resultar aceptables a cada có nyuge. La aceptació n de funciones
diversas no destruye la identidad, sino que la acentú a. Pienso que en la medida que cada
uno se afianza en sus responsabilidades y aprende a manejarlas y hacerlas en su debido
momento, y de la mejor manera, puede abrirse la posibilidad que podamos ayudar en otras
á reas que no nos corresponde, es decir en la caso donde mi esposa es la que realiza las
compras del mercado para la casa y por cuestiones de salud o de cualquier otra índole, no

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pudiese, yo debo estar en la capacidad de hacer las compras y no dejar que mis hijos
mueran de hambre o que la casa se vaya a caer por él mugre. Pienso que el amor es
disposició n, y que cuando mi esposa no pueda cumplir con sus responsabilidades, ahí voy
a estar yo también para colaborarle. Tengo muy claro que las labores del hogar tienden a
ser bastante desagradecidas, y pocas veces son tenidas en cuenta por los demá s. El amor
desea ayudar y con frecuencia lo hace.

Todo hombre tiene la oportunidad en la vida de ser el representante directo de Dios sobre
su propia casa en: La enseñ anza, la instrucció n, la direcció n y la inspiració n de su esposa y
sus hijos para que aprendan y obedezcan las palabras de la Santa Biblia y que adoren y
sirvan al Dios que los creó . La mayor parte de las mujeres y niñ os responden al instante y
con gusto cuando el hombre cumple con su deber. Los hombres tienen que darse cuenta de
esto. Deben ser un ejemplo diná mico de dedicació n a su Creador, de estudio de su Palabra,
de oració n a Dios antes de las comidas y de oració n en familia, así como oració n privada de
rodillas en la habitació n, cló set u otro lugar privado.

El modelo bíblico que el Dr. Gary Chapman propone parece ser el aná lisis de ideas y
sentimientos expresados con honestidad y amor con el esposo como líder reconocido, y el
objetivo en todas las decisiones es la unidad. La Trinidad reconoce la unidad perfecta en
todas las decisiones. Como seres con defectos que somos, no siempre podremos alcanzar el
ideal, pero eso siempre deberá ser nuestra meta. Ló gicamente no todas las veces será fá cil
tomar una decisió n como unidad familiar que somos, pero la idea es nunca tomemos
decisiones apresuradas, sino que por el contrario nos tomemos un tiempo, en la mayoría
de los casos las decisiones podrá n esperar, y mientras se espera, debemos pedir ayuda a
Dios nuestro Señ or en cada oportunidad de orar, pedirle que nos guie en cada una de las
decisiones a tomar y que siempre sea su voluntad y no la nuestra. Y en la medida que pase
el tiempo, Dios nos mostrara de alguna forma el camino a seguir, y buscar nueva
informació n, puede arrojar luz sobre la situació n. Pasada una semana, analicen la situació n
de nuevo y la posició n de ambos.

El tiempo que debemos esperar, debe ser todo el que sea posible. La mayoría de las cosas
pueden esperar, la unidad es mas importante que la prisa. Es muy bonito el ejemplo que el
Dr. Gary Chapman pone en su libro: ¡Pero sino lo compro hoy, se acabará la oferta! Una
ganga a costa de la unidad con el có nyuge resulta muy costosa, una decisió n no puede
pasar por encima de tu esposa o esposo, somos unidad familiar y eso implica contemplar
las opciones que puedan surgir de los dos en una comunicació n abierta y sincera. De la
misma forma en que Dios Padre siempre esta atento a los intereses de Dios Hijo, el esposo
debe estar atento a los intereses de la esposa. El esposo que tiene esta mentalidad nunca
tomará intencionadamente una decisió n que pueda ser perjudicial. Mas bien, analiza como
la decisió n la afectara a ella y trata de tomar decisiones que mejoren la vida de ella, así
como la relació n entre ambos. En este punto debemos comprender el lenguaje de la
unidad: “Deseamos, pensamos, decidimos”.

Ahora, una de las barreras de la unidad sexual es la actitud negativa hacia el sexo en
general y las relaciones sexuales en particular. El primer paso para vencer las actitudes
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negativas es exponerse a la verdad. Jesú s dijo: “Si se mantienen fieles a mis enseñ anzas,
será n realmente mis discípulos; y conocerá n la verdad, y la verdad los hará libres.” Juan
8:31-32. ¿Cuá l es la verdad sobre el sexo?

La verdad es que el sexo es idea de Dios, fue Dios el que nos hizo hombres y mujeres. La
humanidad ha explotado el sexo, pero la humanidad no creo el sexo. Nuestros ó rganos
sexuales no tienen nada de vergonzoso. É l es un creador perfecto y todo lo que ha creado
es bueno. Un Dios santo, totalmente ajeno al pecado, nos hizo seres sexuales. Por lo tanto,
el sexo es saludable y bueno. Sexo no es una marca de fá brica del mundo, tiene una
etiqueta personal que dice: “Hecho por Dios”.

El sexo fue creado bajo tres propó sitos que Dios nuestro Señ or nos ha hecho saber
claramente. El propó sito mas obvio, es de la procreació n. “hombre y mujer los creó, y los
bendijo con estas palabras: Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y
sométanla”. Genesis 1:28. Las relaciones sexuales con el fin de procrear es la forma que
tiene Dios de permitirnos participar de la emoció n de la creació n. Hay pocas emociones
humanas que puedan igualarse a la de mirar el rostro de un niñ o, el fruto de su amor por
su có nyuge.

El segundo propó sito de las relaciones sexuales dentro del matrimonio que aparece en las
escrituras es el de satisfacer necesidades físicas y afectivas. Pablo habla al respecto cuando
dice:

“El hombre debe cumplir su deber conyugal con su esposa, e igualmente la mujer con
su esposo. La mujer ya no tiene derecho sobre su propio cuerpo, sino su esposo.
Tampoco el hombre tiene derecho sobre su propio cuerpo, sino su esposa. No se
nieguen el uno al otro, a no ser de común acuerdo, y solo por un tiempo, para
dedicarse a la oración. No tarden en volverse a unirse nuevamente; de lo contrario,
pueden caer en tentación de Satanás, por falta de dominio propio”. Juan 8:31-32

Pablo trata acerca de la realidad de la intensa necesidad física y afectiva que el esposo y la
esposa tienen el uno por el otro. Somos seres sexuales y sentimos un fuerte deseo por el
otro desde el punto de vista sexual.

El tercer propó sito de sexo expresado en las Escrituras es el de dar placer. Las Escrituras
dejan claro que los planes Dios para con nosotros siempre son buenos. “Porque yo sé muy
bien los planes que tengo para ustedes – afirma el Señ or -, planes de bienestar y no de
calamidad, a fin de darles un futuro lleno de esperanza”. Dios no tuvo que hacer el acto
sexual placentero, pero lo hizo. Este es uno de esos actos inigualables por los que Dios es
célebre.

Normalmente, cada uno de nosotros piensa en sus propias necesidades. Nos ocupamos de
nuestros propios deseos. Nos damos gusto en lo que queremos. Pero en el matrimonio
Dios nos ha hecho "una sola carne" y debemos aprender a pensar como tal. Debemos
considerar constantemente las necesidades y deseos de nuestra pareja y pensar có mo
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atender a nuestra "media naranja". Esto implica pensar y planear y ejercer dominio propio.
Implica darse a sí mismo a otro ser humano. ¡Eso es el matrimonio! ¡De eso se trata!

“A veces parece que mientras más tenemos, más discutimos acerca de lo que
tenemos”. En muchos hogares lo ú nico que hay es dinero, y lo que mas poseen es frialdad
en el trato, incomprensió n, malas palabras y deshonestidad entre la pareja.

En muchas ocasiones la falta de dinero es una causal de conflictos en la relació n

matrimonial, pero también lo será la riqueza sino existe la administració n de nuestras
vidas por parte Dios. Debemos tener claro este concepto:

“Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder, la gloria, la victoria y la majestad. Tuyo es

cuanto hay en el cielo y en la tierra. Tuyo también es el reino, y tú estas por encima de
todo. De ti proceden la riqueza y el honor; tú lo gobiernas todo. En tus manos están la
fuerza y el poder, y eres tu quien engrandece y fortalece a todos. Por eso, Dios nuestro,
te damos gracias, y a tu glorioso nombre tributamos alabanza” 1Crónicas 29:11-13

En mi concepto personal puedo decir que gracias a las circunstancias que estoy viviendo
hoy comprendo claramente que Dios no esta de acuerdo con que sirvamos a dos señ ores,
Jesú s nos advirtió contra este peligro cuando dijo:

“Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o
querrá mucho a uno, despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las
riquezas”.

El dinero debe de servirnos a nosotros y no que el dinero termine siendo nuestro amo. El
dinero es un medio ú til, pero un fin vano. Cuando el dinero se convierte en nuestro dios,
entonces realmente debemos ser quebrantados por Dios nuestro Señ or, para que las cosas
vuelvan a su origen natural, la bú squeda de Dios en nuestro diario vivir.

Cualquier decisió n financiera que debamos tomar, debe ser consultada con la pareja, y
debe ser puesta en oració n para que Dios nos guie, nos oriente y nos de discernimiento.
Nunca debemos de olvidar que formamos un equipo y por lo tanto debemos trabajar como
un equipo, siguiendo las pautas bíblicas, buscando ayuda practica cuando sea necesario y
acordando las decisiones financieras que la vida vaya poniendo en nuestro camino, y así
podamos descubrir que el dinero será nuestro sirviente fiel. Pongamos a Dios nuestro
Señ or en el centro de nuestro matrimonio, entreguemos a É l el control total de todo en
nuestras vidas para que podamos ver su diestra protectora y proveedora en todo aquello
que pongamos en oració n. Vivamos en comunió n permanente con Dios y pidamos que se
haga su voluntad y no la nuestra. Creamos que no ha existido, ni existirá una mejor forma
de hacer las cosas que de la mano de Dios. Hace ya casi un añ o le entregue mi vida a Dios y
le dije que no me soltara, que me perdonara por todo aquello con lo que lo ofendí y cause
dolor a mi esposa, y le pedí y le suplique que me diera una segunda oportunidad en mi
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matrimonio, y aun le pido porque esto sea una realidad, que no permita que yo vuelva a
hacer las cosas a mi manera, sino por el contrario ahora todo se haga segú n su voluntad.
Oro noche tras noche para que Dios restaure mi hogar, mi matrimonio y mis finanzas. Hoy
comprendo muchas cosas que no comprendía y consideraba injustas, por falta de
conocimiento, porque ni siquiera sabia como hablar con Dios., y aun sigo aprendiendo
como hacerlo. Pero lo má s maravilloso ha sido ver como mi Señ or me ha llenado de alegría
a pesar de las circunstancias en las que estoy viviendo, es maravilloso levantarme en las
mañ anas y saber que lo hago gracias a É l, y a su infinita misericordia. Y una vez mas
gracias Dios todopoderoso por permitirme llegar a tu iglesia a seguir conociendo mas de ti,
gracias por permitirme escribir este ensayo y abrirme puertas semana tras semana para
poder llegar a tu iglesia y conocerte cada día má s, hoy no me queda mas que ser
agradecido con Dios por todo aquellos que has tenido a bien enseñ arme mi Divino Padre.