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Felipe Borrelli
Pedro Cielli
Colaboración:
Guillermo Serrano
1997
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INDICE
3.1.- Modelo
Racional.....................................................................................................8
4.1.-
Condiciones..........................................................................................................15
4.1.1- Condiciones
hidrológicas.....................................................................................15
4.1.2.- Condiciones
2
hidráulicas......................................................................................15
4.3.- Modelos
hidrodinámicos.....................................................................................18
4.3.-
Comentarios..........................................................................................................18
5.- CONCLUSIONES Y
RECOMENDACIONES...........................................................19
5.1.- Pequeñas
cuencas...............................................................................................19
3
5.2.- Grandes
cuencas..................................................................................................19
6.-
ANEXOS....................................................................................................................20
I .- MUD-ABS.............................................................................................................20
I.1.-
Introducción..........................................................................................................20
I.3.- Tormenta de
cálculo.............................................................................................20
I.4.- Secuencia de
cálculo...........................................................................................21
I.5.- Generación de
hidrogramas................................................................................22
I.8.-
Resultados............................................................................................................23
I.9.-
Comentarios...........................................................................................................23
I.10.- Conclusiones
preliminares.................................................................................25
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CRITERIOS DE DISEÑO DE SISTEMAS DE DESAGÜES PLUVIALES
1.- CRITERIOS HABITUALES APLICADOS AL DISEÑO.
Desde el punto de vista de las políticas urbanas se tienen dos herramientas que
deben ser manejadas: por un lado fijar pautas claras de planificación y regulaciones
que orienten el desarrollo incontrolado de los centros urbanos tendientes a una
optimización de las inversiones necesarias en infraestructura, y por el otro
solucionar los problemas existentes, (en realidad posibilitar alcanzar condiciones
razonables de habitabilidad), que en su mayoría son irreversibles.
Sería ocioso describir las formas en que han evolucionado los núcleos urbanos,
pero lo cierto es que hasta mediados de este siglo el problema de las inundaciones
urbanas, visto desde el campo de los proyectos hidráulicos, no presentaba
problemas mayores y las técnicas de dimensionamiento cubrían adecuadamente
estas necesidades.
El uso creciente del método Racional pareció la solución definitiva del problema. El
uso de recurrencias de diseño, 2 años en la mayoría de los casos, cinco en otros,
acompañaron a toda una generación de proyectistas sin que se plantearan
objeciones de fondo ni se establecieran controles hidrológicos globales a los
crecimientos urbanos. Es necesario reconocer que la hidráulica urbana hasta la
década del '50 no generó un atractivo suficiente dentro de los grupos de
investigación o de desarrollo de tecnologías.
Era evidente que se admitía que para tiempos de retorno superiores a los de cálculo
la cuenca tendría escurrimientos superficiales. Dado que las recurrencias adoptadas
eran habitualmente bajas, estos estados de superación de las condiciones de
diseño resultaban presumiblemente frecuentes. Qué ocurría sobre la cuenca en
dichos casos era una pregunta sin respuesta aún en los pocos casos en que era
planteada. Esta realidad no llevó a una amplia revisión de las metodologías
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aplicadas más allá de ciertas críticas a los valores de recurrencia seleccionados, a
los coeficientes de escorrentía adoptados o al método racional en sí mismo.
En el campo de las obras hidráulicas las dimensiones a otorgar a las obras de alivio
de un aprovechamiento, por ejemplo, relaciona el riesgo a ser asumido con el
tiempo de exposición al mismo para así aproximarnos a la recurrencia de diseño. En
estos casos normalmente el riesgo admitido es sumamente bajo, de manera tal que
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permite considerarlo como prácticamente inexistente. Los habitante ubicados aguas
abajo de una importante presa de embalse viven en el convencimiento de que esta
nunca será sobrepasada por las aguas y por lo tanto sus vidas y bienes no corren
peligro alguno, lo que no es cierto, pero es de admitir que el riesgo es solo poco
probable.
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dentro del cual no se admitirá un determinado grado de inundación o afectación
superficial.
Todos los pobladores de una cuenca deben comprender que no existen soluciones
absolutas para conducir los excedentes producidos por las precipitaciones y por lo
tanto los inconvenientes deben ser soportados en forma solidaria o al menos
compartida.
Para que este planteo sea realista debemos exponer con claridad el
comportamiento de la cuenca cuando funcionen los sistemas de desagüe. Indicar el
grado de afectación de los distintos sectores de la cuenca y su frecuencia.
Sobre esta base, la red o sistema de conductos deberá estar en condiciones, para
cada sector de la cuenca, de transportar los excedentes no admitidos en superficie y
no la de conducir todos los excesos generados en superficie para la tormenta o
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precipitación de diseño.
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Así como es de sencilla la comprensión general del método racional, no lo es su
aplicación específica al caso de los desagües urbanos. Atendiendo a estas razones
es que se presentará una breve descripción relacionada con la mecánica del
cálculo.
Donde:
Las A(d) surgirán de la medición de las superficies que aportan al nodo en función
del tiempo,(duración). En el gráfico adjunto se muestra como, en base a las
direcciones de escurrimiento se pueden calcular las áreas en función de los tiempos
que toma el agua en llegar al punto de concentración o entrada al conducto.
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Se obtienen así una ley que establece la vinculación entre los valores crecientes de
las áreas con el tiempo, hasta un tiempo final que corresponde al tiempo que
demora en llegar al punto de concentración la gota que incide en el punto más
alejado de la subcuenca. En principio al tiempo o duración nulo le corresponde un
área nula, pero normalmente se le asigna un valor nulo del área al tiempo, ( do), que
se toma como representativo de las pérdidas y demoras que sufre una gota
precipitada hasta que puede transitar libremente hacia el nodo.
Este proceso se repite para todas las subcuencas que aportan a puntos de ingreso
del sistema de conductos.
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C.A(1,d+Δt) Area efectiva de la cuenca 1
que aporta al nodo 2.
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La coexistencia dentro de la cuenca de superficies permeables e impermeables se
cuantifican mediante el coeficiente de escorrentía.
Las pérdidas iniciales son volúmenes que, como se dijo, están simuladas
adjudicando un tiempo a partir del cual la precipitación se torna escurrimiento. Así
como está planteado en el método Racional, significa que las pérdidas iniciales son
función directa de la recurrencia.
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necesario destacar una que resulta particularmente valiosa: las subcuencas
urbanas se encuentran divididas no sólo en permeables e impermeables sino que a
su vez las impermeables se subdividen en aquellas áreas que se encuentran
directamente conectadas al extremo final de la subcuenca y las que descargan sus
excesos hacia las superficies permeables antes de llegar al punto de concentración.
c) Calcula el hidrograma que ingresa a un tramo del conducto como suma del
hidrograma superficial más el de los hidrogramas correspondientes a los
conductos que acceden al nodo.
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Introduce un concepto que valoriza el trabajo, como es el de realizar un análisis
dual de la cuenca. Se avanza así sobre los modelos que calculan el aporte de cada
subcuenca y establecen que estos escurrimientos pueden ingresar íntegramente al
sistema de conductos, el que paralelamente es dimensionado para permitir su
funcionamiento a superficie libre.
Para el cálculo separa la red superficial de la subterránea y las calcula en ese orden
en forma secuencial desde el extremo aguas arriba hasta la descarga.
b1) A partir del hidrograma captado por los sumideros del primer nodo
puede dimensionar el conducto en función del caudal pico del mismo
(si la corrida es de dimensionamiento) ó bien, si las dimensiones han
sido dadas, calcular el exceso por sobre la capacidad del conducto y
proceder al ruteo hasta el próximo nodo del hidrograma remanente.
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b2) Calcula el hidrograma en el nodo siguiente como suma del trasladado
más el ingresado a través de los sumideros y repite la rutina b1).
La versión del OTTSWMM con la que se trabajó presenta algunas limitaciones que
hacen que los propósitos enunciados por los autores no puedan cumplirse
acabadamente.
En los casos en que los conductos no tengan capacidad de captar todo lo que pasa
a través de los sumideros en la corrida solo se indica esta irregularidad, pero no
recalcula el hidrograma que sigue por la calle.
Hoy es posible encontrar una diversidad importante de modelos más allá de los
mencionados, algunos de los cuales tienen características similares, y otros, de
mayor complejidad, se basan en simulaciones más detalladas de los procesos tanto
hidrológicos como hidráulicos puestos en juego.
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b) Fijar la recurrencia para la cual se analizará el sistema.
c) Correr el modelo para simular los efectos de la tormenta de diseño con los
sumideros y conductos o conducciones predimensionados.
4.1.- Condiciones.
Un modelo que permita en forma realista evaluar los estados superficiales debería
reunir un conjunto de condiciones que aseguren la correcta simulación de los
procesos involucrados. Para una mejor comprensión global de las condiciones
necesarias para un modelo de este tipo separaremos dos aspectos: los hidrológicos
o transformación lluvia-caudal y los referidos a la traslación de los hidrogramas.
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últimas y sufren pérdidas por infiltración.
Este hecho hace que, para el tratamiento de los escurrimientos en conductos, aún
cuando durante ciertos períodos del proceso
transitorio el sistema entre en carga, su resolución
se plantee como un flujo a superficie libre. En este
último caso las condiciones completas del
escurrimiento están expresadas por las ecuaciones
de Saint Venant.
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de resolución relativamente sencillos cuyos resultados no entran en conflicto con el
grado de precisión necesario. En términos generales se puede establecer que en la
gran mayoría de los casos no es necesario plantear un modelo de escurrimiento
basado en la resolución de las ecuaciones de Saint Venant.
A Q
+ =0 Condición de continuidad
t x
1 V V V y Condición dinámica
. + . + + Sf So =0
g t g x x Donde el primer término de la ecuación de equilibrio dinámico es
proporcional a las fuerzas de aceleración local, el segundo a las
correspondientes a la aceleración convectiva en tanto que los
restantes se relacionan con las fuerzas de presión, gravedad y fricción.
Conviene recordar las hipótesis bajo las cuales se plantean las ecuaciones de Saint
Venant para conocer sus limitaciones y alcances:
Bajo este nombre genérico quedan incluidas todas las modelaciones que se derivan
de simplificaciones sobre las ecuaciones completas, ( Saint Venant), del movimiento
y son utilizadas para la traslación de hidrogramas entre nodos ya sea sobre la
superficie o debajo de ella.
Sf So = 0
- Difusión. Se considera la condición decontinuidad y las fuerzas de
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presión, fricción y gravedad:
y
+ Sf So = 0
x
En la mayoría de los casos, los métodos de traslación como los de
almacenamiento, ondas cinemáticas o difusión dan resultados acordes con los
propósitos planteados y resultan por lo tanto suficientes. Indiquemos sus
limitaciones:
- cuando la red deba respetar condiciones externas. Son los casos en que los
niveles de la descarga pueden influir marcadamente en la capacidad de los
sistemas de conducción.
Ya que las ecuaciones solo son válidas para escurrimientos a superficie libre se
debe recurrir a ciertos artificios para que los conductos a presión puedan manejarse
bajo estas hipótesis. Lo habitual es suponer, como ya se vio, que los conductos
poseen longitudinalmente una ranura que hidráulicamente tiene área y perímetro
mojado nulos. Bajo estas condiciones los valores de presión obtenidos, o de tirante,
representan la posición de la línea piezométrica. A partir de este valor es posible
entonces plantear estrictamente el funcionamiento de los sumideros e imponer
condiciones de borde al escurrimiento.
4.4.- Comentarios.
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Los modelos basado en métodos simplificados de traslación permiten pasos de
tiempo relativamente grandes, del orden de los minutos. además la secuencia de
cálculo es espacial, es decir que el cálculo avanza desde aguas arriba hacia aguas
abajo donde para cada paso los hidrogramas se calculan para todo el período de
tiempo de análisis.
Surge así la importancia de la ubicación del pico del hietograma. Las características
de las tormentas reales serán primordiales para establecer los criterios con que se
dimensionarán los hietogramas de diseño. En los casos en que las tormentas
tengan una tendencia manifiesta a ubicar las mayores intensidades de precipitación
al comienzo de la misma se podrá mantener el pico en primer tramo de la tormenta.
Cuando las mayores intensidades tengan lugar luego de períodos iniciales de poca
intensidad el hietograma deberá tener un período importante de tiempo al pico para
evitar que las pérdidas iniciales subdimensionen los caudales.
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conductos es necesario la utilización de modelos determinísticos duales.
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6.- ANEXOS
I.- MUD-ABS
I.1.- Introducción.
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de curvas Intensidad-Duración-Frecuencia definir hietogramas con recurrencias
seleccionadas (tipo Chicago), debiéndose, en este caso, fijar los intervalos de
tiempo así como la ubicación del pico del hietograma.
Los cálculos son efectuados nodo por nodo, para lo cual analiza previamente la
topología de los sistemas mayor y menor, estableciendo así la secuencia de avance.
El paso siguiente es la búsqueda de los aportes que llegan al nodo (es decir, qué
ramales convergen) tanto por el sistema mayor como por el menor.
T T
potencialmente puede
seguir por conducto
hasta el nodo ( i + 1)
T T
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pueda conducir total o parcialmente el hidrograma de superficie.
Para efectuar los traslados tanto para el sistema mayor como para el menor se
pueden seleccionar como alternativas una traslación pura (sin deformación de la
onda, solo corrimiento en el tiempo), utilizar el método de Muskingum-Cunge en
versiones lineal o no lineal o, en tramos de escasa longitud o mucha pendiente,
forzar un traslado instantáneo, es decir sin desfasaje temporal.
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I.7.- Ingreso de los datos.
I.8.- Resultados.
Los resultados son almacenados en distintos archivos, en los que se presentan las
dimensiones de los conductos de la red, los hidrogramas de respuesta y la
afectación de las distintas calles.
Del análisis de los resultados, el MUD-ABS permite modificar los datos de entrada,
como se indicó en I.6.-, hasta lograr del sistema de desagües el funcionamiento
deseado.
I.9.- Comentarios
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Cada serie de corridas cubría diferentes ubicaciones del pico del hietograma, que
en todos los casos se generaban a partir de las curvas de IFD. La ubicación del pico
del hietograma fue desplazándose para cada una de ellas desde un mínimo de 5
minutos hasta un máximo de 60. En ordenadas se leen los caudales
correspondientes.
Las corridas consideran dos recurrencias, 2 y 25 años, y para cada una de ellas se
realizaron dos, cuya diferencia estriba en el tratamiento de las áreas permeables.
Con trazo lleno se indica los resultados generados cuando a las áreas permeables
se les adjudicaba una pérdida inicial lo suficientemente grande como para ase-gurar
que no se pro-dujeran escurrimientos dentro de ellas. Con esto se buscó una cierta
equiparación con las ba-ses del método Racional.
Con línea de puntos se individualizan las corridas para las cuales a la pérdida inicial
de las áreas permeables se le adjudicó un valor de 10 mm además de las
provocadas por infiltración.
En todos los casos las superficies impermeables tienen asignada una pérdida inicial
de 5 mm. Los comentarios que surgen del análisis de los resultados se pueden
dividir en varios aspectos:
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activas se ve claramente que los resultados que se obtienen no difieren
sustancialmente de las realizadas con estas superficies anuladas cuando se
trata de recurrencias bajas, (2 años). La razón estriba en que para estas
recurrencias las intensidades son lo suficientemente bajas frente al las
pérdidas iniciales y de infiltración supuestas que provoca escurrimientos
pobres o nulos desde las superficies permeables de la cuenca.
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menor, las condiciones dinámicas completas del escurrimiento impermanente.
d(mv) (1)
= F
dt
1 A
m = (A + ) dx = A o dx (2)
2 x
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Siendo:
y por lo tanto:
Fgravedad = g Ao dx So
(7)
y
Fpresion = g A o dx
x
(8)
( 9) Ffriccion = Pm T dx
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expresarse como:
Ffricci n = g A o dx Sf (10)
Resultando la ΣF :
y
F = g A o dx So g A o dx g A o dx Sf
x
y
F = g A o dx ( So Sf ) (11)
x
v v y (12)
A o dx + A o dx v = g A o dx ( So Sf )
t x x
Q (14)
dx dt
x
En tanto que las áreas variarán según la expresión siguiente cuyo signo indica que
a aumentos positivos del caudal en el sentido de las x, (egresos mayores que los
ingresos), las áreas se reducirán en el tiempo:
A (15)
dt dx
t
A Q (16)
+ =0
t x
A Q ecuación de continuidad
+ =0
t x
1 v v v y ecuación dinámica
+ + + Sf So = 0
g t g x x
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El mismo análisis aplicado a un escurrimiento dentro de un conducto a presión y con
el agregado de admitir la compresibilidad del fluido permitirá obtener las ecuaciones
que gobiernan los conocidos fenómenos de golpe de ariete.
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