Vous êtes sur la page 1sur 32

VII CURSO INTERNACIONAL DE HIDROLOGIA

GENERAL CON ASPECTOS AMBIENTALES

CONAPHI - UNESCO. Facultad de Ingeniería de la U.N.L.P.

CRITERIOS DE DISEÑO DE SISTEMAS DE


DESAGÜES PLUVIALES

Felipe Borrelli
Pedro Cielli
Colaboración:
Guillermo Serrano

1997

1
INDICE

1.- CRITERIOS HABITUALES APLICADOS AL


DISEÑO..............................................4

1.1- Recurrencia de la lluvia de


diseño.........................................................................4

1.2- Resultados del uso de dichos


criterios.................................................................5

2.- EL ESTADO SUPERFICIAL COMO CRITERIO DE


ANÁLISIS..................................5

2.1.- La idea de solidaridad entre habitantes de una cuenca


urbana........................7

2.2.- Determinación del tiempo de retorno y de los correspondientes


niveles máximos en
superficie...........................................................................7

2.3.- Función de la red de


conductos............................................................................7

2.4.- Función de la superficie de la


cuenca..................................................................7

3.- MODELOS PARA EL DIMENSIONADO DE


CONDUCTOS.......................................8

3.1.- Modelo
Racional.....................................................................................................8

3.2.- Modelos sobre la base del


HYMO.......................................................................11

3.3.- Modelos basados en el


SWMM............................................................................12

4.- MODELOS DUALES PARA EL ANÁLISIS DE LOS ESTADOS


SUPERFICIALES.14

4.1.-
Condiciones..........................................................................................................15

4.1.1- Condiciones
hidrológicas.....................................................................................15

4.1.2.- Condiciones

2
hidráulicas......................................................................................15

4.2.- Modelos seudo-


dinámicos..................................................................................17

4.3.- Modelos
hidrodinámicos.....................................................................................18

4.3.-
Comentarios..........................................................................................................18

5.- CONCLUSIONES Y
RECOMENDACIONES...........................................................19

5.1.- Pequeñas
cuencas...............................................................................................19

3
5.2.- Grandes
cuencas..................................................................................................19

6.-
ANEXOS....................................................................................................................20

I .- MUD-ABS.............................................................................................................20

I.1.-
Introducción..........................................................................................................20

I.2.- Hipótesis simplificativas y


limitaciones.............................................................20

I.3.- Tormenta de
cálculo.............................................................................................20

I.4.- Secuencia de
cálculo...........................................................................................21

I.5.- Generación de
hidrogramas................................................................................22

I.6.- Traslado de los hidrogramas entre


nodos.........................................................22

I.7.- Ingreso de los


datos.............................................................................................23

I.8.-
Resultados............................................................................................................23

I.9.-
Comentarios...........................................................................................................23
I.10.- Conclusiones
preliminares.................................................................................25

II.- PLANTEO DE LAS ECUACIONES DE SAINT


VENANT.........................................26

4
CRITERIOS DE DISEÑO DE SISTEMAS DE DESAGÜES PLUVIALES
1.- CRITERIOS HABITUALES APLICADOS AL DISEÑO.

Los desarrollos urbanos explosivamente crecientes generados en los últimos


cincuenta años han distorsionado en un grado tal los requerimientos de inversiones
en infraestructura que, en general, esta redistribución de fondos no pudo, o no se
quiso, adecuar a la demanda.

Desde el punto de vista de las políticas urbanas se tienen dos herramientas que
deben ser manejadas: por un lado fijar pautas claras de planificación y regulaciones
que orienten el desarrollo incontrolado de los centros urbanos tendientes a una
optimización de las inversiones necesarias en infraestructura, y por el otro
solucionar los problemas existentes, (en realidad posibilitar alcanzar condiciones
razonables de habitabilidad), que en su mayoría son irreversibles.

Sería ocioso describir las formas en que han evolucionado los núcleos urbanos,
pero lo cierto es que hasta mediados de este siglo el problema de las inundaciones
urbanas, visto desde el campo de los proyectos hidráulicos, no presentaba
problemas mayores y las técnicas de dimensionamiento cubrían adecuadamente
estas necesidades.

Paulatinamente el crecimiento superficial de las cuencas urbanas y el aumento de la


densidad poblacional de las mismas entraron en colisión con los estrechos
corredores (las calles), potenciales receptores de las redes de desagüe.

El uso creciente del método Racional pareció la solución definitiva del problema. El
uso de recurrencias de diseño, 2 años en la mayoría de los casos, cinco en otros,
acompañaron a toda una generación de proyectistas sin que se plantearan
objeciones de fondo ni se establecieran controles hidrológicos globales a los
crecimientos urbanos. Es necesario reconocer que la hidráulica urbana hasta la
década del '50 no generó un atractivo suficiente dentro de los grupos de
investigación o de desarrollo de tecnologías.

1.1- Recurrencia de la lluvia de diseño.

Establecer la recurrencia para una lluvia de diseño lleva implícito el concepto de


cual será el período medio de tiempo durante el cual la cuenca no sufrirá
inundaciones por sobrepasamiento de la capacidad de los conductos o
conducciones en general. Al menos en nuestro país no hubo estudios serios
tendientes a definir con claridad cual era el valor más conveniente que se le debía
otorgar a este parámetro. A la hora de su decisión pesaban una mezcla de
condicionantes económicos, la lectura de algunas experiencias extranjeras y las
propias de los organismos responsables de estas obras. Lo cierto es que los
desagües urbanos en la mayoría de los casos corrían detrás de hechos ya
consumados y buscaban ser el paliativo a estados hidrológicos insostenibles.

Era evidente que se admitía que para tiempos de retorno superiores a los de cálculo
la cuenca tendría escurrimientos superficiales. Dado que las recurrencias adoptadas
eran habitualmente bajas, estos estados de superación de las condiciones de
diseño resultaban presumiblemente frecuentes. Qué ocurría sobre la cuenca en
dichos casos era una pregunta sin respuesta aún en los pocos casos en que era
planteada. Esta realidad no llevó a una amplia revisión de las metodologías

5
aplicadas más allá de ciertas críticas a los valores de recurrencia seleccionados, a
los coeficientes de escorrentía adoptados o al método racional en sí mismo.

En este último caso las críticas en general no superaron el nivel de objeciones


cualitativas. Estos aspectos dieron lugar a partir de la segunda posguerra a avances
ciertos en el análisis de métodos alternativos tendientes a modelizaciones más
realistas y complejas de la respuesta hidrológica de la cuenca con el propósito de
lograr mejores condiciones de dimensionado, pero siempre manteniendo la idea de
una recurrencia aplicada a la capacidad de las conducciones.

1.2- Resultados del uso de dichos criterios.

Cuando se trata de áreas pequeñas, la ocurrencia de eventos de retornos


superiores a los de diseño genera inconvenientes superficiales que dentro de
ciertos límites son proporcionales a la relación de dicha precipitación frente a la de
cálculo. Pero al analizar grandes superficies resulta evidente que los trastornos
superficiales no resultan iguales para todos los sectores de la misma. Los
habitantes de aguas abajo se enfrentaban no solo con los escurrimientos
excedentes de su propia área sino además con los provenientes de las subcuencas
superiores, también insatisfechas. Este estado de cosas llevó en los últimos años a
la ocurrencia de inundaciones urbanas que pueden ser clasificadas como
catastróficas.

Un posible diagnóstico de las situación actual presenta algunas dificultades como


resultado de encontrarnos frente a redes de desagüe, cuando existen, que han sido
diseñadas con bajos coeficientes de escorrentía y tiempos de retorno reducidos.

Si se analiza el caso de la Capital Federal y el enorme conglomerado urbano que la


rodea, situación que con distintos grados de severidad es posible se planteen en
otros centros urbanos, encontrar soluciones exigirá inversiones del orden de los
miles de millones de pesos. Ante esta perspectiva creemos que se hace necesario
generar una amplia discusión de todos los aspectos involucrados en esta
problemática y éste solo pretende ser un aporte destinado a la profundización de
dichos análisis.

La toma de conciencia de estos problemas y la búsqueda de soluciones o al menos


la fijación de criterios generales está diciendo que las salidas no deben esperarse
solamente del voluntarismo de algunos grupos de proyecto o de las autoridades
responsables, sino que demandará un importante aporte de toda la comunidad
científica.

2.- EL ESTADO SUPERFICIAL COMO CRITERIO DE ANÁLISIS.

En términos generales el desarrollo humano se encuentra ligado al concepto de


riesgo. Las culturas avanzaron no con el propósito de eliminar los riesgos sino mas
bien con el de conocerlos y así en forma indirecta controlarlos. La ciencia en
general trata de tornar previsibles los hechos incomprendidos.

En el campo de las obras hidráulicas las dimensiones a otorgar a las obras de alivio
de un aprovechamiento, por ejemplo, relaciona el riesgo a ser asumido con el
tiempo de exposición al mismo para así aproximarnos a la recurrencia de diseño. En
estos casos normalmente el riesgo admitido es sumamente bajo, de manera tal que

6
permite considerarlo como prácticamente inexistente. Los habitante ubicados aguas
abajo de una importante presa de embalse viven en el convencimiento de que esta
nunca será sobrepasada por las aguas y por lo tanto sus vidas y bienes no corren
peligro alguno, lo que no es cierto, pero es de admitir que el riesgo es solo poco
probable.

Si consideramos el caso de un habitante aguas abajo de una presa de embalse,


cuyas obras de alivio hayan sido diseñadas con una recurrencia de 10.000 años,
que viva allí durante 70 años esta sujeto a un riesgo de:
  1  
n

Riesgo   1   1   100  0.7%


  Tr  

Resulta evidentemente un valor bajo pero no nulo.

¿ Qué sucede el terreno de la hidráulica urbana? ¿Saben los habitantes de la


cuenca a que tipo de riesgos están expuestos? ¿Saben los estamentos políticos
que alcance tienen sus solicitudes a los equipos técnicos para que se dote a una
cuenca de sistemas de desagüe? ¿Lo sabemos realmente los proyectistas?

En la mayoría de los casos no tendremos respuestas convincentes. Hemos


trabajado sin tiempo como para replantearnos en profundidad un tema ético básico
como es el de saber hasta donde llegan nuestros derechos para decidir que es
bueno para los otros.

Cuando se trabaja sobre pequeñas cuencas los desconocimientos o errores rara


vez ponen en juego las vidas y bienes de la comunidad. Pero cuando las superficies
urbanas abarcan enormes extensiones, (casi 200.000 hectáreas en la Capital
Federal y Gran Buenos Aires), la construcción de sistemas de desagües se puede
traducir, y de hecho es así, en un aumento sustancial de los riesgos.

Resulta por demás sabido,


como se muestra en el
gráfico, que las deficientes
conducciones naturales
poseen de alguna manera
zonas laterales de
expansión. El
entubamiento de los cursos
borra el viejo cauce,
(mayor y menor), y brinda a
la zona una sensación de
seguridad que tiende a
incentivar nuevos y más
densos asentamientos
enmascarando toda
evidencia que permita
algún tipo de interpretación
del comportamiento hídrico
de la cuenca.

La idea que pretendemos


desarrollar es la de modificar los criterios de diseño cambiando el objetivo habitual,
como es el de impedir que durante un cierto período de tiempo (recurrencia) la
cuenca no soporte inundaciones, por otro en el que se fije un período de tiempo

7
dentro del cual no se admitirá un determinado grado de inundación o afectación
superficial.

Dicho más claramente, para decidir la construcción de toda obra de desagües


urbanos, el proyectista debe dejar expresamente determinados los parámetros de
riesgo, midiéndose éstos en términos de tipo de afectación y recurrencia

Dado que estamos hablando de afectaciones en superficie es de entender que los


tiempos de retorno a emplear serán considerablemente mayores.

2.1.- La idea de solidaridad entre habitantes de una cuenca urbana.

Como ya se ha dicho, cuando un sistema de desagües urbanos dimensionado para


una determinada recurrencia es superado en su capacidad los efectos no son
iguales para toda la cuenca. Los sectores altos de las cuencas, aún frente a las
tormentas más severas, raramente son afectados gravemente. El mayor deterioro lo
sufrirán las áreas bajas de la misma. Mayores serán los inconvenientes de los
pobladores de aguas abajo cuanto mayor sea el desarrollo de infraestructura con
que han sido beneficiadas las subcuencas altas. El criterio que se plantea ahora,
vistos estos resultados, es que debería existir algún tipo de solidaridad entre los
habitantes de una misma cuenca.

Todos los pobladores de una cuenca deben comprender que no existen soluciones
absolutas para conducir los excedentes producidos por las precipitaciones y por lo
tanto los inconvenientes deben ser soportados en forma solidaria o al menos
compartida.

Para que este planteo sea realista debemos exponer con claridad el
comportamiento de la cuenca cuando funcionen los sistemas de desagüe. Indicar el
grado de afectación de los distintos sectores de la cuenca y su frecuencia.

2.2.- Determinación del tiempo de retorno y de los correspondientes niveles


máximos en superficie.

Analizado así es posible pensar en establecer un nivel máximo en superficie


asociado al período de tiempo dentro del cual deberá garantizarse que las
afectaciones se mantengan por debajo de dicho nivel. Hablando en términos más
estrictos, la afectación máxima admisible deberá ser una combinación de niveles y
sus velocidades asociadas.

De esta forma el dimensionado de una red de desagües deberá vincular los


escurrimientos superficiales con la recurrencia en lugar de hacerlo solamente entre
los escurrimientos de la red y el tiempo de retorno.

2.3.- Función de la red de conductos.

Sobre esta base, la red o sistema de conductos deberá estar en condiciones, para
cada sector de la cuenca, de transportar los excedentes no admitidos en superficie y
no la de conducir todos los excesos generados en superficie para la tormenta o

8
precipitación de diseño.

2.4.- Función de la superficie de la cuenca.

Superficialmente la cuenca se plantea no como un área libre de inundaciones sino


como un sector del sistema que sufre afectaciones controladas. Los sectores altos
de la misma podrán, en general, ser afectados con mayor frecuencia para que
dichas áreas actúen globalmente como reguladores o retardadores de los caudales
que se transfieren hacia aguas abajo.

3.- MODELOS PARA EL DIMENSIONADO DE CONDUCTOS.

Plantear un problema de desagües urbanos requiere como requisito preliminar


establecer el criterio general con el que se encararán las soluciones. El paso
posterior es seleccionar la metodología de cálculo que permita asegurar el
cumplimiento de los criterios preestablecidos.

Dentro de la multiplicidad de metodologías o modelos a utilizar se hará una breve


descripción de los fundamentos y características generales de algunos de ellos que
son de un uso más o menos general en el país.

3.1.- Modelo Racional.

El método Racional es un modelo utilizado normalmente como estadístico basado


en la aplicación de las leyes Intensidad-Frecuencia-Duración de las precipitaciones.

El método Racional permite, a partir de una recurrencia prefijada, dimensionar el


sistema. La base del cálculo es la de determinar los máximos caudales
correspondientes a cada tramo de la red de conductos. Estructurado sobre las áreas
isócronas de cada punto de la red, calcula los caudales que corresponden a cada
superficie isócrona con intensidades que se corresponden a dichas duraciones.
Estas precipitaciones se suponen uniformemente distribuidas.

El caudal precipitado se transforma en exceso superficial mediante un solo


coeficiente, el de escorrentía, que establece la permanente linealidad entre el agua
caída y el escurrimiento.

9
Así como es de sencilla la comprensión general del método racional, no lo es su
aplicación específica al caso de los desagües urbanos. Atendiendo a estas razones
es que se presentará una breve descripción relacionada con la mecánica del
cálculo.

Sobre el mismo esquema urbano presentado con anterioridad se ha remarcado el


sistema de conductos que reemplazará a los cursos superficiales existentes y
además tres de las subcuencas que aportarán sus derrames al sistema.

Como es sabido la expresión general del método establece que:

Q(R,d) = K . C . I(R,d) . A(d)

Donde:

K Constante de homogeneización de unidades.


C Coeficiente de escorrentía.
I(R,d) Intensidad de la precipitación, función de la recurrencia y de la
duración de dicha intensidad.
A(d) Sector de la subcuenca que aporta al derrame para la duración
correspondiente.

Una vez fijada la recurrencia de diseño, de la ley Intensidad-frecuencia-duración,


(IFD), se obtendrán los valores de I(R,d).

Las A(d) surgirán de la medición de las superficies que aportan al nodo en función
del tiempo,(duración). En el gráfico adjunto se muestra como, en base a las
direcciones de escurrimiento se pueden calcular las áreas en función de los tiempos
que toma el agua en llegar al punto de concentración o entrada al conducto.

10
Se obtienen así una ley que establece la vinculación entre los valores crecientes de
las áreas con el tiempo, hasta un tiempo final que corresponde al tiempo que
demora en llegar al punto de concentración la gota que incide en el punto más
alejado de la subcuenca. En principio al tiempo o duración nulo le corresponde un
área nula, pero normalmente se le asigna un valor nulo del área al tiempo, ( do), que
se toma como representativo de las pérdidas y demoras que sufre una gota
precipitada hasta que puede transitar libremente hacia el nodo.

Este proceso se repite para todas las subcuencas que aportan a puntos de ingreso
del sistema de conductos.

La ley de A=f(d) multiplicada por C representa el área efectiva que aporta al


escurrimiento. En el gráfico se muestra su representación con el corrimiento do
mencionado. El producto de las ordenadas de la ley A=f(d) por las de I=f(d) permite
conocer el caudal máximo, (Qmax 1), que se presentará en la subcuenca para una
recurrencia determinada. Con dicho valor se dimensiona el conducto entre el nodo
1 y el 2.

El dimensionado permitirá conocer la velocidad con que escurre dicho caudal


máximo, y por lo tanto el tiempo Δt que emplea el escurrimiento en llegar hasta el
segundo nodo. Para calcular el segundo tramo del conducto será necesario tener en
cuenta las A(d) que aportan al segundo nodo, es decir: a las áreas
correspondientes a la segunda subcuenca se les deberán sumar las de aguas
arriba, (subcuenca 1), desfasadas estas en el intervalo Δt.

El esquema planteado se muestra en el gráfico adjunto donde:

11
C.A(1,d+Δt) Area efectiva de la cuenca 1
que aporta al nodo 2.

C.A(2,d) Area efectiva de la cuenca 2 que aporta al nodo 2.

C.A(1+2,d) Area efectiva total que aporta al nodo 2.

Una vez calculada el área efectiva correspondiente al nodo 2 se procede al cálculo


del Qmax2 que servirá para el dimensionado del segundo tramo del conducto. Sobre
estas bases se continua el cálculo secuencialmente desde aguas arriba hasta la
descarga.

La claridad conceptual que encierran las leyes Intensidad-Frecuencia-Duración,


sumado a la necesidad de establecer el valor de un único coeficiente para fijar las
condiciones de transformación lluvia-caudal hacen que este método siga siendo el
de más amplia difusión entre todos los conocidos. La experiencia adquirida en el
uso del mismo permite selecciones atinadas del coeficiente de escorrentía con
resultados que solo son objetables cuando se trata de grandes cuencas y
recurrencias elevadas, situaciones para las cuales se supone que el alto grado de
simplificaciones contenidas en el método pueden afectar seriamente la precisión del
mismo.

El método Racional solo establece cual es el máximo caudal esperable en cada


punto de la red para la recurrencia de diseño. Nada informa sobre las condiciones
de la cuenca cuando la precipitación supera las condiciones de cálculo, más allá de
que es posible plantear, sobre la misma base metodológica, un modelo que
considere escurrimientos superficiales excedentes al sistema de conductos. En este
caso es dable pensar que la extensión de los criterios del método a dichas
situaciones pueden generar importantes incertidumbres sobre la bondad de sus
resultados.

A partir de una precipitación sobre una cuenca el exceso de la misma que se


convertirá en caudal resulta de la consideración de las pérdidas iniciales, el
colmatamiento de depresiones y de los caudales infiltrados sobre las superficies
permeables de la misma. Todos estos elementos son tenidos en cuenta en el
método Racional a través de un período de tiempo inicial que no genera
escurrimiento y del coeficiente de escorrentía.

Este período inicial sin escurrimiento se representa haciendo corresponder el área


nula con la isócrona de dicha duración.

12
La coexistencia dentro de la cuenca de superficies permeables e impermeables se
cuantifican mediante el coeficiente de escorrentía.

Las pérdidas iniciales, (intercepción y llenado de depresiones), y las pérdidas por


infiltración que se desarrollan en forma decreciente en el tiempo, más allá de que
pueden variar según sea el estado previo de la cuenca, son en términos generales
valores constantes y representativos de las características hidrológicas de la misma.

Las pérdidas iniciales son volúmenes que, como se dijo, están simuladas
adjudicando un tiempo a partir del cual la precipitación se torna escurrimiento. Así
como está planteado en el método Racional, significa que las pérdidas iniciales son
función directa de la recurrencia.

El coeficiente de escorrentía representa en términos generales la relación entre la


superficie impermeable y la total. Como esquematización implica suponer que las
áreas permeables nunca contribuyen al escurrimiento. Esto puede ser válido, o al
menos introduce solo pequeños errores, cuando se trata de recurrencias bajas pero
que indudablemente distorsionan fuertemente la realidad cuando se pretende
calcular para tiempos de retorno elevados. Para estos casos las superficies
permeables se convierten a partir de un momento dado en una importante fuente de
escurrimientos superficiales.

3.2.- Modelos sobre la base del HYMO.

Sobre la base del mundialmente difundido modelo HYMO, (Hydrologic Model,


desarrollado originalmente por Williams y Hann en el año 1973), se han
desarrollado diferentes versiones con el agregado de nuevos comandos que
contienen subrutinas que lo habilitan para una modelación más pormenorizada de
cuencas urbanas.

Particularmente el Modelo OTTHYMO fue desarrollado en la Universidad de Ottawa


bajo la dirección del Prof. Paul Wisner. Sobre la misma base se han desarrollado
otras versiones como el Inter HYMO y el Ar HYMO.

El modelo OTTHYMO es un modelo determinístico que evalúa el efecto de eventos


aislados de precipitación. Estas tormentas pueden ser tanto eventos observados o
generados sintéticamente.

Los principales comandos o subrutinas adicionados al HYMO son:

- Compute Urbhyd: Subrutina que simula los hidrogramas separados que se


generan en una cuenca compuesta por superficies permeables e
impermeables, utilizando la técnica del hidrograma unitario.

- Kinroute: Realiza el traslado de un hidrograma por el método de la onda


cinemática a lo largo de las conducciones de la red a superficie libre y
permite el dimensionamiento de los conductos.

El modelo constituye, desde un punto de vista teórico, un claro avance sobre el


Racional, ya que permite una modelación pormenorizada de los fenómenos básicos
que se desarrollan dentro de una cuenca urbana.

Sin entrar en las múltiples posibilidades que el OTTHYMO ofrece al calculista, es

13
necesario destacar una que resulta particularmente valiosa: las subcuencas
urbanas se encuentran divididas no sólo en permeables e impermeables sino que a
su vez las impermeables se subdividen en aquellas áreas que se encuentran
directamente conectadas al extremo final de la subcuenca y las que descargan sus
excesos hacia las superficies permeables antes de llegar al punto de concentración.

El ordenamiento del cálculo es el siguiente, desarrollándose el proceso desde


aguas arriba secuencialmente hasta la descarga:

a) Calcula la precipitación efectiva descontando las pérdidas.

b) Calcula los hidrogramas superficiales que aportan a los diferentes nodos.

c) Calcula el hidrograma que ingresa a un tramo del conducto como suma del
hidrograma superficial más el de los hidrogramas correspondientes a los
conductos que acceden al nodo.

d) Dimensiona el conducto a partir del pico del hidrograma ingresante.

e) Calcula el traslado del hidrograma ingresante hasta el próximo nodo.

Como suele ocurrir en aquellos modelos que realizan simulaciones tendientes, en


sus distintos pasos, a una mayor aproximación a los procesos reales, requieren de
una cantidad importante de parámetros, cuyos valores deben ser establecidos
previamente por el operador del mismo. En los casos en que el usuario no disponga
de una adecuada experiencia, esta situación suele representar un inconveniente y
una fuente de incertidumbres sobre la calidad de los resultados obtenidos.

La determinación del hietograma a utilizar para el diseño presenta en general el


mismo tipo de problemas que los mencionados anteriormente.

Iniciarse en el uso de este modelo requiere en general de la realización de algún


tipo de análisis sobre la sensibilidad de los principales parámetros así como la
comparación de sus resultados con modelos más conocidos por el usuario. La
ventaja evidente, común a todos los modelos determinísticos, es que permiten su
calibración a través de mediciones directas sobre las cuencas, redes de conductos
y tormentas reales con la condición de que las mediciones de campo se realicen
para tormentas que no superen la capacidad de conducción del sistema.

Como problema menor es necesario indicar que en el OTTHYMO la entrada de


datos no es lo suficientemente cómoda y la revisión de los mismos requiere un
evidente cuidado y concentración. Esta mención no es importante ya que se trata de
un problema fácilmente solucionable, pero que subsistía en la versión del modelo
utilizada.

3.3.- Modelos basados en el SWMM.

En este caso, al igual que en el anterior, se trata de la adecuación de un modelo


ampliamente difundido como el SWMM, (Storm Water Management Model), para su
aplicación a cuencas urbanas. Fue desarrollado en la Universidad de Ottawa por el
mismo equipo que trabajó sobre el HYMO. El OTTSWMM es, al igual que el
anterior, un modelo determinístico.

14
Introduce un concepto que valoriza el trabajo, como es el de realizar un análisis
dual de la cuenca. Se avanza así sobre los modelos que calculan el aporte de cada
subcuenca y establecen que estos escurrimientos pueden ingresar íntegramente al
sistema de conductos, el que paralelamente es dimensionado para permitir su
funcionamiento a superficie libre.

El OTTSWMM esquematiza la cuenca como un elemento dividido en dos partes o


redes interconectadas entre sí: una red de superficie o Sistema Mayor y otra
conformada por la red de conductos o Sistema Menor.

Los sumideros constituyen el elemento de interconexión entre ambos sistemas. El


modelo permite establecer las capacidades de ingreso de los sumideros para cada
nodo, es decir las limitaciones en los aportes hacia el Sistema Menor, haciendo
posible la evaluación discriminada de los escurrimientos que persisten en superficie
de los que escurren por la red de conductos.

Adicionalmente, admite la ubicación de volúmenes de acumulación tanto en


superficie como subterráneos, con diferentes alternativas de descarga.

Para el cálculo separa la red superficial de la subterránea y las calcula en ese orden
en forma secuencial desde el extremo aguas arriba hasta la descarga.

El ordenamiento del cálculo es el siguiente:

a) Sistema Mayor (superficial).

a1) Calcula los excesos de precipitación para todas las subcuencas.

a2) Calcula los hidrogramas de aporte de cada subcuenca.

a3) Calcula el hidrograma que accede a un nodo con sumideros como


suma del hidrograma propio de la cuenca más el que llega por el
sistema de calles.

a4) Calcula primero el hidrograma que ingresa al Sistema Menor


(conductos) a partir del calculado en a3) restringido por las condiciones
de ingreso impuestas por los sumideros del nodo y luego el
hidrograma que sigue por la calle.

a5) Calcula el traslado del hidrograma por la calle hasta la próxima


esquina o nodo.

a6) Retorna el cálculo en a3).

b) Sistema Menor (conductos).

b1) A partir del hidrograma captado por los sumideros del primer nodo
puede dimensionar el conducto en función del caudal pico del mismo
(si la corrida es de dimensionamiento) ó bien, si las dimensiones han
sido dadas, calcular el exceso por sobre la capacidad del conducto y
proceder al ruteo hasta el próximo nodo del hidrograma remanente.

15
b2) Calcula el hidrograma en el nodo siguiente como suma del trasladado
más el ingresado a través de los sumideros y repite la rutina b1).

b3) Sigue el cálculo hasta el último nodo.

La versión del OTTSWMM con la que se trabajó presenta algunas limitaciones que
hacen que los propósitos enunciados por los autores no puedan cumplirse
acabadamente.

La primera limitación encontrada es que el Sistema Mayor (calles) es calculado


íntegramente sin tener en cuenta posibles limitaciones en los ingresos al sistema de
conductos cuando éstos resultan subdimensionados. Esto se traduce en que los
hidrogramas superficiales solo están condicionados por las leyes de ingreso
impuestas a los sumideros que no están afectados por las capacidades de los
conductos.

En los casos en que los conductos no tengan capacidad de captar todo lo que pasa
a través de los sumideros en la corrida solo se indica esta irregularidad, pero no
recalcula el hidrograma que sigue por la calle.

Conceptualmente, el sistema no cumple las condiciones de continuidad cuando se


produce esta situación. Este problema solo se puede salvar redimensionando los
conductos o disponiendo de reservorios que puedan contener los volúmenes
faltantes.

Cuando se pretende analizar un sistema existente para evaluar las condiciones de


superficie, estas limitaciones resultan determinantes.

Los comentarios referidos al OTTHYMO en relación a la determinación de los


distintos parámetros que forman parte de la base de información valen igualmente
para el OTTSWMM. Como diferencia en favor de este último, es necesario
mencionar que la preparación de los archivos de entrada son sencillos y fáciles de
rehacer y corregir.

4.- MODELOS DUALES PARA EL ANÁLISIS DE LOS ESTADOS SUPERFICIALES.

Hoy es posible encontrar una diversidad importante de modelos más allá de los
mencionados, algunos de los cuales tienen características similares, y otros, de
mayor complejidad, se basan en simulaciones más detalladas de los procesos tanto
hidrológicos como hidráulicos puestos en juego.

La primera necesidad que surge cuando lo que se plantea como elemento


fundamental de evaluación es el análisis de los estados superficiales frente a
determinadas tormentas es contar con un modelo dual. Modelos duales son
aquellos, como hemos visto, que están en condiciones de simular simultáneamente
los procesos en superficie, subcuencas y calles, y en el sistema de conducciones.

El proceso de dimensionado o proyecto de una red nueva o mejoramiento de una


existente debería seguir los siguientes pasos.

a) Fijar las condiciones críticas admitidas en la superficie. Esta condición puede


expresarse como un nivel máximo admisible o mejor con una serie de pares
de valores de niveles y velocidades.

16
b) Fijar la recurrencia para la cual se analizará el sistema.

c) Correr el modelo para simular los efectos de la tormenta de diseño con los
sumideros y conductos o conducciones predimensionados.

d) Analizar los resultados y proceder a ajustar las dimensiones de los sumideros


y conductos.

d) Reiterar los pasos c) y d) hasta cumplir con las condiciones establecidas en


a) y b).

4.1.- Condiciones.

Un modelo que permita en forma realista evaluar los estados superficiales debería
reunir un conjunto de condiciones que aseguren la correcta simulación de los
procesos involucrados. Para una mejor comprensión global de las condiciones
necesarias para un modelo de este tipo separaremos dos aspectos: los hidrológicos
o transformación lluvia-caudal y los referidos a la traslación de los hidrogramas.

4.1.1.- Condiciones hidrológicas.

Los procesos hidrológicos de superficie en el caso de sistemas urbanos son de


relativa sencillez. Consideramos que lo más relevante es establecer una adecuada
tipología de las superficies para estar en condiciones de discriminar los múltiples
tipo de respuesta que se presentan.

La primera diferenciación es la de superficies permeables e impermeables. Los


hidrogramas correspondientes a las áreas permeables surgen de un primer paso
donde se procede a transformar el hietograma de precipitación en el neto
precipitado por descuento de los volúmenes correspondientes a las pérdidas
iniciales y a las de infiltración. Las iniciales se componen del volumen precipitado
que es retenido para el mojado de todas las superficies expuestas a la lluvia mas la
colmatación de las depresiones contenidas en dichas superficies.

El área, su forma, pendiente y rugosidad son las característica o parámetros


encargados de definir la forma del hidrograma de salida. La utilización de
hidrogramas unitarios a partir de los parámetros anteriores es satisfactorio y
tratándose de subcuencas con valores pequeños de superficie aun la consideración
de hidrogramas triangulares brinda resultados equivalentes a formas de mayor
complejidad.

Cuando se tratan las superficies impermeables es conveniente establecer algún tipo


de diferenciación. Las superficies de las calles y las veredas se encuentran siempre
directamente conectadas al punto de concentración o descarga. Dentro de las
manzanas las superficies impermeables no siempre se comportan como
directamente conectadas.

Los sistemas domiciliarios internos de drenaje tienen en general componentes


complejas que permiten asumir que sobre dichas superficies se produce una cierta
regulación y retardo de la precipitación que reciben debido a deficiencias internas
de sus sistemas de evacuación. Otras, en tanto, descargan previamente sus
excesos sobre áreas permeables y contribuyen al llenado de depresiones de estas

17
últimas y sufren pérdidas por infiltración.

Este tipo de discretización permite respuestas diferentes ante distintas intensidades


de precipitación y se evita la rigidez que otorga un único tipo de hidrograma como
respuesta para cada subcuenca. Si se simplifican en demasía los tipos superficiales
se encontrarán probablemente dificultades en los ajustes y ocurrirá que las áreas
muy pobladas presenten respuestas mayores a las esperadas.

4.1.2.- Condiciones hidráulicas.

Los procesos que denominamos hidráulicos se refieren al procesamiento de los


escurrimientos que ocurren en los sistemas de conducción y conexión: Mayor,
(superficial), Menor, (subterráneo) y sumideros.

Los modelos determinísticos duales tratan básicamente sobre procesos


impermanentes. Más allá de particularidades que veremos más adelante, los
escurrimientos impermanentes pueden presentarse en dos formas: a presión y a
superficie libre.

Aún cuando la resolución de todos los procesos transitorios en hidráulica se


resuelven a partir de la segunda ley de Newton, (o cantidad de movimiento), y del
cumplimiento de las condiciones de continuidad, los sistemas de ecuaciones
diferenciales a los que se arriba son diferentes para los casos de escurrimientos a
presión y los correspondientes a superficie libre.

La celeridad de la onda , en el caso de los escurrimientos a presión, es siempre del


orden de los centenares de metros por segundo, en tanto que en los fenómenos a
superficie libre esta se restringe al orden de los metros por segundo. La
convergencia de los sistemas de ecuaciones que se plantean, si se trata de
escurrimientos a presión hace necesario pasos de tiempo que se miden en décimas
de segundo. Analizar estados impermanentes que duran horas con unidades de
cálculo tan pequeñas resulta un elemento que conspira tanto con las posibilidades
de cálculo como con la precisión.

Este hecho hace que, para el tratamiento de los escurrimientos en conductos, aún
cuando durante ciertos períodos del proceso
transitorio el sistema entre en carga, su resolución
se plantee como un flujo a superficie libre. En este
último caso las condiciones completas del
escurrimiento están expresadas por las ecuaciones
de Saint Venant.

Para mantener la validez de la hipótesis de superficie libre, (distribución hidrostática


de las presiones), se recurre a la suposición que el conducto posee una ranura
virtual que tiene área y perímetro mojado nulos.

Diversas simplificaciones sobre las mencionadas ecuaciones dan lugar a métodos

18
de resolución relativamente sencillos cuyos resultados no entran en conflicto con el
grado de precisión necesario. En términos generales se puede establecer que en la
gran mayoría de los casos no es necesario plantear un modelo de escurrimiento
basado en la resolución de las ecuaciones de Saint Venant.

La forma habitual de presentarlas es la siguiente para el caso de conducciones que


en los tramos de cálculo no tienen ingresos laterales:

A Q
+ =0 Condición de continuidad
t x

1 V V V y Condición dinámica

. + . + + Sf  So =0
g t g x x Donde el primer término de la ecuación de equilibrio dinámico es
proporcional a las fuerzas de aceleración local, el segundo a las
correspondientes a la aceleración convectiva en tanto que los
restantes se relacionan con las fuerzas de presión, gravedad y fricción.

Conviene recordar las hipótesis bajo las cuales se plantean las ecuaciones de Saint
Venant para conocer sus limitaciones y alcances:

- Las variaciones geométricas entre secciones de cálculo son continuas. No se


admiten variaciones bruscas de las mismas.

- Las componentes de la velocidad en los sentidos transversales al movimiento


son despreciables frente a la componente en el sentido del mismo. El flujo
considerado es unidimensional.

- Las componentes de la aceleración en los sentidos transversales al


movimiento son despreciables. Se admite así una distribución hidrostática de
las presiones en las secciones.

4.2.- Modelos seudo-dinámicos.

Bajo este nombre genérico quedan incluidas todas las modelaciones que se derivan
de simplificaciones sobre las ecuaciones completas, ( Saint Venant), del movimiento
y son utilizadas para la traslación de hidrogramas entre nodos ya sea sobre la
superficie o debajo de ella.

Los métodos de traslación simplificados se pueden clasificar sucintamente en:

- Almacenamiento. Considera solo la condición de continuidad.

- Onda cinemática. Considera la condición de continuidad y las fuerzas de


fricción y gravedad:

Sf So = 0
- Difusión. Se considera la condición decontinuidad y las fuerzas de

19
presión, fricción y gravedad:
y
+ Sf  So = 0
x
En la mayoría de los casos, los métodos de traslación como los de
almacenamiento, ondas cinemáticas o difusión dan resultados acordes con los
propósitos planteados y resultan por lo tanto suficientes. Indiquemos sus
limitaciones:

- No admiten la fijación de condiciones de borde.

- No permiten resolver adecuadamente los casos de conducciones a


presión. Aún bajo ciertas hipótesis simplificativas no se obtiene la
posición de la línea piezométrica.

Se obtendrán resultados aceptables cuando los sistemas de conductos no


encuentren condicionantes externos para su capacidad de descarga y no se tenga
necesidad de conocer los niveles piezométricos.
Si se tiene en cuenta que los escurrimientos tanto superficiales como subterráneos
se caracterizan por cambios bruscos y situaciones localizadas particulares como
son las expansiones en las esquinas, flujos que inciden uno sobre otro con
direcciones casi transversales, radios de curvatura pequeños, etc., la utilización de
métodos simplificados de traslación de ondas se encuentran claramente justificados.

4.3.- Modelos hidrodinámicos.

Intentar el análisis de los movimientos impermanentes mediante la resolución de las


ecuaciones de Saint Venant solo se justifica en los casos en que:

- la entrada a presión de los conductos se convierte en una severa restricción


de la capacidad de los sumideros cuando estos puedan funcionar como
elementos de alimentación al sistema de superficie y

- cuando la red deba respetar condiciones externas. Son los casos en que los
niveles de la descarga pueden influir marcadamente en la capacidad de los
sistemas de conducción.

Ya que las ecuaciones solo son válidas para escurrimientos a superficie libre se
debe recurrir a ciertos artificios para que los conductos a presión puedan manejarse
bajo estas hipótesis. Lo habitual es suponer, como ya se vio, que los conductos
poseen longitudinalmente una ranura que hidráulicamente tiene área y perímetro
mojado nulos. Bajo estas condiciones los valores de presión obtenidos, o de tirante,
representan la posición de la línea piezométrica. A partir de este valor es posible
entonces plantear estrictamente el funcionamiento de los sumideros e imponer
condiciones de borde al escurrimiento.

Es necesario destacar que la resolución de estos sistemas es matemáticamente


compleja con problemas de estabilidad y convergencia que exigen un especial
cuidado en la selección de los métodos de cálculo a ser aplicados.

4.4.- Comentarios.

20
Los modelos basado en métodos simplificados de traslación permiten pasos de
tiempo relativamente grandes, del orden de los minutos. además la secuencia de
cálculo es espacial, es decir que el cálculo avanza desde aguas arriba hacia aguas
abajo donde para cada paso los hidrogramas se calculan para todo el período de
tiempo de análisis.

Las condiciones de validez impuestas para la resolución de las ecuaciones de Saint


Venant exigen pasos de cálculo sumamente pequeños cuando los conductos entren
en carga. La secuencia de cálculo es temporal, vale decir que en cada paso de
cálculo se resuelven simultáneamente las condiciones hidráulicas del escurrimiento
para todos los nodos de la red. Los reducidos incrementos de tiempo que es
necesario mantener se traduce en que para áreas importantes con tormentas del
orden de las horas el método es sumamente lento y la existencia de impresiciones
en la resolución de cada paso pueda tender a errores que se magnificarán al
evolucionar el cálculo.

5.- CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES.

5.1.- Pequeñas cuencas.

Cuando se trata de pequeñas cuencas, definiendo como tales aquellas que no


superen las 1.000 Has, los resultados obtenidos mediante el uso del modelos
mencionados, OTTHYMO y OTTSWMM, no presentaron diferencias importantes,
(siempre que se trate de corridas destinadas al dimensionamiento del sistema). Esta
afirmación incluye el método Racional. Las diferencias más importantes surgen en
la consideración de la tormenta de diseño empleadas para los modelos
determinísticos. Si ésta tiene tiempos al pico cortos pesan seriamente las pérdidas
iniciales y sus resultados presentan caudales menores que el Racional.

Surge así la importancia de la ubicación del pico del hietograma. Las características
de las tormentas reales serán primordiales para establecer los criterios con que se
dimensionarán los hietogramas de diseño. En los casos en que las tormentas
tengan una tendencia manifiesta a ubicar las mayores intensidades de precipitación
al comienzo de la misma se podrá mantener el pico en primer tramo de la tormenta.
Cuando las mayores intensidades tengan lugar luego de períodos iniciales de poca
intensidad el hietograma deberá tener un período importante de tiempo al pico para
evitar que las pérdidas iniciales subdimensionen los caudales.

Todo esto se traduce que el uso de modelos determinísticos exija un análisis


importante de parametrización y clasificación de las tormentas o en su defecto en la
fijación de las perdidas iniciales a ser consideradas.

La recomendación general es que en aquellos casos en que no se disponga de una


experiencia probada en la selección de las constantes que caracterizan las pérdidas
iniciales y a los hidrogramas o cuando no se han realizado mediciones directas de
campo de precipitación y caudal sobre redes existente es aconsejable el uso del
método Racional.

5.2.- Grandes cuencas.

Para el tratamiento de cuencas mayores y sobre todo cuando se requiera analizar


los efectos provocados por el sobrepasamiento de las capacidades de las redes de

21
conductos es necesario la utilización de modelos determinísticos duales.

Esto exigirá realizar análisis detallados de todos los parámetros intervinientes en el


modelo así como de las tormentas de aplicación. La implementación de sistemas de
medición sobre cuencas en funcionamiento resulta indispensable. Es nuestra
opinión que esa es la tendencia a seguir si pretendemos proyectar grandes
sistemas con criterios de seguridad similares a los que habitualmente consideramos
naturales en otro tipo de obras hidráulicas.

La optimización de estos esfuerzos se logrará en base a un permanente intercambio


de experiencias.

22
6.- ANEXOS
I.- MUD-ABS

Con el propósito de profundizar en el sentido propuesto en estas notas es que


hemos desarrollado un modelo dual que permite el análisis de sistemas de desagüe
y los estados transitorios de desbordes superficiales. El modelo permite la
corrección de estados no deseados en superficie mediante el redimensionamiento
parcial o total del sistema menor, (conductos).

I.1.- Introducción.

El modelo MUD-ABS (Modelo Urbano Dual), es un modelo matemático hidrológico


determinístico que permite la evaluación de eventos aislados destinado al diseño y
verificación del funcionamiento de sistemas de desagües pluviales urbanos.

El análisis de la respuesta del sistema es dual, es decir, considera la existencia de


la red de conductos (sistema menor) y el movimiento del agua a través de las calles
(sistema mayor). Ambos sistemas interactúan en los nodos, en lo cuales se ubican
los sumideros que se constituyen en el elemento de vinculación y control de la
operación de ambos.

I.2.- Hipótesis simplificativas y limitaciones del modelo

De la comparación entre las ecuaciones completas que gobiernan el movimiento y


las simplificaciones que se deben asumir sobre el sistema físico para su
modelización, surge la conveniencia inicial de adoptar métodos para el cálculo de
las traslaciones de los hidrogramas que, aun cuando resulten teóricamente menos
rigurosos, faciliten el cálculo.

Para el análisis de los estados impermanentes se diversas alternativas dentro de las


cuales se incluye un modelo de almacenamiento que tiene en cuenta algunos
aspectos difusivos, (Muskingum-Cunge). Como ya fue comentado bajo estas
hipótesis no es posible establecer condiciones de borde al flujo, ni conocer la
posición de la línea de energía del mismo.

El modelo permite dos tipos de corridas: de dimensionamiento y de verificación.


Para las primeras una vez definido el hietograma se obtienen las dimensiones de
los conductos y sumideros que garantizan que todos los caudales que acceden a un
nodo salen de él por el sistema de conductos.

En las corridas de verificación se deben dimensionar previamente tanto los


conductos como los sumideros. En estas corridas los hidrogramas que egresan de
los nodos quedan determinados a partir de las dimensiones de los sumideros del
nodo y de las características del conducto que nace en él.

I.3.- Tormentas de cálculo.

El MUD-ABS permite el uso de hietogramas definidos por el usuario, o bien a partir

23
de curvas Intensidad-Duración-Frecuencia definir hietogramas con recurrencias
seleccionadas (tipo Chicago), debiéndose, en este caso, fijar los intervalos de
tiempo así como la ubicación del pico del hietograma.

I.4.- Secuencia de cálculo.

Los cálculos son efectuados nodo por nodo, para lo cual analiza previamente la
topología de los sistemas mayor y menor, estableciendo así la secuencia de avance.

En cada nodo se simulan los procesos de transformación lluvia-caudal, generando


así la respuesta de cada subcuenca frente a la tormenta considerada.

El paso siguiente es la búsqueda de los aportes que llegan al nodo (es decir, qué
ramales convergen) tanto por el sistema mayor como por el menor.

ANALISIS DE LOS HIDROGRAMAS EN EL NODO (i)


ANALISIS DE LOS HIDROGRAMAS QUE ANALISIS DE LOS HIDROGRAMAS QUE
LLEGAN DESDE EL NODO ANTERIOR ( i - 1) PARTEN AL NODO SIGUIENTE ( i + 1)
MAS LOS PROPIOS DE LA SUBCUENCA ( i ) DESDE EL NODO ( i )
Q
SISTEMA MAYOR - SUPERFICIE

Porción del HIdrograma que excede


la capacidad de los sumideros.

Hidrograma generado por superación


Qmáx de la capacidad de los sumideros
sumidero

Hidrograma que llega al Hidrograma generado por superación


nodo ( i ) por superficie de la capacidad del conducto

T T

Hidrograma total que sigue por


Porción del HIdrograma que excede el conducto hacia el nodo ( i + 1 )
la capacidad del conducto.
Q Qmáx
Q
conducto
Hidrograma total que
SISTEMA MENOR - CONDUCTOS

potencialmente puede
seguir por conducto
hasta el nodo ( i + 1)

Hidrograma que llega del


nodo ( i ) por el conducto

Hidrograma que llega del


nodo ( i ) por el conducto

T T

El hidrograma de respuesta propio de la cuenca es sumado a los que llegan por el


sistema mayor, (calles). En este punto se efectúa un análisis preliminar de
separación del hidrograma: el sistema menor, (conductos), capta los caudales hasta
llegar a la capacidad de los sumideros, reenviando los excedentes hacia el sistema
mayor. En caso de que sea una corrida de dimensionamiento, el caudal máximo del
hidrograma es utilizado para fijar la capacidad de los sumideros.

Una vez efectuado el análisis en superficie de un nodo, se pasa al sistema menor


donde se suman los aportes que llegan por conductos desde nodos ubicados aguas
arriba y los que acceden desde los sumideros del nodo. En las corridas de
verificación los caudales que superan la capacidad del conducto que nace en el
nodo analizado son transferidos al sistema mayor. En el caso que se lo solicite,
permite el redimensionamiento tanto del conducto como de los sumideros para que

24
pueda conducir total o parcialmente el hidrograma de superficie.

Así quedan definidos los hidrogramas correspondientes al sistema mayor y menor


que deben ser transferidos hacia los nodos ubicados inmediatamente aguas abajo,
teniendo en cuenta el efecto de los traslados por los tramos correspondientes.

La secuencia de cálculo prosigue de la misma manera, hasta llegar a la sección


final.

I.5.- Generación de hidrogramas.

El hidrograma de respuesta de cada subcuenca es generado utilizando hidrogramas


unitarios. El modelo ofrece distintas alternativas: HU triangular, HU adimensional del
Soil Conservation Service, HU de Nash o bien uno definido por el usuario.

Para cada cuenca se debe


ingresar la información
correspondiente al tiempo
de concentración,
superficies totales,
permeables e imper-
meables, así como las
pérdidas iniciales y las de
infiltración.

El hidrograma resultante se obtiene de la convolución del hidrograma unitario


adoptado y el hietograma de preci-pitación efectiva.

La rutina de generación utiliza un paso de cálculo interno, el cual es adoptado de


modo tal que no supere a la décima parte del tiempo de concentración.

I.6.- Traslado de los hidrogramas entre nodos.

Para efectuar los traslados tanto para el sistema mayor como para el menor se
pueden seleccionar como alternativas una traslación pura (sin deformación de la
onda, solo corrimiento en el tiempo), utilizar el método de Muskingum-Cunge en
versiones lineal o no lineal o, en tramos de escasa longitud o mucha pendiente,
forzar un traslado instantáneo, es decir sin desfasaje temporal.

Para el dimensionamiento o traslado por el sistema menor, el MUD-ABS considera


que los conductos son siempre circulares. En el caso del sistema mayor,
(superficie), se debe indicar cuales son las características de las mismas, que son
agrupadas en calles tipo de acuerdo a la altura de cordón, ancho, pendiente y
rugosidad de la calzada y de la vereda y pendiente general longitudinal.

25
I.7.- Ingreso de los datos.

La información correspondiente a las características de las distintas subcuencas,


conductos y calles, así como los datos de la corrida y de la tormenta de cálculo,
puede ser ingresada a través de archivos de datos o en forma interactiva,
completando las distintas planillas que presenta el programa.

Esta información puede ser permanentemente actualizada, generando nuevas


corridas, y poder así analizar distintos eventos pluviométricos o considerar
variantes para los distintos elementos que constituyen la red de desagües.

I.8.- Resultados.

Los resultados son almacenados en distintos archivos, en los que se presentan las
dimensiones de los conductos de la red, los hidrogramas de respuesta y la
afectación de las distintas calles.

En forma interactiva puede consultarse la información generada por el modelo, la


cual es presentada gráficamente, elemento por elemento. Una vez concluida la
corrida, accediendo al comando Gráficos, se obtiene para cada nodo de cálculo,
los hidrogramas correspondientes a la subcuenca propia, al conducto y a la calle
que salen del mismo. En cada gráfico quedan explicitados los caudales, velocidades
y tirantes máximos.

Del análisis de los resultados, el MUD-ABS permite modificar los datos de entrada,
como se indicó en I.6.-, hasta lograr del sistema de desagües el funcionamiento
deseado.

I.9.- Comentarios

El objeto de estas notas es mostrar un breve panorama de las técnicas y


herramientas con que se cuenta para el dimensionado de sistemas de desagües
urbanos haciendo hincapié en la necesidad de introducir un cambio en los objetivos
que deben ser satisfechos.

Con ese propósito se desarrolló el Modelo Urbano Dual, (MUD-ABS), tratando de


cubrir aspectos no satisfactorios de otros modelos conocidos fundamentalmente en
lo que respecta al tratamiento de los estados de superación de la capacidad de los
sistemas de conductos.

El lenguaje de programación empleado para el MUD-ABS fue Visual Basic, que


permite la utilización de las modernas técnicas interactivas y visuales generadas
bajo un ámbito Windows.

En el gráfico que se adjunta se presenta el resumen de una serie de corridas sobre


un sector parcializado de la cuenca que se utilizó como ejemplo del curso
abarcando hasta el nodo 9. Se seleccionó solo una parte de la cuenca por razones
de tiempo ya que se debieron realizar aproximadamente 50 corridas. Las corridas
sobre el conjunto de la cuenca, más de 600 Has., permiten similares conclusiones.
Siempre fue seleccionada la opción dimensionar los conductos, es decir que no se
generaban hidrogramas excedentes por superficie.

26
Cada serie de corridas cubría diferentes ubicaciones del pico del hietograma, que
en todos los casos se generaban a partir de las curvas de IFD. La ubicación del pico
del hietograma fue desplazándose para cada una de ellas desde un mínimo de 5
minutos hasta un máximo de 60. En ordenadas se leen los caudales
correspondientes.

Las corridas consideran dos recurrencias, 2 y 25 años, y para cada una de ellas se
realizaron dos, cuya diferencia estriba en el tratamiento de las áreas permeables.

Con trazo lleno se indica los resultados generados cuando a las áreas permeables
se les adjudicaba una pérdida inicial lo suficientemente grande como para ase-gurar
que no se pro-dujeran escurrimientos dentro de ellas. Con esto se buscó una cierta
equiparación con las ba-ses del método Racional.

Con línea de puntos se individualizan las corridas para las cuales a la pérdida inicial
de las áreas permeables se le adjudicó un valor de 10 mm además de las
provocadas por infiltración.

En todos los casos las superficies impermeables tienen asignada una pérdida inicial
de 5 mm. Los comentarios que surgen del análisis de los resultados se pueden
dividir en varios aspectos:

a) En todos los casos se manifiesta un crecimiento de los caudales asociado a


desplazamientos del pico del hietograma. Esto se debe a que cuando las
pérdidas iniciales reducen la precipitación efectiva en coincidencia con las
mayores intensidades los caudales se reducen. Al apartarse el pico del
hietograma del inicio de la tormenta las mayores intensidades no se ven
afectadas por las pérdidas iniciales y por lo tanto se desarrollan caudales
mayores.

Esto pretende demostrar el cuidado con que se debe seleccionar no solo la


tormenta de diseño sino la ubicación del pico del hietograma.

b) Analizando las corridas en las cuales las cuencas permeables se encuentran

27
activas se ve claramente que los resultados que se obtienen no difieren
sustancialmente de las realizadas con estas superficies anuladas cuando se
trata de recurrencias bajas, (2 años). La razón estriba en que para estas
recurrencias las intensidades son lo suficientemente bajas frente al las
pérdidas iniciales y de infiltración supuestas que provoca escurrimientos
pobres o nulos desde las superficies permeables de la cuenca.

Para recurrencias elevadas, 25 años en este caso, el volumen precipitado


sobre las áreas permeables resulta superior a las pérdidas y estas
superficies generan aportes importantes.

c) En el gráfico se han ubicado los resultados obtenidos mediante el Método


Racional que como se ve coinciden prácticamente con los del MUD-ABS
cuando a este se le anulan los aportes de las superficies permeables.

I.10.- Conclusiones preliminares

Como consecuencia del análisis de los resultados comparativos descriptos


previamente y dentro del marco con que ha sido desarrollado este trabajo es posible
extraer algunas conclusiones que sirven a los efectos de disponer de criterios
generales que permitan tomar decisiones a la hora de encarar trabajos en el área de
los desagües urbanos.

a) Cuando el objetivo planteado sea el de dimensionar un sistema de desagües


capaz de conducir los escurrimientos para recurrencias bajas: 2 años y no
más de 5 años, el método Racional brinda resultados centrados aun en los
casos de tratarse de superficies superiores a las 1000 Has.

El uso de este método permite eludir la necesidad de cuantificar un número


importante de coeficientes que pueden introducir apartamientos significativos
de los verdaderos valores de diseño.

b) Si bajo similares condiciones a las mencionadas en a), pero frente a


recurrencias elevadas, ( 20 años ó más), es necesario dimensionar un
sistema de desagües, el método Racional puede subvaluar los caudales
debido al no tratamiento específico de las superficies permeables. Se puede
corregir esta situación mayorando el coeficiente de escorrentía, pero sin una
experiencia previa es difícil de prever el grado de ajuste de los resultados.

En estos casos es recomendable el uso de modelos de mayor discretización


como los derivados del HYMO, del SWMM o del tipo MUD-ABS.

c) Cuando las condiciones a exigir en la red de desagües sean las de controlar


los escurrimientos superficiales dentro de límites compatibles con la
seguridad de los habitantes será necesario operar con modelaciones que
aseguren el tratamiento dual de la cuenca en su conjunto. De no existir
condiciones de control en la descarga será posible trabajar con modelos
seudo dinámicos como se mostró para el MUD-ABS.

Si existen condiciones de control en la descarga y además los períodos de


entrada en carga de los conductos pueden alterar significativamente el
comportamiento tanto de estos como de los sumideros será necesario acudir
a modelizaciones que resuelvan simultáneamente, para los sistemas mayor y

28
menor, las condiciones dinámicas completas del escurrimiento impermanente.

d) El uso de modelos tipo HYMO, SWMM ó MUD-ABS hacen necesario un


sistemático relevamientos de datos de campo sobre sistemas existentes que
permitan una atinada selección de las constantes que demandan. Mientras
este paso no se cumpla los resultados siempre estarán sujetos a
indeterminaciones que en casi todos los casos superan las dudas que
presentan modelizaciones más sencillas.

II.- PLANTEO DE LAS ECUACIONES DE SAINT VENANT

El propósito de estas líneas es solo el de recordar la claridad y sencillez conceptual


contenidas en las ecuaciones de Saint Venant.

El planteo parte de analizar las condiciones de equilibrio dinámico y de continuidad


en un sector elemental de escurrimiento.

Las condiciones de equilibrio dinámico se establecen a partir de la segunda ley de


Newton, que expresada como cantidad de movimiento establece que:

d(mv) (1)
= F
dt

Donde la Σ F abarca el conjunto de fuerzas exteriores que actúan entre dos


secciones del escurrimiento separadas por una distancia dx.

Las hipótesis iniciales son:

a) la distribución de velocidades en una sección es uniforme, es decir que las


características del escurrimiento que se reco-nocen son unidimensionales.

b) la distribución de la presión es hidrostática.

c) el fluido se considera incompresible

Analizando el primer término de la (1) se tiene:

1 A
m = (A + )  dx = A o  dx (2)
2 x
29
Siendo:

(mv) (mv) (3)


d(mv) = dt + dx
t x

y por lo tanto:

d(mv) (mv) (mv) dx (mv) (mv)


= + = + v (4)
dt t x dt t x

De (2) y (3) resulta:

d(mv) (v) (v)


= A o  dx + A o  dx v (5)
dt t x

El segundo término de la (1), ΣF, contiene a:

ΣF= Fgravedad + Fpresión + Ffricción ......................................................(6)

Fgravedad = g m So para finalmente:

Fgravedad =  g Ao dx So
(7)

y
Fpresion =  g A o dx
x

(8)

( 9) Ffriccion = Pm T dx

donde Pm = perímetro mojado y T las tensiones tangenciales.

Las fuerzas de fricción en función de la pendiente de la línea de energía pueden

30
expresarse como:

Ffricci n =  g A o dx Sf (10)

Resultando la ΣF :

y
F =  g A o dx So   g A o dx   g A o dx Sf
x

y
F =  g A o dx ( So   Sf ) (11)
x

De las ecuaciones (5) y (11) se obtiene:

v v y (12)
A o  dx + A o  dx v =  g A o dx ( So   Sf )
t x x

Para finalmente obtener la ecuación dinámica de Saint Venant :


.................................................................................................................
1 v v v y (13)
+ + + Sf  So = 0
g t g x x

La condición de continuidad entre secciones separadas dx establece que la


variación de los caudales entre ellas debe ser igual a la modificación del volumen
del tramo considerado. La variación de los caudales será:

Q (14)
dx dt
x

En tanto que las áreas variarán según la expresión siguiente cuyo signo indica que
a aumentos positivos del caudal en el sentido de las x, (egresos mayores que los
ingresos), las áreas se reducirán en el tiempo:

A (15)
 dt dx
t

Igualando ambos términos, la condición de continuidad se expresa como:

A Q (16)
+ =0
t x

Quedando así planteadas las condiciones de continuidad y dinámicas del


movimiento fluido:

A Q ecuación de continuidad
+ =0
t x
1 v v v y ecuación dinámica
+ + + Sf  So = 0
g t g x x
31
El mismo análisis aplicado a un escurrimiento dentro de un conducto a presión y con
el agregado de admitir la compresibilidad del fluido permitirá obtener las ecuaciones
que gobiernan los conocidos fenómenos de golpe de ariete.

32

Vous aimerez peut-être aussi