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Las figuras del síntoma: de lo social a lo individual

Sidi Askofaré
Conferencia pública

Se trata de las figuras del síntoma y propongo un recorrido que va del síntoma social a la
cuestión de lo individual (en inglés), término que Lacan introduce cuando habla de Joyce y
la modalidad específica con la que éste hizo funcionar el síntoma para mantenerse de pie.
Título enigmático tal vez pero que condensa un trabajo de varios años que durante muchos
recayó sobre este asunto del síntoma cuyo carácter un tanto galvanizado por el discurso
médico o por una cierta psicopatología hizo que se perdiera el interés. Me parece que en la
enseñanza de Lacan, en particular la última parte, este concepto de síntoma deviene
extremadamente central en la concepción que él forja sobre la clínica psicoanalítica desde
la entrada hasta el final de análisis, del cual habla en términos de identificación al síntoma.
En ese trabajo hay unos asuntos que me acompañaron a todo lo largo y voy a tratar de
recordar algunos:
1. Por qué Lacan atribuye la invención del síntoma a Marx. Esa es una tesis de RSI
2. Cómo se articulan en la teoría de Lacan esas dos formas del síntoma que él llama
síntoma social que atribuye a Marx, y el síntoma individual que atribuye como invento a
Freud.
3. Cómo pasa Lacan del síntoma marxista al síntoma joyciano.
Si busco avanzar sobre este asunto es sencillamente porque muchas respuestas que me
había dado antes para asegurar cierta coherencia a la comprensión, hoy en día me parecen
un poco cortas. En efecto, el hecho de responder a tales asuntos oponiendo un Lacan 1 a un
Lacan 2 o por vía de la determinación social opuesta a una determinación individual,
determinismo de la neurosis y de la psicosis parece necesitar otra consistencia que no sea la
retórica.
También partí de lo siguiente: que Lacan le atribuya la invención del síntoma a Marx sigue
siendo una permanece una constante desde el momento en que en el 66 él la introduce: por
lo demás la invención del síntoma social pertenece si no de derecho, de hecho al último
Lacan, el Lacan Borromeo. Esto arruina todo intento de pretender resolver el problema con
consideraciones de periodización de la enseñanza.

La polaridad neurosis —psicosis tampoco da cuenta de este cambio que es un cambio


referencial al mismo tiempo epistémico y clínico… De ahí el asunto abrupto que quiero
tratar para ustedes. Entonces, del síntoma del que Marx es el inventor al síntomas de
invención J qué

1. Invención del síntoma. El salto vertiginoso de Marx a Joyce… Si esa tesis que se ha
vuelto clásica es en sí misma invariable, la idea de que M inventó el síntoma, las razones
que movilizó <lscsn para apoya esta tesis variaron. El despliegue de la tesis muestra tres
proposiciones o escansiones siempre ordenadas al campo de la filosofía, de la historia y de
lo social. En cierta forma nos encontramos bastante lejos de Freud y de su interés por el
síntoma individual. En 1966 en el artículo El sujeto por fin cuestionado, fue en la crítica de
Marx de la historia y de la economía y los análisis históricos donde L encuentra el origen
del síntoma en tanto que identifica algunas manifestaciones en el campo de la historia. En
esta coyuntura la palabra síntoma quiere decir, según la fórmula de L, el retorno de la
verdad en las fallas de un saber. Lacan precisa a propósito del síntoma que no se trata del
problema clásico del error sino de una manifestación concreta que puede apreciarse
clínicamente. Esta dimensión aunque no se la especifique está ampliamente diferenciada en
la crítica de marx y una parte… está constituida por el asunto del retorno de la verdad. Y
ahí viene el pasaje definitivo: esto cuyo hecho se impone no al tomar el hilo de la astucia de
la razpon sino a perturbar sus astucias que no son sino razones infladas. En 1967 no es en
una relación con la verdad que irrumpe en el bello orden del saber donde L escribe el
síntoma, lo escribirá en una relación con lo real. Lacan deja de lado el campo de la
filosofía, la relación de Marx con Hegel para situar el síntoma en la relación del sujeto con
lo real y en particular en su condición real de distancia. En esa veta L se ve llevado a
establecer una estricta equivalente entre el síntoma como forma de la verdad y lo que él
llama ideología, Esta articulación es instalada a partir del desarrollo del campo de lo Uno
que desarrolla en la lógica del fantasma y que lo lleva a establecer un vínculo entre
ideología y síntoma a partir de la percepción: el síntoma, es decir la significancia de las
discordancias entre lo real y aquello… la percepción es el modelo de la ideología…

Uno puede retener a mínima que para Lacan en este período el síntoma no es más que la
forma de la verdad y ese síntoma tiene una función que es la de suplir el retiro de o real a su
carácter no aprehensible. En la Tercera y en RSI Lacan desplaza este acento del síntoma
como ser de verdad para insistir en su dimensión de real, puede decirse que el adelante es el
lazo social y en particular el discurso del amo que deviene el concepto y la referencia sobre
la cual se esparce y se define el síntoma. ¿Por qué? El lazo social , porque incluso si es con
otras categorías sigue siendo el campo que fue investid por Marx y el discurso del amo
porque en la medida en que es la estructura del discurso lo que está regido por el discurso
del amo: el deseo del amo es el deseo de que eso funciona, que gire, que todo esté en su
lugar y que no haya ningún problema. Ese deseo del amo tiene que ver con el hecho de que
eso trabaje, de que produzca, así sea por la simple razón de que el esclavo, el discurso,
constituye en referente de ese discurso, es decir, aquello que el discurso del amo intenta…
A partir de ahí se entiende porque L define el síntoma como aquello que viene de lo real, de
lo que se pone en cruz para impedir que las cosa funcionen, particularmente satisfactoria
para el amo.
Es en referencia a ese discurso y a la función de semblante que le es inherente, que La
desarrollará el síntomas social: solo hay un síntoma social: cada individuo es realmente un
proletario, es decir, no tiene ningún discurso con el cual hacer lazo social, semblante. Una
de las operaciones de L consistió en separar la noción de proletario de Marx para
reescribirla en la teoría de los discursos y para fundar allí su atributo de la invención del
síntoma a Marx, Esta es una indicación para indicar las coordenadas de la invención del
síntoma a Marx

Sea que se refiera a la verdad o a lo real, el síntoma Marx es un signo y solo un signo, un
índice o una forma de la verdad, en eso precede al síntoma psa pero este está lejos… Cuál
fue la operación freudiana en lo que concierne al síntoma. A la crítica de Marx que cataliza
la dimensión del síntoma haciéndolo… L propone el sello de la operación freudiana. Aun
cuando L volverá sobre ello más tarde, puede decirse que toda su elaboración apunta al
síntoma particular, al que se conoce en la experiencia psicoanalítica, que el neurótico
propone a la interpretación…
Lo irreductible al síntoma individual al síntoma social se debe a la estructura metafórica del
síntoma: “A diferencia del signo, del humo que no hay sin fuego, fuego que llama a que se
lo apague, el síntoma no se interpreta sino en el orden del significante….. de hecho es
verdad el síntoma por el hecho de que está hecho de la misma manera que la verdad…
Es ahí donde tiene lugar el salto freudiano en la medida en que lo que se instaura de la
cadena sigte de concernir a lo sex pertenece a un orden muy diferente al de la verdad que
Marx diagnóstico en lo social. La verdad freudiana es lo que se instaura de la represión, en
cambio en la posición Marx no se requiere represión y aun cuando la hubiera no concierne
a lo sex. Lacan propone que ese lugar de la verdad, en la medida en que se origina no de la
represión originaria sino de la simbolización primordial resulta de otro orden. Esto es lo
que L desarrolla en Una cuestión preliminar…
Lo que parce diferencia el síntoma Freud del Marx, el síntoma particular del síntoma social
es la relación íntima del primero con la castración, su determinación por la castración, en la
medida en que la castración es la clave por vía de lo cual adviene el síntoma. En la clínica
analítica, siempre es la castración, la angustia de castración, lo que debe servir de brújula
para situar las coordenadas del síntoma.

Las consecuencias de esta relación con la castración tienden a la vertiente del sentido más
que a la vertiente del goce y constituirán uno de los aspectos más originales de la
contribución de Lacan al psicoanálisis.

3. Movimiento que hace pasar a Lacan en su consideración sobre el síntoma del asunto de
la verdad a la de lo real.
Las clínicas del síntoma no tienen que ver solo con la estructura también con el tipo de
síntoma en la medida en que además de los tipos de síntoma también están las formas del
síntoma. Este punto es importante, esas formas se imponen a nuestro examen a partir del
momento que nos alejamos de las concepciones estrechas o médicas del síntoma… Es
notable que con Freud, Lacan jamás intentó reducir el síntoma a sus valores estrictamente
psicopatológicos o psicológicos, no solo no cede a esta tentación sino que produce los
elementos de doctrina que le permiten separar el síntoma de sus adherencias médicas que
están conservadas en el corpus freudiano. En esta perspectiva de nuevo volvemos la teoría
del discurso como lazo social que permite la articulación del síntoma con lo social y
cultural.

De los 4 discursos a los que Lacan remite el lazo social en las sociedades históricas, es
decir, en las sociedades dominadas por el D del Amo Lacan aísla una que tiene el privilegio
de ofrecernos la estructura del icc: el D del Amo en el que ocupa el lugar dominante es el
S1. Ese D del Amo comienza con la predominancia del sujeto en tanto que justamente el
sujeto tiende a no soportarse más que de ese mito ultrareducido de ser idéntico a su propio
significante. Entonces si partimos de ese discurso primero, fundamental, congruente con el
icc. Como estructura instituida e instituyente el D Amo comporta una inercia particular que
tiene que ver con el hecho de que cada elemento está ahí en su lugar; hay una
homogeneidad entre términos y lugares: S1 ocupa la posición del dominio, el saber el lugar
del goce… Desde ese punto de vista puede decirse que es el discurso del orden como tal,
del mandamiento, del imperativo, de la prescripción. Qué es lo que ese discurso demanda a
esos dos protagonistas.
Del lado de aquel que está sujeto solo se le pide obediencia, sumisión absoluta a un
mandato igualmente absoluto, lo cual es contradictorio con la idea del sujeto: allí donde hay
en verdad un sujeto siempre hay algo del orden de un rechazo, de una defensa, de una
rebelión. Entonces puede decirse que la obediencia absoluta a un mandado absoluta e Se
requiere que haya separación para que haya sujeto en relación con el Otro… Por eso es que
de esa separación resulta un estatuto de insumisión del lado del sujeto. Si a eso se le agrega
la exclusión del fantasma como constitutiva del D del Amo (que es ciego) se entiende que
ese discurso haga necesaria una función que para el sujeto garantiza una modalidad alterna
para que pueda gozar de su icc. Eso es o que Lacan llama síntoma, esa es la función del
síntoma, una manera de decir, a saber, que la función del sujeto es permitir al sujeto no ser
gozado por el otro. En una comunicación del CNRS… que tenía que ver con la función del
padre, C Soler escribía lo siguiente que ilustra claramente de qué se trata: “el hecho es que
las leyes en sus dos vertientes de prohibición y prescripción han de conocer síntoma porque
este es sinónimo o de desorden o de déficit social… Allí la opinión es explícita en Freud: el
enfermo más benigno es una pérdida para la civilización, que exige de la disponibilidad de
las energías.. En efecto, ya se trate de simple inhibición o más… angustia, su traducción en
términos de… Piénsese en alguna de las transgresivas… hasta el exhibicionismo o aún
hasta el crimen sintomático y no se capta sino el síntoma que se traduce en insubordinación.
Aun cuando no se trata de la actualidad, las neurosis de guerra son paradigmáticas de casos
mas modernas que ofrecen el ejemplo de una demanda explicita dirigida desde el legislador
al psicoanalista y sobre las cuales se sabe que a Freud le pareció importante detenerse en
ellas… La conclusión de Freud es cautivante: ciertamente es la angustia con la que el sujeto
no puede hace nada, lo que lo sustrae de los servicios de la guerra, pero Freud agrega que
no hay diferencia fundamental con la del objetor de conciencia. Sencillamente el primero
no sabe que la verdad de su angustia es un rechazo a sacrificar su libido narcisista. A esto se
agrega un retroceso hacia sus propias mociones asesinas. Concluye Soler El síntoma resulta
equivalente a una disidencia, desde ahí hay dos deslizamientos posibles: o bien el enfermo
es un fuera de la ley o el insubordinado es un enfermo.
Que el síntoma se anude a lo social es una evidencia, sin el Otro, sin prescripciones y
prohibiciones parece difícil concebir la casi totalidad de las conductas sintomáticas, de los
pensamientos y hasta de las manifestaciones corporales que hacen síntoma para el sujeto.
No obstante si se le da valor, según qué manera y en qué perspectivas puede uno articular el
síntoma siguiendo los dos polos del otro social y del sujeto.
Uno puede proponer que el síntoma sea un ser de verdad no debería hacernos perder de
vista que en lo que concierne al síntoma solamente hay síntoma hay cuando hay un defecto
subjetivo de dominio, allí donde la impotencia imaginaria triunfa sobre lo hábitos de lo
imposible. El dominio instaura orden y reglamente el campo del goce particularmente
sexual y entonces este dominio es una función eminentemente social. Una sociedad
histórica, cualquiera que sea, dominada entonces por una figura de dominio, político, eco
religioso epistémico, que las figuras del amo cambien o que sus figuras dominantes giren,
no permite sin embargo que el lazo social salga del dominio y sobre no permite que salga
de la disimetría que funda ese lazo. Entonces el síntoma en tanto determinado por lo social
se constituye como una respuesta, una objeción del sujeto a una figura o a varias de
dominio, Por qué? Porque en el fondo lo que se llama síntoma está correlacionado con un
mandato, a un toca, debes, que viene del Otro social, a lo cual el sujeto responde no lo logro
o no puedo no hacerlo. Como consecuencia de lo cual puede decirse que las formas
históricas del síntoma son las funciones que este impiden varían según las coordenadas del
discurso del Amo, según las figuras y dispositivos de dominio. Por eso hay una historicidad
del síntoma. Para ilustrar esto, podemos poner frente al sigte amo que ordena nuestra
existencia —el trabajo, la escuela, la propiedad, el goce, la salud— algunas formas de
síntomas: el stress o las repeticiones de accidentes de trabajo, el ausentismo, síntoma
escolar, el lado sexual impotencia, la frigidez, la eyaculación precoz, del lado del goce oral,
la anorexia, bulimia… Me parece que tenemos razones para pensar que esta serie de
síntomas no existiría independientemente de la función, que las funciones a las que remite
garantizan en la econodominio del amo que nos domina. El síntoma hace visible que en su
fondo es un modo de objetar, un modo rechazo, de objeción, de insumisión a lo que el d del
Amo prescribe o proscribe en su forma moral, jurídica, ideológica,
Ese rechazo, esa objeción o no sumisión tiene el valor de un decir que No! Por eso tal sea
Lacan va a aproximar el síntoma a la función paterna, la función del síntoma con la función
del padre, y no función del amo y función paterna en la medida en que la función de
excepción del padre y la función de excepción del síntoma se diferencian de la función del
S1 sobre la cual se sostiene el amo. La homología de estructura entre le padre y el síntoma
resulta duplicada por una homología de las funciones, es decir, igualmente, de capitonado,
de basta.

El recorrido que esbocé basta para atestiguar que la aproximación de Lacan al síntoma
consistió en un triple movimiento de extensión, orientación y reducción del síntoma.
Extensión: la contribución de Lacan a la doctrina del síntoma, más allá de su reducción a un
fenómeno de lenguaje consistió en ampliar los fenómenos sintomáticos y llevar su límite
más allá del determinismo freudiano inicial y en esa operación es Lacan es el que muestra
ser más freudiano que los postfreudianos. En su esfuerzo jamás desmentido por no perder
de vista el sentido del síntoma freudiano, en vez de renunciar al síntoma en provecho de la
noción de carácter o personalidad, Lacan inicio el movimiento de reinscripción de la gran
neurosis contemporánea en el campo Freud. Paralelamente promovió un concepto que al
privilegiar la función del síntoma extendió el concepto más allá a realidad que hasta
entonces habían quedado por fuera de su campo de validez: padre síntoma, mujer síntoma
niño como síntoma l psicoanalista como síntoma y de la obra como síntoma que ofrece un
nombre que le permítela su sostenerse….
Orientación. La orientación del síntoma tuvo como efecto un descentramiento del orden
simbólico que resultó ser mucho menos autónomo en lo que concierne a su funcionamiento.
Freud ya lo había percibido: el síntoma no solo tiene sentido —Sinn— también una
significación, una Bedeutung, una referencia con el objeto. Tras el sentido está en
psicoanálisis la significación en otras palabras, el fantasma y lo que el fantasma cubre,
vela, a saber lo real, en particular, su fijación pulsional. Esta orientación de lo simbólico a
lo real determina en el tercer movimiento de L
Reducción: en adelante será aquello a lo que apunta la operación psicoanalítica sobre el
síntoma, que va a cambia ella misma, en la medida en que no se trata solamente de una
construcción sigte, en la medida en que en el fondo es una respuesta de lo traumático a lo
real, conviene vaciar el síntoma de sentido para alcanzar ese punto al que lo reduce, que
está fuera de sentido, con el cual el sujeto puede identificarse y que le es permitido usar
para gozar de su propio icc. Es lo que lacan llama identificación con el síntoma, la
coordenada fundamental del final del análisis, muchos años después de haber introducido la
cuestión de la travesía del fantasma.
Las incidencias de la ciencia y del discurso de la ciencia en el lazo social
El nuevo malestar en la cultura y el porvenir del psicoanálisis

Si en verdad quiere uno confrontarse con una clínica de lo social, o con una clínica del
sujeto confrontado con el discurso contemporáneo, No hay modalidad de relación del
sujeto con el Otro que no está marcada por la particularidad del discurso del Otro.
Propongo que examinemos las incidencias de la ciencia y del discurso de la ciencia sobre el
lazo social. Esta conferencia podría llamarse el nuevo malestar de la cultura y el porvenir
del psicoanálisis.
Este título condensa dos preocupaciones, dos temas de reflexión: 1. el diagnostico sobre el
estado de nuestra cultura contemporánea, es decir sobre lo que hace que nos mantengamos
juntos en tanto lazo social. 2 el psicoanálisis como elemento en juego de civilización, es
decir, sobre le destino, el porvenir del psicoanálisis en tanto práctica, en tanto saber, y sus
incidencia en la cultura.
Diría que sobre la base de los intercambios que ha habido ayer, las preguntas que me
habitan son compartidas, y esto se puede condensar en una pregunta: ¿estamos en la cultura
que vio nacer el psicoanálisis, que determinó su emergencia y que garantizó su desarrollo?
En otras palabras, ¿las condiciones sociales, subjetivas y epistémicas del psicoanálisis están
aseguradas de una vez por todas o, en cambio, puedan desbaratarse, roerse, y hasta ser
tragadas por cambios, rupturas y mutaciones del orden de la cultura? ¿Bajo qué condiciones
la práctica psicoanalítica puede sobrevivir a las amenazas que la evolución postmoderna
hace pesar sobre esta? Por último, ¿podemos en tanto psicoanalistas o sujetos interesados
en la sobrevivencia del discurso psicoanalíticos, contrariar, retardar, o hacer fracasar esta
tendencia?

Examinemos el estado de la civilización, el diagnóstico que podemos hacer es ésta. Sobre


este diagnóstico en tanto tal se puede decir que existen varias perspectivas posibles sobre el
tema y en este caso los autores y los clínicos finos son bastantes: Basta con citar un nombre
como H. Arendt (La crisis de la cultura o La condición del hombre moderno), invocar a C.
Lasch (La cultura del narcisismo), o a Ch. Taylor (Malestar en la modernidad), o al filósofo
alemán P. Sloterdjick (La movilización infinita o Los intentos de intoxicación voluntaria).
No son pocos los textos que se han interesado en este asunto. A pesar de mi interés y mi
estima por estas contribuciones, que son apasionantes, yo opté por un examen de este
asunto solo a partir del psicoanálisis, lo cual no me impide invocar estos autores para
ampliar, enriquecer nuestra reflexión sobre el estado de la civilización contemporánea…
Acaso es necesario que hablar del diagnóstico de la civilización el campo del psicoanálisis
consiste en situarse en una tradición que llega hasta Freud y esto nos lleva a movilizar el
texto de 1929, el Malestar en la Cultura. En este texto mil veces comentado, Freud subraya
y enuncia un diagnóstico preciso que se hace del hombre por y en la civilización. Este
diagnóstico, que todo el mundo conoce, es el de un malestar del hombre en la cultura:
malestar y no enfermedad, del hombre y no de la civilización: no es la cultura la que tiene
malestar, tampoco la que estaría enferma, sino el sujeto hablante es el que se siente mal en
la civilización.
El término de malestar merece una mención particular en la medida en que in extremis lo
prefiere al de desgracia, a todo lo largo del texto él pensó en llamarlo desgracia… Sin
embargo, toda la reflexión de Freud, que en el fondo una reflexión sobre la imposibilidad
de la felicidad en la civilización, apela y convoca la noción de desgracia… Hoy en día
sabemos que Freud pensó como título para este ensayo Felicidad y Cultura o Desgracia en
la cultura, antes de optar por Malestar. Malestar y desgracia, pero también malestar y no
síntoma, noción que para nosotros es mucho menos vaga, más singular y más
singularizante. Este diagnóstico freudiano existe, es bastante conocido y pensaba no
desarrollarlo ante ustedes, pero les propongo retener las tesis más importantes a las que nos
conduce el desarrollo freudiano.
La hipótesis freudiana parece ir en el sentido de una irreductibilidad del conflicto, es decir,
de una reserva en lo que concierne a una posible síntesis armónica entre las exigencias de la
pulsión y las de la cultura. Hay una contradicción, una oposición, un conflicto que son
irreductibles. A partir de ahí puede decirse que Freud se aleja de toda idea de progreso o
perfección posibles. Desde ese punto de vista no ve en la civilización más que un puro
desarrollo cultural, es decir un proceso que se desarrolla por encima de los hombres y sin
tener que vérselas con la felicidad de los hombres. Eso tiene que ver con el hecho de que la
ciencia, que es uno de los aspectos de esta civilización, tiene su lógica propia y no tiene en
cuenta para nada el lazo social o la felicidad individual.
La civilización en el sentido freudiano se edifica sobre la renuncia pulsional, sobre la no
satisfacción, sobre la represión social y sobre la represión de las pulsiones. Es decir, sobre
lo que hay que llamar sacrificio del bienestar individual. A partir de eso se entiende el
malestar del hombre en una institución como está, que le ofrece seguridad, talvez justicia,
tal vez le asegura una vida un poco más larga, pero que desde el punto de vista del goce, de
la satisfacción pulsional, le exige enormes sacrificios.
Si nos atenemos al texto Freud, puede decirse que El malestar en la cultura es menos
profético o polémico que crítico en el buen sentido del término crítica: la crítica de la
civilización es la crítica de las pretensiones de tal civilización, de sus enceguecimientos,
pero también a través de esta, de la vanidad de los progresos científicos, de las sin salidas
del narcisismo, de los absolutos de la moral de las promesas de la política: a nadie se le
ahorra nada, es decir, a cada cual le toca según su grado…
Se puede ordenar el diagnóstico del malestar en tres registros o dimensiones:
1. Malestar en cuanto al goce, a saber, la relación problemática del sujeto con respecto al
sexo, la inhibición en lo que concierne a la meta pulsional, las imposibilidades del deseo, en
resumen, todo lo que se pone bajo el título de la inexistencia de la relación sexual a la que
el amor, por una parte y el síntoma por otra, intentan suplir.
2. Malestar en cuanto a la moral, que podría resumirse en lo que llama las paradojas del
superyó.
3. Malestar en cuanto al lazo social mismo, que se lo puede traducir así: el Uno de la
civilización no puede realizarse ni cumplirse sino imponiendo al hombre la renuncia a lo
sexual en cuanto factor de desorden, pero también a todas las formas de unión no sujetas,
por así decir, a los objetos culturales de reproducción. Por lo demás, el impasse de la
cultura tiene que ver también con el hecho de que no hay fraternidad sin segregación:
Lacan lo retomará en su seminario 17 y Freud lo dice así: “siempre es posible unir unos a
otros por lazos de amor, a una mayor masa de hombres con la condición de que queden
otros por fuera de ese lazo para que reciban el golpe”.
Concluyamos con Freud: si la civilización impone tan pensados sacrificios, no sola a la
sexualidad, también a la agresividad, uno comprende que le sea difícil al hombre encontrar
su bienestar. Un diagnostico que no es optimista. No es muy rosa ni muy optimista.
Sobre ese diagnóstico que Freud concibió sobre el fondo del discurso del amo, es decir
sobre el fondo de prohibición, de renuncia, comandamiento, en últimas, en términos
políticos y morales, conviene interrogar el diagnóstico lacaniano.
Si el diagnóstico de Lacan sobre la situación del sujeto en la civilización no contradice y
hasta mantiene íntegramente el diagnóstico freudiano, lo redobla con otra referencia que es
el del discurso de la ciencia. En efecto, ciencia y discurso de la ciencia constituyen las
coordenadas esenciales a partir de las cualas Lacan da cuenta de la civilización
contemporánea y en eso le da un lugar mas importante que el que le da Freud. La cuestión
que debe afrontarse es ¿por qué un tal lugar y tal importancia acordada a la ciencia y a su
ideología?
Tres razones se imponen:
1. La ciencia, si seguimos a Heidegger y a todos los que retoman sus tesis está en el
fundamento de la modernidad. No se trata de cualquier ciencia, sino de la ciencia moderna,
galileo cartesiana o galileo newtoniana, en lo que concierne al descubrimiento científico, y
de Descartes en lo que concierne al fundamento filosófico.
2. La ciencia y el discurso que condiciona son condición de posibilidad del psicoanálisis
como saber, como experiencia y como discurso.
3. El discurso de la ciencia se impone cada día mas como la ideología dominante de la
sociedad contemporánea. Lacan dice al respecto en Radiofonía: “es una ideología de la
supresión del sujeto”. Para nosotros que trabajamos en el campo del psicoanálisis, acoger el
discurso del sujeto debemos estar atentos a un discurso cuyo fondo apunta a suprimir el
sujeto.
La perspectiva lacaniana consiste en hacer de la ciencia moderna una emergencia
fundamental que trastoca seriamente las coordenadas simbólicas e imaginarias de la
experiencia humana, así como los fundamentos sobre los cuales reposaba esta experiencia,
para lo que hay que llamar nuevo malestar en la cultura, el malestar diagnosticado por Lcan
Retomaré tres puntos para lo que hay que llamar nuevo malestar en la cultura:
1. La cuestión del superyó
2. Los efectos del discurso de la ciencia y el malestar que esta genera
3. Las consecuencias de esto respecto a la práctica del psicoanálisis.

En el primer punto: el análisis Freud conduce a identificar el superyó, la instancia del


superyó como el concepto mismo del malestar del hombre en la cultura. Puede decirse que
eso sorprende, puede choquear, en la medida en que se ha insistido mucho y que se ha
jugado mucho con la proximidad del malestar y del síntoma particularmente por vía del
sufrimiento, sin embargo, eso no es así, y quiero decir el malestar no es el síntoma. La
posición de Freud es clara al respecto: hay malestar porque la cultura exige la renuncia a la
satisfacción pulsional, es decir, el sacrificio del goce. En adelante, la pulsión renunciada
retorna sobre el sujeto en la forma de imperativo cuyo vector es el superyo. Por eso es que
Lacan define el superyo ya no como heredero del Complejo de Edipo sino como imperativo
de goce: el ordena al sujeto a gozar, es un mandamiento: goza!
A partir de ahí puede decirse que ese malestar que encuentra el origen en el superyo, y que
la ciencia viene a reduplicar con un nuevo imperativo que no es imperativo de goce sino de
saber, de saber siempre más. La expresión imperativo de saber no está en Lacan, yo me
permito construirla sencillamente sobre el fondo del sintagma imperativo de goce, pero
quienes conocen los textos de Lacan, tuvieron que anticipar ya esa noción que voy a
movilizar ahora, particularmente lo que Lacan llamó el discurso universitario, puesto que
ese discurso inscribe su verdad en forma del S1 que como todo sigte amo, manda.
Digamos que la ciencia resulta no de un discurso sino de varios: discurso de la histérica,
discurso universitario e incluso del amo. Recapitulando, la ciencia resulta de los tres
primeros discursos según se privilegie la ciencia en tanto investigación (DH), en tanto el
proyecto de hacerse amo y poseedor del universo, fórmula que puede encontrarse en
Descartes y Bacon (D Amo), y en tanto institución, las universidades (DU).
Lo que me interesa es este último punto porque ante todo es en tanto DU y D Amo que la
ciencia constriñe la civilización que abriga al hablante ser que somos. El imperativo que
introduce la ciencia y que debe llevar a diferenciar al DU de antes de la ciencia moderna, es
lo que Lacan señaló con la fórmula “continúa sabiendo, continúa sabiendo siempre más”.
Es el valor que Lacan atribuye en mi opinión al S1 en lugar de la verdad en el DU. En esta
perspectiva que él ha abierto, lo que caracteriza a la ciencia moderna no es solamente una
nueva configuración epistemología, no es la emergencia un nuevo campo y de nuevos
objetos, no es la emergencia de una nueva producción de saber, es ante todo, es esa
modificación fundamental de la generalización entre el saber y la verdad, que Lacan
propone captar de los efectos de saber sobre el sujeto (Subversión del sujeto).
Entonces lo que reinaugura con la ciencia moderna va mucho mas lejos de lo que se
conocía antes, puede decirse que por primera vez en la historia estamos en presencia de
una configuración caracterizada por el hecho de que el saber que algunos elaboran produce
efectos y la ignorancia de los efectos del saber que produce. Por otra parte tenemos que
vérnosla con la división del sujeto que ese saber produce, y la ignorancia de las
consecuencias de lo real de ese saber. No solamente imoran y en verdad hasta podría
decirse que de esos efectos nada quieren saber.
Aún los investigadores más valientes militan y ruegan a favor de la irresponsabilidad del
investigador, por lo tanto de la ciencia. Un investigador alemán, Hans Peter Durer, en De la
ciencia a la ética. Ahí Durar escribe “Cómo el investigador que descubre un tierra ignota y
particularmente aquel que se preocupa por Asunots de principios, CÓMO ELLOS deberían
poseer una representación de eso que al fin de cuentas podría resultar de todos sus
esfuerzos, puesto que por definición para una tierra ignota no existe mapa alguno que
permita orientarse y hacer evaluaciones” Prosigue “ Es por eso que la investigación
fundamental nunca puede prever el extendido total de su campo de investigación,
ennumerosis casos ni siquiera puede anticipar las consecuencias más importantes o las mas
amenazantes. Como, consecuencia, un investigadro apegado a la vúsqueda fundamental,
podría a tal investigador tenérselo por responsable de tales acciones? Concluye entonces
que Solamente allí donde la ciencia interviene con su acción en el devenir de la naturaleza,
solamente allí se plantea el asunto de la responsabilidad moral del erudito, u eso solamente
cuando éste es libre de su acción o por lo menos libre en cierta medida.
Se ve bien a qué punto estamos lejos de los análisis fulgurante con los que Lacan concluye
su seminario la Ética, en el cual sitúa, en el lugar del deseo que viene a ocupar la ciencia, la
colusión de la ciencia moderna y los poderes, los remordimientos y la culpabilidad ,
proceso sin fin, actividad sin límites… Lo que como hecho de cienciaocupa actualmente el
lugar del dese es simplemente lo que corrientemente se llama la ciencia, la que vemos
cabalgart alegremente para realizar todo tipo de conquistas llamadas físicas. >A lo largo de
todo ese período historico el deseo del hombre dormido por los moralistas… simplementese
refucio, se reprimió en la La pasión más ciega, como lo muestra Edipo, lapasión de saber:
es esta pasión la que está condicionando un tres que no ha dicho la última palabra, no el
amor, no el deseo de saber. La organización universal tiene que vérselas con el problema
del saber, qué va a hacer con esta ciencia que persigue algo que su naturaleza le escapa.

Tras esas palabras de Lacan no se fuerzan las cosas cuando se lee en esa pasión a lo que
Lacan hace equivalente la ciencia moderna: ni amor, —análogo transferencia—, ni deseo
—deseo del analista—, no es forzar las cosas ver en esta pasión una figura de la pulsión de
muerte. A esta equivalencia llegó Lacan al final de su enseñanza en el momento de concluir
(20 dic, 67)en donde dice: La ciencia está vinculada con lo que especialmente se llama
pulsión de muerte”. Es por eso no hay ni podría haber ética de la ciencia en sentido estricto,
solo hay superyo de la ciencia con sus efectos de empuje al goce. No hay ética de la ciencia
porque la ciencia se funde sobre la forclusión del sujeto como deseo.
Todabía para desarrollar lo dicho, que estoy lejos de ser anticientífico, me interesa en la
ciencia y sus avances, pero es importante tener en cuenta las indicaciones que Lacan da
sobre el D de la Ciencia y sobre sus efectos para todos. De lo que dice Lacan concluye que
no hay ética de la ciencia sino superyo: no hay ética de la ciencia porque la ciencia se fundó
sobre la forclusión del sujeto como deseo. Ahora bien la ética es siempre por algún lado una
ética del deseo, así sea solo porque el deseo regula la relación del sujeto con su goce. A
falta de un sujeto como deseo, del hecho de esa forclusión constitutiva de la ciencia, no hay
posibilidad alguna de que la ciencia se oriente a partir de una ética que le sea propia: puede
pedir prestada la ética del amo, de la histérica…, pero no tiene ética propia. Tampoco hay
ética propia de la ciencia porque en el fondo la ciencia no hace discurso en el sentido del
lazo social, por eso la expresión D de la ciencia no debe hacernos ilusión: no es un discurso
como los otros cuatro discursos fundamentales, por discurso de la ciencia debemos
entender solamente la ideología que domina, que determina y que regula las relaciones del
sujeto con el saber tecnocientífico, con los objetos producidos por dicho saber y con las
modalidades de goce que este autoriza, asigna o promueve.
Pero el punto a insistir, es el siguiente: al identificar el discurso de la ciencia con el discurso
del U, Lacan aísla el superyó de la ciencia que se encuentra en el principio del nuevo
malestar en la cultura: el superyó cuyo enunciando es continúa sabiendo, es el empuje al
gozar, un imperativo de goce que regula y determina el régimen del discurso de la ciencia.
Es también aquí donde aparece la paradoja más espantosa que la ciencia nos da a pensar. En
otras palabras, el saber más garantizado desde sí mismo en tanto saber, que es también el
más desprovisto de las cuestiones éticas. En Europa por ejemplo las comunidades
científicas que les dicen a lo político y a la sociedad civil, nosotros investigamos, en cuanto
a las incidencia y consecuencias, arréglenselas ustedes, constituyan comités de ética,
nosotros no sabemos de eso nada en tanto científicos. Puede decirse que la ciencia lo que
quiere saber todo salvo las consecuencias en lo real del saber que produce y para eso se ve
obligada a hacer existir la ética en tanto moral pidiendo a la sociedad que prescriba cuáles
son sus deberes.

Efectos del discurso de la ciencia y de los malestares que genera: Ahí podemos hacer que se
traslapan los efectos de la ciencia moderna en la cultura y lo que el filósofo Taylor
canadiense, ha presentado como los tres malestares de la modernidad:
1. pérdida de sentido y la desaparición de los horizontes morales
2. eclipse de los fines, en el sentido de la finalidad, objetivos
3. pérdida de la libertad, en el sentido del desarrollo de la idea de determinismo
Lo que le interesa a Taylor es abrir el campo de las ideas de la ciencia más allá de lo
económico y lo epistémico. Para nosotros, en el campo del psicoanálisis, conviene
interesarnos en los efectos de paciencia sobre el registro que concierne directa o
indirectamente a las condiciones internas o externas de la práctica psicoanalítica. Por mi
parte veo 5 efectos:
1. Tiene que ver con el lenguaje: se sabe la importancia del lenguaje en la medida en que es
el concepto con el cual Lacan definió el campo freudiano: determina la estructura del icc: el
lenguaje es la condición del icc, según la acción de partida de la enseñanza de Lacan, sino
que llegó a definir el icc como el concepto de la huella de lo que opera para constituir el
sujeto. (Posición del icc). Espontáneamente tendría uno tendencia a considerar que si hay
algo que escapa a la ciencia moderna eso es el lenguaje. Sin embargo no parece que esto
sea así desde el momento en que se ha constituido una ciencia del lenguaje, a partir del giro
de la lingüística generacional y transformacional que suplantó al paradigma estructuralista.
El dominio del D de la ciencia garantizó una concepción instrumental del lenguaje apoyada
en una teoría de la transparencia comunicativa en lo que Lyotard llamó una pragmática de
las partículas lenguajeras. También Heidegger había puesto en evidencia en una conferencia
Lengua de tradición y lengua técnica, lo que él llamó la agresión calculada de la técnica
contra la lengua…, contra la lengua tradicional materna, de lo que Lacan llamó Lalengua…
noción lacaniana sobre la que hace un tiempo se elabora el concepto de icc real. Esta nueva
lengua, como la técnica misma, deja de ser instrumentos para pasar a ser universo absoluto
de verdad. Allí donde la lengua natural hacer aparecer y sobre todo deja que las cosas
aparezca o parezcan obedeciendo al descubrimiento del siendo, la lengua técnica que
reposa en la producción de mensajes debe ser clara u unívoca, debe predeterminar el
universo y el sentido de lo que puede ser manifestado y es accesible. Una lengua que va
contra la lengua, contra el hecho de que una lengua es el conjuntote los equívocos…
Puede decirse que así como Lacan pudo plantear el asunto sobre si hay lenguas que pueden
hacer obstáculo a la aparición del icc…, acaso no estamos en condiciones de preguntarnos
sobre la incidencia de la degradación de las lenguas de tradición en lo que concierne a la
lectura del icc.
2. tiene que ver con el sujeto en su modalidad de división y por su posición en el ser. Hay
que dar cuenta de dos cosas: se acepta desde un tiempo en la comunidad analítica que el
sujeto del psicoanálisis, sobre el que el psi opera, es el sujeto de la ciencia, es decir, el
sujeto cartesiano. Es una tesis aceptada que se repite, salvo que hay que volver sobre esta
para saber si estamos de acuerdo en lo que concierne a esa tesis y si escuchamos en eso lo
mismo. Lacan hace uso de esa noción del sujeto de la ciencia en tres sentidos:
1. el sujeto cartesiano divido entre saber y verdad
2. el sujeto equivalente al sujeto de la civilización científica, aquel que se sitúa en una
relación determinando respecto al saber científico en oposición alsujeto del mito, de la
magia o de la religión
3. el sujeto como agtente de la ciencia, el erutito, que en su práctica de científico está
dividido entre el saber que produce y laignorancia de las consecuencias de ese saber sobr lo
real
De todos esos valores el primero es el más decisivo pues permite saber si el sujeto
postmoderno está en la misma relación con la ciencia que el sujeto moderno, cartesiano.
Les propongo poner de un lado la pesada referencia filosófica, para subrayar a eso que hace
pensar la expresión sujeto de la ciencia, el sujeto moderno, en de la división que permitió
descubrir el icc e inventar el psicoanálisis está dividido entre ciencia y religión. Las
paradigmáticas figuras de esa subjetividad: Galileo, Descartes… etc. divididos entre su
alienación al Otro divino y la autonomía, la separación que exige de su agente el proceso de
producción del saber científico. El sujeto del psicoanálisis, sujeto cartesiano, está dividido
entre división y ciencia.
Lacan pudo definir el psicoanálisis como lo que esencialmente reintroduce en la
consideración científica el Nombre del Padre. El hecho de que Freud haga girar su teoría
del psicoanálisis en torno al Edipo, a la función paterna, y que la posición de un sujeto en el
icc esté esencialmente determinada por su relación con el padre, basta para fundar esa tesis.
La relación con la ciencia no basta, se necesita también la relación con el padre, y si se dice
padre dice amor, sentido y religión
Todo lo demás viene por añadidura: represión, castración, fantasma
La ciencia contempo tecnociencia, particularmente por vía de sus excursiones en la
reproducción de lo vivo está modificando lo dado, En efecto, puede decirse que cada vez
menos se asegura que la división del sujeto sea entre pulsión e ideal. El genetismo, el
ambientalismo,a ún en lamano, están produciendo una figura del suejto casi entermanete
determinada y casi irresponsable, para no decir fundalentalnetne vícita. La cvícitma es la
figura actual de lasubjetividad: un sujeto que se queja y que pide, más que hace demandas
de idescriframietnod esus síntomas del cual el consiente por lo menos en parte ser
responsable.
3. Se trata de la relación del sujeto contemporáneo con el saber. La ciencia contemp por el
hecho de sus innovaciones produce incidencias considerables sobre el saber y la relación
con el saber, El saber afectado en su función de inv y de transmisión de conocimientos.
Pero los efectos van más allá y tiene que ver con la modalidad ad del SSS y el goce del
saber, el ejercicio del saber. En la Transf. General que el discurso de la ciencia impone a la
civilización la naturaleza de saber no queda intacta. Lo que pude deducirse, de acuerdo a
Lyotard, es que lo que todo lo que en el saber producido no es traducido será dejado de lado
y que las nuevas investigaciones quedarán subordinadas a la condición de traductibilidad al
lenguaje de máquina. De ahí la predominancia de la neurociencia en el campo de la
psicología.
Entonces, vía la informática, una cierta lógica impone el D de la ciencia, y por lo tanto, una
serie de prescripciones que recaen sobre los enunciados aceptados entendidos como
enunciados de saber.
Las consecuencias son:
1. una puesta en exterioridad del saber con respecto al que sabe
2. sobrepasamiento y rechazo del principio de anudamiento entre la adquisición del saber,
la formación del espíritu, y hasta de la persona
3. el ocaso de los amos del saber y la promoción de la forma valor del saber… que será
producido para ser vendido y será consumido para darle valor en otra producción. Valor de
uso del saber porque deja de ser él su propio fin. Podría decirse que es el triunfo del D U…
Esta incidencia de la ciencia sobre el saber tiene repercusiones sobre las figuras del saber,
quiere decir que no es solamente la poesía sino los relatos épicos, trágicos, dramáticos,
especulativos, ese saber se pone en cuestión y con él la figura de la subjetividad que
depende de éste.
4. en relación con la memoria, la historia, y por lo tanto el asunto del sentido... Los objetos
se conciben, se fabrican para una cierta duración. Las funciones nuebas que los harán
caducos y que harán atractivos los objetos por venir … es el reino de la latosas que van de
la mano con la tirnaría del sber
5. la familia, en cuantoque se origina allí la vida sxual y amorosa de todo sujeto, por un
aparte, y por, otra la experiencia del poder, la autoridad y la relación con la Ley. De los
Complejo familiares de Lacan, hasta La familia en desorden, de Roudinesco, toda una
literatura del psicoanálisis y disciplinas conexas dan fe de los cambios producidos por el D
de la C sobre la reproducción, la filiación, la parentalidad, las relaciones entre los sexos…
No todo hay que criticarlo rechazarlo, lejos de ahí, se trata de juzgar críticamente y de
ponerse en la escuela de la clínica del presente… Lacan decía al respecto: “El apego
especificado del análisis a las coord. De la familia es un hecho que debe estimarse
(Proposición del 9
Para concluir, diría que ese piso nativo de lo sexual que es la familia es también el
encuentro inaugural con la autoridad y la ley a través de la figura del Padre, Lo que Lacan
asigna al padre es un función predominante en la estructura, pero el padre no está excluido
de estas incidencias… Lo que Lacan enunciaba a propósito del Edipo. “no podría este
sostener indefinidamente el afiche en formas de sociedad en las que cada vez más se pierde
el sentido de la tragedia…”

Tras esos 5 puntos, quisiera tratar lo que se presenta como una paradoja: a la racionalidad
científica el psicoanálisis le debe su emergencia, desarrollo y extensión. Desde Lacan
sabemos por qué y en que consiste el vínculo orgánico entre la ciencia y el psicoanálisis,
esta ciencia que sostuvo un vínculo esencial con la tradición religiosa a la que estaba
alienado su sujeto y de la que esperaba separarse. Es la división del suejto entre saber y
verdad. Que la ciencia sea la figura dominante y hast exclusiva del saber mofifica
considerablemnte la estructura del Otro en dependencia del cual va a encontrarse el sujeto.
Como lo indicaba Lacan el suejto se define por una relación con el saber… Habremos
tomado la medida de esta definición, que vamás allá de la definición del sujeto a partir de
unadefinición formal del lenguaje, así como resulta inconcebible para L que el psi haya
podido desarrollarse en soc premodernas, así mismo nos vemos obligados a preguntarnos or
la posibilidad de que le psi sobreviva en soc enteramentne dominadas por el D de la C. Ese
riesgo para el psi lo relaciono con las consecuencias de las incidencias de la ciencia sobre el
lengua, el saber, la memoria, lo sexual y la relación con la ley y la autoridad…
Tendencialmente esto podrá repercutir Sujetos cuya marca seria una serie de indiferencias,
ante todo al saber icc, lo que culmina en el descenso del atractivo del saber analítico. Puede
haber análisis sin ese saber? La segunda indiferencia tiene que ver con las cosas del amor
Indif que concierne a la cifra del síntoma. No que no vaya a haber más síntomas, hubo, hay
y ab, de lo que sel trata es que el sínt puede hacer sufrir in que se le suponga un emsnaje, un
sentido, esta indif respectoa las cifras del sint constituye un obtstáculo para que emerja un
pedido de desciframiento, Aquí se sitúa la respo de los analista, que consiste no solamente a
mantener viva la exp freudian y el psi por via de la caidad , loserio y el rigor de sus trabajos
en esta altura de figura eminente del sabger a donde lo izaron L y F sinotambin hacer dl psi
el intérprete del D Contemporáneos. Tanto es que el psi es interesante y viable en tanto dis
crítica, y sobre todo cuando escucha el presente.

D de la C y su colusión con el Mercado. A partir de ahí se abre el campo de la clinica de la


post. Esta clínicia es relativa al suj indiv, con el discurso, con las instituciones que lo det,,
así que concirne a la edu. La salud, el trabajo, la pareja. Uno de los síntomas o indicadores
de esta mutación es el sigte crisis, al que se lo convoca para caracterizar la pérdida de
coord. y de valores antiguos… y la incertidumbre de lo que vendrá.
Si hay crisis en la soc contemp esa crisis debe relacionarse con lso discursos mismos que
son materia y lazo de lo común del vivir juntos. Con esto quiero indicar que las crisis en la
soc no son ni la suma de las crisis subj, ni una crisis de valor, crisis del sigte amo, Decir que
se trata de una crisis del D es ir un poco más lejos porque pone el dedo en la falla tal vez
incolmabe entre los D constituyentes y el D Cap., con consecuencias muy imp sobre los
lazos entre suj y com, sobre la relación con el goce y sobre la ética.
La dominación del D Cap instaura tres puntos solidarios entre si: cuantitativo, contable,
evaluación, que se relacionan con la supremacía del D de la C y a la C moderna misma que
en razón de su proceder propio… a saber del sujeto de la palabra, la forclusion del sujeto
del deseo.
En el campo social esto se traduce en homogeneización, equiv, sustitución generalizada,
luego por el desprecio de la particularidad y la singularidad y por último por la tiranía de lo
contable y del Uno de…
El dominio de D Cap y la clínica de lo soc y lo indiv.
Social:
Individual:
Síntomas

El paradigma de la depresión, una suerte de epidemia. SI la depresión no data de ayer, no


podemos dejar de subrayar la multiplicación de los depresivos…. La fábrica de depresión.
En este ascenso y multiplicación de las depresiones hay factores de los que no puede
decirse que sean extranjeros al D Cap. D Cap.
Qué es el D actual?
Discurso en Lacan es un lazo social un cierto agenciamiento simbólico de los elementos de
la E que permita que los cuerpos coexistan, y cuya función es tratar el goce. El D se funda
en el hecho del mandato, un hecho político, en el hecho de que aquel al que se le ordena
trabajar produce algo de lo que se separará y que beneficiará al que manda. Sobre le fondo
de esa elaboración Lacan presenta otros D. en cada uno de los cuales hay una pareja que se
ordena a partir de un lazo determinado: gobernado, educado, deseado, el psicoanalizado.
(los tres imposibles freudianos). Cuatro parejas que no son indiftes a la cuestión del amor.
Con los D hay un eros asociativo que suple al eros de goce. El D en su sentido fuerte
fabrica una relación social alli donde en la E falta la rel sex. Los D son suplencias, prótesis
de lo imposible de la relación sexual y que por lo mismo nos hacen olvidar nuestro estatuto
de proletarios.
Lacan propone en La Tercera cuando define el síntoma social: el proletario es quien nada
tiene para hacer lazo social, todo individuo reducido a su ser de goce.
El D Cap indepte de sus defectos, de sus incidencias negativas, no puede ser considerado
responsable de la no rel sex_ eso es de estructura…
Lo propio del D Cap: forclusión de las cosas del amor. Contrariamente el D Cap no
construye pareja, no establece vínculo sino entre cada sujeto y los objetos de la producción
y el consumo. El D Cap hace del amor comercio, el amor gadjetizado.
Sobre el fondo de eso es cierta presentación de la depresión. EL D cap destruye los
vínculos, cada vez mas movidos a pedirle más al amor. Ha sido evidente que lo que
constituye la demanda de amor, es la demanda de un complemento del ser, porque somos
falta en ser, y en el amor se busca un complemento de ser. Hoy ya no se le pide al amor ese
complemento, sino que cree lazo, que supla el lazo que falta, el lazo destruido por la eco
general del D que no hace más que promover al uno contra todos. El problema es que el
llamado al amor, para compensar la pérdida del sujeto, es arriesgado en la medida en que
incluye su fracaso: el goce no hace vínculo entre los seres, el goce no es signo del amor y
que el deseo mismo no apunta al otro sino al objeto a.
Las consecuencias de esto: gozar sin amar, amar sin gozar… desear sin poder gozar. Freud
llamó a esto estrago de la vida amorosa, lo dijo del obsesivo, pero ahora la clínica cotidiana
muestra a las mujeres en ese mismo plano. Eso es un síntoma generalizado para el sujeto
que no puede recurrir a la sublimación, a la religión, y cunado se ve confrontado al duelo
del amor, le queda? Su estatutote individuo, esta soledad le provoca una destitución
subjetiva salvaje que lo conduce a identificarse con el objeto botable, como un kleenex.. Es
una coyuntura que está en el centro de las depresiones de hoy…

El síntoma se moviliza por tratar el impasse de la no relación sexual, una solución, como el
amor. No hay sujeto sin síntoma… con el amor es más complicado. El amor como
suplencia es el amor por el compañero sexuado, pero no es lo único del amor. El amor con
le padre, la primera identif que Freud propone es el padre, y el padre es aquel que es digno
de amor.

El amor mantiene juntos a los partenaires sexuales. Así como el síntoma hace mantener
juntos RSI…: en esto es suplencia.

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