Vous êtes sur la page 1sur 2

Análisis

COVID-19 impacta en la economía boliviana


Menores ingresos por hidrocarburos, reducción de las importaciones y bajas en el
turismo son las primeras consecuencias del coronavirus.
Carlos Andrés Torrico Monzón
Ante un panorama internacional aún incierto, Bolivia presenta síntomas del “contagio
económico” de coronavirus, cuyas consecuencias, por el momento, no son graves y se
sentirán con más fuerza en el segundo semestre de este año. Entonces, ¿qué medidas
debe tomar el Gobierno y los ciudadanos para reducir los impactos del virus?
Para empezar, es necesario aclarar que las primeras señales comenzaron luego de los
carnavales. Pues, la fiebre en el país inició con la ausencia de 150 mil turistas en el
carnaval de Oruro, con una pérdida estimada en 30 millones de dólares, según la
Cámara Hotelera de Oruro —que se explica en gran medida por el temor de los turistas
por la propagación del virus y las protestas sociales en el país—.
En ese sentido, la fatiga no se dejó esperar y se nota en la reducción de las
importaciones de China; se estima que esta disminución dure, mínimamente, hasta
mayo y luego comience una lenta recuperación. Ya que el gigante asiático se ha
convertido en un importante socio comercial, cuyo import pasó de más de 300 millones
dólares en 2007 a más de 2 mil millones de dólares a principios de esta gestión, según el
Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE). Ciertamente, todo depende del
crecimiento y duración del coronavirus.
Por otra parte, otro síntoma nacional fue la disnea (dificultad para respirar) tras el “lunes
negro”, cuando el precio del petróleo cayó en un 30% y, por ende, el precio del gas
boliviano bajó aproximadamente 69%, pasando de 5,46 dólares el millar de BTU a 1,7
dólares. Actualmente, la dependencia de Bolivia por su modelo extractivista primario
exportador es abrumadora: más del 30% de las exportaciones dependen del gas y las
utilidades de este representan más del 27% del Presupuesto General del estado (PGE).
La esperanza está puesta en el posible efecto rebote en el mediano plazo, que podría
potenciar y reestablecer el precio internacional de los hidrocarburos.
De esta manera, en el escenario más optimista, la economía boliviana no llegaría a tener
otros síntomas más graves, con las correctas medidas. Bajo el supuesto que el COVID-
19 dure menos que otras enfermedades semejantes, los gobiernos del mundo impulsen
políticas de estímulo, como sugiere el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la
demanda insatisfecha durante la propagación del virus sea un motor para la economía.
En ese contexto, el Gobierno debería dar énfasis a un cambio de modelo de desarrollo
que no solamente se base en el rentismo, sino que promueva la diversificación
económica, con uso sustentable y resiliente de los recursos, para el vivir bien de los
bolivianos. Debido a que este fenómeno ha demostrado nuevamente la fragilidad de la
economía boliviana a los cambios de la coyuntura internacional.
Entonces, será fundamental invertir en turismo, en general, aprovechando el potencial
boliviano. Particularmente, tomando en cuenta las pérdidas del carnaval de este año,
para el próximo, se tendrán que impulsar la imagen del carnaval y ampliar las ofertas
para el turismo, principalmente, con el fin de cautivar a nuevos visitantes.
Para el Gobierno es preocupante la reducción de las importaciones de China porque
supone menos ingresos tributarios. Además, la falta de materia prima, genera impactos
negativos en la industria boliviana. Por esa razón, se podría esperar que se generen
políticas de apoyo a la industria nacional, para su crecimiento, con el fin de sustituir las
importaciones paulatinamente en el largo plazo. Asimismo, el escenario abre la
posibilidad a promover nuevos emprendimientos bolivianos que necesitarán un marco
macroeconómico nacional favorable. Los sectores que deberán ser atendidos con
urgencia son: la industria cárnica, automotriz, construcción e importadoras.
Finalmente, los impactos de la caída del precio del gas boliviano deberían ser leves.
Más allá de que esta bajada significa menores ingresos para el país, podría existir una
compensación por la reducción de los gastos en la importación de derivados del
petróleo. Es decir, que la disnea será temporal.
Se debe recordar que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y Petrobras
firmaron una nueva adenda al contrato de venta de gas, por seis años más. Asimismo,
los últimos días, se anunciaron dos nuevos hallazgos: un campo de gas en Chuquisaca y
un pozo petrolero en Santa Cruz, que son claramente positivos para Bolivia, para la
venta de hidrocarburos.
Por lo tanto, la ciudadanía debe mantener la calma, analizar críticamente el panorama
global de la economía internacional y nacional, antes de asistir a los mercados. Se debe
tener especial paciencia para adquirir productos importados de China como teléfonos
móviles, por ejemplo. En este punto, el comportamiento de la gente es clave, para el
Gobierno pueda establecer medidas estructurales que den respuesta a las necesidades
de los bolivianos.

Carlos Andrés Torrico Monzón es investigador y director del Círculo de


Investigación en Estudios para el Desarrollo de Latinoamérica (CIED-Latinoamérica).

Vous aimerez peut-être aussi