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La palabra amor está demasiado trillada y tal vez una de las más escrita
y comentada del léxico humano, sin embargo y lo digo con tristeza (quiza
no conviene) es de la que menos se entiende el significado tan profundo y la
dimensión teológica y sus implicaciones tanto en las relaciones con los
demás y por supuesto la relación con Dios (mejorar redacción). Es tanto la
barbarie que se termina reduciendo el amor a un mero sentimiento humano
y temporal (acomoda más fluidamente este parágrafo).
El amor esta designado en Juan (juan usa el término “amor”) con dos
sustantivos: “Kharis (Κháris), es decir, el amor que se traduce en don; y
ágape (ponerlo en cursiva, como toda palabra extranjera) que significa el
amor en cuanto entrega de sí”1. Ágape se usa más en el sentido de
demostrar el amor o manifestarlo y su significado en griego es muy vasto,
es por esa razón que, en el prólogo, se utiliza Kharis para precisar el
significado de ágape en todo el cuerpo del 4º evangelio (mayúscula). “Se
usa un tercer verbo fileo para denotar el vínculo de amistad que se
establece en una relación entre iguales” 2. El ejemplo lo encontramos cuando
Jesús llama amigos (entre comillas) a sus discípulos y no siervos (siervos
entre comillas).
1
J. MATEOS – J. BARRETOS, Vocabulario Teológico del Evangelio de Juan, Ediciones Cristiandad, Madrid, p.
27.
2
J. MATEOS – J. BARRETOS, Vocabulario Teológico del Evangelio de Juan, Ediciones Cristiandad, Madrid, p.
28.
1
La karis (unifica) calificada como amor gratuito y leal, equivale a la gloria,
ésta, por su luminosidad, significa el resplandor del amor leal, es decir su
evidencia y su visibilidad al ser manifestado. El Padre le comunica al Hijo
esta gloria que también es identificada con el Pneuma; el Espíritu, por lo
tanto, el Espíritu es el don de amor que Jesús les da a sus discípulos en
plenitud. “El Espíritu significa el amor en cuanto que es dinamismo y fuerza
interior, principio de vida que tiende a comunicarse y se hace visible en la
actividad”.3
3
S. CARRILLO ALDAY M. SP. S., El Evangelio de San Juan, Instituto de Sagrada Escritura, México 1978, p. 49.
4
C.H. DODD, Interpretación del Cuarto Evangelio, Ediciones Cristiandad, Madrid, p. 198.
5
P. MARIE DE LA CROIX, OCD., Testimonio Espiritual del Evangelio de San Juan, Ediciones Rialp. S. A., Madrid,
p. 52-55.
2
a) El amor de Dios es plenitud y lealtad, que equivale a ser Espíritu,
fuerza y dinámico.(no checa revisa!!)
b) El amor de Dios es universal; alcanza a toda la humanidad, el
propósito de su amor es que el hombre no conozca la muerte, sino
que tenga vida eterna. Por lo tanto, esta vida definitiva se alcanza con
la adhesión a Jesús, ya que en Él esta demostrado este amor de Dios
por (para) toda la humanidad.
c) El Padre ama al Hijo y le hace participe de ese amor y toda su
riqueza, haciéndolo heredero universal y dándole el Espíritu que es
Dios mismo. Es por eso que lo que es del Padre es del Hijo y lo que
es el del HIJO es del Padre, y la actividad del Hijo es la del Padre y
así el Padre está siempre con Jesús.
d) La respuesta de Jesús al amor del Padre es la disposición a entregar
su vida. De esta manera el Padre y el Hijo viven en una continua
comunicación de amor plena por medio del Espíritu.
e) El amor entre el Padre y el Hijo se participa también al discípulo, en
un amor de amistad basado en la igualdad e identificación con el
Maestro creando una plena comunicación. El discípulo que responde
a este amor, el Padre le demuestra su amor viniendo con Jesús y
quedándose a vivir con él, haciéndose compañero de vida.
f) El amor de Dios implica vivir en intimidad con Él, de cara a cara y en
perfecta comunión, al hombre solo le corresponde aceptarlo.
Podemos notar que lo que se resalta en los textos de san Juan sobre el
amor hay dos palabras claves: la identificación y la entrega. Profundicemos
un poco en estas dos directrices.
3
fuerza de integración y unidad creada por la participación y comunicación
del mismo Espíritu.
“Jesús se hace uno con el Padre al recibir el Espíritu y queda identificado con
Él, siendo su respuesta de amor la entrega de sí mismo por los hombres en la
cruz, comunicándoles así su amor y su Espíritu. De igual forma los hombres al
recibir el amor del Padre a través de la entrega de Jesús, quedan integrados,
unidos e identificados con ellos a nivel comunitario y personal”. 6
4
)
5
“Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel
que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha
conocido a Dios; porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios
para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para
que vivamos por él.”
Amar a Dios es estar en una relación particular con Él que implica una
atmosfera de connaturalidad, familiaridad, y trato personal, de Tú a tú. Estas
cualidades se expresan en los verbos “ha nacido” y “conoce” que
encontramos en el versículo 7.
9
S. CARRILLO ALDAY M. SP. S., El Evangelio de San Juan, Instituto de Sagrada Escritura, México 1978, p. 69.
10
S. CARRILLO ALDAY M. SP. S., El Evangelio de San Juan, Instituto de Sagrada Escritura, México 1978, p. 73.
6
El amor es la condición de posibilidad de asomarnos al misterio de
Dios, porque Él es el mismo amor. Es otro modo de ver a Dios. “Este amor
de Dios se va perfeccionando en nosotros con la práctica de la caridad
hacia el prójimo y asegura nuestro corazón en la confianza ante el día del
encuentro definitivo con Él”11. El amor de Dios nos da esta confianza de la
que no podemos relegar y expulsa cualquier temor que nos pueda invadir, el
miedo no compagina con el amor.
11
M. LÓPEZ BARRIO SJ., El amor en la primera carta de San Juan, 1º edición 2007, Universidad
Iberoamericana. Biblioteca Francisco Xavier Clavigero, p. 138.