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Índice

Introducción

Capítulo 1: ¿Qué es un lector beta?


› ¿Por qué necesito un lector beta?
› Y los escritores profesionales, ¿necesitan uno?

Capítulo 2: Perfil del lector beta ideal


› Características personales
› Características de lectura y escritura
› Características del mercado editorial
› ¿Qué no debe hacer un lector beta?

Capítulo 3: ¿Cómo encontrar un lector beta?


› Ideas para conocer escritores
o ¿Cómo acercarte y generar confianza?
› ¿Cómo solicitarle a una persona que sea tu lector beta?
› El camino rápido: contratar el servicio
o Formas de conseguir un lector beta profesional
o ¿Cómo saber si es un «profesional»?

Capítulo 4: ¿Está listo tu libro para una lectura beta?


› El antes, durante y después del proceso
o El primer borrador
o Reescritura y autoedición
o El borrador final
o El proyecto final

Capítulo 5: Cuestionario del lector beta


› Nivel de entretenimiento
› Argumento
› Personajes
› Diálogos
› Estilo

Capítulo 6: Detalles prácticos y logísticos


› Tiempo
› Formato
› Comentarios y correcciones
› Dificultades con los lectores beta
› Remuneración
› Recomendaciones finales

Capítulo 7: Mis servicios como lectora editorial

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Introducción
La corrección comienza justo después de escribir ese preciado «Fin». Leemos
cuidadosamente la historia en varias ocasiones buscando incongruencias,
errores y horrores. Y cuando por fin hemos terminado esta etapa (un escritor que
no reescribe y corrige no es escritor), decidimos: a) publicar el texto, b) enviarlo a
una editorial o c) guardarlo en un cajón.

Hay otra opción que prefiero recomendar: enviarlo a un lector beta, también
conocido como lector cero. Antes de que tu historia vea la luz, debe pasar por el
ojo examinador de una persona con juicio crítico y literario, que sea capaz de ver
lo que tú no viste. Pero no cualquiera puede serlo…

Básicamente, el lector beta será quien te ofrezca una retroalimentación sobre tu


manuscrito, para que así puedas hacer los ajustes necesarios antes de su
publicación. Si lo piensas bien, puede llegar a ser el superhéroe del aprendiz
de escritor.

Los lectores beta no solo son esenciales para aquellos escritores que quieren
autopublicar, también son necesarios para los que optan por la forma tradicional,
pues les ayudan a pulir el manuscrito antes de que caiga en las manos de un
agente o una editorial.

Este manual pretende explicarte en detalle todo lo que necesitas saber sobre los
lectores beta, el trabajo que realizan y cómo pueden beneficiarte en tu proceso
de escritura. Dicho esto, ¿comenzamos?

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Capítulo 1: ¿Qué es un lector beta?
Un lector beta (también «beta reader» y antiguamente prelector) es la persona
que lee una obra escrita, generalmente de ficción, con «una mirada crítica, con
el objetivo de mejorar la gramática, ortografía, caracterización y estilo general de
una historia antes de su lanzamiento» (Wikipedia, 2016).

El término «beta reader» proviene de la informática. Cada vez que diseñan un


nuevo programa, primero sacan la versión beta para que los usuarios lo prueben
y denuncien posibles errores. Esta analogía se trae a la industria editorial, convir-
tiendo a ese primer lector en el beta que evalúa la obra.

En las editoriales se le conoce como lector profesional o editorial, pues es quien


determina las fortalezas y debilidades de un manuscrito para que el autor pueda
corregir lo que sea necesario. También hace las últimas lecturas antes de la impre-
sión del libro, para así detectar los errores de maquetación, diseño y texto (mejor
conocido como lector de pruebas).

El lector beta tiene como objetivo ayudarte a pulir tu historia. No te dará una
palmadita en la espalda o te dirá que lo has hecho bien. Sí, puede comentarte
tus logros y aciertos, pero eso pasa a segundo plano. Él buscará todas las fallas
que tenga la historia y las señalará para que tú puedas eliminar (o corregir) los
errores que pasaste por alto.

Conseguir una persona que pueda cumplir con esta tarea requiere de un gran
esfuerzo. No puede ser un familiar que solo nos haga comentarios bonitos.
Tampoco un amigo lector que no sepa distinguir una raya de un guion. Mucho
menos una persona que tenga cero conocimiento en teoría literaria.

¿Por qué necesito un lector beta?

Ambos conocemos el oficio de escritor. Has invertido mucho tiempo, esfuerzo y tal
vez dinero en escribir tu libro. Has pasado momentos difíciles junto a este (discu-
tiendo con los personajes, ideando otra salida, documentándote), y hasta has
querido renunciar. Pero si continuaste y lograste terminar el manuscrito, esa historia
se convirtió en tu bebé. ¿Qué padre o madre no quiere lo mejor para su hijo?

Seamos realistas, los padres primerizos no saben qué hacer la mayoría del tiempo;
y los que tienen experiencia, igualmente necesitan ayuda. Sé que vas a cuidar y
atender tu obra lo mejor que puedas, por eso la corregirás mil veces antes de
darla por terminada, pero no debes permitir que se te nuble la vista: vas a necesi-
tar la ayuda de otra(s) persona(s) si quieres que llegue a buen puerto.

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El lector beta será el primero que te dé la mano.
› Te ayudará a cumplir esas expectativas que generaste al comienzo de la
historia y que tal vez olvidaste en el transcurso.
› Se asegurará de que los acontecimientos estén narrados y descritos de
forma clara para el lector. (Recuerda que aunque tengas todo el pano-
rama claro en tu cabeza, no necesariamente las palabras lo reflejen).
› Te señalará aquello que necesita una mejor explicación, que no se entiende
o se contradice, lo que requiere un mayor detalle y lo que sobra.
› Supervisará que los personajes sean convincentes, que su personalidad
coincida con sus actos y que hablen según sus características particulares
(sexo, edad, nacionalidad, etcétera).
…y así pudiéramos seguir enumerando las formas en que un lector beta te puede
ayudar. Obviamente, dependiendo del tipo de camino por el que quieras llevar a
tu hijo será el profesional que necesites consultar; pero sea el que sea, todo libro
necesita distintas correcciones antes de ser publicado.

Y los escritores profesionales, ¿necesitan uno?

¡Por supuesto que sí!

Antes de que una editorial decida publicar un libro, este pasa por las manos de un
editor. Pero con todo el trabajo que tienen y el poco tiempo que manejan, estos
delegan la tarea a su equipo de lectores profesionales, quienes emiten un informe
de lectura donde valoran el manuscrito y señalan si vale la pena o no su publica-
ción (según la línea editorial).

De recibir una buena valoración (y dependiendo del tamaño de la editorial), pasa


por las manos de otro(s) lector(es), y solo así puede llegar hasta el editor, quien se
asegura de revisar las sugerencias que hayan propuesto sus lectores.

El punto es que el manuscrito tendrá, sí o sí, la lectura de un profesional, quien


retroalimentará al escritor en diversos aspectos. Así que vete acostumbrando a la
realidad: tu obra pasará por la mirada de un crítico. Solo intenta que esto suceda
antes (y no después) de la publicación, que suelen verse muchísimos errores en los
libros autopublicados, sobre todo en los autores que se niegan a solicitar (o pagar)
la ayuda de un lector, corrector, diseñador, etcétera.

Además, recuerda que por más bueno que seas en el idioma español, es casi
imposible leer un texto propio con ojo 100% crítico. Si buscas información sobre los
escritores profesionales, todos tienen un lector beta, esa persona que lee primero
que nadie cada libro que escriben.

En fin, es preferible tener un equipo de lectores beta que te ayuden en las distintas
etapas del proceso (y aprendiendo de la experiencia), que publicar un libro que
todavía es un borrador. ¿Cierto?

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Capítulo 2: Perfil del lector beta ideal
El lector beta ayuda a identificar los posibles problemas que tiene un texto al
momento de leerlo, haciéndolo hasta diez veces mejor de lo que era antes. No es
fácil encontrar uno, pero sí posible. Por eso quiero enumerar algunas característi-
cas que hacen a un lector beta el idóneo.

Características personales
1. Pertenece al público objetivo de tu libro (edad, sexo e intereses). Solo así
reaccionará de forma similar a la del público previsto. Y si no pertenece a
ese lector objetivo, tiene la capacidad de ponerse en su lugar.
2. Le gusta opinar, y al mismo tiempo sabe cómo hacerlo sin echar a la basura
tu trabajo. No tendrá miedo de señalar tus errores, pero lo hará con tacto.
No es lo que se dice, es cómo se dice. Puede hacer una crítica directa, pero
esta jamás será con la intensión de humillar, denigrar, ofender o menosca-
bar. Tiene cuidado con los tonos que usa y no se cree el dios sabelotodo de
la crítica literaria.
3. Es objetivo. Se centra en su función: buscar fallas desde la perspectiva del
lector. Esto no quiere decir que haga trizas tu trabajo y que te señale cinco
errores por oración (si esto sucede es porque tú no corregiste bien).
4. ¡Cuidado si escoges a tus padres o compañero(a) de vida! No recomiendo
que el lector beta sea cercano a ti, pues se le dificultará señalar los errores
porque no herir tus sentimientos. Este valorará más el bienestar de la relación
que hacerte daño. Pero si logran separar la relación del oficio y ambas
partes deciden ser francos, ¡adelante!
5. Es consecuente. No te abandona a mitad de camino y tampoco incumple
con los tiempos pautados. Contesta tus preguntas y se responsabiliza por su
trabajo.
6. Está interesado. Que no lo haga porque te conoce y quiere hacerte un
favor. Que lo haga porque quiere ayudarte a pulir tu obra y, de verdad,
anhela leerla. Solo así hará una lectura crítica.
7. Dice la verdad… y nada más que la verdad. El lector beta no está para
halagarte a ti o a tu obra, está para señalar cualquier error o discrepancia
que haya detectado en la lectura. De nada te servirá si evita mencionar
que ya se esperaba ese final, que no lo sorprendiste, que lo aburriste o que
no logró entender una parte.

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Características de lectura y escritura
1. Es un lector holístico y habitual. Lee constantemente una variedad de libros,
sin limitaciones. Ha leído clásicos, contemporáneos, «bestsellers», autopubli-
cados, textos no literarios, novelas, poemarios… El punto es que no se limita
a un solo tipo de lectura, sino que tiene una perspectiva ampliada sobre el
mundo lector.
2. ¡Ojo! A veces se suele buscar un lector beta que no lea mucho para ver qué
le provoca la lectura. Si llega a emitir algún comentario positivo o te dice
que le encantó, que no paró de leer… ¡has hecho un buen trabajo!
3. Conoce el género en el que escribes. Aunque no sea su favorito, lo ha leído
antes. Sabe reconocer las técnicas y las ideas preconcebidas en este;
conoce cómo se estructura, lo que funciona o no en la trama, e incluso
identifica dónde se han roto las reglas.
4. A menudo son escritores también. A veces son colegas que se intercambian
su trabajo y son lectores betas entre sí. Si es un compañero, sabrá lo que
cuesta escribir un libro, conocerá tu estilo, dominará las técnicas de escri-
tura y te ayudará objetivamente porque aprecia y valora tu trabajo.
Además, puede identificar un personaje mal construido, una escena sin
estructura, los típicos clichés, las incongruencias en la trama y hasta el
momento en que te cansaste y decidiste resolver el conflicto de la manera
más fácil posible.
5. No ha leído tu manuscrito antes. Tampoco está influenciado por otro lector
o por ti. Si sus ojos no están contaminados, podrá hacer un buen trabajo.
6. Domina las reglas del idioma español. Necesita conocer las normas ortográ-
ficas, gramaticales y de puntuación. Solo así podrá corregir los tiempos
verbales, las palabras mal ocupadas, los símbolos gráficos, y así…
7. Organiza sus notas y comentarios. Antes de entregarte el resultado de su
lectura, prepara un informe donde comenta sus impresiones generales, los
aciertos y desaciertos.
8. Va al grano, sin rodeos. Logra ser preciso al momento de señalar un error.
No es lo mismo anotar «diálogo vago» a explicar que «este diálogo específi-
camente no hace avanzar la historia, no aporta al conflicto; al contrario,
ralentiza la lectura describiendo algo que el narrador pudo haberlo hecho
en menos palabras».

Características del mercado editorial


1. Entiende lo que es un buen libro (trama, caracterización, estructura, propó-
sito). Sabe cómo crear suspenso y cuándo se pierde, qué motiva a un lector
a seguir leyendo y qué lo aleja. Reconoce los buenos finales y los que
decepcionan.
2. Puede reconocer tu estilo, tu voz propia, y la respeta, así que solo te acon-
seja modificaciones para clarificar o mejorar la inteligibilidad de la lectura,
no para cambiarla.
3. Entiende que está leyendo un manuscrito y, por tanto, tendrá errores por
doquier.

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4. Si el libro es sobre un tema especializado, lo domina. Esto sucede más en los
textos no literarios, pero puede darse el caso en la ficción.
5. Si la historia está ambientada en un lugar particular, sería bueno que lo
leyera una persona que conoce esa ubicación, pues sabrá reconocer lo
verdadero de lo falso. Lo mismo sucede con el habla de los personajes, la
vestimenta y la época histórica. Aunque te hayas documentado bien,
puede que se te esté escapando algo. Debes asegurarte de haber
construido un mundo creíble, que coincide con el real.
6. Conoce el mercado editorial y puede recomendarte aspectos que necesita
mejorar tu historia para ser «vendible». Sabe qué motiva a un lector a com-
prar un libro, y qué interesa a un agente o editor de un manuscrito.
7. Tiene ojo crítico. Solo después de una primera lectura es que comienza a
hacer sus comentarios y correcciones (en la segunda). Anota en qué
momento perdió la atención o se descolocó y el por qué. Tal vez haya
incongruencias, no hubo suspenso, los diálogos están mal construidos o los
personajes mal caracterizados, e incluso puede encontrar texto de relleno
que no aporta o hace avanzar la historia.

¿Qué no debe hacer un lector beta?

Editar tu texto. Una cosa es corregir un error ortotipográfico y otra es meterse con
el estilo del escritor (esto solo lo puede hacer un profesional del área y siguiendo
unos parámetros específicos). Si no entiende un concepto, debe anotarlo y
comentarle al autor, incluso sugerir alguna mejora, no tacharlo y cambiarlo por
otro. ¡Y peor aún si se atreve a reescribir el texto o parte de este! Eso ya sería el
colmo…

Imagino que después de haber leído todas estas características tienes una lista de
diez personas que cualifican para ser tu lector beta y que estarían dispuestos a
leerte con solo chascar los dedos. ¿Cierto?

¡No desesperes! Solo recuerda que este es el perfil ideal de un lector beta. Tú
escogerás el que mejor se ajuste a las necesidades de tu libro. Y al final, lo que
necesitas es una persona que disfrute leyendo tu manuscrito y si no lo hizo, que te
explique el por qué. Tampoco es tan complicado…

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Capítulo 3: ¿Cómo encontrar un lector beta?
No hay truco mágico, y para colmo te desaconsejo a familiares y amistades. Pero
igual te ayudaré en esta difícil tarea. Lo más fácil es buscar un lector en un grupo
de escritores. Sí, ya sé que están plagados de egos y rivalidades, pero no todos
son malos.

¿Qué mejor que otro escritor para ayudarte en este proceso? No solo entenderá
tus traumas y frustraciones, sino que te dará el coraje que necesitas para conti-
nuar corrigiendo. El consejo es hacerte amigo de otros escritores, y si saben más
que tú, mejor.

Ideas para conocer escritores:


1. Únete a un grupo de escritores de tu localidad. Tienden a reunirse en las
bibliotecas y los centros culturales. A veces los puedes encontrar en alguna
universidad o establecimiento educativo. Seguramente hay una opción
cerca de ti. De lo contrario, ¡créala! Puedes organizar un grupo y promocio-
narte en las librerías, bibliotecas, ¡donde se te ocurra!
2. Ir a seminarios y talleres literarios. Participa del evento y aprende. Luego
tómate el tiempo de socializar con otros y compartir un cafecito. Investiga si
quieren mantenerse en contacto o anímalos a hacerlo. No necesariamente
tienen que vivir cerca de ti, recuerda que la tecnología (Internet) acerca a
las personas.
3. Busca en Twitter o Facebook. Empieza intercambiando tuits, compartiendo
material, comentando e interactuando de diversas maneras. Luego visita el
blog o página web de ese futuro lector beta y, con el tiempo, ve desarro-
llando una amistad.
4. Participa en páginas o foros de escritura. Conocerás otros escritores, cómo
piensan, cómo escriben y lo que les importa. Comenta sus publicaciones.
Créeme, se interesarán en visitar tu espacio también, aunque sea por curio-
sidad. Eso sí, no cometas el error de pedir que visiten tu página y apoyen tu
trabajo, eso se gana no se mendiga.
5. Echa un vistazo a LinkedIn y Google+. Tienen grupos de escritura que te
pueden ayudar a aumentar tus redes.

La mayoría de las veces el lector beta estará a kilómetros de distancia. Que eso
no te frustre, es una oportunidad de recibir una crítica desde la perspectiva de
una persona con una realidad de vida distinta a la tuya.

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¿Cómo acercarte y generar confianza?
› Sé genuino. Que la amistad sea verdadera. No le hagas caso a una persona
porque quieres que sea tu lector beta. Lo estarías utilizando y eso es feo.
› Sé paciente. No es que lo conocerás un día y a la próxima semana le esta-
rás pidiendo este favorcito. Tampoco es que lo presiones a que lea en una
semana lo que le toma dos. Que la amistad se dé sin el objetivo de que sea
tu lector beta.
› Sé generoso. Ayuda a la gente. Si conoces alguna técnica o recurso, com-
pártelo. Si puedes sacar a alguien de una duda, hazlo. Si en algún momento
necesitas a esa persona después, te ayudará porque te lo mereces, te lo
ganaste con antelación.

Recuerda que antes de buscar a un lector beta debes saber bien lo que le quieres
pedir. Lo ideal es hacerle una pauta, tipo cuestionario, pero eso ya lo veremos
más adelante.

¿Cómo solicitarle a una persona que sea tu lector beta?


1. Si es un conocido, invítalo a tomar un café para que puedan hablar sobre el
tema directamente. Y si está en otra ciudad o país, intenta tener una video-
llamada o conversación fluida. Que todo sea lo más personalizado posible,
puesto que estás pidiendo un favor.
2. Explícale que escribiste una novela y que la corregiste, pero que antes de
publicarla o enviarla a una editorial, quieres que una persona la lea y te
ayude a identificar los errores que pueda tener y que tú, como autor, no has
podido detectar.
3. Cuéntale por qué te gustaría que fuera tu lector beta (no tienes que hala-
garlo hasta el cansancio) y qué pretendes conseguir de la lectura que haga
(qué esperas de él).
4. Si acepta ser tu lector, explícale en detalle en qué consistirá su trabajo. Tú,
mejor que nadie, conoces tus debilidades como escritor (tal vez son los
diálogos, por ejemplo). Hazle saber en qué se debe enfocar. Y entrégale, de
ser posible, un instrumento crítico evaluativo para que se deje llevar durante
la lectura.
5. Si no conoces a la persona, tal vez porque la buscaste en un blog o foro de
lectores beta (como Autorquía), tendrás que escribirle un mensaje. ¡No
aceptes o busques a cualquier persona! Intenta relacionarte y conocer
mejor a quien leerá tu obra. Es mejor tardar un poco y estar seguro de que
es el lector indicado, a escoger al azar y terminar decepcionado.

Solo recuerda que, cuando termine el proceso, deberás reunirte nuevamente con
esa persona para conversar sobre la obra. Esto te ayudará a darte cuenta de la
visión que tiene como lector. ¿Qué fue lo que entendió de la historia? ¿Se dio
cuenta de esos detalles que quisiste mostrar? Una buena conversación también te
puede ayudar a detectar los puntos fuertes y débiles de tu manuscrito.

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El camino rápido: contratar el servicio

Pagarle a un lector profesional. Aunque no sea la opción para muchos, te puede


sacar de apuros y te ayuda a tener la certeza de que se hará lo que requieres.
Algunos incluso te pueden ofrecer un informe detallado para agregar a una futura
propuesta editorial.

Formas de conseguir un lector beta profesional


1. Busca en Google. «Lector editorial», «Informe de lectura», «Crítica literaria»…
la gran mayoría tiene una página web con valores preestablecidos y mues-
tras de su trabajo.
2. Busca en LinkedIn. Allí tendrás su descripción, el listado de sus habilidades,
enlaces a sitios web, recomendaciones, etcétera.
3. Busca en páginas de escritura. Acostumbran a tener un listado de profesio-
nales del área editorial.
4. Contrata mis servicios. :)

¿Cómo saber si es un «profesional»?

Vas a pagar y no quieres perder tu dinero. Y aunque es complicado evaluar a las


personas por internet, existen rasgos y situaciones que puedes tener en cuenta
para estar seguro de su profesionalismo.

1. Te explica exactamente lo que va a hacer y cómo lo hará. Tú decides si se


adapta a tus necesidades o no. Lo ideal es que te entregue un informe
escrito; a veces puedes solicitar hasta una sección por Skype.
2. Te sabe detallar el género en el que trabajas. Muchos profesionales se espe-
cializan, por ejemplo, en literatura romántica e histórica. Si este es el caso y
tu novela es de ciencia ficción, este lector, por más profesional que sea, no
dominará todas las técnicas del género.
3. Evalúa el blog o sitio web de la persona. ¿Cómo es la calidad de sus escri-
tos? ¿Domina el oficio de escritor? Si el diseño, la calidad y la escritura de su
página es descuidada, ¡aléjate!
4. Verifica si tiene testimonios de otros autores que hayan contratado sus servi-
cios. Luego busca esos nombres en Google e investiga si genuinamente
escriben, si existen siquiera. Y si tienen un correo-e de contacto, pudieras
preguntarles directamente sobre su experiencia con el lector.
5. Consulta con tus amigos escritores. Tal vez otra persona te puede recomen-
dar a alguien o comentarte su mala experiencia con uno en específico. El
boca a boca en el mundo editorial es una cosa seria.

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Capítulo 4: ¿Está listo tu libro para una lectura beta?
Tal vez no estás seguro de buscar la ayuda de un lector beta. Como te expliqué
antes, todos los autores necesitan uno (como mínimo), sobre todo si son nuevos,
incluso si después la historia pasará por las manos de un riguroso editor.

El antes, durante y después del proceso

1. El primer borrador
Concéntrate en escribir tu obra maestra (y todo lo que eso conlleva). Sabiendo
de antemano que necesitarás un lector beta, tal vez puedes ir analizando alguno
que otro prospecto.

Si es la primera vez que escribes un libro, probablemente necesitarás un lector


beta que vaya leyendo por capítulos. Te puede ayudar a orientar tu escritura y
hasta a cambiar un poco el porvenir de la historia.

2. Reescritura y autoedición
Si terminaste el paso anterior en su totalidad, deja descansar el texto. Stephen King
recomienda seis semanas, pero que mínimo sean cuatro.

Después llega el momento de leer críticamente (y en varias ocasiones) tu manus-


crito, para que puedas corregir todos los errores en la trama, conflicto, personajes,
ambientación, diálogos, narración y estructura. Cuando estés 100% seguro de que
terminaste, viene la corrección ortotipográfica (también queda en tus manos).

A este punto ya deberías tener escogido a tu lector beta y comenzar a explicarle


la situación (pedirle el favor o consultar precios).

3. El borrador final
Este es el que le enviarás a tu lector beta. Cuando pienses que ya tu historia
merece ser publicada, justo ahí, le entregas el texto a tu lector y luego te pones
una camisa de fuerza, no vaya a ser que cometas una locura. ¡Necesitas alejarte
de ese libro!

4. El proyecto final
Llegaron los informes y correcciones del lector beta. ¡Tranquilo! ¡Respira! Y no te
atrevas a leer nada si has tenido un mal día. Yo en tu lugar, me daría una ducha
caliente y saldría a comprar chocolates y frutos secos (siempre tengo en mi escri-
torio). Solo cuando estés relajado deberías leer lo que te enviaron.

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Créeme, vas a querer tirar a la basura tu manuscrito y sentirás que tanto esfuerzo
no valió la pena. Convérsalo con la almohada y cuando te sientas preparado,
regresa al paso dos, pero esta vez teniendo en cuenta las sugerencias de tu lector
(las que entiendas correctas, y si no te convencen, busca información al respecto
o dialógalo con otra persona).

Cuando termines, volverás a estar en el paso tres. Aquí tienes la opción de volverle
a pasar el texto a tu lector beta o buscar otro. Yo recomiendo dos lecturas como
mínimo, y lo ideal es que sean de dos lectores distintos. Si eres muy perfeccionista,
máximo cuatro lecturas, que de lo contrario no terminarás nunca. ¡Ah!, y si vas a
autopublicar, que sean más de dos, por favor.

¡Que conste! Si este libro recién terminado llega a las manos de un profesional,
encontrará errores. No hay libro que no los tenga. Pero te aseguro que serán
muchísimo menos, en comparación con otros autores que no respetan ni su
trabajo ni a sus lectores y se creen que ellos solos, al 100%, pueden correr todas
las bases.

Solo recuerda que un lector beta no es un corrector, mucho menos un editor.

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Capítulo 5: Cuestionario del lector beta
Como te expliqué anteriormente, si quieres que tu lector beta haga un trabajo
que genuinamente te ayude a pulir tu historia, debes darle las pautas a seguir. En
otras palabras, le vas a ofrecer una guía de lectura con diferentes preguntas que
contestará mientras lee tu manuscrito. De esta forma sus observaciones se van a
centrar en lo que quieres mejorar.

Esto no significa que el lector beta solo leerá y contestará estas preguntas. Al
contrario, este cuestionario será una herramienta más de trabajo. El lector también
puede corregir sobre el texto errores ortotipográficos (si lee digital, el Control de
Cambios de Word ayuda muchísimo; y si lee en papel, que escriba con tinta de
color o señale con un destacador) y hacer comentarios o sugerencias sobre
aspectos que no hayas considerado en el cuestionario.

A continuación te presento un cuestionario básico, el cual fue elaborado en


colaboración con Ana Katsen. La idea de estas preguntas es orientar el trabajo
del lector beta para que pueda ayudarte a mejorar tu manuscrito. Ten en cuenta
que este instrumento es solo un ejemplo y que puedes modificarlo a tu antojo,
considerando las particularidades de tu historia.

¡Ah!, y recuerda que estas preguntas son sobre la totalidad del manuscrito. Si lo
deseas, puedes crear algunas preguntas para cada capítulo.

Cuestionario

I. Nivel de entretenimiento
1. ¿El inicio te pareció lo suficientemente entretenido e intrigante para seguir
leyendo?
2. ¿Te orientaste con rapidez o te sentiste perdido?
3. ¿La historia te mantuvo con ganas de seguir leyendo?
4. ¿Alguna parte de la historia te pareció aburrida? Si es así, ¿cuál y por qué?
5. ¿Te saltaste alguna parte o en algún punto tuviste ganas de dejar de leer?
Si es así, ¿cuál fue?, ¿qué lo provocó?
6. ¿Hay escenas que contienen demasiada información? ¿Cuáles?

II. Argumento
1. ¿Te parece que el argumento es sólido?
2. ¿Hay algún cabo suelto o agujeros argumentales? Si es así, ¿cuáles?
3. ¿Te parece que la ejecución del argumento es original? ¿Aporta algo que
otras obras no? ¿Qué?
4. ¿Hay algún cliché o tema trillado?
5. ¿El final te dejó satisfecho o te pareció más bien flojo?

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III. Personajes
1. ¿Pudiste empatizar con el personaje principal? ¿Sentiste sus penas, alegrías?
2. ¿Los personajes te resultaron verosímiles y bien diferenciados a nivel de
personalidad?
3. ¿Son las interacciones entre los personajes realistas?
4. ¿Entiendes sus motivaciones?
5. ¿Podrías reconocer a cada personaje por la forma en que habla y actúa?
6. ¿Adviertes los cambios internos de cada uno a lo largo de la historia o te
parece que permanecen estáticos?
7. ¿Hay algún personaje perfecto, cuyos numerosos atributos resultan chocan-
tes y que siempre obtiene lo que quiere?
8. ¿Qué personaje te gustó más y por qué?
9. ¿Qué personaje odiaste más y por qué?
10. ¿Hubo algún personaje innecesario, o que más bien resultara un estorbo
para la narración de la obra?

IV. Diálogos
1. ¿Son todos los diálogos necesarios? Es decir, ¿tienen un propósito?
2. ¿Pudiste ver lo que hacían los personajes cuando hablaban?
3. ¿Son los diálogos consistentes con el estado anímico de los personajes?
4. ¿Son los diálogos realistas, creíbles?

V. Estilo
1. ¿El estilo es claro y conciso, o más bien pesado?
2. ¿Entendiste todas las oraciones y expresiones? ¿Alguna parte te resultó
confusa?
3. ¿Algo chirrió, desencajó o te descolocó? ¿Hay partes monótonas, irritantes
o disruptivas?
4. ¿El ritmo de la historia fluye a una velocidad acorde con la situación?
5. ¿El uso de recursos sensoriales te parece suficiente? ¿Pudiste ver lo que
ocurría y percibir sonidos, olores y demás sensaciones?
6. ¿Hay repeticiones? ¿Cuáles? ¿Dónde están ubicadas?
7. ¿Consideras la apertura y el cierre de cada capítulo acertado? Si no es así,
¿por qué?

A grandes rasgos, ¿qué te gustó del libro y por qué? ¿Qué dudas te quedaron?
Y si tienes algún otro comentario sobre la lectura, bienvenido sea.

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Capítulo 6: Detalles prácticos y logísticos
Aunque parezca excesivo, cuentas claras conservan amistades, así que te reco-
miendo dialogar con tu lector beta sobre todos los detalles que te enumero en
esta sección.

Tiempo

¿Para qué fecha necesitas el informe? Piensa bien en esto. Dependiendo de la


extensión de tu manuscrito, el trabajo puede tardar entre dos a cuatro semanas.
Teniendo en cuenta el tiempo disponible del lector, puede ser más. Y si lo necesi-
tas para una fecha en específico porque quieres participar de un concurso, por
ejemplo, debes decirle con antelación.

El punto es que establezcan un calendario a seguir. Si es un cuento, no vas a espe-


rar un mes, pero tampoco pretendas que haga la lectura en 24 horas. Acuerden
una fecha y, de haber algún cambio, notifiquen con tiempo.

Formato

Todos tenemos una preferencia al momento de leer. Lo ideal es que le proporcio-


nes al lector la que se le haga más cómoda.
› Documento en Word. Es ideal para hacer comentarios y correcciones con el
Control de Cambios.
› Formato epub o mobi. Tal vez prefiere leer desde su Kindle. Si es así, con el
programa Calibre conviertes rápidamente el formato.
› Copia impresa. A veces es mejor (incluso recomiendo que una de tus
correcciones sea así). Pero si no puedes costearlo, háblalo con el lector.
› Otro formato. Si está en tus manos, facilítale el trabajo.

Comentarios y correcciones

¿Cómo te gustaría o se te haría más fácil recibir la retroalimentación de tu lector


beta? Lo ideal es que sea de la forma que él prefiera (recuerda que es un favor) o
que ya tenga un formato preestablecido (si es un lector profesional). De todas
formas, todo se puede conversar.

Solo recuerda que sería ideal tener una retroalimentación por escrito y, al mismo
tiempo, tener una dialogada.

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Dificultades con los lectores beta

Es normal escuchar a alguien que haya tenido problemas con un lector beta, una
mala experiencia. Casi siempre es porque eligieron a la persona equivocada o
porque no le dieron la orientación necesaria para que hiciera su trabajo. Por eso
es necesario escoger bien a tu lector e informarle qué es lo que esperas que
haga.

Si en el transcurso de este proceso ocurre alguna otra dificultad que consideres


impropia (emite comentarios en sus redes sociales sobre tu obra, por ejemplo),
convérsalo con tu lector e intenta arreglar la situación. Si te das cuenta de que te
está robando las ideas o plagiando parte de tu trabajo, entonces pudieras tomar
acciones legales (siempre que tengas evidencia de que el trabajo es original-
mente tuyo).

Pueden surgir un sinnúmero de dificultades. Para evitarlas, repito, escoge bien a tu


lector beta.

Remuneración

Dependiendo del lector beta que escojas, habrá o no remuneración. Si es un


lector profesional, obviamente tienes que pagarle la cantidad establecida (en
la mayoría de los casos se paga de antemano). De lo contrario, el lector beta te
estará haciendo un favor, por lo que no se contempla un pago monetario.

Sin embargo, algunos lectores piden otros favores a cambio. Puede que esté
interesado en que tú también seas su lector beta o te pida algún otro trabajo,
como escribirle una reseña o invitarlo a comer. No sé, puede ser lo que sea. El
punto es que lo hables con tiempo, no vaya a ser que al terminar la lectura te
salga con una sorpresa.

Recomendaciones finales

Lo primero, no le comentes o expliques nada sobre la obra al lector beta, a menos


que él te pregunte luego de haberla leído. Tú necesitas saber si, como lector, en-
tendió lo que tú quisiste que entendiera. Si no lo hizo, fallaste en la escritura.

Tampoco te creas que por haber corregido tu obra diez veces no habrá errores.
De ser así, ¿por qué se la pasarías entonces a un lector beta? Acepta las sugeren-
cias y las correcciones con humildad. Si sabes que te has equivocado, corrígelo. Si
no estás de acuerdo con un comentario, háblalo o busca información al respecto
para asegurarte de que estás en lo correcto.

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No dejes que el ego del escritor se apodere de ti, rechazando toda corrección y
llegando a denigrar a quien te está ayudando. Esto tiene que ver con el punto
anterior. Si no estás preparado para recibir críticas, no busques un lector beta.

Por último, no dejes de agradecerle a esa persona cuando haya finalizado el


proceso. Estaría genial que le agradecieras en el mismo libro, pero también que lo
invitaras a tomar un café, que le regalaras una copia final del libro (firmado) o que
tuvieras algún otro detalle.

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Capítulo 7: Mis servicios como lectora editorial
Como sabes, uno de los servicios editoriales que ofrezco es el de lectora editorial
(justo es el más solicitado). Consiste en la elaboración de un Informe de Lectura
que sopesa la calidad literaria de la obra mediante un análisis completo de los
elementos narrativos que la componen. Hago constantes comentarios y sugeren-
cias (argumentados y justificados) al manuscrito con el objetivo de ayudarte a
editarlo antes de autopublicarlo o enviarlo a una editorial.

Trabajo con obras literarias de ficción, sin importar la extensión o el género. Si


necesitas conocer los puntos fuertes de tu manuscrito, así como los que pueden
mejorarse, y después de leer este manual te convenciste de que necesitas un
lector beta, no dudes en contactarte conmigo.

Te ofrezco un punto de vista objetivo, profundo y profesional para que corrijas los
errores y potencies tus aciertos. Además, cuando este servicio lo solicita un apren-
diz de escritor, también incluyo algunas de las características del «coaching»
literario, pues van de la mano.

Estructura básica de un informe de lectura:


› Datos de la obra: título, género, páginas, fecha de entrega, entre otros.
› Aspectos literarios: sinopsis, trama, estructura, tiempo narrativo, temática,
narrador, personajes y diálogos.
› Aspectos lingüísticos: construcciones, lenguaje, estilo, ortografía y sintaxis.
› Valoraciones y recomendaciones: aspectos positivos y negativos, califica-
ción literaria y comercial, comentario global, recomendaciones sobre
reescrituras y posibles acotaciones adicionales.

Desde ya te advierto que prefiero trabajar con el documento en Word, así puedo
utilizar el Control de Cambios para irte dejando comentarios sobre el texto. Pero si
deseas otro formato, podemos dialogarlo.

El precio de este servicio es de $45 dólares por las primeras 50 páginas (formato
.doc, DIN A4, Arial 11, espaciado 1.5 y márgenes en 2.54 cm). De la página 51 en
adelante se cobra un dólar adicional por cada una. El plazo de entrega depende
de la extensión del manuscrito y de mi carga laboral. Sin embargo, este puede
oscilar entre una a cuatro semanas.

Si quieres que sea tu lectora beta o necesitas aclarar dudas,


escríbeme a cafeteradeletras@outlook.com.

¡No te vas a arrepentir!

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