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Cómo justifica Jackson el estudio de las interacciones, además del


concepto central del hacinamiento en las aulas?, explica ampliamente, con
conceptos y citas.

Ingresar a una institución supone un proceso de socialización,


independientemente de todas las características individuales con las que cuenta
cada estudiante; dentro de la escuela el niño (a) aprenderá a ser uno más, al que
tratan de manera indiferenciada con respecto a los compañeros, y donde
principalmente, el docente, es alguien desconocido con el que mantendrán una
relación durante algún periodo de tiempo.

Asimismo, la interacción es inevitable porque en las escuelas se agrupan gran


número de personas en un mismo momento, en este caso escolar. El grupo de
primero, segundo, tercero, etc de primaria los cuales deberán permanecer juntos
durante 6 años de su vida, a menos que exista otra situación, pasaran gran
número de horas juntos, les guste o no los compañeros o maestros, se han
agrupado en ese lugar.

En el salón de clases se puede observar la gran cantidad de interacciones entre


los actores principales; alumnos y maestro (s). “en estudios sobre las aulas
primarias se ha descubierto que el profesor llega a tener hasta mil interacciones
personales diarias”. (Jackson, 1965. p. 9)

Podemos comprender este hecho a través de las tareas que realiza el docente al
interior del aula, las cuales derivan de las condiciones de hacinamiento en que se
desarrolla la enseñanza. En Jackson, (1965): la rapidez de las actuaciones del
profesor, la de servir como proveedor, la de distribuir los recursos materiales, y la
de servir como cumplidor oficial del horario.

La rapidez de las actuaciones del profesor

El hacinamiento en el aula supone que un grupo numeroso de sujetos es dirigido


por una persona, en el salón será el docente quien dirija el grupo. Éste, se centra
en la instrucción y en el control del flujo del dialogo al interior del aula. Decide
quién participa primero cuando lanza una pregunta aunque todos sepan la
respuesta, por lo tanto, cuando uno está hablando otro a de esperar su turno. Por
ejemplo: es posible que se ignore al niño que siempre responde para darle
oportunidad a aquellos que rara vez lo hacen. Como dice Jackson (1965, p 12) “no
es posible escuchar a todo el que quiere hablar, ni se puede responder
satisfactoriamente a todas las interrogantes del alumno, ni acceder a todas sus
peticiones”. En otras palabras, es preciso pausar nuestros deseos de ser
escuchados y esperar un momento para expresarlos.

La de servir como proveedor y distribuir los recursos materiales

Contar con pocos recursos en el salón de clases, como un marcador para


pizarrón, un solo borrador, una tv, un libro de cierto título, diccionario, juguete,
proyector, etc. no permite proporcionarlo a los alumnos deliberadamente. Es decir,
únicamente uno de ellos podrá borrar el pizarrón, aunque todos quieran hacerlo, o
bien, usar el diccionario después de otro compañero. A menudo esto exige
esperar un turno para tener derecho a utilizarlo también. Esto se puede observar
en algunas escuelas que tienen “premios”; puede ser un juguete, un libro, etc. que
se lleva a casa aquel niño que mejor se portó en clase o en cierto periodo de
tiempo, y al no haber suficientes “premios” para todos se promueve la paciencia y
la espera de aquel objeto.

La de servir como cumplidor oficial del horario

“Todas las cosas suceden a menudo no porque los alumnos las deseen sino
porque ha llegado el momento de que se produzcan” (Jackson, 1965. p. 10). Por lo
anterior el docente es la única autoridad dentro del salón que asigna un tiempo
pertinente para cada una de las actividades o bien para cada una de las
asignaturas. Esta situación se vive durante toda la vida estudiantil y se observa en
cualquier nivel educativo evitando el caos social. De antemano sabemos que la
misma institución marca horarios para abordar determinada materia así como para
los recesos y el número de horas para permanecer en la escuela.

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