La Misión para la Transformación del Campo (Misión Rural) La necesidad de
fomentar un enfoque territorial participativo, que reconoce una ruralidad
diferenciada y a los habitantes rurales como gestores y actores de su propio desarrollo. Teniendo un enfoque de desarrollo como un proceso integral, que busca la inclusión, tanto social como productiva, de todos los habitantes rurales.
Se quiere promover un desarrollo rural competitivo y ambientalmente sostenible
basado, ante todo, en la provisión adecuada de bienes públicos que faciliten el desarrollo tanto de actividades agropecuarias como no agropecuarias. El enfoque territorial participativo adopta la concepción de nueva ruralidad, que supera la dicotomía rural-urbana y mira más a las relaciones, sinergias y complementariedades que permiten aumentar la competitividad y cerrar las brechas de exclusión de la población rural.
Se busca tener un balance entre la diversidad socio-económica, cultural y
ecológica de los distintos territorios con enfoques específicos a las condiciones de cada uno de ellos. Promoviendo las iniciativas de las organizaciones locales y las redes de cooperación entre el sector público y privado, ayudando de esta manera a construir relaciones sociales más fuertes, queriendo construir una sociedad con objetivos de lograr una transformación en el campo y el sector rural, teniendo una relación optima entre campo y la ciudad.
a orientación política se centra en un enfoque territorial teniendo una nueva etapa
de Colombia en el desarrollo rural aprendiendo más de este concepto y la práctica de la participación social.
Podemos concluir que para el sector urbano se generan oportunidades de
bienestar hay grandes diferencias en ambas dimensiones al interior de la Colombia rural. No es solo la condición de rural la que condiciona las oportunidades y el bienestar, sino que hay factores asociados a las distintas regiones y territorios, que demandan un tratamiento diferenciado. 2. Las variables en que hay rezagos socioeconómicos son muchísimas, y ningún programa puede abarcar a todas ellas. Sería un error asignar a los programas de desarrollo rural con enfoque territorial, la tarea de reducir todas las brechas de oportunidades y de bienestar. Ello solo produciría un enorme problema de dilución de recursos y una situación inmanejable de coordinación interinstitucional. Es indispensable priorizar y definir un eje claro de responsabilidad para los programas de desarrollo rural con enfoque territorial. En el caso de este programa, la opción es acentuar en la expansión de capacidades y oportunidades de desarrollo económico, y en procesos de cambio institucional a nivel territorial para que lo anterior sea posible.