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El altar de este momento 

Lo que está despierto ―como el flujo de la vida misma― no tiene


principio ni fin. Aparece aquí mismo, ahora mismo. Podemos imaginar
que estamos en un viaje desde el nacimiento hasta la muerte, o desde la
ignorancia a la iluminación, pero el viaje siempre comienza y termina en
el tiempo presente, en la experiencia del momento presente. El
movimiento del despertar es en última instancia un retorno al Ahora, un
viaje que nos abre al altar de este momento. Este momento se ve que es
la expresión de lo intemporal en el tiempo. Ahora es la verdad del
momento y la verdad de lo que está experimentando el momento. Una
sola verdad, en realidad, algo que la mente no puede imaginar ni incluso
concebir.

El ahora es perfectamente libre para ser. Lo que está despierto en


nosotros acoge íntimamente y sin temor cualquier momento, cualquier
experiencia, cualquier sentimiento, cualquier expresión como sí mismo.
No se aleja del miedo o la confusión, ni se mantiene separado del
sufrimiento. Siendo indivisible, lo que está despierto en nosotros está
despierto al mismo tiempo tanto para lo relativo como para las
dimensiones absolutas de la vida. No juzga la fealdad o la belleza; nunca
anhela la felicidad ni teme la transformación llamada muerte.

Siendo todo, no le falta nada. Siendo todo, el momento se ve que es


plenitud. El Ver y el momento son uno. Sin consciencia de sí mismo,
aunque consciente de la consciencia, el Misterio ve desde más allá del
tiempo. Sin embargo, sin el tiempo, lo intemporal no podría
experimentarse a sí mismo.
Este momento es el único momento en el que estar despierto es posible.
No es algo que podamos retener de ayer, ni una cosa que lograr
mañana. Es aquí ahora, en este momento, en esta experiencia, en esta
expresión de ser. Este momento es el único momento que existe; sin
embargo, este momento no es ni siquiera un momento. Hablar de "este
momento" es hablar de la expresión, la experiencia, el flujo y la verdad
del Ahora. Sin embargo, el Ahora no es una medida de tiempo.

El altar de este momento está vacío, sin embargo contiene e ilumina


todo lo que aparece. El altar de este momento es sagrado pero no tiene
ninguna idea de lo que es sagrado y lo que no. El altar de este momento
abarca un Misterio inefable, y los momentos ordinarios de la vida que
fluyen de él. La gratitud es la única respuesta del corazón despierto al
Ahora, y sin embargo no hay nadie que agradezca ni nadie a quien
agradecer. La devoción incondicional al momento se convierte en una
historia de amor con la vida ― no sólo lo bueno, lo bello, lo verdadero,
sino la totalidad de la vida según se despliega. La mente no
comprenderá el Misterio, sin embargo la mente brota a cada momento
creando las diez mil cosas que la Impermanencia se llevará mientras
vivimos abiertos al continuo surgimiento y disolución en el altar sagrado
de este momento.

Lluvia de otoño
Hoy, estoy escribiendo desde Moon Mountain (La Montaña de la Luna),
donde las lluvias de otoño de repente han convertido el musgo seco y
marrón, sin vida, de las rocas y cantos rodados de esta montaña, en un
vívido verde brillante. Las lluvias de otoño no sólo han dado nueva vida a
las viejas piedras, sino que han aquietado el polvo seco del verano, y
bañado los robles en expansión profundamente arraigados aquí. El
fresco día húmedo y nublado parece invitar a la interiorización, la
contemplación, una taza de té caliente.
Hay una tranquila belleza en la montaña que suscita un ritmo más lento,
un descanso más profundo, y a menudo un despertar natural antes del
amanecer. El silencio está siempre presente, por supuesto, incluso en
una ciudad bulliciosa; pero es un gran regalo pasar el tiempo en la
naturaleza sin un reloj despertador y sin la necesidad de un informe del
tráfico mañanero o de las "últimas noticias". Aquí, el amanecer son las
últimas noticias, el entrelazamiento del silencio, los colores apagados y
la paz profunda. Aquí el Silencio a menudo parece tocar su melodía en
crescendo en lugar de pianissimo.
¿Qué es lo que se da cuenta de las hojas que caen en la lluvia de otoño,
de la escasa luz del invierno, de los diminutos brotes de la primavera, o
de la riqueza de una cosecha de verano? ¿Qué es lo que está despierto a
los cambios de estación y a los cambios del tiempo ― al clima de la
naturaleza o al tuyo? Podemos interesarnos en lo que es íntimamente
consciente, notando su presencia silenciosa ― siempre presente, cómo
su claridad no depende de las circunstancias. Es igualmente abierto,
claro y no juzga tanto a una mente tranquila como a una ocupada, a un
corazón abierto como a uno temeroso. Esta intimidad es tu propia
libertad y amor.

Reunámonos en Moon Mountain independientemente de nuestro


entorno físico. Cada momento es una ofrenda y una apertura para
descubrir que la montaña de la forma y la luna de la iluminación
simplemente no son dos. Detenerse ―incluso por un momento― es todo
lo que se requiere para comenzar a ver, oír, tocar, probar y sentir lo que
está más allá del tiempo. Aunque hay muchas causas y condiciones
para el movimiento de la vida como nuestra mente limitada, la Verdad no
tiene ninguna. Es atemporal y revelará, por sí misma, su verdadero rostro
como el nuestro propio. Finalmente el Silencio nos acercará cada vez
más profundamente dentro de la montaña. Pero te aviso: Aquellos que
han entrado profundamente en la Montaña de la Luna no regresan; sin
embargo caminan y hablan y se mueven en el mundo como si
estuvieran.

Tú eres suficiente
Tu copa no tiene que estar limpia; sólo tiene que estar
vacía.
Al final, incluso la copa se romperá en pedazos.

Estas fueron las palabras que me encontré diciendo hace poco a alguien
que sufría de un ataque de autocrítica y de duda. Cuanto llenamos
nuestras copas con creencias, con juicios y con interminables intentos
de purificar lo que creemos que es impuro, de hacer digno lo que
imaginamos que es indigno, de mejorar lo que creemos que no es
suficiente. Y todo este esfuerzo y agonía, ¡sin cuestionar siquiera a quien
no es suficiente! Nuestra mente vive en el miedo, en una prisión de
pensamientos y creencias, tratando desesperadamente de escapar, o de
sentirse condenado a cadena perpetua. Pero, ¿alguna vez miramos
dentro para ver si en realidad hay un prisionero?

"Yo no soy suficiente" es una de las creencias fundamentales más


comunes que se mantienen en la mente. Cuando se proyecta, se
convierte en "él/ella/ello/la vida no es suficiente". O tal vez nos
aferramos al "eso no es suficiente", y luego nuestra copa se llena de
todas las formas en que somos víctimas de la vida en lugar de
expresiones de vida. ¿Podemos empezar a ver claramente, sin juicio, y
con compasión cómo inocentemente llegamos a sentir "yo no soy
suficiente?" Acarreamos el condicionamiento humano de basar nuestra
identidad en una imagen, un "pensamiento-yo". Una imagen, sin
embargo, es muy cambiante, como sabe cualquier fotógrafo que ve una
imagen a través del cambio de luces y sombras en un solo día. Del
mismo modo, nuestra autoimagen puede inflarse o desinflarse con una
sola mirada, un solo pensamiento, una sola proyección. Pero ¿eres tú
una imagen de ti mismo, una idea, un concepto, o algo más profundo?

Imagina a un recién nacido ― abierto, vulnerable, que te mira sin miedo a


los ojos o al mundo desde las profundidades del asombro y la inocencia.
¿Es este pequeño suficiente? Avancemos rápidamente (en su vida) a
través de los mensajes de mamá, de papá, de maestros, amigos, socios,
de anuncios en revistas, televisión, libros ― esa amplia gama de
mensajes que dicen que necesitas ser más inteligente, más bonita, más
fuerte, más delgada, más alto, más bajo, más tranquilo, más amable,
tener dientes rectos, una sonrisa más blanca, hacer más dinero, tener
siempre el control, y nunca estar enojado, triste o confundido. Añade a
eso nuestros inocentes y a menudo dolorosos malentendidos de por qué
se marchó papá o mamá parecía enojada o nuestra pareja rompió con
nosotros, y nuestra imagen nos seguirá pareciendo empañada.

La lista sigue y sigue, y creemos en miles de formas de cómo somos y


dónde estamos, y lo que somos no es suficiente. Esto, por supuesto, se
refuerza mil veces cuando empezamos el llamado camino espiritual.
Ahora la lista se alarga y las apuestas parecen aún más altas. Ahora
imaginamos que ni siquiera podemos admitir la verdad de una
experiencia si no encaja con los "debería del iluminado" que la mente ha
añadido a su lista de todas las formas que son indignas y no aptas para
el amor o la felicidad.

¿Y si la forma de la copa, su historia pasada, pensamientos o acciones,


no tienen nada que ver con el despertar? ¿Y si ser digno o indigno para
amar y ser amado no tuviera absolutamente ningún sentido para la
Verdad y el Amor que somos? ¿Estamos abiertos para cuestionar
nuestros conceptos, para vaciar la copa y descubrir lo que realmente
somos? No importa lo muy brillante o pulida que sea una imagen, a largo
plazo nunca será "suficiente" porque no somos una imagen.

Los asesinos pueden despertar; las personas ricas, hermosas y exitosas


pueden ser miserables. Lo que somos realmente no es una imagen
perfeccionada; es la plenitud perfecta del Ser, expresándose a cada
momento como el flujo de la vida. Tu vida y la mía nunca han
pertenecido a un separado "yo". No existe ninguno. Quienes somos está
vacío de yo, vacío de definición, y sin embargo está lleno a cada
momento con cualquier expresión que ofrece la vida.

¿Está nuestra copa lo suficientemente vacía como para recibir este


momento en su totalidad y plenitud? ¿Estamos dispuestos a renunciar a
nuestros "pensamientos" de lo que somos a favor de la verdad de lo que
somos? ¿Somos capaces de volver a nuestro Hogar el tiempo suficiente
como para descubrir el hecho totalmente asombroso y casi increíble de
que somos suficientes, que siempre hemos sido suficientes? ¿Podemos
salir del sueño llamado "yo" y darnos cuenta de que no hay nadie
separado para ser completado o no completado? ¿Podemos detenernos,
descansar y dejarnos llevar por el Silencio despierto que es total,
completo, continuamente en paz e indivisible de sus propias
expresiones? Si es así, sabrás sin una sombra de duda: Tú eres
suficiente.

Decir "Sí" a la Vida


Cuando éramos niños pequeños, la mayoría de nosotros tenía un
entusiasmo increíble por la pura experiencia de vivir. Una diminuta
hormiga, una brizna de hierba, una palabra nueva, una judía verde, una
sombra en el suelo, una tormenta, o la sonrisa de un extraño podría ser
una fuente de gran curiosidad y deleite. Incluso si el momento fuera una
experiencia de miedo, o de lágrimas, o un rotundo "No", era vivida
plenamente, experimentada completamente desde nuestra apertura al
momento actual.

Un niño tiene el corazón muy abierto; lo que a él o a ella le falta es


sabiduría y discriminación. Pero al crecer, mientras nos educan "sobre"
el mundo, comenzamos a vivir cada vez más en el mundo conceptual del
pensamiento en lugar de en la sensación de apertura a la vida tal como
es. Se nos enseña a confiar en las ideas e interpretaciones más que en
nuestra propia experiencia que nos dice lo que es verdad y lo que no lo
es. Muy pronto, estamos convencidos de que los pensamientos y las
imágenes que hemos recopilado sobre un "yo" definen lo que somos en
realidad. Como todos sabemos, las apariencias pueden ser engañosas;
pero las ideas pueden ser aún más engañosas, sobre todo si confiamos
en las ideas que nos hablan acerca de la verdad de lo que somos, o lo
que es cierto en nuestra propia experiencia.

La libertad de decir "¡Sí!" a la vida es la libertad de nuestra verdadera


naturaleza. El ego siempre está buscando "liberarse de" la vida, pero la
realización de Lo-Que realmente somos, nos invita a una profunda
libertad ― la libertad de experimentar íntimamente la totalidad de la vida.
El despertar a nuestra verdadera naturaleza nos invita a ver el mundo
con los ojos de la inocencia, a través de la sensación de nuestros
cuerpos, a vivir en este momento más que en el pasado de la memoria
de la mente o en el futuro de su proyección. Se nos invita a descubrir el
mundo de nuevo, con la sabiduría y el amor de nuestra propia verdad
más profunda. Empezamos a confiar cuando tenemos que decir "Sí" a
nuestro propio "No". Muchas personas temen la idea de la muerte, pero
este miedo a menudo enmascara un miedo aún más profundo ― el
miedo a vivir verdaderamente como Lo-Que somos aquí y ahora.
Viviendo desde esa dimensión de nuestro Ser, descubrimos que lo que
"pensamos" que sabemos no es verdadero "Saber", que la Vida se mueve
perfectamente por sí misma con o sin nuestros pensamientos.

Hay una historia Zen de dos monjes, uno ve al otro a punto de


marcharse en peregrinación. El primero le pregunta al otro cuál es el
objetivo de su peregrinación. El monje a punto de embarcarse dice que
no lo sabe. El primero responde, "No-saber es más íntimo". No-saber no
es lo mismo que ser ignorante o estar confundido. No-saber nos permite
estar abierto, espacioso, curioso, e íntimo con la realidad de aquí y
ahora. Ver y sentir el misterio y la magia de la experiencia en sí, nos
invita a descubrir su inseparabilidad de lo que está silenciosamente
Despierto a todas las experiencias y desplegándose como todos los
momentos. Decir "Sí" a la vida no nos hace pasivos. Nos devuelve a la
totalidad de nuestro Ser y a la danza incesante del devenir de la vida.

La Intimidad del Silencio


El Silencio ― no puede ser un concepto. Hazlo palpable; siente su
sustancia; experimenta su corriente y flujo, su vitalidad y su presencia
viva. Observa cómo impregna la naturaleza, cómo todo tiene su propia
cualidad de Silencio. El inmenso e inamovible silencio de las altas
montañas, el silencio completamente rendido y pacífico de un bebé
dormido, el oscuro silencio de un bosque, las profundidades silenciosas
del océano, el silencio lúdico de un arroyo serpenteante, el silencio
imponente de una catedral gótica, el silencio desnudo de una rama
pelada en invierno, el vasto y extenso silencio del cielo. En el cuerpo,
siente la profundidad vertical del silencio, y la forma en que baña al
cuerpo por dentro y por fuera, conectándonos con el silencio de todas
las cosas. Presta atención a la sensación palpable del silencio, cómo
disuelve las barreras, suaviza, nutre, relajando y animando
simultáneamente el cuerpo.

Experimentar el Silencio es experimentar la intimidad ― con el mundo, y


con lo que sea o quien sea que estamos viendo o conociendo en la
experiencia. Tal silencio íntimo está muy presente en lo que está
cercano. Percibir, pensar y sentir están disponibles, pero nos sentimos
más alertas, más íntimos, más presentes que nuestro modo ordinario de
experimentar. Este silencio no es un estado de consciencia como estar
dopado o en trance, atenuado o estático, sino nuestro estado natural,
totalmente abierto e íntimo con el momento tal como es.

En nuestra vida diaria, podemos darnos cuenta de cómo incesantemente


utilizamos el ruido para distraernos del silencio ― el ruido de nuestra
charla interior, las historias que nos contamos que agitan nuestras
emociones, las mentiras con las que vivimos que perpetúan el miedo, las
formas en que continuamente canjeamos el silencio vivo de nuestra
naturaleza no-nacida por pensamientos y juicios condicionados. La
ansiedad y el miedo pueden parecer guardianes que custodian la puerta
para que no pase el Silencio, pero finalmente éstas se abrirán cuando
estemos listos para entrar en lo Desconocido, cuando estemos más
interesados en ser que en mejorar, cuando prefiramos escuchar que
saber, cuando estemos más intrigados por el "ahora" que por el "luego" o
el "cuándo".

Sumergirse en el silencio es como bañarse de adentro hacia afuera.


Todo lo que necesite atención, calidez, amor, purificación, liberación, es
invitado a salir de las sombras para ser visto, sentido, y llevado de nuevo
a la plenitud que pertenece a nuestro Ser.

Cuando estamos empapados de Silencio por dentro y por fuera,


experimentamos su intimidad, frescura y capacidad de respuesta.
Podemos sentir la diferencia entre las palabras y las acciones que
vienen directamente del Silencio y las que se sienten rancias,
empaquetadas, condicionadas. Sentimos las corrientes sutiles del
Silencio más fácilmente; y empezamos a sentir un tierno amor por la
vida en todas sus variadas expresiones ― no porque debamos, o porque
nos hayamos convertido en santos, sino porque hemos sido
transformados por el Silencio.

Pobrecita Mente
A veces tenemos que acariciarnos nuestras cabezas y ser amables con
la pobrecita mente que ha sido tan fervorosa en su búsqueda, tan segura
de que controlaba todo, tan frustrada por su incapacidad para controlar
el viaje a la libertad. ¿Cuánto tiempo ha estado buscando el Misterio que
no podía conocer, golpeando en la puerta, exigiendo la Verdad,
suplicando a los dioses, negociando con su vida, subrayando libros,
contando respiraciones, rezando el rosario, cantandomantras, tratando
duramente de ser santa? ¿Cuán frecuentemente se imaginaba que se
estaba acercando día a día a esa verdad "final" ― ya sabes, la que
siempre está a la vuelta de la esquina?
Durante años, si no vidas, ha jugado en la zona segura de sus sueños, a
veces compartiendo juguetes, o puntos de vista, a veces luchando por
ellos. Se creía que sus pensamientos eran ciertos. Una vez, el mundo era
plano, el sol orbitaba alrededor de la tierra, y la oferta más alta de la
medicina eran las sanguijuelas chupadoras de sangre. Las ideas de hoy
pueden convertirse en la risa de mañana. ¿Por qué no reír ahora y
celebrar el Misterio?

Tienes que amar la locura, la frustración, la desesperación y la derrota


que tu mente ha padecido. Tienes que reírte de la increíble arrogancia de
su "conocimiento". Tienes que sentir compasión por las muchas veces
que se imaginó que se había rendido, convertido en cenizas, sólo para
ser resucitada del fuego. ¿Cuántas veces se dijo a sí misma: "¡Ahora sí
que lo tengo!", sólo para hundirse más tarde en "¿Cómo pude haberlo
perdido?"

Pobre mente desastrada, jugando con sus conceptos de verdad,


imaginando que era el gato y la verdad el ratón, en lugar de al revés.
Luchando tan duro para tener el control, para mantenerse "segura"
manteniendo su separación, ¡insistiendo todo el tiempo en que la Verdad
tiene que ser de cierta manera!

Y entonces, un día, tal vez después de una larga lucha, se vuelve


desesperada y completamente agotada, como alguien que ha estado
luchando contra una larga enfermedad. Se da cuenta de que su adicción
a sí misma era su enfermedad. Ve que todo el tiempo ella había sido la
"presa" y no el "cazador", frente a un Misterio que no podía conocer.
Finalmente sucumbe y ve su propia limitación. Y, dejando sus conceptos
ante la puerta de lo Desconocido, se disuelve en su propia libertad
desnuda y gozosa.

Cuando re-emerge, sabe que su propósito era siempre ser el siervo y no


el dios.

El Altar de este momento ― un poema


Coloca todo lo que puedes percibir ―
Todo lo que puedes
Ver,
Oír,
Oler,
Gustar,
O tocar,
sobre el altar de este momento
y da gracias.
Todo pasa tan rápido ―
esta expresión,
este momento de tu preciosa vida,
este corazón
que palpita abierto
con miedo o júbilo desenfrenado,
Esta respiración que surge
en el aire frío de invierno
sin problemas y suavemente
o tosiendo y escupiendo.
Inclínate, mientras puedas, ante
éste sabor
del té de la tarde
que calienta su camino hacia tu vientre,
o la naranja fragante
que explota su dulce jugo
en tu agradecida boca.
Tienes que amar
las travesuras de tu mente,
imaginando que la vida sólo debe ser dulce.
Lo amargo sigue a lo dulce; y la vida es ambos.
Es todo, como tú,
antes de pensar en ti mismo en pedazos.
Coloca el dolor y la confusión de este momento también en el altar,
y da gracias especiales por esta gracia
que te despierta de dormir durante toda tu vida.
El dolor está muy subestimado como puntero a lo Desconocido,
aunque muy sobrevalorado cuando se toma como identidad.
En este momento,
tus ojos se encuentran con los míos y hay
un solo mirar.
¿Qué es lo que está mirando detrás de nuestras máscaras?
¿Puede tocarse a través de la habitación?
Junta las palmas de las manos;
toca tu piel sagrada.
En otro momento será despojada.
¿Qué serás entonces?
¿Qué eras antes de tener dos manos?
¿Qué eres ahora?
No puedes capturar Eso
y colocar-Lo en el altar de este momento.
Es el altar,
y las expresiones infinitas de este momento,
y el Ver,
y su propia devoción a sí mismo.
Tú eres Eso.

El Anhelo y la Búsqueda
Cuando experimentamos un anhelo de algo, la mente interpreta
inmediatamente el anhelo como carencia y comienza la búsqueda del
objeto de su deseo. El objeto de deseo puede ser agua para un
vagabundo del desierto, comida para un vientre hambriento, dinero para
un trabajador mal pagado, una guerra para un guerrero, un niño para
quien quiere desesperadamente niños. Pero el anhelo no siempre
significa carencia. Y la mayoría de nuestros deseos (los que no están
vinculados con la supervivencia real) provienen de un anhelo de
felicidad. Queremos fama, fortuna, una nueva casa, un coche, un trabajo
o una pareja porque creemos que nos traerá felicidad. La mente siempre
está buscando la próxima cosa que traerá un mejor momento que ahora.
Pero aun cuando la búsqueda se detiene por un momento porque hemos
"encontrado" nuestro objeto deseado, no pasará mucho tiempo antes de
que nuestra relajación termine y la mente vaya tras la siguiente cosa.
"Conseguir" algo en realidad no causa la momentánea "felicidad", sino
más bien el hecho de que la mente ha detenido su búsqueda incesante
¡para estar en otro lugar! Eso es lo que trae la paz momentánea.

Pero, ¿alguna vez ANHELAMOS realmente algo que no conocemos?


Podríamos sentir curiosidad por el sabor de un alimento nuevo, pero
sólo anhelamos algo que ya hemos probado, ya hemos conocido. No
anhelaríamos el chocolate si nunca lo hubiéramos probado. No
anhelaríamos la primavera en medio del invierno si nunca hubiéramos
conocido la primavera. Lo mismo sucede con nuestro anhelo de
felicidad, de amor, de verdad, de lo Divino.

Nuestro anhelo de Dios, del Sí mismo, de la verdad, del amor o del


despertar es nuestro anhelo de lo que ya está aquí, ya despierto, ya
completo, ya libre. El anhelo más profundo de nuestro corazón puede
dirigirnos al Hogar cuando seguimos anhelándolo hasta su fuente. Sin
embargo, es el acto de búsqueda de la mente lo que parece alejarnos de
lo que está despierto en este mismo momento. Anhelamos lo que no
creemos que ya somos; sin embargo, cuando la Verdad se revela a sí
misma en su propia experiencia, nos damos cuenta de que el Misterio
atemporal nunca ha estado ausente ni un solo momento o experiencia.
Él mueve la vida ― incluyendo los movimientos que imaginamos son de
nosotros.

La mente tiene muchas ideas acerca de lo que no conoce. Sin embargo,


ninguna conclusión mental puede convertirse en un obstáculo para estar
abierto y presente aquí y ahora. ¿Podemos dejar de comparar, dejar de
juzgar, dejar de buscar, dejar de alejarnos de lo que no conocemos?
¿Podemos enfrentar el Misterio que nos está llamando en nuestro
anhelo? Anhelar no es lo mismo que buscar. Anhelar se siente en el
corazón; buscar es una actividad de la mente. Anhelar nos puede abrir
totalmente; buscar simplemente nos agota ― ¡que, por cierto, ese puede
ser el punto!

Llegará un momento en que nuestro anhelo cesará ― no porque


hayamos encontrado el objeto de nuestro deseo o porque la mente
finalmente "lo haya conseguido", sino porque nuestro anhelo finalmente
nos hace retornar al Hogar ― hogar en el que siempre hemos estado.

¿Estás disponible?
Quiero invitarte a mirar más allá de tus pensamientos, y a través de tu
anhelo, al movimiento en ti que te está llamando de vuelta al Hogar.

¿Estás disponible?
Hoy podría ser el día en que descubras tanto el flujo como la estabilidad
de tu propio ser, una montaña de silencio aquí mismo dentro de la forma
siempre-cambiante de la vida. Puede revelarse y profundizarse en tu
propia experiencia de hoy.

¿Estás disponible?

Hoy puede ser el día en que de repente, en algún momento cuando


menos te lo esperas, todos los pensamientos de tu mente cesarán, aun
por un instante, y descubrirás ahí mismo lo que eres.

¿Estás disponible?

Hoy podría ser el día en que el fondo de la cubeta simplemente


desaparece, y no hay ya más contenedor o caja para ninguno de tus
pensamientos, tus sentimientos, tus ideas, tus creencias o tus sueños.

¿Estás disponible?
Hoy algún profundo dolor que no ha sido satisfecho puede llamar a tu
puerta para liberarse.

¿Estás disponible?

¿Estás aquí para ESTE momento? No el que esperas para mañana, o el


que deseas que no hubiera ocurrido ayer, sino para este momento, éste,
éste ― el único que realmente existe.

¿Estás aquí, disponible?

Quizás hoy es el día en que tu mente mire dentro de ese oscuro


Desconocido y esté dispuesta a seguir mirando dentro de lo que no
conoces sin tratar de encontrar las palabras para ello, o volver a lo
conocido. Hoy puede ser el día en que decidas quedarte quieto y mirar
dentro de lo que no conoces.

¿Estás disponible?

El Buda enseñaba en la forma del gran Bodhisattva de la compasión,


Avalokitesvara: "Shariputra, la forma no es otra que la vacuidad, la
vacuidad no es otra que la forma". Hoy puede ser el día en que esa voz
se convierta en la tuya propia.

¿Estás disponible?

Hoy podría ser el día en que la conciencia dentro de ti mire a la


estructura de tu propia mente y la vea como lo que es.

¿Estás disponible?

Hoy puede ser el día en que simplemente escuches, escuches los


sonidos del mundo, cuando de repente los límites desaparecen y ¡sólo
hay Esto!

¿Estás disponible?

¿Estás aquí por lo que hay aquí? ¿Estás presente para los dones de ESTE
momento?

Hoy puede ser el día que decidas salir de tu sueño, salir del tiempo, y
dejar la mente con su sueño.

¿Estás disponible?

No estamos disponibles cuando estamos esperando el momento para


ver y sentir de alguna otra manera. Cuando estamos rechazando el
momento en que estamos, no estamos disponibles.

Tal vez hoy sea el día más largamente acariciado, cuando ves a través
de la creencia fundamental de quién eres.
¿Estás disponible?

Quizás hoy es el día en que el fuego de la verdad quiere quemar otra


ilusión.

¿Estás disponible?

Quizás hoy es el día en que el Amor quiere revelar que ha estado


llamando a la puerta de tu corazón, esperando a salir.

¿Estás disponible?

YO SOY y lo Desconocido
Todo el mundo tiene un sentido de "yo soy", una sensación de existencia,
una sensación de ser consciente. Y desde nuestros primeros días se nos
enseña que este "yo soy" es un cuerpo-mente, separado de todos los
otros, separado de la vida, separados del mundo, separado del Todo. Se
nos enseña a pensar en el funcionamiento fluido de la forma física y en
las cambiantes formas de pensamiento y de sentimiento que surgen con
la percepción, la experiencia, los recuerdos, los juicios y las
interpretaciones como "yo". En otras palabras, la Consciencia parece
vincular e identificar su propio sentido de ser con un "pensamiento-yo"
llamado "yo" o "mí", y en general, es un "yo" que tiene que ser diferente en
una o muchas formas, dependiendo de los condicionamientos de la
mente.

Nuestra propia consciencia innata es conocida, observable, pero ¿por


(lo) qué? Por algo que no puede ser visto como un objeto; que no puede
ser examinado por una mente; que no puede ser pensado, descrito,
controlado, manipulado o escrito. Algunos han llamado a la fuente de la
consciencia del cuerpo-mente la Conciencia No-dual o indivisa, más allá
del ser o no ser, más allá de ti o de mí, más allá de lo sagrado o lo
profano. Pero cualquiera que sea el nombre que le demos, no es eso.
Cuando hacemos que un "algo" sea o esté "más allá" de algo más,
hemos creado división. Hemos creado otro "objeto". ¿Cómo puede lo
que somos más profundamente ser convertido en un objeto? ¿Puede el
Ojo verse a sí mismo? No, sólo ve su reflejo.

¿Qué sucede cuando dejamos de intentar etiquetarnos a nosotros


mismos? Lo que ES no tiene un nombre. Eso que reconoce e ilumina la
quietud o el movimiento de la mente no necesita un nombre. Podemos
ser conscientes de muchas cosas, pero ¿qué es consciente de la
consciencia?
"Yo soy" es un portal; la sensación es un portal; la experiencia de este
momento es un portal. Puesto que lo Desconocido no está separado de
su propio sueño, todo indica, todo expresa, todo manifiesta el Todo en
Todo. ¿Cómo te mantienes separado? Realmente no puedes. Sólo un
pensamiento crea la ilusión de separación, y sin embargo, también los
pensamientos van y vienen como expresiones del Misterio. ¿Podemos
dejar de buscar un lugar para aterrizar, para nombrar, para "conocer", y
simplemente relajarnos mientras enfrentamos lo Desconocido? Lo
Desconocido no es atemorizante; es simplemente no conocible como un
"objeto".
 
Primero usted se identifica con el cuerpo; después se
identifica con la consciencia.
Incluso la consciencia está sujeta al tiempo. El estado
original es antes de que la consciencia venga a usted.
~~
Lo Absoluto es anterior a la consciencia, sin embargo
el "yo soy" y lo Absoluto no son dos.
~~
Cualquier cosa que haya comprendido, eso no es
usted...
~~
Usted es antes de la consciencia.

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