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INSTITUTO DE ESTUDIOS UNIVERSITARIOS

Maestría en ciencias de la educación

ALUMNA:
Karla Mariel Olmos Silva

MATRICULA:
111784

GRUPO:
E101

MATERIA:
Comunicación y dinámica de grupos

DOCENTE:
Mtra. Reina Silvia Castell Rodríguez

ACTIVIDAD:
Actividad de aprendizaje 2. El desarrollo social y la ideología individual

Villahermosa, Tabasco a 18 de enero de 2019


Introducción
La personalidad es un conjunto dinámico de características de una persona, que nos hace
actuar de manera diferente ante una o varias circunstancias, el desarrollo de la
personalidad esta condicionada por la interiorización de conceptos y reglas sociales y
será fundamental para el desarrollo de las demás habilidades del individuo y para la
integración con grupos sociales. Con el paso del tiempo, como resultado de factores
ambientales, experiencias personales y el aprendizaje de conductas socialmente
aceptadas cada uno de nosotros definirá su propia personalidad.

Desarrollo
Todos aprendemos las normas, las reglas y los significados culturales de nuestra
sociedad desde que somos niños pequeños, es ahí que también desarrollamos un
concepto de si mismos (Craig, 1992). Entre los 2 y 6 años de edad aprendemos lo que
Kopp (1989) llama regulación emocional, el proceso de lidiar con nuestras emociones de
una manera social adecuada, y es entonces que durante estos años logramos tener un
autocontrol de nuestras emociones adquiriendo un estilo personal (Craig, 1992). Es
también durante estas edades que aparece el sentido de la identidad personal y cultural, y
viene acompañado de muchos sentimientos intensos, que es necesario aprender a
integrar, en respuesta a estos sentimientos, principalmente a la angustia y el miedo,
aprendemos estrategias llamadas mecanismos de defensa. Gran parte de los
mecanismos de defensa se aprenden con la propia experiencia, mientras que algunos
otros se aprenden al observar el comportamiento de los padres o hermanos, los
mecanismos de defensa más frecuentes en niños pequeños son la evasión y la negación
(Craig, 1992).
Durante estas etapas del desarrollo tratamos de ajustar nuestros sentimientos al concepto
de aceptabilidad impuesta por el mundo externo, en donde la conducta social adecuada
depende de la situación y de los criterios culturales y familiares, es así que nuestra cultura
nos asigna papeles de acuerdo a nuestro sexo, de acuerdo a estándares morales, de
acuerdo a costumbres y tradiciones de cada sociedad (Craig, 1992). Otro entorno en
donde aprendemos lo fundamental de la conducta es a través de la interacción entre
pares, a través del juego, aprendemos a compartir, a ser agresivos, a controlar nuestros
sentimientos, de forma que este tipo de relaciones (entre personas de la misma edad) son
importantes en la vida de los infantes, debido a que influyen en la integración de los
patrones de conducta social, en este mismo punto, el desarrollo del concepto del yo, es
importante para la integración de estos patrones. Nuestra autocomprensión está vinculada
a la comprensión del mundo social, y a menudo es un reflejo de lo que otros piensan de
nosotros. Sin embargo, el factor más influyente en esta autoimagen suelen ser nuestros
padres, de forma que los padres son de forma general los modelos que más influyen
sobre nuestro autoconcepto y sobre la internalización de los conceptos sociales y reglas.
La internalización se define como el proceso en el que como infantes hacemos porte de
nosotros mismos los valores y estándares de nuestra sociedad (Craig, 1992).

Conclusión
La interiorización de los conceptos sociales y reglas, forman un factor predominante en
establecer nuestro autoconcepto y en definir nuestra personalidad. Nos referimos a la
interiorización al hecho de aprender a hacer parte de nosotros mismos los valores y
estándares de nuestra sociedad, de forma que estos valores y estándares van a depender
de lo establecido por cada sociedad, desde cuales son los roles que debe tener un
hombre y una mujer, la conducta adecuada, los estándares morales, y las costumbres y
tradiciones. La regulación de nuestra conducta en la sociedad esta influenciada por
nuestro autoconcepto (mismo que se forma a partir de la comprensión del funcionamiento
de la sociedad) y por el desarrollo de conceptos sociales, de forma que debe existir una
coherencia entres estos factores que nos permita adquirir una ideología propia.
BIBLIOGRAFÍA
 Craig Grace, J. (1992). "Desarrollo social y el surgimiento de la personalidad" en
Desarrollo Psicológico. México: Prentice Hall, pp. 294-315.

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