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IGUALDAD DE GÉNERO

Reivindicación de los hombres frente a la mirada feminista

Castro Brunello Julieta, Grunwaldt Julia, Mondaca Menem Lucía, Olmedo


Paz Facundo y Urrets Zavalía Camila

Universidad Católica de Córdoba


Facultad de Filosofía y Humanidades
Antropología cultural
2019

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http://www.historiasiglo20.org/sufragismo/origfem.htm
En el Antiguo Régimen era notoria la ausencia de derechos políticos (voto) y libertades
(expresión, reunión, religión) en la sociedad.
En el caso de las mujeres, a todo lo anterior se le debía unir su función social a lo
doméstico, a las labores de la casa, de la procreación y del cuidado de los hijos; y su
subordinación legal al hombre, padre o esposo.
Frente a este hecho, con la Revolución Francesa (1789) y las demás revoluciones liberal-
burguesas se empezó a buscar la igualdad jurídica y de las libertades y derechos políticos.
Pero estos derechos que eran reclamados, “Derechos del Hombre y del Ciudadano”,
referían exclusivamente al “hombre” masculino, no al conjunto de seres humanos. Es en
ese momento, en el que se da el espacio para que surga el movimiento feminista en Europa
Occidental y Norteamérica, que luchó por la igualdad de la mujer y su liberación. Durante
ese período, el principal objetivo del movimiento de las mujeres fue la consecución del
derecho de voto. Nacía así el movimiento sufragista. El cual significó un cambio radical
en el posicionamiento de la mujer, no sólo en el ámbito jurídico, sino también en el
esquema familiar.
Con el paso del tiempo, el feminismo empezó a sufrir modificaciones que conllevaron a
la creación de diversas corrientes. “En la década de los sesenta y setenta, el protagonismo
correspondió al denominado feminismo radical, que comenzó a cuestionar el orden
patriarcal instaurado y a promover cambios en el ámbito de los valores y las formas de
vida” (p. 28 del texto de la flia, 114 del cuadernillo).
Hoy en día el feminismo radical, que comenzó siendo un movimiento en búsqueda de
igualdad de derechos, se volvió el antagonista de los derechos del género masculino.
Presentando a todos los hombres como machistas opresores y a todas las mujeres como
victimas oprimidas. Cuando la realidad no es así.
Para mostrar que estos roles no son estrictamente reales podemos tomar la siguiente
noticia:
https://www.clarin.com/sociedad/hablo-mujer-corto-pene-amante-tijera-queria-herirlo-
ahi_0_rJ-Rtwq2z.html

Desde la cárcel

Habló la mujer que le cortó el pene a su amante con una tijera: “Quería herirlo ahí”

“Él se sorprendió, fue en seco”, detalló Brenda Baratini, a casi 5 meses del hecho. Se
declara arrepentida, pero se justifica: “No lo hice porque sí”.

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“Yo lo herí con una tijera, le corté el miembro, el pene, no los testículos. Le corté el
pene; completo no fue: lo herí. Lo herí, no hubo ni amputación; esta persona camina,
no usa bastón”, le dijo al diario cordobés La Voz Brenda Barattini, quien cumple prisión
preventiva por el delito de lesiones gravísimas agravadas por el vínculo. Ella, a quien
apodan "Micky", tiene 26 años y él, 40.
El hecho ocurrió la noche del 25 de noviembre del año pasado en un departamento del
barrio Nueva Córdoba, en la capital provincial. Él fue internado con riesgo de vida, y
según el diagnóstico publicado por La Voz, el corte fue del 90% de su pene. Ella
permanece en una cárcel de mujeres de la comuna Bouwer: el móvil aún se desconoce y
el delito del que se la acusa prevé una pena de hasta 15 años de prisión.
"Nadie ve lo que hay detrás: jamás dije que no fui yo, pero no lo hice porque sí", dijo
Barattini en la entrevista, casi cinco meses después de aquel hecho, y agregó: "Esta
persona me hizo mucho daño. Y lo que me hizo no se le hace a ningún ser humano".

En sus declaraciones a la prensa, la acusada no profundizó sobre ese presunto daño: "A

mí me generó un daño muy grande, un daño psicológico muy grande. Vulnerando mi

intimidad, y eso no se hace. Yo respondí… quizá no de una manera correcta, pero


respondí", dijo.

“Fue un hecho de extrema violencia y peligrosidad, especialmente porque no

encontramos aún por qué esta persona lo hizo”, dijo al diario cordobés Felipe Trucco, uno

de los abogados del hombre mutilado, luego de que se conocieran las declaraciones de

"Micky". El letrado aseguró que no existía "ningún enojo" previo a la herida causada por

Brenda en noviembre. Según Trucco, su cliente se encuentra "deprimido" y a la espera

de cirugías que aún deben practicarse: los médicos no emitieron un diagnóstico definitivo
respecto de su capacidad sexual y reproductiva.

Consultada sobre si el agredido había difundido un video íntimo de Barattini, ella

respondió: "Creo que si este video sale a la luz, esta persona para la Justicia va presa. No

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han encontrado el video, no sé qué pasó. Él ha reconocido que había un video y que lo
pasó".

Al recordar lo ocurrido en su departamento de Nueva Córdoba, Barattini relató: "La

persona vino a mi casa, lo herí. Lo quería herir en ese lugar. Como a mí me hirieron,
yo herí".

Una tijera fue la herramienta de la que se sirvió para propinar esas heridas: "Él se

sorprendió porque fue en seco. No te esperás que te pase algo así. Yo salí a pedir ayuda.

No quería que le pase nada; es más: me asusté por la sangre", contó la acusada, y agregó

que se siente arrepentida y que no lo volvería hacer. "La violencia no se apaga con
violencia", reflexionó.

La querella apela a una libreta encontrada en el departamento de Barattini en el que había

anotaciones tales como "bisturí", "cortar" y "pedir ayuda": a través de ese material,
intentan argumentar que se trató de un ataque premeditado.

"Estoy presa, pero trato de llevarla bien. No es fácil, pero todo depende de uno, de la
mente, de cómo lo quiera llevar", le dijo al diario provincial.

Este es tan solo un ejemplo del feminismo radical, en el que se ve que no siempre la mujer

es víctima y el hombre opresor, pero el mismo se puede ver reflejado en otras


circunstancias.

Hoy en día, esta corriente del feminismo radical, impulsa a la violencia lo cual va en

contra del postulado original en el que se buscaba la igualdad. Este rama del movimiento

pasó de ser ideología a una doctrina que lo único que busca es callar a todos los que no

están de acuerdo con ellos ni a las que buscan corregirla. Se está violando la integridad

de los derechos del otro cuando se posiciona como superior al sexo femenino a través del

menosprecio para compensar años de discriminación y vulnerabilidad a falta de


equilibrio llega al otro extremo.

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Es en este contexto, en el que se etiqueta al hombre como opresor y se lo violenta, en el
que nace el movimiento “Asociación de Hombres por la igualdad de género”, que lucha
por la igualdad entre ambos sexos, como se expresa de manera clara en el título. Sin
embargo, no son solo los hombres los que consideran que el feminismo en cierto punto
se desvió de su eje, sino también muchas mujeres.
https://ahige.org/nosotros/principios/

este movimiento admite que “históricamente, la sociedad ha dividido a las


personas según el sexo con que nacían, asignándoles roles e identidades
culturales (de género) distintas y no equiparables en derechos y
oportunidades.” Que en esta sociedad patriarcal, la mujer sufrió una grave
discriminación estructural que aún perdura, utilizando en muchos casos
nuevas formas, hasta nuestros días.

Durante muchos años y en la actualidad a los hombres se les ha otorgado una


posición de privilegio sobre la mujer. Lo cual determinó nuestra forma de ver
al mundo y a nosotros mismos. Generando un modelo de masculinidad
predominante, que llamamos tradicional, patriarcal o hegemónica, basada en
los valores de poder, fuerza, exigencia, competencia, rivalidad e imposición.
“Se trata de un modelo de persona en el que lo afectivo-emocional está
devaluado y el mundo exterior a la persona, lo político-social,
sobredimensionado.”

Fue gracias al feminismo que las mujeres han desarrollado un proceso de


identificación y denuncia de su situación de discriminación.

“Los hombres contemporáneos, si bien no somos culpables del sexismo, la


discriminación y la violencia sufrida por las mujeres durante miles de años, sí
hemos de asumir nuestra responsabilidad histórica ante esta situación, tanto a
título individual como colectivo.”

El compromiso individual del hombre ante esta situación es el de no


convertirse en reproductor del sexismo en sus vidas y relaciones. Para ello, se
hace necesario realizar procesos individuales y/o colectivos de identificación
de nuestros valores, prejuicios y conductas sexistas para llevar a cabo la de-
construcción interior como hombres patriarcales y la reconstrucción como
hombres-personas igualitarias.

la responsabilidad colectiva consiste en el reconocer del ejercicio histórico de


una opresión social, cultural e individual sobre las mujeres, aprovechándonos
de ello para situarnos en una posición de privilegio.

Cabe aclarar que la represión ha sido también sobre los grupos de hombres
que no cumplían con las normas que establecía el modelo tradicional
masculino.

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AHIGE se encuadra dentro de este movimiento social de hombres por la
igualdad.

El desarrollo personal debe ir acompañado de la intervención social, mediante


organizaciones como la AHIGE u otro tipo de estructuras basadas en la
cooperación y el respeto, huyendo de las formas (jerarquía, imposición,
desconfianza y rivalidad) que nos ha impuesto la cultura patriarcal.

Por todo ello, en los Estatutos de AHIGE aparecen los siguientes fines:
 Favorecer la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres, en todos los
aspectos y ámbitos: legal, social, laboral, familiar, educativo, etc. actuando
especialmente contra la tradicional discriminación sufrida por la mujeres.
 Fomentar el cambio en los hombres hacia posiciones más favorables a la
igualdad y la ruptura con el modelo hegemónico masculino, apoyándolos
en dicho proceso, en el entendimiento de que eso nos beneficiará a todos y
a todas.
Por lo que nuestro compromiso ante la sociedad se concreta en los
siguientes principios básicos:
1.- Trabajamos, en nuestro cotidiano vivir, por la igualdad de mujeres y
hombres, investigando las causas que, tanto personal como socialmente, dan
lugar a las desigualdades. Entendemos que los cambios sociales devienen
imposibles, cuando no efímeros o frustrados, si quienes los proponen olvidan
su transformación personal previa o simultánea.
2.- Somos conscientes de que el modelo masculino basado en la superioridad,
el desafecto, la represión de las emociones, la imposición de la fuerza, la
competencia y la violencia, deshumaniza y empobrece a los hombres,
mientras subordina y discrimina a las mujeres.
3.- Buscamos alternativas a este modelo masculino, basadas en el desarrollo
de la solidaridad, la empatía, la paz, el amor y la alegría, partiendo de la
identificación y expresión fecunda de nuestras emociones.
4.- Queremos disfrutar de relaciones igualitarias, desde el respeto a la
diversidad, en todos los ámbitos de nuestra vida familiar, reclamando nuestra
implicación en las tareas domésticas, en el cuidado propio y de los seres
queridos, en las relaciones sociales y en la solución cooperativa de los
conflictos.
5.- Saludamos los avances del movimiento feminista, reconociendo su
aportación a una sociedad más justa, libre y digna, de la que todas las personas
disfrutamos. Apoyamos plenamente las reivindicaciones de las mujeres a
favor de sus derechos personales, laborales, sociales y políticos, y nos
solidarizamos especial y activamente con las víctimas de la violencia ejercida
por hombres.
6.- Apoyamos a los diversos colectivos (gays, lesbianas, transexuales,
bisexuales, etc.) especialmente discriminados por el modelo patriarcal.
7.- Concebimos nuestra organización como un instrumento para:

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 Promover el encuentro de quienes quieran investigar, compartir reflexiones
sobre la condición masculina y facilitar el cambio personal mediante la
creación de grupos de hombres.
 La intervención social y personal en el análisis, prevención y tratamiento de
la violencia de género.
 El desarrollo de habilidades físicas y emocionales que mejoren la
autonomía, las relaciones de pareja, familiares y sociales de los hombres.
 El estudio, formación y debate sobre el papel de mujeres y hombres en el
desarrollo social.
 Aportar nuestro conocimiento y voluntad en el diálogo y colaboración con
todas las personas y organizaciones interesadas en construir una sociedad
más justa e igualitaria.
 Intervenir ante las instituciones públicas en la defensa de los valores que
aquí se plantean.

Conclusión

Consideramos que, moralmente, los hombres del Siglo XXI estamos


obligados a posicionarnos públicamente contra esta discriminación histórica y
a fomentar y apoyar acciones positivas que contrarresten esta situación,
reparando, en la medida de lo posible, los daños de todo tipo que el sexismo
ha generado.
Trabajamos activamente para contrarrestar y superar la discriminación
estructural que sufren las personas en razón de su sexo u opción/preferencia
sexual y, además, en la construcción de modelos de masculinidades basados
en valores como la igualdad, la libertad, la solidaridad, la responsabilidad y el
respeto a la diferencia en la perspectiva de la superación de los géneros.

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